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Respuesta del director del CNMH a carta del padre Francisco de Roux

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CNMH

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CNMH

Publicado

26 Feb 2019


Respuesta del director del CNMH a carta del padre Francisco de Roux

En respuesta a la carta enviada recientemente por el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, nuestro nuevo director, Darío Acevedo, manifiesta su disposición de mantener un diálogo abierto y constructivo, tanto con él como con las organizaciones de víctimas que han mostrado preocupación por la preservación de sus archivos.

Descargue aquí el comunicado.

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Comisión de la Verdad, Darío Acevedo, ExDirector CNMH, Víctimas

El Mochuelo: el museo de la memoria que viajará por los Montes de María

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Archivo CCMMaL21

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Archivo CCMMaL21

Publicado

04 Mar 2019


El Mochuelo: el museo de la memoria que viajará por los Montes de María

  • Este museo itinerante, que recoge historias, recorridos, testimonios y voces de 16 municipios de Sucre y Bolívar, estuvo en construcción durante once años. El próximo 15 de marzo comienza su recorrido en El Carmen de Bolívar (Bolívar).
  • Su objetivo es recorrer todas las comunidades y fortalecer la convivencia, la organización y la unión en esta región, que sufrió las violencias de todos los grupos armados.
  • Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, entre 1985 y 2017 se registraron allí 3.197 asesinatos selectivos, 117 masacres y 1.385 personas desaparecidas.

Desde hace once años los habitantes de los Montes de María emprendieron una gran misión: reconstruir con su propia voz las historias de lucha y resistencia que los han marcado por más de medio siglo, reconocer las afectaciones que el conflicto armado les causó, y visibilizar esos relatos en un espacio que les garantice sus derechos a la reparación, a la verdad y a la no repetición. Los próximos 14, 15 y 16 de marzo ese sueño se verá materializado, con la inauguración de El Mochuelo – Museo Itinerante de los Montes de María, en El Carmen de Bolívar (Bolívar).

Todo empezó con una pregunta, que surgió luego de intensas olas de violencia provocadas por grupos armados de todos los bandos: ¿Para qué recordar? Según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), en los 16 municipios de Sucre y Bolívar que conforman esta región del Caribe colombiano conocida como Montes de María, entre 1985 y 2017 se registraron: 3.197 asesinatos selectivos, 117 masacres, 1.385 personas desaparecidas y 657 víctimas de violencia sexual (la mayoría de ellas mujeres). Todos estos hechos no solo sumaron miles de víctimas, sino que desintegraron a una población que durante años había luchado por el acceso a la tierra: un derecho esencial en la vida montemariana.

¿Para qué recordar? Con esta pregunta en mente, el Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María Línea 21 (CCMMLa21) tocó las puertas de ONGs, cooperantes internacionales e instituciones académicas. Y en el 2008 creó pequeños grupos en los territorios, llamados Colectivos de Narradores y Narradoras de la Memoria, que empezaron a circular la palabra como derecho fundamental, “después de haber sido sometidos al silencio por parte de los actores armados en medio del conflicto”, aseguran ellos.

Los Narradores y Narradoras de la Memoria, unidos en un abrazo durante un campamento Juvenil.

A través de videos, fotografías y testimonios, los narradores y narradoras rescataron no solo los relatos de dolor de los montemarianos, sino también las historias de grandes líderes y lideresas que dedicaron la vida a luchar por sus comunidades; retrataron los paisajes rurales de la región, que se crean desde el río Magdalena hasta el mar Caribe; revivieron las tradiciones culturales que, entre juglares y gaitas, han marcado la identidad montemariana; y recogieron el anhelo conjunto por ser comunidades de paz.

El Mochuelo fue bautizado así “por un pájaro de fino cantar” muy popular en la región, y por la canción del cantautor sanjacintero Adolfo Pacheco Anillo, que lleva el mismo nombre. Como un pájaro, este museo emprenderá el vuelo de la memoria en los Montes de María. Su espacio físico está concebido como una casa tradicional de la región. En él, las mecedoras de madera, las fotografías históricas y documentos de las luchas campesinas, las canciones montemarianas, el patio de juegos y el “árbol de la vida” -que recoge los nombres de 700 víctimas del conflicto armado en esta región-, invitan a hacer de la memoria un camino para el encuentro, la superación del miedo y la construcción colectiva de paz.

Este 15 de marzo esta muestra itinerante emprende un viaje que comienza en El Carmen de Bolívar. Unos 70 delegados de los 16 municipios, junto a académicos y visitantes, participarán durante tres días en actividades culturales, charlas y talleres de capacitación, para luego recibir a El Mochuelo en sus propias comunidades.

Este museo fue construido gracias al apoyo que diferentes aliados internacionales brindaron para su gestión, planeación y desarrollo, junto a las 16 comunidades de los Montes de Marías. El apoyo de la Embajada de Francia en Colombia fue vital. Durante la inauguración, el embajador Gautier Mignon acompañará a la iniciativa de jóvenes Mochuelos Cantores y Cantoras en esta apertura.

