Etiqueta: Lanzamiento

Lanzamiento de El Topacio, una masacre olvidada

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

22 Jul 2016


Lanzamiento de El Topacio, una masacre olvidada

El lanzamiento de este informe se llevará a cabo el  28 de julio a las 7:00 p.m. en el parque principal de San Rafael, Antioquia.


  • Esta investigación reconstruye la masacre de 14 mineros de la vereda El Topacio ocurrida entre el 12 y 14 de junio de 1988. Un hecho que no ha recibido la atención que se merece a pesar de ser un hito en la memoria de los habitantes de la región.
  • La década de los 80 es una de las más violentas en el país: 182 masacres dejaron 1.242 víctimas. Tan solo en el año de 1988 se registraron 64 masacres. 

Memorias de una masacre olvidada, la nueva investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica, reconstruye la masacre de 14 mineros de la vereda El Topacio (municipio de San Rafael, Antioquia) ocurrida entre el 12 y 14 de junio de 1988 a manos de un grupo de hombres armados vestidos con prendas camufladas. Las víctimas de este hecho fueron secuestradas, descuartizadas y arrojadas al río Nare. El 20 de junio se hallaron partes de los cuerpos desmembrados, y luego las trasladaron en helicóptero hasta el cementerio de San Rafael. La vereda se vació: todos sus habitantes, unas 500 personas, huyeron al casco urbano o a otros municipios. 

La década de 1980 es conocida como una de las más violentas en el país: 182 masacres dejaron 1.242 víctimas. Pero el pico más atroz se dio en 1988 con el registro de 64 masacres, entre las que se cuentan algunas tan conocidas como las de las fincas Honduras y la Negra, Mejor Esquina, Coquitos y Segovia. La masacre de El Topacio, aunque ocurrió el mismo año, no ha recibido la misma atención a pesar de ser un hito en la memoria de los habitantes de la región. 

Este informe se convierte en una forma de recordar y llamar la atención sobre un hecho marcado por la crueldad y la sevicia que no debe ser olvidado jamás. Este trabajo es el resultado de un proceso de construcción de memoria sobre la masacre ocurrida en El Topacio que se llevó a cabo con los familiares, allegados de las víctimas y habitantes del municipio de San Rafael, por lo que recoge sus voces y su tono. Por medio de estas fuentes se pudo reconstruir los años de terror que vivieron los habitantes de San Rafael, atrapados entre la presencia histórica de las Farc y dos oleadas de llegada de los paramilitares, primero a fines de los años ochenta y luego a fines de los noventa y comienzos del 2000. 

La investigación da cuenta del modo en que esta masacre se inscribió en el exterminio de la Unión Patriótica, en la estigmatización de los habitantes de las veredas del cañón del río Nare como auxiliadores de las Farc y en la descripción de los procesos penal y contencioso administrativo contra algunos miembros del Ejército en este hecho. 

El proceso judicial que se abrió en su oportunidad no dio frutos e igual suerte han corrido las investigaciones que a partir de 2010 la Fiscalía inició y que aún hoy, casi 30 años después, no arrojan resultados ni responsables. 

El informe cierra con varias recomendaciones. Entre otras, llama al Estado a preservar los archivos de todo tipo que puedan contribuir al esclarecimiento; a las Farc a reconocer las infracciones al DIH que cometieron; y a las empresas de energía a aceptar su culpa en los impactos generados por la construcción de las hidroeléctricas. Además, pide a la justicia esclarecer tanto la relación entre los paramilitares y el Ejército, como los hechos ocurridos. 

MÁS INFORMACIÓN:
Tatiana Peláez. Comunicadora del CNMH
Celular: 300 657 0140
Correo electrónico:
tatiana.pelaez@centrodememoriahistorica.gov.co

 


Lanzamiento, Masacre, Olvido, Topacio

Lanzamiento del informe “La maldita tierra”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

29 Ago 2016


Lanzamiento del informe “La maldita tierra”

El lanzamiento de este informe se llevará a cabo el 31 de agosto a las 5:00p.m. en el auditorio de la revista Semana (Cra. 11 # 77A – 49)


La maldita tierra, la nueva publicación del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), cuyos relatores son César Molinares y Nathan Jaccard, es una minuciosa investigación periodística sobre los años terribles, entre mediados de los 80 y 2000, que padeció el departamento del Cesar por la confrontación armado y, en especial, los seis municipios de la llamada zona minera donde están instaladas grandes empresas carboníferas. Los habitantes de esta región, más que prosperidad y desarrollo, han sufrido todo el rigor de la guerra

El departamento de Cesar es uno de los más ricos de Colombia. Pero también es el mejor ejemplo —o quizás el peor— de lo que ha sido la disputa por la tenencia de la tierra en el país. Campesinos, sindicalistas, empresarios, trabajadores, agricultores, líderes, políticos, mujeres y niños, hacen parte de la numerosa lista de víctimas de una guerra que ha tenido de trasfondo el control de miles de hectáreas de las tierras más prósperas que tiene el país.

El informe habla en detalle de las causas del auge guerrillero a partir de los años ochenta y la llegada de los paramilitares a la región a mediados de los noventa. También analiza el “sistema industrial de saqueo” de recursos públicos que impusieron estos últimos, la oleada de asesinatos de políticos, sindicalistas y líderes sociales que desataron, y explora a profundidad el papel de las empresas multinacionales y nacionales en todo lo ocurrido.

En los últimos 30 años el conflicto armado ha dejado a su paso por Cesar 72 mil víctimas, entre ellas 6.000 personas asesinadas, 66 mil desplazadas, 1.200 desaparecidas y 2.524 secuestradas, además de huérfanos, viudas y campesinos que abandonaron y malvendieron miles de hectáreas. (Red Nacional de Información, 2016).


