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Lecciones chilenas para hacer teatro sobre memoria

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Autor

Juan Pablo Daza

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Juan Pablo Daza

Publicado

27 Nov 2017


Lecciones chilenas para hacer teatro sobre memoria

Martín Erazo, dramaturgo chileno, cuenta cómo el teatro ha sido una herramienta para dar a conocer las historias que la dictadura silenció durante años.


La dictadura militar chilena, desde 1973 hasta 1990, limitó los espacios que antes tenía el arte. Los artistas fueron perseguidos y las obras fueron censuradas. Muchos pasaron a territorios clandestinos, remaron a contracorriente. El teatro no fue ajeno a esa crisis. En 1977, un incendio redujo a nada la carpa de la Compañía La Feria, donde hacía pocos días se había presentado una obra que contaba la vida del poeta Nicanor Parra y criticaba la situación que atravesaba el país. A algunos dramaturgos los paralizó el miedo. A otros, en cambio, los impulsó a seguir a como diera lugar.

Seis años después de terminado el régimen, un grupo de artistas interdisciplinares fundaron el colectivo La Patogallina. Seducidos por el teatro popular, buscaron nuevas formas de llenar los silencios que había obligado la dictadura de casi dos décadas. En los últimos veintiún años han producido obras como “El húsar de la muerte”, que cuenta la historia del prócer de la independencia y guerrillero Manuel Rodríguez, o “1907: el año de la flor negra”, que retrata una matanza de obreros ocurrida a principios del siglo XX. La Patogallina autodefine su teatro como callejero, educativo, popular y transgresor.

Martín Erazo, director artístico de ese colectivo, visitó Colombia a final de octubre en el marco del festival de teatro Entreacto, organizado por el Museo Nacional de la Memoria, del Centro Nacional de Memoria Histórica, como parte del proyecto de cooperación Sur-Sur con el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile. Erazo dio un taller en Bogotá, donde construyó un proceso de creación colectiva alrededor de la idea de un museo de memoria. El resultado de ese taller fue un performance callejero presentado en la Plazoleta del Rosario.

Hablamos con él sobre el teatro como herramienta para la memoria y sobre las lecciones que Colombia puede aprender de Chile en esa materia.

Usted dice que su misión como dramaturgo es contar una historia alternativa a la oficial. ¿Cómo ha sido la tensión entre esas dos historias en Chile?

Nosotros hemos abierto un canal donde nos encontramos con un montón de cosas que desde la historia oficial son muy difíciles de entender. Y también hemos podido reconocer a ciertas personas e ideologías clave en Chile que rayan con la historia oficial. Entonces creo que hay dos cosas. Una es que hemos hablado de esos temas históricos que están ahí dormidos en el inconsciente chileno. Y lo otro es que no lo hemos contado desde el homenaje secular, donde solo hay buenos y malos, sino que lo hemos humanizado y lo hemos tratado con humor.

¿Dónde se ubica la memoria que ustedes hacen entre la objetividad y la ficción?

Nosotros a partir de los datos duros armamos una ficción, cuya base es provocar una emoción y un reconocimiento con el público. No solamente hablo de la pena sino de la alegría. Por ejemplo, en el caso de una matanza, nos interesa contar también la cotidianidad de la gente, su intimidad, cómo se organizaban, cómo eran los niños. Como compañía, partimos de la base de que somos ignorantes. Finalmente, lo que hacemos es también una lucha contra la ignorancia nuestra y del público. Es muy difícil que alguien tenga empatía con algo, que se reconozca con algo, si ni siquiera sabe que existe. La gente que ve las obras se sorprende y no puede creer que esto haya pasado en Chile.

¿Esos procesos de memoria con el teatro empezaron a pasar durante la dictadura o después de que acabó?

Yo estaba en la escuela durante la dictadura. El teatro que vi en esos años era trabajado con precariedad, era contestatario, era de resistencia, era perseguido. Pero había un sentimiento en mí de que ahí había algo muy serio, como que había cosas que no se podía hacer. No podías criticar ciertas cosas, a ciertos héroes. Era todo demasiado blanco y negro. Una de las primeras cosas que hicimos nosotros fue tratar de ampliar esas dimensiones. Antes, en el teatro político, era drama, drama y drama, nada de humor.

Hablando del humor, ¿cree que hay que poner límites a la hora de abordar algunos temas sensibles?

Nosotros somos bien directos. Nos metemos en los temas que nos apasionan. No cogemos temas históricos solo porque sí, sino que realmente reconocemos hitos profundos. Pero cuando nos metemos con eso, no nos reservamos nada a la hora de transmitirlo. Nuestro humor no es de chistes, sino de mirar momentos irónicos de la vida real. También usamos humor e ironía a la hora de hablar de los poderes. Es un humor de imagen, no de chistes. Y como no son chistes, nunca han provocado ningún reparo.

¿Esas nuevas dimensiones narrativas las permitió el tiempo y la distancia con los hechos dolorosos?

Claro. Nosotros vivimos la dictadura como niños. Más como un reflejo del miedo de nuestros padres. Era un miedo que ellos nos inculcaban. Y pasaba algo muy oscuro y es que el buen teatro era clandestino, el teatro comercial era malísimo, casi no venían artistas extranjeros. Estábamos como encerrados en el sur. Pero de repente esto explota y hay un vuelco de alegría popular, podíamos salir a la calle en tranquilidad. Se empezó a fraguar un proceso y hubo un boom cultural durante los primeros años de la transición.

¿Cómo fue esa transición para ustedes como artistas?

Lo que hizo la dictadura en Chile, que es más o menos lo que hace en todos lados, fue destruir la cultura. Y además había una persecución a los artistas. Eso, de a poco, empezó a retejerse. Fueron llegando generaciones de jóvenes que venían sin ningún miedo. Al final el miedo fue una cuestión que marcó mucho a las generaciones. Había gente que se autocensuraba. Pero, a medida que se desvanece el miedo, van saliendo nuevas dinámicas.