Descargue aquí la agenda del evento.

Para mayor información

Laura Angélica Cerón Hernández
Periodista Centro Nacional de Memoria Histórica
laura.ceron@centrodememoriahistorica.gov.co

 

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Carmen de Bolívar, El Mochuelo, Montes de María, Museos de Memoria

Memorias de vida desde el Catatumbo

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CNMH

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CNMH

Publicado

14 Nov 2018


Memorias de vida desde el Catatumbo

  • El CNMH lanzará en Bogotá, Tibú, Ocaña y Cúcuta el informe Catatumbo: Memorias de vida y dignidad*, un recorrido por la violencia que ha vivido esta región de Norte de Santander, desde la llegada de los españoles al territorio barí hasta la dominación de los grupos armados ilegales que persiste.
  • Entre 1999 y 2006, con la entrada de tres estructuras paramilitares, la región vivió una violencia sin precedentes: casi 100 mil desplazados, 832 asesinatos selectivos y 599 muertos en masacres.
  • La violencia, el abandono estatal y la pobreza hicieron que el cultivo de coca fuera una posibilidad de sustento para los campesinos, y eso los llevó a ser objetivo de políticas de lucha contra las drogas poco efectivas.
  • A pesar de todo, las catatumberas y catatumberos han levantado y fortalecido sus organizaciones, han resistido y se han movilizado para exigir mejores condiciones de vida.

Desde la conquista española hasta hoy, los habitantes de la región del Catatumbo, en Norte de Santander, han hecho frente al abuso de diversos actores legales e ilegales, que han ocupado su territorio y han perpetuado distintos tipos de violencias. Esa es la historia que el Centro Nacional de Memoria Histórica reconstruye en su informe Catatumbo: Memorias de vida y dignidad, que estamos lanzando hoy, y que nació de una propuesta de la Diócesis de Tibú y su Pastoral de Víctimas, a la que luego se sumó la Asociación de Autoridades Tradicionales del Pueblo Barí Ñatubaiyibarí.

Para el Pueblo Barí, la violencia en el Catatumbo arrancó con la llegada de los españoles, que trataron de imponerles su idioma, su religión y su cultura. Para otros habitantes de la región, esta empezó a principios del siglo XX, con la entrada de las empresas petroleras que provocaron el desplazamiento y la desaparición de miles de indígenas, y a la vez motivaron la llegada de campesinos y trabajadores de esta industria.

El conflicto armado llegó a finales de los setenta y se agravó a finales de los ochenta, cuando el ELN, el EPL y las FARC fortalecieron sus acciones militares con asesinatos selectivos, secuestros, extorsiones y tomas a poblados. Pero fue entre 1999 y 2006 cuando la región vivió una violencia sin precedentes, con el accionar de tres estructuras paramilitares: el Bloque Catatumbo, el Frente Héctor Julio Peinado Becerra y el Frente Resistencia Motilona. En estos siete años de presencia paramilitar se desplazaron forzadamente 99.074 personas, que equivalen al 59,5% de los desplazamientos de los últimos 32 años. También hubo 832 casos de asesinatos selectivos y 599 muertos en masacres: 403 por parte de paramilitares y 142 por parte de las guerrillas.

A raíz de estas violencias, del abandono estatal y de la pobreza, los cultivos de coca aparecieron como una posibilidad de sustento para los campesinos de la región, quienes enfrentaban (y siguen enfrentando) difíciles condiciones para la comercialización de sus productos tradicionales. Pero cultivar coca los convirtió en objetivo de políticas de lucha contra las drogas que, además de ser costosas en términos económicos, ambientales, sociales y de salud, en ocasiones justificaron también nuevas violencias.

Aunque las FARC se desmovilizaron, el conflicto persiste en el Catatumbo. El ELN y el EPL se expandieron en la región y hubo una militarización sin precedentes, que ha producido, entre otras graves vulneraciones, ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de la Fuerza Pública. A este escenario se suma a la presencia y accionar de Grupos Armados Posdesmovilización. La región presenta hoy grandes desafíos de cara a la construcción de la paz territorial. Sin embargo, y a pesar de la violencia y la precariedad, las catatumberas y catatumberos han levantado y fortalecido sus organizaciones, han resistido y se han movilizado en varios paros campesinos para exigir mejores condiciones de vida en su región.

En este recorrido por las voces y memorias de los habitantes de esta región se encuentran tres tensiones principales. Primero: a pesar de ser una región exuberante y rica en recursos naturales sus pobladores han vivido en la marginalidad y la precariedad, y las comunidades perciben la presencia estatal especialmente con su cara militar y antinarcóticos, en lugar de ver acciones que busquen suplir las necesidades más sentidas de la gente. Segundo: ante ese panorama, las catatumberas y catatumberos se han organizado y han trabajado comunitariamente por una vida digna, pero por esa razón han sido violentados y desconocidos. Y tercero: sobre ellos y ellas han recaído estigmas que han justificado distintas formas de violencia hasta el presente.

