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El pueblo awá construyó una serie documental para contar su historia de resistencia

El CNMH acompañó a la Asociación de Cabildos Indígenas del Pueblo Awá del Putumayo en el lanzamiento de la serie documental «La resistencia del pueblo awá».

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El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

Laboratorio colaborativo: «Naturaleza y territorio en el marco  del conflicto armado»

Autor

CNMH

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Acto de armonización durante el lanzamiento de la serie de pódcast, en Cumbal – Nariño. Fotografía: Simona Delgado

Publicado

31 octubre 2023


El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

Una iniciativa de memoria histórica, liderada por el Colectivo Chaskis y acompañada por el CNMH, presenta las afectaciones y victimizaciones que han vivido los resguardos indígenas allí asentados y cómo las han afrontado.

«Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, viento mi aliento, fuego mi espíritu
Vienen mis ancestros, vienen a cantar
Vienen mis ancestros, vienen a danzar
Dale medicina, la vida curar
Dale medicinas, su vida sanar».

 

Los pueblos indígenas del occidente del país deben sanar, deben hacerlo porque el conflicto armado se sintió con especial intensidad en esta región, donde históricamente han vivido los indígenas de los resguardos de Cumbal, Guachucal y Mallama en Nariño, y  Kamëntsa-Biya en Sibundoy, en el Putumayo. Sus comunidades vieron transformar el sentido de su territorio con la llegada del conflicto armado, así como siglos antes lo hizo el desembarco de los españoles.

Así lo recuerda Mayra Alejandra Chindoy, una de las jóvenes del Colectivo Chaskis, quien lideró una iniciativa de memoria histórica, acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH): «El pueblo Kamëntsa tuvo que adoptar muchas prácticas ajenas, como la religión, para sobrevivir. El pódcast comienza con esa historia de los mayores, con el dolor y la transformación de su territorio».

 

Conoce también sobre el pódcast sobre memorias y resistencias de los pueblos indígenas de Colombia. 

 

El pódcast del que habla es Voces y memorias de la tierra. Son cinco historias radiales contadas por comuneros de los resguardos anteriormente mencionados, que permiten identificar las afectaciones y victimizaciones afrontadas por los indígenas cabëng, ingas y kamëntsas del Valle de Sibundoy.

El Colectivo Chaskis está conformado, además de Mayra Chindoy, por Carolina Ortega, Yorely Quiguantar, Camilo López y Janneth Taimal. Ellas y él han querido dejar constancia de lo vivido por varios pueblos originarios del occidente del país, y cada uno se dedicó a explorar una zona del Valle de Sibundoy para hacer preguntas, encontrar respuestas y hacer memoria. 

 

 

«El interés de hacer este pódcast es por lo que ha sucedido en Mallama a causa del conflicto armado. Me enfoqué en investigar, en hablar con la gente para hacer un homenaje y recordar», explicó Camilo López durante el lanzamiento de la serie sonora. 

Esta región del Sibundoy fue epicentro de asesinatos a líderes de las comunidades, hubo presencia de cultivos de uso ilícito y diversos actores armados transitaron por los resguardos, lo que ha causado alteraciones a la vitalidad de los territorios indígenas. Son precisamente estos temas los que han tratado de ser develados y sanados, con ayuda del conocimiento de los mayores y las mayoras, a través de los episodios del pódcast.

«En el segundo capítulo explico cómo fue la lucha por sobrevivir y cuidar nuestras cosas: el ganado, los robos, lo que se tuvo que pasar para resistir y proteger lo nuestro. Es en ese contexto que llegan las guerrillas a adueñarse del territorio», sostiene Carolina Ortega, una de las investigadoras. 

Los pueblos indígenas de la región deben seguir cargando con las huellas que el conflicto armado dejó a su paso. «Para nosotros es difícil pasar por los espacios pesados —en los que se ha derramado sangre por el conflicto armado— porque nos carga el cuerpo de enfermedades», aclara Yoreli Quiguantar, una antropóloga y lideresa que lleva varios años trabajando temas de memoria histórica en su territorio.

