Autor: CNMH

Niños y niñas cuentan en la memoria histórica

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CNMH

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CNMH

Publicado

28 Abr 2017


Niños y niñas cuentan en la memoria histórica

Los niños, niñas y adolescentes son sujetos de derecho y constructores de su propio desarrollo en los entornos que habitan. En Colombia, las familias, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistirlos y protegerlos para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos, los cuales prevalecen sobre los derechos de los demás.

Por ello, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) incorpora el enfoque diferencial de niños, niñas y adolescentes, cuyo propósito es propiciar la participación efectiva de los niños, niñas y adolescentes en procesos y acciones de memoria histórica así como la inclusión de las experiencias de los niños en contextos de conflicto armado. Se trata de que sus voces hagan parte de la memoria histórica de Colombia, como aporte a la realización del derecho a la verdad, la reparación simbólica y las garantías de no repetición.

En el día de los niños y las niñas, el CNMH pone a su disposición un nuevo acceso en el home de su página web para que, a través de una herramienta multimedia, los niños y las niñas se acerquen a la memoria histórica y participen con otros en la búsqueda de un tesoro escondido.

Este proyecto multimedia propone dos vías: 1) la de los sabios exploradores, que los niños y las niñas pueden recorrer directamente; y 2) la de los aprendices de exploración, para personas jóvenes y adultas interesadas en motivar procesos de memoria con niños y niñas.

Con el interés de que los niños y las niñas aporten sus experiencias y narrativas a la memoria histórica y para que éstas sean escuchadas y tenidas en cuenta por la sociedad colombiana, los invitamos a visitar haciendo clic aquí 

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Memoria Histórica

Punta del Este se une y resiste a la guerra

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Laura Cerón

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Laura Cerón

Publicado

28 Abr 2017


Punta del Este se une y resiste a la guerra

Lo primero que aparece al entrar al barrio Punta del Este en Buenaventura es una escena que se repite en muchos territorios de Colombia: una calle destapada, casas de madera sin servicios públicos, tiendas familiares con algunos productos básicos, un solar con dos arcos, y niños y niñas de varias edades corriendo tras un balón de fútbol.

Es difícil pensar que la guerra hace 12 años llegó a ese mismo lugar, en busca de 12 jóvenes para sacarlos, engañados, a jugar un partido de fútbol contra los habitantes de otro barrio. Sin embargo, aparecieron torturados y asesinados. Corría el 2005 y tal y como lo han contado las madres de las víctimas, más veces de las que quisieran, nadie sabe quiénes fueron,  por qué pasó, por qué se los llevaron.

A unas pocas cuadras de la cancha está Bolivia Aramburu. Es una mujer afro, de pelo corto y mirada llena de fuerza, de resistencia. Habla duro y claro. Dice que desde el día en que se llevaron a su hijo, y lo encontró entre los demás cuerpos, perdonó a los victimarios; que eso le ha dado la valentía para seguir adelante.

“Desde que pasó eso nosotras hemos hecho todo lo posible para no olvidarlos”, cuenta Bolivia sentada en una silla en medio de su casa.  A pesar de que el duelo es difícil, desde hace cinco años realizan la conmemoración de los 12 de Punta del Este.

Según el informe “Buenaventura, un puerto sin comunidad” del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la violencia durante ese periodo estaba asociada, entre otras formas, a la apropiación del territorio que ejercían grupos armados ilegales para tener acceso a un corredor para mover armas y drogas. Entre estos grupos se encontraban desmovilizados de los paramilitares, no desmovilizados y desertores de las FARC.

 

Años después, uno de los primeros que llegó para ayudar fue el Padre Adriel, que aunque no era oriundo de la región supo que una de sus misiones era apoyar a las víctimas del conflicto armado. Él trabajaba en el barrio Lleras, otro barrio afectado por la violencia en Buenaventura, cuando llegó con un proyecto de memoria. “Me fui de casa en casa, llamándolas, diciéndoles lo que ellas podían hacer. Empezamos con cinco y les dije que podían organizarse”.

Es 19 de abril de 2017. Los asistentes a la conmemoración visten camisetas blancas. Al medio día, y en medio de una gran cantidad de asistentes, varios jóvenes se disponen a sacar los arcos de fútbol a la Avenida Simón Bolívar para trancarla. Lo que para muchos conductores podía ser un molesto acontecimiento, para ellos era un acto que los reivindicaba, los fortalecía. En pocos minutos habían armado dos equipos de cinco muchachos para jugar un corto partido de fútbol en honor a los 12 jóvenes.

