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“Por bien o por mal, el proceso de paz se está acabando…”

Noticia

Autor

JUAN GOSSAÍN

Fotografía

Oficina del Alto Comisionado para la Paz

Publicado

05 Jul 2015


“Por bien o por mal, el proceso de paz se está acabando…”

  • “Es posible que un día de estos las FARC no nos encuentren en la mesa de La Habana”.
  • De la Calle revela que, antes de firmar un acuerdo de paz,  el Gobierno podría aceptar un cese bilateral del fuego,  “si es serio, definitivo y verificable”.
  • “El proceso está en su peor momento desde que empezamos”.
  • Así sería el sistema para juzgar a los guerrilleros.
  • “El Papa Francisco podría participar en la Comisión de la Verdad”.
  • “La paciencia de los colombianos se está agotando”.  
  • “Tenemos que abrir la mente a la participación política de las FARC sin armas”. 

Ha llegado la hora de hacerle un balance sincero a las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC.

Desde septiembre del 2012, cuando se iniciaron las conversaciones, el país ha ido pasando de la ilusión al desencanto y de la esperanza a la frustración. Se ha vuelto tan grande esa desconfianza que en este momento, según la última encuesta, menos de la mitad de los colombianos respalda una solución negociada del conflicto. En cambio, más de la mitad prefiere una solución militar.

No nos engañemos: en los últimos años ha habido tantos diálogos fallidos, y tantos sueños perdidos, que la gente se ha vuelto desconfiada. La han vuelto, mejor dicho. Es por eso que le propongo al jefe negociador, Humberto de la Calle, que nos sentemos a conversar francamente. Con crudeza, si fuese necesario.

El país está exigiendo que le cuenten la verdad. Yo sé que con De la Calle eso es posible porque lo conozco bien desde que trabajamos juntos en la radio. Es el mismo hombre que hace veinte años renunció sin titubeos a la vice-presidencia de la República, por razones de integridad y de honor.

De la Calle contesta que sí, a pesar de su carácter refractario a las entrevistas, pero me pone una condición: que yo le ceda nuestra charla a todos los periódicos que quieran publicarla, grandes o pequeños, y que se comprometan a hacerlo de manera simultánea, el mismo día, juntos, sin excluir a  nadie.

No tuve que pensarlo mucho: acepté, también de buena gana, porque me parece que es un pequeño ejemplo de desprendimiento, de solidaridad y unión, que los periodistas podemos ofrecerle al país en estos momentos tan cruciales. Al fin y al cabo, ninguna primicia es más importante que la paz de Colombia.

“Esto se está acabando”

–Llevamos casi tres años en estas negociaciones –le pregunto–. ¿Cuánto más van a durar?

–Poco –responde sin vacilar–. No soy capaz de darle un plazo porque esa es la pregunta del millón de dólares, pero sí me parece claro que el proceso está llegando a su fin,  por bien o por mal. Sea porque logremos un acuerdo, ya que estamos trabajando en la recta final de los temas de fondo. O por mal, si, como está ocurriendo, la paciencia de los colombianos se agota. El riesgo es real. Yo sí quiero decirles a las FARC con toda seriedad: “Esto se puede acabar. Algún día es probable que no nos encuentren en la mesa de La Habana”. Realmente lo que está ocurriendo es insoportable para los colombianos.          

–La cruda verdad es que los colombianos no creen en el proceso de paz. Las encuestas acaban de revelar que lo respalda menos de la mitad del país. ¿A qué atribuye usted ese sentimiento?

–Es completamente lógico. Es producto de lo que ha ocurrido en los últimos días. A partir de la muerte de los soldados en el Cauca viene una oleada de destrucción de la infraestructura nacional, con impactos terribles sobre la población civil. Una ciudad como Tumaco, de 160 mil habitantes, se queda 45  días sin acueducto. Todos los caños del suroccidente del país inundados de petróleo con un daño ecológico cuya recuperación tardará décadas. Los campesinos y pescadores del Pacífico no pueden trabajar. Lo que tenemos, en fin, es una oleada que afecta a los ciudadanos.

El peor momento

–La pregunta más elemental que se hace la gente es esta: si las negociaciones van bien, ¿por qué las FARC no dan muestras de buena voluntad?

–Las FARC están equivocadas contra toda lógica y evidencia. El problema de las FARC no es con el Ejército, ni con los derechistas, ni con los que ellos llaman “la oligarquía”. Es con la gente, porque es a la gente a quien están afectando. Es lógico que la gente haya caído al nivel más bajo del escepticismo. Por eso cunde la desesperanza. Y nosotros tenemos que tener la honestidad de decirles a los colombianos que el proceso de paz está en el peor momento desde que iniciamos las conversaciones.

–¿Y usted espera que las FARC cambien de actitud?  

–Yo espero que sí, aunque haya voces internas de las FARC como la de un señor Aldecoa, quien dice que seguirán los atentados. Eso  realmente es una locura. El camino que han escogido las FARC es insostenible para ellos. Yo confío en que seamos capaces de recuperar la serenidad. Este no es momento de retórica sino de las decisiones de fondo. El caucho de las palabras ya no estira más. Nosotros seguimos buscando un acuerdo a través de la esperanza. Las FARC tienen que entender eso. ¿Usted cree que si esto fracasa va a haber otro gobierno que reemprenda conversaciones con ese grupo? A las FARC también se les agota su tiempo militar y su tiempo histórico.

Así sería el sistema de justicia

–¿Por qué está estancado el tema de la justicia que se aplicaría a las FARC?

–Porque ahora no es lo mismo que en las negociaciones que se hacían antes. Ahora existen el Tribunal de Roma y la Corte Interamericana, la legislación interna también ha cambiado, hay fallos de nuestra Corte Constitucional según los cuales no se puede suspender la totalidad de las penas. Pero, además, el país exige justicia sin amnistías generales. Eso no lo vamos a hacer. Y están las víctimas, que merecen justicia. Por eso es el territorio más difícil de la negociación. Las FARC tienen que asumir las responsabilidades de sus actos. El Estado también, naturalmente.

–Explíqueme, en términos elementales, qué es la justicia transicional que ustedes le plantearon a las FARC.

