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“La música nos ha mantenido unidos”, Hugo Candelario

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Autor

Juan José Toro

Fotografía

Juan José Toro

Publicado

09 Oct 2019


“La música nos ha mantenido unidos”, Hugo Candelario

El pasado viernes 27 de septiembre, el Grupo Bahía, uno de los mayores representantes de la música tradicional del Pacífico, se presentó en el Bulevar del Río de Cali para interpretar algunos de sus éxitos y hablar sobre la importancia de la música para las comunidades negras de la región.


De acuerdo al maestro Hugo Candelario González, director de la agrupación, los ritmos del Pacífico además de ser parte de la riqueza cultural del país han cumplido un papel fundamental “no únicamente desde los procesos emocionales o psicológicos de cada ser humano, sino también ayudando a mantener la unión de las comunidades” y no solo durante el conflicto colombiano sino desde tiempos inmemoriales.

Sin embargo, esa unión que produce la música también ha sido afectada por el conflicto. Algunos grupos armados prohibían que se realizaran los cantos tradicionales durante los rituales funerarios. Además, la minería ilegal, la contaminación de los ríos y la deforestación indiscriminada de los bosques ha disminuido la producción de la palma de chonta, elemento fundamental para la construcción de instrumentos musicales como la marimba.

Al final, el maestro Hugo agradeció la invitación del Museo de Memoria de Colombia para ser parte de la exposición Voces para transformar a Colombia, y la describió como una iniciativa necesaria para la ciudad, la región y el país.

 


Museo de Memoria de Colombia, Música, Voces para Transformar a Colombia

Ritmo del Este: música para la memoria y la paz en Buenaventura

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Autor

Juan José Toro

Fotografía

Juan José Toro

Publicado

16 Oct 2019


Ritmo del Este: música para la memoria y la paz en Buenaventura

El Museo de Memoria de Colombia inauguró su exposición “Voces para Transformar a Colombia” en Cali con música de Ritmo del Este de Yurumanguí, un lugar donde la memoria, el dolor, la esperanza, el baile y el canto se convierten en uno solo. Un evento lleno de tradición, emotividad y el mensaje de una comunidad que se arraiga a su tierra a través de las expresiones culturales tradicionales.


El lanzamiento de la exposición “Voces para transforma a Colombia en Cali” nos permitió reconocer algunas de las manifestaciones culturales tradicionales del Pacifico colombiano, traídas desde Buenaventura y el río Yurumanguí. Los alabaos y los arrullos eran parte de un proceso de memoria que recoge a generaciones adultas que se desplazaron hacia Buenaventura en épocas de violencia. Ahora, junto a sus renacientes, representan a través de la música, los ejercicios de reconstrucción de la memoria que aportan a la reconciliación de una sociedad herida por el conflicto armado.

La comunidad negra de Yurumanguí vive entrando en lancha por el río a unos 60 kilómetros. La primera vereda es Barranco y la última Juntas, a 120 kilómetros de Buenaventura. Han afrontado diferentes hechos victimizantes: desplazamientos forzados para salvaguardar su vida de los enfrentamientos armados; confinamientos al no poder desplazarse libremente por el río para desarrollar sus actividades económicas, y asesinatos selectivos a sus líderes y representantes más importantes. Hechos que han dejado huellas dolorosas en su memoria colectiva.

Uno de los hechos que más los marcó como comunidad fue la masacre de la vereda El Firme, en donde el Bloque Calima de las AUC asesinó a siete personas de la comunidad y quemó sus casas, lo cual repercutió en la desaparición total de esta en el río.

Algunos de los miembros de este grupo paramilitar aceptaron, en versión libre, que el objetivo era desviar la atención de las Fuerzas Militares, por una masacre que ya habían cometido días antes en el río Naya y en la cual resultaron capturados algunos de sus integrantes. A través de mensajes en las paredes de la vereda quisieron culpar a las Farc de lo ocurrido.

Así, en medio de este contexto, la música se convierte en una herramienta de defensa del territorio y  salvaguarda sus tradiciones. En Yurumanguí afirman que la música es una de las cosas que el conflicto no les ha podido arrebatar. Al contrario, se ha fortalecido como una estrategia de resistencia y visibilización de sus vivencias en el territorio.

Alba Elena Aramburo, reconocida matrona de Yurumanguí, desde que llegó desplazada al barrio Punta del Este en Buenaventura se propuso enseñar en las nuevas generaciones que crecían lejos de su río, el amor por su territorio y sus prácticas tradicionales. Durante años ha creado agrupaciones musicales con niños y jóvenes, miembros de su familia cercana y extensa, hijos, nietos, sobrinos y vecinos, todos de origen yurumanguereño, a quienes ha transmitido a través de sus letras, sus vivencias en el río para que nunca olviden su arraigo a este territorio.

