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Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

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CNMH

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Publicado

25 mayo 2023


Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

Un mural que hará visible los rostros y nombres de las víctimas de desaparición forzada

En el marco de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido que tendrá lugar del 22 al 31 de mayo, la Fundación Hasta Encontrarlos organizó una programación con diversas actividades artísticas.  

Como parte de la campaña «Por lo Menos Sus nombres Hasta Encontrarlos», un grupo de artistas vienen interviniendo desde el pasado 22 de mayo un muro de gran formato en la facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Este mural en construcción hará visible los rostros y nombres de las más de 104.537 víctimas de desaparición forzada reportadas recientemente por la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).

Al respecto, Pablo Cala, miembro de la Fundación Hasta Encontrarlos manifiesta que «necesitamos saber el nombre de todas las 104.537 personas desaparecidas, porque si no nos dicen dónde están, que por lo menos nos digan quiénes son».

El evento, apoyado por la Facultad de Ciencias Humanas y el Departamento de Antropología de la Universidad Nacional, contará con la participación de familiares de víctimas de desaparición forzada, la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, delegadas del Alto consejero de Paz, Víctimas y Reconciliación y la dirección de la UBPD.

 

PROGRAMACIÓN

Viernes 26 de mayo, de 12 a. m a 2 p. m

  • Evento protocolario de 1:00 a 1:30 p. m.
  • Inauguración del mural «Por lo Menos sus Nombres hasta Encontrarlos».
  • Edificio de Ciencias Humanas, Departamento de Antropología, Universidad Nacional (entrada por la calle 26).

 

Domingo 28 de mayo, 11:00 a. m

  • Edificio Carrera Séptima No. 32 – 42.
  • «Memoria al Viento», con los nombres de 50 mil desaparecidos de los 104.537 registrados por la UBPD.

 

Contacto de prensa:

Ayda Ma. Martínez. Cel.: 3142434334.


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«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

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CNMH

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Mary Luz López, autora de La guerra me hizo puta: un testimonio de vida, durante la conmemoración del «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno»

Publicado

25 mayo 2023


«La guerra me volvió una mujer de cuatro letras»: Mary Luz López

En el «Día nacional de la dignificación a las víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado interno», rememoramos la historia de Mary Luz López, quien utilizó la escritura para resistir y construir memoria histórica

«Una consecuencia de la guerra fue la prostitución», explicó Mary Luz López Henao, quien fue víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano. «A mí me secuestraron, y después de eso llegué a ese mundo oscuro», comenta esta mujer, que le ha puesto cara y nombre a lo que se ha quedado en el silencio y, muchas veces, en el olvido. 

Mary Luz escribió y lanzó recientemente el libro La guerra me hizo puta: un testimonio de vida. En ese ejercicio de memoria describió cómo le arrebataron la niñez: «En manos de unos desconocidos que tenían armas y poder, cambié mis tenis blancos por botas grandes de adulto que me causaron ampollas». En aquel campamento «fui letrina de varios hombres» y olvidó siquiera qué eran los derechos humanos. 

Si bien la dejaron marchar tiempo después, las secuelas fueron más grandes de lo que esperaba. Volver a la normalidad es «como cuando un veterano regresa de la guerra, la psiquis y muchas otras cosas quedan jodidas», comenta. 

López intentó salir adelante, con 16 años ya era madre y trabajaba sembrando árboles hasta que, nuevamente, la secuestró un grupo armado ilegal. Cuando la dejaron ir, tuvo que desplazarse y llegó a ese mundo oscuro que tanto la afectó. «Me dolió más haber sido puta que lo que me hizo en sí la misma guerra», agregó. 

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC), entre 1998 y 2022 se han documentado 16.483 casos de violencia sexual en el marco de la guerra interna. Eso representa un total de 17.332 víctimas, de las cuales 17.262 fueron civiles como Mary Luz, 68 combatientes de grupos armados al margen de la ley, y dos personas cuya información se desconoce. Aunque actualmente existe un subregistro debido a las amenazas y al estigma que conlleva denunciar. 

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Infografía sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano realizado por el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC). Fecha de corte: 31/03/2023

En el Día de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) resalta que quienes sufrieron esos hechos victimizantes han resistido a un acto deshumanizante. En el caso de López han sido varios tipos de violencias que la llevaron a cargar con el peso de ser una mujer de cuatro letras.

 

«No me gusta que me digan puta», aseveró la escritora. Si bien ella ya no está en situación de prostitución, sí consideró que aún carga con esa letra escarlata. Así lo mencionó en su libro: «no saben cuánto deshumaniza el señalarnos con sus ojos que son lanzas, que nos hacen sentir pecadoras e impías». 

 

Resistir desde el estigma

Mary Luz insistió durante la entrevista que la escritura era su manera de resistir. En 2013 realizó los primeros textos tras ir a psicoterapia, y en 2014 y 2015 se empezó a juntar con mujeres víctimas de violencia en espacios del CNMH. «Yo iba diciendo que era víctima de violencia sexual, que a mi marido lo desaparecieron, pero nunca hablaba de prostitución». 

Si bien nunca intervino a nombre propio sobre las zapatillas que usaba, sí preguntaba por aquellas que seguían portando esos tacones en el mundo oscuro. «Veía esa necesidad de nombrar lo innombrable, por esas mujeres que no hemos contado como personas —manifestó la escritora durante la entrevista—. Hemos sido vistas como basura». 

Desde antes de alzar su voz buscó «la memoria de las putas» y ahora tiene un libro que considera «una denuncia que todo el mundo debería leer». 

Tras asistir a los espacios convocados por el CNMH, López participó del informe La guerra inscrita en el cuerpo, que da cuenta de las múltiples voces y silencios de la guerra. El documento señala que la violencia sexual es una modalidad que utilizan los distintos actores armados para hacer un control sobre el territorio, dejando marcas imborrables en los cuerpos de las víctimas. 