–Lo que hemos dicho en la mesa es lo siguiente: a partir del marco jurídico para la paz, existe la posibilidad de seleccionar, en primer lugar, los hechos más graves, para que sirvan como patrón o referencia: una masacre, secuestros, violencia sexual. Una comisión independiente hace esa selección que le sería entregada a la Fiscalía para que escoja quiénes fueron los que cometieron esos delitos que tienen carácter internacional. Lo que se busca es limitar la acción penal a ese tipo de delitos y a sus máximos responsables. A ellos se les aplicaría la misma pena que dictan las leyes vigentes, pero que   podría reducirse a una pena alternativa que se pague en condiciones de dignidad, sin rejas ni piyamas rayadas. Pero hay que asumir las consecuencias judiciales de los actos, reparar a las víctimas y dar garantías de no repetición. Eso es lo que hemos llamado “justicia transicional” que ya las FARC, en un paso que les reconozco, han dicho que están dispuestos a aceptar un sistema de justicia que tenga esos componentes.                                   

La propuesta de Uribe y la extradición

–Sobre ese tema, el ex presidente Uribe Vélez ha planteado unas “zonas rurales de concentración” para recluir guerrilleros condenados, sin que entreguen sus armas. ¿Usted considera viable esa propuesta?

–Me parece sumamente constructiva. Y creo que el ex presidente Uribe tiene razón. Se puede discutir si es oportuna, pero la idea que uno tiene para acabar el conflicto es que sí es necesario y realista promover esas zonas de concentración, que pueden ser para gente temporalmente armada que se someta a un proceso de dejación de armas, que es una condición esencial para que haya acuerdo y se reincorporen a la vida civil.

–¿El Gobierno puede garantizarles a las FARC que no serán extraditados si un juez de Estados Unidos los pide, por ejemplo, por narcotráfico?

–En Colombia quien finalmente decide sobre extradiciones es el jefe del Estado. Tenemos que crear un marco, derivado del un acuerdo de paz, que les demuestre a los demás países que se trata de un acuerdo serio y respetable, legítimo, para que respeten lo acordado y no entren en controversia con el país. Que, por el contrario, haya un apoyo internacional a una paz duradera en Colombia, y que eso haga innecesarias las extradiciones. Eso es posible lograrlo porque, aunque parezca una paradoja, el proceso ha encontrado más apoyo afuera que aquí adentro. También es verdad que aquí es donde sufrimos las consecuencias.                  

¿Cese bilateral del fuego?

–¿Ese tema de la justicia y las penas es lo que tiene bloqueado el proceso?

–Solo en buena parte. También hay una presión de las FARC para buscar un cese bilateral del fuego. Esa es su prioridad. Nosotros hemos dicho: cese del fuego bilateral y definitivo, pero no solo del fuego sino también de las hostilidades, la extorsión el narcotráfico. Eso sí: en condiciones de seriedad y de verificación. Mi respuesta a las FARC es: si lo que están buscando con estos atentados es un cese del fuego mal hecho –como en el juego infantil llamado “estatua”, en que el otro tiene que quedarse quieto–, no lo vamos a hacer. No habrá cese del fuego estatua. Entre otras cosas porque aquí hay otras fuentes de violencia, distintas a las FARC, y no podemos decirle a la fuerza pública que se esté quieta. Si quieren un cese del fuego, el Gobierno está dispuesto a anticiparlo,  para lo cual son fundamentales las zonas de concentración. Ese es el camino.

–¿Pero, entonces, el Gobierno está dispuesto a aceptar un cese bilateral del fuego antes de firmar el acuerdo de paz?

–Esa pregunta nos lleva a un punto crítico y esencial. Al principio la posición del Gobierno era que el cese  del fuego solo ocurriría con el acuerdo. En ese punto hemos cambiado. Estamos dispuestos a aceptar un cese del fuego, aún antes de la firma de un acuerdo, en la medida en que sea serio, bilateral, definitivo y verificable, siempre y cuando tengamos la garantía de que ellos asumen su responsabilidad en materia judicial y verificación nacional e internacional. Que no conviertan esto en una especie de payasada. Las experiencias del pasado, en esa materia, son pésimas.

Postconflicto y respuesta al Procurador

–¿No es una exageración que el presidente Santos haya ido a Europa a decir, textualmente, que “en Colombia el postconflicto prácticamente ya empezó”? ¿Postconflicto con esto que está pasando?

–Eso quiere decir varias cosas. Primero, que hay zonas de verdadera paz en Colombia. Segundo, y aunque haya gente que no lo cree, todas las cifras de seguridad han mejorado en Colombia. La reducción del homicidio este año es histórica: 443 muertes menos que el año pasado. O sea que estamos en una tasa del 26 por ciento por cada cien mil habitantes, lo cual no es una maravilla, ni este es el paraíso, pero el descenso es dramático. Hay 470 municipios donde no se han presentado homicidios este año. En este momento tenemos la tasa de secuestros más baja de los últimos catorce años, ya que de 3.706 secuestros hemos llegado a 88. No es que yo diga que tenemos que aplaudir, pero la situación es muy distinta. Es a eso a lo que se estaba refiriendo el presidente.                                      

–Hablemos de la Comisión de la Verdad. El procurador Ordóñez ha dicho que fue hecha “a la medida de las FARC” y que, en consecuencia, no será una comisión que trabaje con la verdad de las víctimas sino de los victimarios.

–Si queremos dar el paso a una paz duradera, la verdad es un ingrediente necesario, como la justicia y la reparación. Es con todas las realidades, las macabras acciones de las FARC pero también las de otros agentes, incluso del Estado, hay que reconocerlo. En el mundo de hoy no es posible hacer una paz sin la verdad. Porque el centro de esto, y el ancla, son las víctimas. En 1991 intentamos hacerlo sin que aparecieran las víctimas, y ahora estamos pagando ese error. La gente humilde me agarra del brazo, angustiada, y me dice: “Doctor, ¿qué pasó con mi hijo o con mi padre?”. Y me dicen que, más que reparaciones económicas, lo que quieren es saber la verdad.

El Papa y la verdad

–¿Y cómo se escogerían esos comisionados?

–Primero se crea un grupo de seleccionadores, de los cuales seis serán convenidos por las partes. (Eso es lo que irrita a algunos). Y luego tres seleccionadores más, escogidos por instituciones o personas de reputación internacional, como el Papa o las Naciones Unidas. Estamos hablando de gente de ese tamaño. Entre todos ellos, escogerán a nueve comisionados integérrimos, independientes y honestos que juzguen todas las verdades. Lo que no funciona, precisamente, es que haya verdad oficial. A eso nos oponemos. Comprendo que, mientras en el exterior aplauden ese proyecto, aquí haya personas que creen que eso es una trampa y que no va a funcionar.

