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Formar para rescatar la identidad, reto de educación en los pueblos indígenas

Formar para rescatar la identidad, reto de educación en los pueblos indígenas

Formar para rescatar la identidad, reto de educación en los pueblos indígenas

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CNMH

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Foto: CNMH

Publicado

02 septiembre 2020


Formar para rescatar la identidad, reto de educación en los pueblos indígenas

  • La Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica realizó este 28 de agosto el conversatorio Pensamiento indígena, educación y memoria histórica.
  • La educación propia en los pueblos Wayuu y Awá, el territorio como eje dinamizador para sus comunidades y la memoria histórica en medio del conflicto armado fueron los temas centrales del diálogo.

El desafío de la educación en los pueblos indígenas está en formar desde su identidad propia, para la recuperación de su autonomía cultural y su espiritualidad entre las nuevas generaciones, ante la amenaza de lo ajeno. El diálogo entre saberes indígenas y el conocimiento académico es posible, y en esa esperanza coincidieron líderes educativos de los pueblos Wayuu y Awá participantes del conversatorio Pensamiento indígena, educación y memoria histórica, realizado por la Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) este 28 de agosto.

“Si nosotros, los indígenas, nos formamos primero en nuestro conocimiento para articular con el conocimiento colombiano, seguramente empezaremos el diálogo de un nuevo conocimiento con la academia”, expresó Rafael Segundo Mercado Epieyú, docente wayuu de la Universidad de La Guajira, quien participó de esta conversación en la virtualidad a través del Facebook Live del CNMH, junto a Gabriel Bisbicus, consejero de educación de la Unidad Indígena del Pueblo Awá —Unipa—

Bisbicus, licenciado en Etnoeducación de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, exgobernador del resguardo indígena El Gran Sábalo y expresidente de la organización Unipa, planteó un reto adicional para los educadores indígenas, como es el de formarse “a pesar de la formación desde lo occidental”.

“Tenemos que desaprender para la descolonización, porque también es cuestión mental y es cuestión de muchas cosas que confunden, de lo que vemos, de muchas cosas de afuera”, sostuvo.

El profesor Rafael Mercado es poeta y escritor de Manaure (La Guajira), lingüista de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Educación de la línea de investigación Pedagogía y Diversidad Cultural del programa Pedagogía de la Madre Tierra de la Universidad de Antioquia. “Si nosotros no conocemos nuestro origen, si no conocemos nuestros pensamientos, si no pensamos primero como wayúu, difícilmente podremos aportar un nuevo conocimiento a la ciencia”, advirtió.

Sobre la base de la identidad de los pueblos indígenas, de la conservación en cada uno de ellos de su lengua y sus saberes ancestrales, se hace posible la construcción de memoria histórica y la defensa de sus territorios atravesados por el conflicto armado.

La educación propia se enmarca en los procesos educativos de los pueblos indígenas, quienes han avanzado en la construcción de modelos pertinentes a sus culturas, intereses y necesidades desde la generación de saberes y de conocimientos ancestrales, partiendo de posturas, definiciones y reflexiones colectivas. Este conocimiento, que va pasando de generación en generación, es liderado por las autoridades indígenas para afrontar y superar las necesidades de la comunidad, siempre en defensa del territorio, la autonomía y el respeto de los derechos como pueblo.

Este diálogo de saberes hace parte del ciclo de conversatorios Diálogos por la pedagogía de la memoria, un espacio de encuentro en el que diferentes actores educativos y culturales, comprometidos con los procesos de pedagogía de memoria histórica en sus territorios, nos comparten sus experiencias.

 

Link: https://www.facebook.com/CentroMemoriaH/videos/3276717905743798


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Awá, Estrategia de Pedagogía, Memoria Histórica, Pensamiento indígena, Pueblos Indígenas, Wayuu

Llevamos herramientas para tejer la memoria a docentes de Fusagasugá

“Construcción de memoria: posibilidades para la reparación”

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CNMH

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CNMH

Publicado

26 junio 2020


Llevamos herramientas para tejer la memoria a docentes de Fusagasugá

  • El taller Entretejiendo Memorias llegó a Fusagasugá y permitió extender y diversificar la mirada sobre temas como el conflicto, la paz, la memoria y cómo ser agentes de cambio en la sociedad.
  • Esta estrategia formativa sobre herramientas pedagógicas para abordar la memoria del conflicto armado, dirigida a docentes, bibliotecarios y gestores culturales, se replicará en julio en el departamento de Antioquia.

El taller virtual Entretejiendo Memorias, estrategia del equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica que busca ofrecer herramientas para abordar la memoria histórica del conflicto armado en Colombia, llegó a la ciudad de Fusagasugá. Funcionarios, docentes, bibliotecarios y gestores culturales del municipio participaron de esta acción formativa desarrollada con la colaboración de la Secretaría de Cultura.

Durante cuatro días, los participantes trabajaron sobre el tema de la memoria histórica empleando diferentes herramientas, reconociendo sus memorias individuales y colectivas en un proceso de interpretación y análisis de su contexto local. En las actividades se utilizaron recursos como el acervo documental del CNMH, sus herramientas digitales y las memorias y experiencias de los participantes.

El taller planteó cuatro puntos de abordaje pedagógico para la memoria histórica: el uso de fuentes documentales y el pensamiento histórico, la construcción de paz para la no repetición, la transformación positiva y creativa de conflictos desde habilidades psicosociales y la construcción de escenarios de remembranza para el ejercicio de la reparación simbólica.

“El taller ha sido planteado desde un enfoque constructivista y dialógico en tanto que todos los colombianos tenemos alguna experiencia individual o colectiva sobre el fenómeno del conflicto armado interno” señala Sayra Benítez, asesora de la Dirección del CNMH con funciones de pedagogía.