Ese panorama motivó al Centro Nacional de Memoria Histórica a hacer una serie de recomendaciones que permitan construir las condiciones para que la guerra no se repita, y se consoliden las apuestas por una vida digna en el Catatumbo: atender las necesidades de la gente, reconocer y proteger las dinámicas organizativas, ampliar los espacios de participación, desarmar estigmas y cerrar ciclos de violencia, replantear las políticas frente a la coca y avanzar en procesos de verdad, reparación y no repetición.

Este ejercicio de reconstrucción de memoria histórica contó con la colaboración de una multiplicidad de personas, organizaciones y entidades de la región.

*Además del informe general y su resumen, se presentará una serie de cartillas con historias sobre lo que significa ser campesino, niño o niña, mujer, indígena, docente o LGBT en ese territorio. También un mapa que identifica los lugares de memoria y de vida en la región, así como las transformaciones territoriales que ha sufrido el Catatumbo por cuenta de la violencia.

LANZAMIENTOS

Bogotá

Fecha: 15 de noviembre
Lugar: Centro Cultural Gabriel García Márquez – Calle 11 #5-60
Hora: 5:30 p.m.

Ocaña

Fecha: 27 de noviembre
Lugar y hora por definir

Cúcuta

Fecha: 28 de noviembre
Lugar: Universidad Francisco de Paula Santander – Salón Eustorgio Colmenares
Hora: 8:30 a.m.

Tibú

Fecha: 30 de noviembre
Lugar: Seminario Menor San Luis Beltrán
Hora: 9:00 a.m.

Navegue aquí el especial multimedia 

Descargue aquí el informe Catatumbo: Memorias de vida y dignidad

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Catatumbo, Guerrillas, Memoria, Norte de Santander, Paramilitares

Director del CNMH responde carta de profesores de historia de la UNAL

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CNMH

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CNMH

Publicado

04 Mar 2019


Director del CNMH responde carta de profesores de historia de la UNAL

El director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo, responde a la carta del claustro de profesores de historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá.

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Darío Acevedo, ExDirector CNMH, Historia, Memoria, Universidad Nacional

Serie documental “Somos más que 11” – Entrega I: El día del asalto a la Asamblea

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CNMH

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CNMH

Publicado

15 Nov 2018


Serie documental “Somos más que 11” – Entrega I: El día del asalto a la Asamblea

El Centro Nacional de Memoria Histórica presenta el primer ejercicio de memoria sobre el caso de los diputados del Valle del Cauca, secuestrados y asesinados por las FARC. En esta primera entrega de la serie documental “Somos más que 11”, reconstruimos el minuto a minuto de lo sucedido el 11 de abril del 2002, día de la toma a la Asamblea del Valle. 


“Bueno, señoras y señores nosotros somos las FARC, nos los llevamos del centro de Cali”. Es lo que dijo alias J.J. cuando notificó a 17 personas de la Asamblea del Valle (entre diputados y asistentes) que estaban secuestradas. Mientras tanto, un guerrillero grababa el episodio. En las imágenes se pueden observar los rostros de sorpresa, indignación y angustia de quienes bajo engaño se subieron a una buseta blanca buscando la protección del Ejército frente a una supuesta amenaza de bomba en el edificio San Luis.

Ya habían acordado que a las sesiones de la Asamblea debían asistir todos los diputados “yo había desempolvado una ordenanza que decía que si cuando empezara la sesión no estaban los diputados, no se les pagaba el día, por lo tanto, nadie faltaba” (CNMH, entrevista al exdiputado Luis Herrera, 2017, 22 de mayo). Sin embargo, ese jueves 11 de abril, Juan Carlos Narváez, entonces presidente de la Asamblea, llevaba más de una hora esperando en el salón de sesiones a que llegaran los diputados para iniciar el debate de la Comisión de Asuntos Económicos y Fiscales.

Mientras esperaban a los diputados faltantes “entraron al recinto unos soldados y nos dijeron desalojen lo más pronto posible que hay una bomba. Una persona alta, que se supone que es el comandante, se dirigió al presidente de la Asamblea y le dijo -tranquilos diputados, nosotros tenemos un carro afuera para protegerlos-” (Juzgado 3 Penal del Circuito, Cali, 2002, declaración auxiliar de grabación, C:1, folio 125). Los supuestos soldados hacían parte de un comando de 18 guerrilleros que ingresó a las 10:15 a la Asamblea por la puerta principal. El equipo de vigilancia del edificio se encontraba en cambio de turno cuando fue sorprendido por la tropa, así lo recuerda uno de los vigilantes “se paró uno al frente y me dijo vamos a ingresar porque hay una bomba al interior del edificio” (Juzgado 3 Penal del Circuito, Cali, 2002, declaración vigilante, C: 1, folio 129).

