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Teatro Esquina Latina: 50 años de arte, memoria y comunidad para Cali

Teatro Esquina Latina: 50 años de arte, memoria y comunidad para Cali

Orlando Cajamarca, director del Teatro Esquina Latina. Foto: Cortesía Jair Cerón

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CNMH

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Orlando Cajamarca, director del Teatro Esquina Latina. Foto: Cortesía Jair Cerón

Publicado

12 julio 2023


Teatro Esquina Latina: 50 años de arte, memoria y comunidad para Cali

Como parte de la celebración de las cinco décadas de la compañía teatral, se realizó el lanzamiento de la multimedia «Jóvenes, teatro y comunidad», resultado de una iniciativa de memoria que acompañó el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

En el tradicional barrio San Fernando, de Cali, hay una edificación de tres pisos que se confunde con una casa convencional. Pero no es una casa cualquiera. Allí hay una cofradía que desde hace 50 años le infunde vitalidad a la escena cultural de la capital del Valle del Cauca. Es la sede del Teatro Esquina Latina, una de las compañías teatrales más importantes de Colombia, que germinó tras las reuniones informales de un grupo de estudiantes de la Universidad del Valle. «Queríamos simple y llanamente compartir nuestro tiempo libre como una actividad extracurricular», recuerda Orlando Cajamarca, su fundador y director.

Dada la nostalgia de una universidad que se había ido al barrio Meléndez —y que dejaba acá «el mosto de lo que había sido»—, y la efervescencia de un movimiento cultural continental que cuestionaba el establecimiento, Esquina Latina se convirtió en un grupo representativo que buscó hacer teatro y elevar la práctica académica. «Durante muchos años fuimos el resultado de la mezcla de Los Beatles y del Che Guevara de la época. La tempestad política de los setenta, esa convulsión en el Cono Sur, las dictaduras, la canción protesta, el rock and roll, el hipismo y la apertura… Todo era parte de la formación del momento y empezamos a querer interpretar esa letra muerta que decía que las artes tenían que estar en los sectores culturales», rememora Cajamarca.

 

Conoce más sobre los lugares de memoria histórica de Cali

 

Con ese ímpetu juvenil, que durante 25 años los mantuvo y los hizo pensar en el compromiso con la teatralidad y el espíritu del momento, los miembros de Esquina Latina se plantearon comenzar a vincularse con los sectores populares de Cali. Así, en la década de los ochenta empezó la relación con sectores como Aguablanca o Terrón Colorado, adonde llegaron actores y actrices con sociodramas. «Pero nos dimos cuenta de que la gente, más que les lleváramos cosas, querían era hacer teatro». La estimulación directa llegó con el programa «Jóvenes, teatro y comunidad».

De las calles a la web

Este mural está ubicado en la comuna 15 de Cali, en la fachada del Centro Cultural Abriendo Puertas. Foto: Cortesía Jair Cerón.
Este mural está ubicado en la comuna 15 de Cali, en la fachada del Centro Cultural Abriendo Puertas. Foto: Cortesía Jair Cerón.

 

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), a través de su Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica, acompañó a los animadores teatrales del programa «Jóvenes, teatro y comunidad» a contar estas dos décadas y media de trabajo mediante diferentes formatos y a verterlos en una multimedia que lleva el mismo nombre.

Esquina Latina llegó a los sectores populares presentando el teatro como una alternativa, como una opción de vida. «No hemos pretendido hacer teatro profesional, sino de aliento social; que el teatro sea un compañero para que chicos, chicas y adultos se apropien de esta herramienta de vida, para la creación de una ciudadanía pensante», explica Cajamarca. Paulatinamente se fue creando y consolidando una red de teatro que se ha expandido a las comunas 1, 13, 14, 15, 18 y 20 de Cali; a los municipios de Candelaria, Florida y Pradera, del sur del Valle del Cauca, y a los municipios de Buenos Aires, Corinto, Miranda y Puerto Tejada, en el norte del Cauca.

La metodología fue más o menos así: de estos lugares provenían los animadores teatrales de Esquina Latina, una suerte de líderes sectoriales que, a su vez, empezaron a liderar el proceso de «Jóvenes, teatro y comunidad» en sus lugares de origen. Ellos y ellas han pensado y aplicado diferentes metodologías participativas desde los doce grupos teatrales de base, conformados por 500 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y algunos adultos, para promover proyectos de vida ligados al arte, la resistencia cultural, la construcción de paz y la reflexión de sus contextos, y así posibilitar una mirada al pasado desde la luz de la memoria crítica.

Ellos y ellas han salido a las calles de sus comunas y municipios para hacer memoria y mapear lugares representativos por medio de mapas parlantes y andantes, colchas de retazos e historias de vida. Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que levantaron estas cartografías han vivido violencias desde el conflicto armado, como la amenaza constante de reclutamiento y el desplazamiento forzado, y otras que se exacerbaron luego del estallido social, como la estigmatización.

A través de relatos escritos, pódcast, fotografías, mapas, videos y docudramas, los nuevos artistas reflexionan en la multimedia sobre la importancia del quehacer artístico, los impactos de la guerra, otras violencias en el territorio, los lugares y recorridos con memoria que han identificado y el plan de replicabilidad que se han propuesto para seguir promoviendo, desde un proceso cultural comunitario, la memoria histórica desde y para los territorios.

Camila Mojica, líder de la iniciativa de memoria histórica «Jóvenes, teatro y comunidad»; Yuranni Forero, coordinadora de la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH; Lucenith Castillo, coordinadora del programa  «Jóvenes, teatro y comunidad», y Lida Tascón, coordinadora de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación. Foto: Cortesía Jair Cerón.
Camila Mojica, líder de la iniciativa de memoria histórica «Jóvenes, teatro y comunidad»; Yuranni Forero, coordinadora de la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH; Lucenith Castillo, coordinadora del programa «Jóvenes, teatro y comunidad», y Lida Tascón, coordinadora de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación. Foto: Cortesía Jair Cerón.

