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Agenda “Por los retoños del árbol truncado”

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Foto: CNMH

Publicado

25 agosto 2020


Agenda “Por los retoños del árbol truncado”

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia entre 1958 y 2017, han sido afectados 23.086 miembros de la fuerza pública en acciones relacionadas con el conflicto armado en el país. Esta cifra nos invita a considerar no solo los efectos de la violencia en los uniformados, sino el sufrimiento y la incertidumbre que experimentan numerosas familias que se enfrentan a la ausencia, la afectación y el dolor ante lo sucedido con sus familiares.

Asviponalca representa a algunas de estas familias. La asociación se originó el 10 de agosto de 1986 cuando ante la pérdida de sus esposos algunas viudas se comenzaron a acompañar en el proceso de duelo y en los trámites administrativos ante las entidades estatales. Su trabajo se ha forjado para promover colectivamente el conocimiento de las implicaciones que viven las familias de quienes, siendo miembros de las fuerzas armadas estatales, han sido heridos, asesinados, desaparecidos o han fallecido; también es una apuesta por el reconocimiento de los derechos que las familias tienen.

La Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca) con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica realizaron una agenda en la cual la Asociación nos cuenta sobre sus propósitos y desde la voz de las viudas y los hijos de agentes de la fuerza pública conoceremos las reminiscencias sobre los padres, amigos y esposos, así como las situaciones a las que se enfrentaron las viudas y cómo lograron salir adelante.

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“Por los retoños del árbol truncado”: memorias de las familias de la Fuerza Pública

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

Aunque Asviponalca tiene trabajo en distintos municipios, desarrolla labores en el municipio de Popayán. Foto: Julián Moreno para CNMH

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CNMH

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Foto: Julián Moreno para CNMH

Publicado

20 agosto 2020


“Por los retoños del árbol truncado”: memorias de las familias de la Fuerza Pública

La Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca) lanzará, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el producto de su trabajo como iniciativa de memoria. Se trata de una agenda en la cual la Asociación nos cuenta sobre sus propósitos y desde la voz de las viudas y los hijos de agentes de la fuerza pública conoceremos las reminiscencias sobre los padres, amigos y esposos, así como las situaciones a las que se enfrentaron las viudas y cómo lograron salir adelante. 

El lanzamiento será el próximo 25 de agosto y ustedes podrán conectarse a través del facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Acompáñanos y conoce más sobre un grupo de familias que por más de 30 años se ha aferrado a la vida.

De acuerdo con el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica, en Colombia entre 1958 y 2017, han sido afectados 23.086 miembros de la fuerza pública en acciones relacionadas con el conflicto armado en el país. Esta cifra nos invita a considerar no solo los efectos de la violencia en los uniformados, sino el sufrimiento y la incertidumbre que experimentan numerosas familias que se enfrentan a la ausencia, la afectación y el dolor ante lo sucedido con sus familiares. 

Asviponalca representa a algunas de estas familias. La asociación se originó el 10 de agosto de 1986 cuando ante la pérdida de sus esposos algunas viudas se comenzaron a acompañar en el proceso de duelo y en los trámites administrativos ante las entidades estatales. Su trabajo se ha forjado para promover colectivamente el conocimiento de las implicaciones que viven las familias de quienes, siendo miembros de las fuerzas armadas estatales, han sido heridos, asesinados, desaparecidos o han fallecido; también es una apuesta por el reconocimiento de los derechos que las familias tienen. 

“Por los retoños del árbol truncado” es el lema de la asociación, una metáfora que alude a los uniformados como árboles y a sus familias, especialmente a sus hijos, como sus retoños; este lema revela el eje de su trabajo: el bienestar de las familias de la fuerza pública, especialmente de quienes quedaron huérfanos. Atendiendo a ese propósito esta asociación no solo trabaja por quienes han sido afectados por el conflicto armado colombiano, sino por un universo amplio de familias que se enfrentan a la pérdida o lesión de sus esposos, hijos o padres. 

En el proceso de acompañamiento del Centro Nacional de Memoria Histórica que se realizó mediante el apoyo a Iniciativas de Memoria, además del reconocimiento de estos hombres como servidores de la patria, se reivindicaron sus roles en el hogar, su carácter y dimensión humana, que muchas veces están encubiertos por su vinculación con las fuerzas armadas.

Volver al pasado condujo además a reconocer la importancia que tiene Asviponalca para sus asociados, como el apoyo y lazo de amistad que se ha gestado entre ellos les ha permitido seguir adelante con sus vidas. De acuerdo con Nancy Sánchez, participante del proceso, “la cercanía con la asociación ha sido para mí un apoyo importante; he sentido que no soy la única que pasa por eso”. En particular, la asociación ha jugado un papel definitivo en la búsqueda de condiciones de bienestar para las familias, en especial en relación con la salud, educación y vivienda.

‘Unas verdaderas heroínas’

El proceso promovió una comprensión amplia de la memoria, que reviste de relevancia cómo se vive el impacto de la pérdida o lesión, cómo se afrontó ese hecho y las formas que las viudas se inventaron para dar continuidad a la vida en medio de la pérdida y el sufrimiento. Así, no solo se hizo memoria sobre los uniformados como protagonistas de esta historia, sino que cada uno de los participantes del proceso habló de sí mismo, esto abrió el camino para que a través de la memoria reivindicaran su fortaleza, capacidad de gestión y resistencia. 

