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32 proyectos de víctimas se presentaron en Bogotá

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Autor

Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

09 Abr 2019


32 proyectos de víctimas se presentaron en Bogotá

Desde 2011, con la Ley de Víctimas, cada 9 de abril en Colombia se conmemora el “Día nacional de la memoria y la solidaridad con las víctimas”. Una fecha que agrupa en diferentes espacios del país las capacidades de resiliencia expresadas por los sobrevivientes del conflicto armado.


No hay muestra de grandeza más poderosa en Colombia que la manifestada por las víctimas del conflicto armado. Los sobrevivientes de la guerra han cultivado en su acervo la firme convicción de levantarse, y levantarse, a pesar de las adversidades. Son ejemplo de fortaleza y resistencia. Han acuñado en su trasegar la reivindicación de sus derechos, y han promovido la consolidación de procesos de reparación, reconciliación, verdad, justicia y no repetición. Pero, sobretodo, muchos de ellos han resurgido desde el propio infierno al que los arrojó la violencia, para impulsar iniciativas de emprendimiento en sus comunidades.

Por ejemplo, este 9 de abril en Bogotá, desde las nueve de la mañana en la Plazoleta calle 85, se reunieron 32 proyectos productivos apalancados por víctimas del conflicto armado. Café, miel o artesanías se vieron durante todo el día en la “Vitrina comercial y muestra de productos elaborados por víctimas de la violencia”, un espacio promovido por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.

 

En Colombia hay 8’771.850 de víctimas según la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.


Carlos Andrés Ocampo, oriundo de Pereira, tuvo la oportunidad de mostrar en Bogotá su proyecto “Café origen colombiano” una iniciativa de la asociación de productores de café, que es respaldada por la Unidad de Víctimas y donde se busca llevar este producto a diferentes partes del país: “Estamos en 18 departamentos del país y actualmente hay 340 mil familias víctimas vinculadas al proyecto”.

  • Carlos Andrés Ocampo de “Café origen colombiano”.

  • 9 de abril en Bogotá: “Vitrina comercial y muestra de productos elaborados por víctimas de la violencia”, en la Plazoleta calle 85.

  • Grupo vallenato “Los fantásticos”, sujeto de reparación colectiva de la vereda Pita, Atlántico.

Estos procesos, de diferentes zonas del territorio nacional, tuvieron la oportunidad de ser conocidos por 15 empresarios de la ciudad interesados en proyectos de emprendimiento, y, de paso, que la ciudadanía se solidarizara y conociera de ellos. “Es muy importante reconocer nuestra memoria, y que bueno hacerlo a través de estos espacios”, dijo Antonio López Urrego, habitante del sector que se acercó a la Plazoleta de la 85.

En este mismo espacio los transeúntes podían apreciar la carpa de la memoria: “Andariega”, un lugar donde se mostraba con elementos y piezas comunicativas elaboradas por víctimas, el enfoque psicosocial que ha venido desarrollando la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas con diferentes sujetos de reparación colectiva del país. De igual manera hubo una tarima donde se presentaron seis proyectos artísticos de música y danza, como por ejemplo el grupo “Los fantásticos” que por medio del Vallenato expresan los desplazamientos de los que fueron víctimas en su vereda Pita, de Atlántico. “Que viva la paz y muera la guerra, para poder estar en esta linda tierra”, dicen en el coro de una de sus canciones.

Los sobrevivientes del conflicto le mostraron de nuevo al país, en esta ocasión a algunos habitantes de Bogotá, que caerse y volverse a levantar es un tema de grandeza. Y como cada 9 de abril se hicieron presentes los anhelos de paz, reconciliación, unión y no repetición.

 

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9 de Abril, Emprendimiento, Ley de Víctimas, Reparaciones Colectivas, Unidad para las víctimas, Víctimas

Life of mines: el rostro de la acción contra las minas antipersonal

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

10 Abr 2019


Life of mines: el rostro de la acción contra las minas antipersonal

  • Desde el 5 de abril hasta el 5 de mayo estará abierta la exposición.
  • 11.718 personas han sido afectadas por minas antipersonal en Colombia.

“En 2009 Sandra se alejó apenas unos pocos metros del sendero habitual cuando pisó una mina. Sus hijos, a quienes acompañaba al colegio, la llevaron a la finca más cercana. A Sandra le amputaron la pierna izquierda, lo que le impidió seguir trabajando en su finca. La familia se vio obligada a abandonar su vereda y su vida autosuficiente.”

Encontrarse con la historia de Sandra al empezar este texto no es una coincidencia, pues como pasa en este artículo, la vida de esta mujer es lo primero con lo que se encontrarán los visitantes a la exposición ‘Life of Mines: sin miedo al camino’, un recorrido multimedia con el que La embajada Suiza en Colombia, el Centro Internacional de Desminado Humanitario de Ginebra (GICHD) y la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación de la Alcaldía Mayor de Bogotá, quieren darle un rostro humano a la acción integral contra las minas antipersonal en Colombia.

La muestra audiovisual que se está realizando con motivo a la conmemoración del Día Internacional para la Sensibilización con las Minas Antipersonal y que estará disponible desde el 5 de abril hasta el 5 de mayo en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación, también busca mostrar las historias de algunas de las 11.718 personas que han sido afectadas por este flagelo en Colombia, pero que han decido trabajar para que esto no afecte a nadie más.

