Autor: CNMH

Rebeldes del fútbol

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

25 Jun 2015


Rebeldes del fútbol

“¿Qué sabemos del fútbol?, ¿las costosas transacciones económicas de los jugadores?, ¿los hinchas en las tribunas?, ¿La violencia?, ¿El negocio?, tienes razón, eso también es fútbol, pero yo te voy hablar de los verdaderos valores: de hombres. Te voy hablar de mi fútbol, de ese al que jugué, ese al que amo: solidaridad, fraternidad, libertad. Voy hablar de fútbol y de porqué lo necesitamos en este mundo más que nunca, porque ¿sabes?, aun hoy, este mundo podemos cambiarlo”.

Con estas palabras Erick Cantona, exfutbolista francés da apertura a la película Rebeldes del fútbol, una cinta que muestra en cinco historias la trasformación política, económica, social y cultural que lograron cinco hombres alrededor de este deporte en sus diferentes países. Y qué mejor momento que el actual, con Copa América a bordo, para recomendar esta excelente producción audiovisual.

Sócrates en Brasil, no se destacó solo por su zurda, carisma y poderío en la cancha, fue más allá de lo que hacía con la pelota, desde su ideología progresista contribuyó a combatir la dictadura que se formó en Brasil desde 1964 y mediados de los 80. En 1978 llego a Corinthians y fue el ideólogo de una filosofía que hoy perdura en el club, la democracia corinthiana, un cambio radical de normas y costumbres. Combatir la dictadura a través del futbol. “Ganar o perder, pero siempre en democracia”, era su eslogan.

Didier Drogba en Costa de Marfil, logró que el presidente de su país y las fuerzas opositoras dieran fin a sus indiferencias, dando por terminada la guerra civil. “Ser un hombre es mucho más importante que ser un campeón”, se refieren a él en la película. Con más de 200 tantos anotados en toda su carrera, su mejor gol fue luchar por la paz de su pueblo.

En 1958 Rachid Mekhloufi lideró el éxodo de futbolistas argelinos que jugaban en Francia, abandono la gloria por defender sus ideales. Un revolucionario y goleador que peleo por la independencia de su país, siendo fiel a sus orígenes y valores.

Y así también pasa por esta serie de cinco personajes Carlos Caszely quien vivió, sufrió y resistió  la dictadura chilena, actual epicentro de la copa américa, recorriendo y evocando sus días como jugador y preso político en el Estadio Nacional de Chile, lugar de bellos y tenebrosos recuerdos. Un templo del deporte, profanado por la guerra y el odio.

Por último tenemos a Pedrag Pasik, en Sarajevo, que durante la guerra de la antigua Yugoslavia, arriesgo su vida para ver sonreír a su gente, un campeón del futbol que viviendo entre las balas, en una ciudad destrozada, encontró como mayor objetivo, tratar de continuar con vida y ayudar al resto a vivir.

Continuamos con nuestro recomendados de CINE+MEMORIA, un espacio de reflexión a través del séptimo arte.

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Fútbol

En defensa de Carmen Fince Cuadrado

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CNMH

Publicado

26 Jun 2015


En defensa de Carmen Fince Cuadrado

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) rechaza el intento de asesinato contra Carmen Fince Cuadrado, -según versión directa de la comunidad recibida por el CNMH- líder de la organización Wayuumunsurat, Mujeres Tejiendo Paz, de Bahía Portete, y quien recibió de manos del presidente Juan Manuel Santos, en 2013, el informe ¡Basta Ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad.

El pasado 23 de junio (en horas de la noche y frente a la casa de su hija, la abogada y defensora de derechos humanos Telemina Barros) un hombre de contextura joven se bajó de una motocicleta accionando un arma de fuego en contra Carmen. Los disparos los recibió su escolta, designado por la Unidad Nacional de Protección debido a las múltiples amenazas que ha recibido esta mujer. El pasado 18 de abril había manifestado estas intimidaciones. El esquema de seguridad reaccionó y se presentó un cruce de disparos. Uno de los atacantes resultó herido en una pierna y el otro, a bordo de la motocicleta, se fugó del lugar con rumbo desconocido.

Con gran preocupación el CNMH evidenció esta situación, que desde años atrás retratamos en el informe “Bahía Portete”, donde aproximadamente 40 paramilitares entraron a esta región del país, en La Alta Guajira, y con lista en mano torturan y asesinan a por lo menos seis personas, cuatro de ellas mujeres; profanaron el cementerio, saquearon y quemaron varias casas, generando así el desplazamiento forzado de más de 600 indígenas wayuu.

Este caso ilustra un patrón de violencia y tortura sexual contra las mujeres como mecanismo para arrasar y doblegar a miembros de un grupo étnico. Sin embargo, este es sólo un punto de partida para empezar a comprender las variadas formas de vinculación y afectación, desde una perspectiva de género, en el escenario del conflicto armado interno.

Desde hace seis meses la organización Wayuumunsurat y Carmen Fince, junto con la autoridad tradicional indígena Wayuu de Portete, lideran, impulsan y participan de un proceso de retorno a su territorio ancestral, luego de la masacre el 18 de abril de 2004 y el desplazamiento forzado de la comunidad.

Pero este año denunciaron más amenazas contra ellas. “Ahora hay muchas amenazas para que el retorno no se dé, y ya nosotros estamos dentro del territorio y de ahí no nos movemos, porque nosotros somos de ahí”, expreso Carmen en abril en entrevista con el CNMH. 

El CNMH insiste en su deber como precursor de memoria, comprometido con el derecho a la verdad y a la no repetición, y se une al clamor de todos los defensores de derechos humanos que son perseguidos en el país, para continuar gritando todos juntos: ¡Basta ya!

Publicado en Noticias CNMH



Carmen Fince, CNMH, Muerte, Mujeres

Paula Ila, la mirada internacional del CNMH

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CNMH

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CNMH

Publicado

29 Jun 2015


Paula Ila, la mirada internacional del CNMH

La construcción de memoria histórica de un conflicto armado puede parecer un tema bastante local en principio, propio de un país o un territorio. Sin embargo es un trabajo complejo, con muchas aristas y que requiere de diversas miradas, acercamientos y aprendizajes de experiencias internacionales.