 

  • El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

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    El Valle del Sibundoy siembra nuevas voces y memorias en su tierra

 

Todo esto hace parte de las violencias territoriales que se presentaron y se siguen presentando en Kindy Cocha, la laguna que irriga el Valle del Sibundoy, pues todas las decisiones que se toman para transformar la tierra a favor de la gente traen consecuencias para el buen vivir de todo aquello que hace parte de la Madre Tierra, según las creencias de los pueblos que habitan esta región.

Por lo tanto, «este es un trabajo investigativo que lleva más de un año, en el que no solo hemos trabajado con el territorio, sino con nuestras familias. Dedicamos el episodio final a los jóvenes que salen a diario de Cumbal, del territorio del suroccidente, por la falta de oportunidades y la llegada de los armados», afirma Janneth Taimal. Muchos jóvenes de este resguardo han tenido que afrontar la vida al salir de sus hogares hacia cultivos de coca en Nariño, Putumayo y Cauca: su única posibilidad de sustento.

Los resguardos de Cumbal, Guachucal, Mallama y Kamëntsa-Biya van sanando. Sus ríos, sus aguas y sus tierras tienen que curarse mientras se siembran otras memorias y suenan otras voces. Los ancestros llegan a cantar y a danzar, como dice la canción, para que el territorio que han habitado siempre renazca una y otra vez, lleno de vitalidad.


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‘Radiolecturas para la Paz’: la otra cara del Valle de Guamuez

‘Radiolecturas para la Paz’: la otra cara del Valle de Guamuez

Autor

CNMH

Foto

CNMH

Publicado

17 de septiembre de 2021


‘Radiolecturas para la Paz’: la otra cara del Valle de Guamuez

 

  • Esta iniciativa, apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, busca formar promotores de lectura en veredas distantes y barrios periféricos del Valle del Guamuez, en el departamento de Putumayo.
  • En ‘Radiolecturas para la paz’ confluyen el Grupo Amigos de la Biblioteca Luis Carlos Galán, el colectivo social Bibliotecas a la Calle y la Universidad del Quindío junto a líderes, residentes de las veredas El Rosal, El Tigre y El Placer.  

 

En el Valle del Guamuez, Putumayo, se está desarrollando una serie radial sobre la memoria histórica del municipio, que busca contribuir al fortalecimiento del tejido social y hará énfasis en la resiliencia. La iniciativa de memoria histórica Radiolecturas para la Paz: la otra cara del Valle de Guamuez, territorio de paz le da continuidad al proyecto Letras Libres. Libros en tu barrio y en tu vereda, creado e implementado por el Grupo Amigos de la Biblioteca Luis Carlos Galán en 2013. 

Esta iniciativa de memoria histórica tiene como propósito capacitar como promotores de lectura a personas de veredas distantes y de barrios periféricos del municipio Valle del Guamuez y fortalecer sus habilidades en la edición y producción de contenidos radiales. La mayoría de estas personas pertenecen al Grupo Amigos de la Biblioteca Pública Luis Carlos Galán, ubicada en La Hormiga (cabecera municipal), pero el proceso también cuenta con líderes e integrantes de organizaciones sociales del Valle del Guamuez residentes de las veredas El Rosal, El Tigre y El Placer. 

En ese trasegar, y con el interés puesto en que los promotores de lectura también aborden el tema del conflicto armado y reflexionen desde la literatura sobre las maneras como las personas y las colectividades lo han afrontado en su cotidianidad, fue que esta iniciativa solicitó el acompañamiento del Equipo de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). La biblioteca resultó seleccionada.

Desde el mes de julio, luego de trazar un plan de trabajo en conjunto, identificar necesidades y  definir el lenguaje expresivo con el que se quería desarrollar un producto de memoria, se han generado espacios para el fortalecimiento de habilidades en promoción de la lectura, la escritura y la oralidad, así como aprendizajes en edición de productos sonoros. 