El CNMH también realizó el informe Expropiar el cuerpo, que consta de otras seis crónicas de mujeres —distintas a Mary Luz— que sufrieron ese mismo flagelo, e hizo un micrositio con otras historias sobre violencia sexual en el conflicto armado colombiano. Estos ejercicios de memoria son un acto dignificante y resistente al silencio al que muchas mujeres fueron sometidas. 

 

La reparación y la dignidad

Desde 2014 se conmemora el Día Nacional de la Dignificación a las Víctimas de Violencia Sexual en el marco del Conflicto Armado Interno. La fecha simboliza el trabajo de la periodista Jineth Bedoya, quien fue raptada el 25 de mayo de 2000 en la entrada de la cárcel La Modelo. 

Tanto Jineth como Mary Luz han trabajado en distintas maneras de resistir; sin embargo, lo que es la reparación y la dignidad son un proceso que parece nunca terminar. «Uno lo hace con las uñas y saliéndose de un hueco para poder sobresalir», indicó la escritora, que con sus libros no busca ganar fama o hacerse rica. 

—Yo no quiero la fama, yo quiero que me quieran— dijo López. 

—¿Por qué que te quieran? —le preguntó el CNMH. 

—Si me quieren, me ven con ojos de piedad, de respeto, de amor, de dignidad. Es como que me devuelvan un pedacito de lo que se me ha quitado. 

 

 

 


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Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

El 17 de mayo el parque principal de Puerto Rondón se iluminó con el estreno de la pieza audiovisual «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban»

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CNMH

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El 17 de mayo el parque principal de Puerto Rondón se iluminó con el estreno de la pieza audiovisual «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban»

Publicado

24 mayo 2023


Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón

  • Los líderes y las lideresas de la Mesa Municipal de Víctimas de Puerto Rondón estuvieron detrás de la iniciativa de memoria, apoyada por el CNMH, para resignificar al municipio y desmentir la estigmatización a la que han sido sujetos.

En Puerto Rondón (Arauca), cerca del parque principal, hay un monumento que simboliza la resistencia de la población. En los años 80, organizaciones extranjeras construyeron un tanque de agua que con el tiempo se transformó en una infraestructura que cuenta la historia del pueblo. «Si usted lo mira fijamente, tiene muchas cicatrices de las tomas guerrilleras que ha soportado», dijo Sandra Sarmiento, coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas.

De acuerdo con la lideresa —que lleva más de doce años en ese oficio—, el que conoce la zona y sabe lo que es vivir un disparo reconoce en esas cicatrices las tomas guerrilleras del ELN o de las extintas FARC-EP. «Gracias a él, hoy no somos de ningún tipo de guerrilla, sino que el pueblo ha salido adelante», puntualizó Sarmiento.

La resistencia que representa el tanque no solo se queda en los huecos de las balas que le quedaron marcados, sino que la misma población ha trabajado por resignificar a Puerto Rondón.

La Mesa Municipal de Víctimas, con apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), impulsó el desarrollo de un documental que busca contar su historia, la que ni siquiera ha quedado consignada en libros.

La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban fue el resultado de la perseverancia de la población. En el audiovisual Norberto Álvarez, integrante de la Mesa Municipal de Víctimas, manifestó su deseo de que Puerto Rondón sea reconocido por algo más que la violencia: «quiero que sea recordado como el municipio que a pesar de las dificultades siempre ha persistido».

El lanzamiento del documental

Lanzamiento del documental «La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban» en Puerto Rondón
Integrantes de la Mesa Municipal de Víctimas de Puerto Rondón participaron en un conversatorio sobre el desarrollo del documental.

El 17 de mayo Puerto Rondón se iluminó con el estreno del documental desde su parque principal. Alrededor de 90 personas se congregaron para ver la iniciativa de memoria que busca desmentir la estigmatización a la que han sido sujetos históricamente. «Para nadie es un secreto que nosotros por ser de Arauca nos dicen guerrilleros», precisó Sarmiento.

Por su parte, Rigoberto Galindo, integrante de la Mesa Municipal de Víctimas, mencionó que la realidad «no es como lo nombran en las redes sociales, que el departamento de Arauca es solo conflicto». Si bien en el territorio hay influencia de grupos armados ilegales, «acá hay más gente buena que gente mala», añadió.

Con ese objetivo presente, el documental está construido para contar la historia del municipio a partir de seis capítulos: la violencia bipartidista, el conflicto armado, la resistencia, el recrudecimiento del conflicto, las exigencias al Estado y la memoria de Puerto Rondón.

De acuerdo con Sandra, ese fue el norte para la construcción de la pieza narrativa. «La iniciativa nace porque no tenemos una historia escrita; es como si no hubiese pasado nada», destacó la lideresa y mencionó que este proceso permite una reparación histórica. «Necesitamos rescatar nuestra historia y que no se vuelva a repetir. Esa es la motivación más grande».

 

Sacar adelante la pieza audiovisual también fue un reto para sus participantes. En 2021, en medio  de la contingencia por la pandemia de la covid-19, «no contábamos con las herramientas tecnológicas», expuso Sarmiento y resaltó la dificultad al no tener una red de internet estable. A pesar de eso, el audiovisual se volvió una realidad gracias al compromiso de los rondoneños.

Elsy Torralba, exconcejal de Puerto Rondón, mencionó en el documental que la violencia los cambió y este proceso de memoria es prueba de ello. «Afortunadamente, a nosotros los llaneros nos cambió para bien —precisó la también lideresa—. Nos convertimos en mejores personas».

Este proceso demuestra que Sandra Sarmiento tenía razón cuando indicó que el tanque de agua era un monumento simbólico. Pese a las tomas guerrilleras no se ha caído, y si bien las cicatrices las conoce su pueblo, los integrantes de la Mesa Municipal de Víctimas se dieron a la tarea de poner en palabras esas marcas que no solo quedaron en la infraestructura, sino también en su población.

La zozobra del llano: cuando el alcaraván cantaba y los perros ladraban está disponible en la página web del CNMH y en su canal de YouTube


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Las propuestas de expertos para construir paz en América Latina

Las propuestas de expertos para construir paz en América Latina

Las propuestas de expertos para construir paz en América Latina

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CNMH

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Seis expertos dialogaron, desde diferentes frentes, acerca de los escenarios de construcción de paz en América Latina.