 “Reconocimos la dificultad, la enfrentamos y la asumimos. (…) No fuimos flojas y prácticamente solas logramos salir adelante ante todos los embates de la vida” cuenta Ana Ruth Lemus, quien enviudó en 1986. 

Asviponalca se ha convertido en una red de apoyo y amistad para sus miembros. Foto:Julián Moreno para CNMH.

Asviponalca se ha convertido en una red de apoyo y amistad para sus miembros. Foto:Julián Moreno para CNMH.

Los hijos reconocieron a sus mamás como heroínas incansables que con paciencia, amor y valentía lograron criarlos y hacer el papel de madre y padre en los hogares. “Mi mamá es una superhéroe. Yo a ella siempre la he visto trabajando y hoy agradezco esa fortaleza que tiene para luchar y trabajar en favor de las víctimas”, agrega Adriana Nievas, hija de un agente de policía fallecido. 

Estas memorias están plasmadas en la agenda “Por los retoños del árbol truncado” que se materializó y será presentada públicamente con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD). Pueden conocer este producto en el evento de lanzamiento que se llevará a cabo el próximo 25 de agosto a partir de las 6pm, en el cual escucharemos a las protagonistas de estas historias y sus experiencias construyendo memoria.

El evento se transmitirá mediante el facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Pueden participar y seguir la campaña de comunicación mediante los hashtags #LaMemoriaReivindica y #TerritoriosyMemorias 

El lanzamiento será el próximo 25 de agosto y ustedes podrán conectarse a través del facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica. Acompáñanos y conoce más sobre un grupo de familias que por más de 30 años se ha aferrado a la vida.

Para mayor información sobre el lanzamiento de la Iniciativa puede contactarse con:

Julieta Castiblanco (Estrategia de Comunicaciones del CNMH): 3168202740

Juan Pablo Esterilla (Estrategia de Comunicaciones del CNMH): 3125730785


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“Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores”: Conchita Ramírez

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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Publicado

19 agosto 2020


“Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores”: Conchita Ramírez

En el Mes del Envejecimiento y la Vejez, promovido por la administración distrital de Bogotá, entrevistaremos semanalmente a líderes y lideresas mayores para escuchar sus experiencias y entender cuáles son sus necesidades y sus propuestas. La primera entrevista fue con el periodista Héctor Tabares y la pueden leer aquí.

 

Hoy hablamos con María Conchita Fernanda Ramírez, una mujer de 75 años que en 2012 ayudó a conformar el Consejo Local de Sabios de Chapinero y desde 2016 coordina el Consejo Distrital de Sabios de la ciudad. En ese espacio —ella dice que, a punta de ser ruidosos, escandalosos y no tragar entero— ha logrado influir en el diseño y veeduría de la política pública de personas mayores en los ámbitos local, distrital y nacional.

 

Desde su trabajo con el Consejo Distrital de Sabios, ¿cuál ha visto que es la situación de las personas mayores en Bogotá?

“Cuando trabajé con el Consejo Local de Sabios de Chapinero, empecé a conocer el gran problema de la población mayor desplazada en Bogotá, que es muy fuerte en los estratos más bajos. Entendí que la persona mayor es una persona sin voz, sin presencia, invisible, muchas veces estorbosa. Y, si lo son las personas que tienen una casa, así sea pequeña o sencilla, ¿cómo lo serán las personas que son desarraigadas de sus tierras, desprendidas de sus hogares y luego desplazadas? Luego la Agencia de Reincorporación y Normalización nos invitó a definir la política pública de las personas mayores reincorporadas, y me encontré con otro panorama dramático”.

 

¿Cuáles son los mayores problemas de las personas mayores desplazadas por la violencia?

“Sus arraigos son mínimos. No es lo mismo que tú seas desplazado y llegues con menos de 40 años: tus posibilidades de volver a hacer un entorno social son muchas. Tienen posibilidad de conseguir un trabajo. Los niños se acomodan en las escuelas. Los jóvenes hacen nuevamente amigos. Las personas mayores no. Es muy difícil reiniciar una vida. Y empezamos a ver, entre los mayores, una población muy fuerte de habitantes de calle o vendedores informales. Muchos también llegan como cabezas de familia a un ambiente que no entienden. La salud empieza a ser un problema para ellos, que estaban acostumbrados a la enfermera o al curandero de su pueblo, o a los viejos remedios que les enseñaron”.

 

¿Y con las personas mayores reincorporadas de grupos armados?

“El drama de la población mayor reincorporada es muy doloroso, porque son personas que estuvieron alejadas de sus hogares por 40 años. No son tantos, porque muchos murieron. Pero los que vuelven, lo hacen absolutamente vacíos. Los desplazados se desplazan en grupo. Pero los reincorporados, cuando vuelven a buscar lo que dejaron, no encuentran reconocimiento, porque muchas familias los culpan de sus desgracias, o quienes los conocían ya no están, o la sociedad los prejuzga”.

 

Nuestro conflicto armado ha tenido una larga duración y las personas mayores han vivido gran parte del mismo. ¿Por qué es importante escuchar sus memorias?