A pesar del olvido del Estado en materia de justicia y verdad que reclaman las madres, tal y como lo reconoce Regina Valencia, ellas no están solas. Una comunidad aún más grande y amplia las ha acogido y apoyado a lo largo de estos años. Gran parte de ese apoyo es de organizaciones civiles formadas por víctimas del conflicto que, de alguna u otra forma, relacionan el dolor como uno solo.

Rostros Urbanos fue uno de los primeros grupos en apoyarlas. Esta asociación se ha encargado desde hace ya varios años en dar herramientas formativas en derechos humanos, fortaleciendo a las comunidades a través de la exploración de distintas representaciones artísticas. Además, este 2017 la conmemoración se realizó en el marco de la acción conjunta que realiza el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Programa de Alianzas para la Reconciliación, de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y ACDI/VOCA,

El sol empieza a caer y la tarde es el espacio de encuentro de personas de todas las edades y de todos los géneros. Después de la final de un partido de fútbol en la cancha del barrio, varias mujeres y hombres que hacen parte del colectivo Capilla para la memoria, y Teatro por la vida, rinden un homenaje a las madres entre alabaos y puestas en escena. Los jóvenes toman los micrófonos para cantarle a la vida, a la resistencia y dignidad a través del hip hop.

Leonard Rentería, uno de los líderes que acompaña a la comunidad, cuenta que es en estos escenarios permeados por la violencia donde el fútbol y las expresiones artísticas son una oportunidad para encontrarse. “La comunidad está unida por una emoción conjunta, por un momento de alegría que hace olvidar todo lo que pasó”, afirma. 

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Guerra

El CNMH entrega sus informes a la JEP

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

16 May 2018


El CNMH entrega sus informes a la JEP

Lugar:  JEP Cra. 7 #63-44, Bogotá
Fecha: 17 de mayo de 2018
Hora: 10:00 a.m.


En 2011, el Congreso de la República aprobó la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448) que ubica a las víctimas del conflicto armado en el centro de los esfuerzos emprendidos por el Estado colombiano en el proceso de justicia transicional en curso. Es en el marco de esa ley que se crea el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Hoy, el Centro Nacional de Memoria Histórica quiere hacer entrega de los informes fruto de estos años de trabajo con las víctimas del conflicto armado, para poner su actividad al servicio de la nueva institucionalidad de la Justicia Especial para la Paz, comprometida con una justicia con memoria, y sin olvido como elementos centrales de la transición hacia la reconciliación. El Centro quiere además visibilizar la voz de las víctimas quienes demandan no solo memoria, sino también justicia; una justicia que les permita a ellas y a la sociedad entera comprender por qué ocurrieron los hechos e identificar quiénes fueron los responsables; una justicia que lleve a esos responsables a rendir cuentas y a asumir, sin atenuantes, la responsabilidad moral y material por todo el daño causado; y una justicia vigilante que encamine a esos mismos responsables a comprometerse genuinamente con la reparación de sus víctimas. 

Los aportes

Hace 10 años, el país no conocía las dimensiones de esta guerra, ni sus niveles de degradación. Tampoco reconocía los daños e impactos sobre el tejido social y sobre las comunidades campesinas, indígenas o afrocolombianas. Menos aún admitía las huellas de la violencia dejadas en mujeres, niños y niñas, personas pertenecientes a los sectores LGBT, los adultos mayores, o aún sobre los propios combatientes.

Estos desconocimientos, acompañados en ocasiones de minimizaciones ofensivas, se fueron impugnando gracias al valor de las víctimas, sus organizaciones, y los movimientos sociales que han luchado contra la impunidad y el silencio. El CNMH, ha sumado a ellos sus esfuerzos a fin de contribuir a romper el silencio y la negación, y a concientizar a todos los colombianos sobre la magnitud y complejidad del conflicto armado y la violencia.

En los 80 informes que ahora el CNMH entrega a la Justicia Especial para la Paz (JEP) resuenan las voces de las víctimas y se plasman los esfuerzos de los equipos interdisciplinarios que buscan ofrecer información y análisis de contexto que puedan ser útiles para la realización de la enorme tarea que le espera a la JEP. 

