Autor: CNMH

La memoria histórica se expande al territorio nacional

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Autor

CNMH

Fotografía

© María Luisa Moreno

Publicado

27 Feb 2015


La memoria histórica se expande al territorio nacional

EL CNMH acaba de lanzar una cartilla que busca que las autoridades territoriales promuevan la construcción de memoria histórica como una forma de dignificación de las víctimas


Se trata de la cartilla Memoria histórica en el ámbito territorial: orientaciones para autoridades territoriales. Esta fue pensada para facilitar la comprensión de conceptos académicos, institucionales y normativos y dar pistas metodológicas acerca de cómo impulsar el tema.

Así mismo, la cartilla busca sensibilizar y posicionar en la agenda política de cada territorio el tema de la memoria histórica, al igual que incluir estos contenidos en los Planes de Desarrollo Territoriales y Planes de Acción Territorial (PAT).

Esta publicación fue desarrollada por la Estrategia Nación Territorio del CNMH, con el apoyo de la Gerencia de Fortalecimiento Institucional del programa VISP/USAID/OIM, y se nutrió de valiosos aportes de funcionarios de todo el país.

Para Nathalie Méndez coordinadora de la Estrategia Nación Territorio, esta cartilla es “un documento de orientaciones para la realización del derecho a la verdad y la reparación simbólica en los territorios.  La memoria histórica es una forma de esclarecimiento y de dignificación de las víctimas y  es deber de las autoridades promoverla”.

Los funcionarios de Quibdó y San Juan de Nepomuceno (Bolívar) fueron los primeros en recibir la cartilla, pero se espera poder llegar a 500 más este año. “El trabajo en San Juan de Nepomuceno fue muy interesante, porque permitió conectar el trabajo diario que ellos hacen frente a las apuestas que tiene la cartilla para el trabajo en el territorio”, resaltó Eliana Jimeno, consultora de la OIM para el CNMH.

Sumado a esto, Eliana agregó que la cartilla es una apuesta didáctica que permite resolver preguntas frente al tema de la memoria histórica, el conflicto y la reconciliación, además es un instrumento de sensibilización, amable y ejemplificador”.

La programación de entrega de cartillas para este año puede consultarla aquí.

Consultar la cartilla en su versión en PDF.

 


Colombia, Memoria Histórica, Territorio

Una masacre selectiva en Ungía

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Autor

CNMH

Fotografía

www.unguia-choco.gov.co/

Publicado

28 Feb 2015


Una masacre selectiva en Ungía

EL 27 DE FEBRERO DE 1990 FUERON ASESINADOS 6 MIEMBROS DE LA UNIÓN PATRIÓTICA EN EL MUNICIPIO DE UNGUÍA, CHOCÓ.


Para los habitantes de Unguía, también conocido como “La puerta del Darién” por ubicarse en el Urabá chocoano, ya era casi usual oír sobre las masacres que los hermanos Castaño (Fidel, Vicente y Carlos) estaban cometiendo contra miembros de la Unión Patriótica en la zona. Un mes antes, los mismos paramilitares habían desaparecido a ocho campesinos en el pueblo y un día antes la alcaldesa de Apartadó, Diana Estela Cardona, había sido asesinada. Además, muchos líderes de la UP habían sido víctimas de toda clase de atentados. El aire que respiraba la comunidad olía a miedo.

Para entonces, la Alcaldía del municipio era ocupada por el conservador Mario Ferley Medina, quien resultó electo en el marco de una coalición entre la Unión Patriótica y el Partido Conservador. Aunque el balance de su candidatura fue bueno, la UP, liderada en la región por Mauricio Ramírez González, decidió presentar a las próximas elecciones una candidatura propia del partido y postuló a Arnoldo López Cano para el periodo 1990 – 1992.

“(…) antes del 88 no había elección popular de alcaldes. Los alcaldes eran nombrados desde las gobernaciones y las gobernaciones eran nombradas por el presidente, por lo que las relaciones de clientela generaban un poder político local particular. En el momento en que se va por la descentralización y por la elección popular de alcaldes, se presentó un problema porque empezó a haber una competencia por los votos. Ya el resultado no dependía de qué tan lubricada estaba la clientela interna del partido. Y si a eso se le suma que en ese momento entró la UP, los intereses político  electorales se dispararon de tal manera que sucedió a escala nacional una ola de violencia en la que se incluyó el genocidio contra la UP”, cuenta Vladimir Melo, miembro del equipo de investigación del proyecto sobre el genocidio de la UP que adelanta el CNMH en convenio con la Corporación Reiniciar.

