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El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

Autor

CNMH

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Acto de armonización durante el lanzamiento de la serie de pódcast, en Cumbal – Nariño. Fotografía: Simona Delgado

Publicado

31 octubre 2023


El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

Una iniciativa de memoria histórica, liderada por el Colectivo Chaskis y acompañada por el CNMH, presenta las afectaciones y victimizaciones que han vivido los resguardos indígenas allí asentados y cómo las han afrontado.

«Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, viento mi aliento, fuego mi espíritu
Vienen mis ancestros, vienen a cantar
Vienen mis ancestros, vienen a danzar
Dale medicina, la vida curar
Dale medicinas, su vida sanar».

 

Los pueblos indígenas del occidente del país deben sanar, deben hacerlo porque el conflicto armado se sintió con especial intensidad en esta región, donde históricamente han vivido los indígenas de los resguardos de Cumbal, Guachucal y Mallama en Nariño, y  Kamëntsa-Biya en Sibundoy, en el Putumayo. Sus comunidades vieron transformar el sentido de su territorio con la llegada del conflicto armado, así como siglos antes lo hizo el desembarco de los españoles.

Así lo recuerda Mayra Alejandra Chindoy, una de las jóvenes del Colectivo Chaskis, quien lideró una iniciativa de memoria histórica, acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH): «El pueblo Kamëntsa tuvo que adoptar muchas prácticas ajenas, como la religión, para sobrevivir. El pódcast comienza con esa historia de los mayores, con el dolor y la transformación de su territorio».

 

Conoce también sobre el pódcast sobre memorias y resistencias de los pueblos indígenas de Colombia. 

 

El pódcast del que habla es Voces y memorias de la tierra. Son cinco historias radiales contadas por comuneros de los resguardos anteriormente mencionados, que permiten identificar las afectaciones y victimizaciones afrontadas por los indígenas cabëng, ingas y kamëntsas del Valle de Sibundoy.

El Colectivo Chaskis está conformado, además de Mayra Chindoy, por Carolina Ortega, Yorely Quiguantar, Camilo López y Janneth Taimal. Ellas y él han querido dejar constancia de lo vivido por varios pueblos originarios del occidente del país, y cada uno se dedicó a explorar una zona del Valle de Sibundoy para hacer preguntas, encontrar respuestas y hacer memoria. 

 

 

«El interés de hacer este pódcast es por lo que ha sucedido en Mallama a causa del conflicto armado. Me enfoqué en investigar, en hablar con la gente para hacer un homenaje y recordar», explicó Camilo López durante el lanzamiento de la serie sonora. 

Esta región del Sibundoy fue epicentro de asesinatos a líderes de las comunidades, hubo presencia de cultivos de uso ilícito y diversos actores armados transitaron por los resguardos, lo que ha causado alteraciones a la vitalidad de los territorios indígenas. Son precisamente estos temas los que han tratado de ser develados y sanados, con ayuda del conocimiento de los mayores y las mayoras, a través de los episodios del pódcast.

«En el segundo capítulo explico cómo fue la lucha por sobrevivir y cuidar nuestras cosas: el ganado, los robos, lo que se tuvo que pasar para resistir y proteger lo nuestro. Es en ese contexto que llegan las guerrillas a adueñarse del territorio», sostiene Carolina Ortega, una de las investigadoras. 

Los pueblos indígenas de la región deben seguir cargando con las huellas que el conflicto armado dejó a su paso. «Para nosotros es difícil pasar por los espacios pesados —en los que se ha derramado sangre por el conflicto armado— porque nos carga el cuerpo de enfermedades», aclara Yoreli Quiguantar, una antropóloga y lideresa que lleva varios años trabajando temas de memoria histórica en su territorio.

 

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    El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

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    El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

 

Todo esto hace parte de las violencias territoriales que se presentaron y se siguen presentando en Kindy Cocha, la laguna que irriga el Valle del Sibundoy, pues todas las decisiones que se toman para transformar la tierra a favor de la gente traen consecuencias para el buen vivir de todo aquello que hace parte de la Madre Tierra, según las creencias de los pueblos que habitan esta región.

Por lo tanto, «este es un trabajo investigativo que lleva más de un año, en el que no solo hemos trabajado con el territorio, sino con nuestras familias. Dedicamos el episodio final a los jóvenes que salen a diario de Cumbal, del territorio del suroccidente, por la falta de oportunidades y la llegada de los armados», afirma Janneth Taimal. Muchos jóvenes de este resguardo han tenido que afrontar la vida al salir de sus hogares hacia cultivos de coca en Nariño, Putumayo y Cauca: su única posibilidad de sustento.

Los resguardos de Cumbal, Guachucal, Mallama y Kamëntsa-Biya van sanando. Sus ríos, sus aguas y sus tierras tienen que curarse mientras se siembran otras memorias y suenan otras voces. Los ancestros llegan a cantar y a danzar, como dice la canción, para que el territorio que han habitado siempre renazca una y otra vez, lleno de vitalidad.


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Indígenas de Ginebra recuerdan su promesa de resistir

Indígenas de Ginebra recuerdan su promesa de resistir

Autor

Jose Fernando Loaiza

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El fuego de la tulpa aviva el espíritu en las comunidades del pueblo Nasa. Alrededor del fogón se comparte y se escuchan los consejos de los mayores. Foto: Juan Camilo Delgado (Cortesía Cabildo Indígena de la Cuenca del Río Guabas)

Publicado

30 de abril 2021


Indígenas de Ginebra recuerdan su promesa de resistir

El cabildo indígena del Río Guabas fue reconocido en 2018 como sujeto colectivo de reparación. El Centro Nacional de Memoria Histórica acompaña a esta comunidad que sufrió el asesinato de su gobernador en 2005.