Algunos de estos esfuerzos se han centrado en esclarecer y comprender cada modalidad de violencia ocurrida en el marco del conflicto armado (desaparición forzada; violencia sexual; minas antipersona; tomas y ataques guerrilleros; masacres; secuestros, por mencionar algunos); otros han buscado dar cuenta de las dinámicas de violencia y resistencia en contextos regionales precisos (Medellín, Catatumbo, Montes de María en curso), mientras otros buscan dilucidar las trayectorias de cada uno de los actores armados (FARC, Bloques de las Autodefensas, Grupos Armados Posdesmovilización), o los factores dinamizadores subyacentes al conflicto armado (las luchas y conflictos por la tierra; y las lógicas de estigmatización y persecución política, por ejemplo). Un  conjunto importante se ha centrado en comprender las afectaciones y las lógicas que dinamizan la violencia contra sujetos victimizados específicos (mujeres, personas de sectores LGBT, comunidades campesinas, comunidades étnicas, niños y niñas, corrientes políticas). 

En todos estos esfuerzos de esclarecimiento y construcción de memoria histórica, la voz de las víctimas ha sido central y ha permitido que los informes pongan al descubierto las responsabilidades de todos los actores involucrados directa o indirectamente en el conflicto armado. Son estos testimonios el motor para desentrañar alianzas, actores y condiciones sociales, políticas, económicas y culturales subyacentes a la guerra.

Hoy el Centro, con esta entrega, quiere poner estos resultados al servicio de la paz y de una justicia orientada al esclarecimiento y la reparación integral de las víctimas.

Estas publicaciones y todos los productos que ha elaborado el CNMH son de acceso libre y pueden ser consultados y descargados en la página web: www.centrodememoriahistorica.gov.co También se encuentran en las bibliotecas del país.

Consulta la lista completa de los informes entregados a la Justicia Especial para la PAZ (JEP).

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Archivos confidenciales del Holocausto abiertos al público

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CNMH

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CNMH

Publicado

04 May 2017


Archivos confidenciales del Holocausto abiertos al público

Los documentos secretos de la Comisión de Investigación de Crímenes de Guerra de la ONU (UNWCC, por sus siglas en inglés), codiciados por muchos investigadores y académicos por su extensa información sobre los crímenes de guerra de los nazis, fueron abiertos al público por la Wiener Library. Así lo informó hace unos días el diario británico The Guardian.

En este extenso archivo no solo se revelan los recursos usados por la propia ONU para investigar a los nazis, sino las motivaciones políticas que obstaculizaron los procesos de judicialización y sus insólitos antecedentes.

El anuncio coincide con el lanzamiento del libro de investigación Derechos Humanos después de Hitler: La historia perdida del procesamiento de los crímenes de guerra del Eje, del académico británico Dan Plesch, director del Centre for International Studies and Diplomacy en la Universidad SOAS de Londres.

Según The Guardian, Plesh pudo acceder a la documentación por autorización de la ONU y ha investigado por años el trabajo de la UNWCC. El archivo fue cerrado junto con la UNWCC a finales de los años cuarenta, entrando en la Guerra Fría, pues Alemania Occidental se convirtió en un aliado fundamental.  Así que por décadas fue este el conducto regular para acceder a la documentación: se debía pedir una autorización a través de su propio gobierno, sustentando su solicitud, que a la vez debía estar aprobada por la Secretaría General, trámite que podría durar años y muchas veces terminaba rechazado.

La documentación consta de una extensa lista de presuntos criminales de guerra, expedientes de cargos formulados contra ellos, actas de reuniones, informes, correspondencia, transcripciones de juicios y otros materiales relacionados que datan de poco después de la creación de la ONU en 1942. Además, reportes de aproximadamente 37.000 nombres de testigos e innumerables testimonios del Holocausto, incluyendo el del soldado británico Harry Ogden, capturado en Noruega en 1940 y de nuevo en Polonia en 1944, donde fue llevado al campo de concentración en Auschwitz. Allí fue continuamente interrogado y torturado públicamente por llevar uniforme polaco, siendo ciudadano británico. En 1945 fue acusado de homicidio por la corte militar y condenado a 14 años de prisión en Gaudenz. Luego fue rescatado por tropas rusas.

Sin embargo, gran parte de este archivo está conformado por unos 8.000 documentos aportados por los países invadidos por el Tercer Reich como pruebas para perseguir a los culpables.

La Wiener Library, fundada en 1934 por el doctor Alfred Wiener con el objetivo de monitorear el antisemitismo, trabajó junto al gobierno británico para denunciar la dictadura de Hitler y contribuyó notablemente en el suministro de pruebas para los juicios de Nuremberg. Hoy en día la biblioteca respalda estudios sobre el Holocausto y el genocidio y proporciona ayuda a personas que aún buscan familiares desaparecidos en los campos de concentración junto al International Tracing Service.

Desde el 18 de abril se puede consultar el catálogo online, y a partir del 21, los investigadores podrán acercarse a las instalaciones de la Wiener Library para consultar los documentos completos de manera digital.

