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¿Cómo los museos ayudan a la reparación simbólica?

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Juan Pablo Esterilla

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Juan Pablo Esterilla

Publicado

15 Ago 2019


¿Cómo los museos ayudan a la reparación simbólica?

El Museo de Memoria Histórica de Colombia, el equipo de iniciativas regionales y los enfoques diferenciales del Centro Nacional de Memoria Histórica estuvieron presentes durante la segunda versión de la Feria del Libro Estudiantil de Barrancabermeja.


Bajo el eslogan “Déjame leer en paz”, la feria se consolida como uno de los espacios culturales y educativos más importantes de la región del Magdalena Medio.

La segunda Feria del Libro Estudiantil “Déjame leer en paz, por favor”, culminó con éxito tras tres días de talleres, conferencias, presentaciones musicales, cine foros y conversatorios. “Tuvimos actividades hasta con 3.000 niños y niñas de instituciones educativas privadas y oficiales. Gracias a todos por venir a Barrancabermeja y hacer parte de la II gran feria estudiantil”, aseguró Darwin Olivero, educador y organizador de la misma.

Así mismo, los educadores presentes manifestaron que la feria, como esfuerza promovido por los colegios El Castillo, la Escuela Normal Superior Cristo Rey y el Colegio El Rosario, está brindando un espacio para la cultura y la paz en el que los jóvenes pueden interactuar y conocer escritores.

  • Auditorio del Sena de Barrancabermeja. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

  • “Los museos pueden ayudar a dignificar la memoria de las víctimas”, dijo Luis Manjarrés. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

  • “Barrancabermeja tiene el lugar de memoria con enfoque de género más importante del país, la Casa Museo de las Mujeres de la Organización Femenina Popular”, Mónica Iza. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

Los asistentes a la versión de este año pudieron participar en dos espacios que desarrolló el Museo de Memoria Histórica de Colombia del CNMH: “Reparación simbólica en museos” y “El museo en los territorios: prácticas educativas y culturales de memoria histórica”. En ellos, el público se aproximó a conceptos, experiencias y procesos de los que han hecho parte los ponentes de la entidad que viajaron hasta Barrancabermeja.

Inquietudes como el qué es reparar y cuál es el rol de los museos y el arte en la búsqueda de ese objetivo, fueron algunos de los puntos de partida de las charlas. Para Mónica Iza, enlace de reparaciones del MMHC, “la reparación simbólica es un modelo de justicia. Y en ese sentido, las placas, conmemoraciones y los museos, pueden ayudar a que las víctimas trasciendan más allá del dolor”, recalcó.

Al respecto, Luis Carlos Manjarrés, miembro del equipo de museología, mencionó que los museos no sólo narran, sino que también representan y resignifican. Dichos logros, permiten configurar reparaciones de carácter simbólico.

Entre tanto, Helga Bermúdez, miembro del equipo de iniciativas del CNMH, reiteró que el arte posibilita contar de diferentes formas lo que ha sucedido en el país. “Los museos se están creando en las comunidades y para las comunidades. Hay expresiones que van desde el graffiti hasta la música y el teatro”, sostuvo.

Los conversatorios sirvieron también para dialogar sobre los por qué de las violencias de las que históricamente han sido víctimas los barranqueños y en general la sociedad civil de toda la región del Magdalena Medio. “Si uno entiende las dinámicas del por qué pasaron las cosas que han pasado en el Magdalena Medio, podemos entender casi que todas las dinámicas del conflicto a nivel nacional”, sostuvo Luis Manjarrés.

Y es que, según datos del Registro Único de Víctimas, en Barrancabermeja hay registradas 58.000 víctimas. Dentro de esa cifra se encuentran colectivos y organizaciones que por años han realizado resistencia colectiva y reivindicación política. Ejemplo de ello es la Organización Femenina Popular (OFP), una organización con más de 47 años de historia, que aglomera a las mujeres populares y que en la actualidad es sujeto de reparación colectiva.

