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El “¡Basta ya!” ahora se lee en inglés

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

24 Oct 2016


El “¡Basta ya!” ahora se lee en inglés

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) presenta “Basta ya! Colombia: memories of war and dignity”, la versión en inglés del informe original publicado en 2013. Gracias a esta traducción, la comunidad internacional podrá conocer la investigación ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad.


Desde su publicación, el informe se ha convertido en un referente para comprender el conflicto armado que ha vivido Colombia en los últimos 50 años, siendo una fuente de consulta para medios de comunicación y académicos en todo el mundo. El informe será uno de los insumos que el CNMH pondrá a disposición de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición, creada en los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc.

Para Gonzalo Sánchez, director de la entidad, se trata de un producto fundamental porque ubica la memoria del conflicto colombiano en la escena internacional, especialmente cuando el mundo tiene sus ojos puestos en el país ante la posible terminación de la confrontación armada en Colombia.

El informe ¡Basta ya! es una herramienta que ha permitido poner la memoria en la esfera pública, y se une a otros materiales pedagógicos que ya están disponibles como son el documental “No hubo tiempo para la tristeza” (ya tiene subtítulos en inglés y francés), la serie radial “La vida cuenta”, un resumen de la investigación, una versión en braille y un libro hablado. Algunos extractos de este trabajo se encuentran disponibles también en francés.

La traducción al inglés de “El “Basta ya” se realizó gracias al apoyo del Programa de Fortalecimiento Institucional a las Víctimas (VISP) financiado por parte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Para Peter Natiello, Director de USAID Colombia, una de las características más valiosas del informe es que narra la historia del conflicto armado colombiano dignificando a las víctimas del conflicto y rescatando las experiencias de resistencia y reconciliación que se han gestado desde las comunidades.

“¡Basta ya! Colombia: memories of war and dignity” ya está disponible para descarga en el siguiente enlace [Sección descargas ¡Basta ya!] Igualmente su versión impresa será distribuida a nivel internacional en las principales bibliotecas y centros de estudios latinoamericanos en el exterior.

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Basta ya


Basta Ya

Conozca el concurso Josué Giraldo

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Josué Giraldo

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Josué Giraldo

Publicado

26 Oct 2016


Conozca el concurso Josué Giraldo

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta, atendiendo el fallo dictado por la Sección Tercera del Consejo de Estado el 26 de junio de 2014, organizan los “Premios Josué Giraldo Cardona”. 


A partir de 2016, y por cinco años consecutivos, se realizará el Concurso para reconocer públicamente a organizaciones o personas, que por su trabajo y actividad contribuyan de forma sobresaliente a la defensa de los derechos humanos, y a estudiantes que habiendo escrito una tesis sobre la Unión Patriótica y Derechos Humanos aspiren a una beca para cursar un programa de maestría o doctorado en cualquier universidad pública del país.

Por medio de sentencia con ponencia del Dr. Danilo Rojas, se le ordenó a la Policía Nacional y la Unidad Nacional de Protección la financiación de dos premios anuales: (i) una beca para cursar un postgrado, maestría, doctorado o postdoctorado, en la universidad pública que se escoja, premiando la mejor tesis sobre defensa de DD.HH. y el exterminio de la Unión Patriótica. (ii) premiar al grupo de trabajo, investigación u organización académica, social, que defienda y promueva la defensa de los DD.HH., en la región de los llanos orientales, con un apoyo económico de cien salarios mínimos (100 SMLV) para su fortalecimiento.

El CNMH y el Comité Cívico, organización fundada por Josué, están vinculados en la orden del Consejo de Estado como organizadores de los premios. El pago de los mismos estará a cargo de la Policía Nacional. Los galardones se entregarán durante el primer semestre de 2017.

Josué Giraldo Cardona, fue un líder de la Unión Patriótica asesinado el 13 de octubre de 1996. Ese día se encontraba jugando cerca a su hogar en Villavicencio con sus hijas cuando recibió varios disparos que acabaron con su vida. Varios meses atrás Josué había informado al Comandante de la IV División del Ejército, al Comandante de la Policía del Meta y al Director Seccional del Das -Departamento Administrativo de Seguridad- sobre las amenazas que estaba recibiendo y del peligro que corría su vida. Es por ello que la Sección Tercera del Consejo de Estado, señala que “el asesinato de Josué Giraldo Cardona es un crimen de lesa humanidad y una afrenta al ejercicio de los derechos de oposición política que degrada la confianza que las personas deben tener en las instituciones del Estado”.

En su labor como defensor de DD.HH. y militante de la UP es asesinado, como tantos antes y después de él, tratando de hacer que sus muertos contaran, apostándole a la democracia para superar la guerra, creando, desde aquél momento, paz.

El escenario es grave, peligroso y preocupante, pero ello no es impedimento para que cientos de colombianos sigan abogando por la defensa de los D.H. y lucha contra el olvido y la impunidad de los diversos episodios tan atroces que han manchado con sangre y odio el territorio colombiano.