–A propósito de víctimas y reparaciones: se han entablado hasta ahora más de 22 mil demandas por despojo de tierras. ¿Usted cree que sí habrá una auténtica restitución?

–Creo que sí. Ya se habla de 22 mil hectáreas que están a punto de ser recuperadas en los Llanos Orientales. Parece una paradoja, pero, hablando con el director del Incoder, me decía que a veces lo que impide la reparación es el propio conflicto. Hay zonas donde no pueden entrar ni los jueces ni nadie. Si hay un final del conflicto, lo primero que se acelera  es la estabilización del campo. Tenemos que restablecer las zonas rurales. El jovencito que mata a alguien en la ciudad, para robarse un celular, puede ser el hijo de un desplazado. Por eso el eslabón de la cadena de violencia comienza allá pero termina afectando a todos los colombianos.

“El estado ya ganó la guerra estratégica”

–Militarmente hablando, ¿en qué situación están las FARC?

–El predominio militar del Estado es indiscutible. En estas encuestas recientes veo que el respaldo a la opción militar vuelve a subir. Eso debería preocupar a las FARC porque no había ocurrido así en los últimos quince años. Pero eso es desconocer que la guerra estratégica ya terminó y que el Estado la ganó. Lo que queda es una resaca táctica que puede durar mucho tiempo y ser muy dolorosa. Ponerle una bomba al oleoducto es muy simple. Eso afecta a los civiles, pero no tiene ningún efecto militar.

–Y, entonces, ¿por qué las FARC siguen en esas?

–Porque, a pesar de esa realidad, las FARC llegan a la mesa casi con la obligación de decir “no hemos sido derrotados”. Las FARC están luchando ahora con su propia identidad como grupo, con su futuro, con la historia,  “cómo nos van a ver dentro de cien años”. Perdieron la guerra, pero  insisten en su condición de rebeldes porque dicen que no pueden echar por la borda cincuenta años de lucha.

Las FARC como partido político

–¿Cómo serían las FARC sin armas?

–Ahí sí, desarmados, que sigan dándole manivela a su ideología. A nosotros no nos asusta eso. Que entren, con garantías, a hacer política en medio del respeto de los colombianos y de ellos hacia los colombianos.

–¿Unas curules para las FARC en el Congreso, sin necesidad de que participen en elecciones?

–Yo sé que los ciudadanos piensan eso. Yo tengo que ser totalmente honesto y decirles, así me lluevan tomates, que en una primera etapa, netamente transitoria, el Estado y el país tienen que abrir la mente a la participación de las FARC como partido político desarmado. Tienen que abrirse dignamente las puertas políticas para las FARC. Más allá de si hay curules o no –porque eso habrá que discutirlo–, creo que los colombianos tenemos que prepararnos para obrar con generosidad en ese momento. Las FARC han sido el elemento más conservador de la vida política colombiana. Cincuenta años de violencia disolvieron prácticamente el movimiento sindical y el estudiantil.

Epílogo

Todavía faltan muchos temas, pero el tiempo es limitado. El espacio de los periódicos también. A la hora de despedirnos siento la tentación de plantearle  algunos temas humanos relacionados con su propia vida. ¿Por qué se metió en este berenjenal de dirigir la mesa de negociaciones?

Me dice que, cuando el presidente Santos se lo propuso  “ni siquiera lo pensé, que es lo que siempre dice la gente: déjeme pensarlo. Esos obligaciones no se piensan. Le dije que sí, y la que quedó perpleja fue mi familia, cuando les conté”.

Le pido que me diga de dónde piensan sacar plata para financiar el postconflicto si el dólar está a 2.600 pesos y el barril de petróleo apenas a 60 dólares. Entonces me contesta con una ironía profunda, los famosos sarcasmos de De la Calle: “Por eso es que las FARC tenían que haber firmado el acuerdo de paz hace dos o tres años, cuando el petróleo estaba a 110 dólares”.

¿Tiene ambiciones políticas para el futuro? ¿Cuál será ese futuro? Hace un gesto de desencanto. “Quedé curado de política hace veinte años, cuando pasó lo que pasó y renuncié a la vice-presidencia. Solo tengo una ambición para el futuro: vivir mis últimos años en paz. Literalmente hablando”.              

 


Acuerdos de Paz, Farc, Proceso de Paz, Víctimas

Medellín tendrá su ¡Basta ya!

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

06 Jul 2015


Medellín tendrá su ¡Basta ya!

LANZAMIENTO del Proyecto Medellín, ¡Basta Ya!, una propuesta para construir un relato de memoria histórica de la ciudad.


Con el inicio de este proyecto de investigación se busca avanzar en la construcción de un informe de memoria histórica de las violencias que ha padecido la ciudad en el marco del conflicto armado colombiano para el periodo 1980 – 2013.

Medellín es la segunda ciudad más grande de Colombia con 2.751.108 habitantes para 2014, según el DANE. Cerca de 375.000 personas aparecen registradas como víctimas en la Unidad Municipal de Atención a Víctimas, entidad adscrita a la Alcaldía de Medellín. Como el resto del país, Medellín ha sufrido por años y, de manera desmesurada, las consecuencias de una violencia de diferentes actores armados por la disputa y el control del territorio, de su población y de los circuitos económicos. 

El informe que resultará de esta iniciativa de la Corporación Región y la Alcaldía de Medellín, apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Ministerio del Interior, busca comprender, desde las narrativas de las víctimas y de la población de la ciudad, lo que pasó, por qué pasó, qué impactos generó y qué respuestas suscitó. Igualmente, el informe se constituye en una herramienta fundamental para contribuir a la reparación, restitución, rehabilitación y las garantías de no repetición. 

Los 18 meses de trabajo tendrán una primera fase durante 2015 y arrojará un primer avance en la recolección y sistematización de la información sobre los fenómenos de victimización y las respuestas y formas de resistencia que la población ha construido ante estas violencias. 

El ¡Basta Ya!, además de contribuir al proceso de memoria y reconciliación, será un reconocimiento a las víctimas de estas violencias, a sus memorias y a sus relatos, y un aporte para avanzar en torno a la garantía de sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición. 

El inicio de esta investigación será presentado el próximo viernes 10 de julio con la participación del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el alcalde de Medellín Aníbal Gaviria; Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Lucía González, directora del Museo Casa de la Memoria de Medellín y Marta Inés Villa, directora de la Corporación Región. 