¿Hasta cuándo?/ ¡Hasta siempre! La promesa en una sola voz de los guardias alrededor del fuego, de resistir de frente, ante cualquier amenaza contra su pueblo, hombres y mujeres hijos de la naturaleza y sus espíritus —de la tierra, del río, de la luna y el sol—, solo con un bastón de madera con cintas de colores que representa la autoridad. ¡Guardia! (guardia)/ ¡Fuerza! (fuerza)/ Por mi raza/ por mi tierra.

A Francisco Antonio Cuchillo Baltazar, el gobernador del cabildo indígena de la Cuenca del Río Guabas, lo asesinaron con disparos de fusil mientras esperaba un bus, en la carretera, a la salida de su finca, en la vereda Las Juntas, del corregimiento Costa Rica, de Ginebra, Valle del Cauca, el 11 de octubre de 2005. Cuenta Virgelina Pérez, la mujer que lo esperaba en su casa, en el pueblo, que traía leche, quesos y huevos para su familia. “Lo mataron cargando lo de la finca. Todo quedó ahí tirado con él donde lo dejaron”, recuerda.

El gobernador, que también era representante de los indígenas del Valle del Cauca ante la Autoridad Indígena de Colombia, tenía 57 años. Por el crimen fue responsabilizado alias “el Paisa” o William, comandante de la Columna Móvil Alonso Cortés de las Farc. Un mes antes de su muerte, el 5 de septiembre, habían asesinado a su hermano, Jorge Eduardo Cuchillo Baltazar. Hombres desconocidos preguntaron por él en el taller donde trabajaba, en Ginebra, y se lo llevaron a desvarar un carro, pero no regresó. Lo encontraron tres días después, muerto a tiros, a las afueras del pueblo.

La guardia indígena tiene la autoridad para la defensa del territorio. Es un colectivo de la comunidad que hace resistencia pacífica ante cualquier amenaza violenta. Foto: Juan Camilo Delgado (Cortesía Cabildo Indígena de la Cuenca del Río Guabas)

 

Día de la Memoria y la Solidaridad

Una llovizna menuda cubre a Ginebra la mañana del 9 de abril de 2021. En el coliseo municipal se conmemora el Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado. En el municipio se han reportado pocos casos de covid-19, pero los cuidados para que no se propague la enfermedad obligan a que no sea un evento de multitudes. En el municipio hay alrededor de 680 víctimas del conflicto armado, según el último proceso de caracterización, en 2020. María Doris Camacho, personera municipal, explica que la mayor parte de las personas incluidas en el Registro Único de Víctimas vienen de municipios como Buenaventura y Tumaco donde han sufrido desplazamiento forzado. El cabildo indígena de la Cuenca del Río Guabas fue reconocido en 2018 como sujeto colectivo de reparación.

El Centro Nacional de Memoria Histórica acompaña a la comunidad del Cabildo de la Cuenca del Río Guabas desde marzo de 2020, a través de la Estrategia de Acciones en el Territorio. Carolina Arias, enlace de la estrategia en el Pacífico Sur, explica que la misión de la entidad es la asistencia técnica mediante un plan de trabajo en tres fases: la primera, de formación teórica al Municipio, la Mesa Municipal y organizaciones de víctimas, sobre conceptos de memoria histórica; la segunda, de diseño de una acción de memoria histórica, y la tercera, de materialización.  

“La Mesa Municipal de Víctimas quería hacer una colcha en la que se reconociera a algunas personas que han sido víctimas del conflicto, que están desaparecidas. Y el Municipio quería hacer una conmemoración del 9 de abril, que incluyera una semana cultural en la que se mostraran las expresiones indígenas, afrodescendientes y de la Mesa de Víctimas, pero no fue posible en 2020”, explica. 

Marta Lucía Patiño es la coordinadora de la Mesa Municipal de Víctimas. Por amenazas, tuvo que abandonar su casa, la huerta y los animales en la vereda Las Hermosas, en la zona montañosa de Ginebra. Huyó con su familia y vivió dando vueltas por Buga y en Cali, hasta que decidió regresar por dificultades económicas. “No es lo mismo estar en su tierra, tener sus animales, sus cebollas y su mata de plátano a tener que comprar todo y además, pagar un arriendo, servicios públicos… y el trabajo es bastante complicado”, explica. La Mesa de Víctimas la conforman 19 personas, entre ellas hay afrodescendientes e indígenas. “Necesitamos mejores oportunidades laborales, de estudio gratuitas, salud. No tener oportunidades ni calidad de vida es también una forma de revictimización”, anota.

 

Fuego, memoria, resistencia y legado

En la tulpa —el fogón— arde la fuerza del espíritu. El fuego se mantiene encendido entre tres piedras que entre los indígenas del pueblo Nasa simbolizan la familia —el padre, la madre y el hijo— y alrededor se comparten la sabiduría de los mayores, experiencias, valores como el respeto a la naturaleza y los alimentos. Julieth Cuchillo, consejera para la Educación de los Pueblos Indígenas del Valle del Cauca, hija del gobernador asesinado, toma el biche —bebida destilada del jugo de caña verde— y lo ofrece a los espíritus, antes de hablar a la comunidad reunida. La familia conserva el legado de Francisco Antonio. Después de su asesinato, su esposa Virgelina fue elegida como máxima autoridad del cabildo. Hoy, esa responsabilidad la tiene su nieto, Juan Esteban Martínez Cuchillo.

“Como pueblos indígenas, somos víctimas milenarias —dice la consejera—. Nos ha tocado vivir bastantes situaciones duras del conflicto que se vive a nivel nacional. Hoy también tenemos que vivir la cruda realidad del conflicto armado, los señalamientos, la estigmatización, las violencias, las persecuciones”.  En su discurso, pide la unión de su comunidad por la defensa de su cultura y de su territorio. “Si no nos unimos, todos vamos a desaparecer”, advierte.