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Archivos confidenciales

Balance de contribuciones a la verdad

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CNMH

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CNMH

Publicado

04 May 2017


Balance de contribuciones a la verdad

Como un mecanismo efectivo para lograr el proceso de desmovilización de miembros de grupos al margen de la ley y la construcción de la verdad histórica calificó Álvaro Villarraga, Director de la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del CNMH, este instrumento no judicial de contribución a la verdad y la memoria histórica.

El pronunciamiento fue hecho durante una reunión sostenida con miembros de la Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos, entidad que hace parte del Departamento de Defensa de ese país, junto con funcionarios de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Ministerio de Justicia de Colombia.

De la delegación de la Universidad de Defensa hicieron parte profesores y estudiantes que trabajan con el Servicio Secreto, la Armada, el Ejército, la Fuerza Aérea y el Departamento de Estado.

Álvaro Villarraga presentó el balance del trabajo realizado en los últimos tres años, en el que se han logrado que cerca de 14 mil desmovilizados den sus testimonios como parte de su proceso de desmovilización, y como desde el Centro Nacional de Memoria Histórica se realiza un trabajo investigativo  que aborda el análisis de dichos testimonios para construir la verdad histórica.

En ese sentido, destacó que el trabajo de la DAV ha permitido que el país conozca la realidad sobre el origen, estructura actuaciones e impacto de los grupos paramilitares que operaron en distintas regiones del país.

Por su parte, el Ministerio de Justicia presentó el proceso de implementación de la Ley de Justicia y Paz, la desmovilización de las AUC y los resultados alcanzados a la fecha a través de este mecanismo judicial.

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“Se debe garantizar que no se va a destruir ningún papel”

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

08 May 2017


“Se debe garantizar que no se va a destruir ningún papel”

Antonio González Quintana es un experto en archivística que, desde 1994, se ha especializado en procesos de transición política o superación del conflicto armado. Es archivero de profesión desde 1979 y actual Subdirector General de Archivos, responsable de la ejecución de la política archivística de Madrid.

Ha publicado diversos trabajos sobre los archivos del Movimiento Obrero en España y en los últimos años ha trabajado especialmente en la relación entre archivos y defensa de los derechos humanos, colaborando con diversos proyectos de la UNESCO, Archiveros Sin Fronteras, el Grupo de Derechos Humanos del Consejo Internacional de Archivos, y Swisspeace.

González Quintana estuvo de visita en la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) hablando de la importancia de los archivos de derechos humanos en el proceso de justicia transicional que está viviendo Colombia.

¿Cuál va a ser la importancia de los archivos para la implementación del proceso de paz con las Farc?

Todos los archivos, en general de todas las administraciones, van a jugar un papel esencial en la implementación de los acuerdos, especialmente para la reconciliación y reparación de las víctimas. Tanto los archivos de carácter público, como los de instituciones privadas, que den cuenta de diferentes temas, no solo relacionados con derechos humanos van a ser muy importantes. También, los registros de la propiedad serán fundamentales por ejemplo, en el caso de la restitución de tierras.

La experiencia internacional dice que la reparación a las víctimas requiere de pruebas documentales. Alguien tiene que demostrar su condición de víctima, el alcance del daño sufrido, la motivación política de ese daño o la motivación religiosa, dependiendo de las características de cada régimen y las violaciones a los derechos humanos que se hayan experimentado.

Desde su experiencia internacional, ¿qué medidas recomienda que se tomen en Colombia con los archivos de Derechos Humanos?

Una moratoria, una paralización de los procesos de eliminación de documentos de derechos humanos, por lo menos durante el tiempo que las instancias transicionales existan, podría ser una buena alternativa. En Argentina, por ejemplo, a partir de la anulación de los decretos y leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, que abrieron la puerta a la intervención de la justicia penal, el enjuiciamiento y encarcelamiento de responsables de graves delitos contra los derechos humanos fue posible con la medida de moratoria en la eliminación de documentos.

Las instancias que se están creando en el marco de la implementación de los acuerdos deberían garantizar que no se va a destruir ningún papel, ningún documento electrónico, ningún documento en general. Esto se plantea porque en contextos de necesidades transicionales como en Colombia, algunos archivos tan simples como un documento hospitalario, un registro en una administración de educación, de sanidad o de cualquier tipo, puede tener una gran importancia en la búsqueda de la verdad; verdad que se construye con base a ese rompecabezas de los testimonios que están en los distintos archivos públicos o privados.