Lo anterior se relaciona profundamente con las nuevas apuestas del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y del Gobierno del cambio, como lo señaló Yuranni Forero, coordinadora de la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, en el lanzamiento de la multimedia «Jóvenes, teatro y comunidad»: «Tenemos dos grandes desafíos: la transversalización y la territorialización; que el CNMH esté en contacto permanente con el territorio. Tenemos un eslogan-mandato: el territorio habla y el centro escucha. Hay que hacer un trabajo conjunto con las comunidades, hay que seguir fortaleciendo los procesos que se gestan en los territorios. El CNMH tiene que abocarse, desde sus diferentes instancias, a trabajar de manera conjunta para dar respuestas pertinentes y oportunas a las peticiones que nos hacen las comunidades».

Desde el 2020, en plena pandemia, el CNMH ha acompañado a los animadores teatrales y gestores de memoria de Esquina Latina por medio de una metodología pensada y aplicada desde la virtualidad, y mediante el uso de cajas de herramientas viajeras para consolidar la multimedia.

Otro lugar de memoria para Cali

En el marco del lanzamiento de la iniciativa de memoria histórica «Jóvenes, teatro y comunidad», la Alcaldía de Cali, por medio de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación, le entregó a Esquina Latina el reconocimiento como lugar de memoria de Cali «por su valioso aporte a la construcción de la memoria histórica de las comunidades del oriente y la ladera de la ciudad», como lo mencionó Lida Tascón Bejarano, coordinadora de dicha Casa.

Lida Tascón, coordinadora de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación, lee la declaratoria del Teatro Esquina Latina como lugar de memoria de Cali. Foto: Cortesía Jair Cerón.
Lida Tascón, coordinadora de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación, lee la declaratoria del Teatro Esquina Latina como lugar de memoria de Cali. Foto: Cortesía Jair Cerón.

«A partir de su apuesta escénica, [Esquina Latina] aporta a la construcción de nuevos imaginarios de país, de sentidos de vida esperanzadores y espacios de memoria de procesos comunitarios», dijo Tascón. Y agregó: «el aporte de Esquina Latina a la memoria de las comunidades lo convierte en un lugar de memoria porque, además de contribuir a una dimensión espacial que tiene una relación directa con el territorio, involucra una dimensión simbólica y pública para sensibilizar, desde el arte, a la sociedad en general».


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Con vocación para la memoria

Con vocación para la memoria

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Publicado

21 de septiembre de 2021


Con vocación para la memoria

  • En el marco de Día Internacional del Detenido Desaparecido se realizó el lanzamiento de una galería fotográfica con los rostros de las víctimas que el desplazamiento y la desaparición forzada han dejado en ese municipio.

El pasado 31 de agosto los miembros de la Mesa Municipal de Víctimas y la Asociación de Víctimas de Chigorodó (Asovichi) realizaron el lanzamiento de una galería fotográfica con los rostros de 17 víctimas de desaparición forzada, desplazamiento y otros hechos victimizantes como la Masacre de El Aracatazo, ocurrida en agosto de 1995.

Esta acción de memoria es fruto de un año y medio de trabajo entre el CNMH y los participantes, quienes se vincularon a un proceso de fortalecimiento en construcción de memoria, con el acompañamiento permanente de la personería municipal, en cabeza de James Palacios, así como de la Alcaldía Municipal de Chigorodó, con el enlace de víctimas, Yidinton Córdoba.

Este proceso de fortalecimiento inició con la comprensión de los conceptos clave sobre construcción de memoria histórica, las medidas de satisfacción y la dimensión simbólica de la reparación, hasta llegar a estrategias de cara a la participación efectiva de las víctimas y la articulación interinstitucional y comunitaria para construir memoria desde los territorios e identificar las fases de formulación de este tipo de proyectos.

Para Carolina Matus, profesional que acompañó el proceso desde la Estrategia Nación-Territorio del CNMH, “Chigorodó es un municipio con una vocación de participación muy alta por parte de las víctimas, por eso el año pasado el CNMH, a solicitud de estos maravillosos ejercicios de liderazgo y la gestión de las víctimas, priorizó nuevamente este municipio en el marco del pilar 8 de los PDET”, aseguró.

Y es que para esta comunidad, el lanzamiento de la galería es el primer paso de lo que proyectan sea un lugar de memoria que recoja los rostros y las historias de dolor que ha dejado el conflicto en esta zona del país. “Queremos que esta galería sea un referente para los demás municipios y que otras víctimas puedan traer los rostros de sus familiares aquí. Queremos que la gente de la zona de Urabá se apropie de este proceso”, asegura María Aidé Cortés Tobar, lideresa de la mesa de participación en cabeza de este proceso desde 2020 y que hace parte de Asovichi. 

Para Fernando Hinestrosa, coordinador de la Mesa Municipal de Participación de Víctimas, “este lugar debe convertirse en un espacio donde confluyan la institucionalidad y la sociedad civil en torno a la memoria y la búsqueda de los desaparecidos. Un espacio en el cual la sociedad reflexione en torno a esta violencia que ha azotado a Colombia”.

Una violencia que, de acuerdo con cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto, ha dejado en Chigorodó a 452 personas desaparecidas a manos de diferentes actores, dentro de los que se encuentran los paramilitares y las guerrillas.

Con cifras de estas proporciones, una galería de la memoria adquiere relevancia única como espacio de encuentro, de reconocimiento y de memoria, como lo asegura María Aidé Tobar: “Yo pienso llevar a mis nietos para que conozcan la historia de su abuelito. Verlo ahí es ponerlo presente y rendirle un homenaje”.

Este ejercicio de implementación de la acción de memoria es el cierre de este proceso de acompañamiento por parte del CNMH, pero el inicio de una serie de ejercicios de socialización liderados por la organización de víctimas Asovichi, la personería municipal y la oficina de víctimas de la Alcaldía Municipal de Chigorodó.