Agradece la oportunidad para tejer la palabra y hacer memoria en aquella reunión de la que participan, además de su comunidad del cabildo, el consejo comunitario Somos Afro, la Mesa de Víctimas, la Personería, la Alcaldía y autoridades indígenas de orden nacional. “Tenemos que recordar el doloroso asesinato de nuestra autoridad mayor Francisco Antonio Cuchillo, que venía de nuestro territorio y fue asesinado por decir la verdad”, dice.

El senador Feliciano Valencia Medina, líder de la comunidad nasa y miembro del Movimiento Alternativo Indígena y Social, considera que “hay que fortalecer los consejos comunitarios para que la memoria en el país sea un instrumento para acabar con la impunidad en el país”. Menciona el Auto 004 de la Corte Constitucional, en 2009, que obliga al Estado colombiano a crear un programa nacional de garantías y a establecer planes de salvaguarda. “Lamentablemente, esa sentencia no se ha cumplido”, señala.  Y agrega: “en 2013 y 2014, los pueblos indígenas y afrocolombianos construimos el capítulo étnico, que fue incorporado en los Acuerdos de Paz. Eso nos obliga para construir rutas, planes y programas para salvaguardad la integridad física, cultural y territorial”.

 “Solo pedimos paz espiritual en nuestros territorios, poder salir como lo hacíamos antes, caminar nuestros territorios, poder ir a las lagunas, sentarnos con nuestros mayores”, dice Julieth Cuchillo. Alrededor del fuego, la guardia indígena baila en una danza ritual. Su himno es una promesa que hacen a su pueblo cada vez, con los bastones en alto y que cumplen con su vida si es necesario.


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comunidad nasa, Ginebra, Indigenas, Río Guabas

Mujeres indígenas: resistencia en Jambaló

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

18 Jul 2016


Mujeres indígenas: resistencia en Jambaló

Entre noviembre de 2014 y septiembre de 2015 el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), con el apoyo de USAID y OIM, participó en una iniciativa de memoria histórica de las mujeres indígenas Nasa y Misak del resguardo de Jambaló. El jueves 21 de julio se dará cierre a este proceso con un evento en el resguardo, a las 9 a.m.


Jambaló, en el departamento del Cauca, es un lugar lleno de riqueza; un territorio donde han convivido con sabiduría los pueblos indígenas Nasa y Misak. En medio del conflicto armado, la Columna Móvil Jacobo Arenas, y el frente 6 de las FARC, buscaron aprovechar el abandono estatal para hacer presencia en este territorio. Hoy en día los pueblos indígenas de esta región han emprendido una lucha incansable no solo contra las guerrillas sino contra cualquier actor armado que los ha afectado, bandas criminales y el Ejército, para defender su territorio, su cultura y su derecho a vivir en paz.

Las mujeres, como ellas mismas cuentan, han llevado en sus hombros una lucha incansable por el respeto de su territorio y de la vida que ellas engendran: “Fuimos las mujeres que trabajamos hombro a hombro sin importar lo que pudiese pasar con nuestras vidas, sólo pensando trabajar por la defensa del territorio y de la vida como derecho fundamental”, dice Carmen Ramos, participante del proceso.

Por esta razón, la iniciativa de memoria histórica tuvo como objetivo principal reconstruir las memorias de las violencias ejercidas sobre las mujeres indígenas Nasa y Misak, y sobre la comprensión de los procesos de resistencia ejercidos por ellas en el conflicto armado.

En este trabajo se realizaron 21 talleres de memoria, en los que participaron mujeres de las zonas alta, media y baja del resguardo, y se desarrolló la cartilla “Hilando memorias para tejer resistencias”. Allí están condensadas las experiencias de las mujeres, sus relatos y la forma como ellas se entienden a sí mismas, como agentes de resistencia, en medio de un territorio en donde la violencia no les ha dado tregua:

 “Somos hijas de la luna, hermanas de la estrella, llevamos la fuerza de lucha de la Cacica Gaitana y de Maria Madigua, mujeres que con mucha sabiduría encontraron varios caminos que permitieron salir al paso de los grandes terrateniente en el Cauca”: Plan de trabajo Programa de Mujer -Proyecto Global Plan de Vida.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, OIM y las autoridades del resguardo invitan a todas las mujeres interesadas y participantes del proceso a la presentación de este material el próximo jueves 21 de julio desde las 9:00am, en el Resguardo Indígena de Jambaló.

Agenda:

1. Bienvenida.

2. Recuento del trabajo realizado a partir de la entrega y muestra de la cartilla

3. Muestra fotográfica del proceso y del documental “Mujeres en Resistencia”.

4. Conversatorio

5. Minga Muralista y cierre del proceso

6. Actividad cultural de cierre

Información:

adriana.solorzano@centrodememoriahistorica.gov.co

maria.reyes@centrodememoriahistorica.gov.co

 


Indigenas, Jambaló, Mujeres, Resistencia

Guardia Indígena del Norte del Cauca teje su memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Jun 2017


Guardia Indígena del Norte del Cauca teje su memoria

El 23 de mayo, en medio de una actividad de la iniciativa de memoria de la Guardia Escolar, el Centro Nacional de Memoria Histórica, el Tejido de Defensa de la Vida y DDHH de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, en particular el grupo de trabajo de memoria histórica, presentaron la cartilla Uüs Yáthzxi Kiwe Thegnas; Memoria de resistencia, defensa de la vida, cuidado del territorio y construcción de paz.


