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Paula Ila, la mirada internacional del CNMH

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CNMH

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CNMH

Publicado

29 Jun 2015


Paula Ila, la mirada internacional del CNMH

La construcción de memoria histórica de un conflicto armado puede parecer un tema bastante local en principio, propio de un país o un territorio. Sin embargo es un trabajo complejo, con muchas aristas y que requiere de diversas miradas, acercamientos y aprendizajes de experiencias internacionales.

Paula Andrea Ila es un buen ejemplo de esto. Esta argentina, de Buenos Aires, que tiene una larga trayectoria trabajando con organizaciones de Derechos Humanos, es asesora de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y tiene fuertes lazos profesionales y personales que la unen con Colombia y la reconstrucción de memoria. Desde los años 90, época en la que se sabía todavía muy poco del conflicto colombiano en otros países, Paula Ila empezó a estudiar  e investigar sobre el tema aún bajo las miradas escépticas de colegas y profesores. Sin embargo persistió en su empeño y hasta el día de hoy trabaja con memoria histórica del conflicto en Colombia, derechos y reparación de las víctimas, además de prestar su asesoría y coordinación en materia de cooperación internacional.

Y justamente por su buena labor y sus aportes es que ha sido seleccionada para recibir el reconocimiento que promueve el Gobierno a través del Departamento Administrativo  para la Prosperidad Social en el  Día Nacional del Servidor Público que se celebra este 30 de junio, con la presencia del presidente Juan Manuel Santos.

“La ética del servicio en lo público, la actitud de servicio, el buen desempeño y el compromiso  contribuyen cada día a la construcción de un mejor país”, así destaca el documento oficial las cualidades por las que un servidor merece dicho reconocimiento y por las que Paula Ila será homenajeada.

¿Qué hace entonces una argentina trabajando por la memoria histórica en Colombia? ¿Cómo es trabajar un tema tan complejo? ¿Cómo aportan los aliados y cooperantes internacionales al proceso de la reconstrucción de la memoria? ¿Qué perspectivas, retos y logros hay en este asunto? Paula Ila responde en esta entrevista especial.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Construcción de la Memoria Histórica

Así se reconstruyen las historias de 107 víctimas del Bloque Norte

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

06 Ago 2015


Así se reconstruyen las historias de 107 víctimas del Bloque Norte

¿Cómo hacer memoria en el Atlántico, Cesar y Magdalena tras la liberación condicional del exjefe paramilitar Édgar Ignacio Fierro Flores, alias “don Antonio”? Esta es una de las tantas preguntas que se hacen hoy las víctimas e investigadores, quienes trabajan en la reconstrucción de memoria histórica de lo que sucedió en la región.


 

Torturas, asesinatos selectivos, muerte a sindicalistas, masacres, desplazamientos, violaciones, extorciones y otras cientos de historias son las que recolecta actualmente el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, en el norte del país. La tarea es rescatar los perfiles biográficos de las víctimas del Bloque Norte de las Autodefensas. Y cuando decimos cientos, nos referimos a exactamente 107 que están siendo elaborados para un informe que será lanzado el próximo año.

En atención a una orden de la magistrada de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, Lester María González, contra este bloque paramilitar, el Grupo de Reparación Judicial del CNMH ha venido realizando varias entrevistas y encuentros con algunas de las familias de las víctimas mortales que fueron reconocidas en la sentencia.

En los perfiles se ha iniciado el proceso de construcción de las biografías; allí familiares recordaron la vida de las víctimas: sus gustos, aficiones, actividades laborales, anécdotas de infancia y juventud, rol familiar, más allá de las circunstancias dolorosas de su asesinato.  Los familiares participaron a pesar del dolor de sus pérdidas, del miedo por la continuidad de la violencia y con un interés profundo de hacer una clara narración de la vida de sus seres queridos, “lejos de las estadísticas y de los estigmas”, explica el Grupo de Reparación Judicial del CNMH.

“Se fue entonces a la parcela a vender un lote.  Iba como siempre, con su sombrero, la mochila terciada y un palito de escoba con el que estaba midiendo el lote. Iba subiendo en la moto  y en un momento volteó a mirar y se encontró con dos hombres que en otra moto le dijeron ‘por ahí no hay salida’ y comenzaron a dispararle.  Le dieron muchos tiros, el primero en la ingle, después en la cabeza y en el brazo.  Le quitaron la mochila.  Ahí tenía sus papeles, las fotocopias de los papeles de nosotros y dos millones. También nos robaron animales que teníamos en la parcela.  De pronto si nos hubiéramos alcanzado a ir no estuviera contándole esta historia”, relató uno de los familiares al CNMH.

