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La memoria envuelve la justicia

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Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

04 Dic 2016


La memoria envuelve la justicia

20 representantes de víctimas serán homenajeados el 6 de diciembre por su trabajo en la defensa de los derechos humanos y la construcción de memoria. Además participarán en el acto simbólico ¨La memoria envuelve a la justicia¨, un tejido al Palacio de Justicia, el 4 de diciembre a las 2:00 p.m. 


En el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos que se celebra cada año el 10 de diciembre, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) quiere conmemorar esta fecha resaltando y homenajeando a las víctimas del conflicto armado y sus organizaciones, quienes trabajan por la defensa de los derechos humanos, la construcción de la memoria histórica y por la no repetición de hechos violentos. 

La participación de las víctimas es uno de los pilares del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), ya que la construcción de la memoria tiene como reto fundamental aportar una narrativa integradora e incluyente sobre el conflicto armado interno, que reconozca los hechos y los daños, reclame responsabilidades, dignifique a las víctimas, reivindique su resistencia y propicie el debate público sobre los factores que han contribuido a la prolongación de la guerra. 

Es así que la ¨Agenda Conmemorativa del CNMH¨ —que busca visibilizar casos y hechos alusivos a violaciones de derechos humanos, así como los hitos importantes en la construcción de la paz y la reconciliación en el marco del conflicto armado— tiene como apuesta el acompañamiento a las víctimas en sus territorios para la elaboración de acciones conmemorativas que aportan al encuentro y el reconocimiento desde la memoria para rechazar el olvido.

A lo largo de 2016 el CNMH acompañó desde este proyecto a 20 conmemoraciones en 9 departamentos del país: como la de los desaparecidos forzadamente de la Vereda La Esperanza (Antioquia) que ocurrieron entre 1991 y 1998; la conmemoración de la masacre de Las Brisas ocurrida en 2000 en María La Baja (Bolívar), el homenaje a las victimas de la masacre de Bojayá, la conmemoración de las víctimas del paramilitarismo en el Valle del Cauca, entre otros actos en este 2016.

Es así que el CNMH, en cabeza de su director Gonzalo Sánchez, quiere homenajear y hacer un reconocimiento a estas organizaciones y líderes que con sus iniciativas desde las regiones contribuyen a la construcción de la memoria y la paz, y que trabajan por la defensa de los derechos humanos como un compromiso con sus comunidades y el país. Estos 20 representantes de víctimas que estarán en Bogotá para este encuentro y posterior homenaje, también contribuirán en la evaluación y proyección de la ¨Agenda Conmemorativa del CNMH¨ para dar sus recomendaciones para 2017. Este encuentro y homenaje se realizará el próximo martes 6 de diciembre de 2016

 

Dentro de esta conmemoración del Día Internacional de Derechos Humanos, también se realizará el acto simbólico ¨La memoria envuelve a la justicia¨ que tendrá lugar en el Palacio de Justicia de Bogotá, el domingo 4 de diciembre a las 2 p.m. Esta iniciativa es impulsada por el ¨Costurero de la Memoria, kilómetros de vida¨ de Bogotá, la Asociación Minga, la Corporación Fasol (Familiares de víctimas de la rama judicial), la Red Nacional de Tejedoras por la Memoria y por la Vida, los Familiares del Palacio de Justicia y el Proyecto el Costurero Viajero, quienes harán una instalación en el espacio publico con cientos de tejidos, colchas de retazos y telas intervenidas, que se ensamblan unas a otras hasta rodear completamente la parte externa del edificio del Palacio de Justicia.

Esta actividad se realiza en momentos en que los líderes de víctimas y sectores sociales vienen siendo amenazados, perseguidos, y algunos de ellos asesinados. Por esta situación también el CNMH reconoce su labor y alienta a las autoridades a proteger y garantizar su movilización y más cuando se está dando en todas las regiones del país la dejación de armas de las FARC. 

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Memoria

Denuncian asesinato de 94 líderes sociales en 2016

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Autor

Carolina Moreno

Fotografía

Carolina Moreno

Publicado

15 Dic 2016


Denuncian asesinato de 94 líderes sociales en 2016

Las organizaciones sociales insisten en la sistematicidad de los asesinatos y ataques a los líderes sociales y de derechos humanos.


