Autor: CNMH

Filbo 2023

Colombia y México estrechan lazos en un mural sobre sus memorias que será develado en la FILBo

Olor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

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CNMH

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CNMH

Publicado

20 abril 2023


Colombia y México estrechan lazos en un mural sobre sus memorias que será develado en la FILBo

  • «Somos la memoria del olvido» es el nombre de la obra de 30 metros de largo que construirán conjuntamente 30 artistas latinoamericanos a lo largo de cuatro días.
  • Las acciones performáticas que permitirán la construcción del mural son el resultado de la articulación del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes, y México como país invitado a la FILBo.
  • La obra será develada en el stand de México en la feria del libro y formará parte de la colección del Museo de Memoria de Colombia, como un gesto de amistad de México para Colombia.

La tradición del muralismo mexicano se adueñará de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), yendo mucho más allá de la exposición inmersiva en el Pabellón México, la cual narra 100 años de este movimiento artístico. El muralismo se convertirá en el medio para contar las historias de Colombia y México, países hermanados por pasados y presentes dolorosos y violentos que tienen la necesidad de mantener viva la memoria, recordando para no repetir.

En este contexto, 30 artistas latinoamericanos se unirán bajo la dirección del curador mexicano Emilio Payán para crear un mural de 30 metros de largo, mediante un ejercicio performático. A lo largo de cuatro días, los artistas asistirán a un taller conceptual y a laboratorios teórico-prácticos antes de la gran acción performática, en la que dispondrán las láminas de grabado de forma consecutiva, para después ser entintadas con rodillo y tinta litográfica y cubrir finalmente la tela.

La obra resultante llevará por título «Somos la memoria del olvido» y abordará el recuerdo como brújula del futuro a través de preguntas como: ¿cuáles son los objetos de nuestros recuerdos? ¿Qué recordamos? ¿De quién es la memoria? ¿Cómo recordamos? Las respuestas serán un testimonio de la diversidad y riqueza cultural de América Latina, ya que experimentamos, disfrutamos y reflexionamos desde distintas perspectivas.

Dada la fuerza conceptual del mural, el Centro Nacional de Memoria Histórica, responsable de la construcción del Museo de Memoria, propuso la participación de artistas que han sido víctimas del conflicto armado en Colombia. Sus procesos son considerados como significativos para este ejercicio y se sumarán a las iniciativas de los demás invitados. 

Conozca en el listado anexo a los y las artistas que participarán en el mural

El 23 de abril la obra será exhibida y descubierta en el Pabellón México, donde las anécdotas, momentos y enseñanzas del proceso serán compartidas por los artistas en un diálogo con estudiantes y profesores, a partir de las 11:00 a. m. Tras la prestación del mural, este será donado al Museo de Memoria de Colombia como un obsequio del país azteca y será un recordatorio de la necesidad de mantener vivas las historias de aquellos que han sido afectados por la violencia y el olvido.

La iniciativa no solo busca enriquecer la experiencia cultural de los visitantes de la FILBo, sino también promover la importancia del arte como medio de expresión y herramienta para la construcción de memoria colectiva. Este proyecto es posible gracias a la colaboración del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de los Andes, y México como país invitado de honor.

 Los encuentros desde Corferias

Los lazos con el país invitado no terminarán el domingo 23 de abril con la presentación del mural; a lo largo de la semana, se llevarán a cabo dos charlas en el pabellón de México.

  • «Las raíces del conflicto armado; las raíces de las violencias»

Fecha: 27 de abril. 11:00 a.m. — 11:45 a.m.

Lugar: Auditorio Pedro Páramo, Pabellón de México, país invitado de honor, Corferias.

  • «Lanzamiento del informe sobre los bloques paramilitares de Montes de María y Mojana»

Fecha: 2 de mayo. 11:00 a. m. — 11:45 a. m.

Lugar: Auditorio Pedro Páramo, Pabellón de México, país invitado de honor, Corferias.

 

Artistas que participarán en el mural

Ailyn Mosquera
Antonio Ortiz Herrera «Gritón»
Bastardilla
Camila Barón Garzón
Carlos Ortiz (Mampuján Tejiendo Sueños)
Daniel Felipe Rodríguez
Daniel García Lozano
Erik Arellana Bautista «Chico Bauti»
Erika Diettes
Fernando Arias
Isabella Siabato Jara
Johan Estiven Ruiz Josa
Johan Samboní (Puerto Resistencia)
Juana Alicia Ruíz (Mampuján Tejiendo Sueños)
Lina María Patiño Góngora (Coomunarte)
Luz Manuela Avella Faura
Marcos Roda
Miguel Ángel Hernández Mendieta
Miguel Ángel Rojas
Patricia Soriano
Pitter Sepúlveda (Puerto Resistencia)
Ricardo Peláez
Santiago Díaz Cifuentes
Santiago Parra
Sergio Sánchez Santamaría
Silvia Narváez (Casa de la Memoria de Nariño)
Tatiana López (Casa de la Memoria de Nariño)
Triana Parera
Vanessa Nieto
Violeta Anahí Pulencio
Wilson Ramírez Guzmán (Coomunarte)

 

 Perfil de los artistas convocados por el CNMH

 

Johan David Samboní Esquivel
Puerto Resistencia
Cali, Colombia

 Johan Samboní es un artista del oriente de Cali, cuyo trabajo está atravesado por realidades sociales que hacen parte de su entorno inmediato, centrándose en reflexiones y cuestionamientos sobre la representación de la marginalidad y las identidades que la habitan. Recientemente, realizó su primera exhibición individual en el Museo de Arte Moderno de Medellín. Ha participado en exposiciones colectivas, en espacios como el Museo La Tertulia de Cali, Galería Santa Fe y Espacio Odeón en Bogotá; Museo Rayo en Roldanillo y el Museo de Antioquia en Medellín. Ha sido merecedor de diferentes reconocimientos, como el premio Programa C Arte Digital, Reconocimiento Nacional XVII Salones Regionales de Artistas del Ministerio de Cultura y Premio Artecámara, en alianza con El Tiempo y ArtBo 2019. Desde 2016 es integrante del Colectivo Monómero junto con Dayana Camacho.

Pitter Sepúlveda
Puerto Resistencia
Cali, Colombia

Peter LP es defensor de derechos humanos de la Corporación Colectivo de Abogados Suyana y hace poco asumió la coordinación local de la colectividad. Es técnico profesional en Seguridad y Salud en el Trabajo, egresado de Intenalco Educación Superior, donde fue representante estudiantil ante el Consejo Directivo con el fin de organizar al estudiantado para la inclusión participativa en la toma democrática de decisiones institucionales. Es activista político y social hace aproximadamente doce años, y en noviembre de este año cumple cuatro años de activismo en Puerto Resistencia. Es uno de los miembros fundadores de la convergencia social Colectivos Unidos en Puerto Resistencia creado a mediados del 2020. También pertenece a la Mesa Territorial de la Diversidad de la Comuna 11 de Cali, como parte de la población LGBTIQ+. Es veedor ciudadano y miembro de la Asociación de Vendedores Informales Estacionarios y Semiestacionario (ASOVAES) en defensa de los derechos de los vendedores informales de Cali. Desde el año 2022, hace parte de la militancia del Partido Comunes, hoy en día asume la Comisión en Cali de Derechos Humanos del Partido.