Hoy en día, doña Alba Elena sigue siendo parte del Consejo Comunitario de la Cuenca del Río Yurumanguí. También cuenta con un semillero musical llamado Mar Abierto. De pequeños desarrollan sus habilidades musicales y aprenden sobre la historia de su comunidad y territorio. Ya convertidos en jóvenes pasan a ser parte de Ritmo del Este, una reconocida agrupación musical que ha participado en importantes festivales como Cantores de río en Buenaventura, el Petronio Álvarez en Cali, y otros escenarios como en esta oportunidad, en la exposición Voces para Transformar del Museo de Memoria de Colombia en el Museo La Tertulia. Una manera de llevar su voz, sus historias y su cultura a través de la música en el Valle del Cauca y el país.

Una de las interpretaciones más importantes de Ritmo del Este es “En memoria de mis muertos”, una canción que narra los hechos victimizantes vividos en el territorio, la cual se convierte en un homenaje a aquellos que ya no están. Néstor Castro Aramburo, director de Ritmo del Este e hijo de Alba Elena Aramburo conto que “es una manera de no olvidar lo sucedido y de recordar a quienes ya no están en vida, pero que su memoria nos sigue acompañando”.

Entonan también con especial cariño “Colonia Yurumanguireña”, que refleja el lazo afectivo que permanece entre el rio y la zona urbana y la profunda conexión con su paraíso en la tierra. Doña Alba busca que su música lleve un mensaje de paz y de transformación para la protección de su pueblo, y por eso entona “Paz para Colombia”, una solicitud formal que hacen al Estado colombiano para ponerle un alto a la violencia y avanzar en la construcción y mantenimiento de la paz en los territorios.

Estas iniciativas de memoria, que se han gestado autónomamente en los territorios, son la base de una relación en doble vía establecida por el Museo de Memoria de Colombia. Acciones que permiten comprender y expresar públicamente la memoria que las víctimas han reconstruido en sus regiones, trascendiendo al ámbito nacional e internacional.

El Museo de Memoria de Colombia es un proyecto de país, pues trasciende sus propuestas museográficas, culturales, educativas, artísticas y comunicativas por toda Colombia, a través de la integración y relacionamiento constante con las comunidades y sus  esfuerzos por contar lo que han vivido y transformarlo en mensajes de paz y esperanza.

Experiencias como esta siguen motivando la construcción del Museo y nos brindan aprendizajes que aportan a la creación de escenarios de visibilización y transformación social, liderados por las víctimas.

Si quieren participar de eventos similares, consulten la programación completa.
 


Buenaventura, Museo de Memoria de Colombia, Museo la Tertulia, Ritmo del Este, Yurumanguí

“No queremos repetir los errores de los adultos”

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Autor

Laura Cerón

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

13 Nov 2019


“No queremos repetir los errores de los adultos”

La forma en que los niños, niñas y adolescentes han vivido -y viven- contextos de violencia muchas veces no es representada y escuchada. Sus historias pasan desapercibidas en contextos donde la hostilidad también les incluye. En el Museo de Memoria de Colombia, los más pequeños tienen un lugar para hablar, encontrarse y pedir que la sociedad los proteja.


¿Qué tienen los niños, niñas y adolescentes que decir respecto al conflicto armado colombiano? ¿Cómo lo viven? ¿De qué forma lo cuentan y lo superan? Cinco iniciativas de memoria del Distrito de Aguablanca y dos propuestas de Caloto, Cauca y Bogotá fueron presentadas por ellos y ellas en el marco de la exposición Voces para transformar a Colombia en la Casa Obeso, en Cali.

El enfoque de niños, niñas y adolescentes del Centro Nacional de Memoria Histórica, junto con el apoyo del equipo educativo del Museo de Memoria de Colombia y Save the Children -fundación que promueve los derechos de la niñez- reunió a más de treinta niños, niñas y adolescentes del Distrito de Aguablanca, para que contaran sus historias y proyectos a partir de sus experiencias alrededor de la violencia y cómo entienden la construcción de paz. Junto a ellos estuvieron los Abrasitos Nasa, de Caloto, Cauca y niños que han participado de la estrategia Atrapasueños, de la Secretaría de Integración Social de Bogotá.