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Museos, puertas abiertas a la memoria

Museos, puertas abiertas a la memoria

Muros que construyen la memoria

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CNMH

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Foto: CNMH

Publicado

05 octubre 2020


Museos, puertas abiertas a la memoria

  • La Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica realizó este 11 de septiembre el conversatorio Lugares de memoria y su dimensión pedagógica.
  • La construcción social de los museos, su naturaleza, los lazos con sus territorios, la manera de llevar a cabo acciones sin daño para generar acciones éticas y responsables fueron los temas centrales del diálogo.

Los museos facilitan el proceso de enseñanza en sus territorios, transmitiendo valiosos aprendizajes para las comunidades. Son, además, espacios privilegiados de cultura que buscan que la memoria no se pierda y las heridas sanen. Estas son algunas de las conclusiones del diálogo que sostuvieron los participantes del conversatorio Lugares de memoria y su dimensión pedagógica, realizado por la Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica este 11 de septiembre.

“Los lugares de memoria visibilizan los hechos que buscan establecer escenarios de restauración, diseñados pedagógicamente para trabajar la memoria con quienes los visitan” sostiene Luz Marina Lara, profesora asociada de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana y doctora en Educación. Estos lugares, hacen posible el diálogo, a partir del reconocimiento del otro, de la reflexión sobre nuestro pasado reciente y de la formación transversal en derechos humanos.

En este sentido “los museos de memoria responden a un derecho inevitable, que favorece a la comunidad, lo que lleva a un posicionamiento social,  que permite que estos lugares se identifiquen como elementos de apoyo a sus comunidades”, asegura Juan Ricardo Barragán, coordinador de Educación y Programación Cultural del Museo de Memoria de Colombia.  

Los museos tienen las puertas abiertas a las memorias, a la reflexión, a las historias de cientos de protagonistas que no tiene voz y desean ser escuchados. “Las experiencias de las organizaciones, colectivos y comunidades que tienen procesos de memoria son bienvenidas a los museos, ya que trabajamos para que esta sea su casa y sea su posibilidad de plasmar sus experiencias y sus procesos de reconstrucción”,  afirma Adriana María Marín, psicóloga de la Universidad San Buenaventura y especialista en Intervenciones Psicosociales de la Universidad Católica Luis Amigó, quien se ha venido desempeñando en procesos de atención y reparación a víctimas del conflicto armado desde el enfoque psicosocial.

Pero, ¿cómo interpretan los lugares de memoria a los visitantes desde las dimensiones afectiva y emocional?  para Oscar Cuesta,  doctor en Conocimiento y Cultura en América Latina y profesor de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Javeriana, “los museos de la memoria, tienen la posibilidad de resguardar el silencio; que las personas que asistan puedan sentir el silencio. Y no es cualquier silencio, es el de los que están ausentes, de las víctimas que no pueden decir lo que les pasó”. Esa empatía —afirma— “hace que las personas se pongan en los zapatos del otro, que vivan su historia y entiendan lo ocurrido”.

La razón de ser de un museo de memoria es permitir el reconocimiento y la dignificación de personas víctimas con nombre y apellidos que no pueden ser olvidadas  y su reparación simbólica, convirtiéndose en escenarios pedagógicos, con iniciativas de paz en los distintos lugares del país, para la construcción de una cultura de paz que contribuya a procesos de reflexión y reconocimiento sobre nuestro pasado.     

El conversatorio Lugares de memoria y su dimensión pedagógica hace parte del ciclo Diálogos por la pedagogía de la memoria, con el que se busca dar a conocer los procesos educativos y culturales que llevan a cabo diferentes actores educativos con sus comunidades de aprendizaje.

 

Link:

https://www.facebook.com/CentroMemoriaH/videos/372859163729561


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Muros que construyen la memoria

Muros que construyen la memoria

Muros que construyen la memoria

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CNMH

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Foto: CNMH

Publicado

18 septiembre 2020


Muros que construyen la memoria

  • Víctimas del conflicto armado en La Apartada, Córdoba, representaron en un mural el desplazamiento forzado que han sufrido por varias generaciones.
  • El CNMH acompaña 28 procesos de fortalecimiento a autoridades territoriales y organizaciones de víctimas en diferentes regiones del país.

Los integrantes de la Mesa Municipal de Víctimas de La Apartada (Córdoba) plasmaron en un mural el desplazamiento forzado y los demás sufrimientos que el conflicto armado les ha causado generación tras generación.

Esta iniciativa surgió en el marco de la asistencia técnica que brinda la Estrategia Nación Territorio del CNMH. Líderes comunitarios participaron en un proceso de fortalecimiento para el diseño, desarrollo y difusión de acciones de memoria histórica.

“Este mural muestra que nosotros, los desplazados, somos en esencia como un río que siempre quiere volver a su cauce, a su lugar de origen”, manifiesta Idalides Marriaga Zenú, líder comunitaria y una de las cuatro integrantes de la Mesa de Víctimas que junto a otros líderes del municipio participaron del proceso de acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica, con el objetivo de fortalecer sus capacidades para diseñar, desarrollar y difundir acciones de memoria histórica en el territorio.

Este proceso contó con una primera fase pedagógica, en la cual se realizaron ejercicios de sensibilización a través de cuatro talleres:

  • Recordar nos llena de valor: los conceptos de memoria, historia, memoria colectiva y memoria histórica; así como la dimensión simbólica de la reparación a las víctimas.
  • Navegando el río de nuestros derechos: hitos normativos, memoria histórica e institucionalidad.
  • Hacer memoria desde lo propio: las formas de construcción de memoria más relevantes desde los territorios.
  • Sacándole jugo a la memoria: la construcción colectiva de procesos, las fases de la formulación de proyectos de memoria histórica y las diferentes formas de abordar un proyecto de memoria histórica.

