Etiqueta: Víctimas

Total de desaparecidos en Colombia podría llenar un estadio

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Autor

CNMH

Fotografía

Álvaro Cardona.

Publicado

29 Ago 2015


Total de desaparecidos en Colombia podría llenar un estadio

La capacidad de asistencia del estadio Metropolitano de Barranquilla para las eliminatorias de la selección Colombia es de 49.612. Este es un espacio deportivo que siempre se encuentra colmado de hinchas cuando juega la tricolor, no hay que negarlo. Sin embargo, y hay que decirlo, este mismo escenario podría llenarse con el total de víctimas de la desaparición forzada en el país; son más de 45 mil personas reportadas como desaparecidas forzadamente según la Fiscalía. Haga el ejercicio, imagine la magnitud de esta desgracia


Las comparaciones son muy odiosas pero es la mejor manera de entender la dimensión de este impacto del conflicto armado. Un estadio lleno con el total de personas que están desparecidas, “45 mil almas”, podría vociferar en un solo coro un gol de Colombia. Aclaramos, claro está, que respetamos el dolor de todas las víctimas del conflicto armado y nos solidarizamos con su dolor, lucha y resistencia. Hacemos este ejercicio para evocar en la mente de los indiferentes la importancia de este tema.

El próximo 30 y 31 de agostos miles de madres, padres, hermanos, hermanas, esposos e hijos, saldrán a las calles, en el día Internacional del Detenido Desaparecido, para exigir la búsqueda de sus seres queridos, y no son sólo de ellos, de nuestros desaparecidos. Porque esas 45 mil personas que no han vuelto a sus hogares, al igual que los 49.612 que llenan el estadio Metropolitano de Barranquilla, también son colombianos.

Volvamos a las comparaciones. Continuemos con el fútbol. En Colombia el promedio de asistencia a los estadios es de 20 mil hinchas por partido en el torneo local profesional, digamos, un Millonarios versus Huila en el estadio Nemesio Camacho El Campin de Bogotá, o Atlético Nacional versus Tolima en el Atanasio Girardot de Medellín. Según Isabel Ortigosa del Colectivo Orlando Fals Borda, “en el país hay registrados 20.443 casos de personas inhumadas como no identificadas en cementerios municipales, de acuerdo con información suministrada a la Fiscalía General de la Nación por 861 alcaldías locales”. Es decir, más de 20 mil N.N.

A ese dato del Colectivo Orlando Fals Borda súmele los cementerios clandestinos de los diferentes grupos armados del conflicto armado de Colombia. Entonces usted debe agregar lugares como la Escombrera en Medellín, las casas de pique en Buenaventura, las escuelas de la muerte en Caquetá, el cementerio clandestino de la Macarena, Meta, los hornos crematorios del Norte de Santander, y los que puedan llegar a revelarse con una eventual Comisión de la Verdad.

En sólo CINCO -con negrilla y mayúsculas- cementerios del Meta donde trabaja el Colectivo Orlando Fals Borda se registran 2.292 cuerpos de personas no identificadas. De esos, se han exhumado alrededor de mil y se ha logrado identificar más de 800, según la Fiscalía General de la Nación. De esos cuerpos “se han logrado entregar 77 a sus familiares en casi cinco años. A este ritmo, harían falta 144 años para entregar el resto de los cuerpos inhumados en estos cinco cementerios”, expone Isabel Ortigosa. Entonces, ¿Cuántos años faltan para entregar las 45 mil personas que hacen falta? 

A esto hay que sumarle la falta de garantías de las víctimas en las regiones para buscar sus familiares. Súmele la falta de recursos para contratar personal que realice la búsqueda y sobre todo “hace mucha falta de voluntad política”, dice Janeth Bautista, directora de la Fundación Nidya Érika Bautista.   

Para el asesor de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Guillermo Fernández Maldonado, la desaparición forzada es un tema obligatorio para el Estado, “no estamos hablando de algo que sucedió en el pasado, es algo que sigue sucediendo y tiene un espectro mucho más amplio. Es algo sobre lo que siempre debe estar pendiente en cuanto a prevención, investigación y sanción”, explica. 

Entonces, ahora que empiezan las eliminatorias de la selección Colombia, recuerde que ese estadio podría estar desocupado, ya que es casi el mismo número de los desaparecidos a causa del conflicto armado. Pero sobre todo recuerde este 30 y 31 de agosto cuando vea a una madre con la fotografía en el pecho de su hijo o esposo, que ese desaparecido también es suyo, es un colombiano más. 

 


Colombia, Desaparecidos, Víctimas

El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

29 Ago 2015


El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

Este 30 de agosto se cumplen 28 años de la desaparición forzada de Nydia Érika bautista en Bogotá. Esa misma fecha, en la que se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, los familiares de Nydia Erika y de miles de desaparecidos más se reunirán en las principales plazas del país para pedir verdad y que estos crímenes no queden impunes.


Desde el CNMH hablamos con Janeth Bautista, su hermana, para hablar de la desaparición de Nydia, el camino recorrido para encontrarla, el exilio que sufrieron ella y su familia, y cómo después de tantos años aún busca justicia y verdad.

