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Lanzamiento de informe nacional de desaparición forzada

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CNMH

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CNMH

Publicado

15 Nov 2016


Lanzamiento de informe nacional de desaparición forzada

La desaparición forzada de personas quebranta la integridad de un ser humano, en un proceso inverso al del revelado de una fotografía: pretende borrar la identidad de una persona hasta velarla por completo, hasta volverla invisible.
– Gonzalo Sánchez Gómez, Director General del CNMH 


  • 60.630 personas han sido desaparecidas forzadamente entre 1970 y 2015.
  • Cada día 3 personas han sido víctimas del delito de desaparición forzosa en Colombia.

La desaparición forzada es tal vez una de las prácticas represivas más atroces de las que se han valido regímenes y organizaciones para imponer su control y su poder. Es una forma de violencia capaz de producir terror, de causar sufrimiento prolongado, de alterar la vida de familias por generaciones y de paralizar a comunidades y sociedades enteras. 

En Colombia han sido desparecidas 60.630 personas en los últimos 45 años en el marco del conflicto armado. Las dimensiones de este crimen resultan escalofriantes e inmorales y son el resultado de la conjunción de varias situaciones: de un lado, de la persistencia de un crimen que se inflige intencionadamente con el ánimo de castigar y de sembrar el terror, de la existencia de prácticas empleadas por distintos actores armados con el propósito de invisibilizar sus crímenes y de garantizar su impunidad o de distorsionar las cifras producto de sus acciones, y por otro lado, de la existencia de condiciones y prácticas de trato indigno a los restos humanos, especialmente en las morgues y cementerios del país, y de la ausencia de mecanismos idóneos que permitan emplear técnicas eficientes y oportunas para identificar los cadáveres y facilitar que sean entregados a sus familias. 

Así mismo, el Estado no ha sabido responder las demandas urgentes de las familias y sus obligaciones legales para cumplir con su deber constitucional de proteger a sus ciudadanos y ciudadanas. Además, la falta de acción estatal decidida y eficaz en la búsqueda de las personas desparecidas, y en la identificación y castigo de los autores materiales e intelectuales, ha permitido consumar la desaparición y así garantizar el triunfo del propósito criminal. 

También resulta cuestionable la ausencia de movilización y de solidaridad ciudadana. No obstante, la indolencia, el silencio y la indiferencia de la sociedad contrastan con la valentía y el trabajo arduo de los familiares y sus organizaciones, quienes han debido adelantar por sí mismos las labores de búsqueda de su ser querido, lo cual los ha hecho víctimas de injurias y calumnias, de nuevas amenazas, de persecuciones, muertes e incluso de desapariciones, provocando en Colombia la aberrante realidad de desaparecer a quienes buscan a sus desaparecidos. Estas situaciones deben terminar, pues resultan inmorales e inaceptables. 

Este informe señala las características de la infamia que acompaña la perpetración de este crimen, denuncia a los responsables de este delito en cada momento de nuestra historia reciente, así  como sus móviles y modos de ejecutarlo. El informe también reconoce las consecuencias y daños que causa la ambigüedad entre la presencia y la ausencia sostenida de un ser querido y destaca la enorme y valerosa contribución de los familiares de las víctimas para que se reconozca, atienda y prevenga este grave delito. 

Las cifras que se plantean en este informe son el resultado de un gran esfuerzo por superar la fragmentación institucional existente. Llegar a una cifra más acorde a la realidad permitirá asumir criterios conceptuales y técnicos que garanticen una acción clara y unificada en la tarea de documentar y registrar información. 

El CNMH ha producido ya seis informes; el último, que aquí se presenta, es el informe general sobre esta problemática, el cual pretende responder a esa deuda de esclarecimiento y reconocimiento de esta forma de violencia, como un imperativo para materializar el Basta Ya a la desaparición forzada de personas en Colombia. 

BOGOTÁ
Fecha: 22 de noviembre de 2016
Hora: 5:00 p.m.
Lugar: Auditorio Rogelio Salmona (Calle 11 No. 5 – 60)

MEDELLÍN
Fecha: 24 de noviembre de 2016
Hora: 5:00 p.m.
Lugar: Museo de Antioquia (Calle 52 No. 52 – 43) 

ENTRADA LIBRE 

INSCRIPCIONES CLICK AQUÍ

A las personas inscritas se les conservará el lugar hasta las 5:00 p.m.

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desaparición forzada


Desaparición Forzada

“El trabajo de memoria no es juzgar, es contar el conflicto”

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Tatiana Peláez

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Tatiana Peláez

Publicado

16 Nov 2016


“El trabajo de memoria no es juzgar, es contar el conflicto”

Así resumió Gloria Elcy Quintero, miembro de la Asociación de víctimas de Granada (Asovida), la labor de recordar y dignificar la memoria de las víctimas del conflicto armado en Granada, Antioquia, durante los actos de lanzamiento, en este municipio el pasado 5 de noviembre, del informe “Granada: memorias de guerra, resistencia y reconstrucción”.


Hablar del conflcito armado en Granada y en el corregimiento de Santa Ana en Antioquia, es relatar la historia sobre innumerables combates entre guerrilleros, Ejército y paramilitares. Es nombrar masacres, enumerar personas desaparecidas, asesinatos selectivos, violaciones y muchas más aberraciones de la guerra. Por ejemplo, caso que se encuentra documentado en el informe, el 3 de noviembre de 2000 ocurrió la más recordada de las acciones paramilitares contra la población: “Según testimonios de varios habitantes, paramilitares incursionaron en las horas del mediodía al casco urbano simultáneamente desde tres sectores: La Bomba, Los Tanques y La María asesinando en el recorrido a 19 personas en el casco urbano y veredas aledañas de Granada“. 

