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La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Noticia

Autor

Carlos Prieto.-
Carmen de Bolívar

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Jul 2015


La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Familiares de víctimas y sobrevivientes de explosiones de minas antipersonal, al igual que víctimas militares y de grupos armados tendrán voz en el nuevo informe que el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Fundación Prolongar adelantan sobre el tema de minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra en Colombia.

Carlos no era combatiente, no hacía parte de ningún grupo armado, sin embargo el 25 de febrero del 2006 se convirtió en víctima en un conflicto que no eligió. Como lo hacía regularmente, en la mañana de ese sábado salió a esperar el campero que lo llevaría desde la sierra de Venado hacia el Carmen de Bolívar para comprar víveres. Estaba con su hermano -quien minutos después sería fundamental para que Carlos pudiera contar su historia- y en esos pocos pasos que daba para llegar a la carretera pisó una mina antipersonal. Una fuerte explosión se escuchó primero, luego una nube de polvo, tierras y hojas lo rodeo. Perdió una pierna de manera instantánea y la otra quedó gravemente lesionada. “Con la ayuda de Dios mi hermano me hizo un torniquete con la camisa y logró parar la fuerte hemorragia” recuerda Carlos. Tal vez Dios, tal vez el destino, tal vez el azar, tal vez todo conspiró a su favor y el campero que esperaba pasó a los pocos minutos de la explosión.  Fue trasladado a un punto militar cercano y de allí fue llevado en helicóptero hasta el Carmen de Bolívar.

Sin embargo, ante la gravedad de las heridas fue trasladado nuevamente a Cartagena y en la capital de Bolívar fue atendido en el hospital de Boca Grande. Luego de 42 días de tratamiento, Carlos logró sobrevivir a una mina antipersonal.

Nueve años después de ese día que le cambió la vida, Carlos llegó caminando al encuentro que se realizó el pasado 4 de julio en el Carmen de Bolívar con 40 familiares de víctimas, sobrevivientes, líderes sociales y de organizaciones de víctimas de la región de los Montes de María para hablar de una problemática que, según los últimos datos del Registro Único de Víctimas, en Colombia ha dejado 13.000 víctimas.

Carlos pudo contar su historia, sus momentos difíciles y su recuperación. Otros, lamentablemente, recordaron a sus esposos, hermanos, hijos y familiares que perdieron la vida al pisar una mina antipersonal. Todos, sin embargo, aportaron su experiencia, dudas y comentarios acerca de las minas antipersonal, testimonios que harán parte del trabajo de campo para nutrir el informe nacional sobre minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra que adelanta el CNMH.

“Este encuentro nos permitió identificar algunas personas para tener reuniones y entrevistas durante todo el 2015, año en que se continuará en este trabajo de campo con talleres de memoria, entrevistas, grupos focales y revisión documental, pues esta investigación sobre minas antipersonal tendrá una mirada tanto cuantitativa como cualitativa” expresa Nayibe Sánchez, encargada de Enfoques Diferenciales de Discapacidad del CNMH.

La investigación, que se adelanta de la mano de la Fundación Prolongar, tendrá en cuenta las voces de civiles, militares y miembros de grupos armados que también fueron víctimas de una mina antipersonal. Además, el informe se elaborará con un enfoque diferencial de género y etnia en regiones gravemente afectadas por este material explosivo como lo son Antioquia, Meta, Cauca, Norte de Santander, Nariño y los Montes de María.

Y es que en Colombia, según el documento de la política nacional de acción integral contra minas antipersonal, munición sin explotar y artefactos explosivos improvisados, el 63% de los municipios del país tiene algún tipo de contaminación con material explosivo y en el 43% de los municipios se ha registrado algunas víctimas. A pesar de estas cifras y de que Colombia ocupa el segundo lugar en el mundo en número de víctimas de minas antipersonal, hasta el momento la problemática no había sido estudiada desde la perspectiva de memoria.

“El universo de víctimas de minas antipersonal es poco visibilizado frente a otros hechos victimizantes y a pesar de los miles de casos, este hecho en específico no se había trabajado desde la memoria histórica. Estos encuentros nos han permitido tener un intercambio con todas las víctimas, combatientes o no, y todo el equipo investigador ha conocido más del tema de las voces de los mismos afectados, de su enfoque de memoria y las medidas de satisfacción que piden”.

Con la entrega de una planta, como elemento simbólico de sembrar vida y quitarle un lugar a una nueva mina antipersonal, terminó este encuentro de memoria histórica en el Carmen de Bolívar. En Colombia, según Acción Contra Minas se han registrado, desde 1990, 11.140 víctimas de minas antipersonal, de ellas 6.870 son víctimas de la Fuerza Pública y 4.270 son víctimas civiles.