¿Han pasado 28 años de la desaparición de Nydia Érika Bautista, para las nuevas generaciones y quienes no conocen su historia, qué nos puede contar sobre ella?

“Nydia Érika bautista es mi hermana, la hermana mayor de una familia de seis hijos. Ella era socióloga y economista de la Universidad Nacional y la Universidad Central de Bogotá respectivamente, y también fue militante del M19. Fue madre de un niño que quedó huérfano a los 12 años, Erik Antonio. Desde muy temprana edad trabajó en proyectos sociales, con estudiantes de la Universidad Nacional, con quienes trabajó en varios proyectos en Bosa para la creación de escuelas y jardines para los niños menos favorecidos. Fue precisamente esa inclinación social la que la llevó a tomar la decisión, a mediados de los años 80, de ingresar al M19. Una decisión que le costó la libertad y la vida”.

¿Cómo fue la desaparición forzada de Nydia Érika bautista?

“Nydia primero fue detenida en la III Brigada de Cali en mayo de 1986, allí fue torturada y detenida arbitrariamente, aunque luego fue puesta en libertad. Un año después fue desaparecida definitivamente en Bogotá, en una operación entre la III y XX brigadas del ejército en Bogotá.

El último día que la vimos con vida fue en la primera comunión de nuestros niños, de su hijo y mi hija. Siendo alrededor de las 6:00 p.m., cuando acompañaba a una amiga que había asistido a la reunión a coger el bus, fue abordada por varios hombres que la subieron a la fuerza a un jeep. Desde ese entonces iniciamos la lucha por encontrarla, ese día cambió mi vida para siempre”.

¿Cómo fue la reacción de la familia ante este caso de desaparición forzada?

“Fue un despertar en el sentido más doloroso de la palabra. En esa época estaba de presidente Virgilio Barco y mi madre como nortesantandereana y mi padre como liberal, había votado por él para Presidente. Para ellos fue un duro golpe ver cómo durante ese gobierno sucedieran este tipo de crímenes que nunca se imaginaron.

La lucha empezó estrellándonos con esa realidad, de que las personas de la oposición política no tenían derecho a un juicio justo y por el contario empezó a aplicarse lo que ocurrió en otros países del Cono Sur como Argentina, Uruguay y Chile, de llevarse a los familiares bajo un camino de la niebla para que los familiares no supieran de ellos. Nosotros no supimos de la militancia de Nydia en el M19 hasta 1986, y confiábamos en que existiendo una democracia, si ella había cometido algún delito tuviera el derecho a ser llevada ante un juez para que mediante el debido proceso se hiciera un juicio y la sancionara con lo que correspondiera, nunca con la desaparición forzada.

Mi padre fue el más golpeado, lo recuerdo muy bien. Era liberal hasta los tuétanos, había sufrido la Violencia política en la época de Gaitán, y al saber lo que había sucedido lo primero que hizo fue ir a la sede del partido comunista, nunca fue comunista pero lo hizo como un acto de rebeldía”.

¿Cómo inicia el proceso de búsqueda?

“Salí con mi padre con una foto de Nydia y con una denuncia que nos ayudó a hacer Alirio Pedraza, quien también sería desaparecido. Salimos a la calle a repartir volantes, preguntando si alguien la había visto. Nos subimos a los buses, como lo hacen ahora los vendedores ambulantes, a pregunta por su paradero. Llegamos a brigadas, hospitales, morgues, fuimos a la Procuraduría, hablamos con el doctor Carlos Mauro Hoyos, asesinado en 1988, y llegamos hasta la Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares, en donde preguntaron a las brigadas militares pero no había razón de su paradero. Sin embargo, en este camino conocimos a otros familiares de desaparecidos, conocimos la organización ASFADDES y empezamos a ir a marchas y reuniones con la esperanza de poder tener una respuesta.

A los tres años de buscarla, un suboficial del Ejército se acercó a la Procuraduría a confesar varios crímenes que había cometido la brigada, entre ellos el de mi hermana. Así fue como el doctor Jaime Córdoba Triviño, en esa época procurador de Derechos Humanos, nos informó que era posible que Nydia estuviera enterrada en Guayabetal, Cundinamarca, de acuerdo a la información que habían entregado, y efectivamente, la oficina de investigaciones especiales de la Procuraduría hizo la exhumación y allí encontramos a Nydia Érika. A pesar de que la entregaron en una bolsa de basura, pudimos despedirnos y darle cristiana sepultura”.

¿Qué significó para ustedes poder encontrarla?

“Fue un hallazgo muy importante para nosotros y para el país, porque en esa época era difícil encontrar desaparecidos. Eso provocó una ola de solidaridad dentro del movimiento de derechos humanos en Colombia. Estuvimos muy acompañados por ong, otros familiares, y en ellos nació la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos.

Sin embargo también empezaron las amenazas y la persecución, una situación que nos llevó al exilio en 1997”.

¿Por qué toman la decisión de exiliarse?