“Blanca abandonó su vereda afectada por las minas porque consideraba que era demasiado peligroso para sus hijos crecer en una comunidad en riesgo. Ahora trabaja como desminadora y miembro del equipo médico de Ayuda Popular Noruega (APN) en Vista Hermosa. Su sueño es ver a sus hijos crecer en una Colombia en paz y libre de artefactos explosivos. ‘Debido a mi trabajo, no puedo ver a mis hijos todos los días, pero sé que gracias a mi trabajo puedo darles a ellos y a todos los demás niños de nuestro país, un futuro mejor’”.

A pesar de los avances presentados hace poco por el Presidente de la República, Iván Duque, el fenómeno de las minas antipersonal, las bombas racimos y otros restos explosivos de guerra, siguen condicionando la vida de millones de personas, pues se calcula que cada hora, estos artefactos cobran una nueva víctima.

Los invitamos a conocer más acerca de esta exposición a través del siguiente link.

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Embajada Suiza, Minas Antipersonales, Víctimas

36 relatos para hacer memoria de policías de explosivos que dieron sus vidas por las de los demás

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Víctor Álvarez

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Víctor Álvarez

Publicado

01 May 2019


36 relatos para hacer memoria de policías de explosivos que dieron sus vidas por las de los demás

  • Un Segundo para la Eternidad es el libro de relatos con el que se busca reconstruir las memorias de policías técnicos de explosivos que murieron en ejercicio de su labor.
  • La publicación fue presentada en la Feria del Libro de Bogotá que se realiza en Corferias.

Ante la amenaza de una bomba corremos, nos resguardamos. Ellos, los policías técnicos en explosivos hacen lo contrario. Van hacia el artefacto y proceden a desactivarlo, una operación con un margen de error mínimo.

A esta labor invisible y heroica por la que millones de personas han salvado sus vidas, a los protagonistas que murieron en el ejercicio de ella, se les rinde homenaje en el libro “Un segundo para la eternidad”.

La publicación, presentada en la Feria del Libro de Bogotá el pasado 29 de abril, como una iniciativa del Área de Historia, Memoria Histórica y Víctimas de la Policía Nacional, contiene 36 relatos de agentes que se sacrificaron buscando garantizar la tranquilidad de comunidades.

Son historias cortas en las que se muestra el enfoque humano, las cualidades y el entorno familiar de los agentes, así como el momento en el que se produjo la acción que acabó con sus vidas.

El evento de lanzamiento de Un Segundo para la Eternidad contó con masiva asistencia de familiares de víctimas, policías y comunidad en general.

El mayor de la Policía, Efrén Muñoz, quien trabaja en Memoria Histórica y Víctimas de la Unidad Nacional para la Edificación de la Paz, creada en el año 2016, comenta que estas iniciativas hacen parte del aporte a la verdad, justicia, reparación y no repetición de hechos de violencia ocurridos en el marco del conflicto, que esa institución quiere hacer

“Hacer memoria, de una manera u otra, los hace (a las familias de las víctimas) hacer vivir de cerca a esas personas. Cuando usted honra las víctimas, las familias sienten que su ser querido hizo un gran sacrificio por este país y no fue en vano. Y al verlo dignificado es satisfactorio para ellos”, afirma el oficial.

Para el mayor Muñoz, la construcción de memoria no solo es importante por ese deber legal de memoria del Estado en la ley de víctimas, sino que va más allá, “es el compromiso moral con los más de 53.000 policías, hombres y mujeres víctimas en el conflicto armado de Colombia”.

En su propósito de abrir el espectro en la recuperación de la memoria de otras víctimas del conflicto armado, el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, viene apoyando iniciativas como las de la Policía Nacional.

“Estamos exaltando y reconociendo la memoria de estos hombres que ofrendaron la vida por mejorar este país, asegurar la convivencia pacífica. En la publicación tenemos el relato de las 36 familias que se sumaron al proyecto, prólogo de Guillermo Prieto La Rotta, “Pirry”, palabras de nuestra jefe de unidad, Alba Patricia Lancheros, y del teniente coronel Fernando Pantoja, jefe de Área de Memoria Histórica y Víctimas de la Policía Nacional”, destaca el mayor Muñoz.

“Un Segundo para la Eternidad” es distribuido gratuitamente, aunque, dice el mayor Muñoz, solo tuvieron un tiraje de 500 ejemplares, 180 que se distribuyeron en la Feria del Libro y otros tantos que van a familiares de las víctimas que protagonizan los relatos y a bibliotecas.

Sin embargo, en el sitio web: memoriahistoricapolicial.com se podrá descargar, en próximos días en versión digital, también gratuitamente, al igual que otras publicaciones sobre memoria histórica de la Policía.

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Conflicto Armado, FILBo, Historia, Memoria Histórica, Policía, Víctimas

Narcotráfico y conflicto armado en Colombia de 1973 a 1991

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Harold García

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Harold García

Publicado

06 May 2019


Narcotráfico y conflicto armado en Colombia de 1973 a 1991

En el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) 2019, se presentó, el pasado 1 de mayo, el libro “Policía, narcotráfico y crimen”, una propuesta investigativa de la Policía Nacional a través del área de Memoria Histórica y Víctimas de esa institución. Un proyecto que analiza, entre muchos otros factores, el papel que ha jugado el narcotráfico en la financiación de los grupos armados ilegales.