Para los miembros de la UP de Unguía las cosas no serían diferentes. El 27 de febrero de 1990, a pocos días de las próximas elecciones, Mauricio Ramírez se encontraba reunido con otros 5 miembros del partido en el parque principal del municipio. Sin previo aviso, un grupo de paramilitares irrumpió en el lugar y, bajo las órdenes de Fidel Castaño, los asesinaron con armas de largo alcance. El hecho ocurrió a pocos metros de la estación de policía, pero ninguno de los perpetradores fue perseguido o capturado.

A pesar de lo ocurrido, la Unión Patriótica participó en las elecciones y perdió por pocos votos ante la candidata del Partido Liberal, Luz Londoño. La mayoría de los electores que estaban a favor de la UP no salieron a votar por temor a represalias.

“Todas las masacres del 88 contra la Unión Patriótica, incluida la de Unguía, están totalmente relacionadas con la dinámica electoral. Con esta masacre lo que se evita es que la UP consiga la alcaldía”, afirma Vladimir.

Hoy, 25 años después, recordamos a las víctimas de esta masacre: Mauricio Ramírez González, Camilo Arturo Botero Rodríguez, Nohora Ruiz Flórez, Francisco Atencio, Álvaro Prada y Omar Ruiz.  

Pero los hechos violentos en la región estaban lejos de terminar allí. El Tapón del Darién se convirtió en territorio de disputa entre guerrillas y paramilitares, y su presencia desembocó en otras masacres en Unguía y Riosucio. Debido a ello, la zona empezó a ser afectada por una crisis humanitaria de graves proporciones (desplazamientos, masacres, homicidios…).

Según datos que ha logrado reunir el proyecto sobre la UP que adelanta el CNMH en convenio con la Corporación Reiniciar, se cometieron 19 masacres en el Urabá entre los años 1987 y 1997.

Los habitantes del Urabá han tenido que aprender a sobrevivir en medio de un conflicto que ha insistido en instalarse en sus vidas cotidianas.

El aire que antes olía a miedo, sabe hoy a cotidianidad y desasosiego.

 


Asesinato, Chocó, Masacre, Ungia, unión patriótica

Buenaventura pide el fin de la violencia

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Autor

CNMH

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www.soydebuenaventura.com

Publicado

28 Feb 2015


Buenaventura pide el fin de la violencia

Buenaventura conmemoró el pasado 19 de febrero de 2015 el primer aniversario de la marcha “Enterrar la violencia para vivir con dignidad”. Una marcha que el año pasado reunió a más de 30 mil bonavorenses, quienes clamaron por ponerle fin a la violencia que azota este puerto y una mayor atención por parte del gobierno nacional.

Este año, la conmemoración comenzó con una eucaristía en la Catedral de Buenaventura, en donde el monseñor Héctor Epalza agradeció los avances alcanzados a lo largo del año y le pidió a la población que no perdiera su entusiasmo para alcanzar las metas planteadas. Luego se llevó a cabo el “problematón”, un espacio que estuvo dedicado a visibilizar de manera simbólica los problemas principales que actualmente afectan a la población impidiéndole vivir con dignidad.

“El evento no solo ayudó a seguir visibilizando los problemas generales que afronta Buenaventura, sino que hizo énfasis en dos temáticas: seguridad y tierras”, dijo Narcilo Rosero, miembro del Comité en Marcha para Vivir con Dignidad y uno de los organizadores claves de la marcha.

Con respecto a la seguridad, Rosero indicó que, a pesar de que bajaron las tensiones con la entrada de la fuerza pública, los grupos al margen de la ley siguen ejerciendo bastante control sobre los barrios de la ciudad. Frente al tema de tierras, se refirió a los problemas relacionados con la titulación en la zona.