Paula Andrea Ila es un buen ejemplo de esto. Esta argentina, de Buenos Aires, que tiene una larga trayectoria trabajando con organizaciones de Derechos Humanos, es asesora de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y tiene fuertes lazos profesionales y personales que la unen con Colombia y la reconstrucción de memoria. Desde los años 90, época en la que se sabía todavía muy poco del conflicto colombiano en otros países, Paula Ila empezó a estudiar  e investigar sobre el tema aún bajo las miradas escépticas de colegas y profesores. Sin embargo persistió en su empeño y hasta el día de hoy trabaja con memoria histórica del conflicto en Colombia, derechos y reparación de las víctimas, además de prestar su asesoría y coordinación en materia de cooperación internacional.

Y justamente por su buena labor y sus aportes es que ha sido seleccionada para recibir el reconocimiento que promueve el Gobierno a través del Departamento Administrativo  para la Prosperidad Social en el  Día Nacional del Servidor Público que se celebra este 30 de junio, con la presencia del presidente Juan Manuel Santos.

“La ética del servicio en lo público, la actitud de servicio, el buen desempeño y el compromiso  contribuyen cada día a la construcción de un mejor país”, así destaca el documento oficial las cualidades por las que un servidor merece dicho reconocimiento y por las que Paula Ila será homenajeada.

¿Qué hace entonces una argentina trabajando por la memoria histórica en Colombia? ¿Cómo es trabajar un tema tan complejo? ¿Cómo aportan los aliados y cooperantes internacionales al proceso de la reconstrucción de la memoria? ¿Qué perspectivas, retos y logros hay en este asunto? Paula Ila responde en esta entrevista especial.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Construcción de la Memoria Histórica

Una gran alianza con la Casa de las Ciencias del Hombre de París

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CNMH

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CNMH

Publicado

29 Jun 2015


Una gran alianza con la Casa de las Ciencias del Hombre de París

Con la presencia del primer ministro de Francia, Manuel Valls, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Fundación francesa Casa de las Ciencias del Hombre (FMSH), firmaron el convenio para crear el Observatorio Internacional de Salida a la Violencia.


En la tarde del pasado jueves, en las instalaciones del Centro de Memoria Paz y Reconciliación del Distrito de Bogotá, donde el primer ministro francés, Manuel Valls, dio un recorrido para observar las diferentes exposiciones que tienen lugar allí, se dio la firma del convenio entre las dos entidades para la creación de dicho observatorio internacional: un programa científico de cooperación e investigación que busca conformar una plataforma de difusión y articulación de memoria histórica de conflictos armados, dictaduras y genocidios en el mundo. 

El director general del CNMH, Gonzalo Sánchez, compartió los objetivos y funciones principales de la entidad al Primer Ministro Francés, quien atento escuchó sobre el proceso de diseño del Museo Nacional de la Memoria, la recopilación y administración de los archivos de la memoria histórica y la difusión de las memorias de las víctimas del conflicto armado. 

Luego de la presentación, Gonzalo Sánchez y Michel Wieviorka, representante legal de la FMSH, dieron lugar a la firma del convenio en presencia del embajador francés en Colombia, Jean-Marc Laforêt; el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro; y Soraya Bayuelo, del Colectivo de Comunicaciones de Montes de María.

El Observatorio Internacional de la Salida a la Violencia busca también ser un referente para organismos públicos y privados en la investigación social de la memoria histórica.

La FMSH cuenta con más de 50 años de apoyo al sector educativo e investigativo público y privado en Francia, y con el CNMH viene desarrollando actividades conjuntas como la presentación, traducción y difusión del informe ‘Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad’ en Francia, tal y como se hizo entre el primero y el 10 de marzo de 2014

Es importante destacar además del Convenio que en la reunión entre Gonzalo Sánchez y el Primer Ministro se presentó el Museo Itinerante de Montes de María que apoyan conjuntamente el CNMH y Francia.

Luego de presenciar la firma del convenio, el primer ministro Manuel Valls escuchó a varias víctimas del conflicto armado colombiano que estuvieron en el lugar, donde admitió que conocer las historias de vida, de dolor y de resistencias de estas personas, le da más razones para apoyar los diálogos de paz como salida al conflicto armado en Colombia. 

 


alianza, CNMH, Francia

3 de julio, entrega de restos exhumados de la fosa común de El Salado

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CNMH

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Jesús Abad Colorado para el CNMH.

Publicado

30 Jun 2015




3 de julio, entrega de restos exhumados de la fosa común de El Salado

La masacre de El Salado es una de las más atroces del conflicto armado de Colombia. Fue perpetrada entre el 16 y el 21 de febrero del 2000 por 450 paramilitares, que apoyados por helicópteros, asesinaron a 60 personas en estado de total indefensión. Tras la masacre se produjo el éxodo de toda la población, convirtiendo a El Salado en un pueblo fantasma. Hasta el día de hoy no han retornado ni la mitad de las más de 7.000 personas que lo habitaban.

Este suceso hace parte de la violencia masiva ocurrida en Colombia entre 1999 y el 2001. En ese período, en la región de los Montes de María, donde está ubicado El Salado, la violencia se materializó en 42 masacres que dejaron 354 víctimas fatales. 

Tras la masacre perpetrada en el corregimiento, los paramilitares no le permitieron a las víctimas recoger los cuerpos de sus familiares y sepultarlos durante los dos días en que estuvieron en el pueblo, así que la descomposición de los cuerpos impidió una velación y un entierro, sumado a las condiciones de miedo que también impidieron que los familiares, amigos y vecinos se despidieran de las víctimas y acompañar a sus allegados de acuerdo a las tradiciones comunitarias.

Este 3 de julio con la entrega de los restos, y la reparación, se busca resarcir este hecho, en el año que se conmemoran 15 años de esta masacre. En El Salado continúan los actos simbólicos para reconstruir el presente y futuro de una comunidad estigmatizada como guerrillera, la cual fue involucrada injustamente en esta absurda guerra colombiana.

