Etiqueta: Arquitectura

Experto en arquitectura habla sobre el Museo de la Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero para el CNMH

Publicado

05 May 2015


Experto en arquitectura habla sobre el Museo de la Memoria

Con José Fernando Viviescas Monsalve, arquitecto urbanista y asesor de la Dirección del Museo  Nacional de la Memoria (MNM) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), hablamos sobre el Concurso de diseño Arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria.


Las pre-bases del Concurso fueron publicadas el pasado 9 de abril coincidiendo con el Acto de Presentación del Predio. ¿Qué expectativas tiene de este Concurso?, ¿cuántas propuestas se podrían recibir?

“El Concurso abre el camino para que la arquitectura y el urbanismo, como profesiones y disciplinas del pensamiento y la creación, aprovechen esta oportunidad para expresarse crítica y responsablemente frente al fenómeno más impactante que ha desarrollado la sociedad colombiana en toda su historia: la violencia, respecto a la cual el ámbito profesional colombiano nunca se han manifestado de manera comprometida.

Es, también, el momento para que dejen una impronta  articulada a la fundamentación de la producción de nuevas ciudadanías, esto es, de maneras conscientes y respetuosas de establecer relaciones con los otros, con la naturaleza, con la imaginación.

No tengo elementos para hacer un cálculo, pero si se presentan varias decenas de propuestas estaríamos frente a un panorama alentador con respecto a la necesidad, inaplazable, de dotar a Colombia con centros de pensamiento y, a la vez, de íconos y símbolos que referencien la cotidianidad de nuestros centros poblacionales en una perspectiva de pensamiento crítico”.

La Sociedad Colombiana de Arquitectos ha realizado concursos muy importantes en todo el país. ¿Ya se han dado experiencias similares?

“En el orden interno no existe ninguna de la significación, la complejidad y la magnitud del Museo Nacional de la Memoria. Poner de manera consciente, en el espacio público de la capital del país, un ícono que convoque permanentemente al conocimiento, la reflexión, la crítica y a la superación de la característica más permanente y determinante de nuestra configuración como nación, esto es, la reacción violenta frente a la diferencia, instituye una actitud sin precedentes políticos y culturales en toda la historia nacional y, por tanto, para las disciplinas del espacio constituye una convocatoria que pone a prueba toda sus consistencia académica y científica.

En el ámbito mundial, en cambio, esta es una práctica cultural que, especialmente, después de la llamada Guerra Fría ha venido proliferando. Por fortuna, se ha venido generalizando un proceso de reconocimiento de lo absurdo, del recurso a la violencia, que ha permitido ir extendiendo la construcción de museos de la memoria como un componente natural de las planeaciones urbanas contemporáneas y de la generación de nuevas ciudadanías”. 

¿Cuál debería ser la premisa de diseño que deben tener en cuenta quienes participen en el concurso?

“El proyecto tendría que prefigurar un hito del espacio público que, en su propuesta arquitectónica y urbanística, convoque a criticar el pasado para crear, individual y colectivamente, un futuro que asegure la no repetición de los hechos que estamos deplorando”.

¿Cómo se diseña un lugar para acoger las memorias del conflicto armado que al mismo tiempo sea reparador?

“Es necesario apelar a una gran sensibilidad y a un profundo conocimiento crítico de la capacidad destructiva de la violencia para exponer simbólicamente –en un hito urbano- lo absurdo (“estúpido”, dijo Mandela) de la eliminación del otro en la controversia. Su interior, la arquitectura del edificio, tiene que garantizar la posibilidad de que el conocimiento y la reflexión y el despliegue de la creatividad cultural, evidencien permanentemente la necesidad del tratamiento consciente del conflicto como parte de la construcción de la sociedad”.

¿Cuál es su posición frente a la relación entre arquitectura y memoria?

“La arquitectura es la materialización estética del re-conocimiento crítico del acontecimiento -de la Memoria- en el ámbito colectivo, en el espacio público. De esa manera lo convierte en referente permanente y cotidiano. Además, es el arte que en su propio ser, en su devenir, en su funcionamiento guarda la memoria para que la ciencia y los demás campos artísticos puedan convertirla en  potencia creativa hacia el futuro.

¿Cuál puede ser el papel de los arquitectos en la construcción de la paz?

“Ante todo, imaginar una arquitectura que albergue dignamente las acciones y actividades de los hombres y las mujeres que la construyen y habitan; que propenda por la contemplación, la reflexión y el pensamiento críticos, y que mantenga viva la sensibilidad y la solidaridad en las relaciones de los humanos entre sí y con la naturaleza (con las demás especies) y con las expresiones de la imaginación”.