Estos espacios de formación estuvieron acompañados tanto por el equipo de apoyo a IMH como por aliados identificados en el camino, como el colectivo social Bibliotecas a la Calle y la Universidad del Quindío. 

“Ellos ya tenían un vasto recorrido en la producción radial gracias a su experiencia en el programa El Hormiguero. Sin embargo, deseaban fortalecer esas capacidades y diseñar estrategias de promoción de la lectura, la escritura y la oralidad; por eso definimos rápidamente las temáticas que se debían abordar en los talleres formativos. Hubo una guianza para la elaboración del producto final, pero ellos fueron quienes recolectaron la información y editaron su producto”, recuerda David Ávila, responsable de la iniciativa desde el Equipo de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH.

La serie estará compuesta por cuatro pódcasts en los que se expondrán las diferentes apuestas comunitarias para la construcción de paz adelantadas en diferentes territorios del Valle del Guamuez. De esta forma buscan visibilizar los relatos, saberes y experiencias de la comunidad.

Para Doris Mosquera, una de las líderes de la IMH, el hilo conductor del pódcast recorre los espacios y lugares en donde residen las personas que los realizaron. “Es una memoria narrada no solamente desde el punto de vista de lo trágico de los hechos, sino también una memoria reparadora, de esa memoria que promueve y de esa memoria que motiva”, agrega.

El primer pódcast se centra en El Tigre, lugar que da entrada al municipio del Valle del Guamuez. Los relatos de resistencia y de jóvenes que han desplegado otras iniciativas para conocer la historia y, con ello, darle un nuevo sentido a quienes se quedaron en el territorio para construir paz, son protagonistas en él. 

En el segundo pódcast, el foco es la vereda El Rosal, donde se ubica la Biblioteca Itinerante, y en el que diferentes mujeres han señalado la importancia de las plantas para mantener la salud de las personas de la comunidad y para conectarse con los saberes ancestrales.

La tercera pieza sonora transcurre en la Inspección de Policía de El Placer. Allí está ubicado el Museo de la Memoria Tras las Huellas del Placer, y en él hay un grupo de personas que desean que se conozcan los estragos del conflicto en ese lugar, pero también la alegría y el entusiasmo de sus habitantes.

Finalmente, la serie concluye en la Biblioteca Pública Luis Carlos Galán, espacio donde se gesta esta iniciativa y donde nacen varios procesos culturales y ciudadanos desde la promoción de la lectura y la escritura.

 

Avanzar en medio del covid-19

Si bien la pandemia implicó recurrir a algunas jornadas de manera virtual y, con ello, ser “más creativos”, esto no impidió que el Equipo de IMH interactuara con la comunidad y desarrollara lazos de afecto mediante trabajo virtual y llamadas telefónicas.

“Afortunadamente contamos con computadores y con acompañantes en este proceso, con una calidad humana muy bonita; muy sensibles. Entonces eso facilitó un poco el proceso. Fue una experiencia bonita, enriquecedora en todos los sentidos, puesto que nos fortaleció como grupo y también a título individual. Esperamos poner en práctica lo aprendido en el ejercicio de lo que hacemos”, considera Doris Mosquera.

Para el Grupo Amigos de la Biblioteca Pública Luis Carlos Galán, la construcción de los guiones, el proceso de edición y la posterior recolección de las entrevistas se ha convertido en una oportunidad para visibilizar la voz de los campesinos y otros liderazgos de diferentes tipos. 

Como líder de la iniciativa, Doris Mosquera Pantoja describe este proceso como muy pedagógico. “Quienes hicieron los talleres desde el CNMH, así como desde el colectivo social Bibliotecas a la Calle, procuraron que los temas a tratar fueran sencillos y estuvieran, digamos, bajados al contexto de quienes estaban participando en las actividades. Esas metodologías que se utilizaron en el proceso fueron muy interesantes y se convertirán en herramientas que nos van a poder servir de aquí en adelante”, sostiene.