La historia de “don Antonio”

Entre los jefes máximos de este bloque estaba Edgar Ignacio Fierro Flores, alias “don Antonio”, quien asesinó y socavó el buen nombre de comerciantes, ganaderos, escoltas, funcionarios públicos, celadores, enfermeras, líderes comunitarios, agricultores, sindicalistas, defensores de derechos humanos y estudiantes de diversos municipios del Atlántico, Cesar y Magdalena.

Edgar Ignacio Fierro Flores está en libertad condicional desde el pasado mes de julio. Si bien sus delitos le implicarían estar en la cárcel por el resto de su vida, la pena alternativa le ha permitido salir de la  cárcel este año. La Jueza de Control de Garantías, Zoraida Chalela, le concedió la libertad, argumentando que ya había cumplido con todos los requisitos exigidos por la Ley de Justicia y Paz, sin embargo esta orden fue apelada por la Fiscalía, pero su libertad fue ratificada por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia. Múltiples organizaciones sociales se han pronunciado al considerar que el postulado no ha cumplido en tanto afirman que no ha dicho toda la verdad y no se ha indemnizado a la totalidad de sus víctimas.

Al Bloque Norte —eran 14 frentes con 4.759 miembros— se le atribuyen 15.700 homicidios selectivos, la desaparición de 2.100 personas, el desplazamiento de 81.700, 344 masacres y 410 reclutamientos de menores de edad. Las acciones de este bloque estaban dirigidas a crear un ambiente de miedo y zozobra en la población civil.  En este marco Fierro Flores dirigió entre marzo de 2003 y marzo de 2006, el frente “José Pablo Díaz” conformado por diez comisiones.

El frente “José Pablo Díaz”, comandado por “don Antonio”, hizo presencia en 23 municipios del departamento del Atlántico y dos del Magdalena.  En cada uno de los municipios en donde las acciones violentas de los postulados dejaron víctimas, se ha ordenado también al CNMH prestar asesoría técnica para la construcción social de lugares de memoria.  Con diversos niveles de colaboración de las autoridades locales y con la activa participación de las víctimas, el CNMH se ha propuesto la construcción de monumentos y lugares de encuentro que permitan denunciar públicamente lo que pasó y reunir nuevamente a comunidades que sufrieron las tensiones, miedos y desconfianzas como resultado de la guerra.

El reto del perdón

Las víctimas rechazaron el acto público de perdón realizado por Edgar Ignacio Fierro Flores en el estadio de baloncesto Elías Chewing de Barranquilla, el pasado 28 de noviembre, argumentando que sus palabras no eran sinceras y que seguía delinquiendo desde la cárcel.

Y es que el dolor y la tristeza se unen a los encuentros donde las víctimas deben escuchar a sus victimarios. En audiencia de Justicia y Paz, uno de los lugartenientes de “don Antonio” se refirió  a una de sus víctimas como un “objetivo militar” al explicar su asesinato. En pleno encuentro la hermana de la víctima le reclamó a los abogados y al paramilitar, de no manchar el nombre de “el Niño”, el de su hermano que fue asesinado a los 19 años.

Y es que los daños morales son una de las tantas máscaras de la guerra, una especie de segunda muerte, que acaba con la vida y también con el buen nombre de las personas, dejando un inmenso manto de duda sobre los motivos de la acción violenta.  Bien sea en el momento de los hechos, como rumor, o en los mismos escenarios judiciales donde salen a relucir explicaciones y títulos como “colaborador de la guerrilla”, “delincuente común”, “informante”, “elemento nocivo para la sociedad”, entre otros, con que los victimarios tratan de justificarse.

“Es posible evidenciar en el acercamiento y acompañamiento a las víctimas de Fierro Flores que las consecuencias de la guerra aún están vivas”, expresa el Grupo de Reparación Judicial del CNMH, que ha sentido el temor de las víctimas —en la reconstrucción de estas biografías— y quienes luchan contra los estigmas que aún persisten.

Muchas víctimas saben que ahora hay mayor claridad sobre lo que pasó pero la desconfianza generada por la guerra sigue intacta, son escépticas frente a otras instituciones que aún no han logrado cumplirles y son conscientes de que las viejas estructuras paramilitares sobreviven en sus territorios con nuevos nombres.

Esas mismas víctimas temen con la libertad de alias “don Antonio”. Y es aquí donde surgen múltiples preguntas sobre la viabilidad de la justicia transicional cuando la sociedad y el Estado no han logrado, de verdad, hacer la transición, cuando no parecen estar dadas las condiciones para la no repetición, cuando no se han escuchado a todos los actores necesarios para el esclarecimiento de la verdad. ¿Qué puede implicar hacer memoria y reparar simbólicamente en medio de una transición poco consolidada?