 

Silvia Narváez
Casa de la Memoria de Nariño
Pasto, Nariño

Es investigadora, gestora y directora de la Fundación Casa de la Memoria de Nariño, sus intereses oscilan entre los procesos de construcción de memoria colectiva, la construcción de paz con base en el estudio del concepto de identidad individual, personal y social, y el rol del arte en la sociedad y en la manera de hacer reparación comunitaria. Es coordinadora y museóloga en la construcción del Museo Itinerante de la Memoria «Memorias Entrelazadas», con base en el trabajo cocreativo con asociaciones de víctimas del conflicto armado en el departamento de Nariño. Logró la consolidación de la guía metodológica del Museo Itinerante, su guion museológico y el proceso de transferencia de aprendizajes sobre mediación museal a voluntarios de la Casa de la Memoria de Nariño.

 

Tatiana López
Casa de la Memoria de Nariño
Pasto, Nariño

Ilustradora nacida en la ciudad de Ipiales. Actualmente trabaja como diseñadora gráfica en la fundación Casa de la Memoria de Nariño y el Café Moneta, donde adicionalmente se ha desempeñado como curadora y community manager. Sus principales intereses están guiados hacia el diseño editorial, la creación de personajes y las causas sociales.

 

Inty Maleywa
Coomunarte
Medellín, Antioquia

Inty Maleywa es la voz de una mujer que nació en la ciudad de Medellín (Colombia), lleva en su interior la geografía andina y sus comunidades. Es artista visual, publicista, magíster en Artes y firmante de paz.

En su proceso, ha desarrollado las líneas del dibujo, diseño gráfico, fotografía, audiovisuales, performance y participación comunitaria. En ese sentido, ha realizado diversas actividades artísticas como laboratorios, talleres, radioarte, actos performativos, entre otras dinámicas marcadas por los vínculos con las comunidades.

Actualmente, es la representante legal del colectivo de artistas organizados en la forma asociativa de la economía social y solidaria, nombrada Cooperativa Multiactiva de Artistas del Común (Coomunarte), con el cual realiza acciones artísticas y pedagógicas aportando a la construcción de paz en Colombia.

 

Wilson Ramírez
Coomunarte
Viotá, Cundinamarca

Nació en Florencia, Caquetá. Realizó sus estudios de primaria en La Tagua, Putumayo. Desde muy joven participó en la Juventud Comunista (JUCO) y, cuando llegó a sus 18 años de edad, fue militante del Partido Comunista Colombiano hasta su ingreso a la guerrilla de las FARC-EP. Su nombre de lucha insurgente fue Teófilo González, y se dio a la ardua labor de escribir un libro para dar testimonio de su trayectoria como guerrillero durante 28 años.

Su relato, a través de un lenguaje franco y sencillo, deja conocer las múltiples vicisitudes de este grupo insurgente, lo cual permite la comprensión de las subjetividades de los hombres y mujeres que decidieron optar por la lucha armada como una alternativa para hacer posibles transformaciones socioeconómicas. En el año 2022, reeditó su libro Adiós a las armas y publica su segundo libro Ellos también tienen su propia historia. Además, es protagonista del documental La niebla de la paz, que actualmente está en cines y fue dirigido por el alemán Joel Stangle.

 

Juana Alicia Ruiz
Mampuján Tejiendo Sueños
María La Baja, Bolívar

Es una mujer negra de origen campesino, lideresa social, madre de dos hijas. De profesión es Nutricionista Dietista. Es especialista en Investigación Aplicada a la Educación, es magíster en Construcción de Paz y Conflicto Social de la Universidad de Cartagena y es docente en el área de procesamiento de alimentos en la IETA Agroindustrial de San Pablo desde hace 21 años. Es artista de tela y fundadora de las Tejedoras de Mampuján. Ganó el Premio Nacional de Paz, Premio Colombo Suizo de Creatividad en la Vida de la Mujer Rural y obtuvo el premio a la Maestría Artesanal Etnia Diversidad e Inclusión de Artesanías de Colombia en 2022.

 

Carlos Ortiz
Mampuján Tejiendo Sueños
María La Baja, Bolívar

Es oriundo de Mampuján, María La Baja, Bolívar y es técnico en Presentación de Radio y Televisión, y técnico en Producción Agropecuaria. Hizo su pregrado en Comunicación Social y hace parte del relevo generacional en liderazgo de la comunidad de Mampuján, es aprendiz de las Tejedoras de Mampuján, que consiste en coser telas sobre telas, también lidera, con otros jóvenes, el tema de turismo en su comunidad. Hace parte de la ejecución del proyecto curatorial del museo de víctimas de Mampuján.

 

Bastardilla
Bogotá D. C.

Bastardilla es el seudónimo de una pintora de espacios públicos anónima. Sus obras comenzaron a verse de manera fugaz por los muros de Bogotá en el 2005 y pronto comenzaron a multiplicarse también gracias a invitaciones en diferentes festivales y proyectos comunitarios e independientes por diferentes países, como Bolivia, México, Francia, Italia, Dinamarca, Camboya, Palestina, Chile, entre otros tantos.

Su trabajo pictórico en muros indaga por un diálogo entre las imágenes y el espacio público; la arquitectura y contextos sociales componen cada una de las obras que habita con lenguajes visuales en perspectiva política, dirigidos a las reflexiones de transeúntes sensibles a las violencias. Sus referencias se vinculan a procesos organizativos populares contra la discriminación de clase, de género, racialización, así como a la defensa por la autonomía, la memoria, migración, el medio ambiente y la soberanía territorial. Son «imágenes bastardas» construidas a partir de la performatividad y los imaginarios que surgen de personas subalternas en lucha.

 

Erik Arellana Bautista
Bogotá D. C.

Chico Bauti, o Erick Arellana Bautista, es poeta, documentalista y periodista colombiano, hijo de Nydia Erika Bautista, desaparecida forzadamente por el Estado colombiano el 30 de agosto de 1987 en Bogotá. Fusiona la poesía, la música, las artes visuales y los testimonios de víctimas y sobrevivientes del conflicto, para darle vida a historias de colombianos que viven exiliados en su propia tierra, conjugando sus experiencias propias.

Erik Arellana Bautista ha sido becario del PEN (Poetas, Ensayistas y Novelistas) Zentrum Alemania, entre mayo de 2014 y agosto de 2017, en el programa Escritores en el Exilio, financiado por el Ministerio Alemán de Cultura y Medios. Ha publicado en Colombia una trilogía poética compuesta por Tránsitos de un hijo al Alba (2011), Transeúntes y migrantes (2013) y Travesía de la primavera, y un libro de relatos titulado Memorias vividas en cuadernos de viaje. En Alemania, participó en diversas antologías de poetas por la libertad de expresión y sobre el tema de los migrantes en Europa. Ha publicado cuentos, relatos y artículos periodísticos. Su poesía ha sido traducida y publicada en alemán.


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El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Tomo II

El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Tomo II

Libro

El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Tomo II


Entre 1999 y 2006 las estructuras asociadas al Bloque Central Bolívar (BCB) se multiplicaron en distintas regiones de Colombia, e impusieron una violencia degradada que combinaba el discurso contrainsurgente y las lógicas mafiosas de los carteles. El avance armado le permitió garantizar el control de las distintas rutas del narcotráfico y contener procesos sociales y políticos alternativos considerados por fuera del orden paramilitar.