Para mayor información escriba a: conjosuegiraldo@centrodememoriahistorica.gov.co

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Josué Giraldo


Josué Giraldo

Lanzamiento del informe “Tierras y conflictos rurales”

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CNMH

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CNMH

Publicado

27 Oct 2016


Lanzamiento del informe “Tierras y conflictos rurales”

FECHA: 3 DE NOVIEMBRE DE 2016
HORA: 5:00 P.M. 
LUGAR: MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA
(CARRERA 7 NO. 28-66) 


  • La adjudicación de baldíos ha tenido un enorme peso en la definición de la estructura agraria. Entre 1903 y 2012 se adjudicaron 23,7 millones de hectáreas a casi 550.000 personas. Si se suman las adjudicaciones colectivas a indígenas y afros, en ese lapso, el Estado entregó cerca de 60 millones de hectáreas, más de la mitad de la superficie nacional (114 millones de hectáreas).
  • Se sabe que 40% de los predios registrados no tienen títulos; no se sabe cuántos predios nunca fueron registrados.
  • Entre 1995 y 2012 se entregaron a 1.225 particulares predios baldíos de más de 1.000 hectáreas que sumados representan 38% del total adjudicado en esos 17 años.
  • Aunque la tasa de sindicalización de los 2,9 millones de personas ocupadas en actividades agropecuarias no llega al 3%, los investigadores registraron un total de 2.060 organizaciones de otro tipo en el campo, entre ellas 346 consejos comunitarios y 724 resguardos indígenas, y un total de 1.527 acciones de protesta rural entre 1991 y 2013, de acuerdo al CINEP 

Tierras y conflictos rurales. Historia, políticas agrarias y protagonistas, la nueva publicación del Centro Nacional de Memoria Histórica, intenta trazar una memoria de lo que ha sido el campo colombiano durante la segunda mitad del siglo XX y la primera década del siglo XXI, y hace aportes sustanciales –algunos de ellos, polémicos– a un tema ampliamente estudiado en Colombia. 

El informe analiza la evolución de la legislación, las reformas agrarias, el reparto de baldíos y la distribución de tierras en Colombia desde 1827 hasta 2012; repasa la abundante investigación académica sobre la evolución de la propiedad y los conflictos en el mundo rural; analiza los impactos del abandono y despojo de tierras; profundiza en las características, el papel y las voces de las organizaciones sociales campesinas y los gremios agrarios para pintar un vasto cuadro de la evolución de la propiedad agraria en Colombia y los impactos de la conflictividad en el campo. 

Para ello, reúne y analiza críticamente las estadísticas existentes y, sobre nuevas fuentes documentales como las series de datos 1903 – 2012 del INCODER sobre adjudicación de baldíos y las de la Superintendencia de Notariado y Registro sobre la tradición de dominio de esos predios, cuestiona o matiza hipótesis ampliamente aceptadas sobre el aumento de la concentración de la propiedad o sobre la sustitución de cultivos transitorios campesinos por cultivos permanentes agroindustriales o forestales. 

EL INFORME SE DIVIDE EN 4 PARTES: 

La primera parte examina la legislación agraria y el reparto de tierras baldías en la primera mitad del siglo XX, para ver en perspectiva histórica la configuración de la estructura de la propiedad rural y establecer el peso que en esta han tenido las políticas de tierras del Estado colombiano. También intenta dimensionar y describir de la manera más rigurosa posible los cambios observables en la distribución de la propiedad agraria y en los usos del suelo. 

La segunda parte analiza dos fenómenos relacionados con el conflicto armado: el abandono y despojo de tierras y de otros bienes pertenecientes a pobladores desplazados de sus territorios; y los cambios en los usos del suelo, a la luz de las hipótesis que relacionan estos cambios con el modelo de desarrollo y con el conflicto armado. 

La tercera parte está dedicada a las organizaciones sociales rurales y a los gremios del sector agropecuario. Analiza sus formas de acción en medio del conflicto y da cuenta de nuevas organizaciones y formas de movilización que han surgido en los últimos años gracias a un relativo mejoramiento del clima político nacional y local. Incluye también un análisis de las opiniones de sus dirigentes sobre las políticas agropecuarias, los efectos del conflicto armado en el desarrollo rural y las perspectivas de las negociaciones de paz de la Mesa de La Habana. 

Y por último, la cuarta parte plantea unas conclusiones sobre los temas analizados que intentan mostrar la utilidad de este trabajo para la formulación de los programas que se pondrían en práctica a partir el acuerdo agrario del Gobierno nacional y las FARC en torno a la realización de una reforma rural integral. 

La aspiración es que los temas analizados en este informe contribuyan no solo al debate académico sobre el pasado, el presente y el futuro del sector rural colombiano, sino que contribuyan a darle una base empírica más sólida al acuerdo entre el Gobierno nacional y las FARC-EP “Hacia un nuevo campo colombiano: Reforma rural integral”, y a mejorar los sistemas de información y de conocimiento del Estado sobre el sector rural. 

En el lanzamiento se presentarán fragmentos de los registros audiovisuales y a los asistentes se les entregará el informe. 

 

A las personas inscritas se les conservará el lugar hasta las 5:00 p.m. 

 

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Carta urgente a los cristianos de Colombia

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Autor

María Paula Durán

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María Paula Durán

Publicado

28 Oct 2016


Carta urgente a los cristianos de Colombia

“Si un cristiano no cree,  no practica y no celebra el perdón,  no le queda nada más para creer, practicar o celebrar. Sin perdón no hay cristianismo”

Leonel Narváez Gómez, sacerdote católico, sociólogo. 