En el diseño de museos similares al MNM a nivel internacional, se han realizado invitaciones a firmas prestigiosas o se reciben propuestas con nombre propio. ¿Cuáles son las ventajas de hacer un concurso público en donde las propuestas serán anónimas para el jurado?

“La compleja singularidad de los conflictos colombianos, la diversidad de sus orígenes y la multiplicidad de sus consecuencias implican un objeto de trabajo que no tiene precedentes en el concierto internacional, por lo cual es de esperarse que sus interpretaciones sean también  múltiples. En ese sentido, el concurso se constituye en una manera de ofrecer el ámbito para que salgan y se ubiquen en el espacio  público, para su examen y debate, tantas propuestas como sean posible”.

Los jurados seleccionados son los arquitectos Willy Drews, Clemencia Escallón, Mauricio Pinilla, Efraín Riaño y Mario Figueroa. ¿Qué opinión le merece este panel?

“El jurado constituye una potente amalgama de conocimiento y de sensibilidad arquitectónica y urbanística contemporánea, nacional e internacional, con el manejo riguroso y profesional de la función expositiva y  de la problemática de la memoria. Seguramente ya han tenido una idónea comprensión de lo que las bases del concurso han planteado y ello garantiza una labor de juzgamiento excelente”.

Hay algunos autores que afirman que los museos son las nuevas catedrales urbanas. El MNM tendrá un fuerte componente de diseño urbano en tanto que involucra la Plaza de la Democracia, la escultura Ala Solar, el Eje de la Memoria y la Paz, y el panorama hacia los cerros orientales. ¿Qué especificidades a nivel urbano o territorial considera que deben tener en cuenta los proponentes?

“Además, está ubicado en el punto de confluencia de las tres más importantes avenidas bogotanas: El Dorado (Calle 26),  La Norte-Quito Sur (la Carrera 30) y Las Américas, equidista con todos los puntos cardinales de la ciudad, y es perfectamente perceptible desde Monserrate. Prácticamente es imposible no verlo. Así que, más allá de constituir la materialización física de la reconstitución política y cultural de la Nación colombiana, será el hito urbano ciudadano más notable de Bogotá”.

Algunos arquitectos señalan que este es un concurso particularmente complejo porque hay elementos antagónicos a nivel conceptual, por ejemplo mantener una escala humana y hacer un diseño monumental…

“Particularmente, desde la consolidación del Movimiento Moderno, la arquitectura resolvió ese problema con la consolidación y la legitimación formal del espacio público democrático: el ámbito donde se define lo que nos determina todos y todas. En esa dirección, en América Latina y en Colombia se han aportado formalizaciones excelentes: El Museo de Antropología en México D.F. (Pedro Ramírez Vásquez), la Plaza Cubierta en la Universidad Central de Venezuela en Caracas (Carlos Raúl Villanueva), el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi en Brasil (Oscar Niemeyer), el Museo Quimbaya en Armenia (Rogelio Salmona). Las referencias programáticas van por el camino que abrieron esos clásicos”.

¿Cómo se imagina arquitectónicamente el Museo Nacional de la Memoria?

“Como un hito urbanístico, arquitectónico y estéticamente contemporáneo, que al servir como referencia del espacio público metropolitano permita, en la funcionalidad de su interior y su entorno inmediato, el desarrollo del estudio y la reflexión sobre los estragos de la violencia y el valor de las resistencias pasadas”.

 


Arquitectura, Museos de Memoria

Se abre Concurso de Arquitectura para el Museo Nacional de la Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

27 May 2015


Se abre Concurso de Arquitectura para el Museo Nacional de la Memoria

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en asocio con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, hacen públicas las bases definitivas del Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de la Memoria.

El CNMH invita a todas las personas interesadas en el Concurso a inscribirse hasta el próximo 19 de junio de 2015. Está es una oportunidad única para profesionales de la arquitectura, a nivel nacional e internacional, de ser los autores de un proyecto de gran trascendencia urbanística y política en el país por su carácter reparador, monumental y memorial.

A partir de éste concurso público se seleccionará un diseño del Museo Nacional de la Memoria, que cumpla con altos estándares de calidad para que sus visitantes dispongan de espacios adecuados para el debate, el duelo, la creación, la consulta y la reflexión sobre las dinámicas del conflicto armado, la resistencia y la construcción de paz en Colombia.

