Etiqueta: Mujer

El silencio no deja sanar las heridas

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Autor

CNMH

Fotografía

archivo particular

Publicado

26 May 2015


El silencio no deja sanar las heridas

Girley Velazco, una saladeña de pura cepa, no se cansa de aprovechar cada espacio que se le presenta para denunciar que la violencia sexual contra las mujeres fue y sigue siendo usada como arma de guerra. Lo asegura porque lo vivió en cuerpo y espíritu propio. Con su metro 55 centímetros de estatura, su dulce carácter y su espigada figura comprendió que lo que le pasó a ella y dos de sus amigas no podía seguir en la oscuridad por pena, por temor o por dolor y que debía buscar ayuda.

En el año 2.000, cuando aún era menor de edad, decidió salir una mañana con sus amigas a recorrer las polvorientas y solitarias calles de El Salado, un corregimiento de Carmen de Bolívar. Quería tomar un poco de aire, pues lo normal era estar “metidas en sus casas”, comenta Girley. Pero la sombra de la incursión paramilitar de aquel entonces llegó a sus vidas ese día.

“En el 2000 fui víctima de violencia sexual por cuatro paramilitares que en ese momento acabaron con mi vida”. Fueron muchos los años que transcurrieron antes que ella y varias mujeres de El Salado se atrevieran a contar lo sucedido. Hoy hablan, luchan y alzan la voz para que lo que les pasó no vuelva a ocurrir.

“Hoy estoy luchando, quiero que me apoyen porque víctimas de violencia sexual como yo, hay muchas más en El Salado, pero muchas no se han atrevido a hablar. Van tantas organizaciones a hablar de proyectos y nunca dan la oportunidad a las mujeres de tratar la violencia en el conflicto”, expresa.

Por eso, Girley sigue buscando ayuda para poder apoyar a muchas mujeres de su terruño. Muchas de ellas llegan a su casa a pedir su consejo y orientación. Ella lamenta no tener qué ofrecer más allá de escucharlas, de su experiencia, su afecto y un fuerte abrazo. Algo tan simple, pero siempre tan necesario.

“No tengo las herramientas para apoyarlas, solo con mis consejos y experiencia de vida, les he dicho vamos a denunciar, vamos a enfrentar esto. El silencio es lo peor, no nos deja sanar esa herida tan grande que nos causaron los actores armados”, dice con la fuerza que ahora la caracteriza. Por ello, busca que la violencia sexual se visibilice, que se diga la verdad, porque es un fenómeno que no ha pasado, que sigue pasando.

“Quiero que las mujeres víctimas de violencia sexual se den cuenta que no están solas. En Colombia hay muchas mujeres como yo, con la idea de ayudar. Las invito a unirnos, porque juntas con una sola voz nos van a escuchar”, concluye.

El efecto perverso de la violencia sexual

Para la asesora en temas de género del Centro Nacional de Memoria Histórica, Nancy Prada, la violencia sexual en el conflicto armado va más allá de la violación. Se han documentado casos de manoseo, aborto forzado, esterilización forzada, entre otros tipos de violencia sexual. “Este tipo de crimen en el marco de la guerra es bastante invisible, y los testimonios hacen mucho énfasis en eso. Se hablan de muchas formas de victimización pero de violencia sexual casi no”, lamenta la investigadora.

La violencia sexual es distinta, ya que las víctimas son estigmatizadas. Las “banderas de la violencia sexal tienen unas condiciones perversas porque tiene el efecto de revertir en parte la culpa sobre la víctima. Además de suscitar señalamientos, estigmatización en la sociedad, son muchos los efectos sistemáticos”, agregó Nancy Prada.

 


Mujer, silencio, Testimonios, Violencia Sexual

Minga contra las violencias hacia las mujeres

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Rommel Rojas

Publicado

31 Jul 2015


Minga contra las violencias hacia las mujeres

Del 5 al 7 de agosto en Jambaló se llevará a cabo la minga intercultural en contra de las violencias hacia las mujeres. Tres días en los que se realizarán recorridos por los territorios de este municipio del Cauca, al igual que encuentros, diálogos y un acto cultural para recordar los hechos del conflicto armado colombiano que han afectado a las mujeres indígenas.

Ubicado en el nororiente del departamento del Cauca, Jambaló tiene una profunda tradición cultural de los pueblos indígenas Nasa y Misak. Sin embargo, es también un territorio azotado por el conflicto armado en donde el desplazamiento forzado, los asesinatos selectivos, las masacres y otros hechos victimizantes se han presentado. Una violencia que también ha causado la eliminación o prohibición de sus prácticas culturales ancestrales por parte de diferentes grupos armados.

Allí, desde enero de este año las mujeres víctimas con el acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), y con el apoyo del programa VISP de USAID y OIM, iniciaron un proceso de reconstrucción de memoria para visibilizar las violencias que han sufrido y los procesos de resiliencia y de resistencia del resguardo indígena.

