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Quinchía, epicentro de la Memoria en Risaralda

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

20 Nov 2014


Quinchía, epicentro de la Memoria en Risaralda

El CNMH participará en el foro “Memoria y política pública local” el próximo sábado, 22 de noviembre a partir de la una de la tarde.


El teatro de la Casa de la Cultura de Quinchía, Risaralda, será la sede de este evento, el cual se realiza como parte del proyecto “Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas” que viene adelantando en ese municipio el grupo de investigación Filosofía y Memoria, perteneciente a la Escuela de Ciencias Sociales de la Facultad de Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira con el apoyo de la Corporación cívica “Quinchía Unida”, así como las organizaciones de víctimas del municipio.

El evento busca generar nuevas sinergias locales alrededor de los procesos comunitarios de memoria en el que vienen participando de modo activo las asociaciones de víctimas surgidas tras violentos episodios protagonizados por grupos armados que una década atrás cegaron la vida de decenas de campesinos e indígenas, así como las detenciones arbitrarias por parte de organismos del Estado de las que fueron objeto hasta funcionarios públicos como muestra la captura masiva realizada en el municipio en el año 2003.

En el Foro intervendrán el delegado del Centro Nacional de Memoria Histórica, Luís Colorado, el cual acompaña el proceso de investigación que adelanta “Filosofía y Memoria” de la UTP, bajo la dirección del doctor en Historia de América Latina, Alberto Verón Ospina. El proyecto resultó elegido por Colciencias a finales del año 2013 dentro de una convocatoria en la que participaron diversas universidades y organizaciones de la sociedad civil y en las que el grupo de investigación fue favorecido debido a un trabajo anterior de reflexión sobre el tema de la memoria. También participarán en el foro el historiador, Alfredo Cardona Tobón, y se escucharán las voces de algunas de los  allegados a personas que fueron victimizadas en ese tiempo.

“Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas”, ha sido la oportunidad para que las voces de las víctimas de este municipio al norte del departamento de Risaralda expresen su verdad a través de talleres y múltiples espacios de participación desde los cuales se busca reconstruir y esclarecer la verdad histórica, tantas veces silenciada y estigmatizada por distintos actores, en particular entre el 2002 al 2004, trienio en el que se registraron el mayor número de víctimas letales y desplazamiento forzado.

Este foro público será el preámbulo a otras actividades:

Viernes 5 de diciembre

– “Luces de la Memoria”, desde las 6:00 pm en el parque de Bolívar de Quinchía.

Sábado 6 de diciembre

-“Caravana por la Vida”, la cual  se iniciará desde las  8am, realizando un recorrido por las veredas: La Cumbre, Miraflores, Buenavista Juantapao y El Retiro, terminando en el casco urbano, en las horas de la tarde. Durante el recorrido se sembrarán árboles en los lugares donde fueron sacrificadas las víctimas.

-Instalación de “Placas Conmemorativas” a las víctimas en y en las veredas: La Cumbre, Miraflores, Buenavista Juantapao y El Retiro.

-Performance por la memoria.

 


Foro, Memoria, Quinchía, Risaralda

“Ni con ustedes, ni con ellos. ¡Nosotros solos!”

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

23 Nov 2014


“Ni con ustedes, ni con ellos. ¡Nosotros solos!”

La Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC) en La India corregimiento de Landazuri, Santander, canta su resistencia campesina y sus jóvenes actúan haciendo memoria.


Lo vivido se hace música

El 4 de octubre de 2014 cinco jornaleros y coteros de madera estaban sobre una tarima instalada en la ribera del río Carare. Se trataba de Miguel, Jorge, Braulio, Luis Enrique y Wilmer, campesinos de nacimiento pero músicos de pasión quienes, durante dos horas, fueron aclamados por la comunidad de La India.  

Este corregimiento de Landazuri, Santander, a tres horas desde Cimitarra por carretera destapada, celebraba ese viernes el aniversario número 27 de la Asociación Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC). Y el pueblo estaba de fiesta.

En el pasado, en los años 80, a causa de la guerra en Colombia esta región vivió entre el fuego cruzado del ejército, los paramilitares y la guerrilla. Los muertos de uno y otro lado eran puestos por los campesinos quienes no tenían escapatoria ni alternativas enfrentados a torturas, privaciones de la libertad y asesinatos; “…el campesino se unía a la guerra, huía o moría”, recuerda Braulio Gómez integrante de la dirección de la ATCC. Eran señalados como informantes, como “sapos”.