Laura Serrano, representante de la OFP que estuvo presente durante el conversatorio “El museo en los territorios: prácticas educativas y culturales de memoria histórica”, expuso el cómo la estigmatización de la que fueron víctimas las mujeres de la organización se empieza a revertir con la concreción de espacios como la Casa Museo de las Mujeres (Ver nota “La Organización Femenina Popular inauguró su Casa Museo de la Memoria“).

Las charlas realizadas por el Museo de Memoria Histórica de Colombia terminaron con el compromiso de seguir buscando anclarse a los esfuerzos desarrollados por las organizaciones de víctimas, que desde hace décadas trabajan por reconstruir y visibilizar sus historias de resistencia.

 


Arte, Barrancabermeja, Memoria, Museo, Paz, Reparación, Víctimas

La música del Pacífico: un canto a la memoria y a la reconciliación

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David Rodríguez Murillo

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David Rodríguez Murillo

Publicado

16 Ago 2019


La música del Pacífico: un canto a la memoria y a la reconciliación

En Colombia es característico que en agosto los vientos alisios inunden las calles y con esto un centenar de colores adornen los cielos con las cometas que se elevan durante esta temporada del año. También, desde 1996, una marea de pañuelos blancos, vestidos de colores y gastronomía con aparentes propiedades afrodisíacas, llega a Cali.


Se trata del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez, una amalgama de sentimientos, sonoridades, acentos y sonrisas en las que desde el 2018 la memoria y la reconciliación son protagonistas, debido al trabajo mancomunado entre la Alcaldía Cali y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), con el apoyo de ACDI/VOCA.

Alberto Moreno, líder de la Estrategia Nación Territorio del CNMH,  expresó que “para el CNMH  es muy importante seguir consolidándose como plataforma para divulgar, visibilizar y reflexionar en torno a la memoria. Por eso, desde esa área, la sinergia entre instituciones es fundamental al momento de trabajar con las comunidades”.

Esta labor conjunta llevó a que durante la XXII versión del Festival Petronio Álvarez se incluyera la categoría “Mejor Tema Inédito con Temática de Memoria y Reconciliación”, y que las 12 canciones mejor evaluadas estuvieran en el disco compacto “Cantos Pacíficos para la Memoria y la Reconciliación”, una mezcla de chirimías, violines caucanos y marimbas en clave de paz, memoria y no repetición.

Para Carolina Arias, Líder del proceso de Memoria de la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Santiago de Cali, la colaboración entre organizaciones sociales, públicas y cooperantes es una motivación para las comunidades.

“La paz se construye entre todos. El trabajo entre aliados hace que las cosas se logren más fácil y con mucha más fuerza. Las comunidades quieren comprometerse y lo van a seguir haciendo en escenarios como este donde sienten que pueden contar con un respaldo a mediano y largo plazo”, explicó Arias.

La antesala para Petronio

  • Durante 3 horas los asistentes pudieron disfrutar de una serie de presentaciones artísticas cargadas de música y reflexión. – Fotografía: David Rodríguez Murillo/CNMH

  • A manera de cierre los asistentes encendieron una serie de veladoras blancas con las que formaron la palabra paz, como un llamado a su deseo más anhelado. – Fotografía: David Rodríguez Murillo/CNMH

Como ya es costumbre por el octavo mes del año, el viche, el arrechón, el tumbacatre y la piangua se empiezan a tomar las calles de la capital del Valle del Cauca, buscando una excusa perfecta para recibir a turistas nacionales e internacionales que quieren saber quién es ese tal Petronio del que tanto hablan.

Este año la antesala para conocer a dicho personaje reunió a más de 500 transeúntes que sin importar las altas temperaturas llegaron a la concha acústica del Museo La Tertulia, al Oeste de Cali. El lanzamiento del CD “Cantos Pacíficos para la Memoria y la Reconciliación” fue una fiesta gratuita en la que al unísono centenares de personas gritaron sin cesar y al ritmo de la marimba:

“Paz para Colombia, Colombia quiere la paz.
Porque nada supera la vida y la libertad,
Paz para Colombia, Colombia quiere la paz…”

La dueña de la voz que guiaba este coro de clamor de paz y reconciliación era Elena Hinestroza Venté, una mujer negra y de sonrisa contagiosa que se mecía al ritmo de un guasá. Una cantadora Timbiquireña que, como muchos, fue víctima de la violencia que sin mediar palabra ha llegado a algunos rincones de la Colombia rural, pero que utilizó su tradición musical para alzar su voz.