La segunda fase estuvo dedicada a la construcción de una acción de memoria histórica de manera participativa y colectiva, y en ella se definió la realización de un mural como un ejercicio de reparación integral a las víctimas. La tercera fase fue la de implementación, en la cual se construyó el boceto del mural y finalmente se realizó la intervención en un muro de la fachada de la Alcaldía de La Apartada, un municipio que cuenta con una población de con una población de 13.072 habitantes, de los cuales 4185 personas están incluidas en el Registro Único de Víctimas –RUV–. 

El CNMH también acompaña procesos de fortalecimiento a autoridades territoriales y las Mesas Municipales de Víctimas en San José de Uré y Tierralta, en el departamento de Córdoba, así como otras 25 autoridades y organizaciones de víctimas en otras regiones.


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“Por los retoños del árbol truncado”: memorias de las familias de la Fuerza Pública

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

Aunque Asviponalca tiene trabajo en distintos municipios, desarrolla labores en el municipio de Popayán. Foto: Julián Moreno para CNMH

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Foto: Julián Moreno para CNMH

Publicado

20 agosto 2020


“Por los retoños del árbol truncado”: memorias de las familias de la Fuerza Pública

La Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca) lanzará, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el producto de su trabajo como iniciativa de memoria. Se trata de una agenda en la cual la Asociación nos cuenta sobre sus propósitos y desde la voz de las viudas y los hijos de agentes de la fuerza pública conoceremos las reminiscencias sobre los padres, amigos y esposos, así como las situaciones a las que se enfrentaron las viudas y cómo lograron salir adelante. 

El lanzamiento será el próximo 25 de agosto y ustedes podrán conectarse a través del facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Acompáñanos y conoce más sobre un grupo de familias que por más de 30 años se ha aferrado a la vida.

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia entre 1958 y 2017, han sido afectados 23.086 miembros de la fuerza pública en acciones relacionadas con el conflicto armado en el país. Esta cifra nos invita a considerar no solo los efectos de la violencia en los uniformados, sino el sufrimiento y la incertidumbre que experimentan numerosas familias que se enfrentan a la ausencia, la afectación y el dolor ante lo sucedido con sus familiares. 

Asviponalca representa a algunas de estas familias. La asociación se originó el 10 de agosto de 1986 cuando ante la pérdida de sus esposos algunas viudas se comenzaron a acompañar en el proceso de duelo y en los trámites administrativos ante las entidades estatales. Su trabajo se ha forjado para promover colectivamente el conocimiento de las implicaciones que viven las familias de quienes, siendo miembros de las fuerzas armadas estatales, han sido heridos, asesinados, desaparecidos o han fallecido; también es una apuesta por el reconocimiento de los derechos que las familias tienen. 

“Por los retoños del árbol truncado” es el lema de la asociación, una metáfora que alude a los uniformados como árboles y a sus familias, especialmente a sus hijos, como sus retoños; este lema revela el eje de su trabajo: el bienestar de las familias de la fuerza pública, especialmente de quienes quedaron huérfanos. Atendiendo a ese propósito esta asociación no solo trabaja por quienes han sido afectados por el conflicto armado colombiano, sino por un universo amplio de familias que se enfrentan a la pérdida o lesión de sus esposos, hijos o padres. 

En el proceso de acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica que se realizó mediante el apoyo a Iniciativas de Memoria, además del reconocimiento de estos hombres como servidores de la patria, se reivindicaron sus roles en el hogar, su carácter y dimensión humana, que muchas veces están encubiertos por su vinculación con las fuerzas armadas.

Volver al pasado condujo además a reconocer la importancia que tiene Asviponalca para sus asociados, como el apoyo y lazo de amistad que se ha gestado entre ellos les ha permitido seguir adelante con sus vidas. De acuerdo con Nancy Sánchez, participante del proceso, “la cercanía con la asociación ha sido para mí un apoyo importante; he sentido que no soy la única que pasa por eso”. En particular, la asociación ha jugado un papel definitivo en la búsqueda de condiciones de bienestar para las familias, en especial en relación con la salud, educación y vivienda.

‘Unas verdaderas heroínas’

El proceso promovió una comprensión amplia de la memoria, que reviste de relevancia cómo se vive el impacto de la pérdida o lesión, cómo se afrontó ese hecho y las formas que las viudas se inventaron para dar continuidad a la vida en medio de la pérdida y el sufrimiento. Así, no solo se hizo memoria sobre los uniformados como protagonistas de esta historia, sino que cada uno de los participantes del proceso habló de sí mismo, esto abrió el camino para que a través de la memoria reivindicaran su fortaleza, capacidad de gestión y resistencia. 

 “Reconocimos la dificultad, la enfrentamos y la asumimos. (…) No fuimos flojas y prácticamente solas logramos salir adelante ante todos los embates de la vida” cuenta Ana Ruth Lemus, quien enviudó en 1986. 

Asviponalca se ha convertido en una red de apoyo y amistad para sus miembros. Foto:Julián Moreno para CNMH.

Asviponalca se ha convertido en una red de apoyo y amistad para sus miembros. Foto:Julián Moreno para CNMH.

Los hijos reconocieron a sus mamás como heroínas incansables que con paciencia, amor y valentía lograron criarlos y hacer el papel de madre y padre en los hogares. “Mi mamá es una superhéroe. Yo a ella siempre la he visto trabajando y hoy agradezco esa fortaleza que tiene para luchar y trabajar en favor de las víctimas”, agrega Adriana Nievas, hija de un agente de policía fallecido. 

Estas memorias están plasmadas en la agenda “Por los retoños del árbol truncado” que se materializó y será presentada públicamente con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD). Pueden conocer este producto en el evento de lanzamiento que se llevará a cabo el próximo 25 de agosto a partir de las 6pm, en el cual escucharemos a las protagonistas de estas historias y sus experiencias construyendo memoria.