El amor a la tierra hizo que los campesinos se unieran en 1987 y reaccionaran pacíficamente contra la violencia e ingeniaron una salida negociada del conflicto con los actores armados que consistió en: no más campesinos asesinados, nada de colaboraciones, cero ordenes ni condiciones impuestas por estos grupos, no más visitas ni reuniones en las casas de los campesinos, respetar el territorio y no involucrar a los habitantes de la zona en algo en lo que nunca decidieron participar.

Esa tarde del 4 de octubre era especial no solo por el aniversario de la asociación sino por el lanzamiento en concierto del disco “Cantos del Carare. Memorias de una resistencia campesina” realizado por la comunidad con el apoyo del CNMH, en el marco del plan de reparación colectiva de la ATCC. 40 minutos de acordeones, guitarras, tambores y cantos en homenaje a las víctimas.

“Es la expresión de los sentimientos del alma”. Esa es la respuesta que Braulio da cuando se le pregunta qué significa la música para él. Este campesino de piel negra hace parte de los compositores e intérpretes que con sus canciones basadas en hechos personales y colectivos de la comunidad hicieron vibrar, cantar y bailar a los asistentes de este concierto.

Fue la primera vez que La India recibió un concierto de tales proporciones. Una camioneta procedente de Cimitarra con instrumentos, tres músicos oriundos de Bogotá, integrantes de la agrupación “La Loma Ensamble”, viajaron durante horas para llegar a esta región y acompañar los Cantos del Carare.

El concierto abrió con el pastor, Luis Enrique Rodríguez, con su canción “Guerreros de paz”, una ranchera en memoria al héroe agrario Josue Vargas primer presidente de la ATCC, asesinado el 26 de febrero de 1990 junto a Sául Castañeda y Miguel Ángel Barajas Collazos dirigentes de la asociación y la periodista de la BBC Silvia Duzán.

“Voy a recordarles la historia de unos héroes que ya se nos fueron, de Josué Vargas y sus compañeros, que por la paz de esta tierra murieron…no eran de derecha, tampoco de izquierda, iban adelante sin dar paso atrás”, cantó Luis Enrique.

Luego, subieron al escenario uno a uno los cinco artistas que entre aplausos, gritos y ovaciones que le recordaron a la comunidad por medio de la música el significado de recordar.  

Representando el pasado

“No sabía eso”, respondió la mayoría de estudiantes de grado once del Instituto Agrícola La India que desde el año pasado ensayan una obra de teatro que revive momentos dramáticos de la historia en la región, y que el 4 de octubre presentaron por primera vez.

27 años de organización y resistencia simbolizados en 30 minutos de expresiones corporales, música y danza. El sufrimiento que tuvo la región, las masacres, el tratado con los grupos armados, el Premio Nobel Alternativo de Paz que ganó la ATCC en 1990 y muchas historias más que están contenidas en el informe “El orden desarmado la resistencia de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC)” del CNMH fueron el insumo para el montaje de la obra.

Más de seiscientos campesinos entre 1965 y 2009 murieron en la región del Carare, a causa del conflicto armado, el registro que ha dejado la guerra se retrató en el teatro por medio de estos jóvenes con la finalidad de enfrentar el pasado guardado en la memoria de los mayores.

Kalia Ronderos, investigadora del CNMH, llegó a La India en 2013  con la propuesta de empezar este proyecto con los alumnos de grado décimo. Ese día, en medio de aplausos, la comunidad reconoció la importancia de estas iniciativas.     

La reparación simbólica

La ATCC en su proceso de reparación colectiva solicitó acompañamiento a su iniciativa artística sobre las composiciones realizadas por algunos integrantes de la asociación. A través de la música encontraron una forma de entender, reconciliar y hacer que perdure un elemento más en su proceso histórico al narrar con canciones su experiencia en el conflicto armado y los procesos de paz.

Es así que se decidió traer los cinco compositores a Bogotá para grabar en un estudio profesional sus canciones. “Qué bueno que estos campesinos tuvieran la posibilidad de salir y mostrar esta iniciativa al país” dijo Urián Sarmiento, músico y productor que los acompañó en la grabación y lanzamiento del disco.

La música y el teatro enseñan que hay diferente formas de ver y valorar la vida. Comunidades en los diferentes rincones del país con múltiples talentos dispuestos a ser descubiertos. La sociedad intenta y quiere transmitir el conflicto armado con estrategias de reconciliación y unión, sin olvidar, para que no se repitan más hechosvictimizantes. 