La Secretaría de Cultura destacó la importancia de tener acercamientos a instituciones como el CNMH para la adquisición de herramientas para impactar a la población local. “Tuvimos la oportunidad de extender y diversificar nuestra mirada a temas como el conflicto, la paz, la memoria y sobre todo cómo ser agentes de cambio en nuestra sociedad”, señaló Karen Moreno Castro, profesional de apoyo del área de Patrimonio Cultural de la Alcaldía de Fusagasugá.

El próximo encuentro de Entretejiendo Memoria se desarrollará el próximo mes de julio en Antioquia con docentes, bibliotecarios y organizaciones de víctimas. El taller contará con colaboración con la Secretaría de Educación Departamental.


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En junio y julio, cinco conversatorios para dialogar sobre la memoria histórica

Especial digital niños y niñas

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CNMH

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CNMH

Publicado

5 junio 2020


En junio y julio, cinco conversatorios para dialogar sobre la memoria histórica

  • El CNMH y el Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas —Ipazud— realizarán un ciclo de cinco foros virtuales para abrir un diálogo sobre el trabajo por la memoria histórica.
  • El Centro Nacional de Memoria Histórica y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas firmarán un convenio para generar y fortalecer sinergias en relación con la pedagogía y la apropiación social de la memoria histórica.

Durante los meses de junio y julio, el Centro Nacional de Memoria Histórica realizará el ciclo de foros virtuales Diálogos por la memoria histórica, un espacio académico abierto al público para visibilizar y dar a conocer a la ciudadanía los programas y proyectos que desarrolla la entidad a través de sus diferentes áreas.

Este escenario promueve el diálogo sobre el trabajo por la memoria histórica que adelantan las direcciones técnicas de Acuerdos de la Verdad —responsable de diseñar y aplicar el Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad—, Construcción de la Memoria Histórica —que hace visible la producción de memorias plurales desde las comunidades afectadas por el conflicto armado—, Museo de Memoria de Colombia —que articula las memorias de todas las víctimas del conflicto armado interno con la construcción del futuro como nación— y Archivos de los Derechos Humanos —que trabaja en función de ordenar, clasificar, describir y garantizar la custodia, preservación y el uso por parte de investigadores y público en general de los cientos de miles de archivos de derechos humanos—, y la Dirección General del CNMH.

Este ciclo de foros se llevará a cabo con el apoyo del Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (Ipazud). Con esta universidad buscamos consolidar escenarios de debate abiertos, que nos vinculen y nos permitan continuar en sintonía con la comunidad académica.

Está actividad está inscrita en el convenio interinstitucional que el CNMH y la Universidad Distrital firmarán en los próximos días. El Ipazud busca educar y generar iniciativas de proyección social en torno a la paz, la memoria, el conflicto armado y la ciudadanía, tanto en el espacio local como en las distintas regiones de Colombia; de allí que esta alianza generará y fortalecerá sinergias en relación con la pedagogía y la apropiación social de la memoria histórica.

Los foros se realizarán cada dos semanas y contarán con el acompañamiento y moderación del Ipazud. Cada uno tendrá una duración de dos horas: en la primera parte, se expondrá el trabajo del CNMH de acuerdo al tema y en la segunda se generará un espacio de interlocución y diálogo a partir de preguntas del moderador de la actividad y de los asistentes.

Diálogos por la memoria histórica empezará este viernes 5 de junio, con el conversatorio ¿Qué hemos aprendido sobre el paramilitarismo en Colombia? Balance del Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad, liderado por Jenny Lopera, directora de Acuerdos de la Verdad del CNMH.

El siguiente foro será el 18 de junio, con Sebastián Londoño, director de Construcción de la Memoria del CNMH. El 2 de julio, el invitado será Fabio Bernal, director del Museo de Memoria de Colombia, y el 16 de julio participará Marcela Rodríguez, directora del Archivo de Derechos Humanos. Estos cuatro primeros foros se trasmitirán a través de Facebook Live a las 3:00 p.m.

Para finalizar, el director general del CNMH, Darío Acevedo Carmona, participará el jueves 30 de julio, en el foro Memoria, historia y verdad, junto al rector de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Ricardo García Duarte, y el director del Ipazud, Wilson Díaz Gamba. Este foro se hará durante el programa radial Revista de la Mañana, de la emisora de la Universidad Distrital LAUD, y se transmitirá de 7:30 a.m. a 10:00 a.m. En este espacio radial, se formalizará el convenio marco de cooperación académica entre el CNMH y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Para más información sobre estos y otros eventos, los invitamos a seguir las redes sociales del Centro Nacional de Memoria Histórica.


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Diana Yucuma: “Biblioteca y memoria casi son sinónimos”

“Biblioteca y memoria casi son sinónimos”: Diana Yucumá

Diana Yucuma: “Biblioteca y memoria casi son sinónimos”

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CNMH

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CNMH

Publicado

15 mayo 2020


Maestros y maestras: historias del territorio que inspiran

En el Día del Maestro queremos reconocer las diversas formas de hacer pedagogía de la memoria histórica. En esta entrevista, Diana Yucumá, quien ha sido profesora en la Universidad Javeriana y hoy está al frente de la Red de Bibliotecas de Colsubsidio, nos habló sobre el papel de las bibliotecas como lugares de construcción de memorias colectivas.

Si quieren conocer más historias de maestros y maestras que trabajan por la memoria, los invitamos a visitar nuestras redes sociales.

¿Por qué es importante la pedagogía para fortalecer la memoria histórica?

“Nos permite aplicar metodologías para lograr que las personas puedan conversar sobre sí mismas, generando espacios de confianza en donde se sientan reconocidas y valoradas, y así conocer su historia personal, sus alegrías, tristezas, miedos, recuerdos.

También nos ayuda a sistematizar la información, extraer los asuntos relevantes, organizarlos, registrarlos y dar paso a la construcción de las memorias colectivas. También nos permite, proponer procesos de socialización de esta memoria histórica, como la creación de productos culturales: libros, videos, podcasts, exposiciones, entre otros, que quedan como legado para las actuales y futuras generaciones”.

¿Qué estrategias de apropiación de la memoria histórica ha usado en su labor?