Publicado

24 mayo 2023


Las propuestas de expertos para construir paz en América Latina

Seis expertos dialogaron, desde diferentes frentes, acerca de los escenarios de construcción de paz en América Latina.

La I Cumbre de la Red VSP «(Re)construyendo la Confianza y la Democracia: Violencia, Seguridad y Paz en América Latina», organizada por la Universidad de los Andes, dejó lecciones para concretar retos regionales.

Durante dos días, 18 y 19 de mayo, el edificio Julio Mario Santo Domingo de la Universidad de los Andes acogió la I Cumbre de la Red VSP «(Re)construyendo la Confianza y la Democracia: Violencia, Seguridad y Paz en América Latina», organizada por la Facultad de Administración de esa institución. Este encuentro buscaba examinar e identificar posibles soluciones frente a los desafíos que enfrenta actualmente América Latina en materia de prevención de la violencia, provisión de seguridad y construcción de paz.

Como parte de la agenda de la segunda jornada, el conversatorio «Fundamentos para una reformulación de las políticas de prevención de la violencia y construcción de paz en América Latina» reunió a actores estratégicos del sector privado, público, académico y de la sociedad civil para debatir acerca de la transformación hacia la paz en nuestro continente, así como la construcción de confianza, esencial para dicho propósito.

Álvaro Villarraga, director técnico para la Construcción de Memoria Histórica, del CNMH, fue uno de los ponentes de este espacio, junto a María Cecilia Dedios, de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes; a Iván Darío Ramírez, del Programa de Desarrollo para la Paz del Magdalena Centro (PDPMC); a Gabriela Pérez Jiménez, de la Comunidad de Sinaí (México); a Gabriel Murillo, de La Paz Querida, y a Sabine Kurtenbach, del GIGA Institute for Latin American Studies.

Retos en la construcción de paz

Fue Kurtenbach quien abrió la conversación sobre la concepción de paz: «tiene que tener tres pilares, y se basa en tres funciones fundamentales de cada sociedad: 1) Tiene que encontrar modos de controlar la violencia. 2) Tiene que abrir posibilidades para la población de poder participar, respetando los derechos humanos. 3) El problema no son los conflictos, porque siempre habrá conflicto en distintos niveles; el problema es cuando esos conflictos producen violencia».

Lo anterior se revela en una de las grandes falencias de la construcción de paz: las acciones suelen concentrarse en el tema de la guerra, una forma muy específica de violencia organizada y continua, y olvidan abordar otras formas de violencia, como la de género. “Hay que trascender la guerra y el conflicto para fortalecer la lucha contra la violencia”, sintetizó Murillo.

A su turno, Villarraga explicó que «nuestra subregión, nuestra América, es una región históricamente convulsionada, con muchos conflictos, y no deja de tenerlos, sino que se acentúan. […] Hay que hacer referencia a elementos de base y coyunturales: con el fenómeno social, territorial, ambiental, de inclusión y equidad, entró en crisis el modelo neoliberal. La exclusión, como modelo, ya no aguanta. Hay una emergencia social —no necesito mencionar los países que han vivido estallido social— y ese es el principal tema de la inseguridad: los sectores excluidos, los olvidados, los nadie, por fuera del modelo neoliberal».

Retos en la construcción de paz
Álvaro Villarraga, director para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH, participó del encuentro.

 

Villarraga agregó otro factor a la escalada de violencias urbanas, menos asociadas a la guerra. «También hicieron crisis las salidas de fuerza, los escalamientos del uso de la violencia como intento de solución de los conflictos. No estamos en la época de los 50 a los 80, donde se imponían las dictaduras militares, tampoco estamos en las réplicas de la contrainsurgencia, pues se cerró el ciclo de las guerras irregulares», anotó.

Iván Darío Ramírez, del Programa de Paz del Magdalena Centro, mencionó un estudio, realizado en diez países, que aborda por qué los niños van a conflictos armados. «Hay diez factores comunes en esos países: uno de ellos es que la respuesta a los problemas de violencia prevalente de los Estados es la represión, y eso ya ha mostrado su fracaso». En ese desencuentro con el Estado germinan «sociedades profundamente desiguales en temas de pobreza; expresiones microterritoriales en contextos urbanos, en comunas, etc… Esos actores de violencia que prevalecen casi que construyen Estados paralelos que terminan cuestionando a los gobiernos el monopolio de las armas, de la seguridad, el fiscal. Hay una relación directa entre drogas y armas». 

Es entonces cuando la construcción de confianzas se vuelve determinante. «Se necesita confianza para todos los problemas de transformación, y eso demora mucho en construirse, pero se necesita muy poca violencia para destruir la confianza que se ha logrado», precisó Sabine Kurtenbach. Es la incertidumbre argumentó la que hace que la gente opte por el «mal conocido», y prefiera mantener los problemas, las realidades, aunque indeseables, en lugar de arriesgarse al cambio. Sucede, por ejemplo, con la Paz Total que plantea el actual Gobierno de Colombia.

Por eso es importante la «construcción de acuerdos, no de consensos, porque estamos convencidos de que el consenso está en la dimensión utópica e inexistente», como aseguró Gabriel Murillo, de La Paz Querida. Y es que hay que recordar que «las hegemonías cambian al estar en disputa», como subrayó Álvaro Villarraga, del CNMH. Ante esto, construir relaciones sanas de convivencia y de confianza en su base será primordial.

«Creo que si admitimos que los pilares de los procesos de inserción o reinserción conllevan a cambios importantes, entenderíamos que eso supone acuerdos, convocatorias. Entiendo como una posibilidad el llegar a consensos, posibilidades concretas y situadas en cada caso, y habrá que verlo a nivel regional: políticas más allá del argumento sostenible, política de inclusión, de participación decisiva y a fondo», sostuvo Villarraga, antes de invitar a cambios en la administración de la OEA, o a la necesidad de una mayor profundidad de la Mercosur, así como la revisión general de otras instancias internacionales y regionales que permitan actuar de verdad.