En 2016, el CNMH acompañó el desarrollo técnico de un proceso de investigación que buscaba dar cuenta de la historia de resistencia de la Guardia Indígena del Norte del Cauca, los Kiwe Thegnas. El proceso, coordinado por Edwin Capaz, de la ACIN, tuvo como uno de sus resultados la creación de una cartilla, impresa gracias al apoyo de la Embajada de Suiza en Colombia.

La guardia es un proceso organizativo que nació desde la resistencia pacífica que ha caracterizado al Pueblo Nasa, en el Norte del Cauca. Este proceso de memoria es un reconocimiento a su historia, pero también a su compromiso en esta nueva etapa que vive Colombia, y que no ha dado tregua en la región. Así se expresa en la introducción del texto: “Nos mueve el deseo de construir la paz desde nuestro territorio, el cual, desde la llegada de los españoles hasta el día de hoy ha sido víctima de distintas clases de violencia, desde todas las orillas y por todos los actores armados”.

Además, entre sus funciones la Guardia Indígena lucha por preservar los elementos culturales, como la lengua y la estructura organizativa, uno de los legados más grandes de las autoridades a las nuevas generaciones, y uno de los aprendizajes más valiosos que los pueblos indígenas le dan al resto de Colombia.

Este producto se nutre de un juicioso acopio de información del Tejido de Defensa de la Vida y DDHH de la ACIN, que recoge varias experiencias de la Guardia en medio del conflicto armado en esta región de Colombia. Además, la cartilla también expone reflexiones que se dieron en medio de un recorrido que hizo la Guardia en 2016, por los lugares de memoria que se han configurado en el territorio por cuenta de hechos violentos, pero también de resistencia en los que la Guardia ha sido protagonista.

Ahora que los pueblos indígenas y varios líderes sociales del Norte del Cauca están siendo blanco de amenazas y asesinatos selectivos por parte de estructuras remanentes del paramilitarismo, se hace más necesario que nunca reconocer su lucha, su disposición para la construcción de paz, y sus innumerables aportes organizativos. 

Publicado en Noticias CNMH


Indigenas


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Condena a Feliciano ponía en riesgo autonomía indígena

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Autor

Maria de los Ángeles Reyes

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Maria de los Ángeles Reyes

Publicado

25 Ago 2017


Condena a Feliciano ponía en riesgo autonomía indígena

Esto dijo al CNMH en entrevista el Consejero Mayor de Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric, Neis Oliveiro Lame Tamayo, quien habló sobre la importancia del fallo de la Corte Suprema de Justicia, que absolvió a Feliciano Valencia, el pasado mes de julio, por un caso en el que se puso en dicho el respeto, relevancia y límites que tiene la Jurisdicción Especial Indígena.


En 2008 en medio de una minga en el resguardo La María, en Piendamó, el cabo tercero del Ejército, Jairo Danilo Chaparral, entró vestido de civil y fue considerado por la comunidad como un infiltrado que quería sabotear el desarrollo de la minga. El acusado se identificó como miembro del resguardo de Quintana, y por esa razón fue condenado por las autoridades a 20 latigazos como remedio por su conducta en contra del territorio y la minga, siguiendo los lineamientos que dicta la Jurisdicción Especial Indígena, consagrada en la Constitución, artículo 246, como un derecho de los pueblos indígenas.

Chaparral presentó denuncia contra Feliciano Valencia, que se resolvió en forma de absolución para el acusado. Sin embargo, en segunda instancia Feliciano Valencia fue condenado a 18 años de prisión. Así, su defensa, apeló el fallo para que el pleito fuese resuelto por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.

Tras algo más de un año y medio de estar privado de su libertad, Feliciano Valencia fue absuelto por dicha sala mediante un fallo que terminó dictando jurisprudencia sobre la relevancia que tiene y tendrá la jurisdicción especial indígena y la autonomía y gobernabilidad de los pueblos indígenas de Colombia. La Corte ordenó su inmediata libertad, y cancelar los registros y anotaciones que implicaran a Feliciano Valencia por este caso.

Neis OliveiroLame Tamayo del Resguardo indígena Paez, Resguardo las Delicias, y Consejero Mayor del Consejo Regional Indigena del Cauca  (CRIC), se refirió al fallo de absolución de Feliciano Valencia y la importancia de la Jurisdicción Especial Indígena y la autonomía de los pueblos, sobre todo en el momento de transición que vive Colombia. La decisión de la corte hace parte de la memoria viva de los pueblos indígenas, sus luchas históricas y resistencia, a propósito de lo cual, la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, y el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, se encuentran desarrollando un informe de memoria histórica que será publicado en 2018.

¿Qué significa el fallo de absolución para Feliciano Valencia?

El fallo es un hecho histórico para el pueblo y movimiento indígena porque es un referente. Si bien es cierto que estaba en duda  la Jurisdicción Especial Indígena, y también es cierto que no se ha ganado toda la autonomía que requerimos los pueblos, se reafirma hoy que la jurisdicción especial indígena está viva, está vigente. Hoy hay un precedente para que las autoridades y las comunidades puedan juzgar a todo el que entra en su territorio, como dicta nuestra jurisdicción especial.

Además, está hablando de la memoria colectiva porque de eso han vivido los pueblos y sobre eso han construido. En el proceso de paz hablábamos de lo geográfico, territorial y en ese sentido el capítulo étnico hablaba de respetar los usos normas y costumbres en lo territorial, ambiental, cultural y social. El fallo demuestra que los pueblos indígenas tienen su autonomía, jurisdicción y forma propia de gobernar.

¿Qué hace falta para que los pueblos indígenas sientan que tienen total autonomía?