Pero hablar de Granda también es reconocer el valor de las personas sobrevivientes del conflicto: sus fortalezas y luchas diarias para que esto no se repita. Gloria, hermana de una persona desaparecida en el corregimiento de Santa Ana, lamentó, en el lanzamiento del informe, que se trata de una “verdad a la que nadie le apuesta”, mientras mostraba las 297 fotos de las víctimas y las bitácoras con relatos de sus familiares que se conservan en el Salón del Nunca Más, cerca de la plaza principal de Granada.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, junto con la Corporación Región, recoge en este informe el relato de los pobladores de Granada y del corregimiento de Santa Ana, además del estudio de lo que pasó, cómo pasó y por qué pasó. “En 1997 en Granada había 18 mil habitantes. Entre 2001 y 2003 cuatro mil. Hoy somos unos diez mil. Pero en algún momento del conflicto armado en el corregimiento de Santa Ana quedaron solo nueve habitantes en el casco urbano. ¡Nueve!”, agregó el actual alcalde de Granada, Omar Gómez, para dar una idea de la dimensión del impacto sobre la población.

El paisaje antioqueño de altas y verdes montañas acompasadas una tras otra como suaves chinchorros, contrasta de manera abrupta con lo sucedido: Granada fue afectada por seis incursiones armadas de la guerrilla, una incursión paramilitar y varios actos violentos en su cabecera municipal, además, fue escenario de una intensa confrontación armada en la que se emplearon estrategias bélicas como combates, ataques, tomas, emboscadas y bombardeos:

  • El 18 de mayo de 2000 hubo un ataque al puesto de policía ejecutado por el ELN. Y en noviembre varias acciones del ELN dejan personas muertas.
  • El 3 de noviembre del mismo año 2000 entran paramilitares del Bloque Metro a la cabecera municipal. La toma paramilitar deja 19 personas muertas.
  • El 6 de diciembre de 2000 estalla en la cabecera municipal de Granada un carrobomba instalado por las Farc con cuatrocientos kilos de dinamita, en una toma guerrillera que deja 23 personas muertas y varias manzanas totalmente destruidas.
  • El 7 de diciembre de 2000 durante la toma las Farc hacen ataques con cilindros bomba y tiroteos.
  • El 7 y el 20 de abril de 2001 el Bloque Metro deja once personas muertas.
  • En 2003 una caja con explosivos envueltos en un bulto de naranjas, estalla.

 

Esta cronología del conflicto armado produce interrogantes como: ¿quiénes se ensañaron contra esa población? ¿Contra quiénes? ¿Por qué? A pesar de que no existe un dato preciso sobre el número total de víctimas, la información oficial ofrece una radiografía de la magnitud de la afectación de la población. El Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto del CNMH reportó a marzo de este año 460 personas víctimas de asesinato selectivo, 2.992 de desaparición forzada, 59 asesinadas en 10 masacres, 98 víctimas de secuestro y 50 de violencia sexual. 

Las personas que participaron en la presentación del informe en Granada señalaron que la palabra clave es reconstrucción. En un primer momento se trató de la reconstrucción física de un pueblo destruido por las bombas y las armas. Ahora, en este momento se trata de la continuación de la reconstrucción del tejido social y del sentido social. “Debemos pedirle perdón por haberlos dejado solos, aunque la población de Santa Ana tuvo la capacidad de resistir”, concluyó Marta Villa, coordinadora del informe.

“Este informe nos anima porque vemos que no estamos solos. Hay muchos en Santa Ana por quienes trabajar, y eso nos da ánimo”, consideró Rubiela López, habitante del corregimiento, mientras que para María Carmenza Giraldo, de la Alcaldía de Medellín,“este informe sirve para sanar, allí están sus voces”. 

Por su parte la personera municipal de Granada Viviana Castaño expresó que “el informe sirve para que el Estado tenga recomendaciones desde lo social, desde la educación, desde la reparación de los campesinos”.

Todas estas son motivaciones para continuar adelante con la reconstrucción y con la resistencia.

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“Pizarro”, gran ganador del Festival de Cine Iberoamericano

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CNMH

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CNMH

Publicado

18 Nov 2016


“Pizarro”, gran ganador del Festival de Cine Iberoamericano

El documental del colombiano Simón Hernández continúa cosechando reconocimientos durante 2016. Esta vez, después de ganar como Mejor Documental Unitario y el India Catalina, obtuvo el Colón de Oro en la 42 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva en España.


El grito de paz, que la muerte quiso socavar, del máximo dirigente del grupo guerrillero Movimiento 19 de abril (M-19), Carlos Pizarro, se ve reflejado por su hija, María José Pizarro, en el documental “Pizarro”.  Allí se narra el amor de un padre hacia su hija. Un amor fuertemente cuestionado por las decisiones de la guerra.

Este documental sigue recolectado aplausos, y premios, en diferentes rincones del planeta. En esta oportunidad fue España, donde “Pizarro” se alzó con el mayor galardón del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, galardón que han obtenido entre otros como Salvador del Solar por “Magallanes” en 2015 o  Enrique Buchichio por “Zanahoria” en 2014.

El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva “tiene como objetivo la difusión y promoción de obras cinematográficas y audiovisuales, que contribuyan al mejor conocimiento y promoción de la industria audiovisual y los creadores de los países que constituyen el área iberoamericana y sus conexiones con los países europeos”, explican los organizadores.

El carisma de Carlos Pizarro expresado dentro del documental en frases como: “Yo sé que tengo el riesgo de que me maten, pero no tengo miedo de que lo hagan. Tengo más miedo a fracasar en este empeño de conseguir la paz, más que morirme como individuo”, es acompañado por la travesía de su hija, María José Pizarro, en la búsqueda constante de verdad. “Cada día me fui dando cuenta que él estaba dentro de mí”, dice María José.  

Simón Hernández, director de “Pizarro”, expresó su felicidad al obtener este reconocimiento que es la primer vez, durante 42 años, que se lo otorgan a un documental, este “siempre ha sido el patito feo y hoy no lo es”, dijo Hernández. “Las búsquedas de nuevas narrativas y las grandes aportaciones de un género que en mi opinión está viviendo una edad de oro”, complemento Simón.

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Jóvenes de 18 años insisten en implementación de los acuerdos

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Colprensa

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Colprensa

Publicado

21 Nov 2016


Jóvenes de 18 años insisten en implementación de los acuerdos

Jóvenes, que no han cumplido los 18 años (Paz a la calle -18), le insisten a los expresidentes Uribe y Pastrana, permitir la implementación del nuevo acuerdo de paz. 