“Nuestro exilio se empezó a marcar desde el 30 de agosto de 1995, fecha en la que se exilió el Procurador Delegado para Derechos Humanos, Hernando Valencia Villa, quien falló en contra de cuatro suboficiales destituyéndolos de la Brigada XX del Ejército incluyendo al General Álvaro Velandia Hurtado. A raíz de esa decisión tuvo que salir del país pues la cúpula militar le puso varias denuncias y lo tildó de simpatizante del terrorismo.

En 1997 también aumentaron las amenazas contra nosotros y decidimos exiliarnos. Mi caso fue bastante difícil pues estaba embarazada, sin embargo, pude salir del país y viví 10 años en el exilio. Una década en la que pude trabajar para Amnistía Internacional en Londres, también hice varias investigaciones sobre la violencia contra la mujer en Juárez y en Guatemala, y desde el exilio seguíamos luchando en el caso de Nydia Érika. En Colombia el caso paso a la justicia penal militar y mi hermana Rocío siguió al frente de todo. Después de 10 años decidí regresar al país, pues el exilio es estar muerto en vida”.

¿Qué pasó con los implicados en el caso de la desaparición de Nydia Érika?

Primero fue una lucha para quitarle el caso a la justicia penal militar y llevarlo a la justicia ordinaria, pues ellos querían que entregáramos los restos de Nydia para un examen de ADN, sosteniendo que eso era un montaje y que los restos exhumados no correspondían a mi hermana. Nosotros hicimos objeción de conciencia y no quisimos entregar el sitio donde estaba Nydia. El día de la audiencia, los compañeros de la Comisión Colombiana de Juristas, que eran los representantes legales del caso, interpusieron una tutela para que se suspendiera la diligencia militar y en ese momento también llegó un fax al juzgado de la Corte ordenando suspender la diligencia. De ahí en adelante la Corte decidió que el caso pasara a la justicia ordinaria y la exhumación finalmente se hizo por orden de la Unidad de Derechos Humanos. Entregamos el sitio y un año después salió la identificación con un 99.78% de identidad positiva de Nydia Érika. A pesar de las pruebas, el caso precluyó por dudas sobre la responsabilidad de los militares quedando en la impunidad hasta el día de hoy. Finalmente, el año pasado en vista de que los culpables siguen libres, interpusimos una acción de revisión y lo presentamos a la Corte Suprema de Justicia, pero aún no hemos obtenido respuesta.

¿Cómo van a conmemorar este 30 de agosto, Día Internacional del Detenido Desaparecido?

“Este año la conmemoración empezó desde el 27 de agosto, inició con un desayuno con varias embajadas, agencias de cooperación internacional y organizaciones de desaparecidos de varias regiones del país, un encuentro para denunciar la situación y plantear nuestras propuestas para la mesa de diálogos de paz porque creemos que la búsqueda de los desaparecidos debe tener relevancia en este proceso.

Además, el 30 vamos a realizar una galería de la memoria en la Plaza de Bolívar con los familiares del Palacio de Justicia, Familiares Colombia, MOVICE, las Madres de Soacha y otras organizaciones. También como organización vamos a tener una reunión con la Unidad de Víctimas para hablar de reparación, verdad y justicia, además, vamos a socializar cómo van los procesos penales de nuestros familiares. Finalmente, tendremos un taller sobre comisión de la verdad y justicia transicional. Sin embargo, el 30 de agosto es un día para que la sociedad se movilice y se conmueva con los 45 mil desaparecidos que hay en el país”.

Perfiles contra el olvido: Fundación Nydia Erika Bautista

 

Publicado en Noticias CNMH



Mujer, Nydia Érika, Testimonios, Víctimas

Rechazamos feminicidio en Buenaventura

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Autor

CNMH

Fotografía

© Juan Arredondo.

Publicado

02 Sep 2015


Rechazamos feminicidio en Buenaventura

El pasado 16 de agosto fue asesinada y violentada sexualmente Sandra Patricia Angulo, familiar de una integrante de la Red Mariposas de Alas Nuevas, una organización que lucha contra las violencias hacia las mujeres en Buenaventura.


En un comunicado, la Red denunció que Sandra fue atacada con machetes en el sector del Dagua y  “fue cazada por 5 hombres, que  se unieron para degradarla, para hacerla sufrir, para, según ellos, darle un escarmiento”.

logo mariposaSandra tenía 27 años y era madre de una niña de 13 años, y de dos niños, de diez y cinco años. Sus parientes la recuerdan como una mujer alegre, perteneciente a una familia de cinco hermanas y quien trabajaba en casas de familia o vendiendo rifas en el barrio San Francisco de Asís.

Con esta muerte ya son tres feminicidios los que han tenido lugar en Buenaventura este año, por lo que la Red de Mariposas exige a la Fiscalía que este hecho sea investigado y que se haga justicia. El año pasado se registraron 180 feminicidios en todo el país, según datos de la consejería presidencial para la Equidad de la Mujer.

Los hechos

Las primeras indagaciones indican que Sandra se había ido a bailar al Dagua, un balneario de Buenaventura, el domingo 16 de agosto. Cuando ya se iba a regresar, junto a dos amigas, le pidieron a un mototaxista que las llevara, él llevó primero a dos y después volvió por Sandra. Al parecer, cuando regresó, ya Sandra estaba siendo atacada cerca de una discoteca.