Fechas claves

– Publicación de las Bases: 27 de mayo

– Audiencia de aclaración: 1 de junio 10:00 a.m. Auditorio Gabriel Serrano Camargo Carrera 6 # 26b – 85 Sociedad Colombiana de Arquitectos, Bogotá

– Cierre de Inscripciones: 19 de junio

– Fecha límite para entrega de propuestas: 29 de julio

– Proclamación del ganador: 13 de agosto

Para más información sobre el concurso arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria visiten www.centrodememoriahistorica.gov.co/museo o escriban al correo electrónico museodelamemoria@centrodememoriahistorica.gov.co

BASES DEL CONCURSO:



Arquitectura, Museo Nacional de la Memoria

“No hay arquitectura sin memoria”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Jun 2015


“No hay arquitectura sin memoria”

Un edificio de memoria ha de ser memorable y para serlo debe conjugar su capacidad de disponerse para ser descubierto, no debe avasallar con su presencia y debe invitar a sus visitantes a descubrir a “despertar la intriga suficiente para adentrarse en sus umbrales y aventurarse en su recorrido”. Así lo considera Sergio Trujillo Jaramillo, coordinador del concurso Arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria en la Sociedad Colombiana de Arquitectos y experimentado arquitecto con amplia experiencia en concursos públicos, arte y museos.


El grupo de comunicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica habló  con el experto quien se encargó de liderar la audiencia de aclaración de este concurso que en palabras del mismo Trujillo, se trata de un hecho paradigmático para el sector, para la ciudad y para misma historia de Colombia.

¿Qué expectativas tiene de este Concurso?

Se trata de una convocatoria pública paradigmática, tanto para el mundo disciplinar que gira en torno a la arquitectura y a la ciudad, como para la historia misma del país, si entendemos plenamente el momento histórico, luego de largas décadas de conflicto armado y el sentido que adquiere el museo como espacio que convoca miradas, palabras y emociones en torno a aconteceres que aunque pasados, anticipan los riesgos y desafíos a futuro.

La Sociedad Colombiana de Arquitectos ha realizado concursos muy importantes en todo el país. ¿Nos puede comentar sobre una experiencia similar?

La Sociedad Colombiana de Arquitectos se ha constituido a lo largos muchos años en una institucionalidad catalizadora de las convocatorias públicas relacionadas con los más significativos eventos que afectan la arquitectura y el urbanismo de las ciudades colombianas. Una tradición consolidada que además de elevar el nivel profesional promedio de las ejecuciones arquitectónicas, han sido confrontaciones abiertas, transparentes y caracterizadas por la excelencia, que son, hace ya tiempo un referente continental y que hoy nos permiten en el país, no sin severas excepciones, contar con edificios, equipamientos y conjuntos urbanísticos como aeropuertos, centros administrativos, sistemas de movilidad, sedes ministeriales, conjuntos habitacionales, colegios, espacios públicos o parques, entre muchos otros, seleccionados a través de concursos públicos, controvertibles o no, pero distantes siempre de otorgamientos arbitrarios o procesos ensombrecidos por asomos de corrupción.

¿Cuál cree usted que debería ser la premisa de diseño a tener en cuenta por los participantes?

Esa cultura de pasarela y de levedad, de valores éticos y artísticos ausentes de espesor, de arquitecturas sin tiempo ni lugar, pueden constituirse en el mayor equívoco a enfrentar en un edificio que como el Museo Nacional de Memoria, demanda profundos valores éticos, estéticos y políticos. Es entender la sutil, pero definitiva diferencia entre un ubicuo centro comercial y un edificio que logre contrarrestar con emoción y convicción, la corrosiva proclividad humana por preferir el olvido a la memoria.

¿Cómo se diseña un lugar para acoger las memorias del conflicto armado y que al mismo tiempo sea reparador?

El desafío de los arquitectos ante un edificio de semejante envergadura conceptual, no puede provenir solamente de soluciones técnicas acertadas, del cumplimiento de los requerimientos funcionales o de las disposiciones urbanísticas. La dura pepita de la belleza, dicen algunos. Ello empieza con el arduo y profundo acto de cargar de sentido el espacio y el lugar, a punta de la mezcla inasible de reflexión y emoción, de sensibilidad y razón, de paciencia y sutileza para labrar los recintos para el encantamiento.

¿Cuál es su posición frente a la relación entre arquitectura y memoria?

No hay arquitectura sin memoria. La arquitectura y la ciudad son las evidencias contundentes de la materialización de la memoria del hombre para convivir ante la naturaleza. Toda vivencia espacial es modelada por el recuerdo y su potencia como hecho de cultura, reside justamente en su arbitraria e ininterrumpida capacidad de filtrar experiencias decantadas en la tradición, única condición que nos permite como especie imaginar un futuro previsible y posible.