En la expansión, la estructura llegó a tener presencia en 15 departamentos y en más de 200 municipios. Este proceso tuvo como epicentro el bajo Cauca, desde donde Macaco direccionó la incursión hacia regiones de Antioquia y el Eje Cafetero; la sucesión de grupos ACCU en Putumayo y Caquetá; y la penetración de ejércitos exógenos a Nariño, Meta y Vichada. Su anunciado despliegue violento dejó un número enorme de víctimas ante el silencio y la inacción de gran parte de la institucionalidad.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, por medio de su Dirección de Acuerdos de la Verdad, presenta la segunda fase de la colección de informes sobre el Bloque Central Bolívar, denominada El Bloque Central Bolívar y la expansión de la violencia paramilitar. Se trata de tres tomos que complementan los informes Arrasamiento y control paramilitar en el sur de Bolívar y Santander y que dan cuenta de la expansión de la estructura en Antioquia, Caldas, Risaralda, Nariño, Putumayo, Caquetá, Meta y Vichada. Así, en el tomo I se aborda la trayectoria orgánica de las estructuras BCB Zona Antioquia y Frentes Guática y Pipintá. En el tomo II, los Bloques Libertadores del Sur y Sur Putumayo y el Frente Sur Andaquíes, mientras que en el tomo III se desarrolla el análisis de su actuación en cuanto a repertorios de violencia, relaciones con fuerza pública, proyecto político, financiación y relaciones económicas, y daños e impactos en las comunidades.




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lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

El eco de las víctimas: nueve lugares de memoria

Olor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

20 abril 2023


El eco de las víctimas: nueve lugares de memoria

  • Entre el 9 y el 15 de abril del presente año, se conmemoró el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, en el que sus voces y procesos fueron protagonistas en distintos lugares  de Colombia.

Desde distintos lugares del país, las víctimas del conflicto armado han trabajado en diversas iniciativas encaminadas hacia la construcción de paz y de memoria. Durante abril, nueve de esos procesos se reunieron para trabajar alrededor del concepto de «memorias del olvido».

Con ocasión del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, se llevó a cabo una serie de eventos apoyados por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). La entidad conmemoró esta fecha desde la capital con la exposición «Nueve más que nueve» y, como una ola expansiva, se realizaron actividades simultáneas en nueve lugares de memoria.

 

Los rostros de la memoria (Florencia, Caquetá)

Ponerle una cara al dolor de la guerra es una tarea titánica de hacer, sin embargo, el Museo Caquetá le apostó a mostrar «Los rostros de la memoria». La exposición se construyó a partir de unas piezas gráficas que cuentan las historias de vida de algunas de las víctimas del departamento. 

Los habitantes de Florencia conocieron las narrativas que se construyeron a partir de unas entrevistas a los familiares de las víctimas, quienes asistieron al evento de apertura. Después del 9 de abril, la exposición no se quedó quieta, pues ha viajado por distintos municipios de Caquetá y estará presente hasta el 30 de este mismo mes.

  • Museo de Caquetá

    Museo de Caquetá

  • Museo de Caquetá

    Museo de Caquetá

  • Museo de Caquetá

    Museo de Caquetá

  • Museo de Caquetá

  • Cortesía del Museo Caquetá

 

Víctimas: resistiendo al olvido (Quibdó, Chocó)

«Las violencias no se han manifestado con la misma intensidad ni de la misma forma en todas las regiones del país, mucho menos en iguales proporciones frente a todos los grupos étnicos», indicó un integrante de Muntú Bantú: Centro de Memoria Afrodiaspórica de Colombia. Esas fueron las palabras con las que inició el vocero la disertación de la organización, presentada el 9 de abril de manera virtual.

Su intervención estuvo acompañada por la directora de la organización, María Fernanda Parra, quien resaltó la importancia de la conmemoración y recordó los distintos tipos de violencias que han sufrido las mujeres negras. «Nosotras demandamos condiciones y garantías para la no repetición», agregó. 

Para resistir al olvido y al silencio, hicieron esta presentación:

  • Cortesía de Muntú Bantú

 

Escucharnos, encontrarnos (Cúcuta, Norte de Santander)

El arte es una de las formas de expresar las heridas cuando las palabras se quedan cortas. Las mujeres víctimas y colectivos de jóvenes entendieron ese poder de catarsis y presentaron una serie de manifestaciones artísticas en el centro comercial Unicentro, en Cúcuta.

El encuentro, realizado el 9 de abril, fue liderado por la Mesa de Memoria Histórica de Norte de Santander. En la mañana y tarde de aquel domingo, la población tuvo la oportunidad de entablar una conversación sobre las consecuencias de la violencia en Colombia y la importancia de trabajar en pro de la memoria.

  • Unicentro Cúcuta

  • Unicentro Cúcuta

Cortesía de la Mesa de Memoria Histórica de Norte de Santander.

 

Olor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

«Buscamos que los procesos creativos no se queden en el producto, sino que sea todo un proceso de sanación y catarsis», explicó Daniela Posada, integrante de Agroarte. El 9 de abril se encontraron 33 organizaciones de base, en la Comuna 13 de Medellín, para inaugurar la exposición «Olor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria». 

En la congregación, se visibilizaron seis historias de mujeres resilientes a la guerra. La población antioqueña pudo ser testigo de cómo el arte les permitió a las víctimas hacer un proceso de sanación de sus vivencias durante el conflicto armado.

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

Crédito: Giorgos Tsarbopoulos.

 

Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas (Pasto, Nariño)

Desde el 9 hasta el 14 de abril, la Casa de la Memoria de Nariño realizó distintas actividades simbólicas, artísticas y académicas para conmemorar a las víctimas del conflicto armado. Entre estas se destacaron los talleres «Bordar la memoria/situar el conflicto en la ciudad» y la proyección del conversatorio «Cuando las aguas se juntan».

 

Proyecto Territorios: siempre miércoles a las doce (Medellín, Antioquia)

El Museo Casa de la Memoria lideró un cronograma de actividades en el marco del Proyecto Territorios, para fortalecer a organizaciones sociales, civiles y de víctimas con incidencia en Medellín. Desde el 9 al 14 de abril, se hicieron movilizaciones, conversatorios y exposiciones para seguir cultivando espacios que cuiden las memorias. 

El CNMH resaltó la manifestación que se efectuó el 12 de abril en la avenida Jorge Eliécer Gaitán —mayormente conocida como avenida Oriental o avenida El Dorado—. La entidad recordó el magnicidio del líder, a causa de su posición política, el 9 de abril de 1948: «rendimos tributo a este hombre que tantas enseñanzas dejó para la sociedad», escribió el Museo Casa de la Memoria en Instagram.

Cortesía del Museo Casa de la Memoria.

 

Apropiación del Centro Nacional de Memoria Histórica del Litoral del Pacífico (Buenaventura, Valle del Cauca)

Entre el 12 al 14 de abril, la Minga por la Memoria y la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas, Protección y Memoria, del Movimiento Paro Cívico, desarrolló una gran jornada de solidaridad con las víctimas. 

Entre las actividades se resalta la minga de limpieza del Centro Nacional de Memoria Histórica del Litoral del Pacífico (CNMHL). La organización manifestó que la apropiación de ese lugar representa «una conquista social en el marco de la reparación de las víctimas». 

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • lor a tiempo. Un hilo tejido por la memoria (Comuna 13, Medellín)

  • Buenaventura

Cortesía de la Minga por la Memoria y la Mesa de Acceso a la Justicia, Víctimas, Protección y Memoria del Movimiento Paro Cívico.

 

Insistir y resistir para convivir (Yacopí, Cundinamarca)

En la institución educativa Ruinas de Yacopí Viejo, los jóvenes recibieron los mensajes e historias de vida de los adultos mayores para la no repetición del conflicto armado en Colombia. En el ejercicio de construcción de memoria, se expuso el montaje de las fotografías inéditas del municipio antes y después del reconocido bombardeo en 1952. 