El lanzamiento de la iniciativa está proyectado para el mes de octubre. Para conocer un poco más sobre ella y el actor que la impulsa, los invitamos a que consulten nuestro Visor de Registro de Iniciativas y acciones de memoria, disponible en http://accioneseiniciativas.centrodememoriahistorica.gov.co/s/inicio/item-set/283


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Mención de honor para “El Placer: mujeres, coca y guerra en el Bajo Putumayo”

Noticia

Autor

CNMH

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© Jesús Abad Colorado

Publicado

21 Ago 2015


Mención de honor para “El Placer: mujeres, coca y guerra en el Bajo Putumayo”

Entre 90 propuestas de investigación en ciencias, el informe “El Placer: mujeres, coca y guerra en el Bajo Putumayo” [Descargar informe completo] recibirá mención de honor en los premios que otorga la Fundación Alejandro Ángel Escobar en la categoría de Ciencias Sociales y Humanas. El Consejo Directivo de esta institución ratificó el fallo del jurado del concurso de Ciencias 2015 en su sesión del pasado 14 de agosto.


Con esta investigación el Centro Nacional de Memoria Histórica pretende visibilizar las situaciones de violencia y conflicto armado que se vivieron en el Bajo Putumayo durante más de 20 años. Allí la población tuvo que convivir con actores armados, y desarrolló esfuerzos de resistencia promovidos especialmente por las mujeres, quienes aún hacen memoria para no olvidar a sus víctimas ni permitir que lo que vivieron se repita.

Las relatoras de esta investigación afirman que la publicación ha abierto canales para dialogar y conversar sobre lo que ocurrió en esta zona del país. En otras palabras, el informe fue solo una primera etapa de construcción de memoria en El Placer, pues desde entonces la comunidad se ha encargado de liderar diferentes actividades y procesos que pretenden alimentar ese diálogo y esa construcción.

Este año la Fundación otorgará cinco Premios Nacionales y ocho menciones de honor, además de declarar un trabajo “fuera de concurso” en el área de Ciencias Sociales y Humanas.

La ceremonia de premiación se llevará a cabo el próximo 30 de septiembre a las 6:00 pm en el Auditorio Los Libertadores de EAFIT (Medellín). El lugar fue elegido con el fin de rendir homenaje a la memoria de los fundadores Alejandro Ángel Escobar y María Restrepo de Ángel y celebrar los 60 años de trabajo ininterrumpido de la Fundación.

Felicitamos muy especialmente a María Clemencia Ramírez, Camila Medina y María Luisa Moreno, relatoras de este informe de investigación.

 
 


Guerra, Mujeres, Putumayo

“Recuperamos la palabra”: 20 años de la masacre de El Tigre

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Cortesía

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Cortesía

Publicado

10 Ene 2019


“Recuperamos la palabra”: 20 años de la masacre de El Tigre

El 9 de enero de 1999 unos 150 paramilitares irrumpieron en este poblado del Bajo Putumayo, acabaron con la vida de por lo menos 28 personas y desplazaron otras decenas. Veinte años después, la comunidad se dio cita para honrar a sus muertos y resignificar los lugares en los que ocurrieron los hechos.


La noche del 9 de enero de 1999 los paramilitares del Bloque Sur Putumayo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), partieron en dos la historia de la Inspección de Policía El Tigre, en el Bajo Putumayo. Unos 150 hombres irrumpieron de forma violenta y cruda en este poblado, ubicado en el municipio Valle del Guamuéz, asegurando que se trataba de un “pueblo guerrillero”.

Los paramilitares entraron disparando y quemando todo lo que encontraron a su paso. Por lo menos 28 personas fueron asesinadas y otras decenas, desplazadas. La racha de violencia quedó impregnada en varios lugares emblemáticos para la población: el río, el puente, la salida del pueblo, las casas.