“Cada ejercicio parte de generar espacios de diálogo con la comunidad. Consultamos documentos para conocer problemáticas e intereses, y ahí afloran temas como el desplazamiento, las migraciones, las violencias de género, los conflictos entre vecinos, una infinidad de situaciones. Hacemos mesas de trabajo, entrevistas, visitas, identificación de personas, registro audiovisual, entre otros, para tener suficiente información que nos permita pasar a procesos de construcción de y sistematización de memoria.

Allí iniciamos con la sistematización y análisis de esa información: qué queremos decir, cómo lo vamos a presentar, cómo queremos que quede este legado. Y, finalmente, pasamos a un proceso de producción, que en algunos casos ha terminado generando libros, exposiciones, mapas, conversatorios, en fin, son variadas y diversas las formas para hacer esta producción”.

¿Por qué debemos promover que las bibliotecas sean espacios para la memoria histórica?

“Biblioteca y memoria casi se pueden considerar sinónimos. Las bibliotecas, desde que se crearon, conservan la memoria y el conocimiento. Nuestras bibliotecas están llenas de valiosísimos y fundamentales documentos de ciencia, matemáticas, historia, geografía, literatura de carácter universal que, por supuesto, deben estar, pero también han hecho un esfuerzo muy necesario por registrar la memoria local, que hace parte de esas pequeñas comunidades y que va a perderse si no se registra.

La biblioteca tiene una gran ventaja y es que acoge a todos sin excepción: escolarizados, no escolarizados, adultos y niños, personas que quieren ir a la biblioteca, personas a las que no les interesa ir a la biblioteca, y en esa medida puede tener tantas voces como públicos o personas que viven en una comunidad y construir y registrar historias y memorias diversas”.

¿Cómo incluir a todas esas personas desde sus tradiciones, necesidades y capacidades?

“Los procesos de construcción de memoria no son válidos si no participan las comunidades. Las bibliotecas proponen herramientas, pero quienes hacen el proceso son ellos. Por supuesto, no siempre las personas están dispuestas a participar, entonces nosotros buscamos que entiendan la relevancia de registrar y participar en este tipo de asuntos. Así identifican de qué quieren hablar, qué memoria es la que quieren construir, qué saberes quieren poner sobre la mesa.

Nada de esto se puede imponer desde la biblioteca. Para motivar la participación tiene que haber una posición muy humilde de parte del equipo que hace la mediación, muy respetuosa de esos saberes locales, que realmente tenga la posibilidad de establecer cuáles son esos hitos, esos asuntos clave que pueden abrir un camino hacia la memoria colectiva”.

¿Qué ha aprendido usted de sus estudiantes?

“Quien más ha aprendido en estas posibilidades de compartir el aula soy yo. Para establecer conversación con mis estudiantes necesito estar actualizada, conocer sus inquietudes, sus intereses, de tal forma que la clase no responda simplemente a un currículo, sino que esa información que yo traigo, desde la perspectiva de esas inquietudes y expectativas, empiece a cobrar sentido. No hay una posición de ‘yo enseño y tú aprendes’, sino que hay una posición de construcción de conocimiento colectivo.

Lo otro que aprendo es que ellos, al igual que todos nosotros, tienen unas luchas diarias. Muchas de las estudiantes son madres cabeza de hogar o ya tienen sus familias y además trabajan; entonces, enseñar también me permite reconocer estas situaciones propias del día a día y cómo cada uno se esfuerza por hacer de su vida algo más gratificante. Aprendo de ellos la disciplina, las ganas de seguir siempre adelante, de buscar un mejor futuro, de aportar a una sociedad”.

¿Alguna enseñanza o anécdota que nos quiera compartir?

“La que más contenta me pone es cuando me contactan estudiantes, luego de mucho tiempo de haberles dictado clase, y me hacen consultas, a través de un mensaje de WhatsApp, una llamada, un correo electrónico, y me piden que les ayude con una asesoría o que sea su evaluadora en algún proceso. Eso implica que algo pasó en esa relación de seres humanos. Se generó confianza y un reconocimiento con esa persona”


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Para que jamás se repita

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

8 Abril 2020


Para que jamás se repita

La violencia ha forjado el pasado y el presente de Humberto Moreno. Su liderazgo en la zona bananera de Urabá inició hace más de diez años cuando promovió la celebración de un minuto de silencio y una eucaristía en memoria de las víctimas de la masacre de Osaka, en la que perdió a su esposa y a diez compañeros de trabajo, el 14 de febrero de 1996. Su dolor, pero también la necesidad de reinventarse y buscar una reparación por aquel episodio que partió su vida en dos, lo han llevado a reencontrarse con otras víctimas de la región y a encabezar procesos de memoria histórica que en sus palabras “me han regresado la esperanza y las ganas de vivir”.

Ganas que perdió esa mañana de febrero en la que guerrilleros del Frente V de las Farc detuvieron el autobús en el que viajaban 45 trabajadores de la finca bananera Osaka, ubicada en Carepa (Antioquia). Les ordenaron bajar del vehículo y al notar que algunas personas huían, abrieron fuego de manera indiscriminada. Algunos se refugiaron debajo del bus, otros en un canal de desagüe; otros no lograron escapar. Entre ellos, Miriam Padilla León, su esposa.

“Fueron unos años muy dolorosos. Yo tenía proyectos con ella pero todo cambió. No encontraba cómo olvidar lo ocurrido hasta que inicié el proceso con las víctimas de Osaka”, asegura Humberto y cuenta que no fue una tarea fácil. ”Al principio teníamos mucho miedo a ser señalados, pero al final vencimos ese sentimiento, todo confluyó y pudimos sacar ese dolor de adentro”.

Fue así como participó junto a otras víctimas del municipio en la iniciativa “Memorias que Renacen”, que contó con el apoyo del Centro Nacional de Memoria y la alcaldía de Carepa. En este ejercicio se realizaron talleres de memoria, una cartilla con sus historias y dos documentales que relatan la violencia en el Urabá antioqueño en la década de los 90.