Viernes 18 de noviembre de 2016

Señor Álvaro Uribe Vélez – Expresidente y senador de la República
Señor Andrés Pastrana – Expresidente de la Republica
Señor Alejandro Ordoñez – Exprocurador General de la Nación

Respetados Señores:

Los jóvenes de este país solo hemos conocido la guerra, somos una generación que al igual que la de nuestros padres y abuelos no sabe lo que significa vivir en un país en paz. Ante la muerte y la devastación que ha causado más de 50 años de guerra no podemos ser indiferentes y por ello nos hemos trazado el propósito de participar activamente en la construcción de alternativas que conduzcan a la paz. Hoy más que nunca, ante la posibilidad real de cambiar los destinos de nuestro país, asumimos la responsabilidad que como jóvenes y ciudadanos nos corresponde.

Hoy tenemos un nuevo acuerdo que nos brinda la oportunidad de poner fin prontamente al conflicto armado y así evitar los riesgos de nuevos enfrentamientos y la muerte de más colombianos. El nuevo acuerdo realizó concesiones importantes frente a los reclamos de sectores del NO y es urgente que se aclare el camino de su implementación. A pesar de que el acuerdo no responde a las expectativas de todos los sectores de la sociedad, es importante respaldarlo, pues es el primero paso y el más importante para construir el país que todos merecemos. Es un comienzo.

El País necesita un acuerdo y lo necesita YA. No se puede permitir que ningún colombiano más pierda su vida en el marco del conflicto armado, no nos podemos dar el lujo de seguir demorando el acuerdo cuando hay vidas en juego. Además debemos aprovechar este momento de nuestra historia único e irrepetible. La gente se impacienta.

Nos dirigimos a ustedes quienes han actuado como promotores del NO y que han tenido sus motivos para pedirles, como jóvenes, que trabajen en pro de un país diferente. No puede nacer en Colombia una sola generación más que tenga que vivir diariamente los horrores de la guerra. El acuerdo no se puede dilatar. Los invitamos a que actúen con grandeza y generosidad, sobre todo pensando en el país que le dejan a esta nueva generación. Mientras más voces haya, mejor.

No podemos hacerlo solos. Ayúdennos a cambiar la historia; a demostrarle a cada niño, a cada niña y a cada joven, que los conflictos por más difíciles que sean, siempre pueden ser resueltos por la vía del diálogo. Debemos reconciliarnos y ser el ejemplo vivo y latente de que dejar el rencor y superar la diferencia es posible.

Hoy más que nunca tenemos ante nosotros la esperanza de darle un rumbo distinto a este país, y la posibilidad de cambiar su destino, dejando atrás tantos años de destrucción y dolor. Esperamos contar con ustedes para que el acuerdo firmado sea implementado. Pasemos la página.

Atentamente: Paz a la calle -18.

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En París, exiliados se reúnen por la verdad y la memoria

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Ricardo Robayo

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Ricardo Robayo

Publicado

23 Nov 2016


En París, exiliados se reúnen por la verdad y la memoria

Con unos emotivos acordes el pianista Diego Franco dio inicio al lanzamiento del encuentro “Arte, cultura y exilio: caminos de la memoria” en el consulado de Colombia en París, el pasado 4 de noviembre. Un numeroso grupo de exiliados y refugiados colombianos que se encuentran en diferentes países europeos, organizaron esta importante iniciativa como respuesta a la necesidad de avanzar en la búsqueda de la verdad, en la reconstrucción de la memoria colectiva del exilio colombiano y en la construcción de la paz en Colombia.


“Estamos aquí reunidos con artistas y personalidades para hacer el lanzamiento del encuentro que ha sido todo un éxito. Nos hemos sentido como en casa compartiendo con varios compatriotas con quienes trabajaremos en estas jornadas en las vivencias personales del exilio y su memoria”, afirma Inés Acosta, exiliada colombiana quien fue víctima del primer falso positivo judicial por parte de agentes del Estado y que por amenazas tuvo que salir del país en 1982.

El nutrido público de colombianos que se reunieron en el segundo día del encuentro, en el Centro Internacional de Cultural Popular de París (CICP), inició la jornada con un conversatorio para debatir y reflexionar alrededor de las causas y características del exilio colombiano, la reconstrucción de la memoria frente a las causas de su desplazamiento y la llegada a los países receptores.

“Comenzamos con un conversatorio en el que planteamos unas reflexiones sobre las características del exilio colombiano, su significado y la pertinencia de nuestra voz por la coyuntura del proceso de paz, la exigencia de verdad y la contribución a la memoria colectiva del conflicto armado en aras de aportar a este momento histórico”, dice Joanna Castro, joven vallecaucana e hija de un sindicalista exilado en Suecia quien a su retorno a Colombia fue asesinado.

Con la colaboración de artistas, investigadores y defensores de derechos humanos, el encuentro se desarrolló a través de talleres en torno a la temática del exilio, el arte y la memoria. Es así que el primer taller “El territorio de la memoria, mapeo emocional del exilio”, proponía hacer un recorrido por los recuerdos de la vida antes del exilio para ponerlos en diálogo con las acciones de la vida actual. “Yo llevo 19 años en Viena (Austria) y este taller me ha desenredado un nudo en mi garganta. Todos los días extraño mi tierra, ese calor humano, la solidaridad entre los vecinos de mi barrio. Yo todo los días estoy en Viena pero estoy pensando en Colombia porque amo a mi país”, expresa Myriam Pérez, lideresa campesina quien tuvo que salir del país frente a las constantes amenazas de los paramilitares.