Una reflexión promovida por el Centro Nacional de Memoria Histórica

Para lograr la paz, Sur África se inspiró en la cultura del Ubuntu (en ti está parte de mi yo), Ruanda en el concepto de Gaçaça (o justicia restaurativa de los ancianos),  e Irlanda en la espiritualidad del Viernes Santo. En esta coyuntura difícil  de nuestra patria donde paradójicamente la búsqueda de la paz nos ha dividido, ¿cuál es la inspiración transformadora que pueda mover masivamente a todos los cristianos-as de Colombia? En este país, 94% de la población está afiliada a organizaciones inspiradas en la Fe Cristiana y a todos, de una u otra forma – por religión o por cultura- nos inspira el Evangelio de Jesús.

Desde ya, debo dejar constancia que conjuntamente con la propuesta que hago aquí abajo, deben ir implementadas tareas para que los empobrecidos de Colombia tengan acceso a la salud, la educación, la tierra, la vivienda al igual que a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición de esta horrible noche de la violencia.

Todos los intérpretes están de acuerdo en afirmar que la pasión central de Jesús consistió en empoderar a las personas que venían a Él, con la inspiración poderosa del Reino de Dios, es decir, el Reino de la Misericordia. De hecho, cuando Jesús se hizo bautizar de Juan, la primera definición que dio de Jesús fue: ese es el Cordero que quita los pecados del mundo.  

Pablo resume toda la acción de Jesús afirmando que murió para el perdón de los pecados… Y de hecho, como tarea principal le dejó a sus discípulos el mandato de perdonar 70 veces 7, de perdonar lo imperdonable y… ser como Él: cordero que quita los pecados del mundo. Este es el corazón de su buena noticia. El resto poco importa. De ahí en adelante el perdón ha sido, es y será siempre, la marca de calidad de los discípulo de Jesús. Es ésta, sin lugar a dudas, la inspiración que más debe alumbrar la mente y los corazones de los colombianos en esta pascua dolorosa de la guerra a la paz.

La palabra perdón tiene dos significados profundos. El primero: don. Quien entiende el significado de ser don ha entendido el insondable sentido de la existencia humana. Ser don es el ejercicio cotidiano de la bondad, de la generosidad,  delcuidar, de la magnanimidad de corazón, es en pocas palabras, la actitud heroica que nos invita a seguir en la superación de los conflictos, Jesús,  El Crucificado. 

Este salto evolucionario es el reto más desafiante en la historia de Colombia. No darlo es quedar atrapados en el eterno retorno de la venganza, en donde no vence el don, sino la urgencia de  acumular poder.

El segundo significado lo define el adverbio de movimiento per: significa moverse hacia otra posición distinta de la rabia, del rencor, y del deseo de eliminar al otro. Es este el ejercicio evolucionario de elevarse a las cimas de la compasión y de la misericordia, virtudes que caracterizan a las personas felices y exitosas.

Para los cristianos, la pregunta no es si debemos alinearnos por el SI o el por el NO con los Acuerdos con las FARC. La gran pregunta  que nos define como cristianos, es si en esta coyuntura sabremos  vivir nuestra vocación al perdón y a la compasión sin medida y sin reservas, como lo hizo ese maestro y guía llamado Jesús.

Urge reiterarlo: perdonar no es olvidar, es recordar con otros ojos; perdonar es comprender que la justicia repara a la víctima y restaura al ofensor; perdonar no es abrazarse con el ofensor y menos, negar el dolor que se siente; perdonar es la re-significación heroica que se hace de la ofensa para superar la víctima en que esta nos convierte, y así, transformarnos en victoriosos.  El perdón no cambia nuestro pasado pero si nuestro futuro; el perdón llena de serenidad y de salud.

El perdón es un ejercicio exquisito de democracia y de reconocimiento de la dignidad del ofensor, allí donde absurdamente se negó la dignidad de la víctima: contra la irracionalidad de la violencia es necesario ofrecer la irracionalidad del perdón. El perdón es la acción política más innovadora para reconstruir el contrato social roto por la violencia; es superar la sutil y perversa influencia de los empresarios de odios, que mediante economías de rabia-odio y, aviesas estrategias de producción, distribución y consumo de la venganza, han sabido —por siglos— esclavizar el corazón y la mente de los colombianos.

Reconozco los valiosos esfuerzos por la paz que se realizan en Colombia desde las organizaciones basadas en la Fe. Sin embargo: ¿Por qué somos tan silenciosos, a la hora de anunciar sin ambages la buena noticia del perdón y denunciar todo lo que lo destruye: la rabia, el rencor, los deseos de retaliación? ¿Por qué somos vergonzantes del perdón y faltos de fe en la fuerza poderosa que conlleva?

Es el perdón, la inspiración vertebral del Evangelio de Jesús y de la fe de los cristianos, la expresión de la más refinada cultura política y ciudadana que deberá iluminar el nuevo acuerdo de paz que se avizora para el país. Perdón cultivado en el cuidado de la misericordia y la compasión, que nos permitirá gozar de paz estable. Seremos reconocidos en la historia como la nación que ejemplarizó, para el mundo, una propuesta heroica y civilizatoria de paz afianzada en el perdón.

Sin el perdón un cristiano NO es cristiano. Queda solo sal que no sala y luz que no alumbra. 

¿Por qué esta reflexión?

1. El acompañamiento espiritual que han brindado distintas comunidades de fe a las víctimas ha sido fundamental en la reconstrucción de un sentido de vida luego de ser sometidos a vejámenes, sufrimientos y humillaciones. Las comunidades de fe han brindado solidaridad y comprensión  a víctimas que se sienten desconocidas y desamparadas. La fe es un lugar de encuentro para restablecer el vínculo de amistad necesario para sentirnos parte de una comunidad. 