¿Cuál sería entonces el siguiente paso para la conservación de archivos en la implementación de los acuerdos?

Es más un conjunto de pasos, pero el primero a seguir sería el de hacer un esfuerzo por conocer mejor el contenido de todos los archivos públicos, y saber qué materiales pueden ser útiles para entidades de justicia transicional como la Comisión de Esclarecimiento,  la Jurisdicción Especial, para la Unidad de búsqueda de personas desaparecidas, o para cualquiera de los entes nuevos. Este trabajo va a requerir una gran cantidad de recursos humanos, de profesionales de los archivos, de personas que hagan ese trabajo de profundizar en los contenidos de los documentos que puedan servir. Es un reto muy difícil.

¿Y para el manejo de los archivos producidos por la Comisión de Esclarecimiento qué recomendaría?

La Comisión del Esclarecimiento hará un acopio de documentos, como ha sucedido en otras experiencias internacionales, de un enorme valor para la historia del país. Muchos de los testimonios que se puedan evacuar en las sesiones que la Comisión  pondrá en marcha, se van a hacer bajo estricta confidencialidad, y habrá que mantener cierto grado de reserva que garantice la protección de las víctimas. También hay que garantizar que esos archivos, una vez que la Comisión termine su actuación, se incluyan en la memoria escrita o visual del país, y sean conservados.  

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Conflicto Armado

El drama de las minas antipersonal

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Autor

Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

09 May 2017


El drama de las minas antipersonal

El pasado 26 de abril más de 250 personas asistieron al lanzamiento del informe “La guerra escondida. Minas Antipersonal y Remanentes Explosivos en Colombia” en la Feria del Libro de Bogotá (Filbo). Este informe se realizó en convenio con la Fundación Prolongar y contó con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer y la Fundación Saldarriaga Concha.

Hay que recordar que desde 1990 y hasta el 31 de marzo de 2017 la DAICMA (Dirección para la Acción Integral Contra Minas Antipersonal) registró un total de 11.481 víctimas de MAP y REG, de las cuales 7.028 son de la Fuerza Pública y 4.453, civiles.

Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), fue el encargado de abrir el evento. Afirmó que el CNMH está comprometido con una mirada integradora del conflicto armado que dé cuenta de la memoria de todas las víctimas. Asimismo, destacó que la victimización por causa de minas no es un accidente, pues es premeditado; la palabra “accidente” es una estrategia de silenciamiento. Las minas, añadió, minan el tejido social y generan zozobra en las regiones.

Hubert Gehring, representante en Colombia de la Fundación Konrad Adenauer, aprovechó el espacio para resaltar que este informe constituye un insumo valioso para acercar a la sociedad a esta problemática a la que no se le ha prestado la atención que merece. También, dijo, esta publicación nos lleva a reflexionar sobre la importancia de tener una capacidad institucional sólida que pueda hacer frente a esta problemática. “Esperamos contribuir a aumentar la conciencia social alrededor de esta problemática en el país, así como a visibilizar y honrar a las víctimas”, dijo.

Lucas Correa, líder de Incidencia de la Fundación Saldarriaga Concha, señaló que tenemos una deuda con los sobrevivientes por nuestra incapacidad de reaccionar ante esta problemática y que una sociedad en paz debe incluir, reparar y brindar oportunidades a las personas en condición de discapacidad. “El reto de nuestra sociedad es impedir que este crimen de guerra siga sucediendo y se reinvente en un futuro”, añadió.

Por su parte, Federico Moreno, de la Dirección de Seguridad Pública y de Infraestructura del Ministerio de Defensa, expresó su admiración por el trabajo de investigación que se realizó para reflexionar sobre las dificultades y el drama que se vive a causa de las minas antipersonal. Así mismo, habló sobre la manera como se atiende a las víctimas de minas antipersonal de la Fuerza Pública y las medidas que se han tomado para brindarles opciones de recuperación y nuevas oportunidades.

Reinel Barbosa, representante de la Red Nacional de Sobrevivientes, afirmó que el tema de este informe es central en el debate nacional y que debe ser liderado también por los sobrevivientes. Hizo énfasis en la absoluta impunidad para los responsables que ha dejado este crimen de guerra, e hizo un llamado para que se atienda, asista y repare a las víctimas. “El país ha sido lento y poco efectivo con la reparación de cada una de las víctimas”, señaló.