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Exilio tras el estallido social: una investigación que busca el reconocimiento a las víctimas de la persecución

Exilio tras el estallido social: una investigación que busca el reconocimiento a las víctimas de la persecución

Exilio tras el estallido social: una investigación que busca el reconocimiento a las víctimas de la persecución

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CNMH

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Publicado

18 mayo 2023


Exilio tras el estallido social: una investigación que busca el reconocimiento a las víctimas de la persecución

  • El Centro Nacional de memoria Histórica avanza en una investigación de los hechos  y el exilio en el marco del Paro Nacional de 2021.
  • Los ponentes, Karmen Ramírez y Alirio Uribe, destacaron la importancia de reconocer el exilio como un hecho victimizante y manifestaron que no existen cifras sobre la cantidad de personas que huyeron del país tras el Paro.

«Yo exijo que se investiguen los hechos, que haya verdad, que haya reparación a las víctimas. Esta es una oportunidad de considerar el exilio como parte de las consecuencias de la protesta social».

Así lo consideró Jennifer Paola Villa, quien participó de manera virtual en una audiencia pública convocada por la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes el pasado 15 de mayo para tratar el tema del exilio tras el estallido social.

A la fecha no hay cifras sobre las personas que tuvieron que salir del país por persecución, ni de las víctimas generadas en el marco del estallido social, lo cual es una de las prioridades del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), que este año avanza en una investigación dedicada al tema, recordó María Gaitán, directora de la entidad.

La audiencia pública se dedicó a escuchar las voces de sindicalistas, pedagogos, padres que perdieron a sus hijos e incluso víctimas de trauma ocular.

“«Necesitamos evaluar un plan de trabajo que nos permita atender esta emergencia, a nivel internacional, de colombianos y colombianas que han tenido que salir huyendo del país», dijo la ponente Karmen Ramírez, representante a la Cámara por la curul en el exterior.

Algunas de las víctimas como Ramírez destacaron que una de las pocas cifras del fenómeno, provienen del CNMH.

«El Centro Nacional de Memoria Histórica es la única entidad que ha trabajado juiciosamente en recoger los nombres, las circunstancias, las fechas y las razones que los han llevado al exilio», precisó Gaitán durante su intervención. Ese esfuerzo sigue vigente.

La directora invitó a los presentes a compartir su historia con el CNMH, «no solo para mencionar cifras, sino también las situaciones específicas que están llevando a nuestros compatriotas del país por la enorme inseguridad».

Este llamado va de la mano con el objetivo de documentar las memorias de las resistencias y, en este caso, de la reconstrucción colectiva de la memoria del estallido social. Jóvenes, líderes y lideresas sociales, defensores de derechos humanos y sindicalistas fueron algunos de los que salieron a las calles buscando un cambio en Colombia en 2021.

Su voluntad de construir un país mejor fue escuchada; sin embargo, el estallido social que empezó un 28 de abril también conlleva una serie de eventos victimizantes como lo fue —y sigue siendo— el exilio tras el Paro Nacional, el cual ha sido invisibilizado.

«Ojalá pudiéramos documentar los casos de la gente que sale del país por temor, por las amenazas en su contra», manifestó el representante Arilio Uribe —quien también fue ponente del evento— y quien lamentó que no exista un diagnóstico claro acerca de la cantidad de personas que han dejado el país debido a la persecución.

De acuerdo con Alejandro Rodríguez, vocero de Temblores ONG. A pesar de que en su plataforma ¡Grita! quedaron registrados los casos de violaciones a derechos humanos durante las manifestaciones y vivieron «en carne propia las consecuencias del hostigamiento y las constantes amenazas», no tienen una radiografía completa del exilio.

Pese a que no se ha recopilado una cifra, Karmen Ramírez propuso hacer una solicitud a la Cancillería de Colombia para presentar un informe sobre lo que ocurrió en el marco de la protesta social. «Muchas personas que intervinieron lamentablemente no son reconocidas por estos hechos victimizantes», indicó e invitó a las organizaciones presentes —como el Centro Nacional de Memoria Histórica— a empezar un ejercicio de diagnóstico sobre la situación.


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Centro Nacional de Memoria Histórica Todas las memorias, todas

Centro Nacional de Memoria Histórica Todas las memorias, todas

Centro Nacional de Memoria Histórica  Todas las memorias, todas

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

17 mayo 2023


Centro Nacional de Memoria Histórica Todas las memorias, todas

  • El territorio habla y el Centro escucha. 
  • El CNMH le apuesta a la territorialización. 
  • TODAS LAS MEMORIAS TODAS, a lo largo y ancho del país, tendrán un lugar visible en Bogotá. 

Para lograr estos ambiciosos objetivos, es necesario contar con un equipo de colaboradores que estén comprometidos con las metas propuestas: «Es por esta razón que nos tomamos el tiempo necesario para encontrar a las personas clave para dichos propósitos», indica María Gaitán, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica. 

Por lo tanto, nos sentimos emocionados de anunciar la llegada de Edwin Arias Valencia a la Dirección del Museo de Memoria de Colombia, quien viene de dirigir con éxito y gran aceptación, por parte de colectivos y organizaciones de víctimas, el Museo Casa de la Memoria de la ciudad de Medellín.  

Es el primer director víctima del conflicto armado interno. Su llegada responde al mandato de la Ley 1448 de 2011, donde las víctimas son partícipes de su propia reparación. Edwin Arias es politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y, antes de dirigir la Casa de la Memoria de Medellín, asesoró procesos de paz en Ituango, su pueblo natal, y lideró proyectos en Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación.


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¿Por qué debería declararse el 28 de abril como Día Nacional de la Resistencia Popular?

¿Por qué debería declararse el 28 de abril como Día Nacional de la Resistencia Popular?

¿Por qué debería declararse el 28 de abril como Día Nacional de la Resistencia Popular?

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

16 mayo 2023


¿Por qué debería declararse el 28 de abril como Día Nacional de la Resistencia Popular?