 


ATCC, Campesinos, Jóvenes, Landazuri, Memoria, Santander, Trabajo

Quinchía: luces de la memoria y caravana por la vida

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

01 Dic 2014


Quinchía: luces de la memoria y caravana por la vida

El municipio de Quinchía tendrá un evento de memoria en el contexto de la semana de los Derechos Humanos en el departamento de Risaralda. Se trata de “Luces de la memoria”, un alumbrado que se celebrará en la plaza principal la noche del 6 de diciembre. Este acto se realiza en el marco del proyecto “Filosofía y Memoria”, el cual adelanta la Facultad de Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira con el acompañamiento y financiamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Entre 2002 y 2004 el Frente “Cacique Pipintá”  de la organización contrainsurgente  “Bloque Central Bolívar” entró al municipio de Quinchía, Risaralda, y perpetró varias masacres, hechos que causaron el pánico y el desplazamiento de la población.

Cientos de luces se encenderán para evocar la memoria de todas aquellas personas asesinadas, desaparecidas y desplazadas durante los primeros años del siglo XXI, época en la que se vivió una de las etapas más complejas y duras de la violencia en el este departamento. A través de la luz, los habitantes de Quinchía piden que no se apague el recuerdo de quienes ya no están y que no se repitan esas historias que azotaron a una población injustamente señalada.

Asimismo,  una  “chiva de la memoria”, en la que viajarán todas aquellas personas solidarias con el proyecto “Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas”, recorrerá distintas veredas. En cada una de las veredas visitadas, la comunidad pondrá una placa conmemorativa y sembrará árboles como expresión simbólica de esas vidas que no se olvidan. Al final de la caravana habrá una celebración religiosa y un acto musical, a través de los cuales se quiere expresar un reconocimiento al valor, al significado de un municipio que hoy es escenario de restitución, reparación y memoria, pero que diez años atrás padeció una experiencia que las nuevas generaciones no deben olvidar, pero tampoco repetir.

 


Memoria, Quinchía, Vida

Las memorias del exilio vuelven a encontrarse

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Dic 2014


Las memorias del exilio vuelven a encontrarse

El 13 de diciembre se realiza el II Foro Internacional de Víctimas en el Exilio, una iniciativa para acercar a los colombianos que han tenido que abandonar el país en contra de su voluntad, para narrar sus historias, memorias y escuchar sus propuestas hacia la búsqueda de la verdad, la reparación integral y el retorno digno.

Han pasado cerca de noventa días desde el primer del Foro Internacional de Víctimas, un encuentro en el que participaron más de 600 colombianos y colombianas en 19 ciudades alrededor del mundo. Tres meses de intenso trabajo para preparar el segundo foro que se realizará dentro de poco. “Recordar, narrar y comprender los hechos que han contribuido con el crecimiento de la diáspora colombiana es una señal que nos dice que los más de 5 millones de conciudadanos que nos encontramos por fuera del país ejercemos una participación activa, no solo en el marco del actual proceso de paz como sucedió con el primer foro, sino también en la búsqueda de la reconciliación nacional” cuenta desde Barcelona Pamela Lozano Ibáñez, coordinadora del II Foro.

España, Holanda, Alemania, Argentina, Bélgica, Suecia, Noruega, Austria, México y Ecuador son los países que hasta el momento están confirmados para participar en este foro, en el que además del encuentro virtual se realizarán talleres colectivos con personas que han retornado al país, como un ejercicio de reconstrucción de los relatos sobre el exilio, sus vivencias en un nuevo país y las circunstancias del retorno. “Este segundo foro no es solo para visibilizar a las víctimas que están por fuera del país, sino para consolidar procesos que permitan en el mediano o largo plazo una construcción de la memoria de las víctimas en el exterior y genere reacciones frente a los retos del Estado en materia de reparación a estas víctimas” dice Andrei Gómez, investigador asociado de la Universidad de Oxford y consultor de la Dirección General del CNMH.

Vea aquí la transmisión del II Foro internacional de Víctimas.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Exilio, Memoria

Reconstruir las memorias del exilio, una tarea urgente

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

15 Dic 2014


Reconstruir las memorias del exilio, una tarea urgente

El pasado 13 de diciembre se realizó el II Foro Internacional de Víctimas, un encuentro en el que se reunieron virtualmente centenares de colombianos en varias ciudades alrededor del mundo para narra sus memorias en el exilio y discutir las garantías necesarias para el retorno.

En total fueron trece ciudades las que se unieron a la segunda edición de este foro que sirvió como punto de encuentro de colombianos exiliados por motivos políticos, económicos o sociales, para manifestar sus solicitudes y exigencias para el retorno. Garantías de no repetición de los hechos por los que tuvieron que salir del país, así como más apoyo y acompañamiento real por parte del gobierno fueron algunas de las peticiones que más se repitieron durante el encuentro.

La segunda edición del foro contó con la participación de representantes del CNMH, la Unidad de Víctimas y ACNUR, así como personas que retornaron recientemente al país. “Estos foros tienen sentido porque nos enlazan y nos permiten visibilizar las experiencias de los exiliados. Por parte del CNMH nos comprometemos a ayudarlos con la construcción del relato y la cartografía del exilio, la identificación de los daños y los caminos o rutas para la reparación” expresó durante su intervención Gonzalo Sánchez, director del CNMH.