¿Cuál puede ser el papel de los arquitectos en la construcción de la paz?

No puede ser otro que el ahondamiento consciente y colectivo de los atributos estructurales que históricamente ha sedimentado los valores de la arquitectura como disciplina, aquellos que asumen los productos artísticos como agentes liberadores de la condición humana, o que privilegian la generosidad como condición que reconoce la potencia enorme de la arquitectura para elevar el nivel de vida de la gente, si ella es ejercida con fina sensibilidad frente a las comunidades, el entorno edificado y la naturaleza.

¿Cuáles son las ventajas de hacer un concurso público en donde las propuestas serán anónimas para el jurado?

El resguardo de la identidad de autor en convocatorias públicas aleja las probabilidades de ejercer criterios prejuiciados en los procesos de selección. El uso y el destino de los grandes equipamientos colectivos, como es el Museo Nacional de la Memoria, tienen que incorporar mecanismos democráticos para su selección como una simple, pero definitiva contrapartida natural. Menos veces de lo que suele ser previsible, arquitectos y firmas consagradas ofrecen las opciones más interesantes o ventajosas en los concursos. Más veces de lo que puede ser comprensible, el jurado se ampara en la fama de reconocidos concursantes para liberar su juicio de eventuales polémicas.

Los jurados son los arquitectos Willy Drews, Clemencia Escallón, Mauricio Pinilla, Efraín Riaño y el brasilero Mario Figueroa. ¿Qué opinión le merece este panel?

No me asiste duda que se trata de un equipo profesional experimentado, solvente y con el suficiente espesor intelectual y ético para comprender plenamente el sentido peculiar del edificio, circunstancia que reduce eventuales riesgos de superficialidad o banalidad que en no pocas ocasiones y con no poca razón, han desatado agudas polémicas entre los arquitectos.

El Museo Nacional de la Memoria tendrá un fuerte componente de diseño urbano en tanto que involucra espacialmente la Plaza de la Democracia, la escultura Ala Solar, el Eje de la Memoria y la Paz, y el panorama hacia los cerros orientales. ¿Qué especificidades a nivel urbano o territorial considera usted que deben tener en cuenta los proponentes?

Los museos han trascendido del escaparate al evento, de la observación pasiva e inerte al acontecimiento. Si bien ello congrega actividades colectivas de una diversidad antes insospechada, el envés riesgoso del fenómeno reside en que la superficialidad erosione cierta dosis de sacralidad que resulta sana de preservar en el museo contemporáneo. Tal como se solicita en la convocatoria, se trata de un museo activo y abierto, que congregue en torno suyo, actividades y eventos de muy diversa naturaleza y procedencia, que califique el lugar y expanda hacia el espacio público y los edificios que lo circundan, su labor regenerativa, sentido colectivo y valor simbólico.

Algunos arquitectos señalan que este es un concurso particularmente complejo porque hay elementos antagónicos a nivel conceptual, por ejemplo mantener una escala humana y hacer un diseño monumental. ¿Qué consejo puede dar sobre este aspecto?

El sentido monumental de los edificios especiales ha sido uno de los valores tradicionales más cuestionados desde el advenimiento de la modernidad en arquitectura. Otrora asociados a las condiciones de estilo, grandeza o excepcionalidad, la monumentalidad contemporánea tiende a una “horizontalización” de sus atributos plásticos y compositivos, en aras de ocupar espacios de resonancia social cada vez más amplios que logren contrarrestar,  con veracidad, los preocupantes procesos de levedad generalizada en la cultura de masas. La noción de escala humana resulta entonces replanteada, en tanto que el contrapunto antes premeditado entre el hombre y el edificio, es desplazado hacia inéditas formas e interioridades, un descubrir el museo a través del acopio sucesivo de experiencias que se suscitan con su recorrido.

¿Cómo se imagina arquitectónicamente el Museo Nacional de la Memoria?