La iniciativa la generó el grupo Parchemos por Yacopí y también contó con una integración del colegio Eduardo Santos, que aportó a la transformación de espacios afectados por la violencia en sitios marcados por el arte, la cultura y la esperanza. Por eso, el encuentro finalizó con un mural de la historia del municipio.

  • Exposición Yacopí

  • Exposición Yacopí

Cortesía de Parchemos por Yacopí.

Saberes y memorias de Palenque: una apuesta de la Casa Museo «Simankongo» (San Basilio de Palenque, Bolívar)

En San Basilio de Palenque no solo se conmemoró a las víctimas, sino que también recordaron el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán. El 15 de abril, los habitantes del municipio de Bolívar hicieron un recorrido guiado desde el monumento del líder político, sin embargo, la apuesta de la Casa Museo «Simankongo» no se quedó allí. 

La organización contempló una estrecha relación entre la memoria histórica y las labores culturales. Como resultado, la cocina tradicional, la producción de piezas y objetos artesanales, y la música fueron los tres protagonistas en el evento de San Basilio de Palenque. 

  • Setexto Tabala

  • Cocina tradicional palenquera

  • San Basilio de Palenque

  • Cocina tradicional palenquera


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Un poco de verdad para respirar

Un poco de verdad para poder respirar

Un poco de verdad para respirar

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Un poco de verdad para respirar. Trayectoria e impactos de los bloques paramilitares Montes de María y Mojana


La historia de los Montes de María, la subregión del Canal del Dique y la región de la Mojana transitó entre los intentos de construcción de identidad y paz surgidos a partir de la consolidación de las organizaciones campesinas y la violencia ejercida por grupos al margen de la ley y agentes de la fuerza pública. La lucha por la distribución equitativa de la tierra fue contrarrestada con la creación de ejércitos privados, defensores de los intereses de grandes poseedores de tierra, quienes actuaron de manera violenta contra el movimiento campesino. Estos grupos mutaron en estructuras paramilitares con presencia desde el mar Caribe, las montañas de María y el río Magdalena.

El fenómeno paramilitar incursionó usando el terror y la estigmatización como armas contra la población civil, que fue sometida a través de crímenes como masacres, desapariciones forzadas, violencia sexual, entre otros hechos. Mediante estas acciones, los paramilitares pudieron controlar y lucrarse de todas las esferas públicas y privadas, y se convirtieron en el poder hegemónico en los departamentos de Bolívar y Sucre.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), por medio de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV), entrega este informe titulado Un poco de verdad para poder respirar. Trayectoria e impactos de los bloques Montes de María y Mojana, el cual recoge los testimonios aportados al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad (MNJCV) por personas desmovilizadas de las estructuras paramilitares Bloque Montes de María y Frente Mojana, así como las contribuciones voluntarias de víctimas y testigos en los territorios de los Montes de María, la región de La Mojana y la subregión del Canal del Dique.

Este informe rescata las voces de los protagonistas, quienes con sus relatos narran la incursión, las acciones armadas y los momentos de terror y control territorial de estas estructuras. Estas voces se convierten en la memoria colectiva de la presencia del paramilitarismo en los territorios y del impacto que este tuvo en las vidas y los recuerdos de sus habitantes, en una región en la que aún se encuentran muchos silencios y miedos, pero también muchas voces que resisten al olvido.


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Museo de Memoria de Colombia: de un espacio tradicional a una propuesta renovada

Museo de Memoria de Colombia: de un espacio tradicional a una propuesta renovada

Museo de Memoria de Colombia: de un espacio tradicional a una propuesta renovada

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CNMH

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Publicado

14 abril 2023


Museo de Memoria de Colombia: de un espacio tradicional a una propuesta renovada

  • Durante la última jornada de conversaciones en el Exploratorio Nacional, en el marco del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, fueron presentados los avances del Museo de Memoria de Colombia y una de sus exposiciones base: Voces para transformar a Colombia.

Un ejercicio colectivo, de elección de palabras para ubicarlas en su mejor contexto, reveló las ideas que algunas personas tienen acerca de los museos tradicionales y los museos renovados. Los primeros, asociados a cierta visión paternalista, a una voz autoritaria, al monoculturalismo y la cautela, se enfrentan al reto de reconfigurar su camino hacia los segundos: los museos renovados que reflejan un respeto mutuo entre su público y su organización interna.

«Un museo tradicional basa su razón de ser en la colección, pero de nada me sirve tener 32 mil piezas si no las investigo, y tampoco me sirve de nada si no las sé cuidar, y tampoco me sirve nada lo que he hecho si no lo comunico a la gente. Todo esto debe conducir a la reparación simbólica». De este modo, Daniel Castro, asesor del Museo de la Memoria de Colombia, le explicó al público que participó en el conversatorio acerca de los avances de la construcción física y social de esta obra, y cómo debe girar la idea general de este espacio, que se crea como parte del mandato establecido en la Ley 1448 de 2011, más conocida como Ley de Víctimas.

El principal reto que tiene el Centro Nacional de Memoria Histórica, como entidad que levanta el museo, es «cómo culturalmente, con las víctimas y la sociedad civil, podemos transitar del dolor a otras emociones que nos permitan superar la violencia». No olvidar, sino recordar y sanar. No condensarlo en una mole de concreto, sino gestar espacios simbólicos donde las víctimas sean protagonistas y estén en el centro, a través de las diferentes dimensiones del museo: la físico-espacial, la virtual y la territorial.

Estas tres dimensiones expresan, a su vez, las tres «personalidades» del museo, que son: museo de memoria – lugar de memoria – colaboratorio de las memorias. Es un museo que exhibe ideas, pero también un lugar que invita a reflexionar sobre el pasado violento de Colombia. Además, es un escenario de colaboración y colectividad, una suerte de laboratorio que servirá para cocrear y experimentar, porque «un museo es un ente vivo. Un museo se piensa y se construye cotidianamente».

Para finalizar el diálogo, Castro, junto con David Uribe, también asesor del Museo de Memoria de Colombia, explicó la hoja de ruta para encauzar la construcción del edificio que lo albergará, así como la articulación de este espacio físico con nueve equipos móviles regionales y 22 nodos territoriales para descentralizar el museo.

 

Víctimas con carácter heroico

«No pensemos en las víctimas como un sujeto débil, sino como personas con mucha valentía, casi con un carácter heroico». Esta idea bisagra fue el cierre de la primera conversación sobre el museo, pero también un punto de inflexión para dialogar sobre la exposición Voces para transformar a Colombia, que actualmente cuenta con medidas cautelares emitidas por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

El reconocimiento del daño causado y el reclamo de justicia es un hecho heroico que en Colombia ha sido posible gracias a las víctimas. Así que por ellas y con ellas comenzó a construir esta propuesta expositiva, considerada como un piloto para ver cómo podría funcionar el Museo de Memoria, como lo explicó Eric Arellana, líder de la plataforma de esclarecimiento del museo.

«Voces para transformar a Colombia» es una exposición expandida, compuesta por varios elementos que van más allá de los objetos y el mobiliario: su fuerza está en los textos que la soportan y otras piezas acompañadas, en gran parte, por las mismas víctimas que ayudan a narrar la exhibición.

Sin embargo, contar una historia inacabada resulta complicado. Es justo lo que sucede con el conflicto armado colombiano: no ha dado tregua. «Había un hilo rojo para unir las distintas memorias del conflicto, pero es muy difícil hablar del pasado si no se ha resuelto. Así las cosas, se plantea como una exposición que no está terminada: no es conclusiva ni definitiva», subrayó Arellana.