“Todos tienen una historia que contar. Los países se edifican sobre la memoria de las personas mayores. Sin ellas no hay historia. Desde los estratos bajos hasta los altos, desde las etnias, desde la diversidad: ahí está la historia. La cuentan quienes la construyeron. Ese es uno de los grandes desafíos del Centro Nacional de Memoria Histórica: tienen la responsabilidad de obtener de esas fuentes primarias lo que ha pasado en sus territorios. Debería definirse un programa de recuperación de esa memoria, donde se les escuche de manera seria. Sentarse con grupos de viejos dos meses, tres meses, a que cuenten sus experiencias. Nosotros somos quienes tenemos la historia. Puede que no nos guste el presente, o que no alcancemos a vislumbrar el futuro, pero lo que sí tenemos claro es el pasado”.

 

Una de las formas de lograr esa visibilidad es a través de la organización. ¿Qué retos han visto las personas mayores a la hora de organizarse?

“El obstáculo está en la invisibilidad. Uno coge cualquier política pública y ve que tiene un gran énfasis en el apoyo a la niñez, a la juventud, a la mujer, a la población LGBT, pero uno se pregunta: ¿dónde están mencionados los ancianos? Si ni siquiera aparecen en las políticas públicas, es muy difícil que encuentren recursos para organizarse. No los escuchan. O no se esfuerzan por comprenderlos. Entonces hay dificultades, pero también te quiero contar que, si uno va más a fondo, y se adentra en las localidades y busca a los referentes de vejez a través de los consejos de sabios, se van a dar cuenta de que sí existen organizaciones sencillas, elementales, que se reúnen para hacer ejercicio, para jugar, para bailar, y allí están las historias. Hay que sentarse a hablar con ellos y mostrarse humilde frente al conocimiento que pueden entregar”.

 

¿Qué se está haciendo en este momento para garantizar los derechos de las personas mayores?

“Si tú miras la Constitución, hay derechos explícitos para ciertas poblaciones, pero no para los mayores. Sin embargo, hace 15 días el Congreso aprobó la Convención Interamericana de Derechos Humanos de la Persona Mayor, que fue propuesta por la OEA en 2015. Esa convención trae 27 nuevos derechos de la persona mayor. Entonces aquí llegó en 2016 y tuvo que hacer un recorrido por todos los ministerios, porque hay derechos que tienen que ver con trabajo, educación, cultura, desarrollo económico. El año pasado, desde el Consejo de Sabios, invitamos a la Cepal y presionamos al Gobierno, y se presentó por fin el proyecto al Congreso. Este salió aprobado el 28 de julio. Ahora está para la firma del presidente de la República. Esa ley tendrá nivel estatutario. Entonces fíjate cómo hemos dado un salto gigantesco: de no tener nada a tener tanto”.

 

Esa discusión sobre los derechos de los mayores también se ha dado en el marco de la pandemia, donde son la población más vulnerable. ¿Qué hacer para cuidar su salud y garantizar a la vez sus otros derechos?

“No nos digamos mentiras: las personas mayores tenemos que quedarnos en casa. Estamos poniendo la mayoría de los muertos. Pero, como te decía, hay una gran población mayor que vive de las ventas informales o ambulantes, de donde derivan su sustento, su vivienda, su alimentación. Muchos son desplazados y ven por su familia. ¿Cómo le digo yo a esa población, de la cual más del 70 % no tiene pensión, que se quede en la casa? Pues tendría que traerle un mercado semanal, velar por sus medicamentos, que el médico los llame con frecuencia. Si yo no puedo garantizar eso, las personas mayores tienen que salir. Y si los mayores salen, se dispara la muerte. ¿Eso a la sociedad le importa?”


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Pueblos indígenas, víctimas de violencias de larga duración

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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CNMH

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CNMH

Publicado

14 agosto 2020


Pueblos indígenas, víctimas de violencias de larga duración

  • El Centro Nacional de Memoria Histórica contextualiza la situación de violencia contra los pueblos indígenas a propósito de la conmemoración del Día Internacional de los pueblos indígenas.
  • El asesinato selectivo ha sido el principal hecho victimizante contra estas comunidades, con un total de 2300 víctimas entre 1958 y 2019. La afectación del conflicto incluye a 736 líderes y autoridades indígenas.

El pasado 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo (1995 – 2004) para alzar la voz por la preservación de las culturas indígenas del mundo y reconocer la afectación de sus comunidades por fenómenos como la pobreza, la exclusión, el despojo de tierras, la vulneración de sus derechos y la pérdida de sus tradiciones culturales.

Es por esto que el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del CNMH nos entrega las siguientes cifras que nos permiten analizar las formas de violencia contra los pueblos indígenas en el marco del conflicto armado. 

Según los registros del OMC, entre 1958 y 2019 los pueblos indígenas han sido violentados con un total de 5011 víctimas durante el conflicto. El asesinato selectivo es el principal hecho victimizante, con un total de 2300 víctimas durante el periodo registrado. 

El que hace pocas décadas se hayan acuñado conceptos como ‘desplazamiento forzado’, ‘confinamiento’, ‘masacre’, ‘conflicto armado’, no significa que los hechos a que ellos se refieren no se vengan repitiendo de manera interrumpida en nuestras comunidades desde que llegaron los españoles. El conflicto armado no ha reemplazado esas otras violencias históricas, antes bien se ha superpuesto a ellas y las ha reforzado”. Plan de salvaguarda Pueblo Indígena Betoy (2013) pág. 15. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág 113.