El lunes pasado, 20 años después de este hecho, la comunidad y amigas y amigos de El Tigre se reunieron para honrar la vida de cada una de las personas que perdieron la vida; para solidarizarse con sus familiares, que aún cargan con ese dolor; y para recordar lo que nunca jamás puede volver a ocurrir.

La comunidad de El Tigre resistió cinco años de dominio paramilitar y, dicen sus habitantes, ese enorme desafío los hizo una comunidad más fuerte y organizada.

La cita fue en el puente principal, desde donde fueron lanzados la mayoría de los cuerpos sin vida. La comunidad de El Tigre quería resignificar este espacio, por esto se unieron en una meditación colectiva amenizada por el sonido de los cuencos de cuarzo. “Aunque la muerte vino y a sus anchas quiso andar, a la esperanza no pudo encontrar”, reza en un cartel ubicado junto al río

La represión y violencia contra esta población no terminó con la masacre del 9 de enero de 1999. Entre los años 2001 y 2006 este mismo bloque paramilitar, adscrito al Bloque Central Bolívar de las AUC, se expandió por las zonas urbanas del Bajo Putumayo (Puerto Asís, Puerto Caicedo, Orito, La Hormiga, La Dorada) estableciendo un control territorial permanente, y ejerciendo un dominio social, económico y político en la región.

La masacre, y la posterior ocupación paramilitar de la zona, no sólo afectaron la economía y las dinámicas sociales de los habitantes de El Tigre, sino que modificaron sustancialmente la vida de campesinos, afrocolombianos e indígenas que habitan este sector.

Por esto, el encuentro del pasado lunes 9 de enero del 2019, también tenía el fin de abrazar y aplaudir todos los actos de valentía que les han permitido levantar un Tigre más fuerte, organizado y emprendedor. “El Tigre es un territorio vivo que escucha y siente, donde nos quedamos para sembrar la paz que vivimos. Como comunidad recuperamos la palabra; salimos a extendernos la mano; retornamos con fervor al río y al puente”, dice en otro cartel ubicado cerca al río.

Descargue aquí el informe “Masacre de El Tigre: Un silencio que encontró su voz”.

 

Publicado en Noticias CNMH

 



AUC, El Tigre, Masacre, Paramilitares, Putumayo

¡Este mes estrenaremos cuatro documentales!

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Publicado

07 Feb 2019


¡Este mes estrenaremos cuatro documentales!

A partir de este viernes 8 de febrero lanzaremos un documental semanalmente, a través de nuestros medios y redes sociales. Este primer ciclo de “Cine + Memoria” está dedicado a producciones realizadas con las comunidades del Canaán (Magdalena), El Tigre (Putumayo), El Palmar (Nariño) y El Rosario (Nariño). ¡Prográmense con nosotros!


El lenguaje audiovisual ha sido clave en nuestra misión de reconstruir las memorias del conflicto armado colombiano. Formatos como el documental y el reportaje nos han permitido recoger lo que dejó la guerra, pero también narrar a las comunidades que creen y están trabajando por la vida, la reconciliación, la reparación, la memoria.

Este mes lanzaremos en “Cine + Memoria” cuatro documentales que nos llevan a regiones del país muy diversas: el Canaán (Magdalena), El Tigre (Putumayo), El Palmar (Nariño) y El Rosario (Nariño). Los invitamos a recorrer sus paisajes, los rastros que dejó la guerra en esos lugares, y las historias valientes de sus pobladores que trabajan incansablemente por una Colombia más justa y digna. Estos documentales fueron realizados como medida de satisfacción del Plan Integran de Reparación Colectiva de estas comunidades.