De esta manera la Unidad de Víctimas y el Centro Nacional de Memoria Histórica se unen a los familiares de El Salado para acompañarlos en la entrega de los restos exhumados de la fosa común de este corregimiento, como medida de reparación implementada en el marco del Plan de Reparación Colectiva de El Salado. Hecho trascendental ya que las víctimas esperan recibir los restos de sus familiares y darles un entierro digno 15 años después de que hubiesen sido inhumados en una fosa común ubicada en el centro del pueblo. 

Programación

Viernes 3 de julio:
Diligencia judicial de entrega de restos óseos
– 8:30 a.m. Encuentro con los familiares y acompañantes en ITSER para el traslado al cementerio
– 9:00 a.m. Ceremonia Judicial de Entrega De Restos Óseos. Capilla del cementerio en Carmen de Bolívar.
1. Apertura de la diligencia a cargo del Fiscal.
2. Lectura de documentos correspondientes a la entrega de los restos.
3. Palabras del Fiscal
4. Palabras de los familiares
5. Cierre de la diligencia.
6. Inicio del acto litúrgico.
7. Ceremonia de Inhumación.

Sábado 4 de julio:
Rueda de presa con tres representes de los familiares de la masacre de El Salado.
Velación en la iglesia de El Salado a partir de las 7:00 pm

Domingo 5 de julio:
Ceremonia judicial de entrega de restos óseos
LUGAR: Iglesia Católica del corregimiento.
1. Apertura de la diligencia a cargo del Fiscal.
2. Lectura de documentos correspondientes a la entrega de los restos.
3. Palabras del Fiscal
4. Palabras de los familiares (pronunciamiento de la familia frente a la diligencia y/o presentación del familiar)
5. Cierre de la diligencia.
6. Inicio del acto ecuménico (a petición de los familiares se realizará una ceremonia que combine las creencias cristiana y católica.).
7. Ceremonia de Inhumación.

 

El Salado, Exhumación, Fosas Comunes, Masacre

“Por bien o por mal, el proceso de paz se está acabando…”

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Autor

JUAN GOSSAÍN

Fotografía

Oficina del Alto Comisionado para la Paz

Publicado

05 Jul 2015


“Por bien o por mal, el proceso de paz se está acabando…”

  • “Es posible que un día de estos las FARC no nos encuentren en la mesa de La Habana”.
  • De la Calle revela que, antes de firmar un acuerdo de paz,  el Gobierno podría aceptar un cese bilateral del fuego,  “si es serio, definitivo y verificable”.
  • “El proceso está en su peor momento desde que empezamos”.
  • Así sería el sistema para juzgar a los guerrilleros.
  • “El Papa Francisco podría participar en la Comisión de la Verdad”.
  • “La paciencia de los colombianos se está agotando”.  
  • “Tenemos que abrir la mente a la participación política de las FARC sin armas”. 

Ha llegado la hora de hacerle un balance sincero a las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC.

Desde septiembre del 2012, cuando se iniciaron las conversaciones, el país ha ido pasando de la ilusión al desencanto y de la esperanza a la frustración. Se ha vuelto tan grande esa desconfianza que en este momento, según la última encuesta, menos de la mitad de los colombianos respalda una solución negociada del conflicto. En cambio, más de la mitad prefiere una solución militar.

No nos engañemos: en los últimos años ha habido tantos diálogos fallidos, y tantos sueños perdidos, que la gente se ha vuelto desconfiada. La han vuelto, mejor dicho. Es por eso que le propongo al jefe negociador, Humberto de la Calle, que nos sentemos a conversar francamente. Con crudeza, si fuese necesario.

El país está exigiendo que le cuenten la verdad. Yo sé que con De la Calle eso es posible porque lo conozco bien desde que trabajamos juntos en la radio. Es el mismo hombre que hace veinte años renunció sin titubeos a la vice-presidencia de la República, por razones de integridad y de honor.

De la Calle contesta que sí, a pesar de su carácter refractario a las entrevistas, pero me pone una condición: que yo le ceda nuestra charla a todos los periódicos que quieran publicarla, grandes o pequeños, y que se comprometan a hacerlo de manera simultánea, el mismo día, juntos, sin excluir a  nadie.

No tuve que pensarlo mucho: acepté, también de buena gana, porque me parece que es un pequeño ejemplo de desprendimiento, de solidaridad y unión, que los periodistas podemos ofrecerle al país en estos momentos tan cruciales. Al fin y al cabo, ninguna primicia es más importante que la paz de Colombia.

“Esto se está acabando”

–Llevamos casi tres años en estas negociaciones –le pregunto–. ¿Cuánto más van a durar?

–Poco –responde sin vacilar–. No soy capaz de darle un plazo porque esa es la pregunta del millón de dólares, pero sí me parece claro que el proceso está llegando a su fin,  por bien o por mal. Sea porque logremos un acuerdo, ya que estamos trabajando en la recta final de los temas de fondo. O por mal, si, como está ocurriendo, la paciencia de los colombianos se agota. El riesgo es real. Yo sí quiero decirles a las FARC con toda seriedad: “Esto se puede acabar. Algún día es probable que no nos encuentren en la mesa de La Habana”. Realmente lo que está ocurriendo es insoportable para los colombianos.          

–La cruda verdad es que los colombianos no creen en el proceso de paz. Las encuestas acaban de revelar que lo respalda menos de la mitad del país. ¿A qué atribuye usted ese sentimiento?

–Es completamente lógico. Es producto de lo que ha ocurrido en los últimos días. A partir de la muerte de los soldados en el Cauca viene una oleada de destrucción de la infraestructura nacional, con impactos terribles sobre la población civil. Una ciudad como Tumaco, de 160 mil habitantes, se queda 45  días sin acueducto. Todos los caños del suroccidente del país inundados de petróleo con un daño ecológico cuya recuperación tardará décadas. Los campesinos y pescadores del Pacífico no pueden trabajar. Lo que tenemos, en fin, es una oleada que afecta a los ciudadanos.

El peor momento

–La pregunta más elemental que se hace la gente es esta: si las negociaciones van bien, ¿por qué las FARC no dan muestras de buena voluntad?