¿El miedo siempre inmoviliza o también puede llevar a actuar con más fuerza?

En nuestro caso, lo que nos movilizó fue más la rabia que el miedo. Pero veo por ejemplo a mis padres y siento que el miedo entró, quedó y cambió un circuito que tenían las vidas de esas personas. No daban ganas de meterse en política: era preferible proteger a tu familia y a ti mismo. Ahora que lo preguntas, creo que fueron dos cosas las que impulsaron el Chile actual: la represión por parte de las estructuras de poder y la construcción de un modelo económico. Años después, ahí estamos los grupos artísticos y sociales tratando de reencontrar a Chile con su identidad, que es sumamente compleja, y tratando de que la gente se vuelva a involucrar en lo político.   

¿Cómo se plantean desde el teatro esa lucha para volver a meter a la gente en la política?

Yo creo que los países son como las personas: les pasan cosas que los trauman. Entonces el país debe reconocer sus traumas, abrirlos y limpiarlos de alguna manera. La virtud que tiene el teatro es que puede sacar las cosas y mostrarlas a través de la emoción. No estamos hablando de una cosa intelectual que te tienes que aprender, sino de la historia de un ser humano que se para frente a ti y te emociona. Solo que es una historia verídica. Y eso te manda a pensar “¿por qué yo no sabía eso?”. La gente va, se sorprende, investiga. El tema principal para empezar a movilizarse es salir de la ignorancia.

Acá en Colombia muchas veces han sido las mismas comunidades de víctimas las que han buscado su voz a través del arte. ¿Eso pasa también en Chile?

En una escala muy pequeña. Durante los noventa, el arte hablaba bastante de los temas que tenían que ver con la dictadura. Pero no era hecho por víctimas sino por artistas. Otra particularidad es que esas corrientes artísticas ni siquiera tuvieron que ver mucho con la juventud en ese momento. Eran hechas por la gente mayor. Después sí, como te decía antes, hay una relectura de esos temas por parte de las nuevas generaciones.

Ustedes tienen ya un Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. ¿Cómo ha contribuido ese espacio a la construcción de la memoria a través del arte?

Además del contenido que tiene el propio museo en sus exposiciones, ha ayudado la relación que tienen con los artistas. Más allá de ser un lugar que guarda las memorias, el museo se ha transformado en un hito cultural. Allá se presentan funciones de obras en distintos lenguajes artísticos y eso lo abre más hacia la comunidad. La gente lo reconoce como un espacio de reflexión, de memoria, pero también de encuentro.

A medida que la dictadura se va alejando en el tiempo, ¿le parece que los temas de memoria a través del arte tienden a agotarse?

En la medida que la vida sigue, la creación va a seguir. Nosotros nada más nos hemos metido en cuatro o cinco puntos de la historia. Nos quedan miles. A mí no me queda vida para hacer la memoria que me interesa llevar a escena. No se va a acabar porque al final el tema es la humanidad. 

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Chile, Memoria, Teatro

El CNMH realizará el II Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria

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Autor

Isabel Valdés

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Isabel Valdés

Publicado

30 Nov 2017


El CNMH realizará el II Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria

Es el nombre que recibe un documental que recoge las memorias de las masacres ocurridas en las fincas bananeras de Osaka y Cuna del municipio de Carepa, en el Urabá antioqueño. Una pieza audiovisual en clave de resistencia de los sobrevivientes y las familias de las víctimas en esta región de Colombia.


Del 2 al 5 de diciembre de 2017 se realizará el II Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria: ¨La memoria como herramienta para fortalecer la participación en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición (SIVJRNR) y para superar las violencias¨.

Más de 70 representantes de organizaciones de víctimas nacionales e internacionales se darán cita en este Encuentro que tiene como objetivo propiciar un espacio intergeneracional para el intercambio de reflexiones y metodologías. Los representantes vienen realizando su trabajo con los proyectos de Agenda Exilio, Agenda Conmemorativa y el proyecto Caminos para la Memoria del CNMH.

Igualmente, el encuentro contará con invitados internacionales como el Memorial Democratic de Cataluña, Museo de la Palabra y la Imagen y el Archivo Histórico de la Policía de Guatemala, quienes darán sus perspectivas y experiencias de los procesos de memoria en los espacios de justicia transicional y comisiones de la verdad.

Dentro de las actividades planeadas se espera que los líderes participen en talleres creativos sobre periodismo, escrituras narrativas, fotografía y expresión corporal. Estos espacios buscan complementar y ampliar su formación para el desarrollo de nuevas actividades dentro de las comunidades para el año 2018. 

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) tiene como objetivo reconocer la pluralidad de las memorias al interior del país y el exterior. Desde la Estrategia de Participación de Víctimas (EPV) se impulsa la Agenda Conmemorativa que tiene como objetivo acompañar y apoyar conmemoraciones y procesos de memoria histórica de las organizaciones víctimas en las diferentes regiones del país; la Agenda Exilio que apoya la reconstrucción de la memoria de las víctimas exiliadas y retornadas y  los talleres Caminos para la Memoria que buscan dar a conocer los procesos misionales que realiza el CNMH para fomentar la participación efectiva de las víctimas y dar a conocer las rutas de acceso a los diferentes procesos, programas y proyectos.

Este II Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria es organizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación para el Desarrollo (ACCD), la Corporación Opción Legal (COL). Igualmente se realiza en el marco de la acción conjunta del Centro Nacional de Memoria Histórica y el Programa de Alianzas para la Reconciliación, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA.