2. Muchas de esas comunidades de fe tienen visiones profundamente respetuosas de las tradiciones culturales de sus feligreses. Más que someterlos a formatos universales, acogen y reconocen la belleza espiritual que reside en largas tradiciones de conexión con un mundo trascendental. 

3. Sus visiones de acompañamiento se inspiran en nociones de comprensión, empatía, reconocimiento de la dignidad humana de cada uno de los feligreses. 

4. El CNMH, reconociendo ese papel, quiso abrir un espacio para que distintos líderes de esas comunidades de fe pudieran explicar cómo viven su espiritualidad y cómo entienden la paz y la reconciliación. Su voz es una comprometida con todas las víctimas del conflicto y con una mirada que acoge la vida en su enorme diversidad y pluralidad.  

Carta a los cristianos de Colombia del padre Leonel Narváez Gómez, IMC

Es filósofo, teólogo de la Universidad de San Buenaventura en Bogotá y Sociólogo con posgrados en la Universidad de Cambridge en Inglaterra, y Universidad de Harvard en Estados Unidos. Es sacerdote religioso de los Misioneros de la Consolata, comunidad fundada en Turín, Italia.

Actualmente, es el presidente de la Fundación para la Reconciliación, de la cual es el fundador. Ha extendido exitosamente las Escuelas de Perdón y Reconciliación -ES.PE.RE.- en la ciudad de Bogotá y luego en varias ciudades de 15 países de las Américas y Europa, en donde viene promoviendo el Perdón como un derecho humano y como virtud política. 

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El Carnavalito de la vida de Cazucá

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July Andrea Amado

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July Andrea Amado

Publicado

31 Oct 2016


El Carnavalito de la vida de Cazucá

Los habitantes de Cazucá, en Bogotá, realizan el “Carnavalito por el amor y la vida”, en señal de protesta a los asesinatos selectivos, que comúnmente se conocen en esta localidad como “limpieza social”. Esta iniciativa se realiza desde hace diez años.


Todo comenzó a finales de 2005 y principios de 2006 en los barrios Santa Viviana y El Caracolí, que enfrentaban un difícil episodio de violencia propiciado por circunstancias que ponían en peligro la vida de los pobladores y que aumentó el número de muertes violentas. En la mayoría de casos, estas prácticas violentas tenían y tienen relación con la mal llamada “limpieza social”, una forma de control social que se ha implementado sobre todo en los sectores urbanos, y que para inicios del  2000 tomó nueva fuerza, esta vez a manos de los grupos paramilitares. Así lo indica el reciente informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, Limpieza social: una violencia mal nombrada. 

Los habitantes de Cazucá, junto a Fernando Cardona en nombre de la fundación Intitekoa, decidieron romper el silencio en 2006 y se manifestaron en contra de esta situación a través de una propuesta cultural y educativa, algo que planteara un ejercicio de recuperación de la memoria frente a la muerte sistemática de los jóvenes en el territorio: un Carnavalito por el amor y la vida.

En su primera versión,  salieron a marchar con camisas blancas y en silencio desde el barrio Santa Viviana hasta llegar al barrio Potosí. Durante el recorrido muchas personas decidieron unirse a esta iniciativa, tanto así, que lograron reunir a más de mil personas. “Lo hacemos con temáticas diferentes, evidenciando el trabajo de las madres comunitarias que son parte fundamental para los procesos de transformación en el territorio”, dice Fernando Cardona.

Luisa Fernanda Leal Aroque, de 27 años de edad, llegó hace 10 años a Bogotá huyendo de su pueblo, Ortega, en Tolima, donde el conflicto armado la obligó a dejar todo atrás. “Yo me cansé de tantas humillaciones”. Un día, en estado de embarazo, Luisa decidió irse del pueblo y llegar a Cazucá a la casa de una tía. Buscó trabajo en diferentes sitios, pero no lograba permanecer en ninguno, “me pasaron muchas cosas feas”, dice Luisa Fernanda.

Aunque el gobierno le otorgó un subsidio por su condición de desplazamiento, estas ayudas solo le alcanzaron para mantenerse durante algunos meses: “me sentía sola, desesperada y no entendía cómo funcionaban las cosas en esta ciudad”, comenta Luisa.

A pesar de todo, ella decidió quedarse en Bogotá. “Asisto a este Carnavalito desde hace cuatro años porque me gusta que mis hijos participen de estas actividades y compartan con más niños, además porque hacen que las familias también hagamos parte de ello”. 

Luisa decidió perdonar, como ella misma lo dice. Dedica la mayor parte del tiempo a educar sus hijos con amor, y aún conserva esa esperanza de volver a su tierra parar cultivarla, como lo hacía en épocas más prósperas.

Como ella, hay cientos de historias en Cazucá relacionadas con el conflicto armado, allí se encuentra el mayor número de desplazados: 17.000 personas según datos de la ACNUR, todos ellos con dinámicas diferentes.

Iniciativas como esta hacen que Ciudad Bolívar se manifieste de manera asertiva ante las diferentes dinámicas de conflicto generando construcción de paz. Además de ello dejan en la memoria colectiva de sus habitantes la reconstrucción del tejido social como forma de integración a la comunidad.

Para Fernando Cardona, de Intitekoa, se debe apostar en conjunto con otras organizaciones sociales en “desarmar los odios, saber que existen muchos y variados mundos y no por ello debemos aborrecer, ignorar o eliminar”. Agregó que se debe trabajar de la mano con las familias para que dejen de repetir sus discursos de odio, siendo estas las estructuras más fuertes a desarraigar en la juventud. “No perder la esperanza, afianzar y generar conciencia de temas tan difíciles para la sociedad”.   