Igualmente, Rosero comentó que la conmemoración visibilizó a las víctimas y a las iniciativas locales que adelanta Buenaventura,  como el naciente Centro de Historia de Buenaventura, que trabaja en la reconstrucción de la historia de esta ciudad al igual que el impacto que la violencia ha tenido sobre las víctimas. Se trata de una iniciativa que busca acopiar datos e información que ayude a esclarecer qué ha pasado en Buenaventura históricamente y especialmente desde el auge de la violencia en 1986.

 


Buenaventura, Fin del conflicto

25 años de impunidad

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Mar 2015


25 años de impunidad

El 26 de febrero de 1990 en un establecimiento público conocido como “La Tata” en Cimitarra, Santander, dos integrantes de las Autodefensas de Puerto Boyacá asesinaron a Josué Vargas Mateus, Saúl Castañeda y Miguel Ángel Barajas -dirigentes de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC) – y a la periodista Silvia Duzán, quien se encontraba con ellos haciendo un documental sobre esta organización campesina para la BBC de Londres. 25 años después aún no hay justicia por este crimen, y sus amigos y familiares no los olvidan.

En memoria de Josué, Saúl y Miguel

Han pasado más de dos décadas desde el asesinato de Josué Vargas, Saúl Castañeda y Miguel Barajas, líderes de la organización campesina que surgió en 1987 en el corregimiento La India, Santander, para hacer respetar su territorio de los grupos armados y no permitir que su comunidad entrara a un conflicto que no inició.

Sin embargo, 25 años después de su muerte, el recuerdo de estos tres líderes sigue presente en la ATCC: “Josué, Saúl y Miguel Ángel siguen viviendo en nuestros corazones. Sus ideales y su compromiso con los derechos de los campesinos y el respeto a la vida están vigentes en nuestra asociación” dice Braulio Mosquera, vicepresidente de la junta directiva de la asociación campesina, quien tampoco olvida a la periodista Silvia Duzán y agrega “también reconocemos el valor y coraje de Silvia, quien conociendo el riesgo que corría se atrevió a venir para mostrar el trabajo de nuestra organización campesina”.

A pesar del paso del tiempo, el recuerdo de estos tres líderes no se desvanece y, por el contrario, se hace más fuerte. Hoy son leyendas e inspiración para las nuevas generaciones. “Los muchachos del colegio muchas veces nos preguntan por ellos y quieren saber cómo eran. Yo les respondo que eran amables, trabajadores, incansables, eran líderes completos que con su trabajo nos dejaron un territorio con mayor tranquilidad y paz” cuenta Carmen Moreno del comité de salud de la ATCC.

Para recordar y honrar la memoria de Josué, Saúl y Miguel Ángel, asesinados en la noche de aquel lunes 26 de febrero de 1990, la junta directiva de la ATCC está organizando un evento simbólico en los primeros días de marzo, en el que toda la comunidad se reunirá y sembrarán árboles para recordarlos y fortalecer el proceso de su asociación campesina.

25 años con Silvia en la memoria

A cientos de kilómetros de los campesinos del Carare, en la capital colombiana conmemoraban los 25 años del asesinato de Silvia Duzán en el foro“Impunidad y libertad de prensa”, realizado en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación. Allí, María Jimena Duzán habló del recuerdo de su hermana Silvia, del libro que escribió para recordarla y la impunidad que rodea su caso.

¿Si soy periodista y cuento historias de otras personas, por qué negar la mía? Con esta pregunta María Jimena Duzán empezó a contar su experiencia para escribir el libro “Mi viaje al infierno” en el que relata los detalles sobre la masacre de Cimitarra donde murió su hermana. “Había borrado de mi mente los recuerdos de Silvia y los rostros de los tres líderes campesinos. Solo 20 años después pude hacer el proceso de reflexión y duelo sobre lo que había pasado”. Esta decisión, confiesa, la tomó después de vivir una experiencia en Belfast, en donde presenció una conversación entre víctima y victimario del conflicto en Irlanda. “Me di cuenta que enfrentar los recuerdos era necesario, necesitaba recuperar la memoria de Silvia y sacar sus recuerdos de las sombras” recordó María Jimena.