En la frontera putumayense entre Colombia y Ecuador, en lo que los pobladores de la región conocen como el Corredor Puerto Vega Teteye, se encuentra la vereda Buenos Aires. Allí vivía Guillermo Veldaño. La mañana del lunes 12 de diciembre, dos hombres en moto llegaron a su casa, preguntándolo. Un vecino les dijo que estaba trabajando, así que se sentaron a esperar. Al medio día, como otros trabajadores colombianos, Guillermo Veldaño se fue a su casa a almorzar. Cuando llegó, los dos hombres le dispararon acabándole la vida. 

Guillermo pasaba los 40 años. Era un trabajador, un obrero de oficios varios en una empresa encargada del tratamiento de agua, y el control sobre las condiciones de explotación minero energética en el Putumayo. Era presidente de la Junta de Acción Comunal de Buenos Aires, y como muchos de los campesinos del sector, hacía parte del Sindicato de Trabajadores Campesinos del Cordón Fronterizo del Putumayo -SINTCACFROMAYO-, organización filial de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria -FENSUAGRO- y por esta vía, de la Marcha Patriótica.

Con Guillermo ya son 94 los líderes sociales asesinados en el 2016, según un informe presentado por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ). A esta información se suman, entre enero y junio, 232 amenazas, 21 atentados, y 314 agresiones sexuales, dice el Programa Somos Defensores. En la primera semana de diciembre, durante la audiencia pública “Crímenes contra la paz” realizada en el Congreso de la República, organizaciones sociales aseguraron que “los ataques contra líderes sociales son una muestra de reorganización paramilitar en 27 de los 32 departamentos del país”, mientras le exigieron a la Fiscalía General de la Nación “una respuesta contundente, en materia de investigación, que envíe un mensaje a los responsables de estos crímenes de cero tolerancia”.  

Sin embargo, la Fiscalía aseguró que hasta el momento “no se advierte ningún grado de sistematicidad que nos permita establecer certeramente hasta hoy, que hay una mano negra invisible que está afectando a los líderes de derechos humanos” sino que existe una “multicausalidad” en los crímenes. Esta posición fue rechada por los voceros de las organizaciones asistentes, incluida Diana Sánchez, del Programa Somos Defensores, quien aseguró “que en el pasado nunca ha investigado los crímenes contra defensores de derechos humanos, y hoy (se) hace afirmaciones dejando de lado el contexto político”.

En lo que parecen coincidir la Fiscalía y las organizaciones sociales denunciantes, es en el vacío de control que se está generando en los territorios en los que se han presentado los hechos, espacios en los que previamente las FARC ejercían control territorial, y que han perdido en la medida en la que se dirigen a las zonas de concentración para la dejación de armas. 

Diversos informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) han evidenciado cómo las diferentes modalidades de violencia que se han vivido en los últimos años en Colombia, no buscan afectar únicamente a la víctima directa de la agresión, sino reconfigurar el espacio social y territorial en el que ella se encuentra. De esta manera, los panfletos, las desapariciones, la violencia sexual, y por supuesto, los asesinatos, según las organizaciones sociales, podrían ser la expresión criminal de una nueva oleada para presionar por una reorganización territorial, ante la no-presencia de las Farc en los territorios.

En un departamento como Putumayo la disputa de los diferentes actores armados por los recursos naturales ha sido una constante: 10 de sus 13 municipios cuentan con cultivos de coca, particularmente en los cercanías a Puerto Asis y el Corredor Puerto Vega Teteye. Se realiza extracción minera en Puerto Leguizamo, en los ríos Putumayo y Caquetá; mientras del 2004 al 2016 incrementó la adjudicación de concesiones para explotación petrolera, incluso en territorios en los que el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) asegura, existe patrimonio arqueológico.

Para Diana Sánchez, directora del Programa Somos Defensores, es importante que el Gobierno “dé el salto de esquemas y medidas de protección, a una política de garantías colectivas”, que se traduce, según asegura la oficina de Naciones Unidas, en “quitar del contexto a los agresores mediante investigaciones profundas”.

Las organizaciones defensoras de derechos humanos, la comunidad internacional, e incluso, las delegaciones de paz de gobierno y FARC, han insistido en la necesidad de realizar acciones efectivas inmediatas para frenar esta crisis humanitaria, ya que, como rezaba la convocatoria a la audiencia pública, “por la condición que ostentaban los líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados, se está enviando un mensaje equivocado a las comunidades que propenden por construir paz en sus territorios”.