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Cazucá


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Lanzamiento de “Granada. Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

02 Nov 2016


Lanzamiento de “Granada. Memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”

• Según el Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH, a 14 de marzo de 2016 se habían registrado 460 personas víctimas de asesinato selectivo, 2.992 de desaparición forzada, 59 asesinadas en 10 masacres, 98 víctimas de secuestro y 50 de violencia sexual (fecha de corte de 14 de marzo de 2016).

• Según el Registro Único de Víctimas (RUV), a junio de 2016 se registraron 33.719 denuncias de personas por desplazamiento forzado. 

• Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quedaron huérfanos, al menos, 128 niñas y niños. 


Granada (Antioquia) es un municipio emblemático de la guerra y de la paz. Desde mediados de los años ochenta fue escenario de una cruenta disputa por el control de un territorio estratégico para la expansión militar, de la puja por la humanización del conflicto armado y la realización de diálogos de paz regional; y del despliegue militar que acompañó la política de Seguridad Democrática. 

La confluencia de la guerrilla, los paramilitares y el Ejército Nacional, y la disputa abierta por el control del territorio, dio lugar a lo que la poblacion describe como “la guerra total” o la “guerra de verdad” en el periodo entre 1997 y 2005. Fue así como Granada se convirtió en escenario de una intensa confrontación armada en la que se emplearon estrategias bélicas como combates, ataques, tomas, emboscadas y bombardeos. Sin embargo, fueron los asesinatos selectivos, el desplazamiento, las desapariciones y el confinamiento los que generaron, no solo un escalamiento de la guerra, sino una verdadera crisis humanitaria en esta localidad. 

Así mismo, la propagación y uso del estigma de Granada como “santuario guerrillero” tuvo un enorme peso en las dinámicas de la guerra y en los daños causados a la población y al territorio. La población de Granada fue perseguida, controlada y humillada por el solo hecho de ser de allí. Las acciones bélicas hicieron que se perdieran propiedades, fincas, cosechas, animales. El empobrecimiento de la población es evidente. El asesinato o amenaza de líderes y organizaciones, sumados al despoblamiento, generaron desactivación de muchas organizaciones pero, sobre todo, un enorme miedo a la participación y al liderazgo. 

En la Cuenca de Santa Ana, lugar de asiento de la guerrilla y eje de la disputa, la población bajó de aproximadamente de 3.000 a 320 personas; el casco urbano del corregimiento llegó a estar habitado por tan solo nueve personas. 

Pero al lado de la magnitud de la guerra, el municipio de Granada también sobresale por la respuesta de la sociedad y de las víctimas. El tejido organizativo fue el que evitó que el municipio no fuera totalmente devastado. Sobre la desesperanza de un pueblo en ruinas y una población que cada día se veía diezmada, la población civil echó mano de la fuerza de los argumentos y de la identidad colectiva y, con el firme propósito de hacer de Granada un “Territorio de paz”, desarrolló un repertorio de acciones colectivas e individuales que les permitió sobrevivir, resistir y reconstruir sobre las ruinas dejadas por la confrontación armada. 

En un contexto en el que en el país se pone en primer plano de la agenda nacional la urgencia de una salida política negociada al conflicto armado, la necesidad de avanzar en caminos de paz y reconciliación, y de reivindicar la memoria como un recurso para la verdad, el reconocimiento y la reparación, mirar hacia Granda es profundamente aleccionador. El horizonte que hoy se vislumbra en el país con la realización de los diálogos para la terminación del conflicto armado a través de la negociación configura un escenario en el que procesos locales de reparación integral ofrecen enormes aprendizajes sobre el sentido y los retos de la paz desde los territorios. Granada ha sido y puede ser un verdadero laboratorio de paz. 

Esperamos que este informe, construido desde los relatos y las memorias de la población, sea una contribución a la comprensión de lo sucedido en Granada y sirva para la visibilización de los profundos impactos dejados por el conflicto armado. Se espera que sea una oportunidad para reconocer y celebrar la fuerza y la fe profunda de la sociedad granadina en las bondades del trabajo colectivo, en la solidaridad y en el valor de la vida, además de su persistencia en la búsqueda de la paz desde el territorio. 

AGENDA:

GRANADA
Marcha de la luz y proyección de video 
Salida: Atrio del templo parroquial hasta el parque de la Vida
Fecha: 4 de noviembre de 2016
Hora: 7:00 p.m. 

Lanzamiento del informe
Fecha: 5 de noviembre de 2016
Hora: 10:00 a.m. 
Lugar: Institución Educativa Jorge Alberto Gómez Gómez

CORREGIMIENTO DE SANTA ANA
Lanzamiento del informe
Fecha: 5 de noviembre de 2016
Hora: 4:00 p.m. 
Lugar: Plaza principal 

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La expresión paramilitar de la génesis del conflicto colombiano

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Autor

Ayda Martínez

Fotografía

Ayda Martínez

Publicado

02 Nov 2016


La expresión paramilitar de la génesis del conflicto colombiano

La Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica socializó en la Cátedra de Estudios en Territorio, Conflicto y Cultura de la Universidad del Tolima avances del informe sobre el Bloque Tolima que se lanzará en 2017


El origen del Bloque Tolima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se ubica a finales de los 90, pero sus raíces se extienden hasta la época de La Violencia en una línea que une casi seis décadas de conflicto armado en Colombia.