Su viaje al infierno es memoria y denuncia, pues 25 años después el asesinato de Silvia sigue impune. Un destino al que, lamentablemente, llegan la mayoría de los casos de violencia contra la prensa en nuestro país.

Un minuto de silencio por los periodistas que murieron en cumplimiento de su labor en Colombia y un acto de entrega de tierra en el memorial a la vida del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, fueron los actos simbólicos para recordar a Silvia y los tres dirigentes de la ATCC.

Impunidad

Antes de su asesinato, Silvia Duzán había obtenido una entrevista con alias “El Mojao” en la cual aceptaba que el paramilitarismo tenía reconocimiento y apoyo en la región y que en muchas ocasiones los paramilitares patrullaban las zonas en compañía de integrantes del Ejército, con el consentimiento de políticos y ganaderos del Magdalena Medio. “Hay una alta probabilidad de que esta entrevista hubiera sido la causante del asesinato”, reconoció también María Jimena Duzán en las páginas del informe El orden desarmado. La resistencia de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare.

Luego de años de indagación e investigación, por la masacre del 26 de febrero de 1990 la justicia colombiana condenó a 11 años de prisión a tres agentes de la Policía Nacional, un militar del Ejército y a dos civiles por el delito de conformación de grupos de justicia privada, sin embargo, el Tribunal Nacional los absolvió en segunda instancia. También se abrió una investigación contra el comandante de la Policía de Cimitarra, la cual fue remitida a la justicia penal militar donde fue absuelto. Mientras que al comandante del batallón Rafael Reyes del Ejército Nacional le prescribió la investigación.

También hubo condena para los paramilitares Hermógenes Mosquera Obando, alias ‘Mojao’, y Joaquín Emilio Cataño alias ‘Gerónimo’, sin embargo, ambos ya habían sido asesinados.

Pasados 25 años de la masacre y ante el pedido de su familia y organizaciones para la libertad de prensa en Colombia, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha decidido investigar el caso, para que éste no sea un caso más que engrose la larga lista de impunidad que hay en Colombia.

Desde el CNMH nos unimos a los amigos y familiares de Silvia, Josué, Saúl y Miguel Ángel, y hoy los recordamos a ellos junto a los cientos de periodistas y miles de campesinos que han sido asesinados por diferentes grupos armados en la búsqueda de la verdad y la defensa de sus territorios.

 


Asesinato, Autodefensas, Impunidad, Puerto Boyacá

El reto de hacer memoria en la web

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

03 Mar 2015


El reto de hacer memoria en la web

¿Cómo producen contenidos digitales en lugares como Bojayá y La India (Santander) sin tener Internet? ¿A cuáles retos se enfrenta el nacimiento de un colectivo de comunicaciones en Tumaco? Estas son apenas dos de las preguntas que se discutirán en el II Encuentro de Gestores Virtuales de Memoria,que se realizará del 4 al 6 de marzo en el marco del Proyecto Alfabetización Digital del CNMH.

En este evento, 30 representantes de 12 iniciativas de Memoria, de diferentes partes del país, se reunirán en Bogotá para trabajar en la conformación de una Comunidad Virtual y compartir la experiencia de un poco más de dos años del trabajo de hacer memoria histórica y cultural en la web. Esta red de trabajo inicialmente estará conformada por colectivos de varias regiones como Chocó, Nariño, Magdalena, Antioquia, Santander, Valle del Cauca y Magdalena.

En este evento, los asistentes también tomarán un taller de producción audiovisual que resultará en la creación de 6 cortos que tendrán como protagonistas a los propios participantes y a los lugares y organizaciones que trabajan la Memoria en Bogotá. Esto tendrán que hacerlo sin tener equipos de producción avanzados, usando dispositivos móviles como celulares y tabletas.

El  proyecto Alfabetización Digital del CNMH busca contribuir al fortalecimiento de capacidades comunicativas a iniciativas locales de memoria en perspectiva de reconocimiento y de dignificación de los derechos de las víctimas. Este se desarrolla gracias al apoyo técnico de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través del Programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas.