La vulneración a la integridad política y organizativa de los pueblos indígenas durante el conflicto armado es uno de los daños más graves evidenciados. Entre las víctimas hay 736 líderes y autoridades indígenas (dirigentes, líderes comunitarios, militantes políticos, autoridades tradicionales, defensores de derechos humanos y concejales).

Asesinar un payé, un jaibana o un the wala, secar una laguna o ubicar en sitios sagrados batallones o campamentos militares desequilibra y desarmoniza el corazón de los pueblos”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 114.

 

Violencia, paz y perpetradores

Durante el conflicto armado reciente (1958-2019) la violencia contra los pueblos indígenas en Colombia se intensificó entre 2000 y 2012. El mayor número de víctimas indígenas se registró en el año 2002 con 314 víctimas, año de la ruptura de los Diálogos de paz en El Caguán e inicio de la política de Seguridad Democrática, momento de auge de la guerra que impactó fuertemente en los territorios, lugares de la confrontación armada.

A partir de 2012 —año en que iniciaron las negociaciones de paz en La Habana— se marca un decrecimiento notable de los hechos de violencia contra la población indígena hasta llegar en 2019 a 16 víctimas. 

La década de los dos mil trajo consigo cambios en el panorama político nacional, a partir de la abierta decisión del gobierno de Andrés Pastrana de abandonar las negociaciones con las FARC en 2002, lo que redundó en la exacerbación de la violencia paramilitar” Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 343.

Los pueblos indígenas han sufrido las acciones violentas de parte de grupos guerrilleros, paramilitares, grupos posdesmovilización, grupos armados no identificados, desconocidos y agentes del Estado. La autonomía territorial de las comunidades indígenas ha sido uno de los factores determinantes en la victimización. Proyectos económicos en territorios sujetos a consulta previa, negocios extractivos legales e ilegales y el narcotráfico han motivado la disputa por el control territorial.

Nosotros venimos sufriendo de una violencia terrible por parte del blanco en su rol de colono, de evangelizador, de terrateniente, de empresario o de actor armado, desde hace mucho tiempo antes de que aparecieran las guerrillas y los paramilitares contemporáneos. Esta historia encarna racismo, sed de riqueza, apropiación de territorios ancestrales, incomprensión a los indígenas, imposición de un modelo de desarrollo donde incomodamos”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 113.

 

El territorio como víctima

Los pueblos indígenas más afectados por el conflicto armado son los habitantes de las regiones Pacífico y Caribe, territorios de expansión de la violencia, de disputa por el control territorial entre grupos paramilitares, guerrillas y fuerzas del Estado en su tarea de ejercer el monopolio de la violencia en el territorio nacional, regiones donde se han desplegado de manera importante los negocios ilícitos del narcotráfico y la explotación minero-energética.

En la comprensión del mundo capitalista la naturaleza es un objeto de producción de riqueza y la expulsión de los pueblos y comunidades que habitan esos lugares se vuelve una acción necesaria para consolidar proyectos económicos y políticos determinados. La existencia indígena se entiende como un obstáculo para la consolidación de esos proyectos o el mal llamado “desarrollo”, no solo por su presencia física en determinados lugares, sino fundamentalmente por la diferente comprensión que tienen de la relación que se establece con el entorno”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 135. 

Los pueblos indígenas de la región Pacífico del país se sitúan como los mayormente afectados, en los departamentos de Cauca, Nariño, Chocó, con un total de 1922 víctimas. La cual también está ligada con el departamento del Putumayo como corredor del conflicto y del narcotráfico hacia el andén Pacífico, región importante de siembra de coca, explotación minera, rutas del narcotráfico y salida de droga hacia su comercialización internacional. 

Los departamentos de La Guajira, Cesar, Córdoba y Antioquia, también protagonizan la mayor cantidad de víctimas de pueblos indígenas (1.427), región de corredor del narcotráfico, explotación minero-energética, petrolera y control paramilitar hacia el caribe colombiano. Ver: Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) Pp. 335.

La violencia contra lo indígena se conecta con la existencia de intereses abiertamente opuestos a la conservación de los órdenes cosmogónicos propios en los territorios”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 115.

La violencia de la guerra y el conflicto armado interrumpen, alteran y administran de forma obligada la vida, no solo la de los pueblos indígenas. (…) Existe una relación vital entre el territorio y los seres que lo habitan, que no está determinada por una superioridad natural de los seres humanos sobre los seres espirituales, sino que tanto los unos como los otros hacen parte de un tejido compartido, en Nasa Yuwe, umnisa, una Red Vital”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 108.

 

 

Los registros del Observatorio Memoria y Conflicto, evidencian que los pueblos indígenas mayormente afectados por el conflicto armado son los habitantes de las regiones del Pacífico  (Paez/Nasa, Embera katío, Embera Chamí, Embera, Awá) y Caribe colombiano (Kankuamo, Wayu, Zenú).

 

Mujeres indígenas víctimas

Según las cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, 795 mujeres indígenas han sido victimizadas en medio del conflicto armado. Desde la colonia hasta nuestros días sobrevive una noción de lo femenino como elemento apropiable por parte de los hombres alzados en armas. 