–Las FARC están equivocadas contra toda lógica y evidencia. El problema de las FARC no es con el Ejército, ni con los derechistas, ni con los que ellos llaman “la oligarquía”. Es con la gente, porque es a la gente a quien están afectando. Es lógico que la gente haya caído al nivel más bajo del escepticismo. Por eso cunde la desesperanza. Y nosotros tenemos que tener la honestidad de decirles a los colombianos que el proceso de paz está en el peor momento desde que iniciamos las conversaciones.

–¿Y usted espera que las FARC cambien de actitud?  

–Yo espero que sí, aunque haya voces internas de las FARC como la de un señor Aldecoa, quien dice que seguirán los atentados. Eso  realmente es una locura. El camino que han escogido las FARC es insostenible para ellos. Yo confío en que seamos capaces de recuperar la serenidad. Este no es momento de retórica sino de las decisiones de fondo. El caucho de las palabras ya no estira más. Nosotros seguimos buscando un acuerdo a través de la esperanza. Las FARC tienen que entender eso. ¿Usted cree que si esto fracasa va a haber otro gobierno que reemprenda conversaciones con ese grupo? A las FARC también se les agota su tiempo militar y su tiempo histórico.

Así sería el sistema de justicia

–¿Por qué está estancado el tema de la justicia que se aplicaría a las FARC?

–Porque ahora no es lo mismo que en las negociaciones que se hacían antes. Ahora existen el Tribunal de Roma y la Corte Interamericana, la legislación interna también ha cambiado, hay fallos de nuestra Corte Constitucional según los cuales no se puede suspender la totalidad de las penas. Pero, además, el país exige justicia sin amnistías generales. Eso no lo vamos a hacer. Y están las víctimas, que merecen justicia. Por eso es el territorio más difícil de la negociación. Las FARC tienen que asumir las responsabilidades de sus actos. El Estado también, naturalmente.

–Explíqueme, en términos elementales, qué es la justicia transicional que ustedes le plantearon a las FARC.

–Lo que hemos dicho en la mesa es lo siguiente: a partir del marco jurídico para la paz, existe la posibilidad de seleccionar, en primer lugar, los hechos más graves, para que sirvan como patrón o referencia: una masacre, secuestros, violencia sexual. Una comisión independiente hace esa selección que le sería entregada a la Fiscalía para que escoja quiénes fueron los que cometieron esos delitos que tienen carácter internacional. Lo que se busca es limitar la acción penal a ese tipo de delitos y a sus máximos responsables. A ellos se les aplicaría la misma pena que dictan las leyes vigentes, pero que   podría reducirse a una pena alternativa que se pague en condiciones de dignidad, sin rejas ni piyamas rayadas. Pero hay que asumir las consecuencias judiciales de los actos, reparar a las víctimas y dar garantías de no repetición. Eso es lo que hemos llamado “justicia transicional” que ya las FARC, en un paso que les reconozco, han dicho que están dispuestos a aceptar un sistema de justicia que tenga esos componentes.                                   

La propuesta de Uribe y la extradición

–Sobre ese tema, el ex presidente Uribe Vélez ha planteado unas “zonas rurales de concentración” para recluir guerrilleros condenados, sin que entreguen sus armas. ¿Usted considera viable esa propuesta?

–Me parece sumamente constructiva. Y creo que el ex presidente Uribe tiene razón. Se puede discutir si es oportuna, pero la idea que uno tiene para acabar el conflicto es que sí es necesario y realista promover esas zonas de concentración, que pueden ser para gente temporalmente armada que se someta a un proceso de dejación de armas, que es una condición esencial para que haya acuerdo y se reincorporen a la vida civil.

–¿El Gobierno puede garantizarles a las FARC que no serán extraditados si un juez de Estados Unidos los pide, por ejemplo, por narcotráfico?

–En Colombia quien finalmente decide sobre extradiciones es el jefe del Estado. Tenemos que crear un marco, derivado del un acuerdo de paz, que les demuestre a los demás países que se trata de un acuerdo serio y respetable, legítimo, para que respeten lo acordado y no entren en controversia con el país. Que, por el contrario, haya un apoyo internacional a una paz duradera en Colombia, y que eso haga innecesarias las extradiciones. Eso es posible lograrlo porque, aunque parezca una paradoja, el proceso ha encontrado más apoyo afuera que aquí adentro. También es verdad que aquí es donde sufrimos las consecuencias.                  

¿Cese bilateral del fuego?

–¿Ese tema de la justicia y las penas es lo que tiene bloqueado el proceso?

–Solo en buena parte. También hay una presión de las FARC para buscar un cese bilateral del fuego. Esa es su prioridad. Nosotros hemos dicho: cese del fuego bilateral y definitivo, pero no solo del fuego sino también de las hostilidades, la extorsión el narcotráfico. Eso sí: en condiciones de seriedad y de verificación. Mi respuesta a las FARC es: si lo que están buscando con estos atentados es un cese del fuego mal hecho –como en el juego infantil llamado “estatua”, en que el otro tiene que quedarse quieto–, no lo vamos a hacer. No habrá cese del fuego estatua. Entre otras cosas porque aquí hay otras fuentes de violencia, distintas a las FARC, y no podemos decirle a la fuerza pública que se esté quieta. Si quieren un cese del fuego, el Gobierno está dispuesto a anticiparlo,  para lo cual son fundamentales las zonas de concentración. Ese es el camino.

–¿Pero, entonces, el Gobierno está dispuesto a aceptar un cese bilateral del fuego antes de firmar el acuerdo de paz?

–Esa pregunta nos lleva a un punto crítico y esencial. Al principio la posición del Gobierno era que el cese  del fuego solo ocurriría con el acuerdo. En ese punto hemos cambiado. Estamos dispuestos a aceptar un cese del fuego, aún antes de la firma de un acuerdo, en la medida en que sea serio, bilateral, definitivo y verificable, siempre y cuando tengamos la garantía de que ellos asumen su responsabilidad en materia judicial y verificación nacional e internacional. Que no conviertan esto en una especie de payasada. Las experiencias del pasado, en esa materia, son pésimas.

Postconflicto y respuesta al Procurador

–¿No es una exageración que el presidente Santos haya ido a Europa a decir, textualmente, que “en Colombia el postconflicto prácticamente ya empezó”? ¿Postconflicto con esto que está pasando?