  • Durante una audiencia pública realizada en la Cámara de Representantes, varias personas que participaron del estallido social de 2021 pidieron que se apruebe el Proyecto de Ley 055 de 2022 y que, con este, se reconozcan las memorias ciudadanas y populares de un paro nacional que partió la historia de Colombia.

“Somos una fuerza colectiva y estamos aquí en plural (…) En el estallido social de 2021 salimos a alimentar la protesta con nuestras ollas comunitarias, con música, pintura, grafiti, asambleas populares, huertas, bibliotecas itinerantes, picaditos de futbol (…) Con creatividad y amor, nos cuidamos colectivamente de esa fuerza policial criminal y desproporcionada que salió a sacarnos los ojos, a estallarnos los oídos y las narices y a abusar sexualmente de nosotras (…) Nada de esto quedará en el olvido”.

Estas son algunas de las palabras que Liliana Gómez -integrante del Espacio Humanitario ‘Al Calor de la Olla’, del Portal La Resistencia- compartió durante la audiencia pública del Proyecto de Ley 055 de 2022 por medio del cual se declara el 28 de abril como Día Nacional de la Resistencia Popular. La audiencia tuvo lugar el pasado 11 de mayo en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes. Allí, las representantes Carmen Ramírez Boscán y Mary Anne Andrea Perdomo, ponentes del proyecto de Ley, se dieron cita con numerosas personas que participaron del estallido social, con otros congresistas y algunos representantes de instituciones estatales que intercambiaron argumentos a favor de la propuesta.

Liliana Gómez -integrante del Espacio Humanitario ‘Al Calor de la Olla’, del Portal La Resistencia-
Liliana Gómez -integrante del Espacio Humanitario ‘Al Calor de la Olla’, del Portal La Resistencia-

 

Un estallido social en el que fue posible imaginar el porvenir

Durante la audiencia, líderes sociales, estudiantes, jóvenes, sindicalistas, periodistas populares, maestras y defensoras de derechos humanos recordaron el entusiasmo cultural, artístico y afectivo que movilizó y sostuvo el estallido. “La movilización social es y será siempre una fábrica de pensamiento, un espacio pedagógico donde podemos imaginar futuros posibles y un porvenir que se gesta desde las artes y la poesía”, recordó Sören Molano Cajamarca, antropóloga, documentalista del estallido y realizadora del documental ‘Dis-Paro: imágenes sonoras de un pueblo que habita la palabra, el canto y la lucha’.

Sören Molano Cajamarca, antropóloga y documentalista del estallido
Sören Molano Cajamarca, antropóloga y documentalista del estallido

 

Las memorias de la violencia y la brutalidad policial

El estallido del 2021 fue, según Lina Porras de la ONG Temblores, “un punto de quiebre en nuestro país” que posicionó demandas sociales acumuladas, propició el encuentro de múltiples ciudadanías y abrió espacio a la imaginación colectiva de otras posibilidades para Colombia. Sin embargo -señaló Porras durante la audiencia-, el paro “también nos mostró con crudeza la dimensión de la violencia estatal que se dirigió, con especial intensidad, hacia las poblaciones históricamente marginadas”.

Del 28 de abril al 20 de julio de 2021 -los meses más álgidos del estallido – la plataforma ‘Grita’ de la ONG Temblores registró, de acuerdo con Porras, al menos 5.340 hechos de violencia policial. De estos hechos, 103 fueron casos de heridas oculares, 40 fueron homicidios y 35 fueron casos de violencia sexual.  Estas violencias fueron constatadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, en la visita de trabajo que hizo a Colombia entre el 8 y el 10 de junio de 2021, observó el impacto que “la estigmatización tiene sobre los derechos humanos de las personas manifestantes” y expresó que entre las grandes preocupaciones de este estallido social figuran el uso desproporcionado de la fuerza, la violencia basada en género y la violencia étnico-racial en el marco de la protesta, la violencia contra periodistas, etc.

Lina Porras, miembro de Temblores ONG
Lina Porras, miembro de Temblores ONG

 

La necesidad de reivindicar las memorias de la resistencia

“Por todo esto hoy es fundamental hacer memoria sobre lo sucedido en el estallido”, dice Lina Porras. Ella y las demás intervinientes de la audiencia reconocen en el Proyecto de Ley 055 de 2022 la posibilidad de honrar la movilización creativa, la contundencia de la lucha social, la capacidad de resistencia comunitaria y las vidas y los ojos que se perdieron en el marco de las protestas sociales.

Lo que con este proyecto se reivindica -agregó Porras- es la importancia de construir otros sentidos sobre la movilización social que no estén atravesados por la estigmatización y el rechazo, “sino que la entiendan como una forma de participación clave en la construcción democrática de nuestro país”. Hacer memoria -añadió la investigadora- pasa también por construir y reconocer símbolos, por nombrar, resignificar y visibilizar los lugares de enunciación que dieron forma a esa movilización”.

Álvaro Villarraga Sarmiento, director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH
Álvaro Villarraga Sarmiento, director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH

 

Las propuestas CNMH de cara al Proyecto de Ley

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) estuvo en la audiencia pública y respaldó el Proyecto de Ley. “Hacemos énfasis en la necesidad del cumplimiento cabal de las 41 recomendaciones de la CIDH, en llevar a cabo las reformas en la fuerza policial, la disolución del ESMAD y en darle el lugar civilista que le corresponde a la Fuerza Pública”, afirmó Álvaro Villarraga Sarmiento, director técnico para la Construcción de la Memoria Histórica del CNMH

Villarraga se refirió a dos propuestas claves: por un lado, expresó que se considera pertinente incluir al CNMH como una de las instituciones que velará por el cumplimiento de esta Ley en caso de ser aprobada. “Todas las tareas de esta institución son coherentes y compatibles con las apuestas del Proyecto de Ley”, señaló Villarraga y contó que, desde finales de 2022, el CNMH avanza en un ejercicio investigativo sobre el estallido social en cinco lugares de Colombia.