La prensa lo escribía cada día durante todos los años 80: “El DAS descubre ‘mar de coca’ en los llanos”, tituló el diario El Tiempo, el 24 de enero de 1980. “¿Son las FARC el tercer cartel?”, publicó la Revista Semana en 1989. Ese mismo año, el 7 de diciembre, El Espectador escribió: “Otra narco-masacre”. Todas estas investigaciones periodísticas relacionadas con narcotráfico y violencia, estaban construyendo la historia de Colombia a través de los medios de comunicación.

Esos convulsos años 80, de un país dominado por el narcotráfico, se veían día a día en las páginas de los diarios. Mostrando cómo todas las esferas de la sociedad estaban siendo afectadas por este crimen: asesinatos a candidatos presidenciales, periodistas, defensores de derechos humanos, senadores, jueces, ministros, masacres a comunidades, y, también, árbitros de fútbol que fueron silenciados en esa oscura época. Una historia, dolorosa, que el país no quiere volver a repetir.

Por ello la importancia de los espacios que año a año viene abriendo la Filbo al presentar investigaciones como la de “Policía, narcotráfico y crimen”. Ante esto, uno de los intelectuales más reconocidos del mundo, Tzvetan Todorov quien falleció en 2017, dijo, en un viaje realizado a Argentina, que “una sociedad necesita conocer la historia, no solo tener memoria”. Ello lo decía en relación a los memoriales de la dictadura que tuvo la oportunidad de recorrer en su visita a este país.

Esta frase es pertinente para destacar la labor que impulsó en 2019 la Filbo, al tener como país invitado al propio Colombia, en homenaje del bicentenario de la independencia. Y parte de ese recorrido como nación en estos 200 años, han sido las diferentes violencias que se han vivido a lo largo de nuestra historia contemporánea, estando muy afianzada en ella el narcotráfico.  

Y es este guiño nacional de la Feria, el que permitió que se abrieran escenarios de diálogo desde diversas voces, como, por ejemplo, la Fuerza Pública, que son un reflejo del presente que vive el país, desarrollando espacios para la presentación de libros desde todos los francos.

“Hace años los policías venían a la Filbo a vigilar que no pasara nada, hoy vemos que entre la población que viene a buscar libros, a buscar cultura, a exponer sus publicaciones, está la Fuerza Pública. Eso es positivo porque habla también de una labor que va a contribuir al conocimiento de nuestra historia reciente y a entender también los problemas del presente con una mirada más sistémica”.  Expresó Darío Acevedo, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, quien fue invitado a la presentación del libro “Policía, narcotráfico y crimen”, y del cual realizó el prólogo.

En este escrito, que se lanzó el 1 de mayo en la Filbo, se puede leer, desde una mirada institucional de la Policia Nacional, temas relacionados con la lucha de este organismo contra delitos de narcotráfico que afectaron la vida de los colombianos desde 1973 a 1991.

“Este periodo de tiempo en la investigación lo tomamos porque a partir de 1973 se empezaron a consolidar ideológicamente los grupos guerrilleros en Colombia, es la fecha de transición de los períodos presidenciales del Frente Nacional. En los 80 hay una explosión demográfica del conflicto. Y cerramos en 1991 por la creación de la constitución, donde cambia totalmente el Estado Colombiano”, dijo el Intendente James Núñez Dueñas, autor de la investigación.   

El libro “Policía, narcotráfico y crimen” plantea la relación que el narcotráfico tuvo en el conflicto armado desde 1973 a 1991, y desarrolla diferenciaciones entre los grupos guerrilleros y paramilitares a la hora de acceder a esa modalidad ilegal para financiar sus objetivos militares en esa época.

Por un lado, la investigación establece que, aunque un porcentaje del dinero obtenido del negocio de las drogas ilícitas se destinó para financiar actividades insurgentes, no hay registros de alianzas (de estos grupos) con narcotraficantes, pero sí de pactos con el fin de delinquir en territorios dominados por estas guerrillas como autoridad armada”.

Subraya el texto que “durante los ochenta, las autodefensas empezaron a depender del narcotráfico, pues tenían un estrecho vínculo con organizaciones narcotraficantes. Además, coordinaban el envío de estupefacientes hacia mercados de consumo como Europa, México, Centroamérica y Estados Unidos”, dice “Policía, narcotráfico y crimen”.

Con relación a este punto, Dario Acevedo explica que “los carteles de las drogas encontraron grandes ganancias en el negocio ilícito del narcotráfico y, con la ayuda y la asociación de grupos guerrilleros y de las autodefensas, desbordaron especialmente en las zonas rurales, lo que conllevo al Estado colombiano a afrontar la subversión y el crimen organizado en todas sus modalidades”.

Conversatorio “Policía, narcotráfico y crimen” en la Filbo 2019.

Ejercicios de memoria del CNMH con Fuerza Pública o sobre narcotráfico

El Centro Nacional de Memoria Histórica ha realizado trabajos con víctimas del conflicto armado pertenecientes al Ejército, la Policía y la Armada, desde 2014. Investigaciones como “Esa mina llevaba mi nombre”, la serie radial “Los pasos rotos”, el informe de esclarecimiento “La guerra escondida. Minas Antipersonal y Remanentes Explosivos en Colombia” y el especial transmedia “Relatos de selva”, son ejemplos de algunos de ellos.