–Eso quiere decir varias cosas. Primero, que hay zonas de verdadera paz en Colombia. Segundo, y aunque haya gente que no lo cree, todas las cifras de seguridad han mejorado en Colombia. La reducción del homicidio este año es histórica: 443 muertes menos que el año pasado. O sea que estamos en una tasa del 26 por ciento por cada cien mil habitantes, lo cual no es una maravilla, ni este es el paraíso, pero el descenso es dramático. Hay 470 municipios donde no se han presentado homicidios este año. En este momento tenemos la tasa de secuestros más baja de los últimos catorce años, ya que de 3.706 secuestros hemos llegado a 88. No es que yo diga que tenemos que aplaudir, pero la situación es muy distinta. Es a eso a lo que se estaba refiriendo el presidente.                                      

–Hablemos de la Comisión de la Verdad. El procurador Ordóñez ha dicho que fue hecha “a la medida de las FARC” y que, en consecuencia, no será una comisión que trabaje con la verdad de las víctimas sino de los victimarios.

–Si queremos dar el paso a una paz duradera, la verdad es un ingrediente necesario, como la justicia y la reparación. Es con todas las realidades, las macabras acciones de las FARC pero también las de otros agentes, incluso del Estado, hay que reconocerlo. En el mundo de hoy no es posible hacer una paz sin la verdad. Porque el centro de esto, y el ancla, son las víctimas. En 1991 intentamos hacerlo sin que aparecieran las víctimas, y ahora estamos pagando ese error. La gente humilde me agarra del brazo, angustiada, y me dice: “Doctor, ¿qué pasó con mi hijo o con mi padre?”. Y me dicen que, más que reparaciones económicas, lo que quieren es saber la verdad.

El Papa y la verdad

–¿Y cómo se escogerían esos comisionados?

–Primero se crea un grupo de seleccionadores, de los cuales seis serán convenidos por las partes. (Eso es lo que irrita a algunos). Y luego tres seleccionadores más, escogidos por instituciones o personas de reputación internacional, como el Papa o las Naciones Unidas. Estamos hablando de gente de ese tamaño. Entre todos ellos, escogerán a nueve comisionados integérrimos, independientes y honestos que juzguen todas las verdades. Lo que no funciona, precisamente, es que haya verdad oficial. A eso nos oponemos. Comprendo que, mientras en el exterior aplauden ese proyecto, aquí haya personas que creen que eso es una trampa y que no va a funcionar.

–A propósito de víctimas y reparaciones: se han entablado hasta ahora más de 22 mil demandas por despojo de tierras. ¿Usted cree que sí habrá una auténtica restitución?

–Creo que sí. Ya se habla de 22 mil hectáreas que están a punto de ser recuperadas en los Llanos Orientales. Parece una paradoja, pero, hablando con el director del Incoder, me decía que a veces lo que impide la reparación es el propio conflicto. Hay zonas donde no pueden entrar ni los jueces ni nadie. Si hay un final del conflicto, lo primero que se acelera  es la estabilización del campo. Tenemos que restablecer las zonas rurales. El jovencito que mata a alguien en la ciudad, para robarse un celular, puede ser el hijo de un desplazado. Por eso el eslabón de la cadena de violencia comienza allá pero termina afectando a todos los colombianos.

“El estado ya ganó la guerra estratégica”

–Militarmente hablando, ¿en qué situación están las FARC?

–El predominio militar del Estado es indiscutible. En estas encuestas recientes veo que el respaldo a la opción militar vuelve a subir. Eso debería preocupar a las FARC porque no había ocurrido así en los últimos quince años. Pero eso es desconocer que la guerra estratégica ya terminó y que el Estado la ganó. Lo que queda es una resaca táctica que puede durar mucho tiempo y ser muy dolorosa. Ponerle una bomba al oleoducto es muy simple. Eso afecta a los civiles, pero no tiene ningún efecto militar.

–Y, entonces, ¿por qué las FARC siguen en esas?

–Porque, a pesar de esa realidad, las FARC llegan a la mesa casi con la obligación de decir “no hemos sido derrotados”. Las FARC están luchando ahora con su propia identidad como grupo, con su futuro, con la historia,  “cómo nos van a ver dentro de cien años”. Perdieron la guerra, pero  insisten en su condición de rebeldes porque dicen que no pueden echar por la borda cincuenta años de lucha.

Las FARC como partido político

–¿Cómo serían las FARC sin armas?

–Ahí sí, desarmados, que sigan dándole manivela a su ideología. A nosotros no nos asusta eso. Que entren, con garantías, a hacer política en medio del respeto de los colombianos y de ellos hacia los colombianos.

–¿Unas curules para las FARC en el Congreso, sin necesidad de que participen en elecciones?

–Yo sé que los ciudadanos piensan eso. Yo tengo que ser totalmente honesto y decirles, así me lluevan tomates, que en una primera etapa, netamente transitoria, el Estado y el país tienen que abrir la mente a la participación de las FARC como partido político desarmado. Tienen que abrirse dignamente las puertas políticas para las FARC. Más allá de si hay curules o no –porque eso habrá que discutirlo–, creo que los colombianos tenemos que prepararnos para obrar con generosidad en ese momento. Las FARC han sido el elemento más conservador de la vida política colombiana. Cincuenta años de violencia disolvieron prácticamente el movimiento sindical y el estudiantil.

Epílogo

Todavía faltan muchos temas, pero el tiempo es limitado. El espacio de los periódicos también. A la hora de despedirnos siento la tentación de plantearle  algunos temas humanos relacionados con su propia vida. ¿Por qué se metió en este berenjenal de dirigir la mesa de negociaciones?

Me dice que, cuando el presidente Santos se lo propuso  “ni siquiera lo pensé, que es lo que siempre dice la gente: déjeme pensarlo. Esos obligaciones no se piensan. Le dije que sí, y la que quedó perpleja fue mi familia, cuando les conté”.

Le pido que me diga de dónde piensan sacar plata para financiar el postconflicto si el dólar está a 2.600 pesos y el barril de petróleo apenas a 60 dólares. Entonces me contesta con una ironía profunda, los famosos sarcasmos de De la Calle: “Por eso es que las FARC tenían que haber firmado el acuerdo de paz hace dos o tres años, cuando el petróleo estaba a 110 dólares”.