Por otro lado, Villarraga propuso que al reconocimiento de Puerto Resistencia (Cali) como patrimonio material de la nación se sume el reconocimiento de otros lugares de memoria que surgieron en diferentes lugares de resistencia de distintas ciudades y municipios del país. Yerson González, integrante de los Colectivos de Educación Popular de la Localidad de Suba (Bogotá), concuerda con esta propuesta. En la audiencia, el joven recordó que, desde el estallido social, se han posicionado una serie de “símbolos urbanos” que deben legitimarse social e institucionalmente. “Hay puentes y calles que cambiaron de nombre durante las movilizaciones. En Bogotá, la Avenida Jiménez ahora se llama Avenida Misak, el Portal Américas ahora se llama Portal Resistencia y en Usme tenemos el Puente de la Dignidad. Esos lugares, al igual que nuestras luchas, merecen ser reconocidos, validados y ponderados como parte de la memoria histórica del país”. 


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Bojayá busca consolidar un lugar de memoria para los renacientes

Bojayá busca consolidar un lugar de memoria para los renacientes

Bojayá busca consolidar un lugar de memoria para los renacientes

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CNMH

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Habitantes de Bellavista durante una peregrinación, en el marco de la conmemoración de los 21 años de la masacre del 2 de mayo de 2002

Publicado

14 mayo 2023


Bojayá busca consolidar un lugar de memoria para los renacientes

En 2007,  los pobladores y  pobladoras de Bellavista —cabecera municipal de Bojayá (Chocó)— se trasladaron al “nuevo Bellavista”, un pueblo ubicado a dos kilómetros del asentamiento original que se construyó como una medida de reparación a los sobrevivientes del conflicto armado, quienes, cinco años atrás, habían vivido uno de los episodios más dolorosos de su historia: la masacre del 2 de mayo de 2002, en la que 79 personas murieron y decenas resultaron heridas como consecuencia de la explosión de un cilindro bomba que la guerrilla de las FARC-EP lanzó a la parroquia del pueblo durante una confrontación con los paramilitares.

“Nos trasladamos al nuevo Bellavista por varias razones”, cuenta José Valencia, líder del Comité de Víctimas de Bojayá. “Teníamos el problema de las constantes inundaciones con las crecidas del río Atrato, pero también, y sobre todo, la necesidad psicológica de salir del lugar donde tantas cosas nos pasaron y nos dolieron”, comenta.

No fue una mudanza fácil. Irse del lugar donde habían construido sus vidas, vivido sus historias, echado sus raíces y sembrado a sus muertos les causó una gran tristeza, pero trasladarse, para muchos, también suponía la posibilidad de un nuevo comienzo y de seguir transitando el camino del duelo y la recomposición social que la comunidad ha sabido caminar con valentía, organización y sentido ancestral de la resistencia.

“En ese proceso de reubicación siempre tuvimos claro que el viejo Bellavista no debía desaparecer y que no dejaríamos caer las ruinas que son símbolo de nuestra historia. Por eso, tomamos la decisión de que el antiguo pueblo sería nuestro lugar de memoria”, dice José.

El pasado 2 de mayo de 2023, decenas de personas asistieron al viejo Bellavista para recordar y honrar la memoria de sus muertos.
El pasado 2 de mayo de 2023, decenas de personas asistieron al viejo Bellavista para recordar y honrar la memoria de sus muertos.

 

La necesidad de habitar y de resignificar las ruinas

A pesar de los esfuerzos de la gente y de sus organizaciones por conservar las ruinas e impedir que se desmoronen, al viejo Bellavista se lo ha ido “comiendo el monte”. Por esto, líderes y lideresas comunitarias resaltan la urgente necesidad de intervenir el lugar de forma apropiada y exigen que, tal como lo dispone la Ley 2087 de 2021, el Estado colombiano, a través de sus instituciones, se comprometa con la consolidación del espacio que la comunidad llama “lugar de consciencia”.

José cuenta que la comunidad y sus líderes han tenido la oportunidad de conocer diferentes lugares de memoria en el país: “Encontramos que son sitios o edificios que se adaptan para conservar objetos, recuerdos, fotos y mensajes muy sentidos de lo que les ha ocurrido a las comunidades”, y agrega que en el caso de Bojayá hay una particularidad, pues “el sitio donde se pretende consolidar el lugar de la memoria es donde ocurrieron los hechos violentos”.

Esta es una parte de las ruinas de la escuela del viejo Bellavista
Esta es una parte de las ruinas de la escuela del viejo Bellavista

“Allí, en las ruinas de la escuela, de la cancha, del Palacio Municipal, de la Caja Agraria y, especialmente, en las de la parroquia, están las almas de nuestros familiares. En el piso de la iglesia, que es intocable e inmodificable, está la sangre de nuestros seres queridos. Por eso, tenemos una conexión tan fuerte con este lugar, que contiene nuestras memorias, pero también nuestros sentimientos y el espíritu de quienes la guerra nos quitó”, comenta José Valencia.

Integrantes del Comité por los Derechos de las Víctimas expresan que la comunidad de Bellavista quiere habitar estos espacios: visitarlos, cuidarlos, llenarlos de vida y nuevos sentidos. Pero para hacerlo, señala José, “es necesario conectar el antiguo pueblo con el nuevo”.

Actualmente la comunidad solo puede ir al viejo Bellavista por vía fluvial, lo que dificulta que lo visiten con frecuencia
Actualmente la comunidad solo puede ir al viejo Bellavista por vía fluvial, lo que dificulta que lo visiten con frecuencia

 

Un sendero para comunicar al nuevo y al viejo Bellavista

Aunque ambos lugares están cerca, actualmente, la comunidad solo puede pasar del nuevo al viejo Bellavista por vía fluvial, situación que, tal y como señalan algunos líderes comunitarios, ha dificultado el contacto y la interacción de la comunidad con el  antiguo asentamiento. En ese sentido, la comunidad propone que, como parte del lugar de memoria y consciencia, se construya un sendero que vincule a ambos pueblos.