“Usualmente una iniciativa de memoria destaca a una comunidad pero pocas veces resalta el papel de la mujer que sufre la guerra, que pierde a sus hermanos, familiares e hijos. Esta iniciativa es creada por y para las mujeres, y creo que eso es lo más significativo de este proceso” destaca Nathaly Molina Gómez, investigadora que acompaña la iniciativa de reconstrucción de memoria histórica de mujeres víctimas del conflicto armado del resguardo de Jambaló, Cauca.

Un recorrido interviniendo artísticamente algunos árboles para recordar y visibilizar la resistencia de las mujeres, varios conversatorios de las mujeres de Jambaló con otras líderes del país en temas de memoria histórica y un acto cultural de cierre harán parte de la programación de esta minga que quiere dar a conocer la memoria de las mujeres indígenas, mujeres que han resistido en condiciones adversas pero que empiezan a trabajar por el respeto de sus derechos y el de sus comunidades.

Todas las actividades de la minga son abiertas al público. Si tienen alguna duda o desean más información para participar escriban al correo sandra.buitrago@centrodememoriahistorica.gov.co

Descargue aquí la programación de la minga intercultural en contra de las violencias hacia las mujeres

 
 


Minga, Mujer, Violencia

Gloria González Ardila no era guerrillera

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

www.elmundo.es

Publicado

27 Ago 2015


Gloria González Ardila no era guerrillera

El pasado 20 de agosto en el municipio de San Antero, Córdoba, se realizó el acto de dignificación en memoria de Gloria González Ardila, víctima letal en una operación militar adelantada por el Ejército Nacional en el barrio San Javier de Medellín, el 7 de mayo de 2012.


En la ceremonia se reconoció que la muerte de la señora Gloria fue un hecho que nunca debió ocurrir. Ese día, a las seis de la mañana, tropas del Ejercito Nacional entraron en compañía de cuatro encapuchados, a la casa de Elkin Arbey Ortiz y Josué Rodríguez, quienes habían sido señalados por tener presuntos vínculos con la guerrilla. La muerte de Gloria ocurrió después de que una bala atravesó la casa de madera cuando los uniformados entraran a la casa vecina y dispararon.  Ese día no solo resultó afectada ella, sino su hija de 11 meses a quien amamantaba el día de los hechos, quien se dice, alcanzó a ingerir sangre de la madre.

Los hechos descritos generaron un profundo impacto, afectando su grupo familiar, no sólo por el sufrimiento de su muerte, sino por la estigmatización que tuvo que padecer al ser señalada como militante de la guerrilla. Lo anterior, no solo acabó con la vida de la señora Gloria, sino que fue el causante de sufrimientos venideros para su familia, como la quema de su vivienda, el desplazamiento y la ruptura de su núcleo familiar. 

El dictamen forense determinó que el proyectil que acabó con la vida de la mujer de 32 años, pertenecía a uno de los fusiles que usaban los militares de la IV Brigada que desarrollaron el operativo. En uno de los expedientes del caso se establece que los hombres del Éjercito se extralimitaron en el uso de la fuerza y las armas, por lo que fue investigado el capitán Julián Cadena, quien estuvo al mando de la operación.

La ceremonia de dignificación fue presidida por la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, dando cumplimiento a una de las medidas de satisfacción como parte a un proceso de reparación integral prevista dentro del Acuerdo de Solución Amistosa entre el Estado y la familia de la víctima.  Un acto de perdón público en el cual se reconoció que la señora González fue una mujer pujante, quien con su amor logró ser el eje central de su familia.  Según las palabras que se ofrecieron en la ceremonia, la señora Gloria dejó como legado en su familia valores de respeto, unidad familiar y sensibilidad frente a la injusticia, por lo que siempre será recordada como un ejemplo de vida, una mujer valiente e independiente, que siempre luchó por el bienestar de sus hijos.

El objetivo del evento era precisamente revindicar el buen nombre de la víctima, a quien se le marcó de haber pertenecido a grupos guerrilleros. El Estado busca con este tipo de actos rendir homenaje a las víctimas y dejar sentado que en pro del respeto y garantía de los Derechos Humanos trabaja cada día para que situaciones como estas no se repitan.

 


Conflicto Armado, Guerrilla, Mujer, Testimonios

El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

29 Ago 2015


El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

Este 30 de agosto se cumplen 28 años de la desaparición forzada de Nydia Érika bautista en Bogotá. Esa misma fecha, en la que se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, los familiares de Nydia Erika y de miles de desaparecidos más se reunirán en las principales plazas del país para pedir verdad y que estos crímenes no queden impunes.


Desde el CNMH hablamos con Janeth Bautista, su hermana, para hablar de la desaparición de Nydia, el camino recorrido para encontrarla, el exilio que sufrieron ella y su familia, y cómo después de tantos años aún busca justicia y verdad.

¿Han pasado 28 años de la desaparición de Nydia Érika Bautista, para las nuevas generaciones y quienes no conocen su historia, qué nos puede contar sobre ella?