El segundo taller “Yo recuerdo, el exilio en tres tiempos”, propuso desde la escritura una mirada hacia la experiencia del desplazamiento forzado, el cruce de frontera y la adaptación en el país de acogida. “Estamos aquí reunidos colombianos que tuvimos que salir de Colombia por distintas razones políticas y de persecución, porque nuestra única opción fue salvar nuestras vidas. Se trata de empezar un diálogo entre nosotros ya que cada uno llega como puede, salva su vida como puede y busca crear un entorno nuevo. Cada uno vive el exilio de distintas maneras, y poder contar esas experiencias es muy importante para la memoria colectiva y para nosotros”, afirma Erik Arellana Bautista quien se encuentra fuera de su país, en su segundo exilio, luego de exigir justicia y verdad frente a la desaparición forzada, tortura y asesinato de su madre Nydia Erika Bautista, militante del M-19.

“Arte y Exilio” fue el taller en el cual se trabajó desde lo emocional a través de las artes plásticas utilizando la palabra como elemento liberador y sanador para dar como resultado una obra creativa. “Este taller nos ha permitido conocer historias que han estado ocultas, y hoy hemos escuchado esas voces por medio de la expresión artística y cultural, con las que hemos podido sacar una serie de traumas que nos han acompañado durante tantos años de exilio”, explica Miguel Ángel Vargas, exiliado colombiano en París.

El cuarto taller trató los impactos del exilio en la segunda y tercera generación de exiliados. “Como hijos de personas que tuvieron que salir al exilio, por primera vez logramos compartir nuestras vivencias. Entendimos que el exilio no se hereda, lo hemos vivido de manera directa. Todos nos enfrentamos al difícil reto de aprender a vivir en otros contextos culturales. Pero nunca dejamos de ser Colombianos”, afirma Giovanny Rojas, exiliado junto con su familia en Suecia.

Estos espacios de encuentro brindan a los exiliados una oportunidad de establecer lazos con personas en situación similar, conocer y reconocer la diversidad del exilio, y hacer visibles los impactos que ha provocado en ellos, en sus hijos y nietos, de manera diferenciada. También permiten reconstruir lazos de identidad, culturales y afectivos, y que los anhelos de verdad, justicia y retorno perduren y se fortalezcan gracias a los lazos comunitarios.

“El exilio colombiano tiene una particularidad y es que está muy atomizado, no hay una conciencia política de este fenómeno como la hubo con el exilio de otros países latinoamericanos, es así que este tipo de reuniones permiten empezar a unir caminos para socializar experiencias y dar pasos a construir cultura de paz”, afirma Hernando Franco, uno de los organizadores del encuentro que extendió la invitación a los diferentes colombianos exiliados en Europa.

El encuentro organizado por el Círculo del Trastierro, Hilvanando la Memoria y Ciudadan@s por la Paz de Colombia, que tuvo el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica,  France-Amérique Latine y el Consulado de Colombia en París, permitió a este grupo de colombianos —que salieron del país para salvar sus vidas— seguir aportando y construyendo desde sus diferentes experiencias y lugares una cultura de paz que, sin duda, contribuirá a la reconciliación nacional.

Según la Ofician del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), registra 413.325 colombianos aproximadamente que se encuentran fuera de las fronteras por algún hecho victimizante, es así que el Centro Nacional de Memoria Histórica por su mandato trabaja en el acercamiento con las víctimas en el exterior por medio del proyecto “Agenda Exilio” como una ruta de trabajo para propiciar la participación de los colombianos que fueron forzados a salir del territorio nacional a causa del conflicto. Esta agenda esta compuesta por 3 componentes: el proyecto de investigación “Memorias del exilio”, el apoyo a iniciativas de memoria histórica de colombianos víctimas en el exterior y la plataforma web ¨Voces del Exilio¨ como medio de difusión y participación para dar a conocer las vivencias y resistencias de los colombianos víctimas en el exterior.

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Tierras y conflictos rurales

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Autor

Isabel Valdés

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Isabel Valdés

Publicado

24 Nov 2016


Tierras y conflictos rurales

 

El informe “Tierras y conflictos rurales. Historia, políticas agrarias y protagonistas” del CNMH se lanzó el pasado 3 de noviembre en Bogotá. Sin duda este será, y es, un referente para los que están dedicados a estudiar el tema agrario y del conflicto armado en Colombia. 


Este documento hace parte de una línea de creación sobre el tema agrario que se planteó desde el año 2008 por parte del Grupo de Memoria Histórica; donde salió publicado el primer libro “Tierra en disputa”, seguido del informe “Norte del Valle del Cauca”. Es un trabajo colectivo de un equipo nacional conformado por Carolina Castro, Álvaro Delgado y Jaime Landinez, como investigadores principales, y Rocío Londoño como asistente de investigación.  Carolina Hormaza y Leonardo Parra como asesores. En aportes estadísticos estuvieron Oscar Segura y Mariana Ríos, además, hay un registro audiovisual del trabajo de campo de los equipos regionales.  Finalmente, este proyecto se logró gracias a la colaboración de los funcionarios de campo regional, y principalmente, a Gonzalo Sánchez, director general del CNMH, quién antes de iniciar los diálogos del proceso de paz, ya tenía la idea de crear una investigación que diera cuenta de la centralidad del problema agrario que ha vivido Colombia. 

“Tierras y conflictos rurales. Historia, políticas agrarias y protagonistas” es el primer texto oficial que cruza la información de base de datos de despojo, desplazamiento, y conflicto armado, y a la vez utiliza fuentes académicas, entidades oficiales, organizaciones sociales, gremios y campesinos. Este revela el complejo y tortuoso proceso por medio del cual los latifundistas colonos, ganaderos, campesinos y agro industriales han accedido a la tierra de la nación en los últimos 120 años. Debido a que Colombia es un país que hace las leyes e inmediatamente pone las excepciones que forjan el carácter del estatuto; se deben transformar los procesos de adjudicación de tierras para evitar fallas.

Durante el lanzamiento, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Colombia, la coordinadora de la investigación, Rocío Londoño, afirmó que este trabajo tiene algunos aportes nuevos que son polémicos, pero que no hay que eludirlos. “Más aún, cuando el Estado ha repartido cerca de 60 millones de hectáreas, y no tiene la mínima información de evaluación de lo  qué ha pasado con estas tierras, o sea, este es el momento en que no sabemos qué uso se le dio o cómo fueron explotadas. Y con esta investigación, ahora existe la posibilidad de conocer las bases de datos de la superintendencia de registro y así saber cómo estas tierras se han movido en el mercado, y de esta forma, saber cómo han sido transadas las propiedades adjudicadas como territorios baldíos en el mercado de tierras.”