AGENDA 

  • 2:30 pm – 3:30 pm: Llegada de asistentes y registro
  • 3:30 pm – 4:00 pm: Intervenciones institucionales
    • Alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria
    • Director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez
    •  Ministro de Justicia, Yesid Reyes
    • Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo
  • 4:00 pm – 4:30 pm: Conversatorio.
  • Modera: Daniel Botero
    • Lucia González, Museo Casa de la Memoria
    •  Marta Villa, Corporación Región
    • Ligia Vásquez, Representante mesa de víctimas
    • Laura Gil, Ministerio del Interior
  • 4:30 pm: Cierre del evento.
Medellín: 10 de julio a las 3:00 p.m. en el auditorio del Museo Casa de la Memoria
(Cl. 51 # 36 – 66).

ENTRADA LIBRE previa inscripción.

 


Basta Ya, Medellín

La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Noticia

Autor

Carlos Prieto.-
Carmen de Bolívar

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Jul 2015


La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Familiares de víctimas y sobrevivientes de explosiones de minas antipersonal, al igual que víctimas militares y de grupos armados tendrán voz en el nuevo informe que el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Fundación Prolongar adelantan sobre el tema de minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra en Colombia.

Carlos no era combatiente, no hacía parte de ningún grupo armado, sin embargo el 25 de febrero del 2006 se convirtió en víctima en un conflicto que no eligió. Como lo hacía regularmente, en la mañana de ese sábado salió a esperar el campero que lo llevaría desde la sierra de Venado hacia el Carmen de Bolívar para comprar víveres. Estaba con su hermano -quien minutos después sería fundamental para que Carlos pudiera contar su historia- y en esos pocos pasos que daba para llegar a la carretera pisó una mina antipersonal. Una fuerte explosión se escuchó primero, luego una nube de polvo, tierras y hojas lo rodeo. Perdió una pierna de manera instantánea y la otra quedó gravemente lesionada. “Con la ayuda de Dios mi hermano me hizo un torniquete con la camisa y logró parar la fuerte hemorragia” recuerda Carlos. Tal vez Dios, tal vez el destino, tal vez el azar, tal vez todo conspiró a su favor y el campero que esperaba pasó a los pocos minutos de la explosión.  Fue trasladado a un punto militar cercano y de allí fue llevado en helicóptero hasta el Carmen de Bolívar.

Sin embargo, ante la gravedad de las heridas fue trasladado nuevamente a Cartagena y en la capital de Bolívar fue atendido en el hospital de Boca Grande. Luego de 42 días de tratamiento, Carlos logró sobrevivir a una mina antipersonal.

Nueve años después de ese día que le cambió la vida, Carlos llegó caminando al encuentro que se realizó el pasado 4 de julio en el Carmen de Bolívar con 40 familiares de víctimas, sobrevivientes, líderes sociales y de organizaciones de víctimas de la región de los Montes de María para hablar de una problemática que, según los últimos datos del Registro Único de Víctimas, en Colombia ha dejado 13.000 víctimas.

Carlos pudo contar su historia, sus momentos difíciles y su recuperación. Otros, lamentablemente, recordaron a sus esposos, hermanos, hijos y familiares que perdieron la vida al pisar una mina antipersonal. Todos, sin embargo, aportaron su experiencia, dudas y comentarios acerca de las minas antipersonal, testimonios que harán parte del trabajo de campo para nutrir el informe nacional sobre minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra que adelanta el CNMH.

“Este encuentro nos permitió identificar algunas personas para tener reuniones y entrevistas durante todo el 2015, año en que se continuará en este trabajo de campo con talleres de memoria, entrevistas, grupos focales y revisión documental, pues esta investigación sobre minas antipersonal tendrá una mirada tanto cuantitativa como cualitativa” expresa Nayibe Sánchez, encargada de Enfoques Diferenciales de Discapacidad del CNMH.

La investigación, que se adelanta de la mano de la Fundación Prolongar, tendrá en cuenta las voces de civiles, militares y miembros de grupos armados que también fueron víctimas de una mina antipersonal. Además, el informe se elaborará con un enfoque diferencial de género y etnia en regiones gravemente afectadas por este material explosivo como lo son Antioquia, Meta, Cauca, Norte de Santander, Nariño y los Montes de María.

Y es que en Colombia, según el documento de la política nacional de acción integral contra minas antipersonal, munición sin explotar y artefactos explosivos improvisados, el 63% de los municipios del país tiene algún tipo de contaminación con material explosivo y en el 43% de los municipios se ha registrado algunas víctimas. A pesar de estas cifras y de que Colombia ocupa el segundo lugar en el mundo en número de víctimas de minas antipersonal, hasta el momento la problemática no había sido estudiada desde la perspectiva de memoria.

“El universo de víctimas de minas antipersonal es poco visibilizado frente a otros hechos victimizantes y a pesar de los miles de casos, este hecho en específico no se había trabajado desde la memoria histórica. Estos encuentros nos han permitido tener un intercambio con todas las víctimas, combatientes o no, y todo el equipo investigador ha conocido más del tema de las voces de los mismos afectados, de su enfoque de memoria y las medidas de satisfacción que piden”.

Con la entrega de una planta, como elemento simbólico de sembrar vida y quitarle un lugar a una nueva mina antipersonal, terminó este encuentro de memoria histórica en el Carmen de Bolívar. En Colombia, según Acción Contra Minas se han registrado, desde 1990, 11.140 víctimas de minas antipersonal, de ellas 6.870 son víctimas de la Fuerza Pública y 4.270 son víctimas civiles.

 


Minas Antipersonales, Que escuchen mi voz, Víctimas

Los veinte años de resistencia de Afavit

Noticia

Autor

Viviana Pineda.

Fotografía

María Paula Durán para el CNMH.

Publicado

08 Jul 2015


Los veinte años de resistencia de Afavit

Empezaron de la mano del padre Javier Giraldo, con reuniones y en medio de una masacre que no ha parado, sin embargo, hoy Afavit es la suma de muchos esfuerzos, de muchas voluntades que se unieron en un grito de ‘nunca más’.  