Se trata de parte de los hallazgos de la investigación que sobre el Bloque Tolima realiza la Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica como parte de la implementación del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad que recoge los relatos de las personas desmovilizadas, cobijadas por la Ley 1424 de 2010, y que firmaron Acuerdos de la Verdad para contribuir al esclarecimiento del paramilitarismo en Colombia.

Parte de los hallazgos fueron presentados en el marco de la Tercera Cátedra de Estudios en Territorio, Conflicto y Cultura, convocado por la Universidad del Tolima por parte del equipo investigador a cargo de esta estructura del paramilitarismo.

De acuerdo con la intervención “Experiencias metodológicas asociadas al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad”,  la circularidad del conflicto en este departamento tiene origen en los clanes familiares que se conformaron a partir de las guerrillas liberales de donde surgen “Los Comunes”, inicios de las FARC y “Los Limpios”, primer vestigio de los grupos precursores del Bloque Tolima. Desde entonces se han repetido una serie de disputas entre la guerrilla y los grupos armados descendientes de Los Limpios en el territorio del sur del Tolima.

Una de sus características es el carácter contrainsurgente derivado del decreto 3398 de 1965 y la ley 48 de 1968 por el cual se organiza la Defensa Nacional  y abrió la puerta para la conformación de grupos civiles armados por el Ejército, como fue el caso de los campesinos que participaron en las guerrillas liberales; embrión de lo que conoceríamos más adelante como Defensa Civil en los setenta, Rojo Atá; en los ochenta, Convivir en los noventa y finalmente Bloque Tolima a partir de 1998.

Uno de los factores que más llamó la atención de los asistentes al Auditorio Mayor de la Música de la Universidad del Tolima fue el tránsito permanente de estos grupos de la legalidad a la ilegalidad, a través de normatividades como el Decreto 356 de 1994 que crea el Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada y la Resolución 368 del 27 de abril de 1995.

“Del Rojo Atá, a la conformación de las Convivir se registra el salto a las AUC. Diferentes relatos de personas que pertenecieron a las Convivir dan cuenta de que estas cooperativas de vigilancia y seguridad privada se convirtieron en la forma en la cual pervivieron los grupos que venían de vieja data”, explicó Anascas del Río, la coordinadora de la investigación.

Es en este momento de finales de los 90, sin el blindaje de la figura de las Convivir y en medio de fuertes ataques de las FARC que “se conforma el Bloque Tolima como resultado de una fusión de los grupos precursores con la Casa Castaño, bajo el liderazgo de Carlos Castaño, que tenía un alto interés por comandar y articularse con estos grupos porque los consideraba la autodefensa netamente campesina más antigua de Colombia, por lo cual decidió hacerse cargo de la dirección personalizada de ese grupo”, agregó.

Los investigadores explicaron que de acuerdo con hallazgos del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad la expansión territorial del Bloque Tolima implicó una alta afectación sobre la población en materia de violaciones a los derechos humanos, que va desde el homicidio selectivo, la desaparición forzada, la limpieza social, el desplazamiento forzado y el despojo de tierras. Esto sin contar hechos que han sido silenciados como la violencia sexual, la tortura, el secuestro y las masacres.

El Centro Nacional de Memoria Histórica tiene previsto hacer el lanzamiento de este informe en el primer trimestre del 2017, el cual dará cuenta de parte de los resultados de la implementación del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad

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Primer Plano: Danza, Memoria y Paz

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Nov 2016


Primer Plano: Danza, Memoria y Paz

Con el diálogo Danza, memoria y paz se cierra el ciclo de conversaciones de Primer Plano, proyecto del Museo Nacional de la Memoria. El evento se realizará en dentro del IX Festival Danza en la Ciudad, el próximo 8 de Noviembre a las 5:00 p.m. en la Sinagoga del Teatro Nacional (Cra 20 # 37 – 54).


La danza en Colombia ha sido un lenguaje de creación para expresar y exponer todo aquello que a veces no puede ser mencionado con palabras. Ha representado territorios, comunidades y acontecimientos. Sus historias han narrado la resistencia, la dignidad y la memoria histórica del conflicto armado colombiano.

Esta realidad será el punto de partida del cuarto y último diálogo de Primer Plano, Danza, Memoria y Paz. El evento contará con la participación de, Raúl Parra, docente e investigador en historia y teoría de la danza, José Luis Tahua, bailarín e investigador en Danza y Teorías del Cuerpo, Cuca Taburelli, bailarina, coreógrafa y maestra de danza, y Ana Carolina Ávila, bailarina, docente e investigadora.

Con este diálogo se cierra la programación de Primer Plano 2016, proyecto del Museo Nacional de la Memoria que profundizó desde distintas lenguajes: música, fotografía, literatura y danza la relación entre el arte, memoria histórica del conflicto armado en Colombia y los procesos de construcción de paz.

Conductor: Santiago Rivas
Fecha: 8 de noviembre de 2016
Lugar: Cra 20 # 37 – 54
Sinagoga de la casa del Teatro Nacional
Hora: 5:00 P.M.

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Memoria, Paz

El día en que la censura le metió dos goles al Palacio de Justicia

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Autor

Isabel Valdés

Fotografía

Isabel Valdés

Publicado

09 Nov 2016


El día en que la censura le metió dos goles al Palacio de Justicia

El miércoles 6 de noviembre de 1985 el Palacio de Justicia, en Bogotá, ardía en llamas. Tras el ataque y toma de la guerrilla del M-19, prosiguieron los bombardeos con rockets del Ejército, los disparos desde tanques de guerra. Un gran número de soldados combatían al grupo insurgente, que respondía de igual manera con el armamento que habían preparado para su objetivo.