En el marco de un debate organizado en del lanzamiento, Miriam Villegas, exgerente del Incoder y coordinadora actual del Programa de Paz del Magdalena Medio, expresó su opinión sobre la importancia de analizar la política sobre la adjudicación de más de 23 millones de hectáreas, contando con las de las comunidades étnicas que son más o menos 35 millones de hectáreas. “La adjudicación de baldíos es la principal política y estrategia para la distribución de tierras en la conformación de la estructura agraria colombiana. Pues, la no realización de reformas agrarias dentro de la distribución de tierras fuera de la frontera agrícola, por programas de baldíos, es lo que ha permitido la concentración de la tierra dentro de grandes concesiones y adjudicaciones de baldíos. Pero también, estoy convencida de que hay leyes que han sido poco conocidas. Un ejemplo de esto es la ley 2059 que inició los procesos de parcelación y colonización dirigida a los predios adquiridos por la Caja Agraria y por el ministerio de agricultura, y los terrenos baldíos. A lo anterior, hay que sumarle que la ley 97 de 1946 tiene un mínimo de adjudicación de 25 hectáreas y un máximo de 5000. Causando así que la distribución de la tierra por rangos de tamaño y estructura modificará el concepto de bimodal, cuando se hablaba del latifundio y el minifundio, por un concepto ya multimodal donde la propiedad no es solamente privada, sino colectiva y las tierras son del Estado.”, dijo. 

Los vínculos entre la tierra, los terrenos baldíos y el despojo fueron resaltados por Jhenifer María Mojica, exfuncionaria del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) y experta en tierras dijo que “este libro recoge muchas fuentes de información sobre antiguas prácticas de despojo. Por lo tanto, este se convierte en un manual de despojo vigente hasta hoy. El cual permitió concluir que, en Colombia es permanente la apropiación de la tierra, el despojo ilegal por fuerza o por el uso de figuras que aparentan ser jurídicamente viables”.La investigación analiza un universo de casi 8.000 folios en donde se identifican baldíos indebidamente ocupados, y también muestra las irregularidades de nuestro sistema de propiedad.  

Tierras y conflictos rurales pone  gran énfasis en la adjudicación de baldíos, puesto que este contribuyó decisivamente a consolidar una estructura de amplía concentración y alto monopolio improductivo de la tierra. “Y es que la finalidad de todo esto era poner a producir la tierra. Para crear riquezas en esos territorios y el resultado fue nulo prácticamente. Yo diría, que de los veinte millones de hectáreas que han recibido medianos, y grandes agricultores; de acuerdo con las cifras que ustedes presentan, no más de un millón se ha dedicado a proyectos agros industriales o de medida intensiva. Y diecinueve millones, están en lo que conocemos como latifundios, ganaderos extensivos que son parte fundamental; en donde radica el problema de la tierra”, declaró Jaime Forero, profesor universitario, y Director del Observatorio Rural de la Universidad de La Salle. 

A pesar de comunicar el desolador panorama  en que vive Colombia en el tema de tierras, este Informe del CNMH tiene un potencial muy fuerte que recoge y analiza la información del Registro Único de Predios y Territorios Abandonados por la Población Desplazada – RUPTA. Permitiendo llegar a varias conclusiones; una de estas, es  el despojo que se ensaño con familias campesinas que tienen pequeños predios. Esto quiere decir,  que más del 70% de las solicitudes de protección de tierras son de predios de minifundio, latifundio y pequeña propiedad, y a partir de esto, se encuentra que las personas que viven estas violaciones de derechos humanos son de un sector específico y es al campesinado.   

La presidenta de la asociación de mujeres indígenas, negras y campesinas de Colombia ANMUCIC, Blanca Flor Valencia, declaró que “gracias a este Informe, tenemos varios argumentos de importancia testificando, lo que han hecho las organizaciones campesinas, regionales, organizaciones locales, Junta de acción comunal y asociaciones de víctimas. Pero vemos que el tema de mujeres, no aparece y para nosotras es tan importante como asociación de mujeres campesinas.” A esta intervención, respondió Rocío Londoño, aludiendo que “este libro no tiene un enfoque de género. Puesto que, el informe de ´Tierra en disputa´ cuenta con un capítulo sobre genero de mujeres. Sin embargo, nosotros trabajamos sistemáticamente las inclinaciones de tierras baldías dadas a mujeres; información que no había hasta el momento. También, señalamos la importancia de la movilización de las mujeres desde la legislación agraria, y si hay que señalar, que a pesar de todo el trabajo que hacen estas diferentes organizaciones; hay muy poco reconocimiento de parte de las organizaciones para con este trabajo.”

Pablo Burgos, documentalista audiovisual del proyecto subrayó, la importancia de ver los videos como parte de una memoria, que hace conciencia a la ciudadanía y para saber qué está pasando en la región con la tierra.

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El nuevo acuerdo habla de sectores LBGT

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Autor

María de los Ángeles Reyes

Fotografía

María de los Ángeles Reyes

Publicado

25 Nov 2016


El nuevo acuerdo habla de sectores LBGT

Rosa Rodríguez es una líder de víctimas en Puerto Boyacá, Boyacá, que ayuda a otras personas de su municipio a buscar la reparación y sobre todo a conocer la verdad de lo que pasó con sus familiares en medio del conflicto armado que afectó de manera particular a esta región, conocida como la “Capital antisubversiva de Colombia”.


El hijo de Rosa, Jorge Armando Cabanzo, fue desaparecido por los paramilitares de Arnubio Triana Mahecha, alias ‘Botalón’, lo descuartizaron y lo lanzaron al río Magdalena por una razón que, a todas luces, parece inexplicable: él era homosexual. Como el caso del hijo de Rosa, hay miles en Colombia: personas inocentes han sido asesinadas de forma brutal tan solo por pertenecer a sectores sociales LGBT.