¿Tiene ambiciones políticas para el futuro? ¿Cuál será ese futuro? Hace un gesto de desencanto. “Quedé curado de política hace veinte años, cuando pasó lo que pasó y renuncié a la vice-presidencia. Solo tengo una ambición para el futuro: vivir mis últimos años en paz. Literalmente hablando”.              

 


Acuerdos de Paz, Farc, Proceso de Paz, Víctimas

Medellín tendrá su ¡Basta ya!

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

06 Jul 2015


Medellín tendrá su ¡Basta ya!

LANZAMIENTO del Proyecto Medellín, ¡Basta Ya!, una propuesta para construir un relato de memoria histórica de la ciudad.


Con el inicio de este proyecto de investigación se busca avanzar en la construcción de un informe de memoria histórica de las violencias que ha padecido la ciudad en el marco del conflicto armado colombiano para el periodo 1980 – 2013.

Medellín es la segunda ciudad más grande de Colombia con 2.751.108 habitantes para 2014, según el DANE. Cerca de 375.000 personas aparecen registradas como víctimas en la Unidad Municipal de Atención a Víctimas, entidad adscrita a la Alcaldía de Medellín. Como el resto del país, Medellín ha sufrido por años y, de manera desmesurada, las consecuencias de una violencia de diferentes actores armados por la disputa y el control del territorio, de su población y de los circuitos económicos. 

El informe que resultará de esta iniciativa de la Corporación Región y la Alcaldía de Medellín, apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica y el Ministerio del Interior, busca comprender, desde las narrativas de las víctimas y de la población de la ciudad, lo que pasó, por qué pasó, qué impactos generó y qué respuestas suscitó. Igualmente, el informe se constituye en una herramienta fundamental para contribuir a la reparación, restitución, rehabilitación y las garantías de no repetición. 

Los 18 meses de trabajo tendrán una primera fase durante 2015 y arrojará un primer avance en la recolección y sistematización de la información sobre los fenómenos de victimización y las respuestas y formas de resistencia que la población ha construido ante estas violencias. 

El ¡Basta Ya!, además de contribuir al proceso de memoria y reconciliación, será un reconocimiento a las víctimas de estas violencias, a sus memorias y a sus relatos, y un aporte para avanzar en torno a la garantía de sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación integral y las garantías de no repetición. 

El inicio de esta investigación será presentado el próximo viernes 10 de julio con la participación del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el alcalde de Medellín Aníbal Gaviria; Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Lucía González, directora del Museo Casa de la Memoria de Medellín y Marta Inés Villa, directora de la Corporación Región. 

AGENDA 

  • 2:30 pm – 3:30 pm: Llegada de asistentes y registro
  • 3:30 pm – 4:00 pm: Intervenciones institucionales
    • Alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria
    • Director del Centro Nacional de Memoria Histórica, Gonzalo Sánchez
    •  Ministro de Justicia, Yesid Reyes
    • Ministro del Interior, Juan Fernando Cristo
  • 4:00 pm – 4:30 pm: Conversatorio.
  • Modera: Daniel Botero
    • Lucia González, Museo Casa de la Memoria
    •  Marta Villa, Corporación Región
    • Ligia Vásquez, Representante mesa de víctimas
    • Laura Gil, Ministerio del Interior
  • 4:30 pm: Cierre del evento.
Medellín: 10 de julio a las 3:00 p.m. en el auditorio del Museo Casa de la Memoria
(Cl. 51 # 36 – 66).

ENTRADA LIBRE previa inscripción.

 


Basta Ya, Medellín

La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Noticia

Autor

Carlos Prieto.-
Carmen de Bolívar

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Jul 2015


La voz de las víctimas de las minas antipersonal

Familiares de víctimas y sobrevivientes de explosiones de minas antipersonal, al igual que víctimas militares y de grupos armados tendrán voz en el nuevo informe que el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Fundación Prolongar adelantan sobre el tema de minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra en Colombia.

Carlos no era combatiente, no hacía parte de ningún grupo armado, sin embargo el 25 de febrero del 2006 se convirtió en víctima en un conflicto que no eligió. Como lo hacía regularmente, en la mañana de ese sábado salió a esperar el campero que lo llevaría desde la sierra de Venado hacia el Carmen de Bolívar para comprar víveres. Estaba con su hermano -quien minutos después sería fundamental para que Carlos pudiera contar su historia- y en esos pocos pasos que daba para llegar a la carretera pisó una mina antipersonal. Una fuerte explosión se escuchó primero, luego una nube de polvo, tierras y hojas lo rodeo. Perdió una pierna de manera instantánea y la otra quedó gravemente lesionada. “Con la ayuda de Dios mi hermano me hizo un torniquete con la camisa y logró parar la fuerte hemorragia” recuerda Carlos. Tal vez Dios, tal vez el destino, tal vez el azar, tal vez todo conspiró a su favor y el campero que esperaba pasó a los pocos minutos de la explosión.  Fue trasladado a un punto militar cercano y de allí fue llevado en helicóptero hasta el Carmen de Bolívar.

Sin embargo, ante la gravedad de las heridas fue trasladado nuevamente a Cartagena y en la capital de Bolívar fue atendido en el hospital de Boca Grande. Luego de 42 días de tratamiento, Carlos logró sobrevivir a una mina antipersonal.

Nueve años después de ese día que le cambió la vida, Carlos llegó caminando al encuentro que se realizó el pasado 4 de julio en el Carmen de Bolívar con 40 familiares de víctimas, sobrevivientes, líderes sociales y de organizaciones de víctimas de la región de los Montes de María para hablar de una problemática que, según los últimos datos del Registro Único de Víctimas, en Colombia ha dejado 13.000 víctimas.

Carlos pudo contar su historia, sus momentos difíciles y su recuperación. Otros, lamentablemente, recordaron a sus esposos, hermanos, hijos y familiares que perdieron la vida al pisar una mina antipersonal. Todos, sin embargo, aportaron su experiencia, dudas y comentarios acerca de las minas antipersonal, testimonios que harán parte del trabajo de campo para nutrir el informe nacional sobre minas antipersonal y remanentes explosivos de guerra que adelanta el CNMH.