 

8 de febrero: “El Tigre no es como lo pintan”

Al ingresar en los buscadores de internet las palabras “El Tigre, Putumayo”, ninguno de los primeros resultados está relacionado con sus fiestas patronales, ni las playas del río Guamúez, ni la figura de un jaguar amazónico o “tigre”, como sus habitantes le llaman. Lo primero que identifica internet, en relación con estas palabras, es la masacre que tuvo lugar en aquella inspección el 9 de enero de 1999. Por eso este corto documental, elaborado por el CNMH dentro del Plan Integral de Reparación Colectiva de esta comunidad del Putumayo, presenta el “nuevo color” de El Tigre. En este corto el espectador podrá acercarse a una población que después de ver la guerra de frente, logró fortalecerse y crear una identidad más allá de los estigmas que quiso imponerles el conflicto armado.

15 de febrero: “Esmeraldas, la fe que persistió a pesar de la guerra”

¿Cómo vive una comunidad a la que la guerra le dejó la marca de “auxiliadores de la guerrilla”? En este documental los habitantes del corregimiento de Esmeraldas, ubicado en el municipio de El Rosario, Nariño, cuentan cómo el sentido comunitario y sus creencias, celebraciones y lugares religiosos, fueron esenciales en tres etapas de su historia: la conformación del pueblo, la resistencia al conflicto armado, y la reparación de los daños, luego de la salida de los paramilitares y la guerrilla de las Farc de su territorio. El corto fue realizado por el CNMH y la comunidad de Esmeraldas, en el marco de las medidas de satisfacción del Plan Integral de Reparación Colectiva.  

22 de febrero: “Los colores de El Palmar”

En el Palmar, corregimiento de Leiva, Nariño, siempre hay niebla. Y a veces es tan espesa, que es imposible ver la montaña de colores que vigila a esta población. Allí históricamente han estado presentes grupos armados de todas las denominaciones. Y esas dinámicas de la guerra llevaron a algunos habitantes a sembrar hoja de coca para subsistir en el territorio y, al mismo tiempo, poder mantener sus cultivos tradicionales de café y lulo. En este documental, realizado por el CNMH y la comunidad de El Palmar como parte de su Plan Integral de Reparación Colectiva, los habitantes de esta población nos hablan de sus sueños, de sus propias ideas para que la sustitución de cultivos sea una realidad, y de la manera en que están reescribiendo su historia.

1 de marzo: “Canaán, templo y cuna de campesinos”

“Los que nos quedamos aquí no supimos lo que sufrieron los que se fueron. Y los que se fueron no supieron lo que vivimos los que nos quedamos aquí, aguantando la violencia”, dice un habitante de Canáan, municipio de Chibolo, Magdalena, quien también es protagonista de este cortometraje documental realizado entre la comunidad y el CNMH dentro del Plan Integral de Reparación Colectiva. La voz de este poblador del Canaán, es al mismo tiempo la voz de decenas de personas que fueron víctimas de desplazamiento forzado. Y la voz de aquellos que, a pesar del miedo, se resistieron a dejar su territorio. Todos ellos se encuentran en este documental para narrar a la Canaán de hoy: una tierra de abundantes flores que ellos mismos demoninan “templo y cuna” de campesinos.  

 

Publicado en Noticias CNMH

 



Cine, Documental, El Tigre, Magdalena, Memoria, Nariño, Putumayo

Muros de la verdad en el Putumayo: voces de las mujeres para que sus memorias no mueran

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Tejedoras de vida del Putumayo

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Tejedoras de vida del Putumayo

Publicado

09 May 2019


Muros de la verdad en el Putumayo: voces de las mujeres para que sus memorias no mueran

  • Este homenaje a la vida y trabajo de las mujeres, que por su liderazgo fueron víctimas de desaparición forzada y feminicidios en el Putumayo, fue posible con recursos del Programa Justicia para una Paz Sostenible de USAID, y acompañado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
  • El proceso de reconstrucción de la memoria realizado dejó como producto la elaboración de tres murales en los que participaron más de 60 mujeres.