Por estos días se habla de la ‘ideología de género’ como uno de los puntos que dio fuerza a las posiciones del ‘No’ en el plebiscito, que conllevaron a su posterior victoria en la refrendación del Acuerdo de Paz entre la guerrilla de las Farc y el Gobierno Nacional. El enfoque de género en el Acuerdo buscaba reconocer la forma particular de victimización de personas como Rosa y su hijo. Por eso, los sectores LGBT han venido alzando la consigna “del Acuerdo no nos sacan”. Y sin embargo, el tema del enfoque diferencial de género fue uno de los puntos cambiados en el nuevo Acuerdo de Paz de la siguiente manera:

En primer lugar, el documento final del nuevo Acuerdo de Paz hace la diferenciación entre un enfoque de género y la necesidad de prevenir la discriminación de ciertos grupos minoritarios. Así, por enfoque diferencial de género, deja claro que se refiere tan solo a las inequidades entre hombre y mujeres a lo largo de la historia del conflicto armado colombiano, argumentando que ellas han sufrido de una forma más impactante las consecuencias del mismo. 

El texto propende por el “reconocimiento de las mujeres como ciudadanas autónomas, sujetos de derechos que, independientemente de su estado civil, relación familiar o comunitaria, tienen acceso en condiciones de igualdad con respecto a los hombres a la propiedad de la tierra y proyectos productivos, opciones de financiamiento, infraestructura, servicios técnicos y formación, entre otros; atendiendo las condiciones sociales e institucionales que han impedido a las mujeres acceder a activos productivos y bienes públicos y sociales”.

Por otra parte, el tema de los sectores sociales LGBT entra dentro del segundo punto, es decir, el que llama la atención sobre prevenir la discriminación contra ciertos grupos minoritarios, buscando garantizar las condiciones para que esa igualdad sea real y efectiva.

Sin embargo, los sectores sociales LGBT no son los únicos que hacen parte de lo mencionado: “El fin del conflicto constituye la mejor oportunidad para materializar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición, y en general asegurar la satisfacción plena de los derechos humanos de todos y todas, incluyendo los de las mujeres, los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos mayores, de las personas en situación de discapacidad, los pueblos indígenas, las comunidades campesinas, integrantes de las iglesias, confesiones religiosas, organizaciones basadas en la fe y organizaciones del sector religioso, las poblaciones afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales, la población LGBTI, y los defensores y las defensoras de derechos humanos, sindicalistas, periodistas, agricultores y agricultoras, ganaderos y ganaderas, comerciantes y empresarios y empresarias; lo cual implica además la adopción de medidas de acción afirmativa, para garantizar de manera plena los derechos de quienes han sido más afectados por el conflicto”.

De igual manera, el nuevo texto del Acuerdo de Paz reconoce a la familia como núcleo fundamental de la sociedad y los derechos de sus integrantes, haciendo énfasis en la necesidad de la igualdad entre todos los ciudadanos y ciudadanas. Así, promueve la no estigmatización de grupos en condiciones de vulnerabilidad o discriminación como las mujeres, las comunidades étnicas, los sectores LGBT, los niños, niñas, adolescentes y personas mayores, personas con discapacidad y las minorías políticas y religiosas.

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El Centro Nacional de Memoria Histórica presentó en 2015 el informe ‘Aniquilar la diferencia’ sobre las violencias sufridas por lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas en el conflicto armado. Y, en 2016 ha estado presentando el informe en todo el país, buscando crear consciencia sobre la necesidad de reconocer a esta población como víctima del conflicto de una forma diferenciada. ‘Aniquilar la diferencia’ se ha presentado en Medellín, Cali, Cartagena, Villavicencio, Montería, Armenia, Cúcuta y Sincelejo, entre algunos otros municipios. Las próximas fechas son:

  • BARRANQUILLA – 5 de diciembre (en asocio con la Universidad del Atlántico). POR CONFIRMAR.
  • BUCARAMANGA (en asocio con la UIS, la Alcaldía Municipal y la Corporación VIHDA Nueva).

Descargue aquí el informe completo de ‘Aniquilar la diferencia’ >

Publicado en Noticias CNMH


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Que no se repita un genocidio como el de la UP

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Autor

Carolina Moreno

Fotografía

Carolina Moreno

Publicado

29 Nov 2016


Que no se repita un genocidio como el de la UP

Maricela Canacué salió de su casa el viernes 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la Vereda Versalles, departamento del Huila, apenas despuntando el alba, para ir al colegio con su nieta Yaira, de nueve años. Cuando iban de regreso, las abordaron varios hombres que les dispararon. La niña salió corriendo a esconderse en la casa de los primeros vecinos que encontró. Su abuela no alcanzó a moverse, recibió tres impactos de bala que le arrancaron la vida.


Esta campesina de 60 años, se dedicaba a la crianza de sus tres nietos, de 9, 11 y 12 años, con los que vivía sola. Su esposo, que trabaja en Betania, Huila, la visitaba cada 15 días para llevarle mercado a la familia. Aunque estaba asociada a la Junta de Acción Comunal de su vereda, en el municipio de Palermo, al occidente del departamento del Huila, no era -según afirman sus compañeros de junta- una líder social visible. “Era parte de Macha Patriótica, de esas personas que asisten a todos los eventos, a las reuniones sobre la zona de reserva campesina, a ayudar en la campaña por la paz, siempre a ayudar con lo que pueda”, recuerda Lorena Sánchez, lideresa de la región, para quien es indigno que este tipo de hechos ocurran, máxime en el día de la no violencia contra las mujeres.

Escasas 24 horas antes del asesinato, líderes sociales del departamento asistieron al Consejo de Seguridad convocado por el Gobernador del departamento, que contó con la presencia de Fiscalía y la Unidad de Protección. En ella, la comunidad manifestó preocupaciones por el aumento de vandalismo en la región, asociado a la presencia de lo que aseguran, son grupos paramilitares “agazapados”.