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CNMH, Memoria

“No quiero más guerra”: el grito de uno de los ganadores del festival Petronio Álvarez

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Autor

Angélica Forero

Fotografía

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Publicado

31 Ago 2018


“No quiero más guerra”: el grito de uno de los ganadores del festival Petronio Álvarez

A las 10 de la mañana del 2 de mayo de 2002, un cilindro-bomba lanzado por
la antigua guerrilla de las Farc perforó el techo de la iglesia San Pablo
Apóstol, en Bojayá. En el lugar se refugiaban centenares de personas. El
resultado: 79 fallecidas (48 de ellos niños y niñas), alrededor de 100
lesionados, el desplazamiento de 1.744 familias y grandes fracturas sociales.

Sin ser “de pelo quieto” y sin vivir en territorios afros, Edwin Hoyos se siente afrodescendiente: “una condición política que no tiene que ver con el color de la piel”, como él dice. Nació en Pereira y aunque estudió pedagogía, hoy está entregado a la música del Pacífico. Con una canción llamada “No quiero más guerra”, acaba de ganarse uno de los cuatro premios que entregó el Festival Petronio Álvarez el pasado 20 de agosto, en la categoría de “Canción inédita de la memoria y la reconciliación”, que estuvo presente por primera vez en este festival y que contó con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Alcaldía de Santiago de Cali, Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI VOCA.

“No quiero más guerra” es un “abrazo”, una “voz de esperanza”, que Edwin quiso darle a Domingo, un habitante de Andagoya, un pueblo del Chocó, al que conoció mientras participaba en un proyecto con comunidades desplazadas en un barrio de invasión de Pereira. Ahí Domingo le confesó que un grupo armado había matado a su familia.

¿Cuántos angelitos negros?, ¿cuántos angelitos blancos?
Ahí se ahogaron en el río de la maldad de unos cuantos.
Yo iba por un camino y a lo lejos agua y té.
A mi compadre Domingo sonriente yo lo encontré.
Gritaba de felicidad, ‘me siento regocijado del sueño que tuve anoche, que el conflicto se ha acabado.
El sueño que tuve anoche es que el conflicto se ha acabado.

La pasión de Edwin por la música del Pacífico comenzó en una agrupación a la que perteneció en su ciudad natal. Allí conoció a Silverio Sánchez, un profesor del Chocó, alegre y sencillo, que le enseñó los sonidos de esa región, en especial el de la chirimía: esa sonora y festiva música compuesta por redoblantes, bombos, platillos, clarinetes, trompetas y marimba.

La muerte, esa que en Colombia llega más por la violencia que por las leyes de la naturaleza, arribó donde Silverio Sánchez y apagó el baile y la alegría de este hombre. Criminales le quitaron la vida al maestro que sembró una semilla irremplazable en la vida de Edwin Hoyos.   

Con esas bases, Edwin, Santiago Amaya y Daniel Cardona, crearon una propuesta sonora llamada “Papá Bocó”: una exploración de las músicas tradicionales afro latinoamericanas, del litoral Pacífico y Atlántico, y de las músicas afro universales más contemporáneas como el reggae, el funk y el rock.

“Papá Bocó” es el nombre que reciben en Haití los chamanes que ayudan a las personas a resolver sus problemas. Y eso fue precisamente lo que quiso hacer muchas veces Edwin, sobre todo cuando conoció de cerca el desplazamiento forzado que arrastró a cientos de personas de comunidades indígenas, campesinas y afro, hacia su ciudad.

Según datos del informe del CNMH “Una Nación desplazada”, el conflicto armado colombiano obligó a más de seis millones de personas a desplazarse internamente y fuera de Colombia, abandonando sus hogares, sus tierras, sus bienes, sus costumbres, sus comunidades y sus medios de vida. Una de las comunidades más afectadas es la de afrodescendientes, con 695.827 desplazados.

El padre Francisco de Roux, curador de las letras de la categoría memoria y reconciliación, destacó el aporte que estas canciones le hacen a la  memoria y a la reconciliación. “Encontré canciones que se arraigaban profundamente a la memoria de los pueblos; que tomaban el dolor que causó la violencia y sus impactos, y al mismo tiempo la manera cómo se transformó ese dolor a través de la poesía y de referentes musicales que llevan a la esperanza –dijo-. Es la posibilidad de salir de dolores muy profundos, incorporarlos a la vida y reconstruir un futuro para los pueblos del pacífico”.

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ADCI VOCA, Alcaldía Cali, Memoria, Música, Pacífico, Petronio, USAID

Galopando en la Memoria

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Dic 2017


Galopando en la Memoria

El Centro Nacional de Memoria Histórica tiene el gusto de invitar a la exposición “Galopando en la Memoria: Meta, Derechos Humanos y construcción de paz”. Realizada en honor a los defensores y defensoras de Derechos Humanos del Meta. Esta muestra se realizará el sábado 9 de diciembre a las 3:00 p.m. en la ciudad de Villavicencio, en la Cámara de Comercio de esta ciudad. 

“Galopando en la memoria: Meta, derechos humanos y construcción de paz” se crea para dar cumplimiento a la orden quinta de la sentencia del Consejo de Estado, en el caso de Josué Giraldo. Esta sentencia condena al Ministerio de Defensa, representado en la Unidad Nacional de Protección (UNP, institución predecesora del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS) y a la Policía Nacional por su responsabilidad por la omisión en la seguridad que llevó al asesinato de Giraldo, líder de la Unión Patriótica (UP) y Presidente del Comité Cívico por los derechos humanos del Meta. 