“En el Pacífico la música es algo que no ha dado resistencia. Desde nuestros ancestros venimos resistiendo y hemos usado la música como una estrategia de comunicación. Con nuestros instrumentos y voces hemos manifestado lo que sentimos y queremos. Cantar nos une como hermanos, como comunidad y nos da libertad”. Agregó la coordinadora de la agrupación musical Integración Pacífica.

Este evento que durante 4 horas le permitió a los pañuelos acariciar el viento y a las velas iluminar las almas, terminó con una pregunta retórica de Hinestroza al público: “¿Qué estamos haciendo?”. A lo que los asistentes solo pudieron responder: “Construyendo paz”.

Publicado en Noticias CNMH



Alcaldía de Cali, Memoria, Paz, Petronio, Reconciliación

Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

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Silsa Arias

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Silsa Arias

Publicado

05 Sep 2019


Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

Hablamos con Esneda Saavedra Restrepo, lideresa Yupka y única mujer que es cabilda gobernadora de uno de los seis resguardos indígenas de este pueblo establecido en la Serranía del Perijá, Cesar. La Ley de Origen, las luchas y resistencias por el territorio, las violencias y la paz, fueron algunos de los puntos que desarrolló.


* La historia de Esneda Saavedra y el Pueblo Yukpa hacen parte del Informe Nacional de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas en Colombia. La publicación es un trabajo entre la Organización Nacional Indígena de Colombia y el Centro Nacional de Memoria Histórica.

¿Cuál es la memoria viva del pueblo Yukpa?

Para nosotros la memoria del pueblo Yukpa son todas estas historias que nos hacen ser lo que somos. Las historias de otros pueblos son escritas, las nuestras las tenemos en nuestra memoria; como las historias de nuestras lenguas, nuestra cultura, la historia de nuestra espiritualidad, incluso la historia de cada artesanía. Para nosotros esas son las memorias. Otras son las de los sitios sagrados donde se rinden homenajes o donde hacemos nuestros rituales que tienen más de dos mil años y que son sitios que ahorita están todavía en manos de colonos, pero que ya hemos recuperado la mayor parte.

¿Qué rol ocupan las mujeres del pueblo Yukpa?

Las mujeres tenemos el carácter, hablamos fuerte, como se dice en la Costa, sin tener pelos en la lengua. No nos da miedo enfrentar situaciones siempre y cuando sea por el bien de nuestro pueblo. La mujer es la persona que ayuda a buscar la paz, a buscar la armonía; es la mujer la que lleva ese sentido. Así pues, los hombres con sus flechas y nosotras con la palabra, logramos sacar a la guerrilla de nuestro territorio, sacamos el paramilitarismo de nuestro territorio, y por eso hoy no estamos tan afectados por los grupos armados. Los Yukpas decíamos, o decimos, mejor: “si el paramilitarismo tiene un carácter, el pueblo Yukpa tiene un carácter más fuerte que ellos’, ‘si la guerrilla tiene un carácter fuerte, nosotros también lo tenemos”.

¿Cuándo llegaron los grupos armados a sus territorios?

Bueno ¿cuándo empezaron a llegar los grupos armados a nuestro territorio? Con la colonización, después de la colonización llegó la bonanza marimbera, detrás de la bonanza marimbera llegaron los grupos armados y el narcotráfico. Respecto a los grupos armados primero llegaron las FARC, después llegó el ELN y después llegó el paramilitarismo. Quisieron reclutar jóvenes, pero nuestras autoridades tampoco dejaron, nos llevamos a los jóvenes a realizar trabajos tradicionales y  sacamos a la guerrilla de nuestro territorio.

¿Cómo han logrado sobrevivir?