 


Minas Antipersonales, Que escuchen mi voz, Víctimas

Los veinte años de resistencia de Afavit

Noticia

Autor

Viviana Pineda.

Fotografía

María Paula Durán para el CNMH.

Publicado

08 Jul 2015


Los veinte años de resistencia de Afavit

Empezaron de la mano del padre Javier Giraldo, con reuniones y en medio de una masacre que no ha parado, sin embargo, hoy Afavit es la suma de muchos esfuerzos, de muchas voluntades que se unieron en un grito de ‘nunca más’.  


Veinte años después de que Afavit obtuviera su personería jurídica como la Asociación de familiares de víctimas de los hechos violentos de Trujillo [Ver informe de investigación: Trujillo, una tragedia que no cesa], Valle del Cauca, no hay una versión unificada de cómo comenzaron. Según unos, iniciaron en una reunión en el municipio de Buga, tratando de encontrar un espacio lejos de los violentos que rondaban al pueblo. Acorde con otros, empezaron en el salón parroquial a la vista de los victimarios, que para ese momento no habían sido identificados y se camuflaban en la vida cotidiana de la población. Otras versiones dicen que comenzaron en reuniones clandestinas en diferentes casas para no ser identificados.

Sin embargo, todas las versiones empiezan con un nombre: el del padre Javier Giraldo. En 1990, el sacerdote jesuita lideraba la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, en ese entonces una naciente entidad defensora de los derechos humanos conformada por creyentes de diferentes confesiones religiosas cristianas.   

Giraldo llegó a esta población del Norte del Valle del Cauca luego de enterarse del macabro asesinato de quien fuera por cinco años el párroco de Trujillo, Tiberio Fernández Mafla. “Yo lo había conocido, vivimos en el mismo sitio cuando estudiábamos teología en Bogotá, también lo conocía del Instituto Mayor Campesino o Universidad Campesina, dónde era un destacado líder. Yo estuve en su ordenación, que fue en Tuluá”, recuerda Giraldo.

Sin muchas pistas de dónde encontrar información, el sacerdote llegó a pocos días del crimen a la iglesia del pueblo, donde halló a Doris Osorio, la secretaria del padre Tiberio y quien se convertiría en su aliada incondicional. Era ella quien recibía a los trujillenses que llegaban a pedir ayuda cuando se les desaparecía un familiar, era ella quien sabía de los cuerpos mutilados que habían empezado a aparecer y que el padre Diego Villegas (auxiliar de Tiberio) recogía Cauca abajo con la Defensa Civil, era ella la que conocía de la cacería de brujas en contra de los líderes que habían organizado una marcha desde las veredas para exigir que les arreglaran las carreteras.

Doris conocía a las víctimas de la masacre de Trujillo. Hospedó al padre Giraldo en su casa y lo ayudó a contactar, uno a uno, a los familiares para que dieran sus testimonios y se pudiera denunciar formalmente todo lo que estaba pasando. “Los padres Tiberio y Diego ya habían recogido alguna información, yo junté todo y lo llevé a la Procuraduría y a la Dirección Nacional de instrucción criminal (en ese entonces no existía la Fiscalía). Sin embargo, los culpables fueron absueltos rápidamente.”, afirma el padre Giraldo.

Todo esto, lo hacía bajo unos riesgos enormes, “Una vez por media hora no me cogieron los paramilitares. Esa noche balearon a un muchacho que me había ayudado a contactar a las familias”, recuerda 25 años después.

El nacimiento de Afavit

Pero pese al inminente peligro, las gestiones del padre Giraldo permitieron que las víctimas se conocieran entre ellas y tomaran consciencia de la necesidad de trabajar juntas. “El padre empezó a venir con Asfaddes (Asociación de familiares de detenidos desaparecidos) y a hablarnos de la importancia de que nos organizáramos y así lo hicimos, especialmente cuando salió el concepto de la Comisión Interamericana, para lo que necesitábamos ser una sola fuerza para dialogar con el Estado”, recuerda Esmeralda Marín, quién fue una de la primeras presidentas de Afavit y quien perdió al padre de sus hijos en la masacre.

Y es que después del fracaso en la justicia nacional, el padre Giraldo junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (en cabeza del abogado Eduardo Carreño) llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde se logró una solución amistosa con el Estado Colombiano en 1995 (en ese año Afavit se formalizó con una personería jurídica).

“Para que el Colectivo de abogados pudiera representar a las víctimas se necesitan unos poderes. Yo los hacía a escondidas en la casa cural. Allá nos daban las dos y tres de la mañana, mientras mi hija se quedaba dormida en una banca de la iglesia esperándome”, recuerda Doris Osorio.