En el medio, sectores del Estado, que deberían velar por los derechos de la sociedad en su conjunto, privilegiaron los intereses de unas élites políticas y económicas, que han bloqueado la solución al conflicto armado y agrario, lo que terminó siendo uno de los principales combustibles de la violencia.

Además, las grandes empresas mineras que fueron llegando a la región, y se instalaron como la gran esperanza de desarrollo, a pesar de generar empleos y dejar miles de millones de pesos en regalías, también multiplicaron los conflictos.

Entre 1996 y 2006 en La Jagua, Becerril, Codazzi, El Paso y Chiriguaná, que tenían unos 140.000 habitantes, fueron desplazadas casi 58.000 personas y otras 6.000 fueron asesinadas. Hoy en día los campesinos desplazados intentan que les devuelvan sus tierras, pero se encuentran con que éstas están en manos de socios y cómplices de los paramilitares, terratenientes, ganaderos y compañías mineras.

La maldita tierra muestra los momentos clave para entender la violencia en el departamento de Cesar y le da voz a muchos de los protagonistas, testigos y sobrevivientes, como un aporte a la verdad y a la memoria sobre la barbarie que ha padecido la Costa Caribe colombiana. Esto cobra mayor relevancia en momentos en que el país empieza a hacer el tránsito a un escenario de posconflicto y en el que se hace sustancial esclarecer esas zonas grises.

El cuadro que dibuja este texto tiene aún muchas preguntas sin respuesta, relevantes para el proceso de esclarecimiento que se abre con la firma de un acuerdo de paz. Entre ellas, una que ha sido objeto de escasa investigación: ¿hasta dónde las grandes empresas jugaron un papel en los procesos de violencia y despojo de tierras que caracterizan la década terrible del Cesar?

 


Informe, Lanzamiento, tierra

Lanzamiento: Esa mina llevaba mi nombre

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Sep 2016


Lanzamiento: Esa mina llevaba mi nombre

El lanzamiento se llevará a cabo el miércoles 7 de septiembre a las 5:00 p.m. en el Auditorio Teresa Cuervo Borda, del Museo Nacional de Colombia.


El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) por medio de un libro de crónicas “Esa mina llevaba mi nombre” y una serie radial “Los pasos rotos”, busca mostrar la humanidad de las víctimas de la Fuerza Pública que han sido afectados por minas antipersonal. En ambos trabajos el CNMH trata exclusivamente de víctimas de la Fuerza Pública a través de 10 crónicas escritas y 5 series radiales, resultado de una rigurosa investigación periodística y académica, que muestra los desafíos que vivieron 15 personas tras sufrir los impactos en sus cuerpos y en sus proyectos de vida tras ser afectados por minas antipersonal.

Las minas antipersonal son un polémico artefacto explosivo usado por primera vez, de forma masiva, en la Primera Guerra Mundial. A pesar de que su uso fue ampliamente debatido, apenas fueron proscritas en 1997 por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), mediante el Tratado de Ottawa que prohibió su empleo, almacenamiento, producción y transferencia, y reguló su destrucción. Colombia se suscribió y ratificó este tratado mediante la Ley 759 de 2002.

Ahora bien, la Ley 1448 de 2011 de Víctimas y Restitución de Tierras, reconoce como víctimas a aquellas personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos como consecuencia de infracciones al DIH. Es por eso que los miembros de la Fuerza Pública afectados por minas antipersonal son considerados como víctimas. De esta manera, el Centro Nacional de Memoria Histórica, gracias a la colaboración del Ministerio de Defensa y del Comando Estratégico de Transición, adelantó esta investigación y producción para hacer memoria histórica, a través del periodismo, acerca del dolor y la resistencia que han sobrellevado miles de colombianos cuyo sufrimiento y dignidad no han sido del todo reconocidos por distintos sectores sociales.

Existen minas antipersonal en 31 de los 32 departamentos de Colombia –el único que no registra presencia de estos artefactos es el archipiélago de San Andrés y Providencia-. Por tal motivo, la selección de las historias priorizó algunos departamentos y municipios en los que las minas han causado un mayor número de víctimas. Se realizaron talleres de memoria con las víctimas directas y en algunos casos algunos familiares, y se seleccionaron testimonios de personas que sufrieron su victimización en Antioquia, Valle del Cauca, Santander, Meta y Bogotá cuyas historias dieran cuenta de la diversidad de afectaciones y la pluralidad de maneras de afrontar y recomponer sus proyectos de vidas.

Esa mina llevaba mi nombre, escrito por Diana Durán, periodista y editora judicial de El Espectador, es un relato de 10 historias, todas tan únicas como comunes al dolor de los hombres y mujeres que han sufrido las crueles consecuencias de las minas antipersonal. Tras su paso por la vida militar, ahora, tras haberse encontrado de frente con uno de los peores horrores de la guerra, diez personas valientes luchan con igual fortaleza, esta vez, por medio de la cultura, el humor, y las reflexiones en torno a la paz.

Los pasos rotos, producido por el periodista Daniel Valencia, por otro lado, recoge las propias voces de otros cinco hombres, la forma como han resistido y las particularidades que ellos y sus familias han tenido que sobrellevar sobre esta grave herida de guerra, y su lucha para reconstruir sus sueños y proyectos, que por momentos parecieron haberse perdido.

Estos productos muestran una realidad que va más allá de los datos y las cifras. Reconstruyen las historias de vida de personas que conocen de cerca, y quizás como nadie, la crudeza de la guerra. Quizás por eso mismo, luchan por la construcción de un país diferente y abogan por vivir en paz.Fueron construidos en una estrecha colaboración con la Fuerza Pública y con el apoyo de la Embajada de Suiza y la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos.

Estas historias son parte de ese amplio y plural mosaico de sufrimientos y dignidad producto del conflicto armado en Colombia. Conocerlas y reconocerlas aporta a la construcción de una memoria histórica plural y colectiva que busca la no repetición de hechos tan atroces como los que ellos han tenido que sufrir.