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Un homenaje a los desaparecidos de Caquetá

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Autor

Isabel Valdés

Fotografía

Isabel Valdés

Publicado

15 Dic 2016


Un homenaje a los desaparecidos de Caquetá

En un acto de reparación simbólica, el CNMH le rindió homenaje en Bogotá a los más de 3.364 desaparecidos forzosamente que ha dejado el conflicto armado en Caquetá.


El Centro Nacional de Memoria (CNMH) suma reivindicaciones al dolor de las familias víctimas del conflicto armado. El pasado 25 de noviembre a las 10:00 a.m. y en un acto oficial liderado por el CNMH, se hizo la siembra de 14 árboles en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación del distrito, en un homenaje de sanación y reconstrucción.

La siembra corresponde a las 14 personas que en 2001 en Albania, Caquetá,  murieron de manera violenta en agosto y septiembre, a manos de miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). “Los cuerpos de las víctimas fueron recuperados en octubre de 2001 de 14 fosas clandestinas en el kilómetro cuatro de la vía que conduce de Albania a Curillo, Caquetá. Los cuerpos de estos colombianos estuvieron perdidos y abandonados en el cementerio central de Florencia, Caquetá. En marzo de 2015 se recuperaron de nuevo y en septiembre de 2016, 13 de ellos, fueron entregados a sus familias. Queremos acompañar a las familias de estas personas a sembrar un árbol en su memoria, como símbolo de vida y esperanza”, dijo con la voz entrecortada Helka Quevedo. (Vea también Textos corporales de la crueldad)

Se sembraron árboles en memoria de: Edilma Pérez Pineda, Rubiel Díaz Pérez, Uriel Ramírez Pérez, Clemente Ramírez Pérez, Libardo Rivera Vargas, José Miller Rivera Gómez, Tito Martínez, Rodolfo Tróchez Alvarado, José Gerardo Guaspa Basanti, Jorge Enrique Ortíz Álvarez, Jairo Pastrana, Alfredo Cometa Cadena, Abelardo Anturí Cuellar 13 de los 14 cuerpos que ya fueron encontrados y entregados a sus familiares. “Hay que nombrar y renombrarlos porque siempre van a estar con nosotros”, expresó uno de los familiares en el acto simbólico. Aún queda un cuerpo por encontrar. (Vea también Cuerpo 36)

El árbol número 14 fue sembrado en nombre de los 3.364 desaparecidos forzosamente que ha dejado el conflicto armado en Caquetá. “Este es un reencuentro con todos nuestros desaparecidos”, dijo Noel Palacios, sobreviviente de Bojayá que acompañó con sus cantos la siembra de la siembra en Bogotá.

 

Sembrando árboles de vida

“La música corre por las venas de la familia Ramírez Pérez”, afirma Yolanda, mientras se acomoda las gafas de sol que ocultan sus ojos ligeramente irritados de tanto llorar. Su familia tenía un grupo musical que iba pueblo por pueblo, alegrando con notas musicales y cantos de esperanza el sur del Caquetá. Tras la muerte de su padre, sus hermanos mayores, Arelys y Reinel tomaron las riendas del negocio familiar para sostener a su madre y a sus cuatro hermanos menores, incluyendo a Yolanda, pero en Agosto de 2001, la guerra los encontró y sin clemencia alguna se llevó la mitad de la familia.

Cantando y tocando junto a su grupo musical, Arelys y su hermano Reinel, de 27 años, viajaban por los pueblos del Caquetá. Clemente de 15 años, y Uriel de 18, los hombres más jóvenes de la familia, siempre acompañaban las giras. Un día, en medio de una de sus presentaciones, miembros del bloque Andaquí de las AUC se llevaron a Clemente, por sospecha de ser guerrillero. “Fue muy duro, él era mi hermano más cercano por lo que teníamos casi la misma edad, era mi compinche de la infancia”, explica con voz quebradiza Yolanda.