La violencia del conflicto armado contra la mujer afecta el espíritu de la mujer y altera el ordenamiento ancestral. Configura una violación del todo, del origen y del orden de la vida y no puede comprenderse independientemente de las otras expresiones de la violencia”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) Pág.115.

 


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Pedagogía en la escuela para la comprensión del conflicto armado

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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Publicado

14 agosto 2020


Pedagogía en la escuela para la comprensión del conflicto armado

  • El pasado 14 de agosto la Estrategia de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica llevó  a cabo el conversatorio Pedagogía para la comprensión del conflicto armado en la escuela.
  • Los retos en la enseñanza sobre el conflicto armado en el país, el desarrollo del pensamiento crítico y la formación de la memoria histórica fueron temas para este diálogo con docentes de ciencias sociales.

Docentes de diferentes instituciones educativas del país compartieron  sus experiencias sobre la pedagogía, la memoria y la historia durante el conversatorio Pedagogía para la comprensión del conflicto armado en la escuela. En este espacio, que se transmitió  el 14 de agosto a las 3:00 p.m. a través de nuestro Facebook y página web (centrodememoriahistorica.gov.co/), conversaron de los elementos didácticos que pueden ser útiles para procesos de significación y reparación simbólica en el ámbito escolar y de los desafíos de las prácticas curriculares.

Los profesores Oscar Castro, Carolina Sierra, Arletis Ramírez y Samuel Osorio, docentes de ciencias sociales, dialogaron sobre los retos que tienen en sus clases en el momento de tratar el conflicto armado colombiano.

El aporte de la escuela es de vital importancia para el desarrollo del pensamiento crítico a través de los procesos históricos y sociales, así como la formación de una memoria histórica que contribuya a la reconciliación y la paz. Es así como la enseñanza de la historia y su didáctica tienen retos trascendentales en el universo del conocimiento escolar.

Este conversatorio hace parte del ciclo Diálogos por la pedagogía de la memoria, con el que se busca dar a conocer los procesos educativos y culturales que llevan a cabo docentes, formadores, líderes comunitarios, gestores culturales y educadores de museos, entre otros actores educativos del país, quienes en su día a día trabajan con sus comunidades en procesos pedagógicos con las memorias colectivas.


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Hector Tabares

“Los mayores han mostrado su afán por contar su historia del conflicto”: Héctor Tabares

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

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CNMH

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CNMH

Publicado

11 agosto 2020


“Los mayores han mostrado su afán por contar su historia del conflicto”: Héctor Tabares

En agosto, mes del Envejecimiento y la Vejez, publicaremos una serie de entrevistas con líderes y lideresas mayores para resaltar su papel en la construcción de memoria histórica.

En el Centro Nacional de Memoria Histórica estamos comprometidos con dar visibilidad y apoyar las voces y las iniciativas de las personas mayores. En el mes del Envejecimiento y la Vejez, una conmemoración promovida por la administración distrital de Bogotá, compartiremos con ustedes una serie de entrevistas con líderes y lideresas mayores, en las que señalan los mayores retos de esta población, desmontan imaginarios y hablan de sus apuestas para la construcción de paz.

Empezamos con Héctor Tabares, quien lidera la Corporación Asuntos Mayores y es una de las voces que más insiste en la necesidad de hacer memoria con las personas mayores víctimas del conflicto. En nuestro libro de crónicas Ojalá nos alcance la vida, Héctor escribió: “Para romper en el imaginario colectivo el estereotipo de que ‘la vejez es el acabose’, nos interesaba mostrar cómo nuestra población mayor afrontó los múltiples obstáculos que se les presentaron”. En esta charla habló sobre la necesidad de incluir esas voces en el debate nacional.

 

¿Por qué es importante que la sociedad reflexione sobre el envejecimiento y la vejez?

“Es importante que se piense la vejez y el envejecimiento porque, como la sociedad será cada vez más vieja por el descenso de las causas de mortalidad y la disminución de la natalidad, los años acumulados representan una construcción social y biográfica importante. Son momentos de la etapa humana que, como las anteriores etapas de la vida, tiene necesidades, limitaciones, cambios, pérdidas, capacidades, oportunidades y fortalezas humanas”.

 

¿Qué imaginarios hay que desmontar sobre las personas mayores?

“La vejez no es una etapa de enfermedad o deterioro físico, porque los niños, los jóvenes y los adultos también se enferman. No es una etapa marcada por el deterioro intelectual y sensorial; todas las personas tienen capacidad de aprender a lo largo de toda su vida. No es una etapa de testarudez y rabietas. Hay personas que son así a lo largo de su vida y, con el paso de los años, hay rasgos de personalidad que se mantienen y se refuerzan en la vejez.

No todas las personas envejecen igual. Es un proceso individual marcado por el estilo de vida de cada persona. No es una etapa de aislamiento social. No hay pérdida de la sexualidad: la sexualidad es una condición que permanece toda la vida de los seres humanos y depende de la salud, de los deseos y de la función genital. No es una etapa de improductividad, pues esta depende de los objetivos que uno se haya trazado en la vida”.

 

Desde su experiencia con Asuntos Mayores, ¿cuáles son los retos de abrir espacios para que la sociedad escuche y dialogue con estas voces?