Un edificio de memoria ha de ser memorable. Para serlo, ha de conjugar atributos como su capacidad de disponerse para ser descubierto, a cambio de imponerse a su lugar de emplazamiento. Un museo que no parezca que lo es, si serlo se análoga con su gran dimensión, su hermetismo, a su capacidad de diferenciarse del contexto y menos aún, si lo avasalla con su presencia. Un edificio invitante, sereno y amable con el hombre del común, capaz de despertar la intriga suficiente para adentrarse en sus umbrales y aventurarse en su recorrido. Espacios que se entrelacen con el espacio exterior y la vegetación para ofrecer al visitante suficientes pausas y reposos que inviten a la reflexión y a la pausada asimilación de la experiencia museística.  Que sea fiel a la tradición material de la ciudad, a la peculiaridad de su luz y a la escala del lugar, sin por ello renunciar a los más lúcidos aportes arquitectónicos contemporáneos. Un museo para vivir y ser vivido, que pueda ser revisitado de muchas maneras y por muchos motivos y sobre todo, capaz en su continente y su contenido, de labrar en nosotros el suficiente antídoto contra la desventura de la amnesia colectiva.

 


Arquitectura, Memoria

Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Jul 2015


Así va el Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de Memoria

Con más de 100 firmas de arquitectura, el pasado 19 de junio de 2015 se cerró el periodo de inscripción para participar en el Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de Memoria, proyecto de interés nacional que se construirá en Bogotá.


Se recibieron 109 sobres de aplicaciones, convirtiéndose en uno de los mayores concursos de arquitectura realizados en Colombia, según informó la arquitecta Claudia León, coordinadora de Concursos de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), regional Bogotá: “Durante más de 50 años realizando concursos públicos de arquitectura en el país, por primera vez recibimos más de 100 inscritos, en la SCA estamos complacidos con el interés que ha despertado este concurso de anteproyecto para el Museo Nacional de Memoria, esperamos grandes propuestas, sin lugar a dudas es una oportunidad única para profesionales de la arquitectura, a nivel nacional e internacional”.

En los inscritos se encuentran grandes firmas de arquitectura colombianas y extranjeras: México, Chile, Brasil, Estados Unidos, España, Austria, Francia, Alemania, Reino Unido, son algunos de los países de donde provienen las propuestas.

Dentro de las actividades del concurso ya desarrolladas se cuenta con la publicación de las  pre-bases el 9 de abril de 2015 y las bases finales el 27 de mayo de 2015, la visita al predio y la posterior Audiencia Pública de Aclaración de Bases, Solo resta el proceso de selección y proclamación del ganador.

Proceso de Selección

Las firmas inscritas tendrán hasta el 29 de julio para enviar sus propuestas finales a la SCA. A partir de esa fecha, comenzará el proceso de juzgamiento que terminará con la proclamación del ganador el próximo 13 de agosto de 2015.

El jurado está compuesto por los reconocidos arquitectos Juan Pablo OrtizClemencia EscallónMauricio PinillaMario Figueroa y Efraín Riaño, quienes seleccionarán el proyecto ganador. El equipo de jurados cuenta con amplia experiencia en diseño arquitectónico, urbanismo, bioclimática, museografía y diseño de archivos. Además contarán con el acompañamiento de un Comité Asesor conformado en su mayor parte por investigadores y directivos del CNMH quienes han participado desde 2012 en la construcción social del museo con víctimas, organizaciones de derechos humanos y otros sectores de la sociedad civil, voces activas en la caracterización de los sentidos y los espacios del Museo Nacional de la Memoria.

 


Arquitectura, Museo Nacional de la Memoria

A una semana de conocer el diseño ganador, hablan los jurados

Noticia

Autor

Juan Carlos Vargas
Periodista del CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Ago 2015


A una semana de conocer el diseño ganador, hablan los jurados

En diálogo con el CNMH los jurados del concurso dan a conocer sus opiniones y expectativas acerca de cómo el Museo Nacional de la Memoria aportará a la construcción de memoria y paz.


El pasado 29 de julio de 2015, dos meses después de que se publicaran las bases finales del Concurso Público Internacional de Anteproyecto Arquitectónico para el diseño del Museo Nacional de la Memoria, cerró el plazo para la entrega de propuestas. En total, y según la Sociedad Colombiana de Arquitectos, se recibieron 72 diseños que competirán por ser el proyecto ganador para el museo.

Como antesala a la exposición pública de anteproyectos entre el 10 y el 21 de agosto, y al anuncio de los ganadores el próximo 13 de agosto (eventos a realizarse en el Archivo Distrital de Bogotá) el CNMH preguntó al equipo de jurados sobre el concurso, sus expectativas y cómo la arquitectura aporta a la construcción de memoria y paz.

La exposición pública de anteproyectos contará con visita comentada, del 10 al 21 de Agosto a las 3:00 pm.