Crear un programa de investigación sobre el exilio de colombianos – pensado a largo plazo y acompañado por el CNMH – y discutir las propuestas de la representación de los exiliados en el Museo Nacional de la Memoria fueron algunos de los temas que se propusieron para tratar en un tercer foro.

Terminado el panel central, llegaron las intervenciones de los colombianos reunidos en Barcelona, Berlín, Buenos Aires, Nueva York y otras ciudades del mundo, entre las cuales se destacó la de Helena Urán Bidegain, hija del Magistrado Auxiliar del Consejo de Estado de Colombia, Carlos Horacio Urán, una de las víctimas de la toma y retoma del Palacio de Justicia. “Hace poco vivimos una sentencia histórica, un paso gigante en el camino hacia la verdad. Es un grito de dignidad que una Corte Internacional reconozca lo que nosotros venimos diciendo y exigiendo desde hace tantos años y el Estado colombiano ha negado. Por eso hoy quiero invitarlos a nunca olvidar” refiriéndose a la sentencia emitida el 10 de diciembre por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.

Al finalizar el Hangout Central en Bogotá, algunas de las personas retornadas al país se reunieron y narraron sus experiencias y vivencias. Relatos que se volverán insumos para enriquecer la ruta de la reparación y el retorno de los millones de colombianos que hoy están por fuera del país en contra de su voluntad.

Publicado en Noticias CNMH



Exilio, Memoria, reconstrucción

El CNMH se iluminó con Infrarrojo

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Dic 2014


El CNMH se iluminó con Infrarrojo

Con fotografías que narran historias de denuncia, resistencia y memoria,  el pasado viernes 12 de diciembre se realizó la premiación de la convocatoria Infrarrojo, historias de luz que no se ven en Bogotá. Personas provenientes de diferentes partes del país recibieron el reconocimiento público y observaron cómo sus imágenes cubrían la fachada del Centro Nacional de Memoria Histórica.

“La convocatoria es muy importante para el CNMN en varias dimensiones: al apuntarle como material de insumo para el CNMH, especialmente como parte de las compilaciones de los primeros materiales del futuro Museo Nacional de la Memoria. Pero, también, como un proceso que reconoce en el oficio del fotógrafo la labor del guardián de la memoria… Estos nuevos-viejos relatos serán el corazón del Museo Nacional de la Memoria, y serán observados, leídos, discutidos, transformados y resignificados, como toda memoria, por parte de las siguientes generaciones”, aseguró Vladimir Melo, investigador del CNMH y jurado de la Infrarrojo.

Así mismo, los ganadores agradecieron el trabajo que realizó el CNMH con la convocatoria e invitaron a continuar haciendo este tipo de acciones que exaltan el trabajo de memoria que se hace en el país, como lo aseguró Luis Eduardo Morales, uno de los ganadores en la línea de álbumes familiares de Infrarrojo.

Después de la premiación, a las 6 pm las fotografías de los ganadores se proyectaron en la casa del CNMH (Carrera 6 Nº 35 – 29, Bogotá) donde  los ganadores conocieron el trabajo de sus colegas, además de apreciar sus imágenes en gran formato.

Infrarrojo recibió más de 1200 las fotografías en las líneas Fotógrafos experimentados, fotógrafos aficionados, medios comunitarios y  álbumes familiares. En cada una de ellas se plasmaba diferentes maneras de vivir el conflicto armado. Al final,  25 trabajos fueron reconocidos pero en todas las imágenes se logró evidenciar cómo la fotografía juega un papel importante en la memoria del país.

 

 


Bogotá, CNMH, Fotografía, Memoria, Memoria Histórica

“La única guerra donde la memoria es optimista”

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

21 Dic 2014


“La única guerra donde la memoria es optimista”

El periódico El País de España acaba de presentar un especial web titulado “Testigos del olvido” cuyo segundo capítulo está dedicado a Colombia, “La identidad del dolor”.

El escritor español Manuel Rivas y el fotógrafo, Juan Carlos Tomasi, recorrieron algunas de las zonas más conflictivas de nuestro territorio para evidenciar de primera mano algunos de los testimonios incluidos en el informe ¡Basta Ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad.

Queremos recomendar este especial no solo por su poder testimonial sino porque, en ocasiones, es necesario dar un repaso a nuestra tragedia (a nuestra memoria) a través de la mirada extranjera para convencernos de lo que nos pasa y de lo que somos.