“Mi experiencia desde hace casi diez años con Asuntos Mayores, donde proponemos una mirada a la vejez como una etapa de soluciones y no de problemas, me da herramientas para deducir que solo se abrirán espacios en la sociedad para una escucha y un diálogo con las voces mayores cuando se conozca desde la escuela el papel del anciano a través de la familia, de la sociedad, de la historia: cómo ha cambiado su papel en la familia, en la sociedad y en la historia de la humanidad. Una vez se tenga este conocimiento histórico, aprenderemos a tener una mirada más positiva sobre nuestros mayores en la sociedad y pensar en soluciones constructivas hacia un futuro mejor”.

 

¿Por qué es especialmente importante escuchar las memorias de las personas mayores víctimas del conflicto?

“Es el tema en el que me ocupo ahora. Nuestra Corporación Asuntos Mayores tiene como tarea central sensibilizar al país sobre el impacto del conflicto armado en las personas mayores. El informe ¡Basta ya!, del CNMH, habla de que los adultos mayores han mostrado su afán por contar su historia en el conflicto. Para ellos, los ejercicios de memoria han llegado tarde, muchos ya no están; cuando los estudiosos llegan para escucharlos, los viejos ya no están y sus testimonios se están perdiendo. Nosotros queremos hacer comprender, desde las voces de los viejos y viejas que son decisivos, los procesos de reconstrucción de la memoria histórica para hablar de lo que han sido las sucesivas violencias y generar conciencia para que no se repitan”.

 

¿Qué acciones son necesarias desde el Estado y la sociedad para promover los liderazgos y fortalecer las organizaciones de personas mayores?

“Es necesario que el presidente de los colombianos sancione pronto el proyecto de ley que la Cámara de Representantes aprobó la semana pasada: la adhesión de Colombia a la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, adoptada en Washington el 15 de junio de 2015. Con esa adhesión, los adultos mayores de 60 años asegurarán el goce efectivo de los derechos y libertades fundamentales. De esta manera, las organizaciones que trabajamos por esa población contaremos con un instrumento jurídicamente vinculante que soporte nuestro hacer de divulgar, promover, proteger y asegurar goce y ejercicio de igualdad de los adultos mayores. Y algo importante: hacer seguimiento estricto a las disposiciones o deberes sobre la implementación de políticas públicas en favor de los adultos mayores a cargo del Estado colombiano, que garantizarán sus derechos fundamentales”.

 

¿Cómo garantizar los derechos y apoyar a las personas mayores en medio de esta pandemia, sabiendo que son población especialmente vulnerable?

“La ONU ha dicho que, en el contexto de la discriminación por edad, la pérdida de autonomía, las disparidades en la protección social y la atención médica durante la covid-19, para las personas mayores la crisis está exacerbando las brechas existentes en la protección de los derechos humanos y sociales, así como los desafíos económicos. Entonces, ‘¿qué hacer, güevón?’, como diría mi filósofo de cabecera, Rigoberto Urán. Pues ‘defender ahora los derechos de las personas mayores’, como dijo Rosa Kornfeld-Matte, la experta independiente de la ONU”.


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Una iniciativa para reivindicar memorias en el Cauca

Asviponalca trabaja por las familias de la Fuerza Pública. Foto: Julián Moreno para CNMH.

Asviponalca trabaja por las familias de la Fuerza Pública. Foto: Julián Moreno para CNMH.

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

11 agosto 2020


Una iniciativa para reivindicar memorias en el Cauca

  • La Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca) lanzará, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el producto de su trabajo como iniciativa de memoria. 
  • Se trata de una agenda en la cual los integrantes de la asociación nos cuentan -desde la voz de las viudas y los hijos de agentes de la Fuerza Pública-, las reminiscencias sobre los padres, amigos y esposos, así como las situaciones a las que se han enfrentado.

Durante años, víctimas del conflicto armado colombiano han echado a andar sus propias iniciativas para construir un país en paz. Ejemplo de ello ha sido la Asociación de Viudas de Agentes de la Policía Nacional del Cauca (Asviponalca).

Asviponalca está compuesta por 390 personas de diferentes edades que residen en distintos municipios del Cauca, especialmente en Popayán. Su inicio se remonta a 1986, año en el que de manera paulatina mujeres viudas se fueron juntando para reconocer a sus esposos, exigir justicia y reclamar un compromiso serio de la institucionalidad en relación con el bienestar económico de las familias de uniformados que habían muerto. 

Desde el 2019, la Asociación empezó a trabajar conjuntamente con el Equipo de Apoyo a Iniciativas de Memoria Histórica con el objetivo de desarrollar un producto con el que además pudiesen compartir sus memorias. 

Llevarlo a cabo implicó el desarrollo de una serie de espacios que sirvieron para rememorar cualidades de la personalidad de uniformados que perdieron la vida, para recordar sus roles en lo familiar y para conversar sobre su duelo y la tarea de afrontar los hechos de violencia con la entereza que se requiere para salir adelante.

A través de sus relatos, las mujeres dejan ver los pasos que dieron desde sus procesos individuales para encontrarse como colectivo, consolidando un vínculo que inicialmente estuvo dirigido a exigir sus derechos como viudas y familiares de policías y militares.