Putumayo, 9 de mayo 2019. Como un homenaje a todas las mujeres que tejieron vida defendiendo sus derechos en el Putumayo, nació la iniciativa de memoria histórica, Muros de la Verdad, con el fin de visibilizar y reivindicar las lideresas de ese departamento, a través de lenguajes simbólicos plasmados en murales.

Este proceso de reconstrucción de la memoria, realizado en los corregimientos El Placer, La Dorada y Puerto Colón, de los municipios Valle del Guamuez y San Miguel, dejó como producto la elaboración de tres murales que buscan dignificar la memoria de mujeres víctimas de desaparición forzada y feminicidios. 

  • Mural del Placer, Puerto Colon, Putumayo. – Las mujeres de este territorio se integraron para la creación de este muro realizando una ronda en la que cada una de ellas exponía símbolos, imágenes o aquellos motivos que consideraran importantes para su inclusión en el Muro de la Verdad de este corregimiento.

  • Mural del Placer, La Dorada, Putumayo. – Este mural Simboliza el río, la naturaleza de la región. Igualmente, conmemora tanto aquellas mujeres que no están presentes así como a aquellas que resistieron al conflicto y continúan siendo líderes de la comunidad.

A partir de estos hechos de violencia, en el marco del conflicto armado, los muros de la verdad reflejan la resiliencia de las mujeres que presenciaron la barbarie y se resisten a vivirla nuevamente, por lo que hacen un llamado exigiendo justicia.

Fátima Muriel, presidenta de la asociación Alianza Departamental de Organizaciones de Mujeres Tejedoras de Vida, aseguró que la participación en estas iniciativas fortalece a las familias, resalta su labor y compromiso con aquellas mujeres que han sido víctimas, alza su voz para decir no a la guerra, no más hogares destruidos y lo usan como lenguaje simbólico pidiendo no impunidad.

En la creación de estas obras de arte participaron más de 60 mujeres, quienes a través de talleres de memoria histórica desde un enfoque sicosocial, reflexionaron sobre los duelos, y la sanación del cuerpo y la mente para dignificar la memoria de lo ocurrido.

El proceso, desde 2018, fue acompañada por la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica del Centro Nacional de Memoria Histórica, con recursos del Programa Justicia para una Paz Sostenible de USAID, y le apuesta al fortalecimiento de la memoria de las mujeres que relatan la violencia vivida.

Juan Daniel Salazar, líder de Cooperación y Alianzas Estratégicas del CNMH, destaca que “las mujeres putumayenses nos demuestran hoy que su testimonio permanece en sus comunidades, su valentía será recordada, su fortaleza será un ejemplo”.

“El CNMH no desmayará para escuchar, tanto a las madres de Soacha como a las mujeres de la Corporación Rosa Blanca, a los familiares de los policías y soldados de todos los grados mutilados, secuestrados o asesinados fuera de combate, a las víctimas, sin distinción alguna para garantizar que la construcción de la memoria colombiana se nutra de todas las voces”, concluyó.

 

Publicado en Noticias CNMH

 



Desaparición Forzada, Feminicidio, Mujeres, Muros de la Verdad, Putumayo, Víctimas

Hacer memoria para recuperar el ser Kamentsa

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Autor

Juan Sebastián Sanabria

Juan Sebastián Sanabria

CNMH

Publicado

12 Sep 2019


Hacer memoria para recuperar el ser Kamentsa

A las 10 de la mañana del 2 de mayo de 2002, un cilindro-bomba lanzado por
la antigua guerrilla de las Farc perforó el techo de la iglesia San Pablo
Apóstol, en Bojayá. En el lugar se refugiaban centenares de personas. El
resultado: 79 fallecidas (48 de ellos niños y niñas), alrededor de 100
lesionados, el desplazamiento de 1.744 familias y grandes fracturas sociales.

Quien quiera llegar al Valle de Sibundoy en el Putumayo, debe atravesar el medio Putumayo desde Mocoa o el páramo La Pastora desde Pasto (Nariño), pasando por la Laguna de La Cocha. Allí, en esa zona, históricamente receptora de población desplazada y resistente a nuevas amenazas como la minería, la deforestación o los monocultivos, vive el Pueblo Kamentsa, uno de los 39 Pueblos Indígenas en vía de extinción, según el Auto 004 de la Corte Constitucional.

