El Grupo Regional de Memoria Histórica de la Universidad de Córdoba en Montería, está conformado por estudiantes, profesores y empleados de la universidad que se han venido capacitando en temas relacionados a la construcción de memoria, para ser ellos quienes cuenten lo que ocurrió en este recinto educativo durante los años más álgidos del paramilitarismo que vivió la región. Dentro de este proceso han sido muchas las historias escuchadas y los temas trabajados pues, en su mayoría, quienes hacen parte del grupo fueron víctimas y vivieron la violencia en la institución.
A este período de violencia lo llaman “la toma a sangre y fuego de los paramilitares”, debido a los distintos hechos de violación de derechos humanos que cometieron las autodefensas durante la época de su predominio en la zona: asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos y amenazas, además de cambios en las relaciones académicas y sociales de la comunidad universitaria. Además, esta toma no fue solamente a través de acciones violentas, pues los paramilitares lograron controlar los recursos públicos y en general las dinámicas sociales de la universidad desde adentro, por medio del nombramiento como rector de Claudio Sánchez, desde 2002 hasta el 2008, cuando fue capturado por el CTI debido a sus presuntos nexos con grupos paramilitares, sin embargo, actualmente se encuentra prófugo de la justicia. Sus presuntos vínculos con los grupos paramilitares fueron reafirmados por Salvatore Mancuso en versiones libres
Los cambios sociales se generaron tras un proceso de estigmatización y violencia selectiva en la Universidad (período 1987-2000), y continuó con la toma a partir de los estamentos y las cátedras de la universidad, al respecto una de las víctimas narra: “en esa época primero empezó la violencia contra los estudiantes, trabajadores y empleados, asesinatos, desplazamientos… y después nos quitaron las convenciones colectivas y nuestros derechos”.
La reconstrucción de esta historia es lo que el Grupo Regional de Memoria Histórica está trabajando a través de la construcción de un informe y de piezas comunicativas, para poder enseñar a la comunidad universitaria, al país y al mundo entero la manera en que la Universidad de Córdoba fue cooptada.
Uno de las tantos relatos es el de tres agrónomos que fueron desaparecidos y asesinados por los grupos paramilitares, una historia que marcó a la comunidad universitaria y que detonó en la desintegración de los movimientos estudiantiles que aun existían, según el relato de uno de los estudiantes de la época: “tras la muerte de los tres agrónomos se intensificaron las amenazas y tuvimos que desplazarnos por nuestra seguridad”.
Los tres agrónomos trabajaban en la aplicación de la encuesta sobre ruralidad realizada por el DANE en 1997, se encontraban en el municipio de Puerto Libertador en Córdoba, cuando fueron abordados por paramilitares y asesinados. Sus familiares los creyeron secuestrados y luego desaparecidos por más de un año cuando en extrañas circunstancias fueron encontrados sus cuerpos y verificadas sus identidades. Hace poco en versión libre el exparamilitar Salvatore Mancuso aceptó la responsabilidad sobre la muerte de los tres agrónomos de la Universidad de Córdoba, diciendo que fueron confundidos con informantes de la guerrilla en la zona.
De la misma manera ocurrió con la desaparición de varios líderes estudiantiles, lo que llevó al movimiento estudiantil de la época- con apoyo de la Universidad y de los familiares de las víctimas- a realizar marchas protestando por la pérdida de los estudiantes y reivindicando la necesidad de dejar por fuera de la guerra a la sociedad en general.
Además de estas protestas, en un acto simbólico de resistencia y tras haber encontrado los cuerpos de las víctimas, realizaron la siembra de tres árboles de roble que representan los agrónomos asesinados, la resistencia de su memoria y las luchas realizadas a pesar de los hechos sucedidos. La idea de los miembros del movimiento estudiantil era poner una placa conmemorativa frente a los árboles, sin embargo, varias amenazas y persecuciones hicieron que los líderes tuvieran que desplazarse y dejar de lado las acciones referentes al movimiento estudiantil, razón por la cual hoy en día no existe dicha placa.
Actualmente el Grupo Regional de Memoria Histórica se encuentra realizando varios perfiles biográficos sobre las víctimas y unas crónicas sobre los hechos que marcaron a la Universidad. Además, en el marco del trabajo de implementación de medidas de reparación colectiva, se realiza la construcción conjunta del diseño de la placa conmemorativa para que ésta sea finalmente puesta frente a los árboles de roble, esperando con esto contribuir a la construcción de memoria colectiva que dignifique a las víctimas y que fortalezca la construcción de una identidad sin ningún tipo de estigmatización en la Universidad de Córdoba.