El acuerdo con el Estado colombiano contempló varias medidas de reparación a las víctimas, muchas de las cuáles no se cumplieron por actos de corrupción estatal que todavía hoy están bajo investigación. Entre estas se ordenó la construcción de un monumento, y entre las primeras decisiones que tomó Afavit, fue que éste, más que un monumento fuera un parque.

Entre todos buscaron el terreno más propicio para la estructura, hasta que una señal les mostró cuál debería ser el sitio elegido. “Nos encontramos con este par de guamos que crecían abrazados y los vimos como un símbolo del abrazo fraterno que necesitaba Trujillo”, recordó el padre Giraldo en la peregrinación del pasado 13 de junio. Estos dos árboles que se abrazan serían incorporados en el logo de Afavit.

Hoy el Parque monumento de Trujillo, diseñado por el arquitecto Santiago Camargo, es un referente de memoria para el país, y cada espacio ha sido dotado de significado a lo largo de los años.

Allí se reúne el grupo infantil Jimmy García Peña (llamado así en honor a un niño de 18 meses decapitado junto a su familia) en el salón ‘Hermanos Mayorga’, que tiene ese nombre para recordar a los siete hermanos de una misma familia que fueron asesinados. El parque alberga la exposición ‘Madres del silencio’ del artista Juan David Galves, así como el registro del performance ‘Magdalenas por el Cauca’ de Rodrigo Grajales. La artista Adriana Lalinde esculpió los osarios de las víctimas de la masacre y el kurdo Hoshyar Rashee construyó el ‘Muro de la sombra del amor’. El parque también cuenta con el jardín de Alba Mery Chilito, quien fuera una de las matriarcas de Afavit y que fue asesinada en 2013 en extrañas circunstancias.

Los acompañantes

Pero con la creación de Afavit empezaron las amenazas y no han parado desde entonces, como lo cuenta Esmeralda Marín. “Yo quedé como presidenta luego de que la persona que tenía el cargo tuviera que salir del país por amenazas. A mí también me intimidaban y me tuvieron que poner escolta. Me ofrecieron irme exiliada pero yo no quise dejar a mi familia”, dice.

En ese contexto llegaron Carlos Ulloa, Stela, su esposa y su hijo Jerónimo, alrededor del año 1996, bajo la figura de ‘acompañantes’, enviados por la comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Andaban en un Jeep destartalado modelo 54 visitando a las víctimas por todo el municipio, les dictaban clases de Tai chi y de meditación, hacían talleres de mimos, de pintura y teatro.

“Lo que pasó aquí fue muy un golpe muy duro. Se cortaron muchas puntas en el tejido social. Mataron al que jugaba mejor fútbol, al serenatero, al sombrerero, al que recogía la leche… despuntaron a toda la sociedad por todo lado”, recuerda Ulloa, y agrega, “cuando llegamos la gente no podía decir ni siquiera que eran familiares de víctimas. Vinimos a prestar este instrumento para que nos lo llenaran de lágrimas y mocos”, dice mientras se señala el hombro.

Sin embargo, solo pudieron estar allí menos de dos años porque también fueron amenazados. Fueron reemplazados por otras personas que también llegaron a poner su granito de arena como la hermana Maritze Trigos y Teresita Cano, que hasta hoy han estado acompañando el proceso de Afavit. Ellas y las nuevas directivas de la organización han continuado con el trabajo de memoria y resistencia que emprendió el padre Giraldo hace 25 años.

La cadena de esfuerzos y voluntades en esta tarea no se detiene y el futuro de esta organización pareciera estar en manos del grupo de niños y jóvenes que han empezado a vincularse al proceso y que deberán sumarse a ese grupo de sacerdotes, abogados, arquitectos, artistas, religiosas, amas de casa, campesinas y secretarias que arriesgaron su vida para que la verdad de Trujillo saliera a flote, y para que Afavit hoy sea un ejemplo nacional e internacionalmente. 

 

Publicado en Noticias CNMH



Resistencia, Trujillo, Víctimas

The Search

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Jul 2015


The Search

El cine ha transitado por numerosos lugares, su recorrido casi siempre deja en evidencia muchos de los espacios en común que comparten los efectos devastadores de la guerra. The Search, el film recomendado de esta semana en Cine+Memoria, del Director Hazanavicius conocido por The Artist, ocupa esos lugares retratando la II Guerra de Chechenia desde el desplazamiento, la intolerancia religiosa, el adoctrinamiento militar  y la voz silenciosa del otro.

Cuatro impactos comunes de la guerra, que en el lente de Hazanavicius, se entrelazan y se transforman en un relato humano generacional, con alto contenido político y que incita a la reflexión sobre la importancia de no perpetuar los modelos imperceptibles de producción de fuerzas de guerra.