“Nydia Érika bautista es mi hermana, la hermana mayor de una familia de seis hijos. Ella era socióloga y economista de la Universidad Nacional y la Universidad Central de Bogotá respectivamente, y también fue militante del M19. Fue madre de un niño que quedó huérfano a los 12 años, Erik Antonio. Desde muy temprana edad trabajó en proyectos sociales, con estudiantes de la Universidad Nacional, con quienes trabajó en varios proyectos en Bosa para la creación de escuelas y jardines para los niños menos favorecidos. Fue precisamente esa inclinación social la que la llevó a tomar la decisión, a mediados de los años 80, de ingresar al M19. Una decisión que le costó la libertad y la vida”.

¿Cómo fue la desaparición forzada de Nydia Érika bautista?

“Nydia primero fue detenida en la III Brigada de Cali en mayo de 1986, allí fue torturada y detenida arbitrariamente, aunque luego fue puesta en libertad. Un año después fue desaparecida definitivamente en Bogotá, en una operación entre la III y XX brigadas del ejército en Bogotá.

El último día que la vimos con vida fue en la primera comunión de nuestros niños, de su hijo y mi hija. Siendo alrededor de las 6:00 p.m., cuando acompañaba a una amiga que había asistido a la reunión a coger el bus, fue abordada por varios hombres que la subieron a la fuerza a un jeep. Desde ese entonces iniciamos la lucha por encontrarla, ese día cambió mi vida para siempre”.

¿Cómo fue la reacción de la familia ante este caso de desaparición forzada?

“Fue un despertar en el sentido más doloroso de la palabra. En esa época estaba de presidente Virgilio Barco y mi madre como nortesantandereana y mi padre como liberal, había votado por él para Presidente. Para ellos fue un duro golpe ver cómo durante ese gobierno sucedieran este tipo de crímenes que nunca se imaginaron.

La lucha empezó estrellándonos con esa realidad, de que las personas de la oposición política no tenían derecho a un juicio justo y por el contario empezó a aplicarse lo que ocurrió en otros países del Cono Sur como Argentina, Uruguay y Chile, de llevarse a los familiares bajo un camino de la niebla para que los familiares no supieran de ellos. Nosotros no supimos de la militancia de Nydia en el M19 hasta 1986, y confiábamos en que existiendo una democracia, si ella había cometido algún delito tuviera el derecho a ser llevada ante un juez para que mediante el debido proceso se hiciera un juicio y la sancionara con lo que correspondiera, nunca con la desaparición forzada.

Mi padre fue el más golpeado, lo recuerdo muy bien. Era liberal hasta los tuétanos, había sufrido la Violencia política en la época de Gaitán, y al saber lo que había sucedido lo primero que hizo fue ir a la sede del partido comunista, nunca fue comunista pero lo hizo como un acto de rebeldía”.

¿Cómo inicia el proceso de búsqueda?

“Salí con mi padre con una foto de Nydia y con una denuncia que nos ayudó a hacer Alirio Pedraza, quien también sería desaparecido. Salimos a la calle a repartir volantes, preguntando si alguien la había visto. Nos subimos a los buses, como lo hacen ahora los vendedores ambulantes, a pregunta por su paradero. Llegamos a brigadas, hospitales, morgues, fuimos a la Procuraduría, hablamos con el doctor Carlos Mauro Hoyos, asesinado en 1988, y llegamos hasta la Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares, en donde preguntaron a las brigadas militares pero no había razón de su paradero. Sin embargo, en este camino conocimos a otros familiares de desaparecidos, conocimos la organización ASFADDES y empezamos a ir a marchas y reuniones con la esperanza de poder tener una respuesta.

A los tres años de buscarla, un suboficial del Ejército se acercó a la Procuraduría a confesar varios crímenes que había cometido la brigada, entre ellos el de mi hermana. Así fue como el doctor Jaime Córdoba Triviño, en esa época procurador de Derechos Humanos, nos informó que era posible que Nydia estuviera enterrada en Guayabetal, Cundinamarca, de acuerdo a la información que habían entregado, y efectivamente, la oficina de investigaciones especiales de la Procuraduría hizo la exhumación y allí encontramos a Nydia Érika. A pesar de que la entregaron en una bolsa de basura, pudimos despedirnos y darle cristiana sepultura”.

¿Qué significó para ustedes poder encontrarla?

“Fue un hallazgo muy importante para nosotros y para el país, porque en esa época era difícil encontrar desaparecidos. Eso provocó una ola de solidaridad dentro del movimiento de derechos humanos en Colombia. Estuvimos muy acompañados por ong, otros familiares, y en ellos nació la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos.

Sin embargo también empezaron las amenazas y la persecución, una situación que nos llevó al exilio en 1997”.

¿Por qué toman la decisión de exiliarse?