 


Arquitectura, CNHM, Ganadores

Ganadores del Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

12 Ago 2015


Ganadores del Concurso Arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria

El Concurso Arquitectónico Internacional del Diseño del Museo Nacional de la Memoria, organizado por el Centro Nacional de la Memoria Histórica (CNMH) y la Sociedad Colombiana de Arquitectos, finalizó este jueves 13 de agosto de 2015 a las 11:00 a.m., hora en la que los jurados confirmaron su decisión inicial al proclamar como diseño ganador la propuesta titulada “Entre la Tierra y el Cielo” de la firmas: MGP Arquitectura & Urbanismo de Colombia y Estudio Entresitio de España.


Equipo ganador:

 

fotos ganadores concurso

Fotografía: Arq. Maria Hurtado de Mendoza (Estudio Entresitio) y Arq. Felipe Gonzalez Pacheco (MGP Aqruitectura y Urbanismo).

MGP ARQUITECTURA Y URBANISMO (COLOMBIA)

Arq. Felipe Gonzalez Pacheco
Arq. Alvaro Bohórquez
Equipo de trabajo: Arq. Uriel Rivera y Arq. Jose Cohecha 

ESTUDIO ESTRESITIO (ESPAÑA)

Arq. Maria Hurtado de Mendoza
Arq. Cesar Jimenez de Tejada
Arq. Alvar Ruiz Villanueva
Arq. Maria Urigoitia

 

La audiencia de proclamación 

El evento público de proclamación se realizó en el auditorio del Archivo Distrital de Bogotá, donde estarán exhibidos hasta el 21 de agosto los 72 proyectos participantes. La audiencia contó con una concurrida asistencia de profesionales del campo de la arquitectura quienes escucharon la lectura del informe final y realizaron preguntas al jurado. Así se terminó uno de los mas importantes concursos de arquitectura del país.

La decisión del jurado

El jurado determinó que “Entre la Tierra y el Cielo” es el diseño ganador por votación unánime. 

Los cinco integrantes del jurado revelaron que el diseño ganador propone un viaje interior, atractivo, donde los visitantes encontrarán una gran variedad de caminos, entre las amplias salas de exposición hacia las terrazas: un microcosmos montañoso donde los visitantes podrán sentir la energía de la ciudad y disfrutar del paisaje andino de Bogotá. 

 

La cubierta del edificio se compone de un complejo de azoteas interconectadas que dan la oportunidad de reunirse, leer e incluso encontrar momentos de silencio para la reflexión y el recuerdo. El jurado ha destacado que, aunque se trata de un volumen sólido, los arquitectos lograron con éxito una planta baja transparente y altamente permeable que integra la escultura preexistente y las áreas de espacio público cercanas. El segundo diseño ganador fue “La torre de luz” de la firma Taller Síntesis. S.A.S. de Medellín, y en tercer lugar fue seleccionado “Un peregrinaje por el jardín de la esperanza”, del arquitecto David Delgado. Arquitectos de Bogotá. 

 

Además de los tres mejores proyectos, los jurados seleccionaron tres propuestas a las que se les otorgó menciones honoríficas.

El Jurado

El jurado estuvo compuesto por los reconocidos arquitectos Juan Pablo Ortiz, Clemencia Escallón, Mauricio Pinilla, Mario Figueroa y Efraín Riaño. Un equipo cuidadosamente seleccionado que cuenta con amplia experiencia en diseño arquitectónico, urbanismo, bioclimática, museografía y diseño de archivos. Dos de los miembros del jurado fueron ganadores de convocatorias de este tipo y tienen experiencia en el diseño de museos de la memoria en Bogotá y en Santiago de Chile. [Conoce los perfiles de los jurados]

Premios 

El ganador del concurso será premiado con 670 millones de pesos colombianos (aproximadamente USD 245.000). Además, el contrato para el desarrollo del proyecto, una suma de 3.200 millones de pesos colombianos (aproximadamente USD 1,2 millones) se ofrece como una cuota para desarrollar el diseño del proyecto. Al ganador del segundo lugar se le adjudicará 134 millones de pesos colombianos (aproximadamente USD 49.000) y al tercer premiado 89 millones de pesos colombianos (aproximadamente USD 32.000).

El Concurso

La competencia de una sola ronda fue abierta para arquitectos calificados, personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, ya sea en forma individual, como una empresa conjunta o consorcio. Los candidatos internacionales tuvieron como requisito establecer una alianza con un representante de Colombia. 

El concurso fue lanzado el 9 de abril de 2015, las reglas finales de la competencia se publicaron el 27 de mayo y el registro se llevó a cabo el 19 de junio pasado. Además de Colombia, se recibieron solicitudes de los Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, España, Austria, Hong Kong, y también de América Latina con México, Chile y Brasil.