Para construir la exhibición, se tomó como base la investigación realizada hasta ese momento por el CNMH. A partir de esto, se generaron tres ejes narrativos para establecer casos nodales que pudieran relacionarse en diferentes regiones del país. Una vez se definieron los territorios desde los que se hablaría, se trabajaron varias metodologías con las comunidades: algunas piezas fueron construidas conjuntamente con ellas, otras veces se invitó a artistas para crear una obra a partir de lo que vivían con las comunidades, y otras más fueron construidas por el equipo del Museo de Memoria.

Con el piloto montado, llegó el público, sus lecturas y sus sugerencias. Por ejemplo, los textos resultaron complejos para algunas comunidades. «Pero esas sugerencias no fueron bien escuchadas, y se empezó a transformar la exposición tomando un camino equivocado». El senador Iván Cepeda y el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado tocaron las puertas de la JEP para exponer su recelo frente a los cambios propuestos en la pasada administración del CNMH frente a la exposición. La JEP los escuchó y, por primera vez en la historia, se dictaron medidas jurídicas sobre una exposición de memoria, lo que le otorga unas características especiales a Voces para transformar a Colombia.

El camino de reconstrucción de la confianza es el que ahora transita el CNMH y el Museo de Memoria mismo. Dejar la senda de la revictimización y devolverles el estatus a las víctimas presentes y ausentes, a los sobrevivientes y a los resistentes es la labor que convoca hoy a la entidad y sobre la que giran sus directrices.

Por eso las víctimas han dejado de ser sujetos débiles y se han convertido en héroes y heroínas. Su valiosa labor en la defensa de sus derechos y la necesidad imperante de la no repetición de las violencias ha mantenido en pie, pese a todo, una exposición que es suya. Sus voces transformadoras permitirán que no solo la exhibición gravite alrededor de sus memorias, tal y cual las sienten, sino que el Museo de Memoria las honre y las repare, pues esa es su razón de ser.


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Virrua territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo

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Libro

Virrúa territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo


Virrúa: territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo, es el resultado del proceso de reparación simbólica ordenado por el Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Pereira, en la sentencia T-025 de 2018, en la que exhortó al Centro Nacional de Memoria Histórica documentar las vulneraciones de las que ha sido víctima la población del Territorio Ancestral de San Lorenzo, Riosucio. Este fotolibro aborda el proceso de reconstrucción de memoria histórica realizado de manera conjunta con el pueblo emberá chamí de San Lorenzo en el que a través de la construcción de las imágenes y un ejercicio de investigación cualitativa se muestran las afectaciones, resistencias y transformaciones ocasionadas por el conflicto armado en la cultura, el territorio y la espiritualidad de esta comunidad indígena del departamento de Caldas.

Como resultado de este proceso de reparación colectiva se realizó también el corto documental Virrúa: vida y lucha organizativa, Territorio ancestral San Lorenzo que puede ser consultado en el canal de YouTube del CNMH, en el siguiente enlace


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Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

13 abril 2023


Cinco reflexiones sobre la estrategia de territorialización del Centro Nacional de Memoria Histórica

La descentralización y territorialización de los procesos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) fueron las principales demandas de las víctimas, ciudadanos, líderesas y organizaciones sociales que participaron en las juntanzas realizadas durante la Semana por la Memoria, en diciembre de 2022. Los y las participantes de esas juntanzas pusieron sobre la mesa la necesidad de que la entidad cambie sus formas de relacionamiento con las regiones e implemente un despliegue territorial que permita que las memorias plurales de la guerra sean construidas, enunciadas, narradas y visibilizadas desde y para todos los territorios del país.

Durante un conversatorio realizado en el Exploratorio Nacional —uno de los nueve lugares de Colombia donde se desarrollaron acciones para conmemorar el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas—, se plantearon varias reflexiones acerca de la estrategia de territorialización que el CNMH está diseñando en concordancia con las ideas y las exigencias que la sociedad civil ha trazado.  

 

1. El centro: un lugar de confluencias que se piensa y se construye en los territorios

Esta apuesta de territorialización corresponde, según Jesús Flórez, asesor externo del CNMH, a un propósito central: el de hacer que las memorias (diversas por las geografías y los ecosistemas donde emergen, las formas en las que se buscan y se hacen, y las comunidades y personas que las enuncian) se construyan en los territorios. «Entendemos el centro no como un lugar geográfico, sino como un espacio de encuentros, diálogos y confluencias, pensado y construido por muchos y muchas», dice Flórez. 

No se trata, pues, de una descentralización clásica en la que una entidad traslada a sus funcionarios desde la capital hacia las regiones para desarrollar ciertas tareas. De lo que se trata, explica Flórez, es que los territorios sean escenarios de diálogo y que las comunidades sean agentes activos y protagónicos de sus propias iniciativas de memoria.

En la misma dirección, Alberto Santos, investigador del CNMH, añade que, si bien esta entidad ha construido importantes ejercicios de memoria con los territorios, «estos se han mantenido en una lógica de construir desde el CNMH una serie de acuerdos sobre lo que ha sido nuestro pasado», a lo que agrega, «la memoria no es propiedad de una institución, sino de las comunidades y los pueblos. La apuesta será poner al servicio de las personas las herramientas y metodologías para que ellas construyan sus narrativas y sean autoras de sus propios ejercicios y narrativas de memoria», dice Santos.

2.	Hacer memoria del olvido es permitir que emerjan las memorias que permanecen guardadas en los corazones de la gente

2. Hacer memoria del olvido es permitir que emerjan las memorias que permanecen guardadas en los corazones de la gente

Hacer memoria del olvido implica, primero, identificar cuáles son los olvidos y por qué se han dado. «Hay olvidos conscientes e inconscientes. A veces, corresponden a la necesidad de olvidar lo ocurrido para continuar con la vida; otras veces tienen que ver con la imposición de unas narrativas sobre otras», dice Flórez.

La estrategia de territorialización del CNMH quiere reivindicar, de acuerdo con el asesor, aquellas voces alternas de la guerra y la resistencia que, aunque fueron acalladas, no dejaron de existir. Territorializar la memoria implica, en este sentido, desentrañar las vivencias y narrativas que se han intentado borrar; ir a las raíces de las memorias, es decir, a esas memorias que, en palabras de Flórez, «están alojadas en los corazones de las personas, pero no han sido visibles».

 

3. Una experiencia piloto en Antioquia

El CNMH pondrá en marcha una experiencia piloto de su estrategia de territorialización en Antioquia, donde se han gestado importantes experiencias de articulación entre la institucionalidad estatal para la paz y diferentes iniciativas sociales y comunitarias por la reconciliación y la memoria.

Amaury Núñez, director técnico de la Secretaría de No-Violencia de Medellín, cuenta que, tanto para la implementación de los acuerdos de paz como para el desarrollo de procesos de memoria histórica en esa ciudad, ha sido clave reconocer las trayectorias y saberes acumulados de la sociedad civil y sus organizaciones en relación con la mediación de conflictos y la construcción de estrategias de de paz territorial y memoria histórica.