El fallo habría que mirarlo y estudiarlo más detenidamente en el contexto. Si bien es cierto que nos habla de un ambiente geográfico, territorial, de unos contextos en los que sucedieron los hechos, es necesario mirar hasta dónde tiene el alcance de manera individual y colectiva. Creo que es necesario empezar a hablarlo un poco más y creo que a partir de hoy queda la tarea de ir a las comunidades, con las autoridades y evaluar el verdadero alcance.

En el fallo, la corte reconocía las labores investigativas y de construcción de memoria del pueblo Nasa, ¿cuál fue la importancia de la memoria en el caso?

En la parte jurídica es importante que se reconozca la historia y la memoria, porque  muchos de los fallos jurídicos no lo tienen en cuenta, y ahí es donde a veces nos desencontramos entre la jurisdicción especial indígena y la jurisdicción institucional. Si ese reconocimiento lo está haciendo hoy el fallo, es importante porque muchos casos que han venido sucediendo, se podrían trabajar desde las memorias colectivas, que es la base sobre la que nosotros construimos y tejemos nuestras decisiones.

Y frente a lo particular de este caso, ¿cuál es la relación de las autoridades, la Guardia Indígena y el Ejército?

Seguiremos pendientes porque el fallo salió a favor, pero pueden surgir inconformidades por otro lado, en el territorio. No es solamente el caso de Feliciano sino muchos otros. Las fuerzas armadas están haciendo un deber pero deben también reconocer la Jurisdicción que es algo que se debe hablar de gobierno a gobierno, porque las autoridades indígenas son gobierno y debe respetarse como tal.

Una vez conseguida esta victoria, ¿qué otros retos jurídicos quedan para el movimiento indígena?

Bueno en este momento tenemos muchas amenazas  y judicializaciones, no solo el CRIC sino otros pueblos que están resistiendo sobre minorías, violación de la madre tierra, parques, multinacionales, etc. Entonces seguramente vendrán más judicializaciones, pero seguiremos construyendo y defendiendo como siempre hemos hecho desde la resistencia pacífica.

Finalmente, ¿tiene algún mensaje para el resto de la sociedad colombiana en medio de esta coyuntura?

El mensaje es que así como la Corte falló a favor de nuestras comunidades, a favor de nuestros pueblos indígenas, la sociedad también tiene que hacer el esfuerzo para que se reconozcan las diferentes formas de autonomía no solamente de los pueblos indígenas sino también de los afrocolombianos, del pueblo campesino y el resto de la sociedad y  sectores sociales. Es el momento de empezar a construir formas diferentes de respetarnos como sociedad.

Publicado en Noticias CNMH


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Resguardo indígena awá rechaza y repudia la muerte de su líder Holmes Alberto Niscué

Noticia

Autor

Camilo Ara

Fotografía

Camilo Ara

Publicado

22 Ago 2018


Resguardo indígena awá rechaza y repudia la muerte de su líder Holmes Alberto Niscué

 

El 19 de agosto fue asesinado Holmes Alberto Niscué, indígena nasa–awá y líder de procesos organizativos del Resguardo de Gran Rosario del pueblo awá en el departamento de Nariño. Holmes y otros tres compañeros habían sido amenazados desde el mes de junio. El resguardo asegura que había  emitido alertas a las instituciones competentes, solicitando que se garantizara la protección de su vida.

El CNMH rechaza y repudia este asesinato y se une al reclamo de las organizaciones y autoridades del Estado por una atención urgente y coordinada para que estos dolorosos hechos, que afectan gravemente el ejercicio de la autonomía y el gobierno propio, no se sigan repitiendo en los territorios indígenas.

Reproducimos el comunicado emitido por el Resguardo de Gran Rosario del pueblo awá.

Publicado en Noticias CNMH



Awá, Enfoque étnico, Indigenas

Exposición endulzar la palabra, memoria viva

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Maria Paula Durán

Publicado

06 Dic 2017


Exposición endulzar la palabra, memoria viva

La exposición endulzar la palabra, memorias indígenas para pervivir, tendrá desde diciembre de 2017 hasta febrero de 2018 una serie de actividades culturales y académicas para todas las audiencias, con el fin de hacer vivas las memorias que han construido y representado en este espacio los ocho pueblos indígenas que hacen parte de esta muestra.


Endulzar la palabra es una exposición construida por el Centro Nacional de Memoria Histórica en alianza con el Museo Nacional de Colombia, Ministerio de Cultura. Su objetivo es poner en escena un ejercicio de representación de los procesos y productos de memoria histórica construidos durante cuatro años de trabajo, con cuatro organizaciones de ocho pueblos indígenas: los wiwa, los barí, los nasa y cuatro pueblos de La Chorrera.

La exposición cuenta con seis momentos que buscan dar cuenta de la realidad de lo que ha significado la construcción de memoria histórica por parte de los investigadores locales de los pueblos indígenas.  El último momento de la exposición se llama, Amanecer la palabra. Se trata de un espacio circular, en el que los visitantes pueden sentarse a escuchar y dialogar acerca de los contenidos de la muestra. Y, es precisamente en este lugar en el que se estarán realizando actividades pedagógicas y culturales. Otros espacios, sin embargo, también se desarrollarán en el Auditorio Teresa Cuervo del Museo Nacional. 

Todo el proceso contó con una importante participación de los representantes de los pueblos: curaduría y la construcción y conceptualización de algunas piezas, la preparación de los mediadores que están guiando la exposición, etc. Es por eso que la sección de Amanecer la Palabra es fundamental para que los propios pueblos hagan presencia por medio de la activación de diversos productos que ellos mismos, así como otros pueblos indígenas y organizaciones han construido.

En diciembre, la programación incluye proyecciones de documentales propios de pueblos de procesos llevados por realizadores de la Gran Familia Awá Binacional y arhuacos; así como por creadores externos que acompañaron procesos del pueblo Nasa y otros pueblos indígenas.