 


Atlántico, Cesar, Construcción de la Memoria Histórica, Víctimas

Estudiantes de Medellín visitan el CNMH

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Autor

Juan Pablo Esterilla

Fotografía

Juan Pablo Esterilla

Publicado

01 Jul 2019


Estudiantes de Medellín visitan el CNMH

En las instalaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) se reunieron, el pasado viernes 21 de junio, alumnas de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia junto con víctimas de la Corporación Rosa Blanca, una de las 25 Iniciativas de memoria priorizadas este año por el CNMH, para conocer el trabajo que realiza el Centro y la importancia de realizar procesos de memoria  en el país.


Las estudiantes, en su mayoría mujeres adultas, pertenecientes a la carrera de Tecnología en gestión comunitaria, escucharon atentamente la historia de Yamiled Noscue, representante de la Corporación Rosa Blanca, quien les contó cómo las integrantes de esta organización son continuamente amenazadas y que, para ella, la dejación de armas de las farc es “una mentira en muchos territorios”. 

“Algunas de nosotras no tenemos empleo y cuando accedemos a uno, los integrantes de las farc se encargan de que lo perdamos. Yo trabajaba en un call center, fueron a mi casa y dijeron que venían de parte del frente 21, que sabían todo, de mi jefe, y que pondrían una bomba. Yo había dicho que no fuí combatiente y días después volvieron con fotos que comprobaban que sí, me tenían rastreada y me dijeron que ya estaba ‘oliendo a formol’. Así pues, los empresarios no nos vinculan porque no quieren exponerse”, le contó Yamiled Noscue a las estudiantes.

El relato de Yamiled fue el catalizador para que varias de las mujeres que visitaron el CNMH, pertenecientes a la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, también abrieran su corazón y realizarán un ejercicio de memoria sobre los hechos del conflicto del que ellas también fueron víctimas. Allí se encontraban sobrevivientes de violencia sexual, desplazamiento y otras a las que la desaparición les arrebató un ser querido; por lo que no eran ajenas al dolor del conflicto. 

Así, se escuchó la voz de Elena Loaiza estudiante y directora de la revista Letras Vinotinto, quien expresó que los colombianos no se pueden sustraer de la guerra. “La guerrilla me mató un sobrino en Ituango y vaya uno a saber por qué. Pero años después guerrilleros en proceso de reinserción llegaron a mi casa, estuvieron allí una semana y me tocó cuidarlos y alimentarlos, conociendo inclusive que algunos de ellos estuvieron en la toma guerrillera en la que mi sobrino fue asesinado”.

Otro relato fue el de la estudiante Elizabeth Rivas Castillo, quien valoró la fuerza de voluntad de Yamiled para contar su historia. Ella le contó a los presentes que también ha pasado por situaciones de desplazamiento en Medellín y que su esposo e hija fueron asesinados, en su propia casa, por el Bloque Cacique Nutibara de los paramilitares. 

Diana María Sierra, de la Mesa de trabajo de Mujeres de Medellín, visibiliza y hace incidencia con mujeres en estado de vulnerabilidad, trabajando, como dice ella, por “superar la cultura machista y patriarcal que durante décadas nos ha dominado”, y mucho más en el marco del conflicto armado. En su labor, especialmente con campesinas, ha visto cómo las mujeres siempre llevan la peor parte, convirtiéndose en botines de guerra. Por eso hizo un llamado a la unidad y a que las mujeres se apoyen entre ellas.  

Este encuentro también sirvió para discutir sobre el miedo como obstáculo para avanzar y si es oportuno volver o no a revivir estas situaciones de dolor. Lo que llevó a las estudiantes a reflexionar para que ellas, desde su ejercicio profesional en los territorios, puedan rescatar la memoria de las mujeres. 

Por su parte Edwin Henao, el docente que las acompañó, pidió perdón por la indiferencia que se muestra ante estos temas y por el dolor de las víctimas. Finalmente, Carlos Alirio Flórez, director de Construcción de Memoria del CNMH, mencionó que la entidad cumple con el deber de memoria que tiene el Estado, reafirmando la importancia de recuperar la memoria de las víctimas para aportar en la reparación y dignificación de las mismas.