«Es necesario articular la infraestructura institucional para la paz con la infraestructura social para la paz que las comunidades han ingeniado y construido en sus barrios, comunas, territorios, etc.», dice Núñez. Esto, según él, implica fortalecer, acompañar y potenciar técnicamente las iniciativas de memoria histórica de la sociedad civil, que es justamente a lo que le apuesta la estrategia de territorialización del CNMH

 

4. Se hace memoria cuando se denuncia y registra el presente: la experiencia del Pacífico

Las experiencias sociales por la memoria del Pacífico también son referente para la estrategia de territorialización del CNMH. Jesús Flórez cuenta que comunidades de esta región han hecho memoria de la guerra a través de la denuncia permanente de las violaciones a sus derechos.

«No solo se hace memoria al recordar el pasado, sino también al pronunciar una palabra en y sobre el presente, y eso lo saben en el Pacífico colombiano, donde las comunidades registran constantemente su realidad», dice Flórez.

En ese ejercicio de registro y denuncia, han surgido lugares como la Casa de Memoria de Tumaco o la Capilla de la Memoria de Buenaventura, que son posibles gracias a la articulación de organizaciones étnicoterritoriales que se encuentran en procesos de movilización y resistencia a una guerra que se vive en presente continuo.

Experiencias como estas o como la de la Comisión Interétnica de la Verdad del Conflicto Armado son las que, de acuerdo con Flórez, el CNMH debería contribuir a fortalecer y potenciar. 

 

5. El lugar de las memorias en la paz total

La memoria histórica del conflicto armado —dice Amaury Núñez— «debería servir para estimular políticas estatales y prácticas institucionales que promuevan reparaciones y reconciliaciones genuinas, no forzadas». Así, una estrategia de territorialización como la del CNMH resulta clave no solo para potenciar las iniciativas y los ejercicios de memoria de la sociedad civil en las regiones, sino también en la implementación de la política de la paz total.

«Las memorias del conflicto tienen sentido si su horizonte es el de la no repetición», dice Alberto Santos. Haciendo memoria del pasado, pero también del presente, las comunidades ponen en evidencia las causas y los orígenes del conflicto, y los factores que permiten la continuidad de las violencias en sus territorios. Por eso, escuchar esas memorias y darles un lugar central en la búsqueda de la paz total es clave, según Santos, para pensar y garantizar un escenario de no repetición.


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Contra el olvido: «Nueve más que nueve. Memorias en resistencia»

Contra el olvido: «Nueve más que nueve. Memorias en resistencia»

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

11 abril 2023


Contra el olvido: «Nueve más que nueve. Memorias en resistencia»

El Exploratorio Nacional acoge la exhibición: «Nueve más que nueve. Memorias en resistencia», que conversa con este lugar de memoria esencial para la lucha gaitanista y que revela las resistencias de otras tantas víctimas del conflicto armado colombiano y de la violencia sociopolítica. 

El Exploratorio Nacional, ubicado en la localidad de Teusaquillo de Bogotá, es un edificio diseñado por el arquitecto colombiano Rogelio Salmona y cuya construcción y adecuación no ha sido concluida. Es una bella e imbricada edificación compuesta por cuatro polígonos centrales que, desde el aire, se ven como una columna de figuras yuxtapuestas que revelan la inmensidad de esa manzana que alcanza su construcción. Justo en el corazón de la estructura principal se encuentra el surco donde fue sembrado –y no enterrado– Jorge Eliécer Gaitán, lleno hoy de rosas y girasoles. Alrededor, rampas y caminos que suben y bajan, que conectan esos grandes espacios abiertos pensados para el estudio del pensamiento del líder. 

La arquitectura moderna del espacio conversa con las ideas transformadoras de Gaitán y por eso el recinto es un lugar fundamental de la memoria del movimiento gaitanista. La vocación democrática que aloja vive un intento de reactivación desde hace algún tiempo, en especial desde que el Exploratorio volvió a abrir sus puertas para ser limpiado y adecuado para la conmemoración de los 75 años del magnicidio de Gaitán, y cuyo hecho marcó el calendario como el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, cada 9 de abril. 

Así, la resistencia de los gaitanistas, que durante más de siete décadas han mantenido vivo el espíritu y las ideas del dirigente, se une a tantas otras que han atravesado la historia del conflicto armado colombiano. Algunas de esas memorias se conjugan en «Nueve más que nueve. Memorias en resistencia», una exposición propuesta por el Museo de Memoria de Colombia, del Centro Nacional de Memoria Histórica, que propone una articulación entre la gran estructura del Exploratorio y las historias que guardan otros nueve lugares de memoria del país

Alrededor del surco de Gaitán ahora hay más que amplios espacios vacíos, que esperan una renovación: empieza a florecer, como las ramas que se abren paso entre las paredes, un diálogo de memorias plurales y diversas, con voces de diferentes acentos, que revelan los nuevos caminos que ha decidido tomar el Centro Nacional de Memoria Histórica; las demandas, ideas y propuestas de las víctimas y sobrevivientes. 

A partir de diferentes estaciones con piezas audiovisuales se refuerza este mandato democrático en primera persona, al tiempo que varias instalaciones y acciones performáticas narran cuatro de las resistencias que, entre otras, siguen tomando forma para evadir al olvido: 

 

Las escaleras

El recorrido empieza en las escaleras que parecen jugar a desdoblarse y reflejarse entre sí. De un lado, una de las fotografías de Luis Alberto Gaitán, «Lunga», quien siguió los pasos del político hasta su asesinato. Esa imagen inmortalizó un momento de la lucha gaitanista en la plaza de toros La Macarena, así que el juego de la proporción y la profundidad de los escalones se asemejan a la sensación de las gradas de la plaza. Al lado, un fragmento de la oración «Retomando la marcha», que pronunció el líder político y que contextualiza las luchas gaitanistas por el mandato popular: ideas que se abren camino con proyección de futuro y que retoman fuerza en el presente.

Exposición Nueve más que nueve

 

Las sillas vacías

El elemento simbólico de la silla vacía, que recuerda a los ausentes presentes, es el protagonista en esa instalación que se encuentra en el segundo piso de la edificación. Compuesta por dieciséis fotografías puestas sobre las sillas, dieciséis rostros de personas desaparecidas en la toma del Palacio de Justicia, es una propuesta de la organización Hasta Encontrarlos, acompañada por una frase fuerza que se lee en velas y en una gigantografía de las palabras «Sin olvido».

Exposición Nueve más que nueve

 

La casa

Hasta Encontrarlos también nos invita a sentir la presencia de quienes ya no están, en una instalación ambientada como la sala comedor de una casa. Dos caminos de mesa en el centro del espacio, que utiliza las ruinas del lugar, su potencia visual, proponen una conversación alrededor del tiempo que pasa, que desgasta, pero que sigue dejando ver con nitidez el vacío de quienes ya no están. «Desaparecidos. Dónde están» es la frase fuerza de este recinto, que se abre paso entre muebles y objetos cotidianos que les dan dimensión a la desaparición forzada; un hecho que se ha metido en la intimidad de miles de hogares colombianos y movido sus cimientos, aunque parezca que la monotonía sigue instalada en el ritual del día a día, que consume y carcome. 

 

La radio

Era la radio lo que dominaba en 1948. El mejor vehículo de comunicación, el más inmediato, el más expandido. Fue la radio la que anunció la noticia del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán aquel 9 de abril del 48, y por la que se amplificaron las noticias sobre las repercusiones de este hecho que marcó para siempre la historia de Colombia. Es la radio el medio que encuentra el artista Leonel Vásquez, en su obra «Radio Espectros», para hacer sintonizar a quien interactúe con ella los sonidos que se escucharon ese día, representados en emociones como la calma o la tristeza. Las estaciones de radio y el perifoneo presentan un paisaje sonoro que por momentos es imposible de descifrar y que revela un acervo importante de las memorias de aquella jornada indeleble. 