Vea la programación completa

Publicado en Noticias CNMH



Exposición, Indigenas, Museo Nacional de Colombia

La fórmula de los indígenas Inga para sobrevivir

Noticia

Autor

Laura Cerón

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

20 Sep 2018


La fórmula de los indígenas Inga para sobrevivir

Los Inga ubicados en la región del Caquetá, han resistido a siglos de violencia: a la expansión colonizadora al sur del país, a la explotación cauchera de la amazonia y a las disputas territoriales de los grupos armados. Este pueblo, de la mano de sus conocedores espirituales, trabaja por cultivar en los niños y niñas las tradiciones ancestrales. Esta es su manera de resistir pacíficamente y de garantizar su pervivencia.


A tres horas por la carretera que conduce de Florencia (Caquetá) a Piamonte (Cauca), se encuentra el resguardo indígena de Yurayaco. Allí reside una parte del pueblo Inga desdeel siglo XVIII, cuando los abuelos y padres del indio Apolinar Jacanamijoy, conocedores de la selva amazónica del Caquetá, decidieron emigrar con su familiay formar un resguardo indígena que brindara seguridad y protección a su comunidad.

La pérdida histórica de sus tierras y sus tradiciones ancestrales por la colonización campesina -que impulsó la explotación de la quina y el caucho-, y las disputas territoriales entre la guerrilla de las Farc y Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), los empujó a trabajar en la protección de sus saberes ancestrales y culturales como una forma de resistencia. Ellos saben que está en riesgo la extinción de sus conocimientos más antiguos.

El pasado 30 de agosto, el colegio indígena Yachaicurí del resguardo de Yurayaco -proyecto etnoeducativo creado hace unos 18 años- se convirtió en el lugar para conmemorar la vida y la resistencia de los líderes y lideresas, que han muerto trabajando por garantizar la supervivencia del pueblo ingano en el territorio. Con la participación protagónica de los niños y niñas del resguardo, esta conmemoración se convirtió en un homenaje a la vida, la sabiduría y el poder del pueblo inga.

Las tradiciones ancestrales fueron el centro de la conmemoración, pues generan vida e identidad en las nuevas generaciones. “Para pervivir en el tiempo y en el espacio no se puede olvidar las raíces y la memoria de los taitas y mamas”, afirmó Waira Jacanamijoy, coordinadora del resguardo de Yurayaco.

Explore en este reportaje gráfico las tradiciones que, desde hace siglos, han hecho parte esencial de la vida espiritual y organizativa del pueblo Inga, y han permitido su supervivencia.

 

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    AtumRumi Taita Apolinar, o la piedra del Taita Apolinar

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    La danza la Chakanaintegra

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    símbolos que forman la Chakana

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    Los cascabeles, carrizos y las zampoñas

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    plantas medicinales

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    Intervención artística de las Yakumamas o madres del agua

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    Los taitas

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    La tulpa

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    La mama Natividad Mutumbajoy

AtumRumi Taita Apolinar, o la piedra del Taita Apolinar, es un símbolo de sabiduría, energía y poder. Para el pueblo inga es un sitio sagrado, pues allí nace la memoria, el saber y el conocimiento ancestral. La vida espiritual del pueblo inga fluye entre esta piedra y el río Yurayaco. Por el proceso de colonización, la piedra ahora se encuentra en una finca que no hace parte del resguardo. Esto, sumado al turismo, ha puesto en peligro la vida y las tradiciones culturales que se fortalecen a raíz de la piedra.

La danza la Chakanaintegra las visiones y conceptos cosmogónicos con el territorio: la medicina ancestral, los saberes espirituales, los lenguajes, los significados y la organización social propia del pueblo inga. Chakana, que significa puente o escalera, crea una visión del universo representando lo masculino y lo femenino, el cielo y la tierra, el mundo de los vivos y de los dioses. “Así caminamos con nuestros saberes”, afirmó Waira Jacanamijoy.

Dentro de los símbolos que forman la Chakana se encuentra el fuego, integrador en todas sus dimensiones: armoniza la palabra, el canto, la danza, las ceremonias y la organización social; y es el que abriga y cocina los alimentos. Alrededor, lleno de flores silvestres, se encuentra el chumbe: tejido que usan las mujeres indígenas que representa las historias y los caminos por donde transita el saber. En frente está el sahumerio, que brinda la limpieza y purificación. La chicha, los tejidos y los alimentos también integraban la Chakana.

Los cascabeles, carrizos y las zampoñas, son piezas fundamentales en el rencuentro con la música inga. Hoy las futuras generaciones encuentran en las canciones su tradición espiritual, su territorio y su memoria. A pesar de que muchas canciones no han sido entonadas durante la guerra, para el pueblo inga continuarán los sonidos.

En la conmemoración se usaron plantas medicinales, las cuales son fuente y reserva del conocimiento milenario que tiene el pueblo inga sobre la naturaleza. Desde el eje de espiritualidad y medicina tradicional del plan de vida del pueblo inga, las mamas, sabedoras de los conocimientos ancestrales, buscan nuevos emprendimientos que ayuden a fortalecer a las futuras generaciones en sus conocimientos sobre medicina y botánica.

Intervención artística de las Yakumamas o madres del agua. Con cantos y sonidos, hechos con el caparazón de una tortuga de agua, se armonizan las conexiones con el territorio y con nosotros mismos. Estos cantos se vuelven una herramienta contra la contaminación de las aguas y de las especies que viven en la naturaleza.

Los taitas son el pilar fundamental de la organización social del pueblo inga. Son guías espirituales que orientan la permanencia y los desafíos en el territorio: la salud, la educación, la sociedad y la medicina. Muchos de ellos se han vuelto blanco de la guerra y han sido asesinados, al ser señalados de ayudar a la guerrilla, a los paramilitares y al Ejército. Su entrega a la comunidad es completa: con su experiencia ayudan a crear nuevos lenguajes y significados en las nuevas generaciones.