“Para mí es muy importante hacer memoria. Eso nos sirve para que la sociedad conozca todo lo que esta región vivió y que lo tengan presente para que jamás se repita”, asegura Humberto y con orgullo cuenta que gracias al trabajo realizado con sus compañeros hoy varios de ellos han recibido una indemnización, pero también han logrado visibilizar la violencia sufrida en aquellos años.


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Colombia, Conflicto Armado, Darío Acevedo, Entrevista, Memoria Histórica

Curso de Archivos y Derechos Humanos

Curso virtual en organización de archivos y derechos humanos

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

31 Mar 2020


Curso virtual en organización de archivos y derechos humanos

El Archivo General de la Nación y el Centro Nacional de Memoria Histórica ofrecen un curso virtual para víctimas del conflicto, sociedad civil y entidades públicas y privadas interesadas en capacitarse en buenas prácticas para el manejo de archivos referidos a graves y manifiestas violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario, en el marco del conflicto armado interno.

Este curso, que no tendrá costo, representa un compromiso por generar espacios que fortalezcan los conocimientos de registro, acopio, custodia, preservación y puesta al servicio de estos archivos para la construcción de la memoria.

Contenido del curso

DIA 1

  • Presentación
  • Introducción a las políticas públicas de archivos y derechos humanos
  • Justicia transicional, archivos y DD. HH.

DIA 2

  • Función archivística y gestión documental
  • Introducción a la organización de archivos
  • Normatividad en archivos relacionados con graves y manifiestas violaciones a los DD. HH.

DIA 3

  • Instrumentos para la organización de archivos referidos a las graves y manifiestas violaciones a los DD. HH. e infracciones al DIH

DIA 4

  • Introducción a la conservación documental
  • Introducción a la preservación digital

DIA 5

  • Programa de DD. HH y memoria histórica
  • Componentes de registro especial de archivos de derechos humanos y protocolo de gestión documental
  • Presentación del archivo virtual y la biblioteca especializada de la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos

Se dictará tres veces el mismo curso: del 13 al 17 de abril, del 18 al 22 de mayo y del 15 al 19 de junio de 2020.

Inscripciones

Las inscripciones deberán realizarse a través del correo electrónico juan.pulido@cnmh.gov.co. El curso virtual no tiene costo y se generará certificado de participación, previo cumplimiento de horas y tareas asignadas. Habrá cupo límite según el orden de inscripción.

Formulario de inscripción

Nuevos cursos virtuales de formación en archivos de derechos humanos

Gracias a la respuesta de más de 1200 víctimas del conflicto y personas interesadas en participar en el curso virtual gratuito de Organización y Gestión de Archivos de Derechos Humanos, el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Archivo General de la Nación han decidido abrir nuevos espacios de formación.

Para tal fin, se está trabajando en la programación del curso en sesiones adicionales a las ya programadas (13 al 17 de abril, 18 al 22 de mayo y 15 al 19 de junio). Las nuevas fechas se informarán a los interesados a través del correo electrónico.

“Trabajamos rápidamente para fortalecer la plataforma, que sea más robusta y que ofrezca acceso ilimitado a los cursos virtuales, en los que participan todas nuestras víctimas, sus organizaciones y la sociedad civil”, explicó la Directora del Archivo de los Derechos Humanos de la entidad, Marcela Rodríguez.

La funcionaria invitó a los interesados en participar en los cursos virtuales que tengan alguna inquietud, a comunicarse a través del correo electrónico juan.pulido@cnmh.gov.co

Participantes

El curso contará con la participación de:

Marcela Rodríguez Vera: Restauradora de bienes muebles de la Universidad Externado de Colombia y magíster en investigación social de la Universidad Distrital.

José Luis Alarcón: antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en gerencia social de la ESAP, y en gobierno, gerencia y asuntos públicos de la Universidad Externado de Colombia.

Valeria Eraso Cruz: historiadora de la universidad del Tolima, estudiante de maestría en derechos humanos de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

Natacha Eslava Vélez: profesional en restauración y conservación de bienes muebles de la Universidad Externado de Colombia, y experta universitaria en gestión documental y administración de archivos de la Universidad FASTA en Argentina.

John Fredy Garzón Caicedo: profesional en ingeniería de sistemas de la CUN y magíster en gestión documental y administración de archivos de la Universidad de la Salle.

Jhonattan Alexander Hoyos Sepúlveda: abogado de la Universidad La Gran Colombia, y consultor y contratista independiente en derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario.

Carlos Andrés López: bibliotecólogo y archivista de la Fundación Universitaria INPAHU, y especialista en gerencia de proyectos informáticos de la misma universidad.

Carolina Muñoz Ramírez: profesional en sistemas de información, bibliotecología y archivística, y especialista en sistemas de información y gerencia de documentos.

Laura Sánchez Alvarado: antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia y especialista en análisis de políticas públicas. Ha realizado investigación en antropología social e historia, patrimonio material e inmaterial.


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Colombia, Conflicto Armado, Darío Acevedo, Entrevista, Memoria Histórica

En Colombia no puede haber una sola versión del conflicto: Darío Acevedo

Autor

hacemosmemoria.org

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CNMH

Publicado

27 Mar 2020


En Colombia no puede haber una sola versión del conflicto: Darío Acevedo

Para el director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo, el conflicto armado en Colombia se ha desdibujado por la participación de diversos actores armados y por los cambios que ha sufrido a causa de su extensión en el tiempo, lo que hace que la memoria sea un terreno de mayor disputa “no por principios sino por las circunstancias”.

Desde que se posesionó como director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el 21 de febrero de 2019, el historiador Darío Acevedo ha recibido duras críticas de sectores sociales, académicos y de organizaciones de víctimas por algunas de sus decisiones. En entrevista con Hacemos Memoria, Acevedo afirmó que es víctima de una “persecución” y pidió una discusión académica en la que pueda exponer sus puntos de vista.