Hemos tenido violencias dentro de nuestro territorio desde hace quinientos años con la colonización. Aún un pueblo guerrero como lo es el nuestro, sufrió el despojo territorial. Cuando nuestros ancestros se dieron cuenta de eso, con esa resistencia, la de las flechas como símbolo de guerreros, fue con lo que se defendió a nuestro territorio.

Fuimos despojados de la parte plana y eso fue una historia muy triste porque nos quitaron lo que hoy son los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz. Nosotros veníamos colindando con el pueblo Ette Enaka y los cuatro pueblos de la Serranía de la Sierra Nevada de Santa Marta, el pueblo Arhuaco, Kankuamo, Kogui y Wiwa.

Por la Ley de Origen -desde la creación-, nuestro Dios Aponto nos ubicó de esa manera, en la Serranía. Es ahí donde está nuestra historia, nuestra existencia, nuestra vida como pueblo Yukpa, la historia del pueblo Yukpa está en la Serranía del Perijá y por eso nos sentimos amos de ella. Hemos venido defendiendos de la colonización a nuestro territorio y creo que es esa la resistencia, esa fuerza de guerrero con la que nos hemos mantenido ahí, ese carácter del ser Yukpa, un carácter muy fuerte que sobrevive con nuestro territorio, nuestra cultura, nuestra lengua y lo más importante, la espiritualidad.

¿Cómo se construye esa espiritualidad?

A cada miembro de mi pueblo se le hace un ritual; el arma de la mujer es diferente, como te das cuenta a mí no me vas a ver con una paletilla porque no, no es para la mujer. Cada que nace un niño se le hace un ritual para que tenga esa fuerza, ese carácter y ese poder de defender su territorio. Al niño hay que bailarlo, llevarlo a coger avispas. Ese ritual se le hace por tres días, son día y noche preparando al niño; en esos tres días se hace una chicha fuerte, el primero que la prueba es el niño o la niña y luego se les pinta en la cara un tigre porque vemos que es un animal muy fuerte, el rey de la naturaleza, del campo, del bosque.

La pintura en el rostro se asume por ellos como la responsabilidad que tienen por defender la naturaleza, las aves, los animales, el territorio y todo lo que hay en ella. La pintura quiere decir que el pueblo Yukpa hace parte de la naturaleza, somos una cadena con la naturaleza, convivimos con todo lo que hay en ella.

¿Le caminan a la paz?

El pueblo Yukpa estuvo de acuerdo con el proceso de paz porque a pesar de que somos un pueblo guerrero, siempre le hemos aportado al proceso de paz, no le buscamos problemas a ningún otro grupo social si no nos afectan. Nosotros hemos aportado a la paz porque no tenemos compañeros ni en la guerrilla ni en el ejército, solamente tenemos compañeros Yukpa aportando al proceso organizativo, en el proceso de la lucha y en esos compañeros que son guardias líderes, que son compañeros que trabajan en la guardia indígena.

* Los seis resguardos del pueblo son el Sokorpa, Yukpa, Iroka, Menco, El Pozo, Caño Padilla y el Rosal; todos ubicados en los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz.

 


Cesar, Indígena, Mujer, Paz, Yukpa

El arte como memoria, otro lenguaje y resistencia de los pueblos indígenas en Colombia

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ONIC

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ONIC

Publicado

22 Oct 2019


El arte como memoria, otro lenguaje y resistencia de los pueblos indígenas en Colombia

  • Desde el 12 de octubre y hasta el próximo 3 de noviembre, tres piezas creadas por artistas indígenas para el Informe Nacional de Memoria Histórica harán parte del Tercer Festival de Arte y Decolonialidad.

  • La exposición puede ser visitada de martes a domingo de 9:30 a.m. a 4:00 p.m. en las instalaciones del Museo Colonial, ubicado en la Carrera 6 #9 – 77 en la ciudad de Bogotá. Además, la exposición contará con un conversatorio sobre esta temática el próximo 1 de noviembre a las 2:00 p.m.
  • Las obras también serán expuestas en el lanzamiento del informe, el cual se llevará a cabo el próximo 18 de noviembre en el Teatro Colón, de 4:00 p.m. a 6:30 p.m.