La tulpa es uno de los espacios fundamentales de encuentro en la cultura inga: allí se cocina; y se abrigan la palabra, el espíritu y el pensamiento. Alrededor del fuego se tejen espacios con los taitas y mamas para compartir historias, consejos, anécdotas y reflexiones. Durante la conmemoración se hizo un homenaje a los taitas y mamas que han muerto pero que han dejado grandes lecciones de amor, respeto y cuidado por las tradiciones ancestrales y el trabajo colectivo.

La mama Natividad Mutumbajoy es una lideresa espiritual y defensora de la cultura Inga en el Caquetá. Dentro de la institución educativa Yachaicurí lidera el eje de espiritualidad y medicina tradicional, el cual enseña a los niños y niñas el valor de las plantas ancestrales y la relación que tienen con la vida, el camino, el pensamiento y el espíritu. También da clases de inga a los niños y niñas de la institución.

 

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Agenda Conmemorativa, Caquetá, Indigenas, INGA, Líderes Sociale

Con los Pueblos indígenas y sus luchas

Noticia

Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

12 Abr 2018


Con los Pueblos indígenas y sus luchas

A propósito del 9 de abril, día de la memoria y la solidaridad con las víctimas del conflicto armado, el programa del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Conmemora Radio, dedicó su pasada emisión a reflexionar en torno a las implicaciones diferenciales que tiene el asesinato a líderes y lideresas indígenas en la presente coyuntura.


Por: Equipo Redacción CNMH

Entre 1959 y 2017, según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, fueron asesinados 615 autoridades y líderes indígenas. Mientras que de 2016 a 2017, también el Observatorio, reportó 24 muertes de personas indígenas. Por su parte, el conteo de la ONIC, desde el inicio del proceso de paz, 2012 a la fecha, asegura que van 48 personas indígenas que han perdido la vida a consecuencia de su liderazgo dentro de las comunidades, mientras que otras 133 han sido amenazadas. Su muerte, además de afectar profundamente los procesos de defensa de los derechos, que ellos y ellas apalancaban, supone unas rupturas de tejidos y relaciones dentro de las cosmovisiones propias de los pueblos.

Ante esta preocupante situación, Oscar Montero, indígena del Pueblo Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta, manifestó que “en Colombia habitan 102 pueblos indígenas, de los cuales 36 están catalogados o determinados por parte de la Corte Constitucional como Pueblos indígenas en vía de extinción física y cultural a causas del conflicto armado”. Y, complementó, “las sistematicidad de asesinatos a líderes indígenas no obedece únicamente a un tema de coyuntura y es un tema que se ha mantenido siempre”.

Preocupante resulta analizar cuáles son los departamentos donde más se han presentado casos contra los pueblos indígenas, sobresaliendo Nariño, Cauca y Chocó. Territorios que se ven afectados, no solo por los asesinatos de sus autoridades, sino que se producen a la par de otros hechos victimizantes como desplazamientos masivos forzosos, confinamiento, reclutamiento forzado y atentados. Todo esto pone en evidencia una grave situación humanitaria que padecen varias comunidades y pueblos indígenas en Colombia.

Las organizaciones indígenas y sociales, así como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se han manifestado respecto a la vulnerabilidad en la que históricamente han estado los pueblos indígenas, al no ser garantizados sus derechos, y cómo esta situación se ve reflejada en los actuales asesinatos y amenazas a los líderes y las lideresas que defienden los derechos de los pueblos.

 

La principal problemática que vive actualmente el acuerdo de paz, entre el Gobierno y las FARC, se vive con los crímenes contra líderes sociales en el país. Más de 400 defensores de derechos humanos han sido asesinados entre 2013 y 2018 según el Informe Anual del Programa Somos Defensores, titulado ‘Una piedra en el zapato’, que denuncia la grave situación que están viviendo en las regiones del país los defensores de derechos humanos. “Si bien es de suma importancia —dice la investigación— reconocer que el silencio de los fusiles trajo consigo que tuviéramos la tasa de homicidios más baja en los últimos 30 años (24 por cada 100 mil habitantes), esta tasa de homicidio se disparó de manera focalizada en los defensores y defensoras de DD.HH”.

Según el informe, los homicidios contra este grupo de la población se elevaron de 78 casos en 2013, a 55 casos en 2014, 63 casos en 2015, 80 en 2016, 106 en 2017 y en 2018 se han presentado 18 líderes asesinados sólo en los primeros 31 días del año.

Llamando la atención sobre este tema, no repetir nuestro pasado y proteger el presente, ‘Una piedra en el zapato’ coloca el dedo en la llaga sobre tres puntos esenciales para blindar a nuestros defensores de derechos humanos.

El primero es que sin lugar a dudas esta sigue siendo una profesión de alto riesgo en Colombia. “El ejercicio de estos activistas y líderes se considera ‘un estorbo’ en los territorios para quienes tienen intereses de poder en los mismos y ven en los defensores un potencial peligroso para sus objetivos”, explica el informe. Son personas que están relacionadas con la defensa de la tierra y el territorio, con enfoques étnicos y poblacionales: campesinos, indígenas, afrodescendientes o Juntas de Acción Comunal de zonas rurales en departamentos como Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Norte de Santander, Córdoba, Chocó y Cesar, donde ha existido históricamente presencia de grupos armados ilegales. “Igualmente estas zonas corresponden a escenarios donde se desarrollan operaciones militares del Estado colombiano correspondientes al ‘copamiento’ de zonas ex–FARC”, dice ‘Una piedra en el zapato’.