VEA AQUÍ EL ESPECIAL “TESTIGOS DEL OLVIDO”

 


Comunicado, Guerra, Memoria, Periódico

Quinchía en su cita con la memoria

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Autor

Felipe Chica Jiménez

Fotografía

César Romero

Publicado

21 Ene 2015


Quinchía en su cita con la memoria

“El país aún no sabe lo que pasó en Quinchía”, dijo el investigador Luis Colorado del Centro Nacional de Memoria Histórica -CNMH- en la socialización del proyecto “Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas”, el cual adelanta el Grupo de Investigación en Filosofía y Memoria de la Universidad Tecnológica de Pereira.

El proyecto ha sido financiado por el CNMH con el propósito de reconstruir la memoria con las víctimas de los hechos de violencia ocurridos entre el 2002-2004 y que “tiñeron de sangre los cafetales” de la veredas como Miraflores, Naranjal, el Retiro, Buenavista, Opiramá, según comenta Alberto Berón Director del grupo de investigación.

El periodo 2002-2004 enmarca la incursión del Frente Héroes y Mártires de Guática y Frente Cacique Pipintá en este municipio. Ambos grupos pertenecen al Bloque Central Bolívar  -BCB- de las Autodefensas Unidas de Colombia, en su momento al mando de Carlos Mario Jiménez – alias “Macaco’ -, a quien se le atribuyen la gran mayoría de las violaciones de derechos humanos en este municipio del norte de Risaralda.

Una historia de las masacres

El 11 de mayo del 2002 sería el comienzo de un raudo periodo de masacres  atribuidas al BCB. En la mañana de ese día, los paramilitares arribaron a las veredas del Higo, Buena Vistas, Naranjal y San Juan en camiones turbo. Se presentaron en algunas  viviendas con lista en mano y asesinaron a seis personas entre campesinos e indígenas. Meses después, entre el 22 y 25 de octubre de 2002, ‘los paras’ sembrarían nuevamente el terror por los caminos veredales del Naranjal, Ensenillal, San Juan y San José con la muerte de siete campesinos y dos indígenas Embera Chamí, cuya muerte ocasionó el desplazamiento de varias familias de esta comunidad.

Pero no sería ese el año más crítico de violencia paramilitar en la zona. Con la llegada del Frente Cacique Pipintá en el 2003, Quinchía sería escenario de una de las oleadas de asesinatos selectivos más dura en la historia del departamento de Risaralda. Solo entre enero y abril más de 15 homicidios fueron perpetuados contra líderes sociales. Uno de los más recordados fue el de la líder sindical y docente Soraya Patricia Días.

“Soraya caminaba caída la tarde del 13 de marzo cuando fue interceptada por hombres uniformados y con brazaletes de las AUC. La esperaron en un punto y le hicieron un par de preguntas; después la mataron”, cuenta un testigo cuya identidad pide que sea reservada.  Mientras  Soraya estaba en el suelo aún con vida, los hombres de las AUC la golpearon. Por los hechos fueron condenados Henry de Jesús Tabares Vélez – alias ‘Hugo’ – y John Jairo Agudelo Castrillón – alias ‘Pablo’-.

Pero la tragedia humanitaria en Quinchía aún no pisaba sus límites. La mañana del 29 de septiembre llegó con la captura masiva de al menos 120 personas.  Desde el alcalde electo hasta el carnicero del pueblo fueron sindicados de ser colaboradores del Ejército Popular de Liberación -EPL- a cargo de Berlaín de Jesús Chiquito Becerra, alias ‘Leyton’, quien para la fecha ya había sido responsable de un sin número de secuestros y  homicidios. La captura masiva se conoció como ‘Operación Libertad’ y fue un hecho atípico al punto que 22 meses después los capturados fueron dejados en libertad por falta de pruebas.

El hecho que se presentó en algunos medios como un  desacierto de la justicia colombiana  acentuó, según líderes sociales, la estigmatización sobre el pueblo y el doloroso paso del paramilitarismo por sus tierras ya que, a pesar de las alertas emitidas por la comunidad  sobre la presencia de las AUC en el municipio, en julio del 2004 el control territorial por parte de este grupo mostraría  una vez más su grado de consolidación. Según testigos del momento,  los hombres, ‘los paras’, ingresaron desde el 1 de julio y acamparon hasta el 11 del mismo mes amenazando a la comunidad con lista en mano. En ese lapso, seis personas fueron masacradas, lo cual dejó una nueva estela de horror entre la vereda la Cumbre y el Cedral; más de mil personas se desplazaron según un documento del Centro de Investigación Académica –Cinep-.

Por los hechos solo ha sido postulado ante los tribunales de Justicia y PazJohn Fredy Vega Reyes – alias ‘Marlon’ o ‘Tiburón’ – del Frente Héroes y Mártires de Guática.