 


Construcción de la Memoria Histórica, Iniciativas de Memoria, Rosa Blanca

“Continuaremos trabajando con todas las víctimas que ha dejado el conflicto armado”

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Autor

Alex Castellanos

Fotografía

Alex Castellanos

Publicado

05 Sep 2019


“Continuaremos trabajando con todas las víctimas que ha dejado el conflicto armado”

Giovana Pérez Zapata, la nueva directora de Construcción de la Memoria, una de las líneas de trabajo en las que se divide el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), es comunicadora social y administradora de negocios. Nació en Medellín, Antioquia, y cuenta con un vasto recorrido en trabajos de construcción de paz y derechos humanos. En una entrevista profundizó sobre los desafíos que tiene la dirección a su cargo y los procesos que se vienen desarrollando dentro de la institución.


¿Qué significa para usted este nuevo reto profesional, ser nombrada como directora de Construcción de Memoria del CNMH?

Trabajar en procesos de memoria y de atención a víctimas requiere de quiénes nos dedicamos a ello una decisión personal que va más allá del ámbito profesional o laboral, ya que en definitiva la mayoría de personas que trabajamos en estos temas lo hacemos por vocación y porque creemos que desde nuestro quehacer podemos aportar a procesos de transformación social. En este sentido, asumir la dirección de Construcción de Memoria del CNMH, implica un compromiso aún mayor con el país y con los procesos de Memoria.

Asumir la responsabilidad de liderar el equipo que desde el Centro se encarga de realizar las investigaciones a través de las cuales se reconstruye la historia del conflicto armado; apoyar y visibilizar diferentes Iniciativas de Memoria provenientes de personas o colectivos que vienen trabajando ampliamente en ello; y apoyar con procesos de memoria, a través de la Estrategia de Reparaciones, a víctimas del conflicto armado; implica no sólo poner al servicio del CNMH y del país todos los conocimientos y experiencia profesional acumulada, sino además tener la capacidad de leer el contexto actual y hacer los ajustes necesarios para continuar cumpliendo con nuestro mandato misional en la coyuntura actual.

¿En qué se va a enfocar la misión de la dirección de Construcción de la Memoria en estos años que vienen?

Es necesario partir del momento en que se encuentra el Centro. Estamos a dos años de que se termine la vigencia inicial de la Ley 1448 -Ley de Víctimas y restitución de Tierras-, ley a partir de la cual se creó el CNMH. Con ello me refiero a que si bien, de manera personal creo que la ley se va a prorrogar, es muy posible que esta prórroga no se haga exactamente en los mismos términos en que se encuentra la ley ahora. Creo que habrá un proceso de revisión, análisis y ajuste no sólo de las medidas consideradas en la ley, sino además de la institucionalidad creada para dar respuesta a dicha ley.

En este sentido, pase lo que pase en junio de 2021, sí considero que en Centro y en especial la Dirección de Construcción de la Memoria Histórica (DCMH) se debe centrar en esta fecha como un punto clave de lo desarrollado durante los 10 años de creación del Centro. Así el foco será continuar desarrollando los procesos que nos competen por mandato misional, al tiempo que se realizan procesos de revisión, sistematización y análisis internos que nos permitan tener un balance claro de lo llevado a cabo durante todo este tiempo.

¿Cómo y quiénes van a construir en esa misión?

En el momento la DCMH tiene un equipo humano conocedor de su trabajo y con amplia experiencia en sus respectivos procesos, ellos son los principales aliados a la hora de llevar a cabo los retos por venir; igualmente existen unos procesos de articulación claves al interior del Centro con las otras direcciones, que son fundamentales para nosotros, obviamente bajo los lineamientos dictados por nuestro director General Darío Acevedo.

Ahora, es claro que la DCMH así como el Centro en general fue creado por y para dar respuesta a unas necesidades en materia de memoria histórica que tiene el país y de manera específica las más de 8 millones de víctimas que hay en Colombia, por ello, son ellas con quiénes se continuará trabajando, así como las diferentes instituciones públicas y privadas que tengan interés en realizar procesos de memoria plurales, diversos e incluyentes.

¿Qué historias se van a relatar en la DCMH?

No sólo desde la DCMH sino desde el Centro queremos relatar las historias de hombres y mujeres que si bien han sufrido el conflicto armado de este país con todos los horrores que ello ha conllevado, en ellas queremos resaltar sobretodo, la dimensión humana de estas personas y las capacidades y posibilidades que han tenido las víctimas de este país de sobreponerse, de ser resilientes y de salir adelante, de generar procesos sociales y de generar aportes para la construcción de país.

¿Qué ha pasado con el trabajo de la anterior administración?