Por el lado del narcotrafico, el Balance de la contribución del CNMH al esclarecimiento histórico sobre Paramilitarismo, hace un rastreo por todas las investigaciones donde se ha identificado la relación entre paramilitarismo y narcotrafico, destacandose en ese tema el informe de “Bloque Calima de las AUC. Depredación paramilitar y narcotráfico en el suroccidente colombiano”.

“La Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimentos estancos, buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables”, dijo también Tzvetan Todorov en su viaje por Argentina.

 

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Conflicto Armado, FILBo, Narcotráfico, Policía, Víctimas

Muros de la verdad en el Putumayo: voces de las mujeres para que sus memorias no mueran

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Tejedoras de vida del Putumayo

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Tejedoras de vida del Putumayo

Publicado

09 May 2019


Muros de la verdad en el Putumayo: voces de las mujeres para que sus memorias no mueran

  • Este homenaje a la vida y trabajo de las mujeres, que por su liderazgo fueron víctimas de desaparición forzada y feminicidios en el Putumayo, fue posible con recursos del Programa Justicia para una Paz Sostenible de USAID, y acompañado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
  • El proceso de reconstrucción de la memoria realizado dejó como producto la elaboración de tres murales en los que participaron más de 60 mujeres.

Putumayo, 9 de mayo 2019. Como un homenaje a todas las mujeres que tejieron vida defendiendo sus derechos en el Putumayo, nació la iniciativa de memoria histórica, Muros de la Verdad, con el fin de visibilizar y reivindicar las lideresas de ese departamento, a través de lenguajes simbólicos plasmados en murales.

Este proceso de reconstrucción de la memoria, realizado en los corregimientos El Placer, La Dorada y Puerto Colón, de los municipios Valle del Guamuez y San Miguel, dejó como producto la elaboración de tres murales que buscan dignificar la memoria de mujeres víctimas de desaparición forzada y feminicidios. 

  • Mural del Placer, Puerto Colon, Putumayo. – Las mujeres de este territorio se integraron para la creación de este muro realizando una ronda en la que cada una de ellas exponía símbolos, imágenes o aquellos motivos que consideraran importantes para su inclusión en el Muro de la Verdad de este corregimiento.

  • Mural del Placer, La Dorada, Putumayo. – Este mural Simboliza el río, la naturaleza de la región. Igualmente, conmemora tanto aquellas mujeres que no están presentes así como a aquellas que resistieron al conflicto y continúan siendo líderes de la comunidad.

A partir de estos hechos de violencia, en el marco del conflicto armado, los muros de la verdad reflejan la resiliencia de las mujeres que presenciaron la barbarie y se resisten a vivirla nuevamente, por lo que hacen un llamado exigiendo justicia.

Fátima Muriel, presidenta de la asociación Alianza Departamental de Organizaciones de Mujeres Tejedoras de Vida, aseguró que la participación en estas iniciativas fortalece a las familias, resalta su labor y compromiso con aquellas mujeres que han sido víctimas, alza su voz para decir no a la guerra, no más hogares destruidos y lo usan como lenguaje simbólico pidiendo no impunidad.

En la creación de estas obras de arte participaron más de 60 mujeres, quienes a través de talleres de memoria histórica desde un enfoque sicosocial, reflexionaron sobre los duelos, y la sanación del cuerpo y la mente para dignificar la memoria de lo ocurrido.

El proceso, desde 2018, fue acompañada por la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica, con recursos del Programa Justicia para una Paz Sostenible de USAID, y le apuesta al fortalecimiento de la memoria de las mujeres que relatan la violencia vivida.

Juan Daniel Salazar, líder de Cooperación y Alianzas Estratégicas del CNMH, destaca que “las mujeres putumayenses nos demuestran hoy que su testimonio permanece en sus comunidades, su valentía será recordada, su fortaleza será un ejemplo”.

“El CNMH no desmayará para escuchar, tanto a las madres de Soacha como a las mujeres de la Corporación Rosa Blanca, a los familiares de los policías y soldados de todos los grados mutilados, secuestrados o asesinados fuera de combate, a las víctimas, sin distinción alguna para garantizar que la construcción de la memoria colombiana se nutra de todas las voces”, concluyó.

 

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Desaparición Forzada, Feminicidio, Mujeres, Muros de la Verdad, Putumayo, Víctimas

Los afro en Colombia son más que 4 millones: pujanza y resiliencia

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Juan Pablo Esterilla

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Juan Pablo Esterilla

Publicado

22 May 2019


Los afro en Colombia son más que 4 millones: pujanza y resiliencia

En el marco del conversatorio ¿Cómo vamos con la implementación del Decreto Ley 4635? Avances y desafíos frente a las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, Viviana Ferro, subdirectora de la Unidad de Víctimas, y representantes de las comunidades negras del país, reconocieron que es necesario fortalecer -en terreno-, los marcos jurídicos que pretenden garantizar la reivindicación de sus derechos frente a las consecuencias del conflicto de una mamera diferenciada.


Este 21 de mayo se celebra en Colombia el Día de la Afrocolombianidad. En Colombia habitan personas negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras.

En un conversatorio, propiciado por la Unidad de Víctimas, y realizado el pasado lunes 20 de mayo en el auditorio Hemiciclo, de la Universidad Tadeo Lozano, en Bogotá, entidades estatales, representantes afrodescendientes y organizaciones sociales, expusieron planes y necesidades de esta población que en Colombia supera las 4 millones 316 mil personas, según datos del Dane en 2015.