Además, los talleres realizados con víctimas de minas antipersonal integrantes de la Fuerza Pública y otros más, son fuentes centrales para la construcción del Informe Nacional de Minas Antipersonal, que será publicado por el CNMH en 2017.

 


Lanzamiento, minas

Lanzamiento: edición especial Revista Conmemora

Noticia

Autor

Gonzalo Sánchez Gómez

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Sep 2016


Lanzamiento: edición especial Revista Conmemora

Editorial Conmemora – edición 4

La memoria una aliada para la paz

Por Gonzalo Sánchez Gómez, Director General del CNMH.

La memoria debe ser una aliada para la paz y no un obstáculo para la reconciliación. Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica trabajamos para hacer realidad ese anhelo, ese propósito hacia el cual queremos exhortar a los lectores de esta edición especial de Conmemora. Un país con 8 millones de víctimas no puede permitirse la idea falaz de que la paz está destinada a los que olvidan; pero también debe estar atento a señalar los discursos que utilizan la memoria del sufrimiento y la injusticia para perpetuar la guerra.

Estamos en contra de alimentar una memoria vengadora que sobre la base de una restauración imposible, o con afán punitivo, anula toda posibilidad de futuro o, más concretamente, la posibilidad de construir un nuevo pacto social; pero también estamos en contra de una memoria ingenua, y de un olvido prefabricado, que se empeña en ignorar tanto las raíces como los impactos de nuestras guerras, y sobre esa indolencia construye castillos de papel.

  1. Hacer memoria histórica como un ejercicio crítico. Es decir, renunciar a la pretensión de un relato hegemónico. La memoria histórica no es unívoca ni oficial, sino una acumulación de memorias diversas en diálogo y en tensión.
  2. Si bien no tenemos la certeza de que los ejercicios de memoria sean por sí solos una garantía para la no repetición, sí tenemos la convicción de que el olvido nos ha conducido siempre a la repetición: Colombia olvidó demasiado y la guerra siempre regresó.
  3. Necesitamos de la memoria para poder dar el salto, en la arena política, de la confrontación entre enemistades absolutas al debate entre adversarios. Pero la necesitamos también para que el recuerdo no reaparezca como pesadilla en el futuro. Las sociedades que han renunciado a la memoria para tranquilizar su presente rara vez escapan al resentimiento o la venganza.
  4. El solo recuerdo de Auschwitz no nos ha eximido de la crueldad de ninguna guerra o genocidio posterior, es verdad. Pero entre recordar y no repetir hay un universo de mediaciones y transformaciones estructurales de la sociedad que no pertenecen al campo de la memoria propiamente tal, sino al de la política, los modelos de desarrollo y los órdenes sociales. La tarea de la memoria es señalar el lugar de los problemas aunque no esté equipada para resolverlos.
  5. Las memorias de las víctimas no son idealistas ni nostálgicas ni universalistas. Son memorias pragmáticas. No se levantan por un deber moral sino por necesidad: encontrar a sus muertos, saber qué les pasó y despojarlos de los estigmas con que se los ha pretendido empañar. No son memorias discursivas sino que están centradas en los impactos de la guerra.
  6. Necesitamos reconocer procesos, no solo eventos, pues es evidente que tenemos mucha información y poca memoria. Establecer causalidades e impactos, interpretar sentidos e indagar en la experiencia vivida parece el campo privilegiado de la memoria como aliada para la paz.
  7. Las memorias de las víctimas no son per se vengadoras o tóxicas, como quisieran muchos de los que pretenden hablar por ellas. En su mayoría las víctimas no piden justicia a ultranza ni venganza, sino verdad y no repetición. La mejor reparación para nosotros, dijeron las víctimas que fueron a La Habana, es que se logre la paz. Por su parte las víctimas del paramilitarismo, antes que la ampliación de penas, demandan la recuperación de la dignidad de los asesinados, los desaparecidos o los torturados, bajo el manto de discursos legitimadores, y la revelación de verdades aún ocultas o incompletas.
  8. La violencia ha limitado pero no doblegado los ejercicios de verdad y de memoria. Rompiendo los cánones de lo experimentado en otros países en conflicto, la confrontación armada en Colombia discurre en paralelo con una creciente manifestación de memorias que desafían esquemas e invocaciones al miedo paralizante.
  9. Nuestra memoria no se refiere a una guerra lejana. Podríamos decir, nuestra memoria es un recuerdo del presente. Y en ese sentido, la memoria se configura como un dispositivo eficaz para cuestionar el aquí y el ahora e inventar el futuro inmediato.
  10. El ejercicio público de hacer memoria es por esencia una práctica de ampliación democrática y una herramienta de construcción de paz. Hacer memoria es darle presencia a una voz, una situación, un pendiente o una solución. Se trata de hacer memoria hoy no solo para una paz posible sino para impulsar la transformación del presente y la invención del futuro.

Versión digital Conmemora, edición 4:

Publicado en Noticias CNMH



2A, Conmemora, Lanzamiento

Lanzamiento Concurso Josué Giraldo

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Autor

María Camila Correa

Fotografía

María Camila Correa

Publicado

06 Oct 2016


Lanzamiento Concurso Josué Giraldo

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta, atendiendo el fallo dictado por la Sección Tercera del Consejo de Estado el 26 de junio de 2014, organizan los “Premios Josué Giraldo Cardona”. El lanzamiento de este concurso se realizará el próximo jueves 13 de octubre, enla Biblioteca Germán Arciniegas de Villavicencio, el marco de la conmemoración de los 20 años de su asesinato.