Sin embargo, no solo estas fuerzas sobresalen en The Search, también lo hace -y de forma excepcional- el retrato sobre la grandeza humana en acciones de resistencia, compasión, fraternidad y lucha por hacer visible lo que otros solo conciben como parte colateral de una historia de violencia.

Por estas razones hoy recomendamos The Search, film francés que explora el poder del lenguaje cinematográfico como vehículo de memoria y reivindicaciones que nos deja entrever la importancia de la presencia de organizaciones de investigación autónomas en los territorios en disputa, como medida de garantía para el conocimiento de las consecuencias de la guerra.

– ¿Estamos creando futuros combatientes?
– No lo sé
– Cada uno tiene la capacidad de formar su propio destino
 Aparte de diálogo. The Search.

 

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Guerra, Víctimas

Avanza en firme el proceso de paz

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

12 Jul 2015


Avanza en firme el proceso de paz

El Gobierno y las Farc, al término del ciclo 39 en La Habana, decidieron agilizar las condiciones para la puesta en marcha del cese el fuego y hostilidades, bilateral y definitivo (punto 3 de la agenda). 

Y en ese sentido, el Gobierno pondrá en marcha un proceso de desescalamiento de las acciones militares a partir del 20 de julio del presente año “en correspondencia con la suspensión de acciones ofensivas por parte de las Farc”.

En el comunicado leído el pasado domingo en La Habana, por parte de los delegados de los países garantes, Cuba y Noruega, las partes también indicaron que cambiaron la metodología para llegar al Acuerdo Final, por un trabajo técnico, continuo y simultáneo sobre los puntos centrales de la agenda. “Para ello definimos un plan con metas preestablecidas”, dice el comunicado.

Estas son:  acordar los términos del cese al fuego definitivo y el sistema de monitoreo y verificación. “Para ello, las delegaciones solicitarán el acompañamiento en  la subcomisión técnica de un delegado del Secretario General de Naciones Unidas y un delegado de la presidencia de UNASUR (actualmente Uruguay), con el fin de que contribuya a poner en marcha la discusión sobre el sistema de monitoreo y verificación y a preparar desde ahora su implementación, sin perjuicio de la decisión de las delegaciones sobre la participación en el futuro, en el sistema de monitoreo y verificación, de otras organizaciones o países”.

Descargue el comunicado completo.

“Realmente la paz es posible”

Los acuerdos logrados este fin de semana en la mesa de negociación de paz en La Habana para iniciar el desescalamiento del conflicto permitirán “bajar la intensidad de la confrontación, crear una ambiente de confianza entre las partes y buscar un mayor apoyo de los colombianos de que realmente la paz es posible”Así lo aclararon el jefe de la delegación del Gobierno, Humberto de la Calle, y el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, al detallar que llegar al cese al fuego bilateral y definitivo corresponderá a una etapa posterior que hace parte de la agilización del acuerdo de paz.

En una rueda de prensa los funcionarios dieron claridad sobre los acuerdos logrados en el ciclo 39 en la que diferenciaron el desescalamiento de la confrontación y el cese el fuego.

El desescalamiento es una serie de gestos progresivos que buscan bajar el nivel a la confrontación para que en los territorios se ambiente el fin del conflicto; el cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo supone reglas claras y una verificación que constate que es definitivo. 

“Ahora, si las partes consideran que están listas para entrar al cese definitivo, pues cada quien en su momento tomará esa decisión. Pero eso es muy distinto al desescalamiento. Lo que no está dispuesto a hacer el Gobierno es entrar a en una especie de cese bilateral prematuro y chambón que nos va a llevar a experiencias nefastas del pasado”, dijo Sergio Jaramillo.

Este período de desescalamiento se analizará durante los próximos cuatro meses con el fin de determinar las posibilidades de un acuerdo definitivo, si lo que falta por acordar es viable, dijo de la Calle.

“No es que sea irreversible aún el proceso. Vamos a intensificar el trabajo para esclarecer los límites de ambas partes en la Mesa y las reales posibilidades de un acuerdo (…) el Presidente lo ha dicho mil veces, la paciencia se agota. Tenemos que tener rápidamente decisiones, a los colombianos hay que decirle que no deben que tenerle miedo a la paz, pero a las Farc también: no hay que tenerle miedo a la paz”.

Para el seguimiento del cese al fuego, las partes crearon una sub comisión técnica integrada por un delegado del Secretario General de Naciones Unidas y uno de Uruguay (Presidente protémpore de Unasur), quienes ya fueron contactados. Es posible que luego de su implementación se inviten a otros países u organizaciones, agregaron. Este mecanismo permitirá no cometer errores del pasado en el que las comisiones de seguimiento y verificación no tenían herramientas para actuar.