  • Obra de teatro presentada por el grupo Danza teatral contra los feminicidios. – Fotografía: Laura Cerón/CNMH

  • Conversatorio ‘Los niños y niñas aportan a la memoria histórica’. – Fotografía: Laura Cerón/CNMH

  • Cartografía del territorio nasa hecha por niños y niñas de la región. – Fotografía: Laura Cerón/CNMH

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Youtubers, locutores, niñas y adolescentes futboleras, pintores, actrices y bailarinas mostraron cómo el arte y las nuevas tecnologías han sido empleadas por las nuevas generaciones para crear sus recuerdos. Sus obras plasman a sus familiares, a sus hermanos y hermanas, en las historias que se construyeron con sus antepasados en la cotidianidad de barrios como Potrero Grande y Llano Verde del Distrito de Aguablanca y analizan los asuntos de actualidad que son significativos en sus colegios.

Por medio de cuadros, videos, partidos de fútbol y obras de teatro, los niños y las niñas contaron cómo viven en ambientes donde es recurrente la violencia de género, el desplazamiento forzado, la violencia intrafamiliar y las fronteras invisibles de sus barrios.

“Nos encargamos de pintar las historias que nos ocurren, también hablamos con adultos mayores porque ellos han vivido muchas cosas y podemos relatar sus historias a través del arte. Fueron seis clases de cinco horas cada una, en cada clase contábamos la historia, nos ayudaban a encontrar símbolos y colores para representar las emociones. Pudimos entender cómo hablar y cómo restaurar las heridas del pasado”, afirmó Jarlin Castillo, artista e invitado al conversatorio.

Los Abracitos Nasa es un proyecto que nace en el resguardo indígena de Huellas, Caloto y que acompaña a niños entre los 4 y 14 años ofreciendo talleres psicosociales y socioculturales que refuerzan sus lazos con su cultura y su ancestralidad, aún en medio de brotes de violencia contra ellos -como el reclutamiento forzado- y contra sus cuidadores.

Cuando les preguntaron para qué sirve la memoria y recordar eventos o situaciones del pasado, varios contaron que es una forma de no repetir los mismos errores, romper ciclos de violencia y pensar espacios tranquilos y seguros.

“La paz empezaría por cada uno de nosotros y de nuestras familias. Mi madre me abandonó cuando tenía cinco años y me dejó con mi papá. Trabajando esas herramientas, me di cuenta que si mi mamá me dejó abandonada yo cuando crezca no lo haría porque tengo que cortar la cadena”, contó Adismar Burbano del resguardo de Huellas.

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A pesar de que la violencia subyace en sus colegios, barrios y casas, pensar en un futuro distinto como sociedad debería incluir sus relatos y los planes que tienen para sus familias y comunidades. Garantizar que crezcan en entornos seguros, donde sean escuchados y protegidos es una prioridad en un país que se piensa una transición hacia la paz.

 


Abrasitos Nasa, Infancia, Juventud, Museo de Memoria de Colombia, Save the Children

Así vivimos el Museo de Memoria de Colombia en Cali

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Autor

Edwin Cubillos

Fotografía

Edwin Cubillos

Publicado

19 Nov 2019


Así vivimos el Museo de Memoria de Colombia en Cali

Luego de haber presentado durante un mes la exposición Voces para transformar a Colombia en Cali, el Museo de Memoria de Colombia se prepara para su construcción física que iniciará en el 2020 en Bogotá.


Acercar las historias de vida de millones de víctimas de conflicto, así como las formas en que han podido sobrellevarlo, es uno de los mandatos misionales del primer museo a nivel nacional que está destinado para la reparación simbólica de la víctimas de un conflicto de más de 60 años. Bajo esta premisa, Cali vivió la exposición “Voces para transformar a Colombia”  que junto a una programación artística, académica y cultural, tuvo lugar en el Museo La Tertulia en el marco de la temporada ‘Luz para la memoria’.

Durante un mes, más de 10.000 asistentes pudieron conocer en las instalaciones del museo más importante de arte moderno de Cali, una exposición que contó las voces de personas que habitan regiones como el Catatumbo, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Magdalena Medio, Cauca, Caquetá y Putumayo. En esta edición, la Costa Pacífica tomó gran protagonismo, pues cantantes, narradores, muralistas, actores y bailarines compartieron la forma en que entienden su historia, su territorio y sus comunidades a través de lenguajes propios.

 

El cierre de la exposición, que inició el 26 de septiembre y finalizó el 27 de octubre, mostró cómo el hip hop puede ser una herramienta que visibiliza y protege los derechos humanos. Artistas como El Escribiente de Tumaco, Miller Landy &  Xnew de Lloró, Chocó; El Javi & Valentina de Buenaventura y Cynthia Montaño y su banda de Cali le cantaron a la vida, a la esperanza, contra el racismo y la violencia sobre las mujeres. Más de 200 asistentes participaron de este concierto.