“Este sendero no va a ser solo un camino que conecta dos lugares, sino que tendrá una línea de tiempo con nuestra historia, de tal forma que quien lo camine también irá transitando por nuestros relatos y visualizando los hechos más relevantes”, cuenta José, y explica que la comunidad espera que este camino también sea un lugar para “interactuar con la naturaleza, con la diversidad de aves de la región y con la selva, que también ha sido testigo del conflicto armado”.

De hecho, el Comité de Víctimas planea construir un vivero de plantas nativas para sembrar en el trayecto y en el caserío. “Lo que queremos proponerle al país es un ejercicio de memoria que salvaguarda la vida y que interactúa conscientemente con la naturaleza, especialmente con el río Atrato, que es nuestra columna vertebral”, anota José.

El río Atrato es concebido como la columna vertebral de la comunidad de Bojayá y de sus memorias
El río Atrato es concebido como la columna vertebral de la comunidad de Bojayá y de sus memorias

 

Paisajes de la memoria conectados con las selvas chocoanas

A diferencia de un museo, donde hay salas y recintos de exposición, el lugar de consciencia de Bojayá, estará constituido, según el Comité por los Derechos de las Víctimas, por “paisajes de la memoria”, en los que lugares como el mausoleo -donde hoy reposan los cuerpos de las víctimas-, el sitio donde inhumaron por primera vez a sus seres queridos asesinados y las ruinas del viejo pueblo conversan con los paisajes sonoros, visuales y sensitivos de las selvas chocoanas y sus aguas.

Esos paisajes, comenta José, contendrán unas narrativas artísticas a través de las cuales se tratará de relatar cómo fue la vida de la comunidad antes y durante el conflicto, y cómo se proyecta que será a futuro. “Hablaremos del dolor de la guerra, pero no nos quedaremos allí: en nuestro relato de memoria nos referiremos a nuestras formas de vida pacíficas, a los saberes tradicionales y a nuestra tradición de resistencia. Será, también, la memoria de la fuerza, la espiritualidad, la fraternidad y el amor de nuestro pueblo por el territorio”, dice el líder comunitario.

El sitio de consciencia recogerá las memorias ancestrales del pueblo bojayaseño.
El sitio de consciencia recogerá las memorias ancestrales del pueblo bojayaseño.

 

Un lugar para fomentar la cultura de paz

Este será un lugar de memoria para “la formación en la no violencia y en una cultura de paz”. Además, será un sitio en el que se recogerán y se narrarán las memorias ancestrales de la comunidad. Los relatos de este sitio no se limitarán a lo ocurrido en el marco de la masacre del 2002, o del devenir de la guerra en los últimos 30 años. De lo que se trata, explican los líderes del Comité, “es de darle valor y espacio al resto de nuestras memorias, que son ancestrales y, por tanto, anteceden y transcienden hechos como el de la masacre”.

Por último, líderes y lideresas del Comité por los Derechos de las Víctimas dicen que el lugar de consciencia de Bojayá será un espacio especialmente construido y dedicado a los y las renacientes del Chocó, de Colombia y del mundo, es decir, a los niños, niñas y adolescentes.

“La paz nace con nosotros, nace en estos territorios ancestrales y nace con los renacientes. Hoy, cuando conmemoramos 21 años de la masacre de Bojayá, no conmemoramos automáticamente el dolor. Lo que queremos es darle vuelta a la página, sanar esas heridas, y esas heridas las queremos transformar con proyectos de vida que nos permitan seguir cambiando esta realidad y construir páginas de alegría, de versos y poesía”, concluye Yuber Palacios, integrante del Comité por los Derechos de las víctimas de Bojayá.

Jóvenes de Bojayá presentan una obra de teatro durante la conmemoración de los 21 años de la masacre ocurrida el 2 de mayo de 2002.
Jóvenes de Bojayá presentan una obra de teatro durante la conmemoración de los 21 años de la masacre ocurrida el 2 de mayo de 2002.

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Lanzamiento San Carlos

Mujeres de San Carlos «cocinan» sus memorias y crean un recetario

Mujeres de San Carlos «cocinan» sus memorias y crean un recetario

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

13 mayo 2023


Mujeres de San Carlos «cocinan» sus memorias y crean un recetario

  • Treinta y siete lideresas de este municipio del Oriente antioqueño escribieron «Mujeres, saberes y sabores», un libro que recopila un breve contexto del conflicto en ese territorio, perfiles de algunas autoras y una compilación de platos que dejaron de cocinar durante el tiempo que estuvieron desplazadas forzosamente.
  • Esta semana hicieron la presentación pública de su libro, apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, en una jornada de lectura en voz alta, que incluyó la siembra de una planta de prontoalivio y la creación de un abono de las emociones.

 

Lanzamiento San Carlos

San Carlos, Antioquia, es un pueblito colorido que se ha levantado ante las dificultades entre remiendos y enmiendas, hilo y aguja, siembras y pájaros. Pero San Carlos es, sobre todo, un municipio que no se detiene. «Para la quietud no estamos», dice su gente. Sus mujeres, retornadas, resilientes, resistentes y repobladoras, han querido reconstruir, desde la reflexión colectiva y los saberes cotidianos, el tejido social de sus comunidades y familias en el marco del conflicto armado y la guerra en el territorio.

Fue así como treinta y siete de ellas, con el acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica, RedConciliar y la Casa Museo Comunitario CARE, desarrollaron un proceso de memoria en el casco urbano de San Carlos, en las veredas del corregimiento El Jordán, y en las veredas Palmichal y La Arenosa. Juntas escribieron un libro en el que reflexionan sobre sus experiencias y se reconocieron más allá de los hechos violentos que sufrieron, se enfocaron en la recuperación y dignificación de sus saberes tradicionales vinculados a la alimentación, la siembra y el tejido.

 

«Mujeres, saberes y sabores» recopila un breve contexto del conflicto en San Carlos, perfiles de algunas lideresas que abanderaron la iniciativa de memoria histórica y un recetario de platos que dejaron de cocinar durante el tiempo que estuvieron desplazadas forzosamente. 