 


Acuerdos de Paz, Paz, Proceso de Paz

Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Jul 2015


Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

Con más de 100 firmas de arquitectura, el pasado 19 de junio de 2015 se cerró el periodo de inscripción para participar en el Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de Memoria, proyecto de interés nacional que se construirá en Bogotá.


Se recibieron 109 sobres de aplicaciones, convirtiéndose en uno de los mayores concursos de arquitectura realizados en Colombia, según informó la arquitecta Claudia León, coordinadora de Concursos de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), regional Bogotá: “Durante más de 50 años realizando concursos públicos de arquitectura en el país, por primera vez recibimos más de 100 inscritos, en la SCA estamos complacidos con el interés que ha despertado este concurso de anteproyecto para el Museo Nacional de Memoria, esperamos grandes propuestas, sin lugar a dudas es una oportunidad única para profesionales de la arquitectura, a nivel nacional e internacional”.

En los inscritos se encuentran grandes firmas de arquitectura colombianas y extranjeras: México, Chile, Brasil, Estados Unidos, España, Austria, Francia, Alemania, Reino Unido, son algunos de los países de donde provienen las propuestas.

Dentro de las actividades del concurso ya desarrolladas se cuenta con la publicación de las  pre-bases el 9 de abril de 2015 y las bases finales el 27 de mayo de 2015, la visita al predio y la posterior Audiencia Pública de Aclaración de Bases, Solo resta el proceso de selección y proclamación del ganador.

Proceso de Selección

Las firmas inscritas tendrán hasta el 29 de julio para enviar sus propuestas finales a la SCA. A partir de esa fecha, comenzará el proceso de juzgamiento que terminará con la proclamación del ganador el próximo 13 de agosto de 2015.

El jurado está compuesto por los reconocidos arquitectos Juan Pablo OrtizClemencia EscallónMauricio PinillaMario Figueroa y Efraín Riaño, quienes seleccionarán el proyecto ganador. El equipo de jurados cuenta con amplia experiencia en diseño arquitectónico, urbanismo, bioclimática, museografía y diseño de archivos. Además contarán con el acompañamiento de un Comité Asesor conformado en su mayor parte por investigadores y directivos del CNMH quienes han participado desde 2012 en la construcción social del museo con víctimas, organizaciones de derechos humanos y otros sectores de la sociedad civil, voces activas en la caracterización de los sentidos y los espacios del Museo Nacional de la Memoria.

 


Arquitectura, Museo Nacional de la Memoria

Tres robles: violencia y resistencia en la U. de Córdoba

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Lina Pinzón.

Publicado

13 Jul 2015


Tres robles: violencia y resistencia en la U. de Córdoba

El Grupo de Reparaciones Colectivas del Centro Nacional de Memoria Histórica desde el 2013 ha venido trabajado en conjunto con la Universidad de Córdoba, en la reconstrucción de memoria histórica de lo sucedido en esta institución educativa a mano de grupos paramilitares.


El Grupo Regional de Memoria Histórica de la Universidad de Córdoba en Montería, está conformado por estudiantes, profesores y empleados de la universidad que se han venido capacitando en temas relacionados a la construcción de memoria, para ser ellos quienes cuenten lo que ocurrió en este recinto educativo durante los años más álgidos del paramilitarismo que vivió la región. Dentro de este proceso han sido muchas las historias escuchadas y los temas trabajados pues, en su mayoría, quienes hacen parte del grupo fueron víctimas y vivieron la violencia en la institución.

A este período de violencia lo llaman “la toma a sangre y fuego de los paramilitares”, debido a los distintos hechos de violación de derechos humanos que cometieron las autodefensas durante la época de su predominio en la zona: asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos y amenazas, además de cambios en las relaciones académicas y sociales de la comunidad universitaria. Además, esta toma no fue solamente a través de acciones violentas, pues los paramilitares lograron controlar los recursos públicos y en general las dinámicas sociales de la universidad desde adentro, por medio del nombramiento como rector de Claudio Sánchez, desde 2002 hasta el 2008, cuando fue capturado por el CTI debido a sus presuntos nexos con grupos paramilitares, sin embargo, actualmente se encuentra prófugo de la justicia. Sus presuntos vínculos con los grupos paramilitares fueron reafirmados por Salvatore Mancuso en versiones libres

Los cambios sociales se generaron tras un proceso de estigmatización y violencia selectiva en la Universidad (período 1987-2000), y continuó con la toma a partir de los estamentos y las cátedras de la universidad, al respecto una de las víctimas narra: “en esa época primero empezó la violencia contra los estudiantes, trabajadores y empleados, asesinatos, desplazamientos… y después nos quitaron las convenciones colectivas y nuestros derechos”.