El comando guerrillero no se dirigió en su totalidad al salón de sesiones. Un segundo grupo se quedó en la plazoleta del primer piso simulando la búsqueda de explosivos y anunciando la evacuación a los empleados de la Asamblea. Uno de los empleados observó “que, en la parte de abajo, alrededor de la pileta, había varios uniformados. Yo bajé y seguí a algunos de ellos que corrían hacia la parte por donde se sacan las basuras y al llegar hasta allí gritaban ¡aquí está la bomba!, señalando la caneca de basura grande” (Juzgado 3 Penal del Circuito, Cali, 2002, declaración asesor de la Asamblea, C: 1, folio 18).

En el video grabado por las FARC se revive el anuncio de evacuación realizado por este segundo grupo de guerrilleros que con megáfono alertaban: “Somos la unidad antiexplosivos del Batallón Primero Numancia. Por favor, damas y caballeros, desalojen los edificios para así mismo desactivar las bombas. Tomemos la dirección hacia el parque de la Gobernación. Para los diputados hay un vehículo especial” (FARC-EP, 2002). Las imágenes fueron grabadas por dos guerrilleros vestidos de civil con un chaleco de Telepacífico. Los supuestos periodistas lograron captar los momentos de pánico vividos por las personas que se encontraban al interior del edificio de la Asamblea.

En la planeación de la acción, se pensó que la zozobra generada en el primer piso debía acentuarse con las acciones de un tercer grupo de guerrilleros que debía dirigirse al segundo piso de la Asamblea. Este grupo tenía la misión de instalar en los baños una carga de pólvora negra que al explotar incrementaría la situación de pánico. Gustavo Arbeláez Cardona, antiguo jefe del Frente Urbano Manuel Cepeda Vargas, conocido como Santiago, recuerda la maniobra: “Dentro de lo que nosotros pensamos para darle más realismo al hecho es que llevamos unas cargas de pólvora negra para colocar en el baño. Eso solo hace bulla, eso no tiene capacidad de reventar” (CNMH, entrevista a Gustavo Arbeláez Cardona, 2017, 17 de noviembre).

 Conozca más sobre este hecho descargando aquí el libro “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”

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Diputados del Valle, Serie documental Somos más que 11

Rutas del conflicto: periodismo transmedia para narrar lo que nos sucedió

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Archivo Rutas del Conflicto

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Archivo Rutas del Conflicto

Publicado

07 Mar 2019


Rutas del conflicto: periodismo transmedia para narrar lo que nos sucedió

El primer proyecto de este portal periodístico, que cumplió cinco años, fue una base de datos que recoge más de 700 masacres ocurridas desde 1982. A través herramientas y narrativas innovadoras, esta iniciativa se ha convertido en un archivo indispensable sobre la guerra y la resistencia. Aquí les presentamos seis de sus proyectos más destacados.


Desenterrar las incontables historias que ha dejado la guerra, y generar empatía en un público que lleva 60 años escuchando relatos de violencias, ha sido un reto para los medios de comunicación y los periodistas. Y, también, ha sido un desafío comprender qué fue lo que pasó en lugares donde los conflictos aún persisten. Portales como Rutas del Conflicto, han creado  herramientas como bases de datos, recorridos virtuales y formatos testimoniales en multimedia para contar, junto a los protagonistas de las historias, sus memorias de vida y dignidad.

El proyecto periodístico Rutas del Conflicto nació en 2014. Oscar Parra, director del portal y profesor de la Universidad del Rosario, quería que los datos que salían de versiones libres del proceso de Justicia y Paz con los paramilitares, fueran más accesibles. De ese primer ejercicio, salió una importante colección de recortes de prensa, datos y testimonios sobre masacres perpetradas desde 1982. Con este trabajo, el equipo periodístico obtuvo en 2017 el premio “Data Journalism Awards”, otorgado por la organización Global Network Editor. Sobresalió entre 573 proyectos de 51 países.

Desde entonces, Óscar y su equipo no han parado de recorrer el país, alimentando su colección de historias y datos. Con cámara y grabadora en mano, jóvenes periodistas entre los 20 y 25 años, han llegado al Magdalena Medio a reconstruir lo ocurrido en masacres emblemáticas como la de Barrancabermeja, del 28 de febrero de 1998; o a los Llanos Orientales, para entender la relación entre el petróleo, la violencia y la propiedad de la tierra; y a la Costa Caribe, para documentar las expresiones culturales y musicales alrededor de la resiliencia y la memoria.

Han hecho preguntas necesarias y han recopilado información, para luego transformarla en piezas periodísticas que, a través de formatos como el video 360°, permiten entender la complejidad y magnitud del conflicto.