Exposición Nueve más que nueve

 

Más fotos de la exposición

  • Exposición Nueve más que nueve

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Consideraciones sobre la Comisión de la Verdad, el Informe Final y su legado

Consideraciones sobre la Comisión de la Verdad, el Informe Final y su legado

Consideraciones sobre la Comisión de la Verdad, el Informe Final y su legado

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

11 abril 2023


Consideraciones sobre la Comisión de la Verdad, el Informe Final y su legado

  • Reconocemos que el Legado de la CEV lo conforman el Informe Final y las herramientas transmedia que se diseñaron, pero también su archivo, que contiene más de 1.600 informes de esclarecimiento entregados por diversos actores.
  • Recoger, impulsar y continuar este legado es parte de la tarea del CNMH, por lo que la entidad asume el Informe Final como un punto de partida para seguir con esta inacabada labor, y recoge el mandato de la CEV de esclarecer el origen del conflicto armado, incluso yendo más atrás de 1958, fecha que la CEV fijó como el inicio del esclarecimiento.

Sobre el legado de la CEV

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición fue una entidad parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición creada por el decreto 588 de 2017 con un carácter transitorio de 3 años que fue ampliado por nueve meses más por la Corte Constitucional. Sus objetivos fueron: (i) contribuir al esclarecimiento de la verdad de lo ocurrido durante el conflicto armado de acuerdo con su mandato, (ii) promover y contribuir al reconocimiento de lo ocurrido, de cara a las víctimas, por parte de responsables, así como al reconocimiento por parte de la sociedad de lo ocurrido y (iii) promover la convivencia en los territorios a través de la superación de conflictos a través del diálogo.

La Comisión de la Verdad (CEV) en términos generales cumplió sus objetivos y su mandato, y ha dejado a la sociedad colombiano un Informe Final, un legado y una serie de lecciones aprendidas y de contribuciones al entendimiento del conflicto armado y a la construcción de la paz.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) está comprometido con recoger y continuar este legado, que junto a lo realizado por esta misma entidad y otras similares de carácter estatal, así como por cientos de académicos, organizaciones sociales y de víctimas, y comunidades en general, constituye un enorme acumulado de reflexiones, análisis, narrativas y explicaciones sobre la historia del conflicto armado y la violencia sociopolítica en Colombia.

El legado de la CEV está también en los procesos de reconocimiento a la dignidad de las víctimas, y reconocimientos públicos por parte de responsables de la violencia, en los procesos sociales de resolución de conflictos que se impulsaron, así como ejercicios de memoria que se dieron a nivel territorial. El enfoque territorial y los enfoques diferenciales en la CEV también dejaron un legado de aprendizajes, lecciones aprendidas y múltiples diálogos en territorio. Todos estos procesos sociales y de memoria, en la medida de las posibilidades, podrían seguir siendo acompañados por el CNMH, en particular los relacionados directamente con construcción de memoria histórica.

Pero el legado de la CEV va mucho más allá del Informe Final y de los procesos que acompañó directamente la entidad. Está sobre todo en los más de 1.600 informes de esclarecimiento que le fueron entregados por individuos, organizaciones sociales, centros de pensamiento, entre otros. Está en la verdad contenida en los más de 27 mil testimonios que recogió la CEV, en el enorme archivo que deja la Comisión, el cual aún nos invita a seguir explorándolo a profundidad para continuar la tarea del esclarecimiento. La verdad está en las preguntas que la sociedad hizo y sigue haciendo sobre el porqué del conflicto en Colombia, sobre las causas y responsabilidades.

Así pues, comprendiendo el legado como el conjunto de lo que dejó la CEV en cuanto a su Informe Final, los procesos sociales de reconocimiento y diálogo que acompañó y promovió, y los testimonios, informes y documentos que alberga su archivo, el CNMH misionalmente está comprometido a recoger, analizar, continuar y aportar a la apropiación de este legado.

 

Sobre el Informe Final

Los 11 tomos que componen el Informe Final de la CEV constituyen un avance significativo e insumo central en el entendimiento del conflicto armado en Colombia, sus dinámicas, los impactos, las formas como las víctimas padecieron y afrontaron la guerra, las variaciones territoriales del mismo, así como muchas de las resistencias que desde 1958 se han dado en Colombia.

Como dijo el presidente de la CEV, Francisco de Roux, en la ceremonia de entrega de este Informe Final, el esclarecimiento de la verdad es un proceso inacabado, el cual hace también parte hace 11 años de la misión del CNMH y lo continuará siendo ahora que el país cuenta con un invaluable insumo como es el Informe Final de la CEV. El CNMH, en el marco de la administración actual, ha iniciado un proceso de lectura crítica y detallada del Informe Final, tomándolo como punto de partida, junto a otras fuentes, para los 12 procesos investigativos de esclarecimiento de la verdad que ha emprendido el CNMH este año.

El punto 6 del mandato de la CEV (artículo 11, decreto 588 de 2017) habla de esclarecer “el contexto histórico, los orígenes y múltiples causas del conflicto, teniendo en cuenta como insumo los informes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas[1], entre otros.”[2]  Al decidir el plenario de comisionados que la fecha inicial del esclarecimiento era 1958, se perdió la oportunidad de ir más atrás en el entendimiento de las causas y orígenes del conflicto armado, en los antecedentes directos de una violencia que desangró el país antes de la llegada del Frente Nacional y cuyas heridas abiertas dieron pie al conflicto que siguió en la década de 1960. El CNMH ha decidido en la actual administración continuar el esclarecimiento en este sentido, yendo de forma rigurosa al análisis de las causas y el origen del conflicto armado.

Así mismo, en el contexto de una guerra que aún no termina, y una paz que sigue buscando ser total y completa, el esclarecimiento del presente, de las dinámicas actuales del conflicto que vive el país, así como las dinámicas sociales, la represión estatal violenta de la protesta social, la afectación a los pueblos étnicos, entre otros, siguen siendo parte del análisis y el esclarecimiento de la verdad que continuará haciendo el CNMH.

 

 

Sobre las recomendaciones

Las 67 recomendaciones consignadas en el tomo «Hallazgos y Recomendaciones» del Informe Final de la CEV constituyen en general un aporte fundamental al debate de los cambios necesarios en Colombia, tanto en la sociedad como en la institucionalidad. En particular, el CNMH considera necesario que se discuta más a fondo la recomendación número 12 sobre memoria, en la cual se plantea la necesidad de que se constituya el museo como una entidad autónoma e independiente, así como lo expresado en el pie de página 1209: “A nuestro juicio, el Museo debería asumir varias de las funciones del CNMH, que entonces debería suprimirse, así como recibir y asumir el legado del Grupo de Memoria Histórica y de la Comisión de la Verdad”. Por un lado, consideramos que el Museo de la Memoria no podría asumir todas las tareas que actualmente hace el CNMH tales como el Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad, o continuar parte del proceso investigativo para el esclarecimiento de la verdad. Por otro lado, consideramos que el deber de memoria del Estado es permanente y no transitorio y, por lo tanto, en lugar de suprimir el CNMH, este debería fortalecerse y dársele carácter permanente, más allá de la vigencia de la ley 1448 de 2011.