La reconstrucción de esta historia es lo que el Grupo Regional de Memoria Histórica está trabajando a través de la construcción de un informe y de piezas comunicativas, para poder enseñar a la comunidad universitaria, al país y al mundo entero la manera en que la Universidad de Córdoba fue cooptada.

Uno de las tantos relatos es el de tres agrónomos que fueron desaparecidos y asesinados por los grupos paramilitares, una historia que marcó a la comunidad universitaria y que detonó en la desintegración de los movimientos estudiantiles que aun existían, según el relato de uno de los estudiantes de la época: “tras la muerte de los tres agrónomos se intensificaron las amenazas y tuvimos que desplazarnos por nuestra seguridad”.

Los tres agrónomos trabajaban en la aplicación de la encuesta sobre ruralidad realizada por el DANE en 1997, se encontraban en el municipio de Puerto Libertador en Córdoba, cuando fueron abordados por paramilitares y asesinados. Sus familiares los creyeron secuestrados y luego desaparecidos por más de un año cuando en extrañas circunstancias fueron encontrados sus cuerpos y verificadas sus identidades. Hace poco en versión libre el exparamilitar Salvatore Mancuso aceptó la responsabilidad sobre la muerte de los tres agrónomos de la Universidad de Córdoba, diciendo que fueron confundidos con informantes de la guerrilla en la zona.

De la misma manera ocurrió con la desaparición de varios líderes estudiantiles, lo que llevó al movimiento estudiantil de la época- con apoyo de la Universidad y de los familiares de las víctimas- a realizar marchas protestando por la pérdida de los estudiantes y reivindicando la necesidad de dejar por fuera de la guerra a la sociedad en general.

Además de estas protestas, en un acto simbólico de resistencia y tras haber encontrado los cuerpos de las víctimas, realizaron la siembra de tres árboles de roble que representan los agrónomos asesinados, la resistencia de su memoria y las luchas realizadas a pesar de los hechos sucedidos. La idea de los miembros del movimiento estudiantil era poner una placa conmemorativa frente a los árboles, sin embargo, varias amenazas y persecuciones hicieron que los líderes tuvieran que desplazarse y dejar de lado las acciones referentes al movimiento estudiantil, razón por la cual hoy en día no existe dicha placa.

Actualmente el Grupo Regional de Memoria Histórica se encuentra realizando varios perfiles biográficos sobre las víctimas y unas crónicas sobre los hechos que marcaron a la Universidad. Además, en el marco del trabajo de implementación de medidas de reparación colectiva, se realiza la construcción conjunta del diseño de la placa conmemorativa para que ésta sea finalmente puesta frente a los árboles de roble, esperando con esto contribuir a la construcción de memoria colectiva que dignifique a las víctimas y que fortalezca la construcción de una identidad sin ningún tipo de estigmatización en la Universidad de Córdoba. 

 


Córdoba, Educación, Resistencia, Universidades, Violencia

Medellín conversó sobre su ¡Basta Ya!

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Autor

Tatiana Peláez

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Jul 2015


Medellín conversó sobre su ¡Basta Ya!

Cerca de 250 personas asistieron el pasado 10 de julio en el Museo Casa de la Memoria de Medellín al evento de presentación del proyecto Medellín, ¡Basta Ya!, una iniciativa de la Alcaldía de Medellín y Corporación Región apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Ministerio del Interior.


A las 3:30 p.m. inició al evento con la intervención del vicealcalde Luis Fernando Suárez, quien inició disculpando la ausencia del Ministro de Justicia y del Ministro del Interior. Posteriormente recalcó que Medellín, a pesar de sufrir durante años una de las violencias más abrumadoras, ha sido capaz de entender que sí es posible superar las dificultades. “Para seguir avanzando y soñando necesitamos saber qué pasó y es eso lo que nos convoca hoy aquí”, señaló.

Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, destacó tres puntos claves sobre el sentido de esta investigación que se encuentra hoy en el desarrollo de la primera fase: es un reconocimiento de una ciudad como víctima, pero también de su resignificación; es un reconocimiento a las organizaciones sociales, de víctimas y de derechos humanos que han realizado una labor impresionante. Y es un reconocimiento a la institucionalidad local por impulsar y tomar la delantera para propiciar espacios de reconstrucción de memoria. Además, señaló la importancia que tiene esta investigación para conocer la complejidad del conflicto ocurrido en Medellín, pues “cuando se conoce la complejidad del conflicto se rompe con la simplicidad de las soluciones”.

Luego se dio paso a un conversatorio que lideró Daniel Botero, de Corporación Región. Allí Fabiola Lalinde narró desde su experiencia personal, a raíz del desaparecimiento forzado de su hijo Luis Fernando Lalinde, las formas como la violencia y el conflicto armado ha golpeado a miles de familias paisas.