“El arte es otra forma de resistencia. El arte nace con la mujer Wayuu. Son las Abuelas quienes transmiten esta sabiduría”: Paola Gouriyu.

Eliana María Muchachasoy, Fixonder Huipa y Aldibey Talaga son artistas indígenas de diferentes regiones del país. Tras una convocatoria de la Organización Nacional Indígena de Colombia –ONIC- en la que se invitaba a reflexionar en torno a la: “Memoria Viva de las luchas indígenas en Colombia”, cada participante desarrolló una obra que expresa una realidad: la memoria viva de los Pueblos Indígenas se expresa en diferentes lenguajes, entre esos el arte.

Las obras que salieron ganadoras del concurso, en el que  se presentaron 35 artistas de todo el país, fueron un acrílico sobre lienzo, una intervención a un vestigio de guerra y un cántaro hecho en chaquira a mano. Las tres obras narran desde la lucha de líderes indígenas que cayeron por la defensa de la Madre Tierra y la salvaguarda de sus derechos, hasta los principios que comparten los 102 Pueblos Indígenas del país: Unidad, Territorio, Autonomía y Cultura.

Por ejemplo, Do Fare o “Padre del río o agua” es el nombre que lleva la creación realizada por Fixonder Hiupa Nacavera y su familia, todos Indígenas Embera Chami. Este es un Cántaro en honor a Kimy Pernía.

“Kimy fue un gran líder indígena que lo asesinaron por salvaguardar el agua y el territorio, por defender el Río Sinú, él se oponía a la construcción de la hidroeléctrica Urra”, dijo Fixonder. La obra hecha en chaquiras tiene diferentes grabados haciendo alusión a los distintos pensamientos, colores, cosmogonías y diversidad que existe entre los Pueblos Indígenas.

El diseño en honor a Kimy Pernia, como las creaciones de Eliana Muchachasoy, indígena Kamëntsá del Valle de Sibundoy y la de Aldibey Talaga, indígena Nasa, coinciden en reforzar una de las ideas centrales que condensará el Informe Nacional de Pueblos Indígenas de la ONIC y el CNMH: la perspectiva de “larga duración” del conflicto para con los Pueblos indígenas. “Las obras reflejan que, en el pasado, presente y el futuro la lucha por pervivir como pueblos indígenas ha sido una constante”, aseguró Fixonder Hiupa.

Estas y otras perspectivas fueron las que hicieron posible que cada una de las obras que ganaron la convocatoria de la ONIC, también fueran tenidas en cuenta en varios espacios como: el Encuentro Nacional de Daño Cultural en Cartagena organizado por el CNMH, la exposición en la Jurisdicción para la Paz “Cuenten con nosotros para la Paz, nunca para la guerra” y ahora en el Festival de Arte y Decolonialidad que se celebra en el Museo Colonial.

Estas tres obras de arte indígena, al igual que las 40 ilustraciones y más de 40 fotografías que aparecen en el Informe, hacen parte integral de la Memoria Viva de los Pueblos Indígenas. Estas son otras formas de expresar la sabiduría, el arte de sanar, equilibrar y armonizar los Tiempos de Vida y Muerte.

“Son estas las otras múltiples formas de entender y comprender la memoria viva y diversa de los Pueblos Indígenas en Colombia”, resalta Óscar Montero, Líder Indígena Kankuamo y Coordinador del Informe de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas de Colombia.

Además, el proceso de selección de las obras que terminan haciendo parte del Festival Arte y Decolonialidad, funciona mediante convocatoria abierta dirigida a artistas en general (estudiantes, profesionales o empíricos). Dicha acción “es llevada a cabo por un equipo de trabajo colaborativo al que llamamos ‘Colaboraduría’ ”, relató David Arteaga, organizador de la exposición.

Así pues, cada una de las piezas hará parte más específicamente de un concepto de exposición colectiva in situ en el que se busca “dignificar otras formas de existir”. Para Arteaga, “el espacio logra interpelar formas de sentir, pensar y actuar que lleven a resignificar imaginarios”. Esto, sin olvidar que la historia se entiende no solo como pasado vivido, sino también como presente constante y forjador de memoria.