“Nuestro exilio se empezó a marcar desde el 30 de agosto de 1995, fecha en la que se exilió el Procurador Delegado para Derechos Humanos, Hernando Valencia Villa, quien falló en contra de cuatro suboficiales destituyéndolos de la Brigada XX del Ejército incluyendo al General Álvaro Velandia Hurtado. A raíz de esa decisión tuvo que salir del país pues la cúpula militar le puso varias denuncias y lo tildó de simpatizante del terrorismo.

En 1997 también aumentaron las amenazas contra nosotros y decidimos exiliarnos. Mi caso fue bastante difícil pues estaba embarazada, sin embargo, pude salir del país y viví 10 años en el exilio. Una década en la que pude trabajar para Amnistía Internacional en Londres, también hice varias investigaciones sobre la violencia contra la mujer en Juárez y en Guatemala, y desde el exilio seguíamos luchando en el caso de Nydia Érika. En Colombia el caso paso a la justicia penal militar y mi hermana Rocío siguió al frente de todo. Después de 10 años decidí regresar al país, pues el exilio es estar muerto en vida”.

¿Qué pasó con los implicados en el caso de la desaparición de Nydia Érika?

Primero fue una lucha para quitarle el caso a la justicia penal militar y llevarlo a la justicia ordinaria, pues ellos querían que entregáramos los restos de Nydia para un examen de ADN, sosteniendo que eso era un montaje y que los restos exhumados no correspondían a mi hermana. Nosotros hicimos objeción de conciencia y no quisimos entregar el sitio donde estaba Nydia. El día de la audiencia, los compañeros de la Comisión Colombiana de Juristas, que eran los representantes legales del caso, interpusieron una tutela para que se suspendiera la diligencia militar y en ese momento también llegó un fax al juzgado de la Corte ordenando suspender la diligencia. De ahí en adelante la Corte decidió que el caso pasara a la justicia ordinaria y la exhumación finalmente se hizo por orden de la Unidad de Derechos Humanos. Entregamos el sitio y un año después salió la identificación con un 99.78% de identidad positiva de Nydia Érika. A pesar de las pruebas, el caso precluyó por dudas sobre la responsabilidad de los militares quedando en la impunidad hasta el día de hoy. Finalmente, el año pasado en vista de que los culpables siguen libres, interpusimos una acción de revisión y lo presentamos a la Corte Suprema de Justicia, pero aún no hemos obtenido respuesta.

¿Cómo van a conmemorar este 30 de agosto, Día Internacional del Detenido Desaparecido?

“Este año la conmemoración empezó desde el 27 de agosto, inició con un desayuno con varias embajadas, agencias de cooperación internacional y organizaciones de desaparecidos de varias regiones del país, un encuentro para denunciar la situación y plantear nuestras propuestas para la mesa de diálogos de paz porque creemos que la búsqueda de los desaparecidos debe tener relevancia en este proceso.

Además, el 30 vamos a realizar una galería de la memoria en la Plaza de Bolívar con los familiares del Palacio de Justicia, Familiares Colombia, MOVICE, las Madres de Soacha y otras organizaciones. También como organización vamos a tener una reunión con la Unidad de Víctimas para hablar de reparación, verdad y justicia, además, vamos a socializar cómo van los procesos penales de nuestros familiares. Finalmente, tendremos un taller sobre comisión de la verdad y justicia transicional. Sin embargo, el 30 de agosto es un día para que la sociedad se movilice y se conmueva con los 45 mil desaparecidos que hay en el país”.

Perfiles contra el olvido: Fundación Nydia Erika Bautista

 

Publicado en Noticias CNMH



Mujer, Nydia Érika, Testimonios, Víctimas

Rechazo por homicidio de lideresa en Cauca

Rechazo por homicidio de lideresa en Cauca

Autor

CNMH

Fotografía

comunicado por Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca

Publicado

07 Mar 2018


Rechazo por homicidio de lideresa en Cauca

El Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, manifiesta su preocupación por el homicidio de Maricela Tombe ocurrido el pasado 28 de febrero en el casco urbano de Playa Rica – El Tambo (Cauca).


A las 9:30 p.m. de ese domingo Maricela, de 36 años y madre de dos hijos, salía de un establecimiento cuando un sujeto atentó contra su vida.

Maricela fue líder en su comunidad. No solo fue secretaria y luego presidenta de la Junta de Acción Comunal de la Vereda Brisas, sino que llegó a ser presidenta de la Asociación Campesina Ambiental de Playa Rica (ASCAP) en 2011. En 2014 renunció a este cargo por su delicado estado de salud.

A través de un comunicado, la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca le pidió a las autoridades “esclarecer los hechos presentados. La Red llama además, al Estado colombiano a cumplir con su responsabilidad de velar por la protección y garantía de la vida y la integridad de todos y todas las colombianas.”

Hasta ahora no se tiene noticias ni indicios sobre los autores de este hecho.