La familia indica que el examen forense del cuerpo de Sandra demuestra que fue violada por cinco hombres, su cara fue golpeada y sus piernas fueron descoyuntadas. En sus uñas se encontraron rastros de un fuerte forcejeo.  

La red de mariposas

Este caso es visibilizado por la Red Mariposas de Alas Nuevas, un conjunto de organizaciones de mujeres que el año pasado recibieron el Premio Nansen de la Agencia para los Refugiados (Acnur). Ellas trabajan para reconstruir el tejido social de Buenaventura y sus alrededores mediante la recuperación de los valores ancestrales de las comunidades negras. Otra de las acciones que desempeñan esta organización es la de ayudar a las familias de los jóvenes asesinados o desaparecidos a elaborar su duelo, mediante el desarrollo de rituales de luto como las novenas y los alabaos.

El principal objetivo de la Red es lograr que las mujeres de Buenaventura puedan vivir una vida sin violencia, y para eso promueven encuentros que ellas llaman ‘lunadas’, donde quieren revivir el comadrazgo y la solidaridad entre las mujeres. “Aquí nos hemos convertido en hermanas, lo que le hicieron a Sandra, me lo hicieron a mí, porque se lo hicieron a una familiar de una mujer de la Red”, explica una de ellas.

Lea el comunicado completo acá.

 


Buenaventura, Feminicidio, Mujeres, Víctimas

Las víctimas de La Palizúa no se olvidan

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Autor

Nury Martínez – Investigadora del Grupo de Reparaciones Colectivas.

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Sep 2015


Las víctimas de La Palizúa no se olvidan

 

El pasado 15 de agosto la comunidad campesina de La Palizúa, ubicada entre los municipios de Plato y Sabanas de San Ángel, Magdalena, conmemoró los 18 años del día en que tuvo que desplazarse forzadamente por amenazas de grupos paramilitares comandados por Rodrigo Tovar Pupo, alias “Jorge 40”.

El evento tuvo como objetivo hacer un reconocimiento público en el territorio a todos los hombres y mujeres de la comunidad que sufrieron las alteraciones causadas por el conflicto armado; a los que murieron, desaparecieron o soportaron graves violaciones a sus derechos, como los sobrevivientes que retornaron voluntariamente y continúan la lucha por la tierra y la vida o sus amigos y familiares que no han podido regresar por faltas de garantías y condiciones dignas.

Esta conmemoración se realiza cada año. En este ocasión estuvo acompañada por el equipo de reparaciones colectivas Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, como un ejercicio del derecho a no olvidar y a generar garantías de no repetición de estos hechos violentos. Estos actos se han convertido en espacio de reencuentro de la comunidad para reconstruir su tejido social,  su memoria colectiva y dignificación de las víctimas. El CNMH apoya estos esfuerzos en búsqueda de una reparación integral a esta comunidad.

El encuentro contó con la participación de hombres y mujeres que habitan actualmente la vereda de La Palizúa y de varios personas que no han podido retornar a su territorio. Los acompañaron campesinos de otras comunidades cercanas como La Pola, Bejuco Prieto, Canaán y Caño de Agua. También estuvieron presentes representantes rurales de Las Pavas y los Montes de María, así  como organizaciones e instituciones estatales, entre ellas: la Unidad de Víctimas, el equipo de Entrelazando y la unidad de Restitución de Tierras, de acuerdo a la solicitud de la comunidad, de entrega oficial de títulos de algunos predios del sector Las Planadas.

Memoria en trova

Ronaldo Guette es campesino de La Palizúa y gestor de memoria de su comunidad. Para esta conmemoración quiso narrar los recuerdos e imágenes que conserva de La Palizúa en estas coplas que compartió con los asistentes al evento.

Hoy te habla La Palizúa
Por: Ronaldo Guette

Hoy te habla La Palizúa
Haciendo un poco de memoria
Pa’ que escuchen los aquí presentes
Un poco de mi historia.

Yo era una tierra descuidada
A la vera de un camino
Recuerdo ese hermoso día
Cuando llegaron mis campesinos.

En los años de los ochenta
A mí Dios me bendijo
Con la llegada de los campesinos
Y los adopté como mis hijos.

Empezaron a cultivar
Productos de pan coger
Para que estas familias
Tuvieran de qué comer.

Nos fuimos entrelazando
Y a mí claro me queda
Esos lazos de amistad
Con las demás veredas.

Todo era muy hermoso
Y vivíamos muy contentos
Pero jamás me imaginé
Que llegara ese momento de tormento.

Y fue pasando el tiempo
Todavía no he terminado
Fue un momento muy duro
Cuando mis hijos los desplazaron.

Con el dolor de una buena madre
Esto yo lo viví nadie me lo dijo
Es un momento muy triste
Cuando a la madre se le marchaba un hijo.

Memorias muy recordadas
Yo lo digo en este momento
Personas que no puedo olvidar
A Dalmiro, Gabriel y Perfecto.