* Esta tercera versión del festival que reúne un nodo de artistas, investigadores, organizaciones y sociedad civil se desarrollará en escenarios como el Museo Colonial, la Galería Desborde y el Centro Cultural A Seis Manos. A su vez el festival contará con una intervención en espacio público.

Contactos

Óscar Montero
Coordinador del Informe de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas de Colombia – Consejería de Derechos de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz ONIC
oscardavidmontero@gmail.com 

David Arteaga
Director Festival Arte y Decolonialidad
Animal Simbólico
animalsimbolico.nc@gmail.com

 


Arte, Descolonialidad, Indigenas, Kimy Pernia, Memoria, Museo Colonial, Paz

Machuca, Antioquia; la ilusión a flor de comunidad

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Juan Pablo Esterilla

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Juan Pablo Esterilla

Publicado

29 Oct 2019


Machuca, Antioquia; la ilusión a flor de comunidad

  • Hace 21 años, Colombia conoció en dónde quedaba el corregimiento de Machuca. En esa tierra del nordeste antioqueño, el Eln produjo una  explosión en el oleoducto que por allí pasaba y además detonó una carga explosiva que provocaría un gran incendio. 84 personas murieron. Los hechos se conocen como la masacre de Machuca.
  • Históricamente, este corregimiento del municipio de Segovia se ha visto atravesado por la falta de oportunidades, la disputa entre actores armados, el estigma y el abandono. Sin embargo, sus pobladores han desarrollado sus propias iniciativas para conmemorar y para seguir adelante.

Al tiempo que la canción “Pedro Navaja” se apoderaba de las pistas de baile de América Latina, su letra -por si solita- empezaba a ser comparada con algunas de las mejores crónicas de este lado del continente.

Cuando Alberto Salcedo dijo que los vallenatos de antes eran cuentos bien contados, muchos le dieron la razón. Y cuando Carlos Pacheco -en ese entonces soldado profesional del Ejército-, escribió “Barbarie en Machuca”, parecía que para Fraguas (Machuca), el resurgir no fuese más que una quimera.

Su composición vallenata reza: “una madrugada del 18 de octubre del año 98, en el pueblo de Machuca, ahí llegó la guerrilla y se tiró el oleoducto causando muertes injustas. Una llamarada de grandes magnitudes, de la forma más absurda. Los ancianos gritaban y los niños lloraban con enormes quemaduras. Fue tan enorme esa explosión que hasta cultivos arrasó y aquel río contaminó, fue un pueblo humilde y soñador que un día las llamas consumió con su esperanza e ilusión”.

 

 

Y sí, es cierto, de aquella madrugada quedó un saldo de 84 personas muertas (42 de ellas niños), pero también la fortaleza para iniciar un proceso conmemorativo propio.

El pasado jueves se conmemoraron 21 años de lo ocurrido. Y los pobladores, como año tras año, desarrollaron acciones para mediante el recuerdo dignificar a sus seres queridos y para volver a poner sobre el tapete, el Machuca que desean, por el que han venido trabajando.

Una eucaristía en el cementerio; una reunión en el parque que incluía el descubrimiento de una pirámide que contiene piedras con los nombres de las víctimas de la masacre; y una marcha que recorrió “Barrio Nuevo” (el barrio que terminó más afectado), fueron algunas de las actividades desarrolladas el jueves pasado.

Precisamente, quienes decidan emprender un viaje de 10 horas para llegar a Machuca -distancia que separa a Medellín de este corregimiento-, se encontrarán con un “Barrio Nuevo” repleto de casas pintadas de todos los colores. Los mismos que la comunidad decidió utilizar para pintar las piedras incrustadas en la pirámide. Es como si se tratara de recordarse que la vida es mejor verla así, a color.

Atrás han quedado las casas en madera, las que se convirtieron en lo que señalan los mismos machuquitas: “la leña de los cuerpos que las habitaban”.