En su intervención, María Elisa Pinto, coordinadora y relatora del informe, presentó los principales hallazgos de esta investigación que son el producto de dos años de riguroso trabajo. Dejó a los asistentes nueve mensajes claves: 1) El empleo de MAP no es aleatorio. 2) No toda Colombia está minada. 3) A pesar de que las MAP se instalan bajo una lógica bélica, su efecto es indiscriminado. 4) Las MAP y los Remanentes Explosivos de Guerra (REG) afectan los sentidos de un territorio. 5) Es atentado, no accidente. 6) Las MAP y los REG transforman todas las dimensiones de la corporalidad. 7) Las MAP y los REG producen discapacidades que se agravan por factores sociales. 8) El gran reto: la ruta de atención a víctimas. 9) El cuerpo como lugar de memoria. Para finalizar, María Elisa afirmó: “Esperamos que este informe sea un insumo para la política pública y para hacer nuestro el dolor de las víctimas”.

Posteriormente tuvo lugar un conversatorio en el que participaron: Guillermo Murcia, sobreviviente y líder de la Asociación de Sobrevivientes de Minas Antipersonal de Arauca (ASODIGPAZ); el Sargento Ángel Yesid Trejos Gómez, sobreviviente de la Fuerza Pública; Luz Estela Navas, líder del área de Desarrollo y Sobrevivientes de la Campaña Colombiana Contra Minas; y Erika Garzón, asesora de despacho de la Dirección para la Acción Integral contra Minas Antipersonal.

Allí manifestaron que esta investigación los ayudó a expresar los sentimientos que tenían guardados y que no querían contar a nadie por miedo a no ser entendidos. “Fue una experiencia inolvidable participar en el informe”, afirmaron. Asimismo, señalaron que nunca van a superar el haber sido víctimas de minas antipersonal, pues el atentado los dejó con secuelas de por vida, pero esperan que este libro llegue a todas las personas para que conozcan lo que ellos vivieron y que no quieren que se repita.

Para cerrar el evento, Edgar Bermúdez, sobreviviente de la Policía y cantante profesional, interpretó algunas canciones de su autoría alusivas a la paz.

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“Esta guerra nos ha impedido amar(nos)” en La Victoria

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Rommel Rojas

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Rommel Rojas

Publicado

09 May 2017


“Esta guerra nos ha impedido amar(nos)” en La Victoria

La exposición muestra cómo la guerra ha golpeado a los sectores sociales  LGBT y cómo ellos han resistido al odio y la exclusión. Estará en la biblioteca La Victoria, de la localidad de San Cristóbal, Bogotá.


Ya éramos una sociedad machista y ‘heteronormada’ antes de la guerra. La exclusión a los que viven diferente no es nueva acá. Nos acostumbramos a escuchar frases tipo “prefiero un hijo muerto que marica”. O “tolero a esa gente mientras sean discretos”. O “no llore que parece una niña”. Esa violencia no nació con el conflicto armado. Al contrario: ha sido un agarradero para que los actores armados impongan un control moral sobre las expresiones que se salen de sus márgenes. Ellos, los armados, han ido más lejos: violencia sexual, amenazas, torturas, asesinatos.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) cerró el 2015 con la publicación de “Aniquilar la diferencia”, un informe que a partir de 63 testimonios explicó el pasado y el presente de los sectores sociales LGBT en medio de la guerra. A ese informe lo acompaña una exposición fotográfica itinerante: “Esta guerra nos ha impedido amar(nos)”, que retrata la violencia que han sufrido y la forma como han resistido lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas. Todas las fotografías fueron tomadas por Rommel Rojas.

En la localidad de San Cristóbal, en el suroriente de Bogotá, está la biblioteca pública La Victoria. Allá, como parte de la alianza entre el CNMH y Bibliored, se lanzó el pasado 3 de mayo la exposición “Esta guerra nos ha impedido amar(nos)”. Y allá mismo, el próximo viernes 12 de mayo, se presentará el informe “Aniquilar la diferencia”. En tiempos de marchas contra la “ideología de género”, de debates acerca de los derechos LGBT, de polémicas por cómo enseñar sobre género en los colegios, y la convocatoria del referendo para prohibir la adopción a parejas del mismo sexo, está más viva que nunca la discusión sobre cómo la sociedad está atravesada por los problemas que abordan el libro “Aniquilar la diferencia” y la exposición “Esta guerra nos ha impedido amar(nos)”.

La primera imagen que aparece en el recorrido de la exposición está llena de recortes de titulares de prensa. Son sacados de El Espacio, famoso periódico sensacionalista, y se leen noticias como “Tumba para un travesti” o “Terror entre homosexuales”. En uno de los sumarios se alcanza a leer “Cuatro invertidos fueron asesinados en las últimas horas. Un sicópata que los odia sería la persona que los elimina”. El informe afirma que la violencia contra estas personas, que por momentos la sociedad ha visto y ha ignorado, no ha sido casual. Al contrario, ha tenido un propósito específico: excluirlos de un proyecto de nación.