Cabe recordar que en lo que va corrido del mes de noviembre, han sido asesinadas otras 5 personas vinculadas con organizaciones sociales en el país (Jhon Jairo Rodríguez Torrez, José Antonio Velasco, Erley Monroy, Didier Lozada y Rodrígo Cabrera), en circunstancias que organizaciones defensoras de derechos humanos aseguran, tiene la intensión de amedrentar a la sociedad ante el avance del proceso de paz en Colombia, y las alternativas políticas que están surgiendo en las regiones del país. 

“Desde el año pasado, cuando eran 34 los militantes de Marcha Patriótica asesinados, solicitamos al presidente que los casos no fuera investigados como delitos comunes, sino que llegaran a la Fiscalía Especializada en DDHH. Hoy ya son 126 personas asesinadas, aún no se escucha esa solicitud, y no avanzan las investigaciones”, asegura David Flórez, abogado responsable de Derechos Humanos de la organización, y concluye que “reconocer la sistematicidad de los hechos, es también un asunto de voluntad por parte del gobierno”. 

El cuerpo de Maricela permaneció en la vía hacia Palermo, desde las 8:30 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde, cuando llegó la funeraria a recogerla. La policía y las entidades responsables del levantamiento no se hicieron presentes, por lo que “las pruebas de la escena del crímen que podrían aportar elementos a la investigación, se perdieron”, denunció Lorena Sánchez.

Cinco líderes más asesinados en noviembre

Jhon Jairo Rodríguez Torres, asesinado el 1 de noviembre del 2016

Destacado dirigente comunal en los años de mayor presencia y actividad paramilitar en el corregimiento del Palo (Caoto, departamento del Cauca) entre los años 2001 y 2002. En el año 2003 impulsó el lanzamiento de la Asociación de Trabajadores Campesinos de Caloto, de la que hizo parte hasta el día de su asesinato.

José Antonio Velasco Taquinás, asesinado el 11 de noviembre de 2016

Era reconocido por la comunidad como un gran amigo y comunero destacado por sostener buenas relaciones con todos los integrantes de su comunidad. El 1 de noviembre fue encontrado en el sitio conocido como La Trampa, en Caloto, con un impacto de proyectil en la cabeza, pero aún con vida. Fue trasladado de urgencia a la Clínica Valle del Lili en la ciudad de Cali, y desconectado del respirador que lo mantenía artificialmente con vida el día 13 de noviembre de 2016.

Erley Monroy Fierro, asesinado el  18 de noviembre de 2016

Hasta principios de este año se desempeñó como Fiscal de la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero (ASCAL-G). Durante su vida, defendió la Zona de Reserva Campesina de la inspección de San Juan de Losada de La Macarena. Era integrante de Fundación para la Defensa de Los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Centro Oriente Colombiano DHOC.

Didier Losada Barreto, asesinado el 18 de noviembre de 2016

Campesino y defensor de Derechos Humanos, se desempeñaba como presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Platanillo, en La Macarena (Meta). Didier era integrante de la Fundación para la Defensa de Los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario del Centro Oriente Colombiano DHOC.

Rodrigo Cabrera Cabrera, asesinado el  20 de noviembre de 2016

Líder campesino que se dedicaba a la agricultura y la ganadería en la vereda El Rosal, municipio de Altamira, departamento de Nariño. Fue una persona solidaria, generosa y activa que participaba de manera constante en las actividades sociales de su comunidad. Como miembro de Marcha Patriótica, asumió activamente el apoyo a diversas iniciativas de paz, desde el momento en que se confirmó que el municipio de Policarpa iba a ser una de los lugares destinados para la ubicación de una Zona Veredal Transitoria de Normalización.

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Premio Nacional de Paz para Gonzalo Sánchez

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Harold García

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Harold García

Publicado

01 Dic 2016


Premio Nacional de Paz para Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez, Director General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), fue reconocido con el galardón en la categoría de “Liderazgo por la Paz”, en la decimoctava versión del Premio Nacional de Paz.


El reconocimiento nacional destaca en el profesor Gonzalo Sánchez su “compromiso y labor investigativa que ha constituido un aporte invaluable al estudio de la violencia en Colombia, resaltando la memoria como un componente fundamental para la reparación de las víctimas y la reconciliación”. Una labor que ha desarrollado durante más de 30 años, dedicando su vida para investigar sobre el conflicto armado en Colombia y el papel preponderante de las víctimas dentro de esta larga guerra.

Las entidades que otorgan el Premio Nacional de Paz son el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Friedrich Ebert Stiftung en Colombia (FESCOL), El Tiempo, Caracol Radio, Caracol Televisión, Proantioquia y Alquería, como una distición al esfuerzo y compromiso con la construcción de la paz en Colombia.

“Los familiares de las personas desaparecidas no son solo madres, padres o hijos en duelo infinito, suspendido, no son solo una comunidad del dolor, que se reconoce en otros con quienes comparte y comunica su queja, son sobre todo personas que luchan con vehemencia por recuperar el sentido que les ha sido negado, por volver a unir aquello que ha sido roto delante de ellos”, escribió en la introducción del más reciente informe del CNMH: Hasta encontrarlos. El drama de la desaparición forzada en Colombia.

Gonzalo Sánchez ha recorrido los lugares más afectados por el conflicto armado dentro del país, y es común, a pesar de la adversidad, verlo con una enorme sonrisa. El gesto imborrable de quien siempre ve la esperanza en medio de tanto dolor. Entre el 2007 y el 2010 fue el director del Grupo de Memoria Histórica de Colombia, donde fue responsable de la realización de 20 informes sobre memoria y conflicto. En estas investigaciones sobresale la de casos emblemáticos del conflicto en Colombia, como lo son las masacres paramilitares de Bahía Portete, Trujillo, Segovia, El Salado y La Rochela, la masacre de las Farc en Bojayá o el éxodo de San Carlos.

A partir de 2011, fue nombrado por La Presidencia de la República de Colombia como el Director General del Centro De Memoria Histórica. “Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en su búsqueda de la verdad”, dijo en 2015 en el lanzamiento del informe Textos corporales de la crueldad. Memoria histórica y antropología forense, que pretende romper el silencio sobre uno de los muchos crímenes que afectaron a la población caqueteña, hace ya 15 años: la desaparición forzada.