¿Cómo interpreta usted las tensiones que ha tenido su dirección en el CNMH con algunos sectores sociales y de víctimas?

La memoria, en cualquier circunstancia de conflicto, nacional o internacional, siempre es motivo de discusión, de debate, de polémica. Hay casos en los que se da el asunto más fácilmente porque se encuentra evidente la distinción entre víctima y victimario, como fue el caso del régimen nazi y la población judía; también está el caso de Sudáfrica, con el régimen del apartheid, en el que se beneficiaba una minoría blanca que impuso un régimen odioso frente a más del 85 por ciento de la población que era negra. Estos son casos en los que es posible que el debate sea casi inexistente en razón de los consensos, y en razón de que estos consensos les permiten a los estados asumir políticas de reparación con mucha claridad. Por ejemplo, todavía el Estado alemán se encuentra reparando a población judía sobreviviente.

En el caso nuestro la cosa es distinta porque es un conflicto muy extenso, nace en circunstancias de auge de la Guerra Fría, pero cambia con el tiempo, y el cambio más significativo tiene que ver con el derrumbe del comunismo en la Unión Soviética y con la emergencia del fenómeno del narcotráfico. Esto supone etapas de altas y bajas en lo que llamamos el conflicto armado colombiano. A esto se suma que no hay una sola guerrilla sino tres, cuatro, y en un momento hubo incluso siete guerrillas, todas de diferente signo, con las que el Estado no podía negociar con todas. Allí también aparecen los paramilitares, algunos de ellos en clara alianza con agentes del Estado y la Fuerza Pública, esto es innegable. Todo eso va desdibujando el conflicto armado como un conflicto entre dos partes. Y esto hace que la memoria sea el terreno de la mayor disputa, no por principios sino por las circunstancias. Y una circunstancia adicional que ha complicado el conflicto armado entre nosotros es el hecho de que todo esto se da en el marco de una democracia. No en una dictadura como la hubo en Chile o Argentina o El Salvador. Aquí no hubo un régimen militar y esto también le da un tinte a la discusión, sobre todo de quienes piensan que el levantamiento armado dentro de una democracia no es lo más lógico que haya podido suceder en el mundo.

Entonces ¿Qué es lo que yo planteo o entiendo? Que lo que se debe seguir es esa discusión, ese debate desde un ámbito académico, pero desafortunadamente un debate propiamente académico no ha habido en el periodo en el que yo he estado gestionando el Centro Nacional de Memoria Histórica. No ha habido un solo foro en el que podamos contestar hipótesis, teorías, pensamientos, estudios. Incluso desde antes de yo posesionarme ya estaba cuestionado.

Pero ¿qué piensa de las fricciones que ha tenido el Centro de Memoria con los sectores considerados cómo víctimas?

No. Nosotros no hemos tenido mayores problemas con los sectores sociales que se acreditan como víctimas del conflicto armado colombiano. Nuestros equipos han ido a diferentes puntos. Muchos de ellos incluso vienen de la dirección anterior. No ha habido cambios drásticos. Ha habido una reducción en la contratación en razón de las políticas de austeridad, pero tampoco es muy significativo. Donde quiera que hemos ido, hemos estado en contacto con las víctimas, con las organizaciones. Ha habido problemas con algunas en el campo de eso que llamamos la agitación política. Pero en términos generales a nosotros nos ha ido muy bien en los territorios.

¿Por qué afirma que hay una persecución encabezada por María Emma Wills y otros intelectuales en contra de las decisiones que ha tomado como director del Centro?

Es que eso es como evidente. Yo no he tenido la oportunidad de sentarme frente a un auditorio académico a explicar la política que estoy adelantando. Lo explico a través del portal de la entidad. Mis puntos de vista han sido tergiversados, incluso desde antes de yo asumir. Todo se debe, en gran medida, a mi posición ideológica y política que era ampliamente reconocida, en la medida de que yo era un columnista en El Espectador, colaborador en El Colombiano, El Tiempo, en programas de análisis, en ensayos que escribí cuando era profesor de la Universidad Nacional. Mi posición era reconocida, pero ahí es donde digo que hay persecución porque a uno no lo pueden censurar por lo que haya pensado antes. Lo importante es que uno atienda los dictámenes de ley y las políticas del gobierno en materia de reparación de víctimas en este caso. Y, en estas, lo que yo he dicho es que me muestren una sola frase, escrita o pronunciada, que se pueda poner entre comillas, y eso es lo que no han hecho.

Lo que yo he observado de parte de los directores anteriores es que ellos tratan de averiguar lo que yo quiero hacer, o lo que quiero imponer, pero no logran encontrar en mis actuaciones algún hecho o alguna frase que tienda a eso que ellos me atribuyen, que es como deformar la memoria, o a desconocer el conflicto o crear una verdad oficial.

Sobre este último punto, yo desde el principio fui el que recalqué que todo lo que hubiera hecho la dirección anterior y todo lo que yo hiciera en el Centro Nacional de Memoria Histórica era controversial, y lo dije, primero, por convicción, y, segundo, porque la misma Ley de Víctimas estipula que no debe haber verdades oficiales. Las verdades oficiales son propias de las dictaduras. Entonces yo entré combatiendo y criticando la pretensión de que aquí haya una sola versión del conflicto. Y no creo ser la única persona que crea en ello.

En una columna en el periódico Debate, usted expresa que Wills dice falsedades y lanza afirmaciones sin sustento en su contra. ¿Cuáles son las afirmaciones de Wills que usted considera falsas?

Yo soy académico. Di clases en la universidad durante más de 30 años, publiqué textos fruto de investigaciones y he exigido se me trate como tal, pero no lo he recibido; no he recibido ese trato por cuestiones ideológicas. Lo propio entre académicos es que nos citemos: usted dijo esto, y lo pone entre comillas. Pero usted se fija en ciertos pronunciamientos del doctor Gonzalo Sánchez y de la doctora María Emma, y de otros reconocidos intelectuales como Rodrigo Uprimmy, y es como si no hubiera pronunciado discursos en distintos eventos, como si no hubiera producido materiales dentro del campo de la memoria histórica. La primera cuestión tiene que ver con eso, que no se me cita.