A partir de 2016 y por cinco años consecutivos se realizará el Concurso para reconocer públicamente a organizaciones o personas, que por su trabajo y actividad contribuyan de forma sobresaliente a la defensa de los D.H. y a estudiantes que habiendo escrito una tesis en el tema de Unión Patriótica y Derechos Humanos deseen una beca para cursar un programa de maestría o doctorado en cualquier universidad pública del país.

Por medio de sentencia con ponencia del Dr. Danilo Rojas, se le ordenó a la Policía Nacional y la Unidad Nacional de Protección la financiación de dos premios anuales: (i) una beca para cursar un postgrado, maestría, doctorado o postdoctorado, en la universidad pública que se escoja, premiando la mejor tesis sobre defensa de DD.HH. y el exterminio de la Unión Patriótica. (ii) premiar al grupo de trabajo, investigación u organización académica, social, que defienda y promueva la defensa de los DD.HH., en la región de los llanos orientales, con un apoyo económico de cien salarios mínimos (100 SMLV) para su fortalecimiento.

El CNMH y el Comité Cívico, organización fundada por Josué, están vinculados en la orden del Consejo de Estado como organizadores de los premios. El pago de los mismos estará a cargo de la Policía Nacional. Los galardones se entregarán durante el primer semestre de 2017.

Josué Giraldo Cardona, fue un líder de la Unión Patriótica asesinado el 13 de octubre de 1996. Ese día se encontraba jugando cerca a su hogar en Villavicencio con sus hijas cuando recibió varios disparos que acabaron con su vida. Varios meses atrás Josué había informado al Comandante de la IV División del Ejército, al Comandante de la Policía del Meta y al Director Seccional del Das -Departamento Administrativo de Seguridad- sobre las amenazas que estaba recibiendo y del peligro que corría su vida. Es por ello que la Sección Tercera del Consejo de Estado, señala que “el asesinato de Josué Giraldo Cardona es un crimen de lesa humanidad y una afrenta al ejercicio de los derechos de oposición política que degrada la confianza que las personas deben tener en las instituciones del Estado”.

En su labor como defensor de DD.HH. y militante de la UP es asesinado, como tantos antes y después de él, tratando de hacer que sus muertos contaran, apostándole a la democracia para superar la guerra, creando, desde aquél momento, paz.

El escenario es grave, peligroso y preocupante, pero ello no es impedimento para que cientos de colombianos sigan abogando por la defensa de los D.H. y lucha contra el olvido y la impunidad de los diversos episodios tan atroces que han manchado con sangre y odio el territorio colombiano.

Villavicencio

Fecha: jueves 13 de octubre de 2016
Lugar: Biblioteca Germán Arciniegas. Con el apoyo de la Defensoría del Pueblo.
Hora: 8:00 a.m.

Para mayor información escriba a: conjosuegiraldo@centrodememoriahistorica.gov.co

ENTRADA LIBRE

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Lanzamiento


Lanzamiento

Lanzamiento del informe “Tierras y conflictos rurales”

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

27 Oct 2016


Lanzamiento del informe “Tierras y conflictos rurales”

FECHA: 3 DE NOVIEMBRE DE 2016
HORA: 5:00 P.M. 
LUGAR: MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA
(CARRERA 7 NO. 28-66) 


  • La adjudicación de baldíos ha tenido un enorme peso en la definición de la estructura agraria. Entre 1903 y 2012 se adjudicaron 23,7 millones de hectáreas a casi 550.000 personas. Si se suman las adjudicaciones colectivas a indígenas y afros, en ese lapso, el Estado entregó cerca de 60 millones de hectáreas, más de la mitad de la superficie nacional (114 millones de hectáreas).
  • Se sabe que 40% de los predios registrados no tienen títulos; no se sabe cuántos predios nunca fueron registrados.
  • Entre 1995 y 2012 se entregaron a 1.225 particulares predios baldíos de más de 1.000 hectáreas que sumados representan 38% del total adjudicado en esos 17 años.
  • Aunque la tasa de sindicalización de los 2,9 millones de personas ocupadas en actividades agropecuarias no llega al 3%, los investigadores registraron un total de 2.060 organizaciones de otro tipo en el campo, entre ellas 346 consejos comunitarios y 724 resguardos indígenas, y un total de 1.527 acciones de protesta rural entre 1991 y 2013, de acuerdo al CINEP 

Tierras y conflictos rurales. Historia, políticas agrarias y protagonistas, la nueva publicación del Centro Nacional de Memoria Histórica, intenta trazar una memoria de lo que ha sido el campo colombiano durante la segunda mitad del siglo XX y la primera década del siglo XXI, y hace aportes sustanciales –algunos de ellos, polémicos– a un tema ampliamente estudiado en Colombia. 

El informe analiza la evolución de la legislación, las reformas agrarias, el reparto de baldíos y la distribución de tierras en Colombia desde 1827 hasta 2012; repasa la abundante investigación académica sobre la evolución de la propiedad y los conflictos en el mundo rural; analiza los impactos del abandono y despojo de tierras; profundiza en las características, el papel y las voces de las organizaciones sociales campesinas y los gremios agrarios para pintar un vasto cuadro de la evolución de la propiedad agraria en Colombia y los impactos de la conflictividad en el campo. 

Para ello, reúne y analiza críticamente las estadísticas existentes y, sobre nuevas fuentes documentales como las series de datos 1903 – 2012 del INCODER sobre adjudicación de baldíos y las de la Superintendencia de Notariado y Registro sobre la tradición de dominio de esos predios, cuestiona o matiza hipótesis ampliamente aceptadas sobre el aumento de la concentración de la propiedad o sobre la sustitución de cultivos transitorios campesinos por cultivos permanentes agroindustriales o forestales. 