El evento se transmitirá mediante el facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Pueden participar y seguir la campaña de comunicación mediante los hashtags #LaMemoriaReivindica y #TerritoriosyMemorias 

El lanzamiento será el próximo 25 de agosto y ustedes podrán conectarse a través del facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Acompáñanos y conoce más sobre un grupo de familias que por más de 30 años se ha aferrado a la vida.

Para mayor información sobre el lanzamiento de la Iniciativa puede contactarse con:

Julieta Castiblanco (Estrategia de Comunicaciones del CNMH): 3168202740

Juan Pablo Esterilla (Estrategia de Comunicaciones del CNMH): 3125730785


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“Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores”: Conchita Ramírez

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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Publicado

19 agosto 2020


“Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores”: Conchita Ramírez

En el Mes del Envejecimiento y la Vejez, promovido por la administración distrital de Bogotá, entrevistaremos semanalmente a líderes y lideresas mayores para escuchar sus experiencias y entender cuáles son sus necesidades y sus propuestas. La primera entrevista fue con el periodista Héctor Tabares y la pueden leer aquí.

 

Hoy hablamos con María Conchita Fernanda Ramírez, una mujer de 75 años que en 2012 ayudó a conformar el Consejo Local de Sabios de Chapinero y desde 2016 coordina el Consejo Distrital de Sabios de la ciudad. En ese espacio —ella dice que, a punta de ser ruidosos, escandalosos y no tragar entero— ha logrado influir en el diseño y veeduría de la política pública de personas mayores en los ámbitos local, distrital y nacional.

 

Desde su trabajo con el Consejo Distrital de Sabios, ¿cuál ha visto que es la situación de las personas mayores en Bogotá?

“Cuando trabajé con el Consejo Local de Sabios de Chapinero, empecé a conocer el gran problema de la población mayor desplazada en Bogotá, que es muy fuerte en los estratos más bajos. Entendí que la persona mayor es una persona sin voz, sin presencia, invisible, muchas veces estorbosa. Y, si lo son las personas que tienen una casa, así sea pequeña o sencilla, ¿cómo lo serán las personas que son desarraigadas de sus tierras, desprendidas de sus hogares y luego desplazadas? Luego la Agencia de Reincorporación y Normalización nos invitó a definir la política pública de las personas mayores reincorporadas, y me encontré con otro panorama dramático”.

 

¿Cuáles son los mayores problemas de las personas mayores desplazadas por la violencia?

“Sus arraigos son mínimos. No es lo mismo que tú seas desplazado y llegues con menos de 40 años: tus posibilidades de volver a hacer un entorno social son muchas. Tienen posibilidad de conseguir un trabajo. Los niños se acomodan en las escuelas. Los jóvenes hacen nuevamente amigos. Las personas mayores no. Es muy difícil reiniciar una vida. Y empezamos a ver, entre los mayores, una población muy fuerte de habitantes de calle o vendedores informales. Muchos también llegan como cabezas de familia a un ambiente que no entienden. La salud empieza a ser un problema para ellos, que estaban acostumbrados a la enfermera o al curandero de su pueblo, o a los viejos remedios que les enseñaron”.

 

¿Y con las personas mayores reincorporadas de grupos armados?

“El drama de la población mayor reincorporada es muy doloroso, porque son personas que estuvieron alejadas de sus hogares por 40 años. No son tantos, porque muchos murieron. Pero los que vuelven, lo hacen absolutamente vacíos. Los desplazados se desplazan en grupo. Pero los reincorporados, cuando vuelven a buscar lo que dejaron, no encuentran reconocimiento, porque muchas familias los culpan de sus desgracias, o quienes los conocían ya no están, o la sociedad los prejuzga”.

 

Nuestro conflicto armado ha tenido una larga duración y las personas mayores han vivido gran parte del mismo. ¿Por qué es importante escuchar sus memorias?

“Todos tienen una historia que contar. Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores. Sin ellas no hay historia. Desde los estratos bajos hasta los altos, desde las etnias, desde la diversidad: ahí está la historia. La cuentan quienes la construyeron. Ese es uno de los grandes desafíos del Centro Nacional de Memoria Histórica: tienen la responsabilidad de obtener de esas fuentes primarias lo que ha pasado en sus territorios. Debería definirse un programa de recuperación de esa memoria, donde se les escuche de manera seria. Sentarse con grupos de viejos dos meses, tres meses, a que cuenten sus experiencias. Nosotros somos quienes tenemos la historia. Puede que no nos guste el presente, o que no alcancemos a vislumbrar el futuro, pero lo que sí tenemos claro es el pasado”.

 

Una de las formas de lograr esa visibilidad es a través de la organización. ¿Qué retos han visto las personas mayores a la hora de organizarse?

“El obstáculo está en la invisibilidad. Uno coge cualquier política pública y ve que tiene un gran énfasis en el apoyo a la niñez, a la juventud, a la mujer, a la población LGBT, pero uno se pregunta: ¿dónde están mencionados los ancianos? Si ni siquiera aparecen en las políticas públicas, es muy difícil que encuentren recursos para organizarse. No los escuchan. O no se esfuerzan por comprenderlos. Entonces hay dificultades, pero también te quiero contar que, si uno va más a fondo, y se adentra en las localidades y busca a los referentes de vejez a través de los consejos de sabios, se van a dar cuenta de que sí existen organizaciones sencillas, elementales, que se reúnen para hacer ejercicio, para jugar, para bailar, y allí están las historias. Hay que sentarse a hablar con ellos y mostrarse humilde frente al conocimiento que pueden entregar”.

 

¿Qué se está haciendo en este momento para garantizar los derechos de las personas mayores?