Esta sentencia ordena honrar la memoria de Josué y a los defensores de derechos humanos del departamento. De esta mera se decidió conformar la Mesa de Concertación con las siguientes organizaciones: Asociación de Mujeres Emprendedoras Unidas por la Paz (Asmeupaz); Oficina permanente de Derechos Humanos de San Martín; Corporación Ambiental y Turística del Río Humadea (Corpohumadea); la Central Unitaria de Trabajadores regional Meta (CUT); el Movimiento de víctimas de Crímenes de Estado (Movice) capítulo Meta; la Comunidad Civil de Vida y Paz (Civipaz); Corporación Reiniciar coordinación Meta; el Sindicato de Trabajadores Agrarios Independientes del Meta (SINTRAGRIM); Fundación por la Defensa de los Derechos Humanos y el DIH del Oriente y Centro de Colombia (DHOC); la Mesa de Unidad Cívico Agrario y Popular del Oriente Colombiano (MUCAPOC); la Asociación Departamental de Usuarios Campesinos del Meta (ANUC – Meta); Comité de Memoria Histórica y Reparación Integral de El Castillo – Meta; y el Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta.

Con su apoyo y participación se acordaron los objetivos, mensajes y contenidos que recoge la exposición: Una cronología de la violencia en el Meta en donde se explica, desde los fenómenos sociales, políticos y económicos, la participación de los actores armados que configuraron el conflicto armado en el departamento. Esta cronología va acompañada de la presentación de las distintas organizaciones que se fueron creando para hacer frente a la violencia que se vivía en sus territorios. 

Villavicencio

Lugar: Auditorio de la Cámara de Comercio de Villavicencio.
Hora: 3:00 p.m.
Fecha: Sábado 9 de diciembre

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Memoria


Memoria

El ejercicio de narrar una masacre invisible

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

18 Sep 2018


El ejercicio de narrar una masacre invisible

  • Este miércoles 19 de septiembre acompañamos a Dejusticia en la presentación del libro “Los Guáimaros y El Tapón: la masacre invisible”, que narra la vida de 15 campesinos asesinados en el 2002 en Montes de María en condiciones aún no resueltas.
  • Este libro propone rutas jurídicas para la búsqueda de verdad, justicia y reparación, y es un valiosos ejercicio de memoria histórica que el CNMH celebra.

La masacre de Los Guáimaros y el Tapón (San Juan Nepomuceno, Bolívar) no se nombró durante años. No existió. Incluso hoy, sigue sin conocerse los autores de este hecho. Los días 30 y 31 de agosto del 2002, 15 campesinos fueron asesinados en las fincas El Tapón y Los Guáimaros. Esta masacre provocó el desplazamiento de familias enteras de los corregimientos vecinos de Corralito y San José del Peñón, y se convirtió en la tercera más numerosa de esta región, conocida como los Montes de María.

Hace dos años, los familiares de las 15 víctimas empezaron a llamar la atención de su comunidad y del país con conversatorios, eucaristías conmemorativas y monumentos. Y este año, pudieron hacer realidad el sueño de llevar la vida de sus familiares a un libro, que construyeron con apoyo de la ONG de derechos humanos Dejusticia, y que será presentado en Bogotá este miércoles 19 de septiembre. El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañará este ejercicio de memoria y verdad.

La idea de reconstruir las historias de sus muertos, a través de la mirada de padres, hermanos e hijos, fue su manera de hacer memoria para evitar que un hecho así se repita. “Que se sepa que fueron ejemplo y que no se fueron de esta vida porque quisieron, sino porque otros se la arrebataron”, dicen. Este libro también es un peldaño hacia la búsqueda de verdad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Cronología de la masacre de Los Guáimaros y El Tapón, ocurrida los días 30 y 31 de agosto del 2002 en San Juan Nepomuceno, Bolívar.

“Los Guáimaros y El Tapón: La masacre invisible”, como los familiares decidieron titular esta obra, significó horas de entrevistas a profundidad y se valió del género perfil para plasmar las historias. El libro se construyó con la participación activa de los miembros de la Asociación de Luchadores por la Verdad de Los Guáimaros, conformada por los seres queridos de quienes fueron asesinados y que son coautores.

“El resultado fue una serie de relatos llenos de cotidianidad, de nostalgia y de humanidad, que nos reafirmaron que cualquier persona, que cualquier vida, es un universo digno de ser contado”, explican en la introducción los autores por Dejusticia: Irina Junieles, Carolina Gutiérrez y Alejandro Jiménez.

A los perfiles, el recurso más potente de este libro, se suman otros dos capítulos. En el  que abre la obra, Junieles, investigadora de Dejusticia, hace una cronología de lo sucedido ese 30 y 31 de agosto de 2002. Por último, Jiménez, también investigador, presenta un análisis jurídico de las rutas que podría tomar el caso en la justicia ordinaria y en la justicia transicional para garantizar posibles escenarios de justicia, verdad, reparación y no repetición.

La presentación del libro será el miércoles 19 de agosto a las 5:30 pm en las oficinas de Dejusticia (Carrera 24 #34-61, Bogotá).
Entrada libre hasta completar aforo.

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Los Guáimaros, Masacre, Memoria, Montes de María, San Juan Nepomuceno

Convocatoria: Encuentro nacional de experiencias educativas para la construcción de paz

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

27 Sep 2018


Convocatoria: Encuentro nacional de experiencias educativas para la construcción de paz

Entre el 17 y el 19 de octubre se realizará en Bogotá el encuentro “Memorias que transforman”, un espacio de diálogo e intercambio para docentes, estudiantes e investigadores de todo el país, que trabajan en temas de memoria y paz. Aquí le explicamos cómo participar.


El Equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Red Nacional de Maestras y Maestros por la Memoria y la Paz, y la Red de Grupos Regionales de Memoria Histórica, convocan al evento”Memorias que transforman: encuentro nacional de redes y experiencias educativas para la construcción de paz”, que ocurrirá en Bogotá entre los días17, 18 y 19 de octubre.

Este encuentro tiene como objetivo propiciar un espacio de intercambio entre docentes, estudiantes e investigadores de todos los lugares de Colombia que trabajan memoria y paz, y aportar a la consolidación de un movimiento educativo que realice acciones de manera articulada en sus diferentes lugares de origen. 