En Colombia lo más común es ocultar o exagerar lo horrores de la guerra a través de los medios de comunicación. Por una imposición, en este caso el fútbol le ganó la batalla al holocausto del Palacio. El pueblo expectante en sus televisores, por saber qué pasaba en el recinto de las Altas Cortes, tuvo que ver —por orden de la Ministra de Comunicaciones en esa época, Noemí Sanín— cómo Millonarios le metía dos goles a Unión Magdalena, al mismo tiempo que a menos de 10 kilómetros eran asesinados y calcinados decenas de personas: entre magistrados, abogados, empleados administrativos, soldados y guerrilleros.

Aprovechando la escasa vigilancia del Palacio de Justicia, el 6 de noviembre, entre las 10:30 y las 11:00 de la mañana ingresaron siete guerrilleros armados, vestidos de civil,  pertenecientes al M-19. Según la periodista Julia Navarrete, en entrevista a la Comisión de la Verdad, “el ingreso de los guerrilleros con armas fue posible porque, aunque frente al descubrimiento del plan pusieron detectores de armas, ´uno o dos días antes quitaron las máquinas´, lo que llamó mucho la atención de los periodistas que diariamente asistían al Palacio”. No había seguridad, el ingreso del primer grupo de guerrilleros se dio sin ningún contratiempo.

Después, alrededor de las 11:30 a.m., ingresaron tres carros por el sótano con 28 guerrilleros. De manera que el “Comando Iván Marino Ospina” del M-19, que ingresó al Palacio de Justicia para realizar la denominada “Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre”, quedó finalmente conformado por 35 guerrilleros (25 hombres y 10 mujeres).

“Nadie podía imaginar que 28 horas después el Palacio de Justicia sería arrasado como resultado de una de las acciones más demenciales que el país ha presenciado, resultado de la violenta incursión armada de la guerrilla y la desproporcionada respuesta del Estado: el uso de armamentos y explosivos de todo tipo, el inexplicable vacío de poder del gobierno, los incendios que destruyeron la edificación y el saldo trágico de cerca de un centenar de personas que perdieron la vida entre civiles, miembros de la fuerza pública y guerrilleros y al menos 11 cuyo paradero aún se desconoce”, dice el Informe de la Comisión de la Verdad del Palacio de Justicia de 2010.

El 20 de octubre de 2015 la Fiscalía General y Medicina legal dieron a conocer que los restos de Cristina del Pilar Guarín, Luz Mary Portela y Lucy Amparo Oviedo Bonilla fueron identificados en Bogotá, mujeres que desaparecieron ese fatídico 6 de noviembre. Los restos Lucy Amparo Oviedo y Cristina Guarín ya fueron entregados a sus familiares. Los de Luz Mery Portela fueron entregados en un acto conmemorativo el pasado 8 de noviembre en el reconstruido Palacio de Justicia.

Durante todo el día de la toma, los medios de comunicación transmitieron parte de lo que observaban desde la Plaza de Bolívar, y las conversaciones que lograban entablar con los rehenes dentro del Palacio. Es el caso de la conversación telefónica que sostuvo Yamid Amat con el presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, que se encontraba en el último piso del Palacio como rehén de Luis Otero Cifuentes, líder de la operación por parte del M-19. Así se registraron las angustiantes palabras del Presidente de la Corte Suprema de Justicia: 

¡Por favor, que nos ayuden, que cese el fuego!

La situación es dramática, estamos rodeados aquí de personal del M-19. ¡Por favor, que cese el fuego inmediatamente! Divulgue ante la opinión pública, esto es urgente, es de vida o muerte. ¿Sí me oyen? […]

Por favor que el Presidente dé finalmente la orden del cese al fuego […]. Estamos en un trance de muerte. Ustedes tienen que ayudarnos. Tienen que pedirle al gobierno que cese el fuego. Rogarle para que el Ejército y la Policía se detengan… Ellos no entienden. Nos apuntan con sus armas. Yo les ruego detengan el fuego porque están dispuestos a todo… 

Según el Informe de la Comisión de la Verdad del Palacio de Justicia otros periodistas también se comunicaron con el magistrado Reyes Echandía, “después de lo cual la Ministra de Comunicaciones llamó a Yamid Amat, a Juan Gossaín y a Juan Guillermo Ríos y les dijo que si seguían pasando estas entrevistas o noticias del Palacio, se cerrarían todos los noticieros”. 

El informe también explica que “después de deliberar ampliamente sobre la conveniencia o inconveniencia de establecer censura a la radio y la televisión, la Ministra de Comunicaciones se comunicó por teléfono y télex con los responsables de las cadenas y emisoras radiales, y de los noticieros de televisión, y les hizo presentes las prohibiciones legales de transmitir noticias relacionadas con los operativos militares, y les notificó que no podían transmitir los comunicados de los subversivos como lo habían pedido ellos en su manifiesto ni podían tampoco transmitir al público entrevistas desde el interior del Palacio de Justicia, pues dentro de él estaban los delincuentes que inducirían la violación del orden jurídico, y muchos inocentes que no eran libres para manifestar la plenitud de su pensamiento”. El télex respectivo fue el siguiente:

El ministerio de Comunicaciones prohíbe terminantemente la transmisión de entrevistas y llamadas a Magistrados puesto que ello dificulta cualquier operación tendiente a salvaguardar la vida de las personas que todavía se encuentran en el palacio de justicia, atentamente, Noemí Sanín Posada – Ministra de Comunicaciones.