“Esta tarde tenemos una reunión para hablar sobre la situación que vive el departamento. Lo que se ha evidenciado es que en varios municipios del sur del Cauca se han distribuido panfletos firmados por paramilitares anunciando una ‘limpieza social’. También hay denuncias sobre la presencia de hombres armados no identificados en diferentes zonas. Sabemos además de una situación complicada que se está viviendo en Patía, pues se han presentado homicidios”, afirmó Mabel Andrade de la Red de Derechos Humanos del Cauca – CIMA.

Actualmente el CNMH adelanta un proyecto en los departamentos de Cauca y Nariño con el Comité de Integración del Macizo Colombiano (CIMA). El objetivo es visibilizar el proceso histórico de exigibilidad de derechos, resistencia y  victimización de los campesinos pertenecientes a esta organización, con el fin de aportar al reconocimiento y dignificación de sus integrantes y de su proceso organizativo, y contribuir al derecho de memoria de la población para la no repetición.

El CNMH rechaza públicamente estas acciones violentas contra líderes de las comunidades y se solidariza con los familiares de Maricela Tombe.

 


Cauca, homicidio, lider social, Mujer

La lucha de la mujer es por un mundo mejor

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Autor

Daniel Sarmiento

Fotografía

Daniel Sarmiento

Publicado

08 Mar 2018


La lucha de la mujer es por un mundo mejor

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora Esta fecha reconoce el esfuerzo y la lucha que día a día las mujeres emprenden por un mundo más justo, que avance en el reconocimiento de garantías y derechos como respuesta a la discriminación, el machismo, el racismo y la violencia de la que continúan siendo objeto.


De acuerdo con la información que reporta el Registro Único de Víctimas el 49,6% del total de víctimas en Colombia, han sido mujeres. Esto corresponde a 4’116.053 mujeres. En su trabajo, el Centro Nacional de Memoria Histórica ha evidenciado tanto las violencias y discriminaciones a las que las mujeres han sido expuestas en el conflicto colombiano, sustentado en un orden social que ha posibilitado las violencias en su contra. Pero también ha destacado la agencia y fortaleza de mujeres que han decidido salir a reclamar sus derechos y los de otros, a defender la vida por encima de todo, y a resistir y crear caminos para seguir viviendo y seguir luchando por la paz, los derechos de las mujeres y una sociedad más igualitaria para hombres y mujeres.

El CNMH ha publicado una serie de productos que reflexionan en torno a los diferentes roles de la mujer en el conflicto y en la construcción de la paz; sobre la forma diferenciada en la que se han visto afectadas por los hechos violentos; y sobre la resiliencia y las formas como han asumido la resistencia desde una posición activa.

LAS MUJERES NO SON TODAS IGUALES
Existen experiencias distintas de ser, de vivir el conflicto y de resistirlo marcadas por las diferencias étnicas, de clase, de edad, de orientación sexual, de identidad de género, e incluso de los papeles que hemos asumido ante la guerra y ante la paz:

LA GUERRA, PARA LAS MUJERES, SE HA VIVIDO DE FORMA DIFERENTE
Las mujeres han sido impactadas por el conflicto de una forma desproporcional y diferenciada por la guerra, han sufrido los impactos de vivencias como el desplazamiento, el despojo y la desaparición, pero tambén han sido afectadas particularmente por violencias como la violencia sexual:

LAS MUJERES HAN ASUMIDO CON AGENCIA UN ROL DE RESISTENCIA Y DIGNIFICACIÓN
Las mujeres no han jugado un papel pasivo antes o durante el conflicto armado, y mucho menos lo hacen en la paz. Con toda dignidad y fortaleza, son agentes políticas, resisten a la guerra, asumen la relcamación de derechos para ellas, sus familias y comunidades, y día a día buscan maneras de sobrevivir:

Publicado en Noticias CNMH



Conmemoraciones, Informes, Mujer

La Organización Femenina Popular inauguró su Casa Museo de la Memoria

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Autor

Organización Femenina Popular

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Organización Femenina Popular

Publicado

27 Jul 2019


La Organización Femenina Popular inauguró su Casa Museo de la Memoria

Es la organización de mujeres populares más antigua de Colombia e inauguró la Casa Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de las Mujeres en el Magdalena Medio. El espacio recoge 47 años de resistencia.


Este 25 de julio, las mujeres de la Organización Femenina Popular -OFP- hicieron historia. La casa que hoy día es refugio para más de 2.100 mujeres y familias de Santander, inauguró un museo que visibiliza 47 años de resistencia colectiva y reivindicación política.

La creación del museo se remonta al 2012, en medio de una reconstrucción interna del proyecto político creado por la organización hace más de cuatro décadas. El 20 de julio de 1972 es la fecha consignada por la organización como el inicio, día en que motivadas por la iglesia católica, amas de casa empezaron a reunirse para trabajar costura, manualidades y encontrar espacios sociales fuera de sus hogares.