Asimismo, en la jornada del día 19 de octubre, y como cierre de este encuentro, se realizará el lanzamiento de la tercera edición de la Caja de Herramientas “Un viaje por la memoria histórica, aprender la paz y desaprender la guerra”, conjunto de materiales pedagógicos que ofrece a maestros y maestras diversas rutas, ejemplos ilustrativos, fuentes y piezas comunicativas, para que puedan inspirar una discusión en el aula escolar sobre la memoria histórica del conflicto armado colombiano. 

Es muy importante que puedan acompañarnos, pues el evento será un espacio fundamental para fortalecer procesos de formación e investigación en colegios y universidades, que contribuyan a la formación de ciudadanos conscientes, críticos y empáticos frente al pasado reciente. Al inscribirse se generará automáticamente una carta de invitación solo haciendo clic en el siguiente enlace. Cupo limitado hasta completar aforo. Solo se inscriba si está seguro de que puede participar los tres dias.

Nota aclaratoria: El CNMH solo se hará cargo de los almuerzos y refrigerios durante las jornadas de trabajo previstas, los demás costos asociados a la participación del evento deben ser cubiertos por los participantes.

 

 

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    Red Nacional de Maestros

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    Red Nacional de Maestros

Video Red Nacional de Maestras y Maestros por la Memoria y la Paz:

 

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Colegios, Educación, Maestros, Memoria, Paz, Universidades

Así están construyendo memoria y paz los maestros y estudiantes de Colombia

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CNMH

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CNMH

Publicado

12 Oct 20189


Así están construyendo memoria y paz los maestros y estudiantes de Colombia

Desde el miércoles 17 de octubre estarán reunidos en Bogotá unos 350 estudiantes y profesores de colegios y universidades de 21 departamentos, para dialogar sobre cómo están trabajando el tema de la memoria como aliada de la paz, desde estrategias pedagógicas e investigativas.


Desde hace aproximadamente cinco años, el Equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) viene diseñando una serie de estrategias que, desde pedagogías socio críticas, aporten a la reflexión en torno a la investigación y a la enseñanza de la historia reciente de Colombia en escuelas y universidades. Esto, a partir de ejercicios que esclarezcan y dignifiquen a las personas que han sido víctimas del conflicto armado colombiano.

En este caminar, el Equipo de Pedagogía ha emprendido diálogos con docentes, estudiantes e investigadores universitarios que consideran que la memoria histórica en las escuelas y en las universidades del país es una aliada fundamental para la construcción de paz. Todos estos públicos, con quienes se vienen desarrollando trabajos diferenciados, se reunirán del 17 al 19 de octubre en Bogotá en “Memorias que transforman: Encuentro Nacional de redes y experiencias educativas para la construcción de paz”. ¿Qué puede surgir de este encuentro de docentes de colegios de diversos territorios, con docentes universitarios que adelantan en sus regiones ejercicios de esclarecimiento de la mano de las víctimas? ¿Qué tienen por decir y compartir los y las estudiantes que han estado acercándose a la memoria histórica del conflicto armado en sus aulas?

“Memorias que transforman” reúne a 350 docentes, investigadores y jóvenes estudiantes de diferentes Instituciones Educativas, de territorios urbanos y rurales y de diferentes procedencias étnico raciales. Uno de estos, es un joven bogotano que a partir de su encuentro con la “Caja de Herramientas: Un Viaje por la Memoria Histórica. Aprender la Paz, Desaprender la guerra”, un instrumento pedagógico creado por el CNMH, decidió convocar a sus compañeros y compañeras para la creación de una red de estudiantes en su localidad. Estarán también una profesora de Nariño quien, con sus estudiantes, construyó un museo de la memoria de puertas abiertas para la comunidad; y un investigador del caribe que ha diseñado estrategias metodológicas para reconstruir la memoria de manera participativa, entre muchas otras experiencias. 

Este es el primer año en el que el Equipo de Pedagogía impulsa un evento de esta magnitud y se espera que este no sea solo un espacio de encuentro y diálogo, sino un escenario para fortalecer acciones territoriales en torno a la memoria y a la paz que logre integrar los esfuerzos que se están llevando a cabo en escuelas y universidades. 

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    VI Seminario de Grupos Regionales de Memoria Histórica realizado en julio 2018 en la Universidad de la Amazonía. Florencia, Caquetá. 

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    Después de graduarse, Cristian decidió seguir trabajando en clave de memoria fuera de las aulas, y propuso crear una red de estudiantes para crear espacios de debate y generación de propuestas. 

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    Desde el 2015, más de 200 estudiantes del Liceo Central de Nariño han trabajado con los materiales pedagógicos de la Caja de Herramientas.

Uno de los participantes al encuentro será Cristian Fabián Espinosa, un joven de 18 años egresado de la Institución Educativa La Giralda, ubicada en el barrio Las Cruces de Bogotá. Siendo estudiante tuvo la oportunidad de trabajar en los textos propuestos por la “Caja de Herramientas”, en particular “El Salado. Los Montes de María. Tierra de luchas y contrastes”, que se construyó a partir del informe del Centro Nacional de Memoria Histórica “El Salado. Esa guerra no era nuestra”. Según Cristian, trabajar en el aula de clase con la “Caja de Herramientas” les permitió a él y a sus compañeros acercarse por primera vez a los efectos del conflicto armado en los Montes de María. Después de graduarse, Cristian decidió seguir trabajando la memoria histórica por fuera de las aulas, y propuso crear una red de estudiantes para generar espacios de debate y formular propuestas, que permitan transformar positivamente las cotidianidades de su barrio. “Nos falta saber, conocer y tener mayor sentido de pertenencia”, dice Cristian. 

Otra invitada al encuentro es Janeth Rosero, docente de Ciencias Sociales del Liceo Central de Nariño de Pasto. Desde allí, en el sur de Colombia, los estudiantes del grado once han venido desarrollando pedagogías de memoria y paz, que les han permitido recorrer sus historias y las realidades del conflicto armado colombiano. 