De ellos tengo un gran recuerdo
Cosa que nunca se olvida
Hoy recuerdo estos baluartes
Que por mí dieron la vida.

El tiempo que estuvieron desplazados
Esto yo no lo quería
Yo quedé en unas manos
De quien no merecían.

Siempre guardaba la esperanza
Y no dejaba de llorar
Guardaba la esperanza
Que tenían que regresar.

Hoy que ya regresaron
Me siento muy contenta
Para estos campesinos
Brindarle mi riqueza.

Y con un poco de voluntad
De las entidades del Estado
Les juro que yo tendré
Pa’ mis campesinos lo deseado.

Con las manos levantadas al cielo
Les voy a decir por qué
Con el alma le ruego a Dios
Que esto no vuelva a suceder.

 


La Palizúa, Olvido, Víctimas

Homenaje a las víctimas de San José de Playón

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Sep 2015


Homenaje a las víctimas de San José de Playón

Este miércoles, a las 3:00 p.m., en el corregimiento de San José del Playón (María La Baja, Bolívar) se realizará un homenaje para recordar a las víctimas del conflicto armado.

Entre los años 80 y la primera década del año 2000, el corregimiento San José de Playón fue escenario de múltiples acciones de grupos armados guerrilleros y paramilitares que causaron la muerte de más de 60 personas.

Uno de los hechos que más recuerda la comunidad fue el día de ‘la quema’, ocurrida en la madrugada del 18 de agosto de 1999 por integrantes de las AUC, quienes llegaron al territorio, asesinaron a cinco habitantes del corregimiento y quemaron graneros, casas y vehículos que transportaban alimentos.

“Alza tu barrilete” (cometa) es la iniciativa en homenaje a las víctimas mortales de esta región, una muestra del interés de la comunidad de San José de Playón por dignificar el nombre de sus familiares y seres queridos, y sobre todo, es un ejercicio de resistencia, de memoria y reconstrucción de la historia reciente de la comunidad para afianzar su lucha por el reconocimiento de sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación.

Esta iniciativa nace luego de 4 meses de trabajo con un grupo de investigación integrado por investigadores e investigadoras de la comunidad, una profesional en ciencias sociales y un profesional de artes, quienes a través de metodologías de construcción de la memoria del conflicto armado crearon un documento y propuestas de iniciativas de memoria como insumos para los procesos de reparación colectiva y retornos que adelanta la Unidad de Víctimas en esta comunidad.

Este proyecto se realiza gracias al trabajo articulado entre la Estrategia Nación Territorio del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas – Regional Bolívar, la Organización Internacional para las Migraciones y USAID.

 


Homenaje, San José de Playón, Víctimas

Madres de Soacha

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

19 Sep 2015


Madres de Soacha

En 2008 el país fue testigo del asesinato de 19 jóvenes habitantes de Soacha y Bogotá, presentados como guerrilleros muertos en combate. Los llevaron hasta Ocaña, Norte de Santander, con falsas promesas de trabajo. Nunca regresaron


Este siniestro evidenció las sistemáticas ejecuciones extrajudiciales a manos de miembros de la Fuerza pública. Siete años después, la mayoría de casos siguen en la impunidad. El clamor general las Madres de Soacha es la búsqueda de verdad, justicia y reparación; con la reconciliación como método de perdón, más no de olvido.

“Nosotras las madres de Soacha queremos justicia, no venganza para nuestros hijos, una justicia digna que ellos y nosotras las madres nos merecemos”, explica Carmenza Gómez Romero, a quien la fuerza pública le entregó muerto a su hijo Víctor Fernando Gómez bajo el argumento de ser “dado de baja como guerrillero en combate”, y otro de sus hijos, John Nilson Gómez, fue asesinado por sicarios después de varias amenazas. 

Hasta el momento son pocos los casos que han sido juzgados. Uno de ellos es el de Leonardo Porras Bernal, hijo de Luz Marina Bernal, donde condenaron a Marco Wilson Quijano, Diego Aldaír Vargas, Carlos Manuel González, Ricardo García, Carlos A. Zapata y Richard R. Contreras a 53 y 54 años.

Sin embargo las madres, esposas, hermanas e hijas siguen en su labor incesante por la memoria, la paz, la justicia, reparación y no repetición. Dignificar la memoria de sus hijos es hoy su lucha. Por eso este 20 de Septiembre las madres conmemorarán un aniversario más del asesinato de sus hijos. Con un evento multicultural con una carpa por la memoria y sancocho comunitario, este grupo de mujeres sigue tejiendo ejercicios de solidaridad, memoria y paz.

 


Jóvenes, Madres de Soacha, Víctimas

Víctimas debaten sobre acuerdos de paz en La Habana

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

17 Oct 2015


Víctimas debaten sobre acuerdos de paz en La Habana

“Los Acuerdos de Paz en La Habana ya están ratificando el compromiso con los derechos de las víctimas, se ha determinado que es importante atender y reconocer víctimas de todos los sectores, de todo tipo de violaciones, todos y todas están incluidos”


Así lo aseguró Álvaro Villarraga, Director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, ante la Mesa Nacional de Participación efectiva de las Víctimas, quien expuso junto a líderes de colectivos y organizaciones sociales la importancia que toman las víctimas durante las negociaciones y la posterior firma de la paz en Colombia. Allí se destacó que víctimas de despojo, violencia sexual o reclutamiento ilegal, entre otros delitos han sido reconocidas por el grupo armado.