Veinte años después de que Afavit obtuviera su personería jurídica como la Asociación de familiares de víctimas de los hechos violentos de Trujillo [Ver informe de investigación: Trujillo, una tragedia que no cesa], Valle del Cauca, no hay una versión unificada de cómo comenzaron. Según unos, iniciaron en una reunión en el municipio de Buga, tratando de encontrar un espacio lejos de los violentos que rondaban al pueblo. Acorde con otros, empezaron en el salón parroquial a la vista de los victimarios, que para ese momento no habían sido identificados y se camuflaban en la vida cotidiana de la población. Otras versiones dicen que comenzaron en reuniones clandestinas en diferentes casas para no ser identificados.

Sin embargo, todas las versiones empiezan con un nombre: el del padre Javier Giraldo. En 1990, el sacerdote jesuita lideraba la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, en ese entonces una naciente entidad defensora de los derechos humanos conformada por creyentes de diferentes confesiones religiosas cristianas.   

Giraldo llegó a esta población del Norte del Valle del Cauca luego de enterarse del macabro asesinato de quien fuera por cinco años el párroco de Trujillo, Tiberio Fernández Mafla. “Yo lo había conocido, vivimos en el mismo sitio cuando estudiábamos teología en Bogotá, también lo conocía del Instituto Mayor Campesino o Universidad Campesina, dónde era un destacado líder. Yo estuve en su ordenación, que fue en Tuluá”, recuerda Giraldo.

Sin muchas pistas de dónde encontrar información, el sacerdote llegó a pocos días del crimen a la iglesia del pueblo, donde halló a Doris Osorio, la secretaria del padre Tiberio y quien se convertiría en su aliada incondicional. Era ella quien recibía a los trujillenses que llegaban a pedir ayuda cuando se les desaparecía un familiar, era ella quien sabía de los cuerpos mutilados que habían empezado a aparecer y que el padre Diego Villegas (auxiliar de Tiberio) recogía Cauca abajo con la Defensa Civil, era ella la que conocía de la cacería de brujas en contra de los líderes que habían organizado una marcha desde las veredas para exigir que les arreglaran las carreteras.

Doris conocía a las víctimas de la masacre de Trujillo. Hospedó al padre Giraldo en su casa y lo ayudó a contactar, uno a uno, a los familiares para que dieran sus testimonios y se pudiera denunciar formalmente todo lo que estaba pasando. “Los padres Tiberio y Diego ya habían recogido alguna información, yo junté todo y lo llevé a la Procuraduría y a la Dirección Nacional de instrucción criminal (en ese entonces no existía la Fiscalía). Sin embargo, los culpables fueron absueltos rápidamente.”, afirma el padre Giraldo.

Todo esto, lo hacía bajo unos riesgos enormes, “Una vez por media hora no me cogieron los paramilitares. Esa noche balearon a un muchacho que me había ayudado a contactar a las familias”, recuerda 25 años después.

El nacimiento de Afavit

Pero pese al inminente peligro, las gestiones del padre Giraldo permitieron que las víctimas se conocieran entre ellas y tomaran consciencia de la necesidad de trabajar juntas. “El padre empezó a venir con Asfaddes (Asociación de familiares de detenidos desaparecidos) y a hablarnos de la importancia de que nos organizáramos y así lo hicimos, especialmente cuando salió el concepto de la Comisión Interamericana, para lo que necesitábamos ser una sola fuerza para dialogar con el Estado”, recuerda Esmeralda Marín, quién fue una de la primeras presidentas de Afavit y quien perdió al padre de sus hijos en la masacre.

Y es que después del fracaso en la justicia nacional, el padre Giraldo junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (en cabeza del abogado Eduardo Carreño) llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde se logró una solución amistosa con el Estado Colombiano en 1995 (en ese año Afavit se formalizó con una personería jurídica).

“Para que el Colectivo de abogados pudiera representar a las víctimas se necesitan unos poderes. Yo los hacía a escondidas en la casa cural. Allá nos daban las dos y tres de la mañana, mientras mi hija se quedaba dormida en una banca de la iglesia esperándome”, recuerda Doris Osorio.

El acuerdo con el Estado colombiano contempló varias medidas de reparación a las víctimas, muchas de las cuáles no se cumplieron por actos de corrupción estatal que todavía hoy están bajo investigación. Entre estas se ordenó la construcción de un monumento, y entre las primeras decisiones que tomó Afavit, fue que éste, más que un monumento fuera un parque.

Entre todos buscaron el terreno más propicio para la estructura, hasta que una señal les mostró cuál debería ser el sitio elegido. “Nos encontramos con este par de guamos que crecían abrazados y los vimos como un símbolo del abrazo fraterno que necesitaba Trujillo”, recordó el padre Giraldo en la peregrinación del pasado 13 de junio. Estos dos árboles que se abrazan serían incorporados en el logo de Afavit.

Hoy el Parque monumento de Trujillo, diseñado por el arquitecto Santiago Camargo, es un referente de memoria para el país, y cada espacio ha sido dotado de significado a lo largo de los años.

Allí se reúne el grupo infantil Jimmy García Peña (llamado así en honor a un niño de 18 meses decapitado junto a su familia) en el salón ‘Hermanos Mayorga’, que tiene ese nombre para recordar a los siete hermanos de una misma familia que fueron asesinados. El parque alberga la exposición ‘Madres del silencio’ del artista Juan David Galves, así como el registro del performance ‘Magdalenas por el Cauca’ de Rodrigo Grajales. La artista Adriana Lalinde esculpió los osarios de las víctimas de la masacre y el kurdo Hoshyar Rashee construyó el ‘Muro de la sombra del amor’. El parque también cuenta con el jardín de Alba Mery Chilito, quien fuera una de las matriarcas de Afavit y que fue asesinada en 2013 en extrañas circunstancias.

Los acompañantes

Pero con la creación de Afavit empezaron las amenazas y no han parado desde entonces, como lo cuenta Esmeralda Marín. “Yo quedé como presidenta luego de que la persona que tenía el cargo tuviera que salir del país por amenazas. A mí también me intimidaban y me tuvieron que poner escolta. Me ofrecieron irme exiliada pero yo no quise dejar a mi familia”, dice.

En ese contexto llegaron Carlos Ulloa, Stela, su esposa y su hijo Jerónimo, alrededor del año 1996, bajo la figura de ‘acompañantes’, enviados por la comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Andaban en un Jeep destartalado modelo 54 visitando a las víctimas por todo el municipio, les dictaban clases de Tai chi y de meditación, hacían talleres de mimos, de pintura y teatro.