“A partir del año 2015 comenzamos nuestro andar, construyendo paso a paso una visión crítica y propositiva de la realidad colombiana. Son más de 200 estudiantes los que han participado en este recorrido, los que animados por las actividades de la ‘Caja de Herramientas. Un viaje por la Memoria Histórica’ (este material pedagógico está disponible en el sitio web del CNMH), llevan en su pensamiento y en su corazón, el dolor de la guerra y la esperanza de la reconciliación y la paz”, asegura Janeth Rosero. 

Desde el Caribe colombiano, también llegan iniciativas de memoria transformadoras. La reconstrucción participativa de la memoria colectiva en Cartagena es uno de los objetivos que persiguen 10 investigadores, 30 integrantes de semilleros de investigación y 130 gestores locales de memoria, que hacen parte del Grupo Regional de Memoria Histórica de la Universidad Tecnológica de Bolívar. Esta iniciativa se creó formalmente en el 2015 pero viene caminando desde el 2011, cuando se conformó el semillero. 

“Durante los últimos tres años hemos centrado nuestras actividades en los Montes de María. Ahora nuestro reto es construir puentes entre diversos ámbitos y actores, para propiciar diálogos que permitan afianzar, desde la memoria, los procesos de construcción de paz y desarrollo humano que avanzan en nuestros territorios”, explica el investigador Pablo Abitbol. 

Este grupo regional, que hará parte del encuentro “Memorias que Transforman”, ha comenzado además a recrear desde el arte, la performatividad y la pedagogía, espacios y momentos de memoria viva que invitan a la reflexión, la imaginación y la innovación social. El mercado campesino y la huerta de intercambio de saberes, que funcionan en el campus de la Universidad Tecnológica de Bolívar, son ejemplo de ello.

El Equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica espera que este encuentro posibilite diálogos, reflexiones, debates y, sobre todo, que genere la consolidación de acciones conjuntas entre docentes de colegios, estudiantes y docentes e investigadores de universidades.

Están todas y todos invitados a conocer cómo los profesores, estudiantes e investigadores están trabajando la memoria desde sus lugares de trabajo y desde sus experiencias de vida, y cómo estos esfuerzos que hacen día a día están aportando a la paz del país.

Descargue aquí la agenda

Horarios y Fechas: 

  • Miércoles, 17 de octubre: 7:00 a.m. a 5:00 p.m.
  • Jueves, 18 de octubre: 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
  • Viernes, 19 de octubre: 8:00 a.m. a 12:30 p.m. 

Lugar: Hotel Habitel Centro de Convenciones, Avenida El Dorado 100 – 97, Bogotá

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Caja de Herramientas, Conflicto, Educación, Encuentro de maestros, Memoria, Paz, Pedagogía

La exposición “Endulzar la Palabra, memorias indígenas para pervivir” llega a Cartagena

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Autor

Maria Paula Durán

Fotografía

Maria Paula Durán

Publicado

12 Oct 2018


La exposición “Endulzar la Palabra, memorias indígenas para pervivir” llega a Cartagena

Los invitamos a sumergirse en un recorrido de cinco momentos, conformado por fotografías, dibujos, documentales y testimonios de ocho pueblos indígenas, que develan cómo la memoria les ha permitido pervivir en medio del conflicto.


La exposición “Endulzar la palabra, memorias indígenas para pervivir” hace una inmersión en los procesos de memoria histórica de ocho pueblos indígenas de Colombia: Bora, Ocaina, Muinane y Uitoto M+N+KA de La Chorrera, en el Amazonas (AZICATCH); Wiwa, de la Sierra Nevada de Santa Marta (Golkushe Tayrona); Awá de Nariño, Putumayo y Ecuador (Gran Familia Awá Binacional); Nasa del norte del Cauca, Chab Wala Kiwe (ACIN), y Barí del Catatumbo (ÑATUBAIYIBARI). 

El visitante encontrará espacios para escuchar sus voces. Espacios para caminar por sus territorios, en su inmensidad y con todas sus diferencias. Espacios para entender que la memoria también son silencios. Y espacios para reconocer que los pueblos indígenas han sido actores políticos y activos, para hacerle frente al conflicto armado. 

A lo largo de toda la exhibición, liderada por el Centro Nacional de Memoria Histórica en alianza con el Centro de Formación de la Cooperación Española y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, se presentarán fotografías, dibujos, documentales y testimonios, producidos en su gran mayoría por los pueblos indígenas. Además, el espectador se encontrará con una serie de preguntas, en las que cada uno de los pueblos interpela y abre el diálogo con los visitantes.

 

“Todo lo que hagas se tiene que hacer con el corazón frío
Se tiene que hacer con el corazón dulce Y se tiene que hacer con ese corazón de estimación al otro”. 
Gil Farekatde


Sean bienvenidos a una exposición en la que participaron activamente los investigadores locales, lo que permitió hacer el ejercicio de contar en voz propia una historia tantas veces referida por otros. Esta, además, es una oportunidad para comprender que la memoria indígena del conflicto se centra, más que en un repertorio de hechos dolorosos, en un conjunto de saberes y estrategias culturales que les han permitido sanar los estragos de la guerra, y endulzar la memoria del horror desde la palabra de vida. 

Esta exposición fue posible gracias al apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) operado por ACDI-VOCA. Y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). 

Les invitamos a conocer la programación de actividades culturales y académicas que se llevarán a cabo este mes.

HORARIOS Y FECHAS:

  • Lunes a viernes: 7:30 a.m. a 7:00 p.m.
  • Sábados: 8:00 a.m. a 7:00 p.m.
  • Domingos y festivos: 9:00 a.m. a 7:00 p.m.