Periodistas como Yamid Amat consideraron esto como una implacable imposición de censura. “La censura tuvo como efecto la muerte de la Corte. […]. Los medios de comunicación eran en ese momento los ojos abiertos, y les colocaron una venda. Eran la única luz de información que tenía el gobierno; cuando vino la censura, no sabían qué estaba pasando”, concluyó Yamid Amat en entrevista a la Comisión de la Verdad.

A raíz de esta orden, en uno de los canales de televisión que había de la época, el feroz combate del M-19 con el Ejército dejó de verse, no se sabía de los rehenes y por varios minutos lo colombianos vieron, sin que eso estuviera en la programación, que en el estadio Nemesio Camacho el Campin de Bogotá, a 10 kilómetros del Palacio, Juan Carlos Díaz y Juan Gilberto Funes le hacían dos goles al Unión Magdalena, y al holocausto del Palacio de Justicia por la censura del gobierno.

31 años de incertidumbre 

Durante la toma y retoma del Palacio, hace 31 años, fueron desaparecidas 12 personas. A pesar de que existen videos que muestra claramente que varios de ellos fueron evacuados con vida del recinto, por parte del Ejército, su paradero nunca fue revelado. Sus familiares aún esperan el esclarecimiento de los hechos; esperan verdad y justicia.

Para este aniversario del holocausto se recordó a los desaparecidos con urnas en las que sus familiares depositaron objetos que les pertenecían: fotografías y poemas dedicados, y 11 sillas rodeadas por fotografías, velas y flores en representación de la ausencia de sus seres queridos. 

“Este día y muchos de los días de dolor que tiene Colombia es importante recordarlos porque no podemos permitir que vuelvan a pasar estas cosas. Recordar es pasar por el corazón, entonces cada año y siempre pasamos a nuestros familiares por el corazón”, explicó Pilar Navarrete, esposa de Héctor Jaime Buitrago, uno de los desaparecidos en la toma del Palacio. 

Publicado en Noticias CNMH


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La luz de esperanza que alumbra en Argelia

Noticia

Autor

Adriana Correa

Fotografía

Adriana Correa

Publicado

11 Nov 2016


La luz de esperanza que alumbra en Argelia

Desde la ciudad de Medellín hasta el municipio de Argelia, oriente de Antioquia, hay un trayecto de seis horas en automóvil. Un recorrido que te narra, entre montañas, las más deplorables acciones de muerte y, muchas veces, de violencia a raíz de la guerra que ha vivido la región. En contraste, también te muestra los diferentes colores de resistencia y esperanza que los sobrevivientes de la guerra han dibujado en sus veredas.


En Argelia, en la vereda Mesones, el Frente 47 de las Farc desplazó a más de 60 personas en mayo de 2003, quemó sus viviendas y los amenazó de muerte. Hecho que se repitió y esparció por diferentes zonas del municipio. Otro caso fue el de la vereda El Oro, a las cuatro de la mañana del 26 de febrero de 2004, miembros de este mismo Frente de las Farc, ingresaron a una vivienda y amarraron a sus ocupantes para luego fusilarlos. Seis personas murieron y otra sufrió heridas en su rostro.

A raíz de todo esto, en 2006, miembros de la comunidad en conjunto con el CINEP/Programa por la Paz, (CINEP/PPP) tuvieron la idea de hacer las “Jornadas de la luz”, en memoria de todos los afectados por el conflicto. “Para que esa luz ilumine a todos nuestros familiares donde sea que se encuentren”, dice Ercilia Gómez, líder de Argelia. Una iniciativa que surgió como espacio para reivindicar los derechos vulnerados por la violencia en la región del oriente antioqueño.  

La propuesta inicial consistía en que después de la misa de las 6 p.m., el primer viernes de cada mes, los participantes caminaban en silencio con velas alrededor del parque principal del pueblo. Esto se realizó con regularidad durante varios años, aunque en los últimos tiempos estas jornadas de la luz son menos frecuentes a razón de diferentes motivos. “Queremos volver a retomar la constancia de hacerlo cada mes”, dice Ercilia.

“Allí, en un círculo y con la luz que emanan las velas, hablan sobre el sentido de recordar a aquellos seres queridos perdidos en los años de la guerra reciente”, dice Edinso Culma, investigador del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) quien acompañó, el 4 de noviembre, la pasada jornada de la luz en Argelia. El CNMH de igual manera apoyó la creación del blog “Caminos de Esperanza” que hace parte del cumplimiento de la institución a las medidas de satisfacción alrededor de memoria histórica con la comunidad. 

Aparte de las jornadas de la luz, se desarrollan diferentes estrategias que contribuyen, según Edinso Culma, a la reconstrucción social de la comunidad: trochas por la vida y murales de la memoria, para llevar un mensaje de reconciliación en todo el territorio. A pesar de que Argelia ya no vive los rigores de la guerra, “es importante resaltar el escenario de reconstrucción social frente a la apatía de la gente por hablar los temas del conflicto armado. Acá hay una luz de esperanza que alumbra con fuerza para que la violencia no vuelva a renacer en ninguno de los rincones del municipio y del oriente antioqueño”, concluye Edinso Culma.

Publicado en Noticias CNMH


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