EL INFORME SE DIVIDE EN 4 PARTES: 

La primera parte examina la legislación agraria y el reparto de tierras baldías en la primera mitad del siglo XX, para ver en perspectiva histórica la configuración de la estructura de la propiedad rural y establecer el peso que en esta han tenido las políticas de tierras del Estado colombiano. También intenta dimensionar y describir de la manera más rigurosa posible los cambios observables en la distribución de la propiedad agraria y en los usos del suelo. 

La segunda parte analiza dos fenómenos relacionados con el conflicto armado: el abandono y despojo de tierras y de otros bienes pertenecientes a pobladores desplazados de sus territorios; y los cambios en los usos del suelo, a la luz de las hipótesis que relacionan estos cambios con el modelo de desarrollo y con el conflicto armado. 

La tercera parte está dedicada a las organizaciones sociales rurales y a los gremios del sector agropecuario. Analiza sus formas de acción en medio del conflicto y da cuenta de nuevas organizaciones y formas de movilización que han surgido en los últimos años gracias a un relativo mejoramiento del clima político nacional y local. Incluye también un análisis de las opiniones de sus dirigentes sobre las políticas agropecuarias, los efectos del conflicto armado en el desarrollo rural y las perspectivas de las negociaciones de paz de la Mesa de La Habana. 

Y por último, la cuarta parte plantea unas conclusiones sobre los temas analizados que intentan mostrar la utilidad de este trabajo para la formulación de los programas que se pondrían en práctica a partir el acuerdo agrario del Gobierno nacional y las FARC en torno a la realización de una reforma rural integral. 

La aspiración es que los temas analizados en este informe contribuyan no solo al debate académico sobre el pasado, el presente y el futuro del sector rural colombiano, sino que contribuyan a darle una base empírica más sólida al acuerdo entre el Gobierno nacional y las FARC-EP “Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma rural integral”, y a mejorar los sistemas de información y de conocimiento del Estado sobre el sector rural. 

En el lanzamiento se presentarán fragmentos de los registros audiovisuales y a los asistentes se les entregará el informe. 

 

A las personas inscritas se les conservará el lugar hasta las 5:00 p.m. 

 

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Lanzamiento de “Granada. Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

02 Nov 2016


Lanzamiento de “Granada. Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”

• Según el Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH, a 14 de marzo de 2016 se habían registrado 460 personas víctimas de asesinato selectivo, 2.992 de desaparición forzada, 59 asesinadas en 10 masacres, 98 víctimas de secuestro y 50 de violencia sexual (fecha de corte de 14 de marzo de 2016).

• Según el Registro Único de Víctimas (RUV), a junio de 2016 se registraron 33.719 denuncias de personas por desplazamiento forzado. 

• Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quedaron huérfanos, al menos, 128 niñas y niños. 


Granada (Antioquia) es un municipio emblemático de la guerra y de la paz. Desde mediados de los años ochenta fue escenario de una cruenta disputa por el control de un territorio estratégico para la expansión militar, de la puja por la humanización del conflicto armado y la realización de diálogos de paz regional; y del despliegue militar que acompañó la política de Seguridad Democrática. 

La confluencia de la guerrilla, los paramilitares y el Ejército Nacional, y la disputa abierta por el control del territorio, dio lugar a lo que la poblacion describe como “la guerra total” o la “guerra de verdad” en el periodo entre 1997 y 2005. Fue así como Granada se convirtió en escenario de una intensa confrontación armada en la que se emplearon estrategias bélicas como combates, ataques, tomas, emboscadas y bombardeos. Sin embargo, fueron los asesinatos selectivos, el desplazamiento, las desapariciones y el confinamiento los que generaron, no solo un escalamiento de la guerra, sino una verdadera crisis humanitaria en esta localidad. 

Así mismo, la propagación y uso del estigma de Granada como “santuario guerrillero” tuvo un enorme peso en las dinámicas de la guerra y en los daños causados a la población y al territorio. La población de Granada fue perseguida, controlada y humillada por el solo hecho de ser de allí. Las acciones bélicas hicieron que se perdieran propiedades, fincas, cosechas, animales. El empobrecimiento de la población es evidente. El asesinato o amenaza de líderes y organizaciones, sumados al despoblamiento, generaron desactivación de muchas organizaciones pero, sobre todo, un enorme miedo a la participación y al liderazgo. 

En la Cuenca de Santa Ana, lugar de asiento de la guerrilla y eje de la disputa, la población bajó de aproximadamente de 3.000 a 320 personas; el casco urbano del corregimiento llegó a estar habitado por tan solo nueve personas. 

Pero al lado de la magnitud de la guerra, el municipio de Granada también sobresale por la respuesta de la sociedad y de las víctimas. El tejido organizativo fue el que evitó que el municipio no fuera totalmente devastado. Sobre la desesperanza de un pueblo en ruinas y una población que cada día se veía diezmada, la población civil echó mano de la fuerza de los argumentos y de la identidad colectiva y, con el firme propósito de hacer de Granada un “Territorio de paz”, desarrolló un repertorio de acciones colectivas e individuales que les permitió sobrevivir, resistir y reconstruir sobre las ruinas dejadas por la confrontación armada. 

En un contexto en el que en el país se pone en primer plano de la agenda nacional la urgencia de una salida política negociada al conflicto armado, la necesidad de avanzar en caminos de paz y reconciliación, y de reivindicar la memoria como un recurso para la verdad, el reconocimiento y la reparación, mirar hacia Granda es profundamente aleccionador. El horizonte que hoy se vislumbra en el país con la realización de los diálogos para la terminación del conflicto armado a través de la negociación configura un escenario en el que procesos locales de reparación integral ofrecen enormes aprendizajes sobre el sentido y los retos de la paz desde los territorios. Granada ha sido y puede ser un verdadero laboratorio de paz. 