 


Memoria, Reto, Santander, Web

La primera piedra del lugar para la Memoria en El Castillo Meta

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Autor

CNMH

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Luis Manjarrés para el CNMH

Publicado

03 Mar 2015


La primera piedra del lugar para la Memoria en El Castillo Meta

Alrededor de un mándala, con banderas y globos blancos se puso la primera piedra del parque de Memoria Histórica del municipio de El Castillo en el departamento del Meta. Este proyecto, ejemplo para el país, es posible gracias a la sinergia de una comunidad empoderada, con los entes territoriales y el gobierno nacional.


En el marco de la plaza central del municipio del Ariari, se reunieron los castillences para loar con música y actos simbólicos el inicio de la obra del Parque de Memoria Histórica María Mercedes Méndez: Anhelos infinitos e Irreversibles de Paz. El Centro Nacional de Memoria Histórica acompañó este evento y continuará brindando apoyo técnico a este lugar conmemorativo que promete ser un motor articulador de la memoria en la Orinoquia.

La construcción del parque de la memoria en El Castillo es un acto de paz que reconoce todo el dolor que ha habido la región del Ariari y con el cual la comunidad y los entes gubernamentales, tienen el firme propósito de construir paz sobreponiéndose al olvido y la impunidad, a partir de recordar lo sucedido y desde la justicia transicional y la reparación.

Un parque para la reconciliación

El proyecto arquitectónico fue el resultado de jornadas de trabajo y consulta con la comunidad en las que se definió que el parque fuera un espacio de encuentro y dialogo para los que transiten y vivan en el municipio; además de un lugar para recordar a los ausentes, que dignifique a los sobrevivientes y supla algunas de las deficiencias recreativas con las que cuenta la municipalidad. “Este lugar no es para revivir odios, ni para vivir en el pasado, es para ir a la vanguardia de un futuro en paz. Aquí inicia la reconstrucción de El Castillo”, expresó David Martínez, vocero del Comité de Memoria y Reparación integral.

Para el CNMH este proyecto es un desafío, ya que el acompañamiento técnico en la definición de contenidos del parque es una tarea rigurosa y de gran responsabilidad. Según Yohana Cuervo, Coordinadora de Lugares de Memoria de la Dirección de Museo de la Memoria, el mayor reto de este proceso es “garantizar la inclusión de todas las voces, que lo que la gente diga se haga, que no sea consultivo, sino participativo y vinculante”.

Para ello el Comité de Memoria y Reparación integral – G21- en compañía del CNMH tiene planeado realizar cuatro encuentros en las zonas rurales de El Castillo y dos encuentros con desplazados en Villavicencio y Bogotá, lo que arrojará un diagnóstico sobre cuales son las acciones de consultas qué se deben hacer para que el parque contribuya a la verdad, dignifique y repare a las víctimas.

Halagos para el G21, anfitriones del evento

Felicitados por el Ministro, el Gobernador y aplaudidos por los asistentes del evento. Es así como se reconoció el trabajo organizativo de los líderes veredales de El Castillo, quienes conformaron un Comité de Memoria y Reparación Integral y son comúnmente conocidos como el Grupo de los Veintiuno.

Los miembros del G21, este grupo de campesinos elocuentes, empoderados y activos provenientes de las comunidades de las zonas de El Castillo y algunos desplazados de la región que se encuentran en Villavicencio y Bogotá  y que fueron escogidos democráticamente, son conscientes de su rol veedor y entienden que de ellos depende que las cosas se hagan bien. 

Desde el CNMH queremos resaltar estas iniciativas y hacer eco a su mensaje de paz, el mensaje de que “La gente del Castillo, del Ariari y del Meta, se la juega por la paz”, como expresó el gobernador Alan Jara en mensaje al presidente de los colombianos, en el que reitera que “aquí donde se ha vivido y sufrido el conflicto, queremos la paz”.

Publicado en Noticias CNMH



El Castillo, Lugares de Memoria, Meta

Estado pide perdón por el crimen de Jesús María Valle Jaramillo

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Autor

CNMH

Fotografía

Consejería Presidencial para los Derechos Humanos

Publicado

04 Mar 2015


Estado pide perdón por el crimen de Jesús María Valle Jaramillo

17 años después del asesinato del abogado Jesús María Valle Jaramillo, el Estado colombiano pide perdón por este crimen.