“Si tú miras la Constitución, hay derechos explícitos para ciertas poblaciones, pero no para los mayores. Sin embargo, hace 15 días el Congreso aprobó la Convención Interamericana de Derechos Humanos de la Persona Mayor, que fue propuesta por la OEA en 2015. Esa convención trae 27 nuevos derechos de la persona mayor. Entonces aquí llegó en 2016 y tuvo que hacer un recorrido por todos los ministerios, porque hay derechos que tienen que ver con trabajo, educación, cultura, desarrollo económico. El año pasado, desde el Consejo de Sabios, invitamos a la Cepal y presionamos al Gobierno, y se presentó por fin el proyecto al Congreso. Este salió aprobado el 28 de julio. Ahora está para la firma del presidente de la República. Esa ley tendrá nivel estatutario. Entonces fíjate cómo hemos dado un salto gigantesco: de no tener nada a tener tanto”.

 

Esa discusión sobre los derechos de los mayores también se ha dado en el marco de la pandemia, donde son la población más vulnerable. ¿Qué hacer para cuidar su salud y garantizar a la vez sus otros derechos?

“No nos digamos mentiras: las personas mayores tenemos que quedarnos en casa. Estamos poniendo la mayoría de los muertos. Pero, como te decía, hay una gran población mayor que vive de las ventas informales o ambulantes, de donde derivan su sustento, su vivienda, su alimentación. Muchos son desplazados y ven por su familia. ¿Cómo le digo yo a esa población, de la cual más del 70 % no tiene pensión, que se quede en la casa? Pues tendría que traerle un mercado semanal, velar por sus medicamentos, que el médico los llame con frecuencia. Si yo no puedo garantizar eso, las personas mayores tienen que salir. Y si los mayores salen, se dispara la muerte. ¿Eso a la sociedad le importa?”


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Una iniciativa para reivindicar memorias en el Cauca

Asviponalca trabaja por las familias de la Fuerza Pública. Foto: Julián Moreno para CNMH.

Asviponalca trabaja por las familias de la Fuerza Pública. Foto: Julián Moreno para CNMH.

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CNMH

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Publicado

11 agosto 2020


Una iniciativa para reivindicar memorias en el Cauca

  • La Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca) lanzará, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el producto de su trabajo como iniciativa de memoria. 
  • Se trata de una agenda en la cual los integrantes de la asociación nos cuentan -desde la voz de las viudas y los hijos de agentes de la Fuerza Pública-, las reminiscencias sobre los padres, amigos y esposos, así como las situaciones a las que se han enfrentado.

Durante años, víctimas del conflicto armado colombiano han echado a andar sus propias iniciativas para construir un país en paz. Ejemplo de ello ha sido la Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca).

Asviponalca está compuesta por 390 personas de diferentes edades que residen en distintos municipios del Cauca, especialmente en Popayán. Su inicio se remonta a 1986, año en el que de manera paulatina mujeres viudas se fueron juntando para reconocer a sus esposos, exigir justicia y reclamar un compromiso serio de la institucionalidad en relación con el bienestar económico de las familias de uniformados que habían muerto. 

Desde el 2019, la Asociación empezó a trabajar conjuntamente con el Equipo de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica con el objetivo de desarrollar un producto con el que además pudiesen compartir sus memorias. 

Llevarlo a cabo implicó el desarrollo de una serie de espacios que sirvieron para rememorar cualidades de la personalidad de uniformados que perdieron la vida, para recordar sus roles en lo familiar y para conversar sobre su duelo y la tarea de afrontar los hechos de violencia con la entereza que se requiere para salir adelante.

A través de sus relatos, las mujeres dejan ver los pasos que dieron desde sus procesos individuales para encontrarse como colectivo, consolidando un vínculo que inicialmente estuvo dirigido a exigir sus derechos como viudas y familiares de policías y militares.

FOTO: Ana Ruth hablando de su apuesta por la reconciliación. Foto: Julián Moreno para CNMH

Adicionalmente, en los talleres identificaron sus formas de hacer memoria: los objetos que conservan, las prácticas diarias en las que el ausente vuelve a la mente y al corazón. Se situaron como protagonistas de su experiencia e interpelaron las ideas sobre las mujeres viudas como desvalidas, compartiendo cómo se transformaron y consolidaron su trabajo colectivo. 

Con base en esos encuentros, las mujeres concertaron que querían compartir sus memorias mediante una agenda con relatos sobre la asociación y sobre cada participante del proceso. “Para irle dando forma a la agenda hacíamos jornadas de trabajo todo el día, nos saludábamos, expresábamos cómo nos sentíamos al estar ahí, hacíamos ejercicio de cómo nos habíamos conocido con nuestras parejas y contábamos qué expectativas teníamos”, cuenta Ruth.

En estos talleres, las mujeres han reflexionado sobre la necesidad de ser conscientes de sus emociones y trabajar con ellas. “Queremos sanar ese odio, esa rabia, esa tristeza, estar dispuestas a perdonar, a cambiar esa idea que teníamos de luto, de llorar, y abrir el corazón para decirle al mundo que la muerte, pero sobre toda la vida de nuestros esposos es un aporte a la paz”, añade Lemus.

La memoria fue cómplice de sus afectos y a través de la atenta escucha de las historias de otras se fortalecieron y ratificaron sus vínculos. En este proceso, las hijas e hijos tuvieron la posibilidad de manifestar su admiración por sus mamás y papás. En ellas reconocieron a unas heroínas incansables, de quienes exaltan su paciencia, amor y valentía al asumir el hogar, el trabajo y la crianza solas, cuando sus papás se ausentaron por la violencia vivida. Hacer memoria fue una forma de dignificarlas.

“Yo a mis hijas no les hablaba mucho sobre su papá, sobre todo a la menor, pues en el 86, el año en que murió mi esposo, ella tenía año y medio. Ella no sabía exactamente la historia; sabía que la guerrilla los había matado, pero en una de las sesiones tomé el impulso y ella me dijo: “mamá usted por qué no me había contado, —mamá yo no sabía todo eso—”, cuenta Lemus.