Durante el trabajo de campo de “Aniquilar la diferencia” se identificaron 106 experiencias de victimización contra las 63 personas que dieron sus testimonios. De ese total, 96 fueron cometidas en razón de su orientación sexual o identidad de género. Las víctimas las clasificaron así: 65% fueron cometidas por paramilitares o sus vestigios, el 19% por guerrillas y el 11% por las Fuerzas Armadas.

En la introducción de “Aniquilar la diferencia” se explica cómo la guerra ha interferido con el amor de todos, no solo con el de la comunidad LGBT: “La guerra ha mermado la posibilidad del amor fraterno, la confianza en el vecino o la vecina, la convivencia armónica con quienes nos rodean. La guerra nos ha polarizado, ha dividido a nuestra sociedad en bandos y hemos aprendido a vivir en una profunda desconfianza en el otro y en la otra –porque no conocemos a qué bando pertenece– porque brindarle nuestra mano puede ponernos en riesgo o porque hace parte de un “otro” que no merece mi apoyo, mi consuelo, mi solidaridad; sencillamente, porque no es como yo”.

“Esta guerra nos ha impedido amar(nos)” no busca volver a hacer énfasis en los testimonios de dolor, en las formas de violencia, en las modalidades de exclusión. “Tras acontecidos los hechos violentos —dice un texto de la exposición— las víctimas de los sectores sociales LGBT han llevado a cabo acciones y construido mecanismos de resistencia, tanto de manera individual como colectiva”. A medida que avanza la exposición empiezan a aparecer, en contrapeso, testimonios de resistencia. Imágenes donde se ven desfiles, sonrisas, dibujos, banderas, pancartas, murales, colores.

Los testimonios exaltan la fuerza de las víctimas. Una mujer lesbiana cuenta que decidió cortarse el pelo y usar hormonas y no le importaría más que la vieran como un hombre. Otra explica que no solo se enamora de mujeres sino que le gusta trabajar con ellas por sus derechos. Un hombre gay cuenta que hicieron un festival artístico y se disfrazaron y tocaron música para abordar el tema sin tener que confrontar directamente a los armados. Un hombre trans llama a que toda la sociedad debería acompañarlos en la lucha por sus derechos en lugar de voltear la cara o rechazarlos.

La exposición, que estará durante todo mayo en la biblioteca La Victoria, pone el foco sobre las formas de resistir, a la vez que invita a preguntarse “¿cuál ha ha sido nuestro papel en las violencias que han experimentado las personas de sectores sociales LGBT en el marco del conflicto armado colombiano?”. Es una invitación a repensar imaginarios y representaciones sobre el género, la sexualidad y su relación con la guerra.

Descargue aquí el informe Aniquilar la Diferencia

 


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Desafíos frente a los Grupos Armados Posdesmovilización

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Autor

Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

09 May 2017


Desafíos frente a los Grupos Armados Posdesmovilización

Aunque en el país ya se estén implementando los acuerdos firmados entre el Gobierno y las FARC, lo cierto es que en muchos territorios del país se están presentado ataques contra la población, principalmente por distintos grupos armados que están haciendo presencia en zonas de incidencia las FARC.

A su vez se ha registrado un incremento de asesinatos a líderes sociales. Tan solo para el 2016, la ONU alertó del asesinato de 127 líderes sociales y defensores de derechos humanos. 

Con el objetivo de evidenciar los resultados de la investigación frente al fenómeno de la transformación de grupos paramilitares, el pasado miércoles 3 de mayo, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, se llevó a cabo el lanzamiento del libro “Grupos Armados Posdesmovilización (2006-2015)” del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).  

Durante el evento, al que asistieron como panelistas Álvaro Villarraga, director de la Dirección de Acuerdos de la Verdad del CNMH, Francisco Gutiérrez, director científico del Observatorio de Tierras, Éric Lair, investigador del Centro de Estudios sobre Conflicto y Paz, y Mauricio Romero, investigador de la Universidad Javeriana, se discutieron varios puntos importantes de esta investigación.