Los móviles de la guerra

Sobre la cima del cerro Gobia se ve completo el casco urbano de Quinchía rodeado de una inmensa topografía ondulada. A un lado del cerro, se divisa la vía alterna que comunica el Norte del Valle con Risaralda, Caldas, Antioquia y Chocó. Según el sociólogo Jorge Iván, la historia de violencia en este municipio no permite ignorar el hecho de que la ubicación estratégica de éste ha sido determinante para los intereses territoriales de actores como el Frente Oscar William Calvo del EPL y Aurelio Rodríguez de las FARC, los cuales operaron allí hasta finales de los 90`s y principios del 2000, y posteriormente el BCB.

Sin embargo, para algunos mineros tradicionales el oro ha sido uno de los móviles más importantes de la violencia. Desde los tiempos de ‘Don Olmedo’, oriundo de Quinchía y fundador del grupo paramilitar conocido como ‘Los Magníficos’, muchos de los crímenes cometidos en décadas anteriores fueron motivados por el interés de apropiarse de tierras con minas de oro según testimonios implícitos en la investigación ‘Balas por encargo’ del periodista Juan Miguel Álvarez. La idea no es nada descabellada si se tiene en cuenta que Edgar Aricapa, Juan Romero y Líber Ladino, víctimas del BCB en la masacre del 2004, fueron a su turno presidentes de la Asociación de Mineros de Miraflores, según un ex socio de esta colectividad.

Por su lado, el grupo de investigadores de la Universidad Tecnológica de  Pereira plantea que los móviles de la guerra en el periodo 2002-2004  son complejos y se deben leer en la luz de un momento político.

Alcances del proyecto

De la mano de  unas 30 víctimas directas, en el marco del proyecto “Quinchía: una memoria de resistencia oculta entre montañas”, se han realizado alrededor de 15 talleres en los que se ha reconstruido el duro pasado y se habla de otros crímenes y detalles que se podrán conocerse con el informe final, así como la propia voz de quienes los padecieron y que hoy, gracias a la iniciativa, hacen frente al olvido y al miedo a recordar.

 “(…) en los talleres aprendimos que recordar nos hace fuertes y que la memoria es como una cajita donde guardamos lo más preciado, las piezas de lo que es nuestro presente”, dice una de las víctimas en la socialización de avances del proyecto y cuya identidad se reserva por motivos de seguridad.

 “(…)  Cuando mis hijos me preguntaban por el abuelo yo no sabía cómo hablarles”, dice un joven con voz quebrada y ojos aguados  “(…) Mirar el tiempo atrás es muy difícil, olvidar las esquirlas que nos ha dejado el miedo por esos caminos y montañas a mi hijos y a mí misma. (…) estos talleres nos han enseñado a mirar esto que ha pasado sin miedo (…) a acercarnos y unirnos entre nosotros.”

Los testimonios de las víctimas dejan ver un grado de gratitud frente al  proyecto  insinuando un enfoque de trabajo que va más allá de la reconstrucción fría de los hechos. “Reivindicar a las víctimas como sujetos políticos”, en palabras de uno de sus investigadores.  

Asimismo, el Centro Nacional de Memoria Histórica no solo puso la plata que permitió llegar hasta las veredas, sino también un conjunto de elementos metodológicos claves para responder a la pregunta de ¿qué pasó en Quinchía? La ‘línea del tiempo’ en la que se desarrolla la cronología del conflicto, con hechos claves como la ‘Operación Liberta’, es uno de ellos.

También están ‘Los mapas de lugares’ que sitúan en el espacio físico los referentes de la memoria y que para Quinchía son La Ceiba, Aguas Claras, el Río Opiramá y otros lugares en las veredas de La Cumbre, Miraflores, Buenavista, Juantapao y El Retiro. Allí el pasado 6 de diciembre se realizó la ‘Caravana por la vida’ en la que se recordaron las víctimas de la guerra y se sembraron árboles en su nombre.

Finalmente,  además de reivindicar la autoridad moral de las víctimas, el informe promete suscitar el debate en torno a la idea de que el departamento de Risaralda no ha puesto su cuota en la historia del conflicto colombiano porque “los dirigentes políticos han vendido la idea de que esto aquí siempre ha sido un remanso de paz”, dice Berón. Curiosamente, todo remanso se caracteriza por ser  profundo y de corrientes traicioneras.  