“Lo que pasó aquí fue muy un golpe muy duro. Se cortaron muchas puntas en el tejido social. Mataron al que jugaba mejor fútbol, al serenatero, al sombrerero, al que recogía la leche… despuntaron a toda la sociedad por todo lado”, recuerda Ulloa, y agrega, “cuando llegamos la gente no podía decir ni siquiera que eran familiares de víctimas. Vinimos a prestar este instrumento para que nos lo llenaran de lágrimas y mocos”, dice mientras se señala el hombro.

Sin embargo, solo pudieron estar allí menos de dos años porque también fueron amenazados. Fueron reemplazados por otras personas que también llegaron a poner su granito de arena como la hermana Maritze Trigos y Teresita Cano, que hasta hoy han estado acompañando el proceso de Afavit. Ellas y las nuevas directivas de la organización han continuado con el trabajo de memoria y resistencia que emprendió el padre Giraldo hace 25 años.

La cadena de esfuerzos y voluntades en esta tarea no se detiene y el futuro de esta organización pareciera estar en manos del grupo de niños y jóvenes que han empezado a vincularse al proceso y que deberán sumarse a ese grupo de sacerdotes, abogados, arquitectos, artistas, religiosas, amas de casa, campesinas y secretarias que arriesgaron su vida para que la verdad de Trujillo saliera a flote, y para que Afavit hoy sea un ejemplo nacional e internacionalmente. 

 

Publicado en Noticias CNMH



Resistencia, Trujillo, Víctimas

The Search

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Jul 2015


The Search

El cine ha transitado por numerosos lugares, su recorrido casi siempre deja en evidencia muchos de los espacios en común que comparten los efectos devastadores de la guerra. The Search, el film recomendado de esta semana en Cine+Memoria, del Director Hazanavicius conocido por The Artist, ocupa esos lugares retratando la II Guerra de Chechenia desde el desplazamiento, la intolerancia religiosa, el adoctrinamiento militar  y la voz silenciosa del otro.

Cuatro impactos comunes de la guerra, que en el lente de Hazanavicius, se entrelazan y se transforman en un relato humano generacional, con alto contenido político y que incita a la reflexión sobre la importancia de no perpetuar los modelos imperceptibles de producción de fuerzas de guerra.

Sin embargo, no solo estas fuerzas sobresalen en The Search, también lo hace -y de forma excepcional- el retrato sobre la grandeza humana en acciones de resistencia, compasión, fraternidad y lucha por hacer visible lo que otros solo conciben como parte colateral de una historia de violencia.

Por estas razones hoy recomendamos The Search, film francés que explora el poder del lenguaje cinematográfico como vehículo de memoria y reivindicaciones que nos deja entrever la importancia de la presencia de organizaciones de investigación autónomas en los territorios en disputa, como medida de garantía para el conocimiento de las consecuencias de la guerra.

– ¿Estamos creando futuros combatientes?
– No lo sé
– Cada uno tiene la capacidad de formar su propio destino
 Aparte de diálogo. The Search.

 

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Guerra, Víctimas

Avanza en firme el proceso de paz

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

12 Jul 2015


Avanza en firme el proceso de paz

El Gobierno y las Farc, al término del ciclo 39 en La Habana, decidieron agilizar las condiciones para la puesta en marcha del cese el fuego y hostilidades, bilateral y definitivo (punto 3 de la agenda). 

Y en ese sentido, el Gobierno pondrá en marcha un proceso de desescalamiento de las acciones militares a partir del 20 de julio del presente año “en correspondencia con la suspensión de acciones ofensivas por parte de las Farc”.

En el comunicado leído el pasado domingo en La Habana, por parte de los delegados de los países garantes, Cuba y Noruega, las partes también indicaron que cambiaron la metodología para llegar al Acuerdo Final, por un trabajo técnico, continuo y simultáneo sobre los puntos centrales de la agenda. “Para ello definimos un plan con metas preestablecidas”, dice el comunicado.

Estas son:  acordar los términos del cese al fuego definitivo y el sistema de monitoreo y verificación. “Para ello, las delegaciones solicitarán el acompañamiento en  la subcomisión técnica de un delegado del Secretario General de Naciones Unidas y un delegado de la presidencia de UNASUR (actualmente Uruguay), con el fin de que contribuya a poner en marcha la discusión sobre el sistema de monitoreo y verificación y a preparar desde ahora su implementación, sin perjuicio de la decisión de las delegaciones sobre la participación en el futuro, en el sistema de monitoreo y verificación, de otras organizaciones o países”.

Descargue el comunicado completo.

“Realmente la paz es posible”

Los acuerdos logrados este fin de semana en la mesa de negociación de paz en La Habana para iniciar el desescalamiento del conflicto permitirán “bajar la intensidad de la confrontación, crear una ambiente de confianza entre las partes y buscar un mayor apoyo de los colombianos de que realmente la paz es posible”Así lo aclararon el jefe de la delegación del Gobierno, Humberto de la Calle, y el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, al detallar que llegar al cese al fuego bilateral y definitivo corresponderá a una etapa posterior que hace parte de la agilización del acuerdo de paz.

En una rueda de prensa los funcionarios dieron claridad sobre los acuerdos logrados en el ciclo 39 en la que diferenciaron el desescalamiento de la confrontación y el cese el fuego.

El desescalamiento es una serie de gestos progresivos que buscan bajar el nivel a la confrontación para que en los territorios se ambiente el fin del conflicto; el cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo supone reglas claras y una verificación que constate que es definitivo. 

“Ahora, si las partes consideran que están listas para entrar al cese definitivo, pues cada quien en su momento tomará esa decisión. Pero eso es muy distinto al desescalamiento. Lo que no está dispuesto a hacer el Gobierno es entrar a en una especie de cese bilateral prematuro y chambón que nos va a llevar a experiencias nefastas del pasado”, dijo Sergio Jaramillo.

Este período de desescalamiento se analizará durante los próximos cuatro meses con el fin de determinar las posibilidades de un acuerdo definitivo, si lo que falta por acordar es viable, dijo de la Calle.

“No es que sea irreversible aún el proceso. Vamos a intensificar el trabajo para esclarecer los límites de ambas partes en la Mesa y las reales posibilidades de un acuerdo (…) el Presidente lo ha dicho mil veces, la paciencia se agota. Tenemos que tener rápidamente decisiones, a los colombianos hay que decirle que no deben que tenerle miedo a la paz, pero a las Farc también: no hay que tenerle miedo a la paz”.