El segundo punto en el que llama la atención el informe tiene que ver con la implementación del Acuerdo de paz. Allí se enumera de forma categórica algunos de los obstáculos que ha sufrido en su camino este Proceso, pero que de alguna manera se han logrado sortear. Por ejemplo los cambios jurídicos realizados por el Fast Track, la constitución e implementación de la Justicia Especial de Paz (JEP), los problemas de la sustitución de cultivos uso ilícito, la restitución de tierras, la amenaza constante contra el nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, las disidencias de las FARC y los nuevos grupos que generan conflictividades.

Asimismo la investigación establece que es necesario aprovechar que el Acuerdo brinda una serie de herramientas que deben ser aplicadas para la protección de los líderes sociales. Las principales son: Unidad Especial de Investigación; Comisión de Nacional de Garantías de Seguridad y el Programa Integral de Seguridad.

La intención del Programa Somos Defensores en su investigación es analizar todas las aristas de este flagelo. A partir de ellos realza un tercer punto donde analizan el papel que han jugado todas las instituciones del gobierno para velar por el bienestar de los líderes sociales, desde la Fiscalía, pasando por el Ministerio del Interior, la Unidad Nacional de Protección, la Procuraduría, hasta la Defensoría del Pueblo.  

Una deuda pendiente con los líderes sociales

La realidad es que el camino a una construcción de paz, debe centrarse en la protección de aquellos territorios que siempre han estado en el olvido. Es muy difícil que la paz sobreviva con el asesinato sistemático de los líderes y lideresas sociales. Los territorios están a merced de poderes locales que buscan controlarlos a toda costa y su mayor objetivo es silenciar a quienes los protegen.

En el programa de radio se abordaron las causas y las consecuencias de estas amenazas, que en los pueblos indígenas afecta su gobernabilidad, autonomía e incluso pervivencia. También, se habló de la forma como las personas de los pueblos indígenas comprenden estas dinámicas del conflicto, no como una parte de la terminación del mismo, sino como un continuo de violencia que tiene sus primeras manifestaciones en la conquista, y que ha variado a lo largo del tiempo, pero que sigue teniendo de fondo raíces de discriminación y falta de acceso a derechos fundamentales.

Les invitamos a escuchar esta emisión de Conmemora Radio, que contó con las voces de dos líderes Nasa y Awá, en el territorio, y tuvo como invitado a Oscar Montero, Indígena Kankuamo que trabaja para la Consejería de Derechos Humanos de la ONIC y Oscar Pedraza, investigador del CNMH.

 

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Conmemora Radio, Indigenas, Líderes

La exposición “Endulzar la Palabra, memorias indígenas para pervivir” llega a Cartagena

Noticia

Autor

Maria Paula Durán

Fotografía

Maria Paula Durán

Publicado

12 Oct 2018


La exposición “Endulzar la Palabra, memorias indígenas para pervivir” llega a Cartagena

Los invitamos a sumergirse en un recorrido de cinco momentos, conformado por fotografías, dibujos, documentales y testimonios de ocho pueblos indígenas, que develan cómo la memoria les ha permitido pervivir en medio del conflicto.


La exposición “Endulzar la palabra, memorias indígenas para pervivir” hace una inmersión en los procesos de memoria histórica de ocho pueblos indígenas de Colombia: Bora, Ocaina, Muinane y Uitoto M+N+KA de La Chorrera, en el Amazonas (AZICATCH); Wiwa, de la Sierra Nevada de Santa Marta (Golkushe Tayrona); Awá de Nariño, Putumayo y Ecuador (Gran Familia Awá Binacional); Nasa del norte del Cauca, Chab Wala Kiwe (ACIN), y Barí del Catatumbo (ÑATUBAIYIBARI). 

El visitante encontrará espacios para escuchar sus voces. Espacios para caminar por sus territorios, en su inmensidad y con todas sus diferencias. Espacios para entender que la memoria también son silencios. Y espacios para reconocer que los pueblos indígenas han sido actores políticos y activos, para hacerle frente al conflicto armado. 

A lo largo de toda la exhibición, liderada por el Centro Nacional de Memoria Histórica en alianza con el Centro de Formación de la Cooperación Española y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, se presentarán fotografías, dibujos, documentales y testimonios, producidos en su gran mayoría por los pueblos indígenas. Además, el espectador se encontrará con una serie de preguntas, en las que cada uno de los pueblos interpela y abre el diálogo con los visitantes.

 

“Todo lo que hagas se tiene que hacer con el corazón frío
Se tiene que hacer con el corazón dulce Y se tiene que hacer con ese corazón de estimación al otro”. 
Gil Farekatde


Sean bienvenidos a una exposición en la que participaron activamente los investigadores locales, lo que permitió hacer el ejercicio de contar en voz propia una historia tantas veces referida por otros. Esta, además, es una oportunidad para comprender que la memoria indígena del conflicto se centra, más que en un repertorio de hechos dolorosos, en un conjunto de saberes y estrategias culturales que les han permitido sanar los estragos de la guerra, y endulzar la memoria del horror desde la palabra de vida. 

Esta exposición fue posible gracias al apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) operado por ACDI-VOCA. Y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). 

Les invitamos a conocer la programación de actividades culturales y académicas que se llevarán a cabo este mes.

HORARIOS Y FECHAS:

  • Lunes a viernes: 7:30 a.m. a 7:00 p.m.
  • Sábados: 8:00 a.m. a 7:00 p.m.
  • Domingos y festivos: 9:00 a.m. a 7:00 p.m.

LUGAR: Centro de Formación de la Cooperación Española, Calle 36 #2-74, Cartagena

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Endulzar la Palabra, Exposición, Fotografía, Indigenas, Memoria

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