“Este encuentro nos permitió identificar algunas personas para tener reuniones y entrevistas durante todo el 2015, año en que se continuará en este trabajo de campo con talleres de memoria, entrevistas, grupos focales y revisión documental, pues esta investigación sobre minas antipersonal tendrá una mirada tanto cuantitativa como cualitativa” expresa Nayibe Sánchez, encargada de Enfoques Diferenciales de Discapacidad del CNMH.

La investigación, que se adelanta de la mano de la Fundación Prolongar, tendrá en cuenta las voces de civiles, militares y miembros de grupos armados que también fueron víctimas de una mina antipersonal. Además, el informe se elaborará con un enfoque diferencial de género y etnia en regiones gravemente afectadas por este material explosivo como lo son Antioquia, Meta, Cauca, Norte de Santander, Nariño y los Montes de María.

Y es que en Colombia, según el documento de la política nacional de acción integral contra minas antipersonal, munición sin explotar y artefactos explosivos improvisados, el 63% de los municipios del país tiene algún tipo de contaminación con material explosivo y en el 43% de los municipios se ha registrado algunas víctimas. A pesar de estas cifras y de que Colombia ocupa el segundo lugar en el mundo en número de víctimas de minas antipersonal, hasta el momento la problemática no había sido estudiada desde la perspectiva de memoria.

“El universo de víctimas de minas antipersonal es poco visibilizado frente a otros hechos victimizantes y a pesar de los miles de casos, este hecho en específico no se había trabajado desde la memoria histórica. Estos encuentros nos han permitido tener un intercambio con todas las víctimas, combatientes o no, y todo el equipo investigador ha conocido más del tema de las voces de los mismos afectados, de su enfoque de memoria y las medidas de satisfacción que piden”.

Con la entrega de una planta, como elemento simbólico de sembrar vida y quitarle un lugar a una nueva mina antipersonal, terminó este encuentro de memoria histórica en el Carmen de Bolívar. En Colombia, según Acción Contra Minas se han registrado, desde 1990, 11.140 víctimas de minas antipersonal, de ellas 6.870 son víctimas de la Fuerza Pública y 4.270 son víctimas civiles.

 


Minas Antipersonales, Que escuchen mi voz, Víctimas

Los veinte años de resistencia de Afavit

Noticia

Autor

Viviana Pineda.

Fotografía

María Paula Durán para el CNMH.

Publicado

08 Jul 2015


Los veinte años de resistencia de Afavit

Empezaron de la mano del padre Javier Giraldo, con reuniones y en medio de una masacre que no ha parado, sin embargo, hoy Afavit es la suma de muchos esfuerzos, de muchas voluntades que se unieron en un grito de ‘nunca más’.  


Veinte años después de que Afavit obtuviera su personería jurídica como la Asociación de familiares de víctimas de los hechos violentos de Trujillo [Ver informe de investigación: Trujillo, una tragedia que no cesa], Valle del Cauca, no hay una versión unificada de cómo comenzaron. Según unos, iniciaron en una reunión en el municipio de Buga, tratando de encontrar un espacio lejos de los violentos que rondaban al pueblo. Acorde con otros, empezaron en el salón parroquial a la vista de los victimarios, que para ese momento no habían sido identificados y se camuflaban en la vida cotidiana de la población. Otras versiones dicen que comenzaron en reuniones clandestinas en diferentes casas para no ser identificados.

Sin embargo, todas las versiones empiezan con un nombre: el del padre Javier Giraldo. En 1990, el sacerdote jesuita lideraba la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, en ese entonces una naciente entidad defensora de los derechos humanos conformada por creyentes de diferentes confesiones religiosas cristianas.   

Giraldo llegó a esta población del Norte del Valle del Cauca luego de enterarse del macabro asesinato de quien fuera por cinco años el párroco de Trujillo, Tiberio Fernández Mafla. “Yo lo había conocido, vivimos en el mismo sitio cuando estudiábamos teología en Bogotá, también lo conocía del Instituto Mayor Campesino o Universidad Campesina, dónde era un destacado líder. Yo estuve en su ordenación, que fue en Tuluá”, recuerda Giraldo.

Sin muchas pistas de dónde encontrar información, el sacerdote llegó a pocos días del crimen a la iglesia del pueblo, donde halló a Doris Osorio, la secretaria del padre Tiberio y quien se convertiría en su aliada incondicional. Era ella quien recibía a los trujillenses que llegaban a pedir ayuda cuando se les desaparecía un familiar, era ella quien sabía de los cuerpos mutilados que habían empezado a aparecer y que el padre Diego Villegas (auxiliar de Tiberio) recogía Cauca abajo con la Defensa Civil, era ella la que conocía de la cacería de brujas en contra de los líderes que habían organizado una marcha desde las veredas para exigir que les arreglaran las carreteras.

Doris conocía a las víctimas de la masacre de Trujillo. Hospedó al padre Giraldo en su casa y lo ayudó a contactar, uno a uno, a los familiares para que dieran sus testimonios y se pudiera denunciar formalmente todo lo que estaba pasando. “Los padres Tiberio y Diego ya habían recogido alguna información, yo junté todo y lo llevé a la Procuraduría y a la Dirección Nacional de instrucción criminal (en ese entonces no existía la Fiscalía). Sin embargo, los culpables fueron absueltos rápidamente.”, afirma el padre Giraldo.

Todo esto, lo hacía bajo unos riesgos enormes, “Una vez por media hora no me cogieron los paramilitares. Esa noche balearon a un muchacho que me había ayudado a contactar a las familias”, recuerda 25 años después.

El nacimiento de Afavit

Pero pese al inminente peligro, las gestiones del padre Giraldo permitieron que las víctimas se conocieran entre ellas y tomaran consciencia de la necesidad de trabajar juntas. “El padre empezó a venir con Asfaddes (Asociación de familiares de detenidos desaparecidos) y a hablarnos de la importancia de que nos organizáramos y así lo hicimos, especialmente cuando salió el concepto de la Comisión Interamericana, para lo que necesitábamos ser una sola fuerza para dialogar con el Estado”, recuerda Esmeralda Marín, quién fue una de la primeras presidentas de Afavit y quien perdió al padre de sus hijos en la masacre.