La huella que dejó el paso de las llamas por este barrio no impidió que personas como Maribel Agualimpia, desarrollaran -allí mismo y casi al tiempo de la tragedia-, sus apuestas de vida. Hace 20 años, “Machuca Digital Stereo” se convirtió en la plataforma que le permitiría a la comunidad estar informada, y a Maribel, convencerse de que sí valía por sí misma.

Aquella mujer, cuyo exesposo la maltrataba y que le decía si lo dejaba no sobreviviría porque “no sabía lo que era trabajar”, es la responsable de que día a día y desde el 23 de agosto de 1999, los barrios Lagunita, Las Brisas, Bolívar, La Batea, La Esperanza, Buenos Aíres y por supuesto Barrio Nuevo, estén informados de lo que pasa en su corregimiento, en su municipio y en el país.

“En noviembre del 98 me fui sola a Medellín, pasé diciembre, pasé enero y me apegué mucho a la música y a las noticias porque me sentía sola. Y me dije, yo algún día tengo que ser comunicadora”, relata Maribel, una chocoana que llegó a Machuca a los 12 años y que, tras sobrevivir a la masacre se desplazó a Medellín.

Sin embargo, la tierra y el deseo de reencontrarse de nuevo con sus hijos, “jaló más”. Casi al instante surgió la oportunidad que Maribel estaba esperando: participar de un curso de comunicación ¡Era el momento!

“El curso lo hicimos nueve jóvenes y yo que ya tenía 39 años. Lo terminamos y quisimos seguir. Fue un impacto muy grande para la comunidad porque acá las noticias eran por megáfono. Al iniciar no sabíamos cómo transmitir, no hablábamos bien y la gente se nos burlaba mucho. Muchos de mis compañeros no se aguantaron los comentarios y se fueron, pero yo sabía que este era un proceso que valía la pena”, sostiene Maribel.

De esos inicios de lucha por dotar de equipos a la emisora, esta mujer recuerda acciones como la cartelera que construyeron para que el gobernador de ese entonces, Aníbal Gaviria, no pudiera esquivar mientras daba un discurso en una visita que programó al corregimiento. El resultado fue positivo; gracias a esa iniciativa de la sociedad civil, la emisora recibió una donación del entonces mandatario.

Con aún más cariño, aparecen en la memoria las primeras “complacencias”. Estas, no eran nada diferente a las canciones que los oyentes le pedían. Las melodías que le gustaban a los esposos, a las hijas o a las madres que se fueron en la tragedia del 18 de octubre, siempre fueron solicitud recurrente.

La emisora se ha convertido entonces en reflejo de la voluntad de servicio del machuquita para con los machuquitas. En ella, se pasan los avisos de capacitaciones, se entregan informaciones relacionadas con la alcaldía o gobernación, se notifica sobre el estado de procesos tan importantes como el de reparación individual y reparación colectiva, y se anuncia la siempre esperada llegada de las brigadas médicas.

“Este ha sido mi sueño, yo seguiré hasta el día en que me muera y como le he dicho a mis hijos: esto es de la comunidad. Lo he hecho con mucho amor y queremos seguir construyendo futuro”, reitera Maribel cuando se le pregunta hasta cuándo seguirá ofreciendo este servicio.

En esa perspectiva de esperanza y de futuro en la que ha venido trabajando la comunidad, también han aparecido nuevos procesos. Uno de ellos es el semillero de radio y de memoria con la Institución Educativa Fray Martín de Porres, la única que existe en la cabecera del corregimiento.

Esta iniciativa acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica se ha transformado en un espacio para conocer los temas que los niños, niñas y adolescentes de Machuca piensan en su cotidianidad, así como para poner en los lenguajes de la radio, perspectivas en torno a la comprensión de la memoria y de los derechos humanos.

Machuca se reinventa, desde el anhelo de sus personas mayores por traer de vuelta las épocas de libertad y sana diversión, pasando por el manifiesto de un futuro digno que hacen sus niños y niñas, y concluyendo en los esfuerzos de sus organizaciones por garantizar el acceso a condiciones de bienestar.