El espacio contó con la presencia de Catalina Velásquez, coordinadora del Enfoque Diferencial en el Departamento de Prosperidad Social (DPS); Andrea González, miembro de la plataforma de proyectos Nuestro Flow; Mabel Torres, científica afrocolombiana de la Misión de Sabios; Odórico Guerra, coordinador de la Mesa Nacional de Participación Efectiva de las Víctimas; y Joel Palacios, creador del emprendimiento de chocolates tipo exportación Late Chocó.

Los expositores propusieron estrategias que redunden en oportunidades para la población afrocolombiana y se refirieron a la pertinencia de concebir proyectos que partan desde el propósito de fortalecer cadenas productivas para  generar valor y garantizar la comercialización de productos de los territorios.

Como Rosa Romaña, ganadora del Premio Nacional de Paz 2010 y coordinadora de la Fundación Macoripaz, Andrés Beltrán, líder social del Carmen del Darién, Chocó, comentó que“hay que garantizar la reconstrucción del tejido social y la tenencia del territorio”.

 

  • “Hay unas practicas discriminatorias muy naturalizadas que impiden ver la riqueza de nuestra diversidad”, dijo Andrea González de la plataforma Nuestro Flow.

  • “Los territorios somos socios y hacemos parte de la solución para construir país y generar posibilidades reales para la comunidad afro del país”, dijo Mabel Torres.

Este evento de la Unidad de Víctimas tuvo como objetivo seguir trazando mecanismos idóneos de modelos de gestión y marcos de intervención, dentro de lo que surgieron reflexiones como que, si bien en Colombia existe -y de manera particular respecto a otros países latinoamericanos-, una Ley que castiga los actos de discriminación y racismo, todavía hay dinámicas de intervención y no intervención que están coadyudando a escenarios que alejan la posibilidad de construir paz y bienestar para las comunidades negras.

Se destacó, en el diálogo, que cada vez es más frecuente la incorporación de coordinaciones de asuntos étnicos, tanto en instituciones del Estado como en organizaciones privadas.

“Aún hoy en día el color de piel determina en dónde estás; necesitamos más funcionarios negros en la institucionalidad, en posiciones de liderazgo”, sostuvo la profesora María Isabel Mena, investigadora en temas de discriminación y racismo.

 

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Afrocolombiano, Chocó, Paz, Pobreza, Racismo, Reparación, Víctimas

Estamos con las mujeres víctimas de violencia sexual

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

25 May 2019


Estamos con las mujeres víctimas de violencia sexual

El 25 de mayo se conmemora el Día Nacional por la Dignidad de las Mujeres Víctimas de Violencia Sexual con ocasión del Conflicto. Este se desprendió del Decreto 1480 expedido el 5 de agosto de 2014, y cuyo objetivo es reconocer la valentía, trabajo y resistencia de miles de mujeres víctimas de violencia sexual, reivindicar su dignidad y rechazar este delito.


Según el Registro Nacional de Información para la Unidad de Víctimas, con corte a mayo del 2019, en Colombia 26534 mujeres han sido víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual en desarrollo del conflicto armado violencia sexual, cometidos a partir del 1 de enero de 1985, según fecha límite establecida en la Ley de Víctimas.

 

Dentro de los delitos contra la libertad y la integridad sexual están el aborto forzado, la trata de personas, el abuso sexual, el embarazo forzado, la pornografía infantil, el acceso carnal violento, la esclavitud sexual, la mutilación sexual, el acoso sexual y la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes.


El director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo, envía un mensaje de solidaridad y compromiso con las víctimas de violencia sexual en el día de su dignidad.

“Desde el CNMH trabajamos en ese sentido: dignificar. Por esto, entendemos el apoyo emocional y psiquico que le debemos garantizar a las víctimas. El Estado colombiano debe garantizar que haya una recuperación emocional de las sobrevivientes que sufrieron indesiblemente durante el conflicto armado, lesiones en su alma, espíritu y cuerpo”.

Así pues, desde el Centro Nacional de Memoria Histórica hemos buscado constituir un camino para satisfacer el derecho a la verdad que tienen las víctimas del conflicto armado colombiano y la sociedad en su conjunto. “La dignificación de las víctimas, se entiende, también, en dar a conocer la memoria del sufrimiento y en este campo el CNMH viene trabajando desde hace años y lo seguirá haciendo”, recalcó, el director del CNMH, Darío Acevedo.

En este sentido, y a pesar de que existe una premisa que asegura que la violencia sexual entraña lo “indecible”, el trabajo desarrollado por el CNMH muestra que, en los tiempos y condiciones apropiados, esto es, que resulten seguros y dignificantes, las víctimas se ven motivadas a iniciar procesos de memoria.

“Queremos que las víctimas de todos los colores, plurales, de guerrillas, de agentes del Estado, de organizaciones armadas ilegales, en su conjunto, puedan contar sus historias y darlas a conocer en las publicaciones que hacemos desde el CNMH”, enfatiza el director de la entidad.

Para Adriana Serrano y Nancy Prada, investigadoras del más reciente texto del Enfoque de Género del CNMH, y que lleva por nombre “Memoria Histórica con víctimas de violencia sexual: aproximación conceptual y metodológica”, cuando se adelanten procesos de memoria histórica sobre la violencia sexual, es importante abrir la historia de sus vidas al antes y después de la violencia armada.