 

Sobre la exposición basada en el Informe Final para el Museo Nacional de Memoria

El numeral 8 del artículo 13 sobre las funciones de la CEV habla de la estrategia de difusión que debe dársele al Informe Final, y formula que “en todo caso, las conclusiones de la CEV deberán ser tenidas en cuenta por el Museo Nacional de la Memoria”. En ese sentido, es claro que el CNMH debe tener en cuenta las conclusiones de la CEV en el Museo Nacional de la Memoria. El CNMH mantiene una actitud abierta y constructiva para poder incluir en sus exposiciones, entre otras, el contenido del Informe Final, así como en particular con el guion que se construyó con financiación de la GIZ, basado en el Informe Final. Consideramos que así, como el esclarecimiento no está cerrado ni el Informe final es completamente conclusivo, se debe activar la escucha a las víctimas, la lectura rigurosa del documento y las reflexiones técnicas museográficas para lograr exponer en el Museo Nacional de la Memoria el contenido de dicho informe. 

[1] Dentro de este documento, ensayos como el de Alfredo Molano, el de Darío Fajardo, el de Jairo Estrata o el de Sergio de Zubiría o el de Renán Vega, inicial el análisis entre las décadas de 1920 y 1930.

[2] El artículo 12 del decreto 588/2017 profundiza en este tema “ARTÍCULO 12. Período objeto de estudio. Para abordar los distintos elementos de su mandato, la CEV tendrá como período objeto de estudio el del conflicto. Como ello supone un marco temporal extenso, será necesario que la CEV establezca dentro de éste prioridades en su investigación. No obstante, para efectos de cumplir con el propósito de esclarecer plenamente los orígenes y múltiples causas del conflicto, la CEV podrá explorar eventos históricos anteriores a éste, teniendo en cuenta como insumo básico, entre otros, los informes de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas.” (negrilla añadida)


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día de las víctimas

Nueve de abril: memorias que resucitan para inspirar el cambio

Nueve más que nueve

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

10 abril 2023


Nueve de abril: memorias que resucitan para inspirar el cambio

  • Decenas de ciudadanos y ciudadanas se congregaron en el Exploratorio Nacional y en otros lugares de memoria del país para conmemorar el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, y los 75 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.
  • Reunidos alrededor del lugar donde está sembrado el cuerpo del líder político, se honró su legado de lucha y la memoria de las personas que han entregado sus vidas a las causas de la paz y la justicia.

Para los pueblos wiwa, kankuamo, arhuaco y kogui, el algodón es una planta sagrada capaz de grabar y contener palabras, recuerdos y anhelos. Se cree que, al depositar en el algodón sus pensamientos, hombres y mujeres pueden conectarse con sus ancestros y con cada uno de los elementos que componen la naturaleza: agua, aire, fuego y tierra. El 9 de abril de 2023, decenas de ciudadanos y ciudadanas reunidas en el Exploratorio Nacional, en Bogotá, recibieron un trozo de algodón por parte de Juan Alimaco Gil y Alejandro Malo, autoridades del pueblo wiwa, y de Jaime Enrique Arias, mayor del pueblo kankuamo. Esto con un objetivo: integrar colectivamente nuestros pensamientos con las memorias de las víctimas de la guerra.

«Al permitirnos conectar con los ancestros y con la naturaleza no solo volvemos a nuestro origen, sino también a nuestra actualidad», dijo Jaime Arias, quien lideró la ceremonia de armonización. Agregó: «al poner en el algodón nuestro anhelo compartido por la paz, nos conectamos con la memoria de Gaitán y con el recuerdo de todas las personas que la violencia nos quitó. Lo hacemos porque no queremos olvidarnos del pasado, pero también porque, a la luz de sus recuerdos y legados, podemos observar con mayor claridad nuestro presente».

De este modo se dio apertura al encuentro Nueve más que nueve: memorias en resistencia, en el marco de la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, y los 75 años del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán.

 

La resurrección

Este 9 de abril, en el que nos congregamos alrededor del lugar donde está sembrado el cuerpo de Gaitán y en simultáneo acompañamos otros nueve lugares de la memoria en distintas regiones del país, coincidió con la fiesta cristiana de la resurrección. Durante el encuentro, el padre jesuita y defensor de los derechos humanos, Javier Giraldo, recordó que todas las personas que le han entregado sus vidas a las causas de la paz y la justicia resucitan constantemente y germinan, como semillas fecundas, en el talante humano de quienes, en medio de la guerra, insisten en la lucha por la equidad, la verdad, la solidaridad y la fraternidad. Así lo señaló:

En este lugar, en el que la madre tierra acogió hace un tiempo el cuerpo del líder sacrificado, impera una visión de la muerte contraria a la de los sepulcros sellados que marcan el final de todas las interacciones entre el presente y el futuro. Este lugar nos recuerda que las construcciones del espíritu son indestructibles y no caen bajo el imperio de la muerte física. Invocamos a todas las víctimas de este prolongado genocidio para cubrirlas, amorosamente, con nuestra plegaria, inspirada en nuestra fe en la resurrección.

 

Un legado estimulante

Maria Gaitán

Helena Montoya Calderón, Heiner Donaldo Larrota Vargas y Jaimar Velásquez Quitian, jóvenes de Sumapaz y Yacopí (Cundinamarca) son nietos y bisnietos de héroes gaitanistas. Durante el encuentro en el Exploratorio Nacional, ellos sembraron un rosal blanco en la tumba de Gaitán como símbolo de una larga historia de resistencias contra el olvido y con el ánimo de enaltecer la vigencia de sus ideales éticos, políticos y morales.

Tras la siembra del rosal y de una intervención musical de la rapera Diana Avella, el presidente Gustavo Petro Urrego hizo énfasis en lo estimulante que resulta hoy la figura y el legado de Gaitán. «Gaitán nos convoca a pensar en el pueblo como un sujeto histórico que se moviliza por las reformas democráticas y que no se estanca en la trilogía de la violencia, el miedo y la corrupción que ha acompañado el ejercicio tradicional del poder», señaló.

En el mismo sentido, Gloria Gaitán recordó que este 9 de abril se conmemoran «los 75 años de una sublevación popular extraordinaria» y exaltó el lugar protagónico que ocupa el «pueblo humilde, campesino y trabajador» en la transición hacia una democracia directa y hacia las transformaciones culturales que requiere todo cambio político.

«Es preciso incluir en los proyectos del cambio la variable de la cultura, que es, sobre todo, nuestra forma de percibir el mundo», anotó Gloría Gaitán, quien enseguida resaltó que «no hay transformaciones políticas y económicas posibles si no hay una transformación cultural profunda que nos conduzca a organizarnos como sociedad». La hija del político liberal llamó la atención sobre la necesidad de darle impulso y vuelo al Exploratorio Nacional, un lugar que, desde su concepción y creación, se pensó como epicentro de esa «reingeniería cultural» que Colombia necesita.

 

Mantener vivos los sueños

Paz total

Durante el encuentro, el padre Javier Giraldo dijo que son muchas «las oleadas de sangre que han humedecido nuestra tierra y que hoy nos invitan a mirar de frente nuestra experiencia colectiva de muerte, despojo y destrucción de los pilares que sustentan la vida». Darle la cara a esa historia de dolores implica, a la vez, conocer la historia de las resistencias, que es la de esas innumerables resurrecciones en las que, una y otra vez, renacen los rostros, las memorias y las luchas de las víctimas y de quienes le han apostado a transformar el país.

«Mantener vivos esos sueños de cambio es un mandato para todos los colombianos y no solo para algunos. Ese mandato es tan grande como el de conservar los elementos de la naturaleza en los que se fundamenta la vida y tan urgente como el de reconciliarnos entre nosotros mismos y con la Tierra», concluyeron los mayores kankuamo y wiwa durante este encuentro.


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