La familia no se recuperaba de esta pérdida, cuando ocho días después, despareció también Uriel. En su pueblo, en vez de encontrarse con la solidaridad de sus vecinos, fueron señalados y humillados. “Había muchas habladurías entre la gente del pueblo, pero nosotros éramos músicos, ¿Cómo podían pensar eso?”, se pregunta aún hoy Yolanda. Reinel, ante esta situación, partió en la búsqueda de sus dos hermanos, pero también desapareció.

“Tuvimos que huir. Pasamos penas, pasamos hambre, pero nunca perdimos la esperanza de encontrarlos vivos”, cuenta Yolanda, quien entonces tenía 16 años cuando sucedieron las desapariciones de sus hermanos. Pasaron 15 años para que se descubriera finalmente el paradero de dos de los hermanos. Los cuerpos de Clemente y Uriel fueron entregados, pero el de Reinel sigue aún desaparecido.

“La guerra no se ha terminado”, dice con amargura Yolanda. Su carrera de cantante continuó, a pesar de todo, y las giras por los pueblos también. “Desafortunadamente o afortunadamente, la música es lo que me da para vivir”, explica, “aunque ha pasado tanto tiempo, viajo con temor de que a mí me hagan lo mismo, que me desaparezcan, que me acusen de ser guerrillera, cuando realmente uno no lo es”.

Sabina, madre de Clemente, Uriel y Reinel, sembró el pasado 25 de Noviembre, en compañía de sus tres hijas, incluyendo Yolanda y Arelys, tres árboles en su memoria. “Es dejar una huella, como un árbol de vida, sembrar una esperanza de que la guerra termine y en el futuro podamos estar tranquilos”, dice Yolanda, “por medio de estos árboles, sembramos muchas cosas grandes y buenas, y nos da como familiares de los desaparecidos tranquilidad. Al fin sabemos dónde están, están acá”.

La siembra demostró cómo a través del dolor, se ha conformado una gran familia de sobrevivientes en Caquetá. Bogotá vio como la muerte trajo vida y aire a Bogotá, “Estos árboles le estarán dando aire a la ciudad, los recordaremos siempre”, dijo Helka, quien concluyó que “acá también queda sembrado un vínculo eterno que nació en 2001”.

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Desaparecidos

Catatumbo trasciende de la guerra

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Autor

Camilo Ara

Fotografía

Camilo Ara

Publicado

19 Dic 2016


Catatumbo trasciende de la guerra

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) trabaja en un informe, que saldrá en 2018, el cual contará historias de guerra, resistencia y reconstrucción de vida de los habitantes de Catatumbo en Norte de Santander.


Esta región que se caracteriza por ser frontera con Venezuela, por el tesón y valentía de su población (la mayoría de ella campesina), por la presencia del pueblo indígena Barí y por la biodiversidad, es, en contraste, un territorio que ha sido escenario de numerosos conflictos.

Desde hace varias décadas el Catatumbo ha sufrido el accionar militar de las guerrillas, los grupos paramilitares y de la fuerza pública, todos ellos cometiendo desmanes contra la población civil. Esto ha hecho que las comunidades allí asentadas hayan sufrido fuertes daños individuales y colectivos, a lo que se suma el narcotráfico, un problema que ha venido creciendo en la región, atizado por el conflicto armado.

A la ya difícil realidad se suma que: “Esta región ha sido estigmatizada pues es presentada por los medios de comunicación como una zona roja, guerrillera y con amplios cultivos de coca, pero quienes hablan así no mencionan que allí también hay una débil presencia del Estado, que hay un acceso precario a la salud, que no hay vías en buen estado y que tampoco hay inversión”, expresó María Fernanda Pérez, coordinadora de la investigación Catatumbo, Memorias de Vida y Dignidad que es desarrollada por el Centro Nacional de Memoria Histórica en la región.

Este proyecto, según María Fernanda, cuenta con cuatro estrategias. En primer lugar, se encuentra la investigación con la que se pretende reconstruir memorias diversas sobre la región en su conjunto. Se busca recoger voces de las víctimas sobre hechos significativos que ha dejado la violencia en El Catatumbo, pero también sobre cuáles han sido las formas de resistencia y organización por las que las comunidades han optado para hacer frente al conflicto y a las condiciones adversas. En segundo lugar, se han abierto espacios para diálogos públicos con diferentes sectores sociales que se han centrado en la discusión del contexto actual. En ellos, y a través de una convocatoria a docentes, jóvenes y campesinos se ha buscado conocer cuál es su percepción sobre la paz y sus propuestas para construirla en la región. En tercer lugar el proyecto también está realizando una estrategia de construcción de memoria con el pueblo indígena Barí, particularmente centrado en la ubicación de sus bohíos ancestrales y en el reconocimiento de su territorio ancestral.