El contexto político que enmarca la gestación de este movimiento social es uno donde la desigualdad, el abatimiento que trae la guerra y la falta de oportunidades para las mujeres son parte intrínseca del paisaje. Barrancabermeja se configuraba como una ciudad petrolera, mayoritariamente obrera, en la que predominaban formas de violencia intrafamiliar y de violencia sociopolítica. Las mujeres luchaban en una doble vía por construir espacios autónomos propios, en medio de un ambiente político que motivaba a las movilizaciones y paros cívicos para exigir mejores condiciones de vida para los trabajadores.

Según un informe realizado por el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), la década de los años 80 fue el comienzo de la presencia organizada del paramilitarismo. Con su expansión por las aguas del río Magdalena, los grupos paramilitares fueron cometiendo masacres, desplazamientos masivos y desapariciones forzadas.

Las mujeres de la OFP, al igual que muchas otras organizaciones, tomaron como propia la consigna por la vida y el respeto de los derechos humanos. Trabajaron juntas para proteger la soberanía alimentaria y la equidad, en medio de un contexto donde el conflicto armado procuraba el miedo y la destrucción del tejido social. Con la creación de las casas de la mujer, esta organización ha rechazado la violencia perpetrada por actores armados ilegales como las Farc, el EPL, el ELN, la expansión paramilitar y ha reivindicando la participación y autonomía de las mujeres en distintos espacios.

Estas casas son espacios físicos de encuentro, donde se capacitan, hacen ollas comunitarias, talleres culturales y artísticos, atención psicosocial y jurídica. Allí se reúnen las mujeres y la comunidad. También son espacios de albergue humanitario, refugio para proteger la vida de las familias que en algún momento fueron amenazadas y tienen que salir de su casa. Son lugares de denuncia y de resistencia ante lo que está pasando en sus barrios o casas.

  • El 11 de noviembre de 2001, la casa del Norte fue desaparecida por paramilitares quienes en un acto de hostigamiento y como retaliación a las mujeres por su negativa a ceder los espacios de la Organización Femenina a Popular a los actores armados, arremetieron en la madrugada contra su infraestructura, destruyendo la casa y desapareciendo sus escombros. – Fotografía: Organización Femenina Popular

  • Carnaval por la vida en el marco del Bazarte de Mujeres. Durante la década el 2000 las mujeres impulsaron multitudinarias movilizaciones en el Magdalena Medio y en el país exigiendo la defensa de la vida, el respeto de los Derechos Humanos y el fin de la guerra: “Las mujeres no parimos ni forjamos hijos e hijas para la guerra”. – Fotografía: Organización Femenina Popular

  • La Organización Femenina Popular ha impulsado diferentes estrategias para el fortalecimiento y la autonomía económica de las mujeres. Coopfmujer (cooperativa de ahorro y crédito) y Comercoofp (Comercializadora de Mercados Populares) funcionaron entre 1991 y 2002, cuando en una afirmación de su postura civilista, la OFP opta por su cierre negándose a pagar el impuesto de guerra decretado en ese año. – Fotografía: Organización Femenina Popular

  • La Organización Femenina Popular ha construido Casas de la Mujer en los diferentes municipios y sectores donde ha hecho presencia. En el 2001, se inauguró la casa de la mujer en el sector Sur de Barrancabermeja, específicamente en la comuna 4, donde aún hoy se cuenta con más de 100 mujeres organizadas en los diferentes barrios. – Fotografía: Organización Femenina Popular

El empoderamiento, la autonomía y la independencia han sido los pilares fundacionales que han forjado al interior de la organización. Desde el año 1995, la OFP centró su trabajo en ofrecerles a las mujeres de estratos 1 y 2 de Barrancabermeja, Puerto Berrío, San Pablo, Cantagallo y otras poblaciones de Santander del Sur y del Sur de Bolívar la posibilidad de alfabetizarse, de hablar sobre embarazo adolescente, sobre economías alternativas y educación en temas de participación ciudadana.

Las mujeres también han utilizado múltiples símbolos para volver propia la resistencia. El 16 de mayo de 1998, luego de la masacre en la que los paramilitares desaparecieron a 25 personas y asesinaron a 7 más, en el sector del suroriente de Barrancabermeja, vistieron las batas negras y rodearon ataúdes vacíos para conmemorar a las víctimas. Las batas son su escudo y armadura.

Otro ejemplo: en el 2005 llamaron al paro cívico “pare por la vida” realizado en Barrancabermeja. Durante la marcha, las piedras fueron el símbolo de la resistencia, las voces de los y las ausentes. El compromiso era no dejarse provocar por nadie: en vez de tirarlas o usarlas para agredir a alguien, las piedras no podían dejar de sonar por un rato una vez por hora.

Por estos motivos, las mujeres de la organización han vivido múltiples amenazas. Según el Observatorio de Derechos Humanos de la OFP, entre 1998 y 2016 se han registrado 153 ataques o hechos violentos contra esta ONG. 100 casos corresponden a hechos de persecución política y 53 son atentados a la estructura social, material y política. El 78% de ellos se presentaron en Barrancabermeja y seguido de San Pablo, Cantagallo, Puerto Wilches, Yondó y otros municipios. Esperanza Amaríz, Yamile Agudelo y Diofanol Sierra Vargas, tres líderes que hacían parte directa de la organización fueron asesinadas.