Dando claridad de ello, en la charla se profundizó en el acuerdo de La Habana que habla sobre  la creación de una comisión de esclarecimiento de la verdad. Destacando que se plantea un informe global sobre conflicto, victimizaciones, recomendaciones y reparaciones,  comprometiendo de manera plural a todos. “Una comisión de esclarecimiento de la verdad establece garantías para la reparación y la no repetición”, explicó Villarraga.

Para Irmatulia,  víctima del conflicto en Chocó, “preocupan declaraciones como la de ‘Timochenko’ que está diciendo que ya todo está claro, que él no va a pedir perdón y que ya lo hecho, hecho está. Esas palabras son yagas para nosotros,  para todas las víctimas”.

Villarraga mencionó que las guerrillas pasaron de no reconocer a las víctimas en el primer momento del proceso hasta pedir perdón en algunos actos. Es un tema que ha ido evolucionando lo cual se refleja en el reconocimiento del marco para la paz y se están comprometiendo poco a poco con las víctimas.

Al finalizar el evento las victimas reiteraron su deseo de ser más incluidos en el diálogo y los aportes a La Habana. Esperan que se haga justicia y verdadera reparación, pues muchos de ellos se sienten indemnizados únicamente y esperan con ansiedad el esclarecimiento de la verdad, la justicia, la no repetición y la reparación simbólica que surja de la firma del Acuerdo de Paz en La Habana.

 


Acuerdos de Paz, Debate, Habana, Víctimas

Las puertas abiertas de la desapareción forzada

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

18 Oct 2015


Las puertas abiertas de la desapareción forzada

En más de seis lugares de Colombia se conmemoraron simultáneamente el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, 30 de agosto. Las puertas de los recuerdos, la espera y la búsqueda dejaron salir historias y momentos de nostalgia y valor.


Lo que más le gustaba a José Ramón Minota de su madre eran sus tejidos: los gorros de lana, las bufandas y los guantes que le hacía para el frío. Angelino Acosta enviudó cuando su hijo tenía apenas seis años y desde entonces dedicó sus días enteros al cuidado del muchacho, era un padre ejemplar. José y Angelino no están para corroborar lo que sus familiares dicen de ellos. Los desaparecieron.

Carmen, la mamá de José y Homero, el hijo de Angelino, estuvieron toda la mañana y la tarde del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada sobre la carrera 6 de la ciudad de Popayán contándole a transeúntes, periodistas y amigos lo que recordaban de sus seres queridos: la ropa que usaban, las últimas palabras que les oyeron decir, las promesas y los abrazos que quedaron pendientes, las deudas que les dejaron. A José lo desapareció la guerrilla de las Farc, hace nueve años, en el sur del Cauca, “al menos encontré el cuerpo tiempo después”, dice Carmen. A Angelino, no se sabe quién, “pudo haber sido el M19, las Farc o el ELN, que eran los armados que se peleaban en Puerto Rico, Caquetá en los años 80”, dice Homero.

Las organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada en Colombia hablan hoy de 45.000 desaparecidos forzados a causa del conflicto armado. No hay una sola región del País que esté ilesa de este flagelo ni un solo grupo armado, incluyendo a las Fuerzas Militares, que no lo haya perpetrado. Los motivos son más que suficientes para que los actos conmemorativos del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada le hayan dado la vuelta a todas las regiones. Con el acompañamiento del Programa de Agenda Conmemorativa del CNMH, USAID y OIM, momentos simbólicos, eventos públicos y reuniones con entidades territoriales y cooperantes internacionales estuvieron lugar en la agenda de decenas de miles de colombianos que demandan saber ¿Qué pasó? ¿Quién se los llevó? ¿Por qué? Y ¿Dónde están?

 

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    Fundación, Magdalena

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    Pueblo Bello, Turbo, Antioquia

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    San Onofre, Sincelejo y Ovejas, Sucre

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    Villavicencio, Meta

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    Popayán, Cauca

 

 

Fundación, Magdalena

En diciembre del 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas oficializó el 30 de agosto como el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Incluso antes de este decreto, las familias de las víctimas se tomaban los días previos y posteriores a la fecha para llamar la atención de los estados y las sociedades indiferentes.

El pasado 28 de agosto, el auditorio Francisco de Paula Santander de Fundación recibió a 60 participantes de las diferentes organizaciones de víctimas del Magdalena, quienes se vistieron de guayaberas y pantalones de lino blancos para escuchar a los familiares de desaparecidos, a quienes les obsequiaron un portarretratos con las fotos de los seres queridos, rosas blancas y globos con forma de corazón.

Una a una, las víctimas pasaron al frente y hablaron sobre su búsqueda y su espera.  “A través del silencio se puede escuchar. La ausencia, la distancia y la lejanía no son motivos de olvido. Tenemos el derecho a preguntarle una y otra vez al gobierno: ¿Dónde están los desaparecidos?, ¿cuándo nos los devuelven?”