Se recibieron 109 aplicaciones y se presentaron 72 propuestas, cada una de ellas compuesta por seis planchas para un total de 432, todas ellas exhibidas en las dos salas del tercer piso del Archivo Distrital desde el 10 de agosto.

El Museo Nacional de la Memoria Histórica

La Ley 1448 otorga al Centro Nacional de Memoria Histórica la función de “diseñar, crear y administrar un Museo de la Memoria, destinado a lograr el fortalecimiento de la memoria colectiva acerca de los hechos desarrollados en la historia reciente de la violencia en Colombia”. Este museo, según la Ley, “deberá realizar las acciones tendientes a restablecer la dignidad de las víctimas y difundir la verdad sobre lo sucedido”.

Asimismo, este lugar de memoria es un avance en el deber de memoria del Estado que redunda en la garantía del derecho de la sociedad colombiana a la construcción permanente de la memoria y la paz; se constituye en sí mismo en una de las medidas de reparación y de satisfacción para las víctimas del conflicto armado en Colombia.

Con este marco legal, el Estado responde a la exigencia de distintos sectores de la sociedad, especialmente de organizaciones de víctimas y de derechos humanos, sobre la necesidad de implementar políticas de la memoria para el esclarecimiento, la comprensión de la verdad sobre el conflicto armado, la dignificación de las víctimas y la construcción de garantías de no repetición.

La construcción del Museo Nacional de la Memoria supone dos líneas estratégicas. Además de la construcción física, la construcción social implica un amplio proceso de diálogo sobre los criterios y principios conceptuales y funcionamiento del mismo. En ello resulta fundamental la participación protagónica de las víctimas en el diálogo, así como de los diferentes promotores de las iniciativas y acciones de memoria de carácter artístico, cultural, comunicativo, que el CNMH tiene como misión apoyar.

Entrevista con Mario Figueroa – Jurado Internacional del Concurso

Publicado en Noticias CNMH



Arquitectura, Ganadores, Museo Nacional de la Memoria

La arquitectura de la resistencia en Colombia

Noticia

Autor

Fernando Viviescas M

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Ago 2015


La arquitectura de la resistencia en Colombia

Arquitecto Urbanista, Coordinador, por parte del Centro Nacional de Memoria Histórica, del Concurso Internacional para el anteproyecto del Museo Nacional de la Memoria, en compañía del Arquitecto Sergio Trujillo, Coordinador por parte de la Sociedad Colombiana de Arquitectos.


En un importante documento, producido a principios del año pasado, el Jefe de la delegación del Gobierno en las conversaciones de Paz que se llevan a cabo en La Habana, el Dr. Humberto de la Calle, se refirió al papel que tiene “El arte en la búsqueda de la paz”. En dicho escrito no solo no se incluye a la Arquitectura dentro de las manifestaciones artísticas sino que, en las proyecciones o en las funciones que se les atribuyen a estas expresiones creativas en el “llamado postconflicto”, tampoco se percibe claramente que las disciplinas del espacio tengan algún protagonismo “en la implantación de una paz firme.”

Como es lógico pensar en una sociedad como la colombiana que —a lo largo de casi ochenta años de buscar erráticamente un lugar en el mundo contemporáneo— fue naturalizando la violencia (de todo tipo) como un componente fatal de su entidad como Nación, todas las actividades constitutivas de su cotidianidad y de su perspectiva estratégica, de una forma u otra, tienden a ignorar el enorme peso que los efectos de esa violencia ejerce en la definición tanto de su identidad estructural como de su funcionamiento y de su proyección.

Sin embargo, en ningún ámbito pueden ser más apreciables las consecuencias de asumir la construcción de la sociedad en medio de la violencia que en la materialización tangible que asume esa misma sociedad, esto es, en su espacialidad y, para el caso nuestro, fundamentalmente en la CIUDAD COLOMBIANA, la cual no sólo es el producto más genuino de ese trasegar en el medio de la barbarie sino el sitio que ha servido de albergue para la gran mayoría de los hombres y mujeres que al sobrevivir han edificado esta sociedad y la seguirán erigiendo hacia el futuro.

Por ello, ahora que con las conversaciones de Paz se dan las circunstancias para abocar una construcción consciente de nuestra sociedad, es indispensable que las disciplinas del espacio se asuman como referentes para emprender esa tarea de reconstitución: que puedan contribuir “en la fase de aclimatación de la paz (,) donde —al decir de de la Calle— la expresión artística despliega su mayor potencial.”

Se abre una oportunidad, muy posiblemente irrepetible, para que estas disciplinas se instituyan como partes constitutivas en la configuración del país como sociedad civilizada en el concierto de las naciones en el siglo XXI.