Desde el CNMH hemos querido hacer eco de esa premisa con el saber acumulado a través de la realización de informes y balances como: La memoria histórica desde la perspectiva de género. Conceptos y herramientas (2011), Mujeres y guerra: víctimas y resistentes del Caribe colombiano (2011), El Placer. Mujeres, coca y guerra en el Bajo Putumayo (2012), Crímenes que no prescriben. La violencia sexual del Bloque Vencedores de Arauca (2016), y el Informe Nacional de Violencia Sexual (2017).

Adicionalmente, para Prada y Serrano, la construcción de paz en Colombia, demanda ejercicios de memoria histórica sobre la violencia sexual que ha tenido lugar en el marco de la guerra, pues de esta manera se pueden comprender las razones profundas de su ocurrencia y su relación con la violencia sexual en espacios de cotidianidad.

 

En el mismo lapso (2012 a 2019), la Unidad de Víctimas ha indemnizado, de manera administrativa, a 7.494 mujeres


El Centro Nacional de Memoria Histórica sigue en su compromiso de dignificar a las víctimas, de cuestionarse sobre el para qué se ha usado la violencia sexual en el marco del conflicto armado, el por qué se usa este tipo de violencia, quiénes son sus víctimas y cuáles son las dimensiones cuantitativas de la misma.

 

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Conflicto, Memoria Histórica, Mujeres, Reparación, Víctimas, Violencia Sexual

Respecto del lanzamiento de la publicación sobre sindicato de industria del aceite de palma

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CNMH

Publicado

28 May 2019


Respecto del lanzamiento de la publicación sobre sindicato de industria del aceite de palma

El Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, avanza en la publicación y lanzamiento de sus investigaciones, relatos e informes, como parte esencial de su actividad misional, y en ningún momento, por razones ajenas a temas logísticos y presupuestales, ha detenido alguno de esos procesos.


Uno de los productos publicados, entre 2017 y 2018, fue el informe Y a la vida por fin daremos todo, en el que se establecen diversas problemáticas que han afectado a miembros de diferentes organizaciones sindicales de la industria del aceite de palma en Cesar.

De este informe fueron entregadas varias copias a organizaciones relacionadas en él para que lo distribuyeran entre miembros e interesados. De igual manera, como parte de la divulgación que hizo el CNMH de la investigación, se publicaron podcasts en la página de internet de la entidad.

En febrero pasado, a la llegada de la actual dirección al CNMH, se encontraron dos solicitudes: una, de Fedepalma, gremio empresarial que representa el sector, señalado en el informe, y quienes reclamaban que en la investigación no fueron tenidos en cuenta sus testimonios, por lo que solicitaban poder expresar tales puntos de vista.

El director general del CNMH, Darío Acevedo, le respondió la petición a este gremio afirmándoles que no es de su competencia realizar modificaciones o añadiduras a una investigación, de tiempo atrás, que ya fue publicada. Sin embargo, invitó a los representantes de Fedepalma a que plantearan sus consideraciones frente al informe y a analizar si estas podrían estar incluidas en unas memorias del mismo.

La otra solicitud llegó al CNMH por cuenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Cultivo y Procesamiento de Aceites y Vegetales (Sintraproaceites), seccional San Alberto (Cesar). Esta petición fue respondida, el 12 de marzo pasado, por nuestro director, Darío Acevedo, en el sentido de que la publicación del informe en mención, que ya se les había entregado, era para ellos y estaba a disposición y en manos de las organizaciones relacionadas en él.

El CNMH, en voz de su director, Darío Acevedo, enfatiza que “nunca hubo un rechazo a la promoción y divulgación del libro, lo que se dio fue una petición (de Sintraproaceites) para asistir al lanzamiento en tres municipios del Cesar, y no pudimos aceptar, porque estábamos recién llegados, en labores de empalme, no teníamos operador logístico, que es el que proporciona los tiquetes, y las comisiones de viaje. Pero nunca utilizamos la palabra rechazo o negativa”.

Respecto al lanzamiento de dicha publicación, este martes 25 de mayo, por parte del Centro de Memoria y Reconciliación del Distrito y la Universidad de los Andes, el CNMH aclara que nunca se recibió ninguna nota de invitación por parte del sindicato, que es el receptor de la publicación y a quien se había encargado de la distribución del libro, que además es gratuita. Agrega el director Acevedo, que “esto era un acto de cortesía que se debía tener, con nosotros por ser los promotores de la publicación e investigación”.

“Ese libro, cabe anotar, lo recibió nuestra dirección y fue un legado de la dirección anterior, que lo publicó en diciembre, entonces nos parece descortés que estas dos entidades, una Universidad y un Centro de Reconciliación y Memoria, amigo nuestro, no nos haya preguntado”, recalca el director del CNMH.

Vale recordar que el CNMH cumple con un intenso cronograma de lanzamientos de publicaciones, como el del pasado jueves 11 de abril, del informe El Caso de la Asamblea del Valle, Tragedia y Reconciliación, donde estarán, además de directivas de la entidad, autoridades regionales y familiares de víctimas.

El director Acevedo, como lo ha expresado a diferentes medios de comunicación, ratifica que “las víctimas de violencia antisindical hacen parte del universo plural de víctimas y por tanto son parte de nuestros trabajos de memoria”.