Pueblo Bello, Turbo, Antioquia

En 1990, 43 campesinos de ese corregimiento fueron sacados de sus casas una noche, obligados a subirse a un camión y a desaparecer para siempre.  El acto fue la forma como Los Tangueros, el ejército privado de Fidel Castaño encontró para vengar el hurto de 43 reses que los guerrilleros del EP sacaron de sus tierras.

El pasado 30 de agosto, 400 personas caminaron desde el cementerio por las calles de Pueblo Bello acompasados por palabras de recuerdos y solidaridad hasta un mural en homenaje a los 43 desaparecidos. La jornada conmemorativa incluyó también una obra de teatro, la visita al museo de la memoria Casa del Futuro y un sancocho comunitario.

A pesar de su difícil historia, los habitantes de este lugar han encontrado en la memoria cómo hacer de su corregimiento un digno portador de su nombre, Pueblo Bello.

Bogotá D.C.

Desde luego la capital no podía estar al margen del recuerdo y las demandas por atención a los casos de los desaparecidos. Especialmente cuando en ella se concentran más de seis organizaciones de familiares de desaparecidos como Familiares del Palacio de Justicia, Fundación Nidya Erika Bautista y Familiares Colombia.

Este año en Bogotá se dieron dos momentos para conmemorar a los desaparecidos: el primero fue un desayuno con representantes de las embajadas y agencias de cooperación internacional donde las organizaciones expusieron los más altos obstáculos que afrontan en su búsqueda: la inoperancia de la Comisión Nacional de Búsqueda, que nunca se ha acercado a los Familiares del Palacio de Justicia, aunque han pasado 30 años de los hechos; y la ausencia de voluntad política para sistematizar los cementerios del país y encontrar el origen y nombre de los miles de cuerpos inhumados  como no identificados.

El segundo momento fue el domingo 30 de agosto, un día entero  de plantón en la Plaza de Bolívar, con música y exposición de la galería de fotos de los desparecidos.

 

 

San Onofre, Sincelejo y Ovejas, Sucre

Un capítulo especial lo protagonizó el departamento de Sucre. En San Onofre, donde 102 personas han sido desaparecidas forzadamente, la consigna del pueblo, que caminó con pancartas y fotografías fue: “Si estoy en tu memoria, soy parte de la historia”.

En Ovejas, las organizaciones de víctimas se reunieron vestidos de blanco para recordar a los 41 desaparecidos, entre ellos Nadis Pelufo, una comerciante informal y líder del corregimiento de Chengue quien fue desaparecida por violar la restricción de la guerrilla que prohibía a la gente salir del territorio demarcado más de dos veces por semana.

Por último, en Sincelejo, donde aún esperan noticias de 111 desaparecidos, la Mesa Municipal de Victimas y la Organización Red de Victimas Tejedoras de la Memoria, prepararon una obra de teatro durante siete días que presentaron en un espacio público con apoyo de dramaturgos. La obra titulada “Los Desaparecidos” ilustra los quince años de lucha y búsqueda de justicia por parte de las organizaciones de víctimas.

Villavicencio, Meta

Con el panel Posibles escenarios en tiempos de posacuerdos que brindó elementos para el papel protagónico de las víctimas y la sociedad en los procesos venideros después de la firma de la paz con las Farc, las organizaciones de víctimas le dieron a ese día un significado de entusiasmo e ímpetu para continuar construyendo una mejor sociedad como actores civiles.

En la tarde del 28 de agosto, en la plaza Los Libertadores la exposición de sombreros llaneros con los nombres de los desaparecidos, hizo un llamado a la memoria por los cientos de víctimas de desaparición forzada que han sido en su mayoría campesinos y líderes de organizaciones políticas y sociales de comunidades rurales.

Popayán, Cauca

Las puertas fueron los objetos seleccionados durante dos semanas de talleres artísticos y terapéuticos que la Organización Internacional para las Migraciones realizó con 30 familiares de desaparecidos. Los que esperan a los desaparecidos siempre están atentos a su puerta: quién toca, quién llega, cuándo entrará su ser esperado.

Puertas de la Memoria fue la exposición que resultó de estos talleres. Se presentó por primera vez en la carrera 6 de Popayán, el 31 de agosto acompañada de las víctimas participantes que compartieron la historia de su búsqueda. Fue en esa jornada cuando Carmen y Homero abrieron las puertas de sus recuerdos y hablaron de José Ramón y de Angelino.

En Popayán hay 2556 desaparecidos y 3300 en todo el departamento del Cauca. Este año fue la primera vez que las víctimas conmemoraron públicamente este día. “Compartir el dolor por el que he pasado es muy bonito y liberador”, concluyó Carmen en el acto protocolario que dio cierre al evento.