En julio de 2013 bajo su dirección, se lanzó el informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, que “es un memorial de agravios  de centenares de miles de víctimas del conflicto armado interno, pero también aspira a ser un acta de compromiso con la transformación del futuro de Colombia”, explicó Gonzalo Sánchez sobre esta investigación, la más importante que se ha hecho sobre el conflicto armado en el país.

Gonzalo Sánchez es abogado y filósofo de la Universidad Nacional de Colombia, con un master de la universidad de Essex, Inglaterra, y tiene un PhD en sociología política de la Escuela de Altos Estudios de París, Francia. Nació en El Líbano, Tolima, Colombia. Por ello, en parte, publicó “Los bolcheviques del Líbano” (Tolima): crisis mundial, transición capitalista y rebelión rural en Colombia”, una de sus primeras investigaciones.

En su experiencia investigativa se cuenta la participación y docencia en el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia. Simultaneo a su constante trabajo de análisis de la violencia, ha sido profesor invitado en universidades por fuera de Colombia como la Universidad de Duke y Texas, en Estados unidos; en la Escuela de Altos Estudios de París y en la University College de Londres.

Su valioso aporte en el estudio y el entendimiento del conflicto y la violencia en nuestra sociedad le han merecido varias distinciones, entre las que se destacan la Orden Gerardo Molina de la Universidad Nacional de Colombia y la Martin Diskin Memorial Lectureship otorgada por la Latin American Studies Association entregada en Miami en 2000.

“Si esta es una sociedad que se acostumbró de alguna manera al ruido de las balas y a convivir con el ruido de las balas, ahora lo que se le va pedir a esta sociedad es que se acostumbre, y lo asuma como un tema de desarrollo y de expresión de la democracia, al ruido de la movilización popular”, dijo cuándo se le preguntó sobre la importancia de la memoria como una aliada para la paz.

También el Premio Nacional de Paz 2016reconoció a la Mesa de Diálogo y Negociación de la Habana“en reconocimiento a los 6 años de esfuerzos por parte de los representantes del gobierno y de las Farc, quienes entablaron una negociación seria y comprometida con las víctimas, y quienes no desfallecieron en el propósito nacional de alcanzar la paz como un derecho de todas y todos los colombianos”.

Por su parte la Mención Especial refleja que “las acciones de la comunidad de Bojayá son ejemplo de la inmensa generosidad de las víctimas, quienes a pesar de su profundo dolor han perdonado, y a través de ese acto magnánimo, han hecho posible emprender el camino hacia la reconciliación.”

El jurado del premio está compuesto por el historiador Jorge Orlando Melo, Darío Echeverri (Pbro.), el rector de Eafit, Juan Luis Mejía, Francisco de Roux (SJ), Socorro Ramírez, Manuel José Bonnett (General retirado), Sylvia Escovar, Mónica de Greiff y Juan Gossain.

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Las migraciones: XVII Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

01 Dic 2016


Las migraciones: XVII Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia

El XVII Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia, del 7 al 11 de diciembre de 2016, explorará las “Migraciones”, temática social que se ha  convertido en un fenómeno mundial de grandes proporciones. La movilidad de personas entre países ha crecido considerablemente en las últimas décadas y seguirá en aumento. Los migrantes son  llamados los nuevos ciudadanos del siglo XXI. El cine como reflejo de la realidad ha sabido documentar este fenómeno  y lo ha  hecho de manera recurrente en las producciones mundiales de los últimos años. Estas obras retratan las implicaciones políticas, sociales y económicas del fenómeno: El desarraigo, la identidad, la vulnerabilidad de tantos seres humanos, la distancia, el desplazamiento. Son muchos los ejemplos de películas que han abordado este tema desde cientos de historias personales que le dan voz y rostro al drama de tantas personas, de tantos grupos humanos en desventaja.

Exilio en Colombia: primer puesto en América Latina y noveno en el mundo

Estos son los deshonrosos lugares que ocupamos en la lista de 10 países con mayor número de refugiados, ubicándose por encima de República Centroafricana y casi al mismo nivel de Irak, Myanmar y Siria

Este año el Centro Nacional de Memoria Histórica se suma a la propuesta del Festival y queremos extenderles la invitación a asistir y seguirlo a través de sus publicaciones y eventos y a reflexionar sobre la temática de este año, un flagelo que ha golpeado con fuerza a nuestro país como consecuencia directa del conflicto armado y con el que el CNMH ha venido trabajando desde 2015 junto con el Foro Internacional de Víctimas, para recuperar la memoria de exilio, de las voces que han retornado y garantizar el ejercicio de sus derechos civiles y políticos.

¿Qué peso tiene el desplazamiento forzado en la migración? Es una pregunta que vale la pena plantear si se tiene en cuenta que cerca de la tercera parte de la población migrante es desplazada forzosamente. 6.941.212 personas desplazadas internas por el conflicto armado registra ACNUR en Colombia. Pero además un gran porcentaje de estas, cerca de 413.325, han tenido que abandonar el país.

De acuerdo con la investigadora Rocío Londoño, en los datos de migración forzada y desplazamiento es claro que las tendencias migratorias mantienen las lógicas del siglo XX: la población que migra está compuesta predominantemente por mujeres y niños y las razones principales son búsqueda de trabajo y de oportunidades de estudio. Ahora, y especialmente en Colombia, se suman a ello las razones de protección de la vida -el desplazamiento forzado- obligando a familias enteras a dejar sus territorios. Y claro, todas las consecuencias que trae, como que la migración de jóvenes debilita el mercado laboral rural al irse buscando oportunidades donde con la minería y el petróleo o al enrolarse en lo grupos armados, que, como dice la investigadora, “Para muchos jóvenes es una opción de vida que puede ser más atractiva que el hacha y el machete en la casa de los padres sin remuneración y trabajando la tierra  solo por la alimentación”.

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Conoce los testimonios de las víctimas colombianas de exilio, cifras, noticias y el proyecto de investigación que está trabajando el CNMH. 

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