Marta Inés Villa, directora de Corporación Región y coordinadora de esta investigación, explicó que en esta primera fase del proyecto, que irá hasta diciembre, se pretende lograr un acercamiento a los relatos y memorias de la población para poder vislumbrar qué es lo que ya se sabe del tema en la ciudad. Esto se debe a que el proyecto no inicia desde cero, explicó, pues Medellín ya cuenta con un acumulado importante de información y conocimiento. El próximo año, en una segunda fase, el objetivo será identificar aquellos hitos de memoria en la ciudad en términos de conflicto armado y relatarlos.

Lucía Gonzalez, directora del Museo Casa de la Memoria, insistió en la importancia de hacer memoria en medio del conflicto. “Las víctimas con sus relatos nos salvan. Advierten que ese dolor no se puede volver a repetir más. No es posible continuar de la misma manera y es necesario decir ¡Basta Ya!”, afirmó.  Además, señaló que en el informe que resulte de esta investigación no se va a contar la historia, sino que será un relato que deberá seguir enriqueciéndose en el tiempo.

Finalmente, Rafael Grasa, miembro del Comité Asesor que acompañará esta investigación, habló sobre las cosas que deben pedirse y esperarse de un ¡Basta Ya!: “reconocibilidad” y reconocimiento; dignificación; construir polifonía de narrativas y relatos; ser un elemento de garantía de no repetición y ser un mecanismo para crear políticas públicas y privadas de construcción de paz.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Medellín, Violencia

Carta a una sombra

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Jul 2015


Carta a una sombra

“Es una de las paradojas más tristes de mi vida: casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme, y esto no es otra cosa que la carta a una sombra”. Héctor Abad Faciolince.


El 25 de agosto de 1987 en Medellín, el médico, ensayista y político antioqueño Héctor Abad Gómez es asesinado. Su familia, en una de esas escenas crudas que ha dejado tantos años de violencia en Colombia, rodea su cuerpo sin vida y entre llanto y desesperación trata de buscar una explicación.

28 años después, en el documental “Carta a una sombra”, la escena se repite. Aunque esta vez su familia se reúne para recordar la vida y memoria del esposo y padre que tanto les enseñó sobre la vida, los valores y los derechos humanos.

Dirigido por Daniela Abad –su nieta- y Miguel Salazar, Carta a una Sombra hace un recorrido por la vida de Héctor Abad Gómez a través de los testimonios de su familia y amigos cercanos, como el recientemente fallecido Carlos Gaviria. “De mi papá aprendí algo que los asesinos no saben hacer. A poner en palabras la verdad para que esta dure más que su mentira” recuerda en el film Héctor Abad Faciolince, su único hijo hombre.

Inspirado en el libro El olvido que seremos, Carta a una Sombra es nuestro recomendado de esta semana en Cine + Memoria.

“No he querido nunca la violencia, soy un médico. Quiero la vida, quiero la salud y por lo tanto los derechos humanos, la libertad, la justicia y la paz”. Héctor Abad Gómez.


Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Conflicto, Medellín, Olvido

Memoria y verdad de las mujeres en Colombia

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Autor

CNMH

Fotografía

Gabriel Corredor.

Publicado

17 Jul 2015


Memoria y verdad de las mujeres en Colombia

Mientras Lars Ole Vaagen, embajador de Noruega, reconocía la importancia de la decisión de las Farc para iniciar un nuevo periodo de cese al fuego unilateral a partir del 20 de julio, Nurys Angulo, una afrocolombiana llegada desde Tumaco a la capital colombiana, cantaba para recordar a las víctimas que el conflicto armado ha dejado en la Perla del Pacífico. De esta manera inició el foro Memoria Histórica y Verdad de las Mujeres en Colombia, realizado en la Universidad Javeriana el pasado 8 de julio.

“La memoria se construye, no se recupera, pues no es algo que ya esté hecho. Se construye con preguntas, buscando respuestas al por qué de lo sucedido” Con estas palabras comenzó su intervención Pura Sánchez, investigadora invitada desde España y quien se ha dedicado a estudiar la represión durante la guerra civil española en 1936 y la dictadura franquista, periodo en el que según la Plataforma de Víctimas de Desapariciones Forzadas por el Franquismo, fueron desaparecidas 140.000 personas.

Martha Nubia Bello, mujer que tiene a cargo el reto de dirigir el Museo Nacional de la Memoria, continuó el panel. “La memoria debe ser entendida como elemento de resistencia, justicia, legado y duelo”, además agregó: “este Museo debe ser un espacio para que todos reaccionemos y nos indignemos, nos horroricemos y nos hastiemos de una guerra que se ha extendido por más de medio siglo”.