Con la elaboración de la agenda “Por los retoños del árbol truncado” se visibilizan las historias de Asviponalca, unos relatos que, en palabras de las integrantes, “no suelen encontrar eco en la opinión pública”. Las mujeres escogieron que fuera una agenda pensando en que las personas que la reciban la usen diariamente, la lleven a espacios con otras personas y divulguen el mensaje y la memoria de la asociación. El título corresponde a la apuesta de la organización por las familias —los retoños— de los miembros de la Fuerza Pública —el árbol—.  


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Memoria, historia y verdad en los diálogos por la memoria histórica

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

30 julio 2020


Memoria, historia y verdad en los diálogos por la memoria histórica

  • El próximo 30 de julio, el CNMH junto a la Universidad Distrital Francisco José de Caldas conversarán alrededor de la memoria, la historia y la verdad en un espacio de diálogo e interlocución académica.
  • Durante este encuentro, el director general, Darío Acevedo Carmona, la asesora con funciones de pedagogía Sayra Benítez, el rector de la Universidad Distrital, Ricardo García Duarte, y el director del Instituto para la Pedagogía, la Paz y el conflicto urbano (IPAZUD), Wilson Díaz Gamba, dialogarán sobre la importante labor de la verdad y la memoria histórica en el marco de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras 1448 de 2011.

A nueve años de la implementación de esta ley que permitió la creación del CNMH son muchos los desafíos y aprendizajes en lo que corresponde a los procesos de recuperación de memoria histórica y al conjunto de medidas individuales y colectivas en busca de la verdad, la justicia y la reparaciónLa Ley 1448 significó un hito en la historia colombiana debido a su enfoque en las víctimas del conflicto armado y las medidas de satisfacción, de allí la importancia de dialogar en tornos a sus efectos y oportunidades.

El conversatorio también girará en torno a los retos del investigador social en el análisis del conflicto armado colombiano y cómo desde la academia y las ciencias sociales se ha venido aportando a su análisis e interpretación. Se buscará generar un diálogo interinstitucional que permita poner de presente los desafíos de la formación profesional y la investigación en el contexto nacional.

Estos dos ejes temáticos serán la piedra angular en la construcción de un diálogo por la memoria histórica entre dos instituciones que tienen muchos puntos en común alrededor de la memoria histórica y la investigación social interdisciplinaria. Desde el IPAZUD, el Instituto de paz de la Universidad Distrital, se busca educar y generar iniciativas de proyección social en torno a la paz, la memoria, el conflicto armado y la ciudadanía, de allí la importancia de generar escenarios académicos que nos vinculen y nos permitan trabajar mancomunadamente.

Este conversatorio se realizará durante el programa radial Revista de la Mañana, de la emisora de la Universidad Distrital LAUD Estéreo (90.4 FM) y se transmitirá de 8:00 a.m. a 10:00 a.m. por el facebook live de LAUD STÉREO y por el facebook  del CNMH. En este espacio radial, se formalizará el convenio marco de cooperación académica entre el CNMH y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Este convenio abrirá las puertas para el trabajo interinstitucional que permita llevar a cabo acciones colaborativas en torno a la pedagogía y la apropiación social de la memoria histórica a partir de actividades académicas, publicaciones conjuntas, pasantías y un conjunto de acciones para el trabajo conjunto entre las dos instituciones.


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Darío Acevedo Carmona, Historia, Ipazud, Memoria, Verdad

Colectivo La Chinita

Comunidad de La Chinita hace memoria y clama por la paz

Exilio: la memoria, un regreso a casa.

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

23 julio 2020


Comunidad de La Chinita hace memoria y clama por la paz

  • El próximo domingo 26 de julio se lanzará: “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz”.
  • En esta iniciativa de memoria, familiares y amigos de algunas de las 35 víctimas de la masacre de La Chinita, así como sobrevivientes del hecho, perpetrado por integrantes del V Frente de las Farc-ep en esa comunidad de Apartadó, Urabá antioqueño, en 1994, rescatan a través de la música de su región los momentos festivos de la comunidad, que fueron frustrados por la acción violenta.
  • El lanzamiento incluirá el estreno de un videoclip y una canción con la que quieren dignificar el nombre de sus seres queridos y hacer un llamado a la paz; el bullerengue sentao “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz”.

Luego de 26 años, la comunidad de La Chinita podrá concluir la celebración que guerrilleros del V Frente de las Farc interrumpieron cuando entraron al poblado, en el municipio de Apartadó, Urabá antioqueño, para asesinar a 35 personas y dejar otras 17 heridas. La fiesta continuará, y así quedó registrado en una Iniciativa de Memoria de la que hace parte una canción y un videoclip realizado en un trabajo conjunto entre funcionarios y contratistas del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Colectivo La Chinita.

Este producto de memoria, que será presentado a la opinión pública en el Facebook del CNMH este domingo 26 de julio desde las 2:00 p.m., en un conversatorio que tendrá como protagonistas a sobrevivientes de la masacre, así como amigos y familiares de las víctimas, empezó a ser construido en 2019, con la interacción del Colectivo La Chinita, en el barrio Obrero y la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, para fortalecer sus ejercicios de memoria y explorar los lenguajes con los que se querían representar y narrar sus recuerdos y su proceso de recuperación.

Durante las actividades, las integrantes del Colectivo se pusieron de acuerdo en volver al pasado y representarlo en una canción, el bullerengue sentao, “En La Chinita cantamos por la memoria y la paz” acompañado de un videoclip y un librillo en el que la letra y la música hacen referencia a los hechos dolorosos, pero también, a la esperanza y la solidaridad.

“La canción fue pensada por nosotros, la letra es nuestra. Para mí, la importancia de estas iniciativas de memoria es que uno ve el avance que va teniendo como persona, como colectivo. Esa memoria es recordar, vemos el avance que hemos tenido. Recordar el pasado mirando siempre el futuro”, cuenta Silvia Berrocal, integrante del Colectivo La Chinita.