Finalmente, en cuarto lugar hay un proceso de formación en comunicaciones dirigido a jóvenes de la región, con el cual se busca que sean ellos mismos quienes muestren con sus enfoques y énfasis las dificultades y propuestas del territorio en la actualidad. En este escenario los jóvenes han venido aprendiendo sobre memoria histórica, y sobre técnicas para la difusión de mensajes a partir de la radio y la fotografía.

El trabajo de radio es adelantado por Daniel Valencia Yepes y Diana Marce Cucalón Herrera, periodistas del grupo de comunicaciones del CNMH, y permite crear un proceso de reflexión y resistencia pacífica que se muestra en la acción creativa de recolectar las voces locales y regionales en donde se describen múltiples realidades que ha vivido esta comunidad. “Esta investigación tiene un componente académico, pero lo que queremos es abrir el panorama a otros públicos para que se interesen en su región. La diversidad de jóvenes que se encuentran en El Catatumbo permite que, a través de un proceso de formación en radio y fotografía, los campesinos, jóvenes de cabeceras municipales y de comunidades indígenas cuenten sus vivencias. La idea es dejar una capacidad en ellos mismos para que puedan comunicar y crear historias del territorio”, dice Daniel Valencia Yepes. 

Uno de los participantes de los talleres de radio y fotografía, Fabricio Sánchez Rodríguez, mencionó lo que para él significa El Catatumbo y su región, expresando que “todos los colombianos compartimos el mismo territorio. Algunos vivimos en regiones en donde han pasado el ELN, FARC y EPL y por ello nos catalogan como territorios de conflicto.  Yo vivo en Tibú y hago pedagogía de paz porque Catatumbo quiere trascender de la guerra a la construcción de paz”. 

El proyecto Catatumbo, Memorias de Vida y Dignidad no contienen ideas vengadoras o de odio; por el contrario busca visibilizar las voces de las víctimas quienes piden reconocimiento de lo que ha sucedido para así poder contribuir a la dignificación de los catatumberos, a la verdad, a la no repetición y a la visibilización de sus propuestas en pro de la paz.

Este proceso de memoria histórica se realiza gracias al esfuerzo conjunto del Centro Nacional de Memoria Histórica, la pastoral de víctimas de la Diócesis de Tibú, y gracias al apoyo de la OEA y la GIZ. 

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guerra


Guerra

Mosaicos de la Memoria

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

30 Dic 2016


Mosaicos de la Memoria

La sistematización de experiencias de memoria histórica en Dibulla, en La Guajira, Carepa, en el Uraba Antioqueño, y el departamento de Nariño como resultado del trabajo conjunto entre las entidades territoriales, las víctimas y las organizaciones, son contados en la nueva producción audiovisual del  CNMH: Mosaicos de la memoria.


Para reconstruir la memoria histórica de una nación, es necesario trabajar con ahínco en los territorios, en especial en esos que han sido golpeados por la violencia y necesitan conversar con el pasado para visualizar un futuro donde no haya lugar a la repetición. En varios municipios y departamentos del país se han levantado grupos de victimas u organizaciones sociales que reconociendo la importancia de la memoria y su efecto reparador, se han vinculado a diferentes procesos de rescate de sus memorias. En este camino, la articulación entre las organizaciones y las autoridades territoriales juega un papel importante, pues permite incidir con mayor efectividad en los diferentes Planes de Acción Territorial. 

Como ejemplos de este trabajo de construcción colectiva surgen los Mosaicos de la Memoria, tres casos de territorios que dan cuenta de cómo ha sido el proceso de transformar relaciones de poder entre los diferentes actores que confluyen, por cooperaciones horizontales que legitiman las percepciones, opiniones, y propuestas del otro en un panorama con igualdad de oportunidades para todos los participantes.