Para el seguimiento del cese al fuego, las partes crearon una sub comisión técnica integrada por un delegado del Secretario General de Naciones Unidas y uno de Uruguay (Presidente protémpore de Unasur), quienes ya fueron contactados. Es posible que luego de su implementación se inviten a otros países u organizaciones, agregaron. Este mecanismo permitirá no cometer errores del pasado en el que las comisiones de seguimiento y verificación no tenían herramientas para actuar.

 


Acuerdos de Paz, Paz, Proceso de Paz

Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Jul 2015


Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

Con más de 100 firmas de arquitectura, el pasado 19 de junio de 2015 se cerró el periodo de inscripción para participar en el Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de Memoria, proyecto de interés nacional que se construirá en Bogotá.


Se recibieron 109 sobres de aplicaciones, convirtiéndose en uno de los mayores concursos de arquitectura realizados en Colombia, según informó la arquitecta Claudia León, coordinadora de Concursos de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), regional Bogotá: “Durante más de 50 años realizando concursos públicos de arquitectura en el país, por primera vez recibimos más de 100 inscritos, en la SCA estamos complacidos con el interés que ha despertado este concurso de anteproyecto para el Museo Nacional de Memoria, esperamos grandes propuestas, sin lugar a dudas es una oportunidad única para profesionales de la arquitectura, a nivel nacional e internacional”.

En los inscritos se encuentran grandes firmas de arquitectura colombianas y extranjeras: México, Chile, Brasil, Estados Unidos, España, Austria, Francia, Alemania, Reino Unido, son algunos de los países de donde provienen las propuestas.

Dentro de las actividades del concurso ya desarrolladas se cuenta con la publicación de las  pre-bases el 9 de abril de 2015 y las bases finales el 27 de mayo de 2015, la visita al predio y la posterior Audiencia Pública de Aclaración de Bases, Solo resta el proceso de selección y proclamación del ganador.

Proceso de Selección

Las firmas inscritas tendrán hasta el 29 de julio para enviar sus propuestas finales a la SCA. A partir de esa fecha, comenzará el proceso de juzgamiento que terminará con la proclamación del ganador el próximo 13 de agosto de 2015.

El jurado está compuesto por los reconocidos arquitectos Juan Pablo OrtizClemencia EscallónMauricio PinillaMario Figueroa y Efraín Riaño, quienes seleccionarán el proyecto ganador. El equipo de jurados cuenta con amplia experiencia en diseño arquitectónico, urbanismo, bioclimática, museografía y diseño de archivos. Además contarán con el acompañamiento de un Comité Asesor conformado en su mayor parte por investigadores y directivos del CNMH quienes han participado desde 2012 en la construcción social del museo con víctimas, organizaciones de derechos humanos y otros sectores de la sociedad civil, voces activas en la caracterización de los sentidos y los espacios del Museo Nacional de la Memoria.

 


Arquitectura, Museo Nacional de la Memoria

Tres robles: violencia y resistencia en la U. de Córdoba

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Autor

CNMH

Fotografía

Lina Pinzón.

Publicado

13 Jul 2015


Tres robles: violencia y resistencia en la U. de Córdoba

El Grupo de Reparaciones Colectivas del Centro Nacional de Memoria Histórica desde el 2013 ha venido trabajado en conjunto con la Universidad de Córdoba, en la reconstrucción de memoria histórica de lo sucedido en esta institución educativa a mano de grupos paramilitares.


El Grupo Regional de Memoria Histórica de la Universidad de Córdoba en Montería, está conformado por estudiantes, profesores y empleados de la universidad que se han venido capacitando en temas relacionados a la construcción de memoria, para ser ellos quienes cuenten lo que ocurrió en este recinto educativo durante los años más álgidos del paramilitarismo que vivió la región. Dentro de este proceso han sido muchas las historias escuchadas y los temas trabajados pues, en su mayoría, quienes hacen parte del grupo fueron víctimas y vivieron la violencia en la institución.

A este período de violencia lo llaman “la toma a sangre y fuego de los paramilitares”, debido a los distintos hechos de violación de derechos humanos que cometieron las autodefensas durante la época de su predominio en la zona: asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos y amenazas, además de cambios en las relaciones académicas y sociales de la comunidad universitaria. Además, esta toma no fue solamente a través de acciones violentas, pues los paramilitares lograron controlar los recursos públicos y en general las dinámicas sociales de la universidad desde adentro, por medio del nombramiento como rector de Claudio Sánchez, desde 2002 hasta el 2008, cuando fue capturado por el CTI debido a sus presuntos nexos con grupos paramilitares, sin embargo, actualmente se encuentra prófugo de la justicia. Sus presuntos vínculos con los grupos paramilitares fueron reafirmados por Salvatore Mancuso en versiones libres

Los cambios sociales se generaron tras un proceso de estigmatización y violencia selectiva en la Universidad (período 1987-2000), y continuó con la toma a partir de los estamentos y las cátedras de la universidad, al respecto una de las víctimas narra: “en esa época primero empezó la violencia contra los estudiantes, trabajadores y empleados, asesinatos, desplazamientos… y después nos quitaron las convenciones colectivas y nuestros derechos”.

La reconstrucción de esta historia es lo que el Grupo Regional de Memoria Histórica está trabajando a través de la construcción de un informe y de piezas comunicativas, para poder enseñar a la comunidad universitaria, al país y al mundo entero la manera en que la Universidad de Córdoba fue cooptada.

Uno de las tantos relatos es el de tres agrónomos que fueron desaparecidos y asesinados por los grupos paramilitares, una historia que marcó a la comunidad universitaria y que detonó en la desintegración de los movimientos estudiantiles que aun existían, según el relato de uno de los estudiantes de la época: “tras la muerte de los tres agrónomos se intensificaron las amenazas y tuvimos que desplazarnos por nuestra seguridad”.

Los tres agrónomos trabajaban en la aplicación de la encuesta sobre ruralidad realizada por el DANE en 1997, se encontraban en el municipio de Puerto Libertador en Córdoba, cuando fueron abordados por paramilitares y asesinados. Sus familiares los creyeron secuestrados y luego desaparecidos por más de un año cuando en extrañas circunstancias fueron encontrados sus cuerpos y verificadas sus identidades. Hace poco en versión libre el exparamilitar Salvatore Mancuso aceptó la responsabilidad sobre la muerte de los tres agrónomos de la Universidad de Córdoba, diciendo que fueron confundidos con informantes de la guerrilla en la zona.