Por otra parte, se dice que yo voy a imponer una verdad oficial, cuando lo que he tratado es de sacar la contribución de la verdad, en términos de convenios, hacia afuera, como con la convocatoria de Colciencias que tiene la pretensión de evitar que el director, llámese como se llame, produzca las verdades sobre el conflicto armado colombiano. Yo estoy dando la oportunidad de que más de 650 grupos de investigación, inscritos y reconocidos por Colciencias en sus máximas categorías, A1 y A, presenten sus proyectos para estudiar diversos aspectos. Son 15 proyectos y todos dicen ‘Conflicto armado y…’, etc.

Otro punto dice que yo voy a borrar la memoria de las víctimas. Que yo me voy a inclinar a los victimarios, como dicen de ganaderos, comerciantes, etc. Lo que he planteado es que la Ley de Víctimas reconoce a aquellos sectores que hayan sufrido hechos graves en materia de DIH y Derechos Humanos, vengan de donde vengan. Entonces yo no veo por qué, cuando ellos estaban dirigiendo, si pudieron hacer unos trabajitos sobre empresarios, soldados y policías, y yo no pueda hacerlos.

Yo tengo estadísticas del informe de gestión y en la plataforma de la entidad dice claramente: iniciativas de memoria, 120 iniciativas apoyadas a 2018. ¿Cuántas se hicieron con militares? Exitosas, tres. ¿Cuántas se están haciendo? Algunas que no han terminado: con las madres de Soacha, es decir con casos de falsos positivos; con las víctimas de Rosa Blanca; con familiares de concejales muertos en Rivera; con familiares de los diputados asesinados en el Valle del Cauca; con la masacre de La Chinita, que de pronto vamos a obtener resultados en cosa de dos meses; con las Madres de La Candelaria estamos trabajando. De manera que estamos trabajando con todos los sectores de víctimas y la falsedad consiste en decir que yo solo trabajo con militares y empresarios. Eso es lo que yo llamo imposturas o falsedades del debate.

Es más, con el tema de los ganaderos que se ha agitado tanto, nosotros ni siquiera hemos firmado convenio. Fue una petición de ese sector porque ellos dicen, y con toda razón, que la mayoría de los miembros de la federación sufrieron secuestros, amenazas, asesinatos y destrucción de sus bienes y propiedades.

¿Qué cambios metodológicos y conceptuales ha tenido el CNMH bajo su dirección?

Con las iniciativas de memoria, que es el contacto con las comunidades para recuperar su memoria, su proceso de reparación, de resiliencia, de la superación del drama, de ayudarles a llevar su duelo hasta el final, en eso seguimos utilizando la metodología que han usado los profesionales durante los ocho años previos.

En materia de investigación si hay un cambio. Saqué la investigación, en buena parte, para hacerla con Colciencias, ahora Ministerio de la Ciencia. Este es un cambio, pero, ¿es positivo o negativo? Lo que pasa es que yo no puedo llegar a una institución a enmendarles la plana a los antecesores. O sea, como que yo llego y no tengo ninguna función y ninguna autonomía, y no puedo hacer nada porque de pronto estoy alterando las cosas. Yo he tratado de modificar cosas, pero que son propias de mi función.

Por ejemplo, en el Museo aún faltan por concretarse algunos cambios porque apenas estamos empezando la construcción física. Y hay que hacer cambios que serán explicados en su momento. Pero en lo demás, digamos, en la Dirección de Acuerdos de la Verdad que trabaja con desmovilizados del paramilitarismo, seguimos la misma metodología. En materia de archivos incluso mejoramos su tratamiento porque hice convenio con el Archivo General de la Nación, entidad rectora, y con la Jurisdicción Especial de Paz, que le trazó medidas cautelares a los archivos que nosotros tenemos. Eso implica que cualquier movimiento que se haga de esos archivos, cualquier tratamiento, debe estar autorizado por esas dos entidades.

Por ejemplo, nos cambiamos de sede. El traslado de los archivos se hizo hasta con el acompañamiento de la Procuraduría, la Policía Nacional, la JEP, para que no sufrieran ninguna alteración. Entonces no sé a qué se refieren cuando dicen que yo estoy cambiando todo.

¿Qué puede decir sobre el hecho de que la Asociación Minga haya sacado sus archivos del CNMH?

Primero, nosotros encontramos gran cantidad de archivos dados en calidad de préstamo, unos, y en calidad de donación, otros. Todos los archivos que entran a la entidad tienen que ser procesados técnicamente y se deja una copia digitalizada. Los que están en préstamo se digitalizan y se organizan para que sean utilizados por el público o investigadores y luego se devuelven a los propietarios naturales. En eso no hay ningún misterio. Lo que ha sucedido es que hay una campaña de desinformación.

Por ejemplo, cuando yo me fui a posesionar, al día siguiente di una entrevista que quedó mal titulada porque decía: “140 organizaciones van a retirar sus archivos”. Más adelante, el expresidente Ernesto Samper que se sumó a esa campaña, dijo que “27 organizaciones han retirado sus archivos del Centro Nacional de Memoria Histórica”’. Y solamente, a la fecha, la Minga retiró sus archivos. Pero, ¿sabe desde cuándo inició el proceso? El 26 de febrero del año pasado, estando yo recién llegado a la dirección que fue el 21 de febrero. Se demoró un año para hacer el retiro normativo, con delegados de la JEP, la Procuraduría, la policía. Eso no tiene ningún misterio, se devuelven. Pero nosotros quedamos con una copia digitalizada, así como la JEP y el Archivo General de la Nación.

¿El CNMH qué objetivos tiene para este año?