“En nombre del Estado de Colombia, en representación del Gobierno Nacional y en mi condición de Consejero Presidencial para los Derechos Humanos, pido perdón público y expreso mis más sentidas condolencias por el crimen y por los hechos ocurridos el 27 de febrero de 1998”.

Estas fueron las palabras con las que Guillermo Rivera admitió que el Estado colombiano no garantizó el derecho a la vida de este líder antioqueño y no emprendió acciones significativas para aclarar los hechos y hacer justicia ante su muerte. Este Acto Público de Reconocimiento de Responsabilidad Internacional tuvo lugar en cumplimiento de la sentencia del 28 de noviembre de 2008 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Al evento también asistieron los familiares y amigos de Jesús María Valle Jaramillo,sus ex alumnos y representantes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Valle era reconocido como uno de los máximos defensores de  derechos humanos en Antioquia (era conocido como la dignidad de Antioquia) y fue asesinado en el centro de Medellín, luego de haber denunciado la participación de militares de la Cuarta Brigada en las masacres de El Aro y La Granja, en Itüango.

Valle Jaramillo fue el sucesor Héctor Abad Gómez como presidente del Comité Permanente de Derechos Humanos de Antioquia, fue profesor de la Universidad de Antioquia, diputado y concejal.

Al referirse a las constantes amenazas que recibía, Valle Jaramillo decía que prefería morir con dignidad que en las manos de quienes habían convertido a Colombia un país sin derechos humanos.

Hace un año, el Estado colombiano ya había descubierto una placa conmemorativa, pidiendo perdón en el Palacio de Justicia José Félix de Restrepo, en el sector de La Alpujarra, en Medellín.

 


Abogado, Asesinato, Crimen, Perdón

Persépolis

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Mar 2015


Persépolis

A propósito de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, esta semana en CINE + MEMORIA destacamos la mirada de la mujer como realizadora y como protagonista de la historia.


En esta entrega les presentamos Persépolis, película autobiográfica animada que narra la vida de Marjane Satrapi desde 1979, cuando con solo 10 años de edad es testigo de la revolución islámica que pone fin a más de cincuenta años de reinado del Sha de Persia en Irán y da paso a una república islámica, un período marcado por la guerra entre Irán e Irak, que ahonda la crisis en la sociedad y la represión por parte de las autoridades.

A partir de su forma de ver y entender el mundo que la rodea y, siendo coherente con una educación islámica moderada,  Marjane nos lleva a un viaje de descubrimientos donde nos muestra la forma en la que experimenta estos cambios sociales y políticos -expresados en asesinatos y desapariciones de los opositores al régimen- y los cambios culturales que restringen libertades de las mujeres y expresiones culturales a las que la protagonista y su familia se habían acostumbrado.

Persépolis se construye a partir de la novela gráfica desarrollada por la autora, dándole una estética especial a la película que nos permite entender un contexto histórico y político que refleja los cambios radicales que surgen a finales de los años 70 en el Medio Oriente y que persisten hasta la actualidad. Igualmente, muestra el pensamiento y las reacciones de una joven frente a contextos de conflictos, demostrando que estos inciden en la cotidianidad y en los asuntos íntimos propios de los individuos como el amor, la amistad, la familia, la tradición y las reivindicaciones del libre pensamiento. 

 

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Día de la Mujer, Historia

Hace 15 años no murió El Salado

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Javier Sule

Publicado

05 Mar 2015


Hace 15 años no murió El Salado

El 18 de febrero los saladeros conmemoraron 15 años de una masacre paramilitar que el pueblo jamás olvidará.


Es la mañana del 16 de febrero de 2000 y un grupo de paramilitares, comandados por alias “Amaury”,  instala un retén en la vía que conduce del Carmen de Bolívar a El Salado. Un vehículo que se acerca a poca velocidad es detenido por los hombres armados para interrogar a los tripulantes. Los hacen bajar, dando inicio a su carnaval de sangre y muerte.  

“¡Ella es guerrillera!”,  acusa alias “Nicolás”, el segundo al mando del grupo antiguerrillero “¡Mátenla!”, sentencia.