Esperamos que este informe, construido desde los relatos y las memorias de la población, sea una contribución a la comprensión de lo sucedido en Granada y sirva para la visibilización de los profundos impactos dejados por el conflicto armado. Se espera que sea una oportunidad para reconocer y celebrar la fuerza y la fe profunda de la sociedad granadina en las bondades del trabajo colectivo, en la solidaridad y en el valor de la vida, además de su persistencia en la búsqueda de la paz desde el territorio. 

AGENDA:

GRANADA
Marcha de la luz y proyección de video 
Salida: Atrio del templo parroquial hasta el parque de la Vida
Fecha: 4 de noviembre de 2016
Hora: 7:00 p.m. 

Lanzamiento del informe
Fecha: 5 de noviembre de 2016
Hora: 10:00 a.m. 
Lugar: Institución Educativa Jorge Alberto Gómez Gómez

CORREGIMIENTO DE SANTA ANA
Lanzamiento del informe
Fecha: 5 de noviembre de 2016
Hora: 4:00 p.m. 
Lugar: Plaza principal 

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Lanzamiento en Bogotá: Documental Buenaventura

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CNMH

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CNMH

Publicado

10 Jul 2017


Lanzamiento en Bogotá: Documental Buenaventura

En el marco de la conmemoración de 477 años de fundación de Buenaventura, el 13 de julio a las 5:00 p.m. en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación se presentará el documental del Centro Nacional de Memoria Histórica, Buenaventura, un puerto sin comunidad, producido con base en los insumos de la investigación del informe de memoria histórica que lleva el mismo nombre.
 
Además de la presentación del documental, se hará un conversatorio con Danelly Estupiñán, investigadora local del Informe y miembro del grupo de DDHH del Comité del Paro Cívico, Ariel Palacios, de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas y Milton Caicedo, uno de los protagonistas del documental. Al final se realizará una presentación cultural y un acto simbólico con velas para acompañar, desde la distancia, a la comunidad de Buenaventura en señal de respaldo. 

La presentación en Bogotá se hace para concientizar a la población capitalina y acompañar a las comunidades afro que viven en la ciudad, para respaldar el seguimiento de la sociedad civil a los acuerdos alcanzados entre el Comité del Paro Cívico y el Gobierno Nacional. Además, se hace en una fecha conmemorativa para el puerto, con el fin de sumar acciones para los reclamos históricos que tienen los habitantes de la ciudad. 

A este acto de presentación se invitará a la Mesa Autónoma Distrital de Víctimas Afrocolombianas, Negras, Raizales y Palenqueras quienes representan a la comunidad de víctimas residente en la capital, con quienes la administración distrital viene adelantando diferentes programas para garantizar su participación y reconocimiento. 
 
El lanzamiento del documental en Buenaventura, será en el mes de agosto. 
Fecha: jueves 13 de julio 
Lugar: Centro de Memoria, Paz y Reconciliación (Cra. 19 B No. 24 – 86) 
Hora: 5:00 p.m.

Para más información: 
Maria de los Ángeles Reyes 
Correo:maria.reyes@centrodememoriahistorica.gov.co

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Lanzamiento del informe: La Tierra no basta, en Caquetá

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CNMH

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CNMH

Publicado

08 Ago 2017


Lanzamiento del informe: La Tierra no basta, en Caquetá

Es el nombre que recibe un documental que recoge las memorias de las masacres ocurridas en las fincas bananeras de Osaka y Cuna del municipio de Carepa, en el Urabá antioqueño. Una pieza audiovisual en clave de resistencia de los sobrevivientes y las familias de las víctimas en esta región de Colombia.


  • Al contrastar los datos sobre la propiedad privada registrada en el catastro rural del IGAC y las tierras adjudicadas por el Gobierno al Caquetá, el índice de coincidencia es de 87,59 %. Es decir, la gran mayoría de los predios rurales de propiedad privada tienen origen en la titulación de baldíos a lo largo del siglo XX. 
  • Según las cifras del Incoder, en el departamento del Caquetá entre 1903 y 2012 se realizaron 30.470 adjudicaciones sobre 1.625.611 hectáreas. 
  • A pesar del predominio de la mediana propiedad en Caquetá, se mantiene una desigual distribución de la tierra en las adjudicaciones de baldíos, ya que los predios de gran propiedad representan el 1,6 % del total de adjudicatarios y controlan el 14,2 % del total de la superficie adjudicada, mientras los adjudicatarios de pequeña propiedad representan el 24,7 % y controlan sólo el 3,1 % del total de la superficie adjudicada. 
  • Los períodos de más adjudicaciones coinciden con momentos particularmente conflictivos de la historia colombiana. Por ejemplo, entre 1962 y 1988, período en que se hicieron el 66,1 % del total de adjudicaciones en el Caquetá y se entregó el 60,7 % del total de área adjudicada, ocurrieron los bombardeos a El Pato, la guerra del Caquetá y los Acuerdos de La Uribe. 
  • Los períodos en los que se dieron más adjudicaciones a predios de mediana y pequeña propiedad son, en orden cronológico: 1932-1946, durante el cual los colonos de menos de 100 hectáreas recibieron el 61,18 % de la superficie adjudicada; el período comprendido entre 1962-1974, durante el cual los colonos de menos de 100 hectáreas obtuvieron el 62,70 % de la superficie adjudicada; y el período 1975-1988, en el cual los colonos de menos de 100 hectáreas obtuvieron el 69,51 % del área adjudicada. 

La colonización, la política agraria de adjudicación de baldíos, las organizaciones sociales y el conflicto armado han sido ejes determinantes de la configuración territorial y social en el departamento del Caquetá. 

Algunos de los procesos que han afectado a la región son el impulso de las colonizaciones en la guerra con el Perú; los programas de colonización diseñados en la época de La Violencia y la Violencia tardía; la colonización en el bajo Caguán tras los Acuerdos de La Uribe; la declaración de Zonas Especiales de Orden Público; la fumigación de cultivos de uso ilícito; la declaración de una zona de distensión en San Vicente del Caguán; la implementación del Plan Colombia; los planes militares diseñados para la retoma de la zona de distensión; y los actuales Planes de Consolidación Estatal Territorial. 