 


Historia, Memoria, Quinchía

Comunicar en medio del conflicto, memoria de Eduardo Estrada

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Autor

CNMH

Fotografía

© Semillero de Memoria – Universidad Tecnológica de Bolívar

Publicado

04 Feb 2015


Comunicar en medio del conflicto, memoria de Eduardo Estrada

Ese día en San Pablo, sur del Bolívar, todo era fiesta, víspera de las ferias de la Virgen del Carmen. El pueblo estaba repleto de gente. Había un concierto, bailes y desorden en cada esquina. Eduardo Estrada había amanecido contento. Pasó el día acompañado de música, bailando un poco entre sus labores y disfrutando alguna que otra cerveza bajo el abrasador calor del corazón del Magdalena Medio. 

Era 16 de julio de 2001 y, al caer la noche, las balas indiferentes del conflicto armado que azotaban la región lo golpearon fuertemente por la espalda. Asesinaron la voz del pueblo, mataron al líder y periodista quien, para entonces, estaba empeñado en informar y divulgar el rechazo de la comunidad a la dominación que los actores armados ilegales habían impuesto desde finales de la década de 1990.

El próximo viernes 6 de febrero, el Grupo Regional de Memoria Histórica (GRMH) de la Universidad Tecnológica del Bolívar, dará a conocer el informe “Comunicar en medio del conflicto” y el documental “El silencio de un pueblo”  basados en el caso del líder cívico y comunicador asesinado, Eduardo Estrada Gutiérrez. A través de la reconstrucción de la vida de Eduardo, el informe busca descubrir cómo el silenciamiento de los medios de comunicación locales hace parte de los mecanismos utilizados por los actores armados. Los productos son el resultado de un trabajo de reconstrucción de memoria histórica con la familia, la Parroquia Jesuita San Pablo Apóstol, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio en San Pablo y personas allegadas a Eduardo Estrada.

El CNMH acompañará el lanzamiento a las 10:00 am en la Universidad Tecnológica del Bolívar presentando el resultado de la investigación y el proceso audiovisual realizado por Mauricio Villacob.

El CNMH y la Universidad Tecnológica de Bolívar iniciaron la investigación en 2012, con apoyo de USIP (United States Institute of Peace) y la Universidad de Los Andes, en el marco de un proyecto cuyo objetivo era apoyar el surgimiento y consolidación de (GRMH) conformados por profesores y estudiantes universitarios en las zonas de Magdalena, Bolívar y Santander.

Para María Emma Wills Obregón, asesora de la dirección del CNMH y coordinadora del proyecto, “este proceso propició el surgimiento de una alianza y un tejido de solidaridades entre víctimas, organizaciones de víctimas y la universidad”.

 


Asesinato, Conflicto, Conmemora, Memoria

“Si la memoria no me falla”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Álvaro Cardona para el CNMH

Publicado

12 Feb 2015


“Si la memoria no me falla”

La toma

Eran las seis de la tarde de un viernes cualquiera del año 2000 en uno de los miles de pueblos que tiene Colombia y María Londoño*, con los bolsillos llenos de dulces, corría desesperadamente por el monte esperando sobrevivir. Ya no había opción para mirar atrás…

Cualquiera que tenga la firme intención de robar un banco, llevaría sus bolsillos llenos de monedas y billetes, ella iba cargada de dulces. Dulces que tomó de un puesto callejero de alimentos que un vendedor abandonó al ver a más de 50 uniformados de la guerrilla. Con 13 años de edad y ocho meses de ellos en el grupo armado, María participaba ese día por primera vez en una toma guerrillera. El Frente de la guerrilla al que pertenecía había decidido robar un banco, sin embargo, fueron atacados por el Ejército impidiendo el inesperado atraco. A María solo que quedó una alternativa: correr.

“Si no fuera por ese momento crucial de mi vida, yo creo que nunca me hubiese podido salir de la guerrilla”, recuerda María, quien hoy tiene 27 años, estudia Derecho y sueña con defender los derechos de los niños vinculados indiscriminadamente a la guerra.


Para el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, de 1999 a 2014 se han registrado 5964 casos de niños y niñas desvinculados de algún grupo armado, de los cuales el 28,47% han sido niñas.  


“Si me preguntas ¿qué pasó?, te voy a decir que no sé”, dice María. Después del maratónico escape despertó debajo de un árbol de café, pero todo era silencio, se encontraba sola y sin saber a dónde ir. Recordó una técnica que le enseñaron en la guerrilla en este tipo de circunstancias y empezó a hacer sonidos con la boca para ver si había algún compañero a su alrededor. Así logró encontrarse con otro miembro del Frente, otra niña de quince años, y juntas caminaron hasta que cayó el sol. Pasaron la noche en medio de las montañas cerca de un río que no se atrevieron a cruzar, ya sin el sol era difícil descifrar con qué se podrían encontrar. 