Participante del proyecto “Yo Sobreviví”, que invita a las víctimas del conflicto armado a contar sus testimonios de vida. – Fotografía: Archivo Rutas del Conflicto.

víctimas y organizaciones sociales. También han trabajado de la mano de ongs, medios de comunicación como Verdad Abierta y Colombia 2020, organizaciones como Consejo de Redacción y entidades como el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Aquí les presentamos seis de sus proyectos más destacados:

1) Cartografía del conflicto

www.rutasdelconflicto.com/geografia-del-terror/masacres-por-grupos.php

Este mapa es el resultado de la creación de una base de datos, que recopila unas 730 masacres ocurridas por distintos actores armados entre 1982 y 2013. La información se encuentra georreferenciada en un mapa, y su exploración arroja datos como el nombre del actor armado, la fecha registrada de la masacre, datos de contexto asociados a la época de violencia vivida en la región y los nombre de las víctimas.

2) Yo sobreviví

www.rutasdelconflicto.com/sobrevivi/

Este proyecto nace como una segunda fase de la Cartografía del conflicto. Su contenido se basa en la recopilación de testimonios, asociados a las masacres registradas. Por medio de la herramienta “Tu memoria cuenta”, varias víctimas acudieron al portal de Rutas del Conflicto para narrar sus historias en primera persona. De este proceso, nació el libro “Yo sobreviví: memorias de guerra y resistencia”, que se lanzó el pasado 25 de febrero en la editorial de la Universidad del Rosario.

3) Pueblos en el olvido

www.rutasdelconflicto.com/pueblos-olvido/

Por medio de recorridos audiovisuales de 360°, “Pueblos en el olvido” pretende retratar la geografía y el espacio de 40 lugares del país arrasados tras la guerra, pero habitados por personas que trabajan incansablemente por recuperar la prosperidad. Es un proyecto multimedial que utiliza bases de datos, visualizaciones en mapas interactivos y reportajes en profundidad, para documentar los esfuerzos de las comunidades desplazadas por el conflicto armado, por retomar sus tierras y recuperar sus modos de vida.

El piloto se llevó a cabo en el corregimiento de Puerto Saldaña, municipio de Rioblanco, al sur del Tolima. Aunque Puerto Saldaña había sido arrasado por la exguerrilla de las Farc en abril del año 2000, hoy es un lugar que se reconstruye desde el arraigo y el trabajo diario de sus habitantes.

4) Ríos de vida y muerte

www.rutasdelconflicto.com/rios-vida-muerte/

A través de bases de datos, visualizaciones cartográficas y reportajes multimedia, este proyecto busca dimensionar la magnitud de la práctica de la desaparición forzada en los ríos colombianos. Hasta hoy, recoge información a profundidad sobre más de 40 ríos. En la segunda parte, próxima a publicarse, esperan mostrar los rostros de la desaparición a lo largo del río Cauca. Actualmente también trabajan en la construcción de un registro de historias de personas desaparecidas en los afluentes del país, desde las voces de sus familiares. Este proyecto se adelanta en alianza con Consejo de Redacción.

5) Tierra en disputa

www.tierraendisputa.com

Este especial documenta casos en los que el conflicto armado ha marcado la historia de la propiedad de la tierra. El multimedia recoge 50 historias de despojos, abandonos forzados y compra ventas masivas de tierras, y hace un trabajo para esclarecer quién está detrás de estos hechos. Este proyecto realizado en alianza con Verdad Abierta, utiliza herramientas y formatos como bases de datos, mapas y reportajes.

6) La Paz en el terreno

www.lapazenelterreno.com

Este especial busca medirle el pulso a la implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno y la exguerrilla de las Farc, particularmente en dos temas claves: el proceso de reincorporación de los excombatientes y la delicada situación de los defensores de derechos humanos en las regiones. Este proyecto, realizado en alianza con Colombia2020, visualiza sobre un mapa de Colombia los perfiles de líderes y lideresas sociales asesinados tras la firma del acuerdo, documentados en profundidad uno a uno, como una manera de rendirle homenaje a su memoria.

 

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Bases de datos, Memoria, Narrativas, Periodismo, Rutas del Conflicto, transmedia

Comunicado a la opinión pública con ocasión de La Minga Indígena del Chocó en Bogotá

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ONIC

Publicado

14 Nov 2018


Comunicado a la opinión pública con ocasión de La Minga Indígena del Chocó en Bogotá

El Centro Nacional de Memoria Histórica y la Organización Nacional Indígena de Colombia, hacen un llamado para que se dé atención y se abra el diálogo con los indígenas Embera, Woainaan y Zenú que marcharon hasta Bogotá para reivindicar sus derechos.


Como plataforma de la voz de las víctimas del conflicto armado y, en este caso especial, la de los pueblos indígenas de Colombia, el Informe Nacional de Pueblos Indígenas y el enfoque Étnico del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), llamamos la atención sobre la difícil situación que atraviesan los más de 450 indígenas del Chocó que marcharon hasta la ciudad de Bogotá.