Podríamos decir que Caquetá se convirtió en uno de los epicentros del conflicto armado colombiano. Las autodefensas campesinas, que posteriormente darían origen a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), llegaron al Caquetá en 1955 impulsando un proceso de colonización armada en la región del Alto Pato. Desde mediados de los años 70 en esta región hicieron presencia el M-19 (Movimiento 19 de Abril) en la zona sur, y el Ejército Popular de Liberación (EPL) en el municipio de El Doncello. Luego, a finales de los años 90, ingresaron los grupos paramilitares a la zona sur del departamento, primero como Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, comandadas por la casa Castaño, y luego como Bloque Central Bolívar, comandadas por Carlos Mario Jiménez, alias Macaco. Estas estructuras paramilitares instauraron centros de tortura y muerte, y llevaron a cabo acciones de terror en la zona sur y en la zona norte del departamento con el fin de socavar los territorios históricos de la guerrilla de las FARC, lo que llevó a una degradación del conflicto que aún hoy se mantiene. En esta misma década el Caquetá fue uno de los centros de la política antidrogas en el país, lo que se tradujo en fumigaciones, restricciones a la movilidad, capturas y combates en las zonas rurales del departamento. El rechazo a esta política se manifestó en las marchas cocaleras que en el año 1996 sacudieron el sur de Colombia. 

Por otra parte, en la actualidad las organizaciones sociales en el departamento cumplen un papel muy importante. Realizan funciones de regulación de la vida cotidiana, con normas de convivencia que permiten la tranquilidad en territorios a los que no llegan jueces ni fiscales, o de bienestar a partir del aprovechamiento de los bienes disponibles. Arreglan y construyen carreteras con el dinero recolectado en los peajes comunitarios que han instalado en las vías veredales; construyen escuelas, casetas comunales y tienen iniciativas productivas solidarias que les permiten a los campesinos acceder a créditos a los que, dadas sus condiciones de informalidad (la mayoría no tiene títulos de propiedad), difícilmente podrían acceder. Igualmente, cumplen funciones de representación, ya que han impulsado en los últimos años múltiples movilizaciones, como el Paro Nacional Agrario y el paro por el derecho a la educación, movimientos que le han exigido al Estado una mayor intervención para la satisfacción de los derechos de los pobladores rurales del departamento. 

Hoy en día Caquetá es visto como un territorio estratégico para la construcción de la paz buscada en el Acuerdo Final conseguido en La Habana. Sin embargo, para comprender la dinámica actual de esta región es preciso examinar cómo se relacionan el proceso de configuración territorial, el mercado de tierras y los usos del suelo en un departamento con procesos migratorios continuos y en el que aún no se ha logrado una estabilización de la frontera agraria. De otra parte, hay que conocer qué tipo de órdenes locales ha construido la guerra, después de más de 50 años de presencia continua de las FARC-EP. 

La tierra no basta, la nueva investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica desarrollada por Erika Andrea Ramírez y dirigida por Rocío Londoño y José Jairo González, realiza una lectura de largo plazo del proceso de configuración agraria de una región que se ha construido al vaivén de las políticas de guerra y paz que se han dado en el país. Analiza el proceso de configuración territorial del departamento a partir de las diferentes olas de colonización que se han presentado desde principios de siglo, dando una visión amplia del paisaje rural caqueteño. Asimismo, da cuenta de los procesos de adjudicación de baldíos y de la incidencia que esta política agraria ha tenido en la configuración de la propiedad en el departamento. 

La investigación ofrece una lectura de la incidencia que el conflicto armado ha tenido en los procesos de despojo y abandono de tierras y en la concentración de la propiedad, y describe dos casos paradigmáticos de despojo de tierras que se han dado en el departamento. 

Uno de sus principales aportes de este informe es la descripción del repertorio de acciones políticas y los procesos de resiliencia económica de las organizaciones sociales y los gremios económicos en esta región. No debemos olvidar que esta región también es una muestra de interesantes experiencias de construcción de ciudadanías locales, de infraestructura comunitaria y de normas propias que les han permitido consolidar órdenes locales en medio de las más crudas condiciones de la guerra. 

La Oficina de Paz de la Universidad de la Amazonia realizará, durante el segundo semestre de 2017, la Cátedra de Paz y Posconflicto, como un espacio académico abierto a toda la ciudadanía regional. Participarán, como ponentes, calificados docentes e investigadores nacionales y regionales, quienes abordarán diferentes tópicos del conflicto armado desde los ámbitos de la historia, los sujetos sociales que participaron (actores armados, sociedad civil, instituciones, mujeres, jóvenes, grupos étnicos, etc.), los acuerdos de paz, las políticas y programas del posconflicto, así como los diversos abordajes teóricos y pedagógicos de construcción de paz y transformación de conflictos. La asistencia a la Cátedra de Paz y Posconflicto será libre y gratuita. Solo debe realizarse una inscripción previa en el correo oficinadepaz@uniamazonia.edu.co o en la Oficina de Paz. La Universidad de la Amazonia otorgará certificado de asistencia a quienes hayan participado en al menos 80% de las 16 conferencias programadas.  
 
La Cátedra de Paz y Posconflicto se realizará todos los jueves, entre 6:00 y 8:00 pm, en el Auditorio Cuniberti de la Universidad de la Amazonia.
 
El lanzamiento del informe inaugurará la Cátedra con un horario excepcional de 3:00 p.m. a 6:00 p.m. Participará el señor Gerardo Antonio Castrillón, Rector de la Universidad de la Amazonia, los coordinadores e investigadores del informe y los líderes y lideresas sociales que participaron en su construcción. 