 


Aceite de Palma, Conflicto Armado, Darío Acevedo Carmona, ExDirector CNMH, Informes, Uniandes, Víctimas, Y a la vida por fin daremos todo

Iglesia La María, 20 años del secuestro del Eln

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30 May 2019


Iglesia La María, 20 años del secuestro del Eln

El domingo 30 de mayo de 1999 en el sur de Cali, más exactamente en la iglesia La María, 194 personas fueron secuestradas por miembros del frente José María Becerra del Eln. Este hecho pasaría a la historia como el secuestro masivo más grande perpetrado en Colombia.


Como era usual, los feligreses acudían puntual a la eucaristía que se realizaba a las 10 a.m. cada domingo en la capilla de la iglesia La María, ubicada en el barrio Ciudad Jardín, entre la carrera 127 y la avenida Cañasgordas de la ciudad de Cali. Aquel 30 de mayo de 1999 no fue la excepción y casi 200 personas asistieron para escuchar la palabra de Dios a través de la voz del párroco Jorge Humberto Cadavid.

Los primeros 30 minutos de misa transcurrieron con normalidad, hasta que hombres armados y con uniformes del Ejército, irrumpieron con dos camiones tipo furgón, se presentaron como miembros del Gaula y alertaron sobre la pronta explosión de una bomba en el lugar, por lo que pedían que los 194 presentes ingresaran rápidamente a esos dos vehículos.

La mayoría, desconfiada, no obedeció la orden. Incluso, Yaslín Durán Córdoba, escolta de uno de los asistentes a la misa, se percató que las botas que utilizaban los supuestos integrantes del Gaula no eran parte de la indumentaria habitual. Cuando intentó reaccionar fue asesinado.

En ese momento los guerrilleros realizaron tiros al aire y obligaron, sin distinción alguna, que todos los presentes, incluidos niños, adultos mayores y hasta el párroco se subieran a los camiones. Pronto se reveló que aquellos hombres eran parte del frente José María Becerra del Eln. De esta forma inició el calvario de un secuestro que tendría como escenario las enredadas y boscosas montañas de los farallones de Cali.

La noticia del secuestro masivo más grande realizado en Colombia (hasta hoy) se expandió con rapidez. La conmoción se apoderó de la ciudad y el país. Horas más tarde, y gracias a la presión del Ejército, los secuestradores se vieron obligados a dejar en el camino a algunos de los secuestrados.

Al final del día, quedaron 93 personas en poder del Eln, ya que de las 194 secuestradas inicialmente, 86 fueron dejadas en el camino y 15 más escaparon de sus secuestradores. El Ejército se encargó de recogerlas y llevarlas al Batallón Pichincha de Cali para que pudieran encontrarse con sus familiares.

Con el liderazgo del arzobispo de Cali, Monseñor Isaías Duarte Cancino (Q.E.P.D.), la ciudadanía se movilizó y se tomó las calles para exigir la entrega inmediata de los secuestrados.

El 7 de junio de 1999 las voces de miles de caleños gritaban: “¡Los queremos libres, vivos y en paz!” en  la gran marcha que fue llamada “No más”, la primera de muchas que surgieron como expresión de rechazo al secuestro en el país. Además, monseñor Isaías Duarte excomulgó a los secuestradores y denunció las pretensiones económicas que tenía el Eln a cambio del intercambio de los plagiados.

En el transcurso de 6 meses y medio, todos los secuestrados fueron dejados en libertad. La entrega de las personas se daba en grupos pequeños. La fecha de la última liberación fue el 11 de diciembre de 1999. Años más tarde se sabría que las denuncias de monseñor Duarte eran ciertas, y que cada liberación tuvo su precio.

Arte, memoria y sanación

Para Juan Daniel Otoya Vernaza, quien estaba presente en la iglesia aquel 30 de mayo y fue secuestrado junto a su hermano, su padre y madre ese momento cambió su vida. Tenía 11 años y aún recuerda con precisión cada momento del plagio: estaba junto a su familia y fue obligado por miembros del Eln a separarse de ellos. Luego lo abandonaron en medio de la carretera.

Fue ahí cuando sintió que su mundo se iba en aquellos camiones que se dirigían a los farallones. Una mujer de un acento paisa muy marcado, también liberada en ese inhóspito lugar y cuyo nombre no recuerda, lo acogió y protegió hasta que llegaron al batallón.

Desde ese momento empezó a dibujar constantemente superhéroes hasta que su madre, Isabella Vernaza, fuera liberada, a principios de noviembre de 1999. Hoy entiende que esos dibujos representaban su anhelo de rescatar a su familia. El 13 noviembre se da la liberación de su padre, Alfredo Otoya y fue el fin de aquella historia. O por lo menos eso creía Juan Daniel.

Años más tarde, mientras estudiaba artes, se cuestionó su pasado y trató de buscar un sentido a lo que constantemente dibujaba. Veía cómo sus trazos eran el desahogo de un episodio que aún no había enfrentado del todo. Por esta razón empezó un proceso pictórico para representar sus recuerdos y a través de ellos contar la historia del secuestro de la iglesia La María.