El informe examinó el surgimiento de grupos armados herederos de los acuerdos de Justicia y Paz logrados entre las Autodefensas Unidas de Colombia y el gobierno de Álvaro Uribe Vélez.  Igualmente, su investigación concentra cuatro dimensiones dentro de las cuales radican diferencias en el modus operandi entre los antiguos grupos paramilitares y los Grupos de Armados Posdesmovilización:

Teófilo Vásquez, coordinador y relator del informe, señaló la relación de estos grupos con el Estado, al igual que las alianzas con los grupos que ejercen control territorial en las regiones. Igualmente diferenció el carácter organizativo y la estructura económica, legal e ilegal, que manejan en la actualidad.

En este sentido, Francisco Gutiérrez reconoció que la participación de grupos armados no es aislada al contexto político: “esas modalidades, que bloquean todo tipo de incorporación social de la paz, están relacionadas no solo con unos grupos armados sino con unas élites regionales muy precisas que los crean, financian, que prestan todo tipo de ayuda”, afirmó.

Los datos

Según el informe, la modalidad de violencia letal más utilizada por los paramilitares y los GAPD fueron los asesinatos selectivos. Entre 1975 y 2005 los asesinatos selectivos eran la modalidad más usada en el 56,7% de los casos; entre 2006 y 2015 esta cifra ascendió a 82,23%. En cambio, las masacres disminuyeron de 41,88% entre 1975 y 2005 a 14,57% entre 2006 y 2015.

El desplazamiento forzado es la modalidad de violencia no letal predominante por parte de los paramilitares en toda la serie estudiada. Se mantiene por encima del 90% antes y después de la desmovilización de 2006. Las amenazas, por su parte, aumentaron de 3,5% entre 1975 y 2005 a 6,9% entre 20​06 y 2015.

A pesar del despliegue que ha logrado el gobierno con el fin de desarticular a los Grupos Armados Posdesmovilización, el informe reconoce el carácter no-jerarquizado de estos grupos pues al contrario de sus predecesores estos no se caracterizan por un orden vertical de comando y control.A su vez, el informe admite que los esfuerzos no son en vano y que gracias a esto existe una amplia caracterización de dichos actores violentos. Finalmente,recomienda mirar el problema desde lo macro, es decir, comprender integralmente  los patrones de criminalidad y las diversas formas en que se vinculan estos grupos armados, más allá de la persecución criminal.  

Publicado en Noticias CNMH


Grupos Armados


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Lo que los archivos podrán contar

Noticia

Autor

Juan Camilo Gallego

Fotografía

Isabel Valdés

Publicado

17 May 2018


Lo que los archivos podrán contar

25 líderes sociales y de víctimas del país iniciaron una formación virtual para proteger, conformar e incidir con sus archivos en los mecanismos creados con los Acuerdos de Paz.


El Gobierno de Canadá, el Programa de Justicia Transicional del Pnud y la Dirección de Archivo de DDHH del Centro Nacional de Memoria Histórica se unieron para crear: ‘Formación Virtual en Protección, Conformación, Acceso y Uso Social de Archivos de Derechos Humanos y Memoria Histórica’, un espacio de aprendizaje que responda a las necesidades de las organizaciones sociales y de víctimas para incidir y contribuir a los mecanismos transicionales de los Acuerdos de Paz, como la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Jurisdicción Especial de Paz y la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas.

Para Ana Margoth Guerrero, directora de la Dirección de Archivo de DDHH, este espacio permitirá difundir “a una mayor cantidad de organizaciones el manejo de los archivos y la incidencia que pueden tener en los mecanismos”, y en ese sentido son ellas quienes identificarán la aplicación de la Política Pública de Archivos de Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto armado.

Por eso, para ayudar a responder a la pregunta sobre cómo incidir con los archivos, con los que han registrado las violaciones a los derechos humanos y las infracciones al DIH durante el conflicto armado, se invitaron a 25 representantes de organizaciones sociales y de víctimas de todo el país para que conozcan, durante siete semanas, cómo proteger, conformar, usar sus archivos e incidir con ellos en los mecanismos.

Los líderes se reunieron en Bogotá el 7 y 8 de mayo para conocer las unidades y la metodología de la formación. El 9 de mayo iniciaron la primera unidad –Protección de Archivos de Derechos Humanos y Memoria Histórica-. Cinco organizaciones acompañarán el proceso formativo y cuatro expertos, nacionales e internacionales, serán conferencistas.

Para William Wilches, director del Museo Caquetá y uno de los participantes del curso “significa tener herramientas para hacer el trabajo, para involucrar a la comunidad, para organizar los archivos”.

Con este proceso se empoderarán las organizaciones con la política pública, para que reconozcan la importancia de sus archivos y fortalezcan sus capacidades para participar e incidir desde su legado documental y testimonial.

Publicado en Noticias CNMH


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