 


Comunidad, Conflicto Armado, Eln, Machuca, Memoria, Paz, Segovia

Bogotá y Medellín se unen por la memoria histórica como elemento de estudio en las escuelas

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Equipo de Pedagogía CNMH

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Equipo de Pedagogía CNMH

Publicado

12 Nov 2019


Bogotá y Medellín se unen por la memoria histórica como elemento de estudio en las escuelas

Estudiantes y docentes de grados décimo y once de ambas ciudades presentarán los resultados de iniciativas escolares interdisciplinarias que han venido desarrollando durante el 2019.


Las iniciativas escolares de memoria histórica serán el puente que entre el 14 y el 16 de noviembre unirá a Bogotá y Medellín. En ambas ciudades se realizarán muestras destinadas a presentar los resultados de trabajos escolares de estudiantes de grados décimo y once que han incorporado a sus ejercicios de clase la Caja de Herramientas: un viaje por la memoria histórica, diseñada por el Equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

La actividad de Medellín, denominada Segunda muestra creativa de experiencias en pedagogía de la memoria, se realizará el jueves 14 de noviembre en las instalaciones del Centro de Innovación del Maestro (MOVA), mientras que la Muestra de iniciativas escolares de memoria histórica de Bogotá será el sábado 16 del mismo mes en el Hotel Tequendama.

“Estas muestras darán cuenta de las reflexiones de los estudiantes sobre la memoria histórica del conflicto armado desde distintos lenguajes, mostrando cómo el análisis sobre el pasado adquiere relevancia y significado en contextos puntuales”, afirmó María Andrea Rocha, Líder del Equipo de Pedagogía CNMH, quien además explicó que “cada ciudad, e incluso cada institución educativa, vivió procesos y recorrió caminos diferentes aunque todas hayan trabajado con la Caja de Herramientas: un viaje por la memoria histórica como un referente”.

Las iniciativas escolares de memoria son el resultado del trabajo interdisciplinario y transversal que hacen estudiantes y docentes de los grados décimo y once del país, quienes incorporan la memoria histórica, a partir de los casos puntuales de Portete y El Salado, en clases como ciencias sociales, ética, danza, artes plásticas, música, deportes y filosofía.

Según expresó el profesor Elkin Ospina, de la Institución Educativa Juan de la Cruz Posada de Medellín “esa transversalidad es la que permite resultados tan diversos, pues los estudiantes no solo aprenden los conceptos en clases de democracia, derechos humanos y ciudadanía, sino que se ven obligados a reinterpretar, analizar y empatizar con el conflicto armado y sus víctimas a través de distintas formas de expresión como la pintura, fotografía, video, poesía, artes plásticas y el performance, la danza y cualquier otro medio artístico”.

En el caso de Bogotá una de las iniciativas que llama la atención es el Museo Escolar de Memoria Histórica del Colegio La Giralda, ubicado en el barrio de Las Cruces, donde los estudiantes y docentes llevan varios “años explorando estrategias que les permitan expresar, sensibilizar y transformar a partir de las experiencias propias de los estudiantes y sus interacciones con la comunidad, pues existen muchos estigmas y barreras invisibles frente a quienes viven en este barrio”, dijo la profesora Nydia Pérez.

De hecho, desde La Giralda y su Museo Escolar van a presentar iniciativas que fusionan la tecnología mediante el uso de dispositivos móviles con las reflexiones de los estudiantes a través del performance. En palabras de la profesora de danzas Laura Alejandra Suárez, “se trata de una pieza de baile en tres actos inspirada en las comunidades Wayuu de Portete y la forma en que fueron victimizadas: utilizaremos elementos de la danza contemporánea para despertar en los estudiantes sensaciones que los llevarán a reflexionar acerca de estos sucesos y su aporte como colombianos para la construcción de paz”.

En total, las dos ciudades presentarán más de 30 iniciativas escolares, que en el caso de Medellín integrarán a municipios como Carepa, Rionegro, Abejorral, Heliconia, San Vicente, Itagüi y Bello; mientras en Bogotá la actividad se realizará con los colegios de la Alianza Educativa.

 


Bogotá, Caja de Herramientas, Darío Acevedo Carmona, Escuelas, Memoria Histórica, Paz, Pedagogía

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