Un museo para los colombianos

Más de 53 eventos compartieron el mensaje de un museo vivo, inclusivo y participativo. Conversatorios con invitados nacionales e internacionales, muestras audiovisuales, obras de teatro, narración oral, muralismo, cantos y poesías fueron la excusa por la cual miles de ciudadanos, artistas y víctimas clamaron a la sociedad por un alto al conflicto armado. El Museo de Memoria de Colombia es un escenario en donde los relatos se vuelven una polifonía por la paz.

“Las actividades pedagógicas y culturales que se desarrollaron en los 32 días de la exposición reflejaron la diversidad de la región, dieron espacio a diálogos plurales e hicieron que los visitantes se divirtieran, y al mismo tiempo se cuestionaran y reflexionaran sobre las dinámicas violentas y las posibilidades que tenemos como sociedad para superarlas.  El buen balance que realiza el Museo de Memoria fue posible al gran compromiso de varios equipos de trabajo y el apoyo de muchas personas e instituciones; nos alegra profundamente que la colaboración en la diversidad incluyó tanto aquello que vimos y vivimos, como aquello que no se observa a primera vista de la exposición”, afirmó Rafael Tamayo, director del Museo de Memoria de Colombia.

Las organizaciones de víctimas fueron quienes en su mayoría impulsaron estos eventos. Los familiares de los diputados del Valle, Santa María Fundación,  Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo, el  Colectivo Rostros y Huellas y la  agrupación Teatro por la Vida de Buenaventura, el  Teatro por la Paz Tumaco, Representantes del Consejo comunitario de Yurumanguí de Buenaventura, la Minga Muralista del Pueblo Nasa, los Guardianes del Río Atrato, Agrupación Integración Pacífica y la Casa Cultural del Chontaduro fueron solo algunos de quienes participaron en acciones memoriales, conversatorios y muestras artísticas.

“Trabajar junto al Museo de la Tertulia fue determinante, pues permitió que la relación entre el arte, la memoria y las expresiones culturales locales tuvieran una plataforma donde visibilizar proyectos de largo aliento. “Es una exposición muy rica en recursos narrativos que nos muestra una Colombia narrada desde las mismas víctimas y su diversidad. Los museos tenemos un papel muy importante, hay que resaltar cómo el artista de hoy habla y tiene un discurso alrededor de lo que lo toca: el medioambiente, las problemáticas sociales. Desde La Tertulia es una apuesta misional, somos un museo que contribuye a la transformación y el diálogo desde el arte, desde la reflexión crítica que nos compete como seres humanos”, afirmó Ana Lucía Llano directora del Museo La Tertulia.

Un museo para la educación

Poner en discusión la memoria como un tema transversal en distintos contextos abre la posibilidad de mirar el pasado, reflexionar y conversar sobre lo que está en nuestras manos, en el presente, para construir un futuro distinto. Colegios de distintas comunas y estudiantes universitarios participaron en recorridos guiados en los que se tuvo en cuenta de forma diferenciada sus edades. Con ellos se emplearon distintas estrategias para comprender cómo han vivido el conflicto armado, luego cómo lo han vivido otras personas y cómo podemos proponer ideas para la construcción de paz.

“Asistieron en promedio unos 3.000 estudiantes con 300 profesores acompañando. Es una zona que hace mucho requería una exposición que abordara estos temas, con la vocación del Museo pudimos escucharnos y aquí reside su valor”, afirmó Juan Ricardo Barragán, coordinador del equipo de educación de Museo.

El futuro del Museo de Memoria de Colombia

Después de una caravana por Colombia, en la que recorrimos Villavicencio, Cúcuta y Cali, el museo seguirá trabajando para poder ofrecer una experiencia similar en la Costa Caribe colombiana, además de construir su edificio sobre la Calle 26 en Bogotá y abrir sus puertas en 2021. Este será un corazón que desde Bogotá se conectará con otros sitios y lugares de memoria del país, trabajará de la mano con colegios, universidades, centros de pensamiento, organizaciones sociales y líderes sociales. En él, víctimas, sobrevivientes del conflicto y ciudadanos podrán encontrar un espacio en el que la conversación, el disenso y la reflexión sean mecanismos que permitan pasar uno de los capítulos más duros como nación.

Publicado en Noticias CNMH



Buenaventura, Cali, Museo de Memoria de Colombia, Museo la Tertulia, Rafael Tamayo

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