Las cifras recogidas por el CNMH y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) dan cuenta de la histórica y profunda crisis en la que han vivido los pueblos Embera, Woaunaan y Zenú, que hoy se concentran en Bogotá para reivindicar la vida digna en sus territorios. Según los datos recogidos en el registro de afectaciones a pueblos indígenas que hará parte del próximo Informe Nacional de Pueblos Indígenas, entre 1959 y el 2017, en estas comunidades se han registrado 36.453 casos de victimización por diferentes modalidades, siendo la más recurrente el desplazamiento, lo que refleja el impacto desproporcionado del conflicto sobre estas poblaciones que han estado en el centro de los intereses de grupos armados.

Hoy estos pueblos están atravesando una emergencia humanitaria, que devela nuevas formas del conflicto armado y su proyección en el tiempo; además del reiterado incumplimiento de acuerdos con las comunidades indígenas, que no encuentran más opción que movilizarse pacíficamente para reivindicar sus derechos.

Tras su llegada a la capital el domingo 11 de noviembre, no puede ser la indolencia institucional la estrategia para superar la riesgosa situación que enfrentan niños, niñas, mujeres y hombres poco acostumbrados a la ciudad y sus duras condiciones. Hacemos un llamado para que a través del diálogo y la concertación se provean las garantías necesarias para la negociación teniendo claro que, ante cualquier situación, es deber del Estado velar por los derechos fundamentales de los ciudadanos colombianos en su conjunto.

 

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Bogotá, Chocó, Desplazamiento, Embera, Gobierno Nacional, Indigenas

Darío Acevedo se reúne con organizaciones de víctimas y hace un llamado al diálogo y a la confianza

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CNMH

Publicado

07 Mar 2019


Darío Acevedo se reúne con organizaciones de víctimas y hace un llamado al diálogo y a la confianza

  • El director del CNMH aseguró que “la mejor manera de disipar los temores manifestados por algunas organizaciones de víctimas, es entrando en contacto con las comunidades y sus representantes”.
  • Reiteró que los archivos y documentos depositados en el CNMH, están protegidos por mandato estatal: guardados, clasificados y descritos de acuerdo con las técnicas y protocolos de la Ley de Archivos.
  • Además, expresó que su dirección será de puertas abiertas, y manifestó su voluntad de reunirse con todas las organizaciones, con el fin de brindar las garantías sobre la inviolabilidad e integridad de los documentos.

Desde su posesión como director General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), el pasado 21 de febrero, Darío Acevedo ha reiterado su interés en escuchar y abrir las puertas del CNMH a las diferentes organizaciones sociales y de víctimas, que han manifestado dudas o preocupación por la seguridad de los archivos que reposan en el Archivo Virtual de Derechos Humanos y Memoria Histórica de la institución.

Uno de los mandatos del Centro consiste en integrar un archivo con documentos originales, o copias fidedignas, sobre los hechos victimizantes ocurridos durante el conflicto armado entre los años 1985 y 2011. Hasta el momento, se han recopilado 381.545 unidades documentales (fotos, videos, audios, mapas, documentos) que están protegidas bajo las políticas estatales de seguridad de la información y no pueden ser alterados por ninguna persona, autoridad o institución.

El pasado miércoles 27 de febrero, el director del CNMH se sentó a conversar con dos organizaciones: el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá y la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

Desde hace dos años el CNMH y la ONIC han trabajado, de la mano, en la construcción del Informe Nacional de Pueblos Indígenas: el primer gran proyecto de memoria histórica que se realiza en el país, sobre el impacto del conflicto armado en los 102 pueblos indígenas que habitan el país. El director se comprometió a continuar con el apoyo del Centro para que este informe se culmine y se socialice con las comunidades indígenas.

Asimismo, se reunió con líderes y lideresas de Bojayá, que han trabajado con el CNMH desde la creación del Grupo de Memoria Histórica en el 2008. Darío Acevedo les aseguró que “ningún documento que tenga que ver con la memoria de las víctimas, va a ser alterado por la institución o por sus directivas”. Y expresó su voluntad para continuar el trabajo con Bojayá, que ahora está concentrado en los procesos de cierre del duelo de la masacre ocurrida el 2 de mayo del 2002.

Los encuentros continuaron el día lunes 5 de marzo, con la visita al CNMH del presidente de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco de Roux, y la comisionada Patricia Tobón Yagarí. Se acordó que se realizarán nuevos encuentros para trabajar en la comprensión de lo sucedido en el país, desde la visión y las posturas de todas las víctimas afectadas por la violencia en Colombia.

“Nuestro trabajo no será el de buscar culpables, eso será tarea de la justicia. Lo que buscamos es una visión integral de lo que pasó, para poder reparar a las víctimas y garantizar que estos hechos no se vuelven a repetir”, aseguró Darío Acevedo.