A empujones e insultos apartan hacia el borde de la carretera a Edith Cárdenas Ponce y allí arremeten contra ella a puñaladas. Luego asesinan a Carlos Eduardo Díaz Ortega, otro de los pasajeros. Quedan dos personas con vida, temblando y llenas de angustia.  Las dejan escapar y corren sin mirar atrás hasta el Carmen de Bolívar donde cuentan lo que está sucediendo.

Todo estos detalles pudieron reconstruirse gracias a la investigación del Grupo de Memoria Histórica, antecesor del Centro de Memoria Histórica “El Salado. Esa guerra no era nuestra”, publicada en 2009.

El grupo de la muerte continúa su recorrido. Se encuentra con un carro que sale de una trocha: “¿Son ustedes guerrilleros?”, preguntan. “Sí”, responden los dos hombres que venían en el automóvil, confundiendo a los paramilitares con guerrilleros. Los rodean de inmediato para asesinarlos.

Simultáneamente, en esa madrugada del 16 de febrero, en el corregimiento de Canutalito, del municipio de Ovejas, otro grupo paramilitar comandado por “El Tigre” instala otro retén donde detienen a Domingo Ezequiel Salcedo, que se transporta en un burro. Lo empiezan a interrogar cuando de repente uno de los “enmascarados” –exguerrilleros que ahora hacen parte de los paramilitares– lo reconoce como colaborador de las Farc, entonces lo obligan a cooperar con ellos a cambio de su vida. Llegan al casco urbano y reúnen a la población en la plaza principal. Llevan hasta allí a cinco hombres que habían sido detenidos minutos antes. –Venimos a hacer una limpieza de la guerrilla –anuncia el escuadrón de la muerte a todos los pobladores. Tres de los cinco hombres son degollados.

Conforme transcurre la incursión de los paramilitares hacia El Salado, desde Córdoba, otro grupo, comandado por “Cinco Siete”, ingresa por la vía a Zambrano, llevándose a su paso nuevas víctimas. Durante el primer día de la ruta de la muerte paramilitar las carreteras, poblados y veredas contaron 24 víctimas: 18 en el municipio de Ovejas, tres en El Carmen de Bolívar y tres en Córdoba, la mayoría degollados o apuñalados.

A la mañana siguiente, el grupo del paramilitar “Amaury” reinicia su recorrido hacia El Salado, pero es atacado durante una hora con cilindros de gas por parte de los guerrilleros del frente 37 de las Farc. Continúan avanzando y detienen a dos hombres que vienen en burro. Los interrogan y de inmediato son señalados por un guía como guerrilleros. Uno de ellos intenta atacar a los paramilitares, pero es asesinado; el otro, “Yiancarlo”, es capturado.

Mapa por Julio Cortés – CNMH.

18 de febrero: la masacre

Los paramilitares al mando de “Amaury” y “El Tigre” entran a El Salado, mientras los de “Cinco Siete” crean un cerco en los cerros. Empiezan a recorrer el pueblo pateando las puertas de las viviendas y obligan a los pobladores a salir y dirigirse hacia el parque principal. Acompañan su accionar criminal con insultos y gritos en los que acusan a los habitantes de ser guerrilleros.

“Bueno –dijeron los paramilitares– ahora vamos a hacer un sorteo. Aquí están todos los hombres: contemos del 1 al 30; primero del 1 al 10, y al que le toque el 10, no se va a salvar”.

Así empezó la ruleta de la muerte, con ese número que ninguno quería decir, pero que muchos tuvieron que pronunciar. Ese día asesinaron brutalmente a 28 saladeros: 17 fueron masacrados en la cancha, seis en las casas y cinco en los montes.

Sólo hasta ese 18 de febrero, dos días después de iniciada la incursión paramilitar, el comando de la Primera Brigada de Infantería de Marina ordenó el despliegue de tres unidades en la zona, los Bafim Nº 5, 31 y 33.

15 años después

Hace 15 años la cantidad de sangre que cubría el parque de El Salado hacía suponer que era el fin de esta comunidad anclada en los Montes de María. Con los asesinatos, el pueblo entero huyó, pero, pasados los años, empezaron a volver y, ahora, la mayoría ha retomado su vida allí, aunque no ha encontrado con una realidad fácil. “Se están presentando muchas necesidades y estamos buscando la oportunidad de transformarlas”, afirma la líder de la comunidad Neyda Narváez.