A la mañana siguiente, un cólico intenso despertó a María, lo único que había recibido su estómago en dos días había sido un manojo de dulces acompañados del agrio sabor de la adrenalina producida al escapar del enfrentamiento con el Ejército. Pero debían continuar. La luz del día les indicó el camino y lograron encontrar una finca a la cual ingresaron para robar ropa de civil y cambiarse. Era una paradoja, venían de asaltar un banco pero sólo contaban con un puñado de dulces y mil quinientos pesos que la joven acompañante de María había logrado tomar en el centro financiero.

“Aún me considero una niña” dice, a pesar de que le robaron su niñez a los 12 años. Sufría constantemente el abuso sexual y psicológico por parte de su padrastro. Debía ser la “madre” de sus seis hermanos y soportar la indiferencia que a diario su mamá imponía ante ella. Sin acceso a educación, cada mañana veía más lejana la posibilidad de lograr cambios en su vida. En su cabeza también rondaban las palabras que le gritaba su mamá cada vez que la agredía: “Si a los 16 no consigues marido te me largas, yo no te voy a mantener”, recuerda.

La única autoridad que conoció en esa época fue la guerrilla. El grupo pasaba constantemente cerca al “cambuche” de cartón, tejas y barro donde vivía. Sin esperarlo, generó un vínculo con ellos y prefirió caminar entre armas que soportar más abusos dentro de su familia. Se unió a ellos.

A pesar de su corta edad, María sabía cocinar, cortar madera, caminar largas horas y defenderse sola. “Yo quería ser una guerrera”, dice, ya nadie más iba a volver a sobrepasarse con ella. Era la menor dentro de este grupo armado, pero allí todos eran iguales, y cada quien luchaba por sobrevivir.

Para José Luis Campo, Coordinador y representante legal de BENPOSTA, una institución que trabaja en diferentes zonas del país con los niños, niñas y jóvenes que afrontan situaciones de riesgo con ocasión del conflicto armado, uno de los principales factores de riesgo que existen para los menores de edad en Colombia con respecto a la vinculación de grupos armados, es “el abandono estatal”. Por su parte, Linda Lorena Sánchez, investigadora del Centro Nacional de Memoria Histórica considera que “actualmente es un reto establecer los motivos por los cuales los niños y niñas siguen siendo vinculados al conflicto armado, ya que hay casos registrados de niños escolarizados y con acceso a oferta institucional que son utilizados en la guerra, en la que ellos expresan su deseo de vincularse a un grupo armado, no necesariamente en los territorios más vulnerables o con menos oferta institucional son los niños que se van a la guerra”.    

Luego de escapar del combate con el Ejército, María pasó por varios pueblos y logró llegar hasta donde su padre, un campesino conservador y trabajador que sorprendentemente después de abandonarla, optó por ayudarla, y ella entonces decidió contarle su experiencia. Todo parecía haber mejorado, pero días después su padre salió unos minutos de la casa, argumentando que iba a conseguir unas cosas para irse de viaje con ella a Cartagena. Cuando regresó, no venía solo, estaba con el Ejército, y la obligó a entregarse. Un golpe más de la vida.

“De la tragedia a la esperanza: el otro proceso de mi vida”  

Ya en el batallón fue llevada a Medicina Legal y aquí empieza una serie de exámenes e interrogatorios para determinar si en realidad era una menor de edad. María no volvería a frecuentar el monte y ahora debería vivir en Bogotá, en casas juveniles y hogares de paso. Sus quince años los cumple en un centro correccional de menores, luego, con la ayuda de su tutora llega a BENPOSTA, donde, según ella, pasa los mejores años de su vida.

Ha pasado más de una década y ahora María es una estudiante destacada en su universidad. Vive sola y en su mente sigue presente trabajar sin descanso por la defensa de los derechos de los niños, “todo el tema del posconflicto –dice- es algo que voy a empezar a trabajar, todos esos procesos de desvinculación que yo viví, lo que hacen es traumatizarlo a uno, y hay muchas fallas”.

Hoy, día en el que se conmemora a nivel mundial el aniversario de la firma del protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño que prohíbe el uso de niños, niñas y adolescentes en los conflictos armados -conocido también como “El Día de las Manos Rojas”- desde el CNMH consideramos importante unir esfuerzos para prevenir el reclutamiento ilícito, vinculación y utilización de niños, niñas y adolescentes a los grupos armados. Una tarea que de nuestra parte va avanzando con una investigación, cuyo objetivo es contribuir al esclarecimiento histórico de las diferentes modalidades, particularidades y continuidades a nivel nacional de las prácticas de reclutamiento ilícito, utilización y vinculación menores de edad a grupos armados.

*Nombre cambiado por razones de seguridad.

Escuche entrevista con *María Londoño:



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