En el primero de estos videos esta la historia del municipio de Carepa, Uraba Antioqueño. Una región que fue alcanzada por el brazo largo del conflicto y ha sufrió masacres como las de las fincas Galicia, Osaka y Kunas en las que murieron más de 30 personas pero que en la actualidad y por iniciativa de las mismas víctimas, han empezado a empoderarse de su historia a través de organizaciones y mesas de participación apoyados por el gobierno local.

Dibulla en la Guajira y el departamento de Nariño son los otros dos casos de la primera fase del  Mosaico de la Memoria. En Dibulla se han logrado incorporar actividades y programas municipales de atención y reparación a víctimas, han tenido lugar acciones de sensibilización y formación y se ha fortalecido el diálogo y la cooperación con las autoridades territoriales. Por su parte Nariño ha logrado levantar relaciones estrechas entre las organizaciones de víctimas del territorio, quienes a su vez ejercen fuerte incidencia en las autoridades y otras instituciones.

Este proyecto hace parte de un piloto de sistematización de experiencias de memoria histórica, que  se realizó gracias al apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y en el marco del convenio suscrito entre el CNMH y la Federación Colombiana de Municipios, el cual dio lugar a un proceso basado en un enfoque de Reflexión Acción Participación, proponiéndose hacer partícipes a los actores de los municipios de un proyecto de construcción colectiva del conocimiento, en función de lograr una incidencia en las política públicas locales, que redundará en la transformación de sus realidades y en el cambio social. 

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Memoria


Memoria

Los testimonios de las víctimas de minas antipersonal

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Autor

María Durán

Fotografía

María Durán

Publicado

26 Ene 2017


Los testimonios de las víctimas de minas antipersonal

Colombia, el segundo país en el mundo con más afectaciones por minas antipersonal, contará con el primer informe de memoria histórica sobre este flagelo este 2017. Sus resultados fueron validados en las regiones más afectadas por estos artefactos explosivos.


El informe, realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la fundación Prologar, da cuenta de los grandes daños sufridos en los territorios y comunidades afectadas por el uso de estos artefactos, prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH) en 1997. La publicación, con base en la memoria histórica, pretende hacer una serie de recomendaciones a la política pública que atiende las afectaciones por las minas y la prevención de incidentes causados por estos artefactos. Además, es el primero de su tipo en documentar las vivencias de víctimas civiles y de miembros de la fuerza pública.

La metodología, empleada por la fundación Prolongar, tiene un fuerte énfasis en el uso del cuerpo, teniendo en cuenta que los efectos de las minas antipersonal recaen en gran medida sobre el cuerpo de quienes sobreviven; muchos de ellos presentan discapacidades resultantes de los incidentes con los artefactos. El informe también incluye una guía de esta propuesta metodológica para futuros trabajos con víctimas.

Validado por las víctimas

En 2016 la fundación Prolongar, con apoyo de la fundación Konrad Adenauer, llevó a cabo tres diálogos de memoria en tres de las regiones más afectadas por el uso de MAP (Minas Antipersonal). Allí se presentaron y validaron los resultados que serán presentados por en el informe este 2017. En cada región se contó con presencia de víctimas, tanto militares como civiles.

La primera presentación se realizó en Pasto. En Nariño el informe trabajó en los municipios de Ricaurte y Samaniego. Allí, la cercanía con la frontera colomboecuatoriana y las dinámicas que movieron a varios grupos armados en esa región, propiciaron la expansión del uso de minas en el territorio, algunos habitados por indígenas awá.

Cristian, sobreviviente civil y oriundo de Nariño, dice que la importancia del informe radica en que “las problemáticas de nuestro departamento necesitan ser visibilizadas porque los sobrevivientes de minas enfrentan barreras. En el caso de la pensión, la salud, no cumple el Estado las leyes al pie de la letra. Esta es una manera, que por medio de la memoria histórica se visibilice ante todo Colombia que hay muchos problemas y falencias: de salud, culturales, financieros. Y así se pueden minimizar estos problemas”.

 

La segunda presentación se realizó en Medellín, que atiende a la mayoría de personas afectadas por minas en Antioquia, departamento que, en 2016, recibió el 17% de las víctimas del país. Además allí funciona una de las estructuras más grandes y con mayor capacidad para asistir a los miembros de la fuerza pública, víctimas de minas antipersonal, y que están ubicadas en las instalaciones de la VII División del Ejército.