El Salado ha vivido los últimos años un proceso de cambio muy profundo que impactó fuertemente la manera como se vive el presente. Una masiva intervención externa del sector privado y público en solidaridad con las víctimas, trajo consigo un fuerte impacto en términos materiales, dotando los saladeros de infraestructura pública como un centro médico, una ambulancia, una casa de la cultura llamada Casa del Pueblo, un colegio y una instalación deportiva. Pero la vida no es fácil y construir una economía sostenible sigue siendo todo un desafío.      

El Salado no ha olvidado lo que sucedió hace 15 años. Por eso el pasado 18 de febrero el pueblo conmemoró los 15 años de la masacre con globos blancos, una caminata que reunió a cerca de 200 personas y una chocolatada nocturna en la que recordaron a sus seres queridos.

 
 


El Salado, Masacre, Memoria, Violencia

Memorias de las mujeres indígenas

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Nathaly Molina Gómez

Publicado

07 Mar 2015


Memorias de las mujeres indígenas

Jambaló es un resguardo indígena y un municipio montañoso ubicado en el nororiente del departamento del Cauca. Tiene un paisaje imponente y es un crisol cultural en el que, desde el primer momento, se siente una profunda tradición de los pueblos Nasa y Misak. Sin embargo, es también un territorio azotado por múltiples violencias a causa del conflicto armado, en donde sus habitantes han vivido el desplazamiento forzoso, los asesinatos selectivos, masacres y fuego cruzado, al igual que la eliminación y prohibición de sus prácticas culturales ancestrales.

Allí, las mujeres víctimas del conflicto armado con el acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), han iniciado un proceso de reconstrucción de memoria para visibilizar las violencias que han sufrido y sus procesos de resiliencia y de resistencia en el resguardo. Un proceso que también cuenta con el apoyo del programa VISP de USAID y OIM.

La iniciativa comenzó en enero de 2105 -luego de ser presentada en cabildos y aprobada por las autoridades tradicionales del resguardo- y hoy, los talleres de memoria histórica con 90 mujeres de todo el resguardo son una realidad. “Usualmente una iniciativa de memoria destaca a una comunidad pero pocas veces resalta el papel de la mujer que sufre la guerra, que pierde a sus hermanos, familiares e hijos. Esta iniciativa es creada por y para las mujeres, y creo que eso es lo más significativo de este proceso” destaca Nathaly Molina Gómez, investigadora que acompaña la iniciativa de reconstrucción de memoria histórica de mujeres víctimas del conflicto armado del resguardo de Jambaló, Cauca.

A través de actividades participativas que han permitido identificar las violencias y resistencias de estas mujeres indígenas, la construcción de relatos colectivos y la representación -a través del dibujo- de los hechos violentos más recordados en las veredas y zonas del resguardo, estas mujeres se convertirán en gestoras de memoria en sus veredas al terminar el proceso. Además, una cartilla recogerá todo el camino transitado en la reconstrucción de memoria y un documental visibilizará la experiencia de estas mujeres.

Por otra parte, desde las autoridades del Resguardo se ha propuesto realizar una Minga por las resistencias y en contra de las violencias hacia las mujeres al finalizar el acompañamiento. Un encuentro que durará cuatro días, tiempo en el que las 90 mujeres participantes de la iniciativa se reunirán con otras 20 mujeres víctimas y lideresas del país para intercambiar experiencias, y se marchará por las diferentes zonas de Jambaló (baja, media y alta) para resignificar los lugares en donde se han cometido hechos violentos. Para el cuarto día, la minga terminará con la presentación de la cartilla de memoria de las mujeres indígenas en Jambaló.

Con este proyecto, desde el CNMH continuamos dándole eco a la voz y la memoria de las mujeres indígenas en el marco del conflicto, quienes sostuvieron la vida en condiciones adversas y empiezan a trabajar por el respeto de sus derechos y el de sus comunidades.

 
 


Jambaló, Memoria, Mujeres, Pueblos Indígenas

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