Y es que, en municipios como San Francisco, en el Alto Putumayo, la discusión en torno a la preservación de la memoria está tomando más fuerza. Con ella, según sus miembros, se puede recordar y fortalecer la cultura propia y se puede construir el “buen vivir” evitando su desaparición como pueblo.

Preguntas en torno a las pérdidas de las que han sido víctimas en el marco del conflicto armado, a lo que se quiere conmemorar y recordar, a los mecanismos que han utilizado para sobrevivir como pueblo indígena, son interrogantes que plantean el Enfoque Diferencial Étnico para construir participativamente un proceso de menoria con el Pueblo Kamentsa.

En búsqueda de hacer realidad este proyecto, el Enfoque Diferencial Étnico del CNMH se desplazó hasta el territorio del pueblo Kamentsa y se reunió con líderes comunitarios, profesores, sabedores ancestrales y autoridades de la comunidad.

Durante el encuentro realizado en la maloka (lugar sagrado de la comunidad), se socializaron experiencias sobre eventos de violencia sufridos en el territorio y se construyó participativamente el nuevo proceso de memoria histórica que iniciaría con el Pueblo Kamentsa y acompañamiento del CNMH.

Entre las afectaciones que ha padecido la comunidad están la desaparición de muchos de sus miembros, la ocupación -por parte de actores armados- del territorio ancestral y de caminos milenarios; la amenaza a líderes sociales que se oponen a proyectos mineros, y la pérdida de la cultura ancestral Kamentsa.

Al respecto, los representantes de la comunidad expresaron la importancia de valorar sus liderazgos, gobierno propio y conocimientos ancestrales para la pervivencia cultural. De ahí que la propuesta de reconstruir la historia del Pueblo Kamentsa, tenga un especial interés por la recuperación de la cultura, de los saberes ancestrales y del diálogo intergeneracional entre niños niñas, jóvenes, mayores y sabedores.

En sus propias palabras, “En la comunidad hay muchas personas que saben, pero no las reconocemos, no las valoramos”. Dicha premisa confluye con que los adolescentes Kamentsa, ya no quieren hablar la lengua o utilizar sus trajes tradicionales, están sujetos a las dinámicas de las redes sociales, el consumismo y las drogas que ya aparecen en el casco urbano del pueblo.

Luego de la jornada de trabajo, se contempló que el proyecto que acompaña el Enfoque Étnico del CNMH se articule también con los enfoques de niños, niñas y adolescentes y el de personas mayores. De esa forma, se podrían diseñar estrategias y metodologías para posibilitar que los legados de las personas mayores sean transmitidos a los más jóvenes y que los jóvenes también permitan reflexionar a los mayores.

La realización de encuentros intergeneracionales de memoria, de recorridos por lugares sagrados y de mingas de trabajo, además de la preparación de los carnavales Wakjnaité (Carnaval del Perdón – en noviembre) y el Betsknaté (en febrero), permitirán generar productos finales que sirvan de herramienta para dar a conocer   la memoria histórica del Pueblo.

Entre los productos a desarrollar estarían una cartilla pedagógica y una serie de videoclips que se realizarán en lengua Kamentsa y español. Adicionalmente, luego de esta primera visita del Enfoque Étnico, se proyectaron seis encuentros más para concretar el proceso de memoria histórica a mediano plazo.

El primero de los encuentros se hará el 1 y 2 de noviembre en el marco del Wakjnaité (Carnaval del Perdón) y comprendería una visita de niños, niñas y jóvenes a los abuelos de la comunidad. Entre tanto, los cinco restantes se realizarían en el año 2020, según se proyecte en el plan de acción del Enfoque Diferencial Étnico 2020.

 


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