LUGAR: Centro de Formación de la Cooperación Española, Calle 36 #2-74, Cartagena

Publicado en Noticias CNMH



Endulzar la Palabra, Exposición, Fotografía, Indigenas, Memoria

Así es la vida en medio de la violencia del Catatumbo

Noticia

Autor

Daniel Sarmiento

Fotografía

Daniel Sarmiento

Publicado

21 Nov 2018


Así es la vida en medio de la violencia del Catatumbo

En la presentación del informe “Catatumbo. Memorias de vida y dignidad” destacaron las voces de las mujeres, los jóvenes, los indígenas, los campesinos, los profesores y los sectores LGBT.


Después de tres años de recorridos, entrevistas y talleres en el territorio, el jueves 15 de noviembre se presentó el informe “Catatumbo. Memorias de vida y dignidad”.En un acto privado en un hotel de Bogotá, líderes y lideresas de esa región recibieron el resultado del trabajo en el que participaron, junto al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la Diócesis de Tibú y Ñatubaiyibarí.

La ceremonia fue sencilla pero especial. Los asistentes, que viajaron desde distintos municipios catatumberos, hablaron sobre su vida en la región y la importancia de este proceso de memoria histórica. Así lo hicieron Acucuara Bashuna, representante del pueblo Barí; Ligia Galvis, docente; Hermes Bayona y Yaneth Pedroza, líderes campesinos; Sol Johana Ortega y Denys Cáceres, jóvenes raperas, y Érika Caselles, de la organización Visibles LGBTI+H.

Además del informe principal, un resumen y un mapa con lugares para la memoria y para la vida, y otro con transformaciones del territorio, los habitantes del Catatumbo recibieron seis cartillas que se produjeron en este proceso, con testimonios sobre cómo ha sido vivir en esta región para diferentes poblaciones. “En nuestras caminatas y conversaciones identificamos muchas cosas que no pudimos incluir en el informe, y empezamos a tener muchas ideas particulares sobre los campesinos, sobre los jóvenes, sobre la población LGBT, sobre los profesores, sobre las mujeres, sobre los indígenas. Eso estaba allí y no lo podíamos archivar”, explicó esas cartillas María Fernanda Pérez Trujillo, investigadora del CNMH y coordinadora del proyecto.

Estos son extractos de los relatos que aparecen allí. En ellos aparecen las dificultades que han tenido que enfrentar los habitantes del Catatumbo, pero también la inmensa dignidad con la que resisten ante la violencia.

  • Yaneth Pedroza, una lideresa campesina de la región, es la protagonista del retrato que aparece en la portada. 

  • Sol Johana Ortega y Denys Cáceres, integrantes de Motilonas Rap, cerraron la presentación con un concierto donde cantaron al territorio, a los líderes sociales y a las mujeres.

 

Relatos de montaña y río. Voces y memorias de campesinos y campesinas del Catatumbo

Entonces sembrar la mata de coca se volvió para nosotros como una resistencia, como la única manera para poder quedarnos aquí en esta tierra haciendo lo que nosotros sabemos hacer, que es cultivarla. Entonces yo preparé la tierra, me conseguí las semillas y monté mi cortecito de coca, porque yo miré que no había el sustento, no había para el sustento. Es poquita la tierra que yo tengo y además es muy poco lo que le compran a uno la cosecha de frijol, de maíz, de plátano. El Tarra, por ejemplo, ya con 10 cargas de plátano se abastece, ya nadie compra más, se abarata. Y mi pedazo de tierra es bueno para el plátano, pero ¿qué se puede hacer si es para que se pierda?

Escuelas con memoria. Voces y memorias de docentes del Catatumbo

A veces me sucedió que yo llegaba a la escuela temprano y me daba cuenta de que esa gente estaba por ahí. Entonces lo que yo hacía era salir a buscar a los estudiantes, me inventaba cualquier vaina y los mandaba para la casa. Y los guerrilleros me decían: “Pero profesor, ¿por qué no hace su clase normalmente?”. Y yo les contestaba: “No señor, ¿cómo cree, no ve que están ustedes? Llega el Ejército por aquí y se arma una plomacera, ¿qué pasa con los niños?”.

Que nos dejen ser quienes soñamos ser. Voces y memorias de personas lesbianas, gays y trans del Catatumbo

Durante esos años la situación estaba terrible para las chicas trans y la gente gay aquí en Ocaña. Se suponía que los paramilitares ya se habían desmovilizado, pero cuando eso se oía que había unos grupos que estaban controlando los barrios y que estaban matando a la gente como nosotros, y a cualquier persona que tuviera el pelo largo o se pusiera piercings. Un mes después de que regresé, que cuando eso todavía me identificaba como mujer, estaba sentado en un parque con dos amigos gays cuando llegó una camioneta negra de la que se bajó un hombre que dijo que nos iba a picar a todos, que ya nos tenían en fotos. El tipo ese le pegó una patada a uno de mis amigos y nos gritó: “Lárguense de acá, maricas, no los queremos ver”, y otras cosas, nos trató de lo peor. ¿Y qué podíamos hacer en esos momentos? Nos tocaba callarnos esas cosas, porque ¿a quién iba a acudir uno si muchas veces aquí en Ocaña se vio que, si uno hablaba, la misma ley se encargaba de echarlo al agua, de contar que uno había denunciado?

Somos Barí: hijos ancestrales del Catatumbo. Voces y memorias del pueblo Barí

Nuestro territorio, Ishtana, es para nosotros el origen del hoy y la construcción del mañana, es la otra mitad del Barí. Es la vida, el reflejo de los ancestros, es la historia de una lucha. Sabaseba nos entregó este territorio y nos mostró los sitios sagrados, así como el respeto y cuidado que debemos proporcionarles. Si lo hacemos, somos capaces de mantener el equilibrio. Esos sitios sagrados son lugares muy importantes para nosotros porque en ellos habitan espíritus que merecen respeto. Además, nos enseñan la historia propia y el debido comportamiento .