Tenemos cuatro unidades. En materia de Acuerdos de la Verdad, que trata con desmovilizados paramilitares, avanzar hacia la meta de las 18.300 certificaciones y en este momento estamos cerca de las 15.500. En el caso de los archivos, avanzar en la clasificación y digitalización de una cantidad muy grande de archivos que no estaban procesados; vale la pena decirlo, no recibimos todo en orden en materia de archivos. En el caso de la memoria, avanzar en la selección de los 15 proyectos de investigación a través del Ministerio de la Ciencia. Y en ese terreno de la memoria tenemos 43 iniciativas cuando lo normal son 25, teniendo en cuenta la diversidad territorial, los enfoques diferenciales como la comunidad LGBT, la población adulta, los afectados por minas antipersona, el enfoque de mujer, el enfoque de niños y niñas, el enfoque étnico y la población afrocolombiana. Y en materia de Museo, lo que le vamos a dejar a la comunidad colombiana es haber seleccionado la firma que va a construir el Museo, que ya está diseñado y financiado. Y para diciembre, que esté construida la sedimentación, o sea, todo lo que es la excavación y las bases.

Una de las cosas que más preocupa a las víctimas es cómo será el museo. ¿Qué puede decir al respecto?

Voy a mencionar varios casos. Primero, la centralidad del Museo, se va a dar todas víctimas diversas del conflicto. Las víctimas son muchas y muy diversas y cada una tiene una memoria diferente. Aquí no va haber una memoria única. Segundo, las muestras no podrán estar inspiradas en una de las versiones del conflicto armado, pero tampoco ningún sector ideológico o religioso podría decir que esto es lo que interpretamos sobre el conflicto. Tercero, el Museo va a tener mucha información de tiempo, modo, lugar, sobre hechos que fueron impactantes en la vida nacional y que afectaron a núcleos significativos de la población. En cuarto lugar, el Museo se dotará también con aportes hechos por las comunidades como obras artísticas, producción de objetos como artesanía, de agricultura comunitaria, etc. Muchos de estos procesos, digamos, pueden ser ofrecidos por las mujeres tejedoras, son muchos los casos que se pueden mostrar en vivo en el Museo. Y el último punto es que se va a tener en consideración el elemento artístico, siempre orientado al sufrimiento de la gente. Tenemos que evaluar la experiencia previa de lo que ya se ha hecho y qué otras cosas nuevas podemos aportar.

Director, finalmente, ¿qué entiende por Memoria Histórica?

Yo, como historiador que soy, reconozco que la memoria en su insumo del trabajo del historiador. Pero es algo que pertenece a las comunidades, es algo con lo que no se puede entrar en contradicción. Yo parto del principio de que el trabajo que nosotros hacemos con las comunidades afectadas por el conflicto, sea quien sea el victimario, nosotros lo respetemos integralmente, respetemos lo que digan las víctimas. ¿Por qué? Porque la memoria es un producto sobre la vivencia directa de un problema, un dolor, de una atrocidad que la gente expresa abiertamente sin necesidad de conocer teorías, ni filosofías. Lo hablan con su emoción, dolor y sentimientos. Y toda esa memoria hay que conservarla.

Pero podría darse dos opciones: digamos, recuperar la memoria para provocar la venganza, el odio, la ventaja, la confrontación. Como fue el caso, a manera de ejemplo, de esa tendencia con la memoria del pueblo alemán durante el régimen nazi, que lo que hizo fue un revanchismo por haber perdido la Primera Guerra Mundial. Y se puede dar la vía que nosotros hemos estado utilizando, que tiene que ver con recuperar la memoria para exigir que no se vuelva a repetir, que no haya elementos de odio. Nosotros en el tema del perdón no intervenimos porque eso se deja a las personas y comunidades. Que sean ellas mismas las que decidan si perdonan o no y en qué circunstancias.

Y un tercer elemento, en el caso nuestro, es que la recuperación de la memoria debe ser útil como elemento pedagógico, que la gente entienda que no se deben utilizar métodos violentos en la lucha política.


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Colombia, Conflicto Armado, Darío Acevedo, Entrevista, Memoria Histórica

Reflejos de la guerra

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

21 Oct 2014


Reflejos de la guerra

Acaba de terminar la Muestra Internacional Documental de Bogotá (MIDBO) en el marco de la VII Semana por la Memoria. ¿Cuál es el aporte que hace el cine colombiano a la memoria histórica?


No es exactamente una sala de cine comercial. Las sillas son estáticas donde difícilmente cabe una persona gruesa, sin espacio para alojar las gaseosas o palomitas de maíz que compran muchos al ir a ver películas. Caben no más de doscientas personas y la semana pasada estuvo casi a reventar.

“La primera preocupación de un festival de cine es asegurar la asistencia. Más allá de hablar si la sala está llena o desocupada hoy, debemos hablar de cómo el cine puede apoyar al basto escenario y proceso de resolver nuestro conflicto. La memoria que produce el cine, que da cuenta de cualidades nacionales y locales. Nuestro cine sobre el conflicto se ha quedado en la exposición del trauma y el dolor, pero no es lo único. Trascender y atreverse a través del cine a encontrar otras salidas, contribuir al debate, convencer al público,  a las sociedades en su conjunto de que el cine puede ser un instrumento no solo de representación, si no de transformación de estas realidades que nos trastornan”, comentó Pablo Mora director general de la MIDBO, quienes proyectaron la semana pasada cinco documentales que retrataron la coyuntura política de Colombia a través de un ciclo denominado “Espejos para salir del horror”, una forma de hablar de la guerra y la resolución de conflictos armados vistos desde Indonesia, Cambodia, Chile y Sudáfrica. 