Auxilio Quiceno, María Noralba Guarín, Aura María Jaramillo, María Salomé Londoño, Martha García, Gladis Quiceno, Luz Nidia Alzate, Janeth Mejía y Pastora Mira García escribieron en primera persona sus relatos, que invitan a considerar que el conocimiento no está solamente en los espacios académicos, sino que se encuentra en lugares diversos y se presenta y transmite de muchas formas, como la cocina. «Indagar por la relación entre memoria y comida es también la posibilidad de escudriñar en el saber popular por los elementos que permitan entender cómo el conflicto armado ha provocado afectaciones que han penetrado en asuntos cotidianos como la alimentación», nos dicen. 

En el libro, las mujeres sancarlitanas enseñan a sembrar la cebolla de rama, entregan el paso a paso para preparar el bizcocho de arriero y comparten los secretos de una buena caspiroleta, un alimento utilizado desde la antigüedad por su poder nutritivo y alimenticio, que se solía dar a las personas cuando estaban muy débiles, como a las mujeres que recién salían de trabajo de parto.

Esta semana, las lideresas presentaron públicamente su libro, en una jornada de lectura en voz alta que incluyó la siembra de una planta de prontoalivio y la creación de un abono de las emociones. Pastora Mira, una de las autoras, sabe bien que estos conocimientos, transmitidos por las abuelas de generación en generación, guardan los recuerdos más profundos, evocan momentos indelebles. «Para las mujeres del territorio venía siendo determinante la construcción de memoria a través de los recuerdos ancestrales, de la cocina: el lugar donde nuestras mujeres se acompañaban, se apoyaban. Al pie del fogón se contaron los secretos que se guardaron y se compartieron, las lágrimas que se enjugaron y que a raíz del conflicto, con todo esto abandonado, se dejó de consumir», narra.

Ahora, el lugar de las alegrías y tristezas, de las lágrimas y las sonrisas, es un libro abierto que comparten con los colombianos y colombianas para demostrar que la paz es eso que se vierte a diario en la paila, que se comparte en la mesa. La cocina, su memoria más antigua y sagrada, es un acto de amor: un acto de perdón y sanación.

 

Las 30 mujeres lideresas de San Carlos que escribieron el libro se reunieron, a lo largo de casi dos años, en talleres metodológicos y prácticos para trazar la línea de la publicación. El tejido, la siembra y la cocina son sus hilos conductores, con los que narran sus historias.


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Comienza el proceso de concertación para el desarrollo del Informe de Memoria Histórica sobre el Cesar

Comienza el proceso de concertación para el desarrollo del Informe de Memoria Histórica sobre el Cesar

Comienza el proceso de concertación para el desarrollo del Informe de Memoria Histórica sobre el Cesar

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

08 mayo 2023


Comienza el proceso de concertación para el desarrollo del Informe de Memoria Histórica sobre el Cesar

  • El director de Construcción de Memoria, Álvaro Villarraga, arribó a Valledupar junto con un equipo de investigadores para desarrollar una agenda de compromisos de cara al informe de memoria histórica sobre el Cesar, en un encuentro que es el primer acercamiento metodológico para el desarrollo del informe
  • El 8 de mayo, Villarraga sostuvo una reunión con Baluarte Campesino, una asociación con presencia en 14 municipios del Cesar, buscando su participación en la investigación y el informe
  • El 9 de mayo se adelantaron varios encuentros con sectores campesinos victimizados para escuchar sus sugerencias para la construcción del informe de memoria histórica sobre el Cesar, dentro de la estrategia denominada «Todas las memorias, todas», del CNMH

Los esfuerzos para construir la memoria histórica han llegado al Cesar. Un equipo de investigadores, junto con miembros de la Dirección de Construcción de Memoria, a cargo de su director, Álvaro Villarraga, ha estado en Valledupar para adelantar una agenda de compromisos con los campesinos del departamento.

«Hemos venido, desde la Dirección de Construcción de Memoria Histórica, a desarrollar una agenda de compromisos», indicó Villarraga. El primero de los acuerdos está relacionado con la asociación Baluarte Campesino, una organización con presencia en más de catorce municipios del Cesar, «que ha realizado no solamente asambleas, movilizaciones, sino que está en interlocución directa con el Gobierno nacional», agregó.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) reconoció durante la conversación con Baluarte Campesino la crisis humanitaria que afronta el departamento, los numerosos casos de procesos de tierras en demandas de restitución por parte de familias campesinas, y la situación de inseguridad que enfrentan por presiones de sectores del poder y de grupos armados ilegales.

 

Álvaro Villarraga destacó que, gracias al contacto previo con las personas de la región, lograron con seis de ellas una conversación más amplia. «Nos permitirá motivar y ganar su disposición para participar y para comprometerse a colaborar con el desarrollo del informe previsto por nuestra dirección en el Cesar», señaló el líder de la dirección.

 

La agenda de concertación con la comunidad

El 9 de mayo, los miembros del CNMH se reunieron de 8:00 a.m. a 12:00 p.m. con la Asamblea Campesina del Cesar por la Restitución de Tierras y el Buen Vivir. «Vamos a presentarles el diseño que se tiene del plan de este informe del Cesar para recibir sugerencias y para ofrecerles su participación en este trabajo», comentó el director previo al encuentro.

A las 2:00 p.m. se realizó una reunión en la sede de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) en la que participaron organizaciones de derechos humanos, organizaciones de víctimas, la Defensoría del Pueblo, la Personería de Valledupar, el CNMH, y la misma UBPD. En la congregación se socializó el diseño de la investigación de memoria histórica sobre el Cesar.

Álvaro Villarraga hizo énfasis en que el informe es de las comunidades y de las víctimas de la región, por lo que la reunión en la sede de la UBPD cuenta con las sugerencias que recibieron de la Asamblea Campesina del Cesar por la Restitución de Tierras y el Buen Vivir. «Nos ponemos al servicio también de las sugerencias de las informaciones que van a entregarnos en este tipo de conversaciones y luego a través de entrevistas, de taller y otras dinámicas que la metodología prevé para el desarrollo del informe».


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