Asegura que este proceso fue clave para sanar las heridas que aún no terminaban de cicatrizar. Pero lo que más le ayudó a superar todo lo relacionado con el aquel episodio fue hablar, en sus propias palabras, “hablar de mi experiencia y contar mis temores se convirtió en una manera de afrontarlos, de entenderlos y de sanar”. Compartir su memoria con otros fue la pieza final que le ayudó a superar aquel traumático secuestro.

Conmemoración del secuestro de la iglesia La María

Hoy jueves 30 de mayo, cuando  se cumplen 20 años de aquel secuestro, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) acompaña a las víctimas y trabajará en la recuperación de sus memorias,  de la mano de un equipo liderado por Diego Arias, líder cívico de Cali.

De igual manera, el director del CNMH, Darío Acevedo, anunció que se adelantará un proceso con las víctimas del secuestro del kilómetro 18, también en Cali, acto que fue ejecutado por el Eln, meses después del acontecido en la iglesia La María.

Dada la relevancia de este hecho para la ciudad de Cali, para el país y para aquellos que vivieron aquel secuestro en carne propia, hoy jueves se realizará una eucaristía a las 5 de la tarde en la iglesia La María.

Esta acción conmemorativa se realiza, de acuerdo a las palabras entregas al noticiero regional NOTI5 por Víctor Manuel López, miembro de la Arquidiócesis de Cali, “para recordar este suceso y pedir  a la sociedad, no solo de esta ciudad, sino de Colombia entera, que cada día rechace todo acto de violencia”.

Además se presentará “Pintar para no olvidar. 20 años del secuestro en la iglesia la maría” la exposición que realizó Juan Daniel Otoya y que fue parte de su proceso de sanación para superar lo vivido durante su secuestro y el de su familia. La exhibición se abrirá después de la eucaristía y estará abierta hasta el 3 de junio.

Durante esta íntima ceremonia religiosa las víctimas del secuestro de La María y sus familiares harán presencia para dignificar la memoria de Yaslín Durán Córdoba, asesinado durante el secuestro, y hacerle frente al olvido de una sociedad que aún les debe reconocimiento y reparación.

 


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CNMH y ex secuestrados de La María inician ruta de trabajo para recopilar sus memorias

Noticia

Autor

Victor Álvarez

Fotografía

Victor Álvarez

Publicado

31 May 2019


CNMH y ex secuestrados de La María inician ruta de trabajo para recopilar sus memorias

La reconstrucción de los hechos que enmarcaron el secuestro, por parte del Eln, de 194 personas que asistían a una eucaristía en la iglesia de La María de Cali, hace 20 años, los aprendizajes y secuelas, son insumos que recoge el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) para iniciar un proceso que conlleve a la elaboración conjunta de sus memorias.


Este jueves 30 de mayo, luego del homenaje de conmemoración y la presentación de la exposición de la obra “Pintar para no olvidar”, de Juan Daniel Otoya, artista plástico y víctima de este secuestro, Darío Acevedo, director del CNMH; Rafael Tamayo, director del Museo de Memoria Histórica de Colombia (MMHC) y Susana Correa, directora del Departamento de Prosperidad Social manifestaron a las víctimas su compromiso para adelantar un proceso de iniciativa de memoria y escucharon propuestas para lograr el trabajo que se espera, esté listo a finales de este año.

“El Gobierno Nacional se solidariza con las víctimas del secuestro del Eln en La María y, precisamente, esta reunión es para que nos ayuden a reconstruir las memorias”, indicó la directora de Prosperidad Social.

Por su parte, el director del CNMH manifestó que la entidad tiene por objeto misional la recuperación y conservación de la memoria de las víctimas de las violencias políticas que han sacudido al país desde 1985 para contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido.

“El ejercicio de recordar el secuestro de muchos de ustedes no tiene la finalidad de estimular un sentimiento de venganza ni de alimentar el odio contra los responsables de estos crímenes de lesa humanidad que no fueron actos aislados que se puedan calificar como errores. Se practicaron sistemáticamente, con plena conciencia, y total cinismo justificatorio”, dijo Acevedo.

Rosana Ramírez, una de las víctimas del secuestro de La María, destacó la importancia de reconstruir la memoria de lo sucedido para que nuevas generaciones conozcan los hechos y los aprendizajes.

“Todos nos preguntan qué nos dejó el secuestro: fueron cosas dolorosas, las familias las más golpeadas, porque no saben cómo está uno allá, en el cautiverio. También situaciones hermosas: aquí están las diferencias de todas las orillas, pero eso al momento que nos encontramos se deja a un lado y el abrazo es con todo el corazón”, apuntó.

Añadió que “las nuevas generaciones no saben que hubo un secuestro masivo, que nos sacaron de una iglesia. Por eso la memoria es fundamental, a través del arte, la cultura, los diálogos. Un pueblo sin memoria está declarado a repetir todo lo malo que le pasó”, enfatizó.

En ese sentido, Patrick Martínez, otro de los secuestrados de La María, aceptó que después de 5 meses en esa condición aprendió que lo más importante que quedó fue la amistad.

“Ya no somos exsecuestrados, sino amigos, familia”, resaltó y anotó que es importante reconstruir la memoria, porque “uno se olvida de tantas cosas y lo vivido queda atrás, pero tiene que servir como base para crear un futuro y las generaciones que vienen tienen que conocer todas las posiciones, los actores, cuál era el pensamiento de cada una de las personas involucradas en esta guerra que hubo y hacer sus propias ideas”, concluyó.

 


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