El jueves 16 de octubre empezaron con la primera tanda de la muestra, “Horror e indiferencia”, y los asistentes pudieron ver el documental “El acto de matar” de Indonesia, sobre el golpe de estado militar de 1965, con el que llegó el genocidio de miles de comunistas, reales o presuntos, que fueron asesinados por los escuadrones de la muerte. Unas décadas después, el pasado subsiste inmortalizando sus actores. Una cinta de más de tres horas, oscura, cruda y demencial que invita a los asistentes analizar la forma en que deben ser contadas las historias de los victimarios. “Para el Centro Nacional de Memoria Histórica es muy importante abrir escenarios para la discusión de las memorias más allá del plano académico y de las víctimas, para mostrar otras representaciones del horror del conflicto. Como la representación de los victimarios y no solo las víctimas.” Manifestó Patrick Morales, investigador del CNMH.  

Al otro día llegó el turno para hablar sobre “Trauma, verdad y reparación” con la proyección de la película “Nostalgia de la luz”, una verdadera obra de arte que muestra la forma más bella y simple de narrar el horror de una manera limpia, estética y hermosa entre el cielo y la tierra, entre la luz del cosmos y los seres humanos. En Chile, a tres mil metros de altura, los astrónomos venidos de todo el mundo se reúnen en el desierto de Atacama para observar las estrellas. Aquí, la transparencia del cielo permite ver hasta los confines del universo. Abajo, la sequedad del suelo preserva los restos humanos intactos para siempre: momias, exploradores, mineros, indígenas y osamentas de los prisioneros políticos de la dictadura. Mientras los astrónomos buscan la vida extraterrestre, un grupo de mujeres remueve las piedras: busca a sus familiares, buscan sus desaparecidos. “Las mujeres son capaces de poner su tragedia en función de ayudar a otros de sobreponerse de esa tragedia. Y eso me parece admirable, cuando pasan por esa lucha encontrando los restos de sus familiares, ahí no terminan y ponen toda su experiencia en función de una organización y como dicen algunas de ellas: “descansaremos hasta el día que encontremos el último desaparecido”, dijo Martha Nubia Bello, coordinadora del informe Basta Ya, al finalizar el documental.  

MIDBO nos trajo películas de otros países que relatan historias muy similares a las nuestras, al conflicto descarnado de los paramilitares, a las tomas guerrilleras, a los desaparecidos. Países que han hecho sus transiciones, películas situadas en el tiempo  posterior a los procesos de resolución de conflictos, lo que nos llama de nuevo a preguntarnos ¿Cómo hablar de memoria en medio del conflicto armado?, hablar de lo general a través de las historias concretas. Atrevernos apostar por narrativas diferentes de contar la guerra.

Si usted se perdió alguna de estas proyecciones lo invitamos a verlas en los siguientes enlaces:

El acto de matar 

Documental: El Acto de Matar

Nostalgia de la luz 

Publicado en Noticias CNMH



Documental, Guerra, Memoria Histórica, MIDBO, Semana

Chile y Colombia unidos por la memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Álvaro Cardona para el CNMH

Publicado

27 Oct 2014


Chile y Colombia unidos por la memoria

El 15 de octubre de 2014 fue un día importante para la memoria histórica en América Latina. Ese miércoles, mientras se realizaba el Seminario Internacional de Museos y Lugares de Memoria organizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Ricardo Brodsky, Director del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, y Gonzalo Sánchez, Director General del CNMH, firmaron un acta de entendimiento para facilitar el trabajo conjunto entre las dos entidades y para apoyarse en la compleja tarea de reconstruir las memorias del pasado reciente.

Con este acuerdo se busca que entre ambas instituciones haya intercambio de experiencias, fundamentalmente en materia de lecciones aprendidas durante la creación e implementación del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile y los retos que tendrá el CNMH en la construcción del Museo Nacional de la Memoria en medio del conflicto armado.

El intercambio de experiencias sobre iniciativas de memoria, centros de documentación y archivos de los derechos humanos, además de conocer diversas maneras de crear memoria histórica, serán otros de los objetivos para continuar aprendiendo del camino que el Museo de la Memoria chileno ha recorrido.

Este tipo de acuerdos hacen parte de la estrategia del CNMH de unir lazos de cooperación dentro de la región latinoamericana, para así fortalecer nuestra tarea de memoria histórica con estándares de nivel internacional. 

 
 


Chile, Colombia, Memoria Histórica

29 años desaparecidos

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

05 Nov 2014


29 años desaparecidos

Este jueves 6 de noviembre se conmemoran 29 años de la toma y la retoma del Palacio de Justicia que dejó 94 personas muertas entre ellos once magistrados y doce desaparecidos. 


A la fecha han sido condenados el Coronel (r) Alfonso Plazas Vega a 30 años de prisión por el delito de desaparición forzada de once personas y el General (r) Jesús Armando Arias Cabrales a 35 años de cárcel también por la desaparición forzada de cinco personas. Siendo estos dos los únicos casos judicializados por este hecho. 

Con la justicia era de esperar que llegara la verdad, pero no ha sido así. Los familiares de los desaparecidos llevan 29 años sin descanso reclamando y buscando cada día a sus seres queridos. Exigencia que sigue vigente como si fuera 1985: “Ya vamos dos generaciones buscando a mi hermana, la de mi padre y la mía” expresa René Guarín, vocero de los familiares de los desaparecidos en el holocausto del Palacio de Justicia.

Desde el día en que vieron en vídeos cómo las personas eran evacuadas del Palacio de Justicia, los familiares de los desaparecidos han pedido ayuda en diferentes instancias nacionales e internacionales y han hecho un llamado a la sociedad en general para que pare la indiferencia. “Si a nosotros nos desaparecieron nuestros familiares en pleno centro de Bogotá, frente a la casa del Presidente y no tenemos respuesta, ¿qué esperamos de algunas familias en veredas y sitios cerrados que también tienen desaparecidos?”, dice María del Pilar Navarrete, esposa de Héctor Jaime Beltrán, una de las víctimas.

Por eso, el llamado este jueves en la Plaza de Bolívar de Bogotá también será para recordar a todos aquellos familiares y amigos que aún están desaparecidos en Colombia. Seguimos exigiendo verdad.

>> Ver agenda de programación.

 


Desaparición, Memoria Histórica, Palacio de Justicia

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