De la misma manera ocurrió con la desaparición de varios líderes estudiantiles, lo que llevó al movimiento estudiantil de la época- con apoyo de la Universidad y de los familiares de las víctimas- a realizar marchas protestando por la pérdida de los estudiantes y reivindicando la necesidad de dejar por fuera de la guerra a la sociedad en general.

Además de estas protestas, en un acto simbólico de resistencia y tras haber encontrado los cuerpos de las víctimas, realizaron la siembra de tres árboles de roble que representan los agrónomos asesinados, la resistencia de su memoria y las luchas realizadas a pesar de los hechos sucedidos. La idea de los miembros del movimiento estudiantil era poner una placa conmemorativa frente a los árboles, sin embargo, varias amenazas y persecuciones hicieron que los líderes tuvieran que desplazarse y dejar de lado las acciones referentes al movimiento estudiantil, razón por la cual hoy en día no existe dicha placa.

Actualmente el Grupo Regional de Memoria Histórica se encuentra realizando varios perfiles biográficos sobre las víctimas y unas crónicas sobre los hechos que marcaron a la Universidad. Además, en el marco del trabajo de implementación de medidas de reparación colectiva, se realiza la construcción conjunta del diseño de la placa conmemorativa para que ésta sea finalmente puesta frente a los árboles de roble, esperando con esto contribuir a la construcción de memoria colectiva que dignifique a las víctimas y que fortalezca la construcción de una identidad sin ningún tipo de estigmatización en la Universidad de Córdoba. 

 


Córdoba, Educación, Resistencia, Universidades, Violencia

Medellín conversó sobre su ¡Basta Ya!

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Autor

Tatiana Peláez

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Jul 2015


Medellín conversó sobre su ¡Basta Ya!

Cerca de 250 personas asistieron el pasado 10 de julio en el Museo Casa de la Memoria de Medellín al evento de presentación del proyecto Medellín, ¡Basta Ya!, una iniciativa de la Alcaldía de Medellín y Corporación Región apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Ministerio del Interior.


A las 3:30 p.m. inició al evento con la intervención del vicealcalde Luis Fernando Suárez, quien inició disculpando la ausencia del Ministro de Justicia y del Ministro del Interior. Posteriormente recalcó que Medellín, a pesar de sufrir durante años una de las violencias más abrumadoras, ha sido capaz de entender que sí es posible superar las dificultades. “Para seguir avanzando y soñando necesitamos saber qué pasó y es eso lo que nos convoca hoy aquí”, señaló.

Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, destacó tres puntos claves sobre el sentido de esta investigación que se encuentra hoy en el desarrollo de la primera fase: es un reconocimiento de una ciudad como víctima, pero también de su resignificación; es un reconocimiento a las organizaciones sociales, de víctimas y de derechos humanos que han realizado una labor impresionante. Y es un reconocimiento a la institucionalidad local por impulsar y tomar la delantera para propiciar espacios de reconstrucción de memoria. Además, señaló la importancia que tiene esta investigación para conocer la complejidad del conflicto ocurrido en Medellín, pues “cuando se conoce la complejidad del conflicto se rompe con la simplicidad de las soluciones”.

Luego se dio paso a un conversatorio que lideró Daniel Botero, de Corporación Región. Allí Fabiola Lalinde narró desde su experiencia personal, a raíz del desaparecimiento forzado de su hijo Luis Fernando Lalinde, las formas como la violencia y el conflicto armado ha golpeado a miles de familias paisas.

Marta Inés Villa, directora de Corporación Región y coordinadora de esta investigación, explicó que en esta primera fase del proyecto, que irá hasta diciembre, se pretende lograr un acercamiento a los relatos y memorias de la población para poder vislumbrar qué es lo que ya se sabe del tema en la ciudad. Esto se debe a que el proyecto no inicia desde cero, explicó, pues Medellín ya cuenta con un acumulado importante de información y conocimiento. El próximo año, en una segunda fase, el objetivo será identificar aquellos hitos de memoria en la ciudad en términos de conflicto armado y relatarlos.

Lucía Gonzalez, directora del Museo Casa de la Memoria, insistió en la importancia de hacer memoria en medio del conflicto. “Las víctimas con sus relatos nos salvan. Advierten que ese dolor no se puede volver a repetir más. No es posible continuar de la misma manera y es necesario decir ¡Basta Ya!”, afirmó.  Además, señaló que en el informe que resulte de esta investigación no se va a contar la historia, sino que será un relato que deberá seguir enriqueciéndose en el tiempo.

Finalmente, Rafael Grasa, miembro del Comité Asesor que acompañará esta investigación, habló sobre las cosas que deben pedirse y esperarse de un ¡Basta Ya!: “reconocibilidad” y reconocimiento; dignificación; construir polifonía de narrativas y relatos; ser un elemento de garantía de no repetición y ser un mecanismo para crear políticas públicas y privadas de construcción de paz.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Medellín, Violencia

Carta a una sombra

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Jul 2015


Carta a una sombra

“Es una de las paradojas más tristes de mi vida: casi todo lo que he escrito lo he escrito para alguien que no puede leerme, y esto no es otra cosa que la carta a una sombra”. Héctor Abad Faciolince.


El 25 de agosto de 1987 en Medellín, el médico, ensayista y político antioqueño Héctor Abad Gómez es asesinado. Su familia, en una de esas escenas crudas que ha dejado tantos años de violencia en Colombia, rodea su cuerpo sin vida y entre llanto y desesperación trata de buscar una explicación.

28 años después, en el documental “Carta a una sombra”, la escena se repite. Aunque esta vez su familia se reúne para recordar la vida y memoria del esposo y padre que tanto les enseñó sobre la vida, los valores y los derechos humanos.

Dirigido por Daniela Abad –su nieta- y Miguel Salazar, Carta a una Sombra hace un recorrido por la vida de Héctor Abad Gómez a través de los testimonios de su familia y amigos cercanos, como el recientemente fallecido Carlos Gaviria. “De mi papá aprendí algo que los asesinos no saben hacer. A poner en palabras la verdad para que esta dure más que su mentira” recuerda en el film Héctor Abad Faciolince, su único hijo hombre.

Inspirado en el libro El olvido que seremos, Carta a una Sombra es nuestro recomendado de esta semana en Cine + Memoria.

“No he querido nunca la violencia, soy un médico. Quiero la vida, quiero la salud y por lo tanto los derechos humanos, la libertad, la justicia y la paz”. Héctor Abad Gómez.


Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Conflicto, Medellín, Olvido

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