Evento de lanzamiento

Florencia
Lugar: Auditorio Ángel Cuniberti – Universidad de la Amazonia. 
Fecha: 17 de agosto de 2017. 
Hora: 3:00 p.m. 

Publicado en Noticias CNMH


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Lanzamiento del informe Campesinos de tierra y agua

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

22 Ago 2017


Lanzamiento del informe Campesinos de tierra y agua

Campesinos de tierra y agua: memorias sobre sujeto colectivo, trayectoria organizativa, daño y expectativas de reparación colectiva en la región Caribe 1960-2015 

Se nombra región Caribe a la fracción del territorio nacional que comprende los departamentos de Córdoba, Sucre, Magdalena, Bolívar, Atlántico, Cesar y La Guajira; incluyendo en esta concepción a los territorios insulares del Mar Caribe colombiano, como el departamento de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, entre otros. En este sentido, el concepto comprende la parte continental como marítima o insular de Colombia, localizada al norte del país y ubicada sobre el Mar Caribe. 

La región Caribe es un territorio habitado y construido por gentes que en sus actividades productivas y culturales se hicieron pescadores, agricultores o agropescadores. También de gentes que, además de trabajar la tierra, viven del agua y que han practicado y mantenido unas formas de vivir campesinas y, en otros casos, compartidas con población indígena. Es la vida de gentes cuyas vivencias no han estado definidas únicamente por la violencia, sino por la lucha social y política, por el esfuerzo y el trabajo cotidiano para ser en familia y en comunidad, y por la relación con la naturaleza de tierra y de agua. 

Campesinos de tierra y de agua, la nueva serie del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), es el resultado del trabajo realizado por campesinos de la región Caribe y por el CNMH en el marco del proyecto “Aportes metodológicos para la caracterización del sujeto y el daño colectivo con población campesina en la región Caribe desde la perspectiva de la memoria histórica” desarrollado entre los años 2013 y 2016. 

Este proyecto de investigación surgió a partir de la solicitud efectuada al CNMH en el año 2012 por líderes sociales y campesinos del departamento de Sucre, para acompañar la formulación de una propuesta de reconstrucción de memoria histórica que fuera participativa y que permitiera la formulación de aportes para la reparación colectiva del movimiento campesino teniendo como base, por una parte, la extrema violencia a la que habían sido sometidas comunidades campesinas y población rural y, por otra, el sacrificio del proceso social y político organizativo del campesinado, así como sus capacidades colectivas. 

Esta solicitud permitió desarrollar un ejercicio de investigación participativo que vinculó un proceso de reconstrucción de memoria y una propuesta de medidas de reparación colectiva basada justamente en el daño colectivo. Se llevaron a cabo escenarios de participación y discusión donde líderes y lideresas hicieron parte del equipo de investigación y contribuyeron con su conocimiento a la orientación del ejercicio, a la construcción de la metodología y a su aplicación. 

A diferencia de otros trabajos de investigación desarrollados por el CNMH en los últimos años, en los que se abordó la lucha por la tierra o la violencia de género y su articulación con la lucha por la tierra, este trabajo implicó la construcción de un camino metodológico que vinculó memoria –sujeto y daño colectivo para pensar una propuesta de reparación colectiva pensada desde la memoria. 

La serie, que se publica en agosto de 2017, se compone de 8 documentos separados que pueden ser leídos de forma independiente o sucesiva según lo defina el lector. Sin embargo, la publicación en 8 cuadernillos no significa que se trate de la presentación de dinámicas organizativas aisladas. Por el contrario, la lectura general del informe permite aproximarse a los procesos de configuración del campesinado como sujeto colectivo en la región Caribe, sus luchas y logros, así como a las dificultades enfrentadas en el largo camino de la lucha por la tierra y por la democratización local. 

También permite tener una mirada transversal del proceso de victimización histórica del que han sido objeto, los daños colectivos generados y las formas en que han enfrentado esa violencia y han salido adelante. Finalmente, permite ver las expectativas de reparación colectiva que siguen teniendo y las esperanzas que continúan cultivando. 

Los documentos de esta serie son los siguientes: 

  • Introducción – metodologúa y conclusiones generales del trabajo de investigación. 
  • Campesinado en el departamento de Sucre.
  • Campesinado en el departamento de Córdoba. 
  • Campesinado en la mojana sucreña y bolivarense. 
  • Campesinado en el Magdalena. 
  • Campesinado en el departamento de Cesar. 
  • Campesinado en el departamento del Atlántico. 
  • Campesinado en el departamento de La Guajira. 

Como productos complementarios a la publicación de esta serie, el proyecto de investigación lanzó en 2015 un documental titulado Voces de agua y tierra y un documento de trabajo metodológico que fundamenta el resultado de esta investigación y que se tituló Memorias, territorios y luchas campesinas. Aportes metodológicos para la caracterización del sujeto y el daño colectivo con población campesina en la región Caribe desde la perspectiva de memoria histórica. También se cuenta la serie de historietas titulada Dignidad campesina y problema agrario en el Caribe colombiano. 

Se espera que este trabajo, además de contribuir a conocer la trayectoria del campesinado en la región Caribe, formule aportes para su reparación colectiva y contribuya a identificarlo como un actor clave en el marco del posconflicto. También se espera aportar al esclarecimiento desde la perspectiva de las víctimas que participaron en este proceso de memoria sobre los hechos que demandan justicia, los impactos y las afectaciones vividas en medio del conflicto. Pero más allá de la violencia, lo que muestra este trabajo es la lección de vida que ha construido y puede construir el campesinado para la sociedad.

Lanzamiento en Barranquilla

Lugar: Sala del Agua, Museo de Antropología
de la Universidad del Atlántico
Fecha: 25 de agosto de 2017. 
Hora: 9:00 a.m. 

Publicado en Noticias CNMH


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