Luego, Olga Sánchez Gómez de la Casa de la Mujer tomó la palabra y destacó la responsabilidad que tienen las mujeres para entregar a las presentes y futuras generaciones colombianas un país en paz.  “La paz es nuestro bien supremo” indicó. Y es que con 12 exposiciones, 42 talleres sobre “cuerpo territorio y violencia”, la formación en temas de derechos humanos de aproximadamente 83.000 mujeres colombianas y el fortalecimiento de 630 organizaciones y grupos de mujeres en diferentes departamentos del país, la Casa de la Mujer se ha convertido en una de las principales organizaciones que trabajan por la memoria del país.

Finalmente, Marina Gallego, coordinadora Nacional de la Ruta Pacífica de las Mujeres, se pronunció en nombre de su organización para respaldar el actual proceso de paz que se adelanta en La Habana: “Reconocemos y valoramos la disposición para superar las situaciones que en medio de la guerra se han presentado y los avances logrados hasta ahora en los puntos del acuerdo, especialmente aquellos que están relacionados con aspectos humanitarios, y que contemplan  la incorporación de las mujeres como la subcomisión de género y la comisión de la verdad y el esclarecimiento del conflicto armado, pues somos más las mujeres que hemos optado por  mantener el imperativo ético de cuidar la vida, construir y pactar la paz.

Las ponentes llegadas de distintas partes del país y por fuera del territorio nacional, destacaron la importancia de incluir el enfoque de género para el ejercicio de reconstrucción de memoria., señalando que no son solo sujetos de investigación, sino protagonistas de la historia, con voces y narrativas que deben aparecer en la historia del conflicto armado colombiano.

 


Colombia, Memoria, Mujeres, Verdad

En Colombia hay 701.659 personas mayores víctimas del conflicto

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

21 Jul 2015


En Colombia hay 701.659 personas mayores víctimas del conflicto

Cerca de 40 personas mayores víctimas se reunirán este 21 y 22 de julio en Cartagena para construir, mediante el reconocimiento de sus saberes y experiencias, memoria histórica y aportar a la paz.

Las experiencias de las personas mayores y su importancia histórica como voceros, líderes y lideresas de sus comunidades, serán escuchadas en el taller “Voces de Mayores” en donde se reunirán víctimas de más de  60 años de la región Caribe, en el hotel Regatta.

Con la información recogida en este taller y con los insumos obtenidos el pasado mes de junio en Medellín y próximamente en Cali, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en alianza con la Unidad para las Víctimas, y el grupo asesor para el enfoque de Envejecimiento y Vejez, avanzan en la consolidación y puesta en marcha de espacios de reconocimiento, de saberes, experiencias y aprendizajes de las personas mayores en el marco del conflicto, y sus aportes en la construcción de la paz, permitiendo identificar prácticas significativas para compartir con la sociedad.

Para Nayibe Sánchez, coordinadora del enfoque Personas Mayores del CNMH “la intención de Voces de Mayores es hablar con ellos desde su diversidad y sus regiones, sobre tres cosas especialmente: la primera, sobre sus aprendizajes como personas mayores en el marco del conflicto armado; la segunda, respecto a cómo es la transferencia generacional en los colectivos y organizaciones sociales de los saberes de los mayores, y finalmente sobre su pronunciamiento frente a la construcción de paz y lo que nos quieren decir para que no sigamos envejecido en medio de la guerra”, afirmó.

En Colombia, aproximadamente el 10 por ciento de la población total del país (según el DANE) tiene más de 60 años y de ellas, 701.659 personas se encuentran en el Registro Único de Víctimas.  En la Costa Caribe, según información de la Red Nacional de Información para la Atención y Reparación a Víctimas (RNI), 194.952 son víctimas mayores de 60 años en los departamentos de Bolívar (42.195), Cesar (33.366), Magdalena (33.283), Sucre (29.310), Córdoba (28.931), Atlántico (11.953) y Guajira (11.953).

Para María del Pilar Zuluaga Guerrero, coordinadora del grupo de Envejecimiento y Vejez de la Unidad para las Víctimas, este espacio es muy significativo porque permite al Estado acercarse de manera eficiente a las víctimas. “Acompañamos este proceso por la importancia que tiene para esta población, objeto de especial protección estatal, y nos permite fortalecer la incidencia de los mayores en la política pública e identificar prácticas significativas de diálogo intergeneracional. Nos convertimos en un puente para que los mayores víctimas reconstruyan su tejido social y transmitan a la sociedad sus reflexiones en torno al conflicto, sobre su posible terminación o su persistencia”, agregó.

El último taller Voces de Mayores se realizará en la ciudad de Cali para continuar recolectando saberes y experiencias que ayuden a reconstruir el tejido social de las comunidades y aporten a la paz.

 


Adulto Mayor, Colombia, Conflicto Armado, Víctimas

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