Entre 2008 y 2012, la OFP logró su recuperación y comenzó el proceso de reparación colectiva con el Estado a través de la Unidad de Víctimas, entre las medidas se encontraba la construcción de un lugar de memoria. Silvia Marcela Yañez, investigadora de la casa museo de la memoria, afirmó que la organización entiende la memoria como un escenario en disputa, “por eso para nosotras es importante que la sociedad civil tenga un espacio para protegerla. Que se pueda transmitir en un ejercicio pedagógico, museal, en el que confluyen diversas voces, que se da la oportunidad de mirar lo que no hay que volver a repetir para construir un futuro con paz y justicia social especialmente para las mujeres”.

Ya para el año 2014, Onu Mujeres apoyó la construcción de un guión museológico y el render de lo que sería la casa museo. La casa está ubicada en la casa de la Organización Femenina Popular en el barrio torcoroma en Barrancabermeja. El espacio se construye desde el ser territorio, ser víctima y entender las complejidades de la guerra, ser sujeta política y contar qué pasó con la vida de las mujeres en medio de la historia del conflicto armado y, ser sobreviviente y ser constructora de paz, para tejer vida y esperanza en medio del conflicto armado.

La casa museo resguarda las memorias comunitarias sobre las cuales se han construido los procesos de resistencia en los territorios. Las resistencias a la exclusión, a la masacre, a la ausencia del Estado. Una línea del tiempo que comenta los inicios de la economía del Puerto Petrolero, galerías fotográficas cuentan historias de lucha colectiva, de sus experiencias y símbolos en contra de la guerra: las máquinas de coser, las ollas, las batas negras.

Durante la inauguración asistió Rafael Tamayo, director del Museo de Memoria Histórica de Colombia -MMHC-, quien aseguró que la muestra es profundamente simbólica, “sus dispositivos hacen un recorrido por la historia desde principios de siglo, las dificultades, pérdidas, luchas sociales y la resistencia a la opresión de la que han sido víctimas las mujeres de la OFP. Está enfocado en memoria y derechos humanos de las mujeres que le enseña a muchos lugares y ciudades que estos procesos son fundamentales para honrar y contar las historias de las víctimas”, afirmó.

El trabajo de la OFP con el Centro Nacional de Memoria Histórica empezó en el 2011 durante la investigación de “Mujeres y guerra. Víctimas y resistentes del Caribe Colombiano”. Luego, el equipo de Reparaciones junto al Museo de Memoria Histórica de Colombia hizo un acompañamiento técnico frente al lugar de memoria que ellas logran construir con apoyo de la Unidad para las Víctimas y cooperación internacional. “Uno de los aprendizajes en términos museográficos que nos deja este acompañamiento es que nosotros podemos brindar asesoría, pero al final, todas las decisiones las toma la organización de forma autónoma e independiente”, aseguró Luis Carlos Manjarrés, curador del MMHC.

De igual forma, parte del guión curatorial de la exposición de Voces para transformar a Colombia, la gran exposición del Museo de Memoria Histórica de Colombia, muestra a la OFP como una de las historias centrales del eje cuerpo. Esta organización fue un referente porque “aquellos cuerpos que deberían estar en el espacio privado subyugadas, salen al espacio público exigiendo sus derechos- comentó Luis Carlos.- Esa presencia en el espacio público las convierte en un cuerpo diferente, que incomoda a los actores armados. Su caso está lleno de resistencia, dignidad, son mujeres que trabajan por la comunidad y por el territorio”.

 


Barrancabermeja, Casa de la memoria, Lugares de Memoria, Magdalena Medio, Mujer, Organización Femenina Popular, Santander

Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

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Autor

Silsa Arias

Fotografía

Silsa Arias

Publicado

05 Sep 2019


Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

Hablamos con Esneda Saavedra Restrepo, lideresa Yupka y única mujer que es cabilda gobernadora de uno de los seis resguardos indígenas de este pueblo establecido en la Serranía del Perijá, Cesar. La Ley de Origen, las luchas y resistencias por el territorio, las violencias y la paz, fueron algunos de los puntos que desarrolló.


* La historia de Esneda Saavedra y el Pueblo Yukpa hacen parte del Informe Nacional de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas en Colombia. La publicación es un trabajo entre la Organización Nacional Indígena de Colombia y el Centro Nacional de Memoria Histórica.

¿Cuál es la memoria viva del pueblo Yukpa?

Para nosotros la memoria del pueblo Yukpa son todas estas historias que nos hacen ser lo que somos. Las historias de otros pueblos son escritas, las nuestras las tenemos en nuestra memoria; como las historias de nuestras lenguas, nuestra cultura, la historia de nuestra espiritualidad, incluso la historia de cada artesanía. Para nosotros esas son las memorias. Otras son las de los sitios sagrados donde se rinden homenajes o donde hacemos nuestros rituales que tienen más de dos mil años y que son sitios que ahorita están todavía en manos de colonos, pero que ya hemos recuperado la mayor parte.