FOTO: Ana Ruth hablando de su apuesta por la reconciliación. Foto: Julián Moreno para CNMH

Adicionalmente, en los talleres identificaron sus formas de hacer memoria: los objetos que conservan, las prácticas diarias en las que el ausente vuelve a la mente y al corazón. Se situaron como protagonistas de su experiencia e interpelaron las ideas sobre las mujeres viudas como desvalidas, compartiendo cómo se transformaron y consolidaron su trabajo colectivo. 

Con base en esos encuentros, las mujeres concertaron que querían compartir sus memorias mediante una agenda con relatos sobre la asociación y sobre cada participante del proceso. “Para irle dando forma a la agenda hacíamos jornadas de trabajo todo el día, nos saludábamos, expresábamos cómo nos sentíamos al estar ahí, hacíamos ejercicio de cómo nos habíamos conocido con nuestras parejas y contábamos qué expectativas teníamos”, cuenta Ruth.

En estos talleres, las mujeres han reflexionado sobre la necesidad de ser conscientes de sus emociones y trabajar con ellas. “Queremos sanar ese odio, esa rabia, esa tristeza, estar dispuestas a perdonar, a cambiar esa idea que teníamos de luto, de llorar, y abrir el corazón para decirle al mundo que la muerte, pero sobre toda la vida de nuestros esposos es un aporte a la paz”, añade Lemus.

La memoria fue cómplice de sus afectos y a través de la atenta escucha de las historias de otras se fortalecieron y ratificaron sus vínculos. En este proceso, las hijas e hijos tuvieron la posibilidad de manifestar su admiración por sus mamás y papás. En ellas reconocieron a unas heroínas incansables, de quienes exaltan su paciencia, amor y valentía al asumir el hogar, el trabajo y la crianza solas, cuando sus papás se ausentaron por la violencia vivida. Hacer memoria fue una forma de dignificarlas.

“Yo a mis hijas no les hablaba mucho sobre su papá, sobre todo a la menor, pues en el 86, el año en que murió mi esposo, ella tenía año y medio. Ella no sabía exactamente la historia; sabía que la guerrilla los había matado, pero en una de las sesiones tomé el impulso y ella me dijo: “mamá usted por qué no me había contado, —mamá yo no sabía todo eso—”, cuenta Lemus.

Con la elaboración de la agenda “Por los retoños del árbol truncado” se visibilizan las historias de Asviponalca, unos relatos que, en palabras de las integrantes, “no suelen encontrar eco en la opinión pública”. Las mujeres escogieron que fuera una agenda pensando en que las personas que la reciban la usen diariamente, la lleven a espacios con otras personas y divulguen el mensaje y la memoria de la asociación. El título corresponde a la apuesta de la organización por las familias —los retoños— de los miembros de la Fuerza Pública —el árbol—.  


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Centro Nacional de Memoria Histórica presenta condolencias por el fallecimiento de la Comisionada Ángela Salazar

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

07 agosto 2020


Centro Nacional de Memoria Histórica presenta condolencias por el fallecimiento de la Comisionada Ángela Salazar

El centro Nacional de Memoria Histórica lamenta profundamente el fallecimiento de la Comisionada Ángela Salazar de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición (CEV). Queremos por este medio expresar nuestra solidaridad con su esposo, sus hijos e hijas, seres queridos y compañeros de trabajo.

El fallecimiento de la Comisionada Salazar es una pérdida para nuestro país y para las víctimas en Colombia. Ángela fue una mujer comprometida con la transformación del conflicto armado y con la reivindicación de las voces de las mujeres y de las comunidades afrocolombianas en medio de ciclos de violencia política que han desangrado a una nación que busca y seguirá buscando vivir en paz.

Su legado permanecerá con nosotros y, de este, surge un compromiso de continuar aunando esfuerzos para sanar las profundas heridas que el conflicto armado ha causado en Colombia.

En esta coyuntura actual de salud pública, hemos perdido miles de vidas, por lo cual queremos expresar también nuestra solidaridad. Este es un momento que nos pide unión, unión para sobreponernos como país y superar este desafío. 


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Ángela Salazar, CNMH, condolencias

10 datos clave sobre paramilitarismo

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

El Portal de Datos se constituye en un nuevo aporte al derecho a la verdad de las víctimas y al esclarecimiento del conflicto armado en el país.

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

05 agosto 2020


10 datos clave sobre paramilitarismo

  • El Portal de Datos del Centro Nacional de Memoria Histórica arroja información necesaria y relevante para la comprensión de fenómenos del conflicto armado colombiano.
  • Esta herramienta de visualización de datos geográficos, estadísticos y analíticos sobre conflicto armado, lanzada el pasado 2 de julio, es de libre consulta y en su primera fase presenta información georreferenciada del fenómeno paramilitar en Colombia a partir de las contribuciones de más de 13.800 desmovilizados reintegrados del paramilitarismo.