El director también se reunió con el general Néstor Robinson, encargado por la Presidencia de la República para el programa de transición derivado del Acuerdo de Paz, y con otros dos oficiales de las Fuerzas Militares que adelantan un trabajo de recolección de la memoria de las víctimas militares. También asistió a un evento de la Unidad Policial para la Edificación de la Paz, UNIPEP.

Finalmente sostuvo un contacto oficial con FEVCOL -Federación Colombiana de Víctimas de las FARC.

En todos estos escenarios, Darío Acevedo les hizo un llamado a las víctimas y a las organizaciones para que se mantengan “atentas y vigilantes” frente al actuar del Centro. Y reiteró que la suya, es una “administración de puertas abiertas”.

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Comisión de la Verdad, Darío Acevedo, Francisco de Roux, Proceso de Paz, Víctimas

Un espacio de reflexión en nombre de las víctimas y la memoria

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RCN

Publicado

22 Mar 2019


Un espacio de reflexión en nombre de las víctimas y la memoria

Darío Acevedo, director del Centro Nacional de Memoria Histórica y el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, sostuvieron, en RCN Radio, un diálogo abierto y respetuoso sobre las víctimas, el conflicto y la verdad. Estas las conclusiones.


“Es imposible acabar con la memoria. Sería acabar con parte de la cultura”, aseguró el director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Darío Acevedo, en un diálogo que sostuvo en la mañana del jueves 21 de marzo en RCN Radio con el presidente de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco de Roux, y la periodista Yolanda Ruiz.

Durante cerca de una hora, los dos líderes entablaron un debate respetuoso en el que expusieron sus puntos de vista, estrecharon sus manos y firmaron el compromiso de continuar trabajando por las víctimas y la memoria en Colombia.

“La memoria no debe ser usada para generar nuevos odios, ni regodearse en el dolor de manera panfletaria, ni mostrar el dolor descarnado sin más”, dijo Acevedo.

El director del CNMH recalcó que la memoria juega un papel fundamental para el proceso de sanación de reconciliación de las víctimas y del país y cumple un papel fundamental en el proceso de sanación y reconciliación del país, después de 60 años de guerra.

“La memoria es una expresión de la existencia humana que debe aportar a que las víctimas ya no sientan tanto dolor. Para eso es importante desvincular a los ejercicios de memoria de manipulaciones que lo que buscan es generar nuevos odios”, apuntó.

Por su parte, el padre Francisco de Roux, expuso que las víctimas no pueden ser usadas para hacer cálculos políticos: “en ellas está el futuro de Colombia. Nadie, sino ustedes (las víctimas), tienen el valor moral y la capacidad de mostrarnos el camino; su causa es más importante que cualquier partido político”.

En el conversatorio, además, se reflexionó sobre la necesidad de generar acciones que lleven al intercambio de ideas entre actores con diferentes puntos de vista.

A su vez, Darío Acevedo llamó a la generación de espacios para el diálogo, libres de la violencia y acotó que “es el cese de la violencia lo que nos da tranquilidad para sentarnos a conversar”.

Al respecto, el padre de Roux señaló que estos espacios de encuentro deben tener un objetivo central: la reparación del daño causado a toda la sociedad y, en especial, a las víctimas.

Frente al tema del perdón, Darío Acevedo concluyó que “el pueblo colombiano es generoso, y eso ha permitido que exista el perdón en medio de tanto daño y dolor producido por la guerra”.

 

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Comisión de la Verdad, Darío Acevedo, Entrevista, ExDirector CNMH, Francisco de Roux, RCN Radio

La memoria histórica se metió a las aulas universitarias

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Publicado

27 Mar 2019


La memoria histórica se metió a las aulas universitarias

El sector académico está jugando cada vez un papel más importante en la reconstrucción del conflicto armado colombiano: no solo está recogiendo y ayudando a producir los relatos de la guerra en diferentes formatos, sino que está haciendo un análisis y una reflexión profunda sobre lo que significan esas memorias.


¿Cómo logró la memoria histórica y la construcción de paz posicionarse en los planes de estudio de las principales universidades de Colombia? ¿Para qué integrar a la academia a este campo, que durante décadas le ha permitido al país reconstruir lo que sucedió durante la guerra?

Patricia Nieto, directora del proyecto Hacemos Memoria y docente del diploma virtual en Memoria Histórica, de la Universidad de Antioquia, dice que la academia está jugando varios roles: por un lado, está estudiando los relatos de las comunidades “para tratar de interpretar sus alcances y sentidos” y, por el otro, se convirtió en “un dinamizador de la producción de esos relatos”. Hoy, las universidades son una pieza fundamental en el ejercicio de memoria histórica, que las comunidades llevan más de 50 años liderando, y por eso existe una gran oferta de grupos de investigación, cátedras, iniciativas universitarias, posgrados y diplomados con este enfoque.

