A menudo, una de las miles de consecuencias que deja un conflicto armado en un lugar es la ocupación y división del territorio. Así, las personas que se ven envueltas en medio del conflicto muchas veces no pueden ir a ciertos lugares o cruzar determinadas áreas debido a que están en manos de los grupos armados, han sido cerradas o simplemente son muy peligrosas para estar en ellas.
La ocupación, división del territorio y la segregación de la población a causa del conflicto, son precisamente los retos que tienen que superar los palestinos para construir un Museo de la Memoria Palestina.
En las colinas del pueblo ocupado de Birzeit, en Cisjordania cerca de la ciudad de Ramallah, el Museo Palestino trabaja en una creativa y transformadora solución a estos problemas para la construcción de un museo.
Procurando un enfoque innovador en el diseño del espacio y de la exhibición, este proyecto busca romper con las tradiciones en las prácticas museísticas y, además, de ofrecer una colección de arte y cultura palestina, crear un espacio que invite a la conversación, a la discusión de ideas para el futuro y al trabajo colaborativo.
¿Pero cómo construir un museo de la memoria que todos los palestinos puedan visitar, si un gran porcentaje ha sido aislado y no tiene acceso libre al territorio?
El propósito de construir un Museo de la Memoria Palestina nació en 1997 mientras algunos miembros de Welfare Association, una organización sin ánimo de lucro que trabaja en proyectos humanitarios en Palestina, estaban planeando la conmemoración del Nakba, el quincuagésimo aniversario del desplazamiento de más de 750.000 palestinos antes y luego del establecimiento de Israel hasta ese momento. El proyecto se detuvo debido al surgimiento de la segunda intifada en septiembre del año 2000, pero revivió a mediados de 2005 cuando un nuevo equipo revisó el concepto del proyecto.
Teniendo en cuenta la situación actual del territorio palestino, surgió la idea de construir “un museo desde la perspectiva de las fronteras”, yendo más allá de la conmemoración del Nakba, aun cuando eso ha marcado el mayor punto de inflexión en la historia de Palestina y su gente. Sin embargo, sí se pretende tomar esa historia y esa memoria como un medio para reflexionar sobre lo que está pasando hoy en día y como una forma de pensar ideas, conceptos y propuestas para el futuro, explica Jack Persekian, director y curador del museo en una entrevista con Electronic Intifada.
Un museo adaptado a la problemática y el contexto, pensado para reunir
La idea es que este espacio este ubicado principalmente en Birzeit, pero al mismo tiempo construir una red de trabajo con socios y museos satélites en el exterior de manera que pueda extenderse más allá de las fronteras de Palestina, bajo el restrictivo control israelí y, así, pensar en el museo más que como una locación y un edificio, como una institución múltiple que pueda servir a los palestinos donde quiera que se encuentren, teniendo en cuenta que más de la mitad vive fuera de Palestina y pensando especialmente en aquellos que no podrán acceder a este espacio debido a la restricción del Estado Judío (como los que viven en Líbano, Gaza y Jordania).
En este sentido el trabajo y el reto que enfrentan los palestinos no dista mucho del que enfrenta la sociedad colombiana y del proyecto que lidera el Centro Nacional de Memoria Histórica. El objetivo es justamente construir un Museo Nacional de la Memoria abierto, incluyente, que relate nuestra historia relacionada con el conflicto pero que al mismo tiempo interpele a la sociedad, la una en torno al reconocimiento de las causas y consecuencias del conflicto e invite a superarlo y a mirar hacia el futuro para no repetirlo. Además, coincide en que aunque la sede principal se encuentre ubicada en la capital, el museo cuente con la participación de todas las regiones y se sume a las iniciativas de memoria que ya existen en otras partes del territorio nacional, tal como el Museo Casa de la Memoria en Medellín, el Salón del Nunca Más en Granada, Antioquia, el Parque Monumento a las Víctmas de Trujillo, Valle, la Casa de la Memoria en Tumaco, Nariño y cientos de otras iniciativas contra el olvido.
Además, como en Colombia, en Palestina la red de museos satélites tiene como objetivo “unir” de cierta manera a las comunidades palestinas que han sido separadas unas de otras y aisladas del mundo exterior por la política israelí de cierres y puestos de control y permitir a los palestinos en general tener acceso a la historia cultural, política y social del pueblo palestino y a su memoria histórica relacionada con el conflicto armado.
Fuente
http://electronicintifada.net/
Página web del Museo Palestino
http://www.palmuseum.org/exhibitions-news/exhibitions