Estos dolores que nos hacen fuertes. Voces y memorias de mujeres del Catatumbo

Todo iba marchando, digamos que bien, hasta cuando entraron los paracos en el 2001.Uno qué se iba a imaginar todas las cosas terribles que esa gente iba a hacer en la región, y menos las cosas que nos iban a hacer a nosotras, las mujeres. Antes de eso, ya se había empezado a oír por todo lado que los paracos estaban entrando y que venían a masacrar a todo el pueblo, como lo habían hecho en La Gabarra en 1999. Y es que los que entraron a Las Mercedes, lo mataban a usted hasta por mirar. Es decir, si yo miraba a los ojos a un paraco, y a él no le gustaba, de una vez me cogía y me echaba a una camioneta y hasta ahí llegaba yo. Entonces empezó a cundir el miedo. Qué digo miedo. El terror. A mí me pasó algo que, le repito, jamás se me hubiera ocurrido que me pudiera pasar: un paraco se enamoró de mí, y eso se me volvió un problema terrible.

Historias y colores de mi región. Voces y memorias de niños, niñas y adolescentes del Catatumbo

Esa noche nos picaron muchísimos zancudos y fue muy difícil quedarnos dormidos. No sabíamos bien en qué lugar estábamos y no se veían casas ni ninguna construcción por ningún lado. Pero aun así, Jefferson tuvo tiempo hasta para soñar. Me imagino que cuando lo agarró el cansancio pudo dormir profundamente por lo menos unas horas. Al otro día, lo primero que hizo fue acercarse a mí y contarme en voz bajita lo que había soñado: “Me soñé que la profe Luz Estela era una superprofesora, que ella tenía poderes. Volaba con una capa y nos sacaba de este monte. Nos llevaba a cada uno a nuestra casa y nos dejaba un regalo debajo de la almohada. Cuando ya nos descargaba, ahí en la casa, nos ponía la mano para que se la chocáramos y se iba a buscar a otros niños, que estaban también perdidos. A mí me dejó un balón de micro de regalo”.

Lea los testimonios completos en el informe “Catatumbo: Memorias de vida y dignidad”

 

Publicado en Noticias CNMH



Barí, Catatumbo, Indigenas, Memoria, Motilonas, Rap

Lanzamiento revista Conmemora: un homenaje a líderes y lideresas

Noticia

Autor

María Paula Durán

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

07 Dic 2018


Lanzamiento revista Conmemora: un homenaje a líderes y lideresas

  • El 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, lanzamos la sexta edición de la revista Conmemora: un reconocimiento a los líderes y lideresas del país que persisten en su lucha, a pesar de la violencia que quiere acallarlos. Y una exigencia para que se les garantice una vida digna y segura.
  • A las 6:00 p.m. del próximo lunes estaremos en el Espacio Odeón de Bogotá (Carrera 5 #12c – 73) realizando una “estampatón” de camisetas, entregando la revista y compartiendo con algunos de sus protagonistas. ¡Todas y todos están invitados a celebrar la vida de quienes protegen y defienden nuestros derechos!

En esta sexta edición de la revista Conmemora, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) les rinde homenaje a los líderes y lideresas sociales, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, que se enfrentan a las injusticias, desigualdades y exclusiones, y que por su labor dentro de sus comunidades están en riesgo o han sido el blanco de acciones criminales en nuestro país. Este lunes 10 de diciembre lanzamos la revista en el Espacio Odeón de Bogotá (Carrera 5 #12c – 73, 6:00 p.m.) y un especial web.

“Los asesinatos de líderes y lideresas se están haciendo de cara a la sociedad de manera desafiante, y una parte de ella ha respondido esta vez de forma contundente y clara con su oposición a la muerte violenta y al exterminio. Hemos perdido muchos líderes, nos han arrebatado a varias lideresas. No obstante, la paz que hemos alcanzado nos pertenece también a nosotros; por ello es nuestra obligación exigir que los líderes y lideresas tengan una vida digna y segura y puedan seguir siendo voceros de intereses de la sociedad y de la humanidad”, escribió en el editorial el saliente director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez Gómez.

En esta edición conocerán la historia de Ruth Uriana, una joven de 19 años que está ejerciendo un liderazgo cultural en Riohacha, con toda la grandeza y la valentía que le enseñó su padre, también líder. Su principal bandera es el rescate del arte y de los tejidos wayúu, para subsistir y no dejar morir su cultura.

También reconstruimos la historia de Narcilo Rosero, líder del Comité Ejecutivo del Paro Cívico de Buenaventura, y uno de los encargados de continuar con la lucha por el territorio que abanderó el líder Temístocle Machado, asesinado el 27 de enero de 2018.

Otra de las protagonistas de la revista es Yesaira Torres, lideresa de la población LGBT de Barrancabermeja, considerada “la madre de las trans” de ese municipio. Cuando la guerra entre fuerza pública, guerrillas y paramilitares estaba en su peor momento, enfrentó a los comandantes de las autodefensas.

En esta revista le rendimos un homenaje a Holmes Alberto Niscué, un líder indígena nasa-awá asesinado el 19 de agosto del 2018, a quien entrevistamos en su resguardo en mayo pasado, luego de que las disidencias de las FARC dirigidas por alias ‘Guacho’ hicieran presencia en ese territorio.

Y esta edición de Conmemora es también un reconocimiento a Jesús María Pérez, el guardián de la memoria campesina de los Montes de María, quien murió el pasado 23 de octubre a los 84 años. ‘Chucho’ fue el defensor de la memoria campesina de esta región del Caribe colombiano, y enfrentó toda su vida a la imposición, la tiranía y las injusticias contra los campesinos.

¡Todas y todos están invitados este lunes 10 de diciembre, en el Espacio Odeón de Bogotá (Carrera 5 #12c – 73), a celebrar la vida de quienes defienden nuestros derechos!

 

Publicado en Noticias CNMH

 



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