Y es que después del fracaso en la justicia nacional, el padre Giraldo junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (en cabeza del abogado Eduardo Carreño) llevó el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde se logró una solución amistosa con el Estado Colombiano en 1995 (en ese año Afavit se formalizó con una personería jurídica).

“Para que el Colectivo de abogados pudiera representar a las víctimas se necesitan unos poderes. Yo los hacía a escondidas en la casa cural. Allá nos daban las dos y tres de la mañana, mientras mi hija se quedaba dormida en una banca de la iglesia esperándome”, recuerda Doris Osorio.

El acuerdo con el Estado colombiano contempló varias medidas de reparación a las víctimas, muchas de las cuáles no se cumplieron por actos de corrupción estatal que todavía hoy están bajo investigación. Entre estas se ordenó la construcción de un monumento, y entre las primeras decisiones que tomó Afavit, fue que éste, más que un monumento fuera un parque.

Entre todos buscaron el terreno más propicio para la estructura, hasta que una señal les mostró cuál debería ser el sitio elegido. “Nos encontramos con este par de guamos que crecían abrazados y los vimos como un símbolo del abrazo fraterno que necesitaba Trujillo”, recordó el padre Giraldo en la peregrinación del pasado 13 de junio. Estos dos árboles que se abrazan serían incorporados en el logo de Afavit.

Hoy el Parque monumento de Trujillo, diseñado por el arquitecto Santiago Camargo, es un referente de memoria para el país, y cada espacio ha sido dotado de significado a lo largo de los años.

Allí se reúne el grupo infantil Jimmy García Peña (llamado así en honor a un niño de 18 meses decapitado junto a su familia) en el salón ‘Hermanos Mayorga’, que tiene ese nombre para recordar a los siete hermanos de una misma familia que fueron asesinados. El parque alberga la exposición ‘Madres del silencio’ del artista Juan David Galves, así como el registro del performance ‘Magdalenas por el Cauca’ de Rodrigo Grajales. La artista Adriana Lalinde esculpió los osarios de las víctimas de la masacre y el kurdo Hoshyar Rashee construyó el ‘Muro de la sombra del amor’. El parque también cuenta con el jardín de Alba Mery Chilito, quien fuera una de las matriarcas de Afavit y que fue asesinada en 2013 en extrañas circunstancias.

Los acompañantes

Pero con la creación de Afavit empezaron las amenazas y no han parado desde entonces, como lo cuenta Esmeralda Marín. “Yo quedé como presidenta luego de que la persona que tenía el cargo tuviera que salir del país por amenazas. A mí también me intimidaban y me tuvieron que poner escolta. Me ofrecieron irme exiliada pero yo no quise dejar a mi familia”, dice.

En ese contexto llegaron Carlos Ulloa, Stela, su esposa y su hijo Jerónimo, alrededor del año 1996, bajo la figura de ‘acompañantes’, enviados por la comisión Intereclesial de Justicia y Paz. Andaban en un Jeep destartalado modelo 54 visitando a las víctimas por todo el municipio, les dictaban clases de Tai chi y de meditación, hacían talleres de mimos, de pintura y teatro.

“Lo que pasó aquí fue muy un golpe muy duro. Se cortaron muchas puntas en el tejido social. Mataron al que jugaba mejor fútbol, al serenatero, al sombrerero, al que recogía la leche… despuntaron a toda la sociedad por todo lado”, recuerda Ulloa, y agrega, “cuando llegamos la gente no podía decir ni siquiera que eran familiares de víctimas. Vinimos a prestar este instrumento para que nos lo llenaran de lágrimas y mocos”, dice mientras se señala el hombro.

Sin embargo, solo pudieron estar allí menos de dos años porque también fueron amenazados. Fueron reemplazados por otras personas que también llegaron a poner su granito de arena como la hermana Maritze Trigos y Teresita Cano, que hasta hoy han estado acompañando el proceso de Afavit. Ellas y las nuevas directivas de la organización han continuado con el trabajo de memoria y resistencia que emprendió el padre Giraldo hace 25 años.

La cadena de esfuerzos y voluntades en esta tarea no se detiene y el futuro de esta organización pareciera estar en manos del grupo de niños y jóvenes que han empezado a vincularse al proceso y que deberán sumarse a ese grupo de sacerdotes, abogados, arquitectos, artistas, religiosas, amas de casa, campesinas y secretarias que arriesgaron su vida para que la verdad de Trujillo saliera a flote, y para que Afavit hoy sea un ejemplo nacional e internacionalmente. 

 

Publicado en Noticias CNMH



Resistencia, Trujillo, Víctimas

The Search

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

09 Jul 2015


The Search

El cine ha transitado por numerosos lugares, su recorrido casi siempre deja en evidencia muchos de los espacios en común que comparten los efectos devastadores de la guerra. The Search, el film recomendado de esta semana en Cine+Memoria, del Director Hazanavicius conocido por The Artist, ocupa esos lugares retratando la II Guerra de Chechenia desde el desplazamiento, la intolerancia religiosa, el adoctrinamiento militar  y la voz silenciosa del otro.

Cuatro impactos comunes de la guerra, que en el lente de Hazanavicius, se entrelazan y se transforman en un relato humano generacional, con alto contenido político y que incita a la reflexión sobre la importancia de no perpetuar los modelos imperceptibles de producción de fuerzas de guerra.

Sin embargo, no solo estas fuerzas sobresalen en The Search, también lo hace -y de forma excepcional- el retrato sobre la grandeza humana en acciones de resistencia, compasión, fraternidad y lucha por hacer visible lo que otros solo conciben como parte colateral de una historia de violencia.

Por estas razones hoy recomendamos The Search, film francés que explora el poder del lenguaje cinematográfico como vehículo de memoria y reivindicaciones que nos deja entrever la importancia de la presencia de organizaciones de investigación autónomas en los territorios en disputa, como medida de garantía para el conocimiento de las consecuencias de la guerra.

– ¿Estamos creando futuros combatientes?
– No lo sé
– Cada uno tiene la capacidad de formar su propio destino
 Aparte de diálogo. The Search.

 

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Guerra, Víctimas

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