Como lo plantea el Señor Comisionado: “Terminado el conflicto, se abre… el momento de las transformaciones de la sociedad.” De la formulación de un proyecto de nación que efectivamente apueste por una sociedad en la cual no sólo se busque sistemática e inteligentemente dignificar la existencia individual y colectiva (inicial y especialmente de las víctimas directas) sino restablecer críticamente, esto es, en forma crecientemente consciente, las relaciones entre los hombres y mujeres y de ellos con los demás elementos de la Naturaleza y con las expresiones materiales (particularmente con el territorio y, dentro de él, con las CIUDAD) e imaginarias que, mediante la cultura, hemos creado en el desarrollo de nuestra historia.

Tanto para formular ese horizonte de futuro como para realizarlo, es en el postconflicto donde tienen su lugar, ya ineludible e irremplazable, las disciplinas de la “proyectación” —el diseño, la arquitectura y el urbanismo— y donde pueden desplegar su inmenso poder imaginativo y constructivo para que, junto a “la palabra, el trazo, la nota y el símbolo” puedan contribuir “en la implantación de una paz firme” que apuntale la formulación y construcción de una sociedad realmente moderna: democrática, equitativa y sustentable.

Ya ubicadas en ese terreno por el Museo, necesariamente, entrarán en colaboración con las demás disciplinas, incluidas las artes y las ciencias sociales y económicas para darle consistencia, viabilidad y expresión tangible (el efecto de demostración) a la dignificación de la existencia, que es el primer arco que se abre una vez abocados a superar la barbarie que ha signado nuestra historia reciente de los últimos ochenta años.

Ese es el horizonte que ha abierto este Concurso Internacional para el Anteproyecto del Museo Nacional de la Memoria.

Las artes de la proyectación han sido consultadas y han respondido con creces no sólo en términos de cantidad, vale decir, de sensibilidad. Setenta y dos 72 anteproyectos, en el marco de más de cien inscripciones, muestran la capacidad de reacción de nuestros arquitectos, urbanistas y diseñadores, que se movilizaron masivamente, para tratar de configurar  un ámbito de expresión de solidaridad con las víctimas de la tragedia y crear una espacialidad que no sólo contribuya a resarcirlas en su identidad y en su recuerdo sino en crear condiciones objetivas para que el conocimiento y la reflexión  se erijan en los baluartes de la no repetición.

Pero respondieron también, y sobre todo, en términos de calidad —expresa profusamente en todos y cada uno de las propuestas— para buscar señalar cómo el Museo se convertirá en el símbolo de la enorme tarea que tenemos los colombianos y las colombianas en la perspectiva de re-crearnos como una sociedad solvente en el ámbito internacional de la civilización contemporánea.

Una vez convocadas de manera comprometida las disciplinas del espacio han demostrado que propenden por la formulación de paradigmas sociales que están por encima de los parámetros tradicionales de “las necesidades básicas insatisfechas” y de las “líneas de pobreza” en las cuales nos han anclado por décadas la violencia y el conflicto armado, como referentes de formulación de proyectos y programas sociales y de todo tipo.

La solvencia formal y funcional que muestran todos los proponentes da cuenta de la capacidad para formularles salidas a la complejidad que encierra esa perspectiva ciudadana e ilustrada, que implica no sólo salir de la barbarie sino introducirnos conscientemente en la construcción colectiva de una Nación donde la dignidad sea la característica fundamental de la existencia individual y colectiva.

Esa profusión de imaginación y de creatividad fue lo que hizo ardua la tarea del Jurado al cual hay que reconocerle por su idoneidad pues estuvo a la altura del reto que implicaba responder a la gran altura que habían señalado los concursantes.

En esa combinación de sensibilidad, capacidad, seriedad y responsabilidad de exponentes y de jueces estriba la fortuna del Concurso que brinda, como resultado, un Museo Nacional de la Memoria (MNM) que con solvencia ética y estética puede mostrarse -al lado de todos los demás lugares de memoria que con el liderazgo de las víctimas se han levantado en todas las regiones del país-, en el inicio del Eje de la Paz y la Memoria de Bogotá, como el símbolo del valor y la resistencia del pueblo colombiano a la barbarie, que son los principales atributos de la esperanza de una sociedad que se apresta a aprovechar creativa y solidariamente, como diría García Márquez, su “segunda oportunidad sobre la tierra.”

Bogotá, Agosto 13 de 2015.

 


Arquitectura, CNHM, Colombia, Resistencia

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