¿Qué rol ocupan las mujeres del pueblo Yukpa?

Las mujeres tenemos el carácter, hablamos fuerte, como se dice en la Costa, sin tener pelos en la lengua. No nos da miedo enfrentar situaciones siempre y cuando sea por el bien de nuestro pueblo. La mujer es la persona que ayuda a buscar la paz, a buscar la armonía; es la mujer la que lleva ese sentido. Así pues, los hombres con sus flechas y nosotras con la palabra, logramos sacar a la guerrilla de nuestro territorio, sacamos el paramilitarismo de nuestro territorio, y por eso hoy no estamos tan afectados por los grupos armados. Los Yukpas decíamos, o decimos, mejor: “si el paramilitarismo tiene un carácter, el pueblo Yukpa tiene un carácter más fuerte que ellos’, ‘si la guerrilla tiene un carácter fuerte, nosotros también lo tenemos”.

¿Cuándo llegaron los grupos armados a sus territorios?

Bueno ¿cuándo empezaron a llegar los grupos armados a nuestro territorio? Con la colonización, después de la colonización llegó la bonanza marimbera, detrás de la bonanza marimbera llegaron los grupos armados y el narcotráfico. Respecto a los grupos armados primero llegaron las FARC, después llegó el ELN y después llegó el paramilitarismo. Quisieron reclutar jóvenes, pero nuestras autoridades tampoco dejaron, nos llevamos a los jóvenes a realizar trabajos tradicionales y  sacamos a la guerrilla de nuestro territorio.

¿Cómo han logrado sobrevivir?

Hemos tenido violencias dentro de nuestro territorio desde hace quinientos años con la colonización. Aún un pueblo guerrero como lo es el nuestro, sufrió el despojo territorial. Cuando nuestros ancestros se dieron cuenta de eso, con esa resistencia, la de las flechas como símbolo de guerreros, fue con lo que se defendió a nuestro territorio.

Fuimos despojados de la parte plana y eso fue una historia muy triste porque nos quitaron lo que hoy son los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz. Nosotros veníamos colindando con el pueblo Ette Enaka y los cuatro pueblos de la Serranía de la Sierra Nevada de Santa Marta, el pueblo Arhuaco, Kankuamo, Kogui y Wiwa.

Por la Ley de Origen -desde la creación-, nuestro Dios Aponto nos ubicó de esa manera, en la Serranía. Es ahí donde está nuestra historia, nuestra existencia, nuestra vida como pueblo Yukpa, la historia del pueblo Yukpa está en la Serranía del Perijá y por eso nos sentimos amos de ella. Hemos venido defendiendos de la colonización a nuestro territorio y creo que es esa la resistencia, esa fuerza de guerrero con la que nos hemos mantenido ahí, ese carácter del ser Yukpa, un carácter muy fuerte que sobrevive con nuestro territorio, nuestra cultura, nuestra lengua y lo más importante, la espiritualidad.

¿Cómo se construye esa espiritualidad?

A cada miembro de mi pueblo se le hace un ritual; el arma de la mujer es diferente, como te das cuenta a mí no me vas a ver con una paletilla porque no, no es para la mujer. Cada que nace un niño se le hace un ritual para que tenga esa fuerza, ese carácter y ese poder de defender su territorio. Al niño hay que bailarlo, llevarlo a coger avispas. Ese ritual se le hace por tres días, son día y noche preparando al niño; en esos tres días se hace una chicha fuerte, el primero que la prueba es el niño o la niña y luego se les pinta en la cara un tigre porque vemos que es un animal muy fuerte, el rey de la naturaleza, del campo, del bosque.

La pintura en el rostro se asume por ellos como la responsabilidad que tienen por defender la naturaleza, las aves, los animales, el territorio y todo lo que hay en ella. La pintura quiere decir que el pueblo Yukpa hace parte de la naturaleza, somos una cadena con la naturaleza, convivimos con todo lo que hay en ella.

¿Le caminan a la paz?

El pueblo Yukpa estuvo de acuerdo con el proceso de paz porque a pesar de que somos un pueblo guerrero, siempre le hemos aportado al proceso de paz, no le buscamos problemas a ningún otro grupo social si no nos afectan. Nosotros hemos aportado a la paz porque no tenemos compañeros ni en la guerrilla ni en el ejército, solamente tenemos compañeros Yukpa aportando al proceso organizativo, en el proceso de la lucha y en esos compañeros que son guardias líderes, que son compañeros que trabajan en la guardia indígena.

* Los seis resguardos del pueblo son el Sokorpa, Yukpa, Iroka, Menco, El Pozo, Caño Padilla y el Rosal; todos ubicados en los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz.

 


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