Valga destacar que el video fue rodado en La Calle de la Esperanza, espacio que ha sido resignificado y que hoy día es sinónimo de resiliencia y construcción de paz para la comunidad.

Les invitamos a una jornada en la que nos acompañarán Silvia Irene Berrocal García, Claribel Cuello Banda y Luz Marina Mosquera Arroyo, integrantes del Colectivo La Chinita, y el grupo de bullerengue Alma Negra, quienes nos contarán cómo surgió el Colectivo y la iniciativa de memoria y nos interpretarán algunas canciones del folclor colombiano, especialmente de la región de Urabá.

La transmisión podrá verse a través de Facebook live en el perfil del Centro Nacional de Memoria Histórica el domingo 26 de julio a las 2:00 p.m,Podrán seguir toda la campaña de lanzamiento por medio de los hashtags #TerritoriosyMemorias y #LaChinita ¡Les esperamos!

Antecedentes históricos de violencia

Urabá ha sido uno de los escenarios del conflicto armado interno que ha azotado a Colombia en las últimas seis décadas. La agroindustria bananera, la ganadería y su ubicación estratégica cercanas al mar Caribe y bañadas por las aguas del río Atrato, son las razones que explican la presencia de diversos grupos armados y sus enfrentamientos por el control de este territorio. Según la publicación del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) Una nación desplazada: informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia, entre 1989 y 1996, se registró en Urabá la más alta tasa de población desplazada con 167.178 personas: “los municipios que registraron mayores niveles de expulsión fueron Turbo (38.136), Necoclí (17.787), Tierralta (9.998), Apartadó (9.890) y Arboletes (9.761)”.

A partir de 1994 la violencia en el territorio asumió un carácter más aterrador. Datos del informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad afirman que en menos de cinco años se presentaron 52 masacres, entre estas la de La Chinita, la madrugada del 23 de enero de 1994, donde murieron 35 personas, entre los cuales se encontraban tres menores de edad, mientras departían en un evento masivo y festivo organizado por la comunidad. Esto provocó desplazamientos forzados y homicidios selectivos en toda la región.

Durante varios años la justicia no pudo determinar el autor intelectual y material de la masacre, pero poco a poco se estableció que miembros del V frente de las Farc fueron los directos responsables del ataque a la población civil que se encontraba en dicho poblado.

Solo en el año 2016, durante la firma del Acuerdo de Paz, algunos integrantes de la cúpula de las Farc hicieron presencia en el Barrio Obrero-La Chinita para pedir perdón por este hecho a los familiares y sobrevivientes de la masacre. Esto animó al Colectivo La Chinita en el propósito de recuperar y divulgar las memorias sobre su proceso comunitario, sus familias, la construcción de paz territorial y el diálogo intergeneracional con los niños, niñas y adolescentes de sus comunidades.

En el contexto de confrontaciones bélicas, negociaciones de paz y reconciliación, el CNMH, desde sus diferentes estrategias y equipos, ha acompañado diferentes acciones e iniciativas de memoria de los grupos y organizaciones de víctimas, de los cuales resaltamos a Urabá como un territorio de memorias. Desde el 2014 la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica ha identificado, registrado y acompañado diferentes procesos  en once comunidades usando lenguajes expresivos que van desde prácticas artísticas y culturales hasta procesos pedagógicos de memoria.


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Así trabajamos por la memoria de las personas mayores víctimas

Así trabajamos por la memoria de las personas mayores víctimas

Así trabajamos por la memoria de las personas mayores víctimas

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

14 junio 2020


Así trabajamos por la memoria de las personas mayores víctimas

En el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, les contamos sobre el trabajo que hacemos para fortalecer los procesos de memoria de las personas mayores.

Las personas mayores tienen un papel central en la reconstrucción de la memoria histórica de Colombia, debido a la larga duración que ha tenido el conflicto armado y los roles que ellos y ellas han asumido dentro de sus comunidades. Por eso es fundamental escuchar las voces de quienes han estado presentes en distintos momentos y dinámicas de las confrontaciones armadas en cada territorio.

Hoy, en el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, desde el Centro Nacional de Memoria Histórica queremos dar a conocer los procesos que estamos desarrollando para contribuir a la reparación simbólica de las personas mayores víctimas del conflicto. Desde el Enfoque de Personas Mayores, que en años anteriores publicó el libro Ojalá nos alcance la vida y la serie documental Sin tiempo para olvidar, hemos trabajado en dos estrategias.

La primera es la reconstrucción de las experiencias de vida de las personas mayores víctimas a partir de los encuentros nacionales Voces de mayores, que se han hecho en varios territorios del país entre 2014 y 2019. La segunda es la construcción colaborativa de herramientas metodológicas para que las personas mayores lideren y participen en procesos de memoria en sus comunidades.

Para esta última estrategia, este año estamos construyendo una publicación con herramientas metodológicas útiles a la hora de fortalecer escenarios de construcción de memoria desde las voces de las personas mayores, comprender mejor las formas en que les ha impactado la violencia y conocer sus resistencias y aportes para la construcción de paz.

Las herramientas que aparecerán en esa cartilla son producto del trabajo conjunto con líderes y lideresas mayores de varias regiones del país. Desde el Enfoque de Personas Mayores sabemos que un insumo importante para facilitadores mayores y para otras personas y organizaciones interesadas en potenciar su liderazgo y participación en las discusiones sobre lo durante el conflicto armado y lo que debemos evitar para las generaciones actuales y futuras.

A partir de las demandas de las personas mayores en los encuentros Voces de mayores, surgió la construcción de la proclama “Las personas mayores decimos ¡Basta ya!”, una voz conjunta para reclamar su liderazgo para la construcción de paz. Esta proclama será retomada y reafirmada en la publicación que está en proceso. Pronto les contaremos más información sobre este y otros productos que aportan a la construcción de memorias plurales y diversas.


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