 


Desaparición Forzada, Víctimas

Víctimas de Puerto Boyacá contribuyen a la verdad

Noticia

Autor

Juan Alberto Gómez

Fotografía

Juan Alberto Gómez

Publicado

13 May 2016


Víctimas de Puerto Boyacá contribuyen a la verdad

El sábado 30 de abril, 16 víctimas del conflicto armado de Puerto Boyacá participaron del primer taller de memoria histórica dentro del proceso comunitario de contribuciones voluntarias, que aportan a la construcción del informe sobre la estructura paramilitar de las autodefensas campesinas de Puerto Boyacá (ACPB).


Las víctimas de Puerto Boyacá le dijeron sí a la iniciativa de aportar a la verdad. Una respuesta que se expresa en una sílaba, pero que no resulta nada fácil para quienes les ha tocado inscribir verdades en sus propios cuerpos con sentimientos de profundo dolor, rabia, impotencia y miedo.  “Mi marido pasó por un lado de mi casa y ni siquiera me di cuenta”, expresa una de ellas, aclarando que su casa se ubica a orillas del río Magdalena por donde bajó el cuerpo desmembrado de su esposo, luego de ser retenido por hombres de la ACPB. Su caso es uno de los que cita la sentencia del Tribunal Superior de Bogotá contra Arnubio Triana Mahecha, alias Botalón, comandante de esta estructura paramilitar desde el año de 1994 hasta su desmovilización en la vereda El Marfil en enero de 2006 con 742 hombres. 

Y es precisamente la vereda El Marfil, la que mencionaron los participantes en el taller como la más productiva cuando sacaban al pueblo maíz, yuca, papa, plátano, incluso arroz, sorgo o cacao antes de que se impusiera la ganadería y los cultivos de coca. Del corregimiento Puerto Romero se recordó su colonización cuando las familias abrían pequeños claros en las selvas, a los que llamaban sementeras, sostenidos en la ilusión de haber encontrado tierra nueva para sembrar. La misma ilusión de trabajo y tierra que animó a tantos colonos que llegaron a este territorio, donde luego nació Puerto Boyacá, que también ha sido un triste protagonista de una guerra de más de cinco décadas.

En esa misma dinámica de relatar su territorio y su propia experiencia, las víctimas aportaron a la construcción de una línea de tiempo que servirá de insumo para ofrecer comprensiones acerca del impacto del conflicto armado en este sector del Magdalena Medio. 

 


Comisión de la Verdad, Puerto Boyacá, Verdad, Víctimas

Procesos de DDR deben ser ajustados a los actores armados

Noticia

Autor

Ayda Martínez, periodista del CNMH.

Fotografía

CNMH

Publicado

13 May 2016


Procesos de DDR deben ser ajustados a los actores armados

De acuerdo con la experiencia colombiana, los procesos de reintegración deben ajustarse a los actores, el contexto y las dinámicas del grupo, por lo que no es lo mismo pensar en un proceso de Desmovilización, Desarme y Reintegración (DDR) igual para las Farc y el ELN.


Durante el conversatorio “Qué pasó en el Magdalena después de la desmovilización de las AUC”, realizado en el hotel Santa Marta Real para presentar el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) sobre el tema, “Desmovilización y reintegración paramilitar. Panorama posacuerdos con las AUC”, varios invitados consideraron que 25 años de experiencia brindan las bases para futuros procesos, aunque deben ser adaptados de acuerdo con los grupos que negocien procesos de paz con el Gobierno.

Para José Nicolás Wild, coordinador regional en Magdalena de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), hay aprendizajes que no se deben perder de vista y es claro que en la aplicación de los procesos de reintegración se dependen en gran medida de las necesidades de los actores. 

“Hay alta capacidad de adaptación pues hoy hay elementos como la salud mental, la multimodalidad en la intervención, los enfoques de género, edad y etnia, entre otros que se han agregado al proceso. Sigue siendo un reto la reintegración política que tendrá que salir a la luz”, expresó. 

El director de Acuerdos de la Verdad del CNMH, Álvaro Villarraga, destacó que hoy en día la sociedad colombiana está lista para realizar verdaderos procesos de reintegración de las personas que empiecen este tipo de procesos. Lamentó que “la economía ilegal siga siendo puntal para estos grupos posdesmovilizados, al igual que su instrumentalización por parte de élites políticas regionales que intentan conservar el poder”.

Eduardo Forero, de la universidad del Magdalena, destacó la preocupación generalizada en torno a la reincidencia de las personas desmovilizadas y su continuidad. “Eso puede frustrar el proceso con las Farc. No hemos terminado el proceso con las AUC y no se han generado medidas más eficaces”. 

“La academia tiene que atender la articulación de políticas públicas más orgánicas y ser activa en la construcción y seguimiento de esas políticas, cerrar el círculo fragmentando entre la sociedad, el Estado y la academia, y dedicar más tiempo al desarrollo de políticas propias”, agregó Forero al referirse al papel de la academia en el actual contexto de construcción de paz.

El coordinador regional de la DAV, Juan Vicente Medina, destacó que avanza la construcción de verdad no judicial en el departamento gracias a la implementación del Mecanismo de Contribución a la Verdad con 570 excombatientes de los Bloques Norte y Tayrona, principalmente.

 


Actores armados, Conflicto Armado, DDR, Proceso de Paz, Víctimas

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