El trabajo de la administración anterior es y seguirá siendo un insumo fundamental para lo que falta por desarrollar desde la DCMH hacia el futuro. Las investigaciones que estaban en curso, así como los procesos de apoyo a Iniciativas de Memoria y la Estrategia de Reparaciones, se continúan llevando a cabo, ningún proceso que estuviera en curso se ha parado, todo lo contrario, continuamos trabajando para terminar investigaciones como el “Basta Ya Montes de María”; en noviembre haremos el lanzamiento del “Informe Nacional de Pueblos Indígenas”, por mencionar sólo dos trabajos iniciados por la administración anterior y los que continuamos desarrollando, igualmente continuamos realizado divulgación y entrega del material desarrollado anteriormente.

Es importante aclarar que si bien las perspectivas de trabajo y los enfoques de la administración anterior y esta puedan ser distintos, ello no implica ni partir de cero ni desconocer o descalificar el trabajo anteriormente realizado, todo lo contrario, somos conscientes del largo camino recorrido por la DCMH a partir de ello y de las experiencias anteriores. Estamos haciendo análisis y ajustes que nos permitan continuar cumpliendo con nuestro mandato misional y legal.

En esta travesía contra el olvido, ¿qué ganamos como país con la construcción de memoria?

Bien es sabido que la memoria tiene muchos usos, sin embargo desde mi perspectiva, la construcción de memoria se nos vuelve fundamental como sociedad en la medida que nos permite reconocernos a nosotros mismos, a través del reconocimiento del otro y de la comprensión de que esto que está pasado no nos puede seguir pasando y que por tanto es necesario tomar acciones de manera conjunta.

¿Cómo construir memorias que no sean vengativas y que aporten al esclarecimiento y la reconciliación?

La memoria tiene muchos usos, sin embargo la manera en que contamos esas memorias, los relatos que priorizamos hace la diferencia. Desde el Centro las memorias buscan aportar al esclarecimiento y situarse desde el lugar de quiénes vivieron los hechos para resaltar el lugar de las víctimas, aquí no buscamos hacer señalamientos ni generar mayores divisiones ni odios, buscamos desde nuestros relatos que nos encontremos en nuestro lado humano y que nos permitamos reflexionar de manera individual y colectiva para buscar salida a este conflicto.

¿Qué implica construir memoria en la actual coyuntura del país?

En la coyuntura actual del país la labor de construir memoria cobra aún más relevancia, toda vez que nos permite tener más elementos de análisis para entender una realidad compleja e intrincada en la que hay más zonas grises que blancas o negras. Con los procesos de construcción de memoria no buscamos crear un relato único y oficial, sino por el contrario tener una pluralidad de voces, relatos y miradas que nos permitan una exploración más profunda y reconocimiento de nosotros mismos como sociedad y como país.

¿Cómo construir la memoria de los excombatientes? ¿Cómo se va a construir la memoria de las Farc a partir del acuerdo? ¿O ese es trabajo de la Comisión de la Verdad?

Podría decirse que en el país, en procesos de construcción de memoria como aporte a los derechos a la verdad y a la reparación integral de las víctimas en el marco de procesos de Justicia Transicional, tenemos dos grandes conjuntos institucionales: de un lado la institucionalidad derivada de la Ley 1448 de 2011 –Ley de Víctimas y Restitución de Tierras- conocida como el Sistema Nacional de Atención Y Reparación Integral a Víctimas, del cual hace parte el CNMH, y de otro lado el Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y No Repetición, derivado del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, del que hacen parte la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, Convivencia y la No Repetición; Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado; y  la Jurisdicción Especial para la Paz.

Ahora, cada una de las instituciones que hacen parte de los diferentes sistemas, tienen sus propios objetivos misionales, estructuras, metodologías y enfoques entre otros; sin embargo todas estas instituciones somos complementarias por lo que ahora el reto tiene más que ver con cómo nos apoyamos y generamos procesos de intercambio de información que redunden en beneficios y eficiencias institucionales para el país.

En ese sentido, ¿puede existir confrontación de verdades o de Memorias?

Claro que sí, hablar de memorias es hablar de perspectivas, puntos de vista, subjetividades, es entender que no existe un relato único, ni una historia oficial ni unificada. A eso nos enfrentamos cuando nos adentramos en el terreno de la memoria o de las memorias, aquí es importante hacer una distinción entre verdad judicial o administrativa que busca esclarecer condiciones de tiempo, modo y lugar; y procesos de memoria donde se busca relatar cómo esas personas vivieron esas condiciones objetivas.

 


Comisión de la Verdad, Construcción de la Memoria Histórica, Darío Acevedo, Giovana Pérez, Justicia transicional, Ley de Víctimas

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