María Andrea Rocha, líder del equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), dice que la hermandad que existe hoy entre la academia y la memoria histórica es fundamental por dos motivos. Uno, porque las metodologías rigurosas de la academia “permiten enriquecer los procesos de reconstrucción de memoria, y tejer puentes con la comunidad de víctimas y sus saberes” y dos, porque permite “abrir espacios de interlocución y debate que robustecen la democracia, especialmente desde la territorialidad”.

Ese es, precisamente, el enfoque de la maestría en Conflicto y Paz la Universidad de Medellín, que desde hace tres años forma a académicos de la capital antioqueña y de Quibdó, con el objetivo de sentar bases para la transformación del país desde los territorios.

De hecho, el enfoque territorial es uno de los elementos comunes de este tipo de iniciativas. Gilma Turizo, Coordinadora de la Cátedra de Paz de la Universidad del Atlántico, asegura que la academia ha facilitado un diálogo regional que está permitiendo “reconstruir el tejido social y cultural”. Y gracias a eso, la universidad es hoy una participante activa “en la transformación de aquellos factores que han debilitado la convivencia en los territorios”.

En el caso de la Universidad del Atlántico, la memoria histórica está en el centro de la institución: ha sido una herramienta esencial para reconstruir su propia historia dentro de la guerra.  Esta universidad fue declarada sujeto de reparación colectiva en marzo de 2016, debido a los múltiples ataques de los que fue víctima su comunidad, en medio del conflicto armado.  El Centro de Memoria de la Universidad tiene registrados, desde 1999, un total de 71 hechos victimizantes; de estos, 24 han sido asesinatos de docentes, estudiantes y trabajadores.

“La memoria histórica nos permite reconstruir ese capítulo doloroso, en el que el departamento y Barranquilla se vieron oprimidos por los paramilitares. Nuestra universidad sufrió una de las peores atrocidades producto del conflicto en la región Caribe, y es por ello hemos venido haciendo grandes esfuerzos para que todo su andamiaje institucional esté en función de declararla libre del conflicto armado”, dice Gilma Turizo.

Las iniciativas de memoria surgen, en palabras de Patricia Nieto, porque hay una necesidad “genuina de contar lo que pasó” y de hacer un llamado público “de justicia y de verdad”. Son un ejercicio en busca de un “reconocimiento de esos hechos atroces”, para luego comenzar un proceso de “reparación moral y simbólica”. En este campo, la academia está jugando un rol esencial no solo acompañando a las comunidades a producir sus relatos en múltiples formatos, con el objetivo de crear un acervo cultural del pasado, sino generando análisis y reflexiones sobre esas memorias.

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Aquí compilamos algunos estudios de paz, conflicto y memoria que existen en el país. Si conoce otros, pueden escribirnos a nuestras redes sociales (@CentroMemoriaH en TwitterFacebook e Instagram):

  • Diploma virtual en Memoria Histórica, en la Universidad de Antioquia.
  • Especialización en Justicia, Víctimas y Construcción de Paz, en la Universidad Nacional, Bogotá.
  • Especialización en Acción sin Daño y Construcción de Paz, en la Universidad Nacional, Bogotá.
  • Especialización en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario, en la Universidad Javeriana, Cali.
  • Especialización en Educación para la Paz y Convivencia, de la Universidad Libre, Bogotá.
  • Especialización en Conflictos Armados y Paz, de la Universidad de los Andes, Bogotá.
  • Maestría en Paz, Desarrollo y Ciudadanía, de la Universidad Santo Tomás, Bogotá.
  • Maestría en Paz y Resolución de Conflictos, de la Universidad Javeriana, Bogotá.
  • Maestría en Educación para la Paz, de la Universidad Distrital, Bogotá.
  • Maestría en Construcción de Paz, de la Universidad los Andes, Bogotá.
  • Maestría en Negociación y Manejo de Conflictos, de la Universidad del Norte, Barranquilla.
  • Maestría en Conflicto Social y Construcción de Paz, de la Universidad de Cartagena.
  • Maestría en Conflicto y Paz, de la Universidad de Medellín.
  • Maestría en Paz, Desarrollo y Resolución de Conflictos, de la Universidad de Pamplona.
  • Maestría en Derechos Humanos y Cultura de Paz, en la Universidad Javeriana, Cali.
  • Maestría en Justicia Social y Construcción de Paz, en la Universidad de Caldas.
  • Maestría en Educación y Cultura de Paz, en la Universidad Surcolombiana de Neiva.
  • Maestría en Justicia Transicional, Derechos Humanos y Conflicto, en la Universidad Externado, Bogotá.
  • Maestría en Derechos Humanos, Gestión de la Transición y Posconflicto, en la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) de Bogotá.

Publicado en Noticias CNMH



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