Con el nuevo portal de datos del Centro Nacional de Memoria Histórica es posible realizar una caracterización sociodemográfica e identificar los lugares de reclutamiento, de nacimiento y de actuación de la población reintegrada del paramilitarismo. La información se deriva de 13.860 entrevistas sistematizadas de las personas desmovilizadas que se presentaron al Mecanismo no judicial de contribución a la verdad

Las posibilidades investigativas que brinda el Portal de Datos son amplias y depende del cruce de variables que realice el visitante. Esta herramienta será útil para periodistas, estudiantes, investigadores, entidades públicas y privadas, y personas del común que quieran profundizar en las cifras del conflicto armado colombiano. Al realizar una consulta general en el Portal nos encontramos con esta información clave para comprender el paramilitarismo en Colombia:

  1. El 58,04 % ingresó a las estructuras paramilitares por motivaciones económicas.
  2. El 74,67 % argumentó que los recursos económicos “no alcanzaban” para sobrevivir.
  3. Los grupos paramilitares estaban conformados por hombres en un 88,63 % y mujeres en un 11,33 %.
  4. La edad de vinculación a los grupos paramilitares fue entre los 16 y los 29 años. 1.601 personas afirmaron que ingresaron siendo menores de edad.
  5. El 71,73 % manifestó no pertenecer a ninguna etnia específica, el 21,69 % se reconoció como población afrodescendiente.
  6. Los desmovilizados mencionaron que se vincularon con actividades de extorsión (13.492 personas), narcotráfico (12.176 personas) y aportes voluntarios de personas influyentes o empresas (8.416 personas) para la financiación de grupos paramilitares.
  7. El 55,08 % indicó que había cursado algún nivel de educación primaria y el 32,12 % algún nivel de educación en bachillerato.
  8. 11.390 personas tuvieron como función principal dentro de la estructura armada un rol militar y 3.380 se identificaron con un rol logístico (alimentación, enfermería y transporte, entre otros.)
  9. 25.081 menciones de los desmovilizados sobre las estructuras paramilitares fueron fundamentales junto con la sistematización de las denominaciones existentes, para la identificación de 39 estructuras paramilitares en el país.
  10. Las estructuras paramilitares operaron en 30 departamentos y en 667 municipios del país.

En 2019 lanzamos el informe Análisis cuantitativo del paramilitarismo en Colombia, donde ponemos en contexto estas y otras cifras. Lo pueden descargar aquí.


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Acuerdos de la Verdad, Conflicto Armado, Paramilitarismo, Portal de Datos CNMH

CNMH y Universidad Distrital firman convenio de cooperación

CNMH y Universidad Distrital firman convenio de cooperación

Los diálogos por la pedagogía de la memoria inician con la comuna 13 de Medellín

Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

04 agosto 2020


CNMH y Universidad Distrital firman convenio de cooperación

  • El Centro Nacional de Memoria Histórica y la institución de educación superior comparten el interés por la comprensión de los fenómenos sociales del país. Su trabajo ha tenido como punto de encuentro el conflicto armado interno.
  • La alianza académica entre ambas instituciones se formalizó durante el conversatorio Historia, memoria y verdad, que se transmitió por el Facebook Live  del CNMH y LAUD Stéreo el pasado 30 de julio.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas suscribieron el pasado 30 de julio un convenio marco de cooperación académica interinstitucional. Ambas instituciones buscan sumar esfuerzos y consolidar estrategias de pedagogía para la apropiación social de la memoria histórica a partir de actividades académicas, publicaciones conjuntas y pasantías, entre otras iniciativas.

La Universidad Distrital Francisco José de Caldas es una institución de educación superior pública del Distrito Capital. Cuenta con cinco facultades (de Artes, Ciencias y Educación, Ingeniería, Medio Ambiente y Recursos Naturales y Tecnológica), 12 sedes distribuidas en la ciudad de Bogotá y un conjunto de institutos enfocados en la investigación y el trabajo académico.

A través del trabajo conjunto con el Instituto para la Pedagogía, la Paz y el Conflicto Urbano de la Universidad Distrital (Ipazud), unidad académica que busca educar y generar iniciativas de proyección social en torno a la paz, la memoria, el conflicto armado y la ciudadanía, el CNMH consolidará proyectos, redes y sinergias con la comunidad académica para la apropiación social de la memoria histórica.

“La alianza con la Universidad Distrital representa el esfuerzo conjunto entre dos instituciones públicas que, si bien tienen misionalidades distintas, comparten el interés de posicionar la comprensión de los fenómenos sociales del país. De manera específica, el Ipazud y el CNMH han trabajado históricamente en torno a una comprensión amplia del conflicto armado interno, por lo que es un punto de convergencia”, destaca Sayra Benítez, asesora de la Dirección General del CNMH con funciones de pedagogía, quien ha liderado la gestión del convenio.

Esta alianza se formalizó durante los Diálogos por la memoria histórica, ciclo de cinco conversatorios virtuales para dar a conocer a la ciudadanía los programas y proyectos que desarrolla el CNMH a través de sus diferentes áreas misionales, que es el primer espacio académico realizado por ambas instituciones.

En el conversatorio Historia, memoria y verdad, que transmitió LAUD Stéreo, el Ipazud y el CNMH por Facebook Live el 30 de julio pasado, a las 8:00 a.m., el director del CNMH, Darío Acevedo Carmona; el rector de la Universidad Distrital, Ricardo García, y el director del Ipazud, Wilson Diaz Gamba hicieron  un balance de la Ley 1448 de 2011 —Ley de Víctimas y Restitución de Tierras— y analizaron el papel de la investigación social en el marco del conflicto armado.


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CNMH, Conflicto Armado Interno, Cooperación, Ipazud, Universidad Distrital

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