El mayor de infantería de marina, Miguel Perdomo Flórez, fue víctima de minas antipersonal en el Paramillo, Antioquia. Para él es muy diciente que en Colombia, el 60% de las víctimas de minas sean integrantes de la fuerza pública y que un informe de este tipo es un reconocimiento a estas personas, cuyo proyecto de vida se ha truncado por esta arma de guerra proscrita por el DIH. Además, indica que “hacer memoria es tener la oportunidad de recordar, desahogarse, que estas experiencias sirvan de ejemplo para que otras personas no sufran”.

 

 

Finalmente, el informe se presentó en Villavicencio, departamento del Meta, donde se encuentra el municipio más afectado por minas antipersonal en Colombia: Vista Hermosa. Un sobreviviente, que pidió proteger su identidad, considera que “lo fundamental de estos procesos es poderle demostrar en la parte educativa a los jóvenes, por qué la guerra no es buena, por donde se le mire. Hay víctimas de campos minados, de confrontaciones armadas, una cantidad de problemáticas que son dañinas para la humanidad. Es importante demostrar que no se deben repetir”.

 

 

En total, el informe recogió los testimonios de 160 víctimas directas e indirectas, de los cuales 66 son mujeres, 21 niños, niñas y adolescentes; 42 son indígenas y 90 son suboficiales víctimas del Ejército. Además de los departamentos ya mencionados, la investigación se llevó desarrolló también en Norte de Santander, el bajo Putumayo y montes de María (Bolívar y Sucre).  Su lanzamiento, a nivel nacional, será en abril de 2017.

 

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víctimas


Víctimas

Preocupación por desalojo del Centro de Memoria del Conflicto

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Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

06 Feb 2017


Preocupación por desalojo del Centro de Memoria del Conflicto

El Centro Nacional de Memoria Histórica hace un llamado para buscar alternativas que resguarden el funcionamiento del Centro de Memoria del Conflicto cuya labor es de vital importancia para la región y la nación, justo cuando el país está abocado a procesos de construcción de paz y de reconciliación. Carta del director Gonzalo Sánchez a al Gobernador del Cesar. 


201701301000311-1

Bogotá D.C., 30 de enero de 2017

Doctor

FRANCISCO FERNANDO OVALLE ANGARITA

Gobernador del Cesar

Calle 16 No. 12-120.

Edificio Alfonso López Michelsen

Valledupar, Cesar

Asunto: Preocupación por orden de desalojo del Centro de Memoria del Conflicto.

Respetado señor Gobernador del Cesar,

Con  gran  preocupación  hemos  recibido  la  noticia  de  una  orden  por  parte  de  la  dirección  de  la  Biblioteca Departamental Rafael Carrillo Lúquez de “recuperar el espacio físico de la Sala Patrimonial’ y para ello en un plazo de menos de 15 días se ordena que el Centro de Memoria del Conflicto desaloje de dichas instalaciones.

El  Centro  Nacional  de  Memoria  Histórica  es  una  de  las  entidades  adscritas  al  DPS  que  tiene  a  su  cargo  el cumplimiento  del  deber  de  memoria  del  Estado  contemplado  en  la  Ley  1448  de  2011,  Ley  de  Víctimas  y Restitución de Tierras. Desde el año 2012 hemos acompañado y asesorado en la creación y funcionamiento del Centro de Memoria del Conflicto.

El  Centro  Nacional  de  Memoria  Histórica  apoyó  la  idea  de  establecer  dicho  proyecto  en  la  Biblioteca Departamental, planteado un trabajo articulado entre autoridades territoriales y sociedad civil en la medida que el deber de memoria del Estado implica que las autoridades nacionales y territoriales asuman responsabilidades frente  a  la  promoción  de  procesos  de  construcción  de  memoria  histórica,  como  aporte  a  la  realización  del derecho a la verdad y a la reparación integral del que son titulares las víctimas.

Teniendo en cuenta que el cumplimiento de este deber de memoria del Estado, es una responsabilidad que exige un esfuerzo, tanto de la Nación como de los territorios, el Centro Nacional de Memoria Histórica hace un llamado para buscar alternativas que resguarden el funcionamiento del Centro de Memoria del Conflicto cuya labor es de vital importancia para la región y la nación, justo cuando el país está abocado a procesos de construcción de paz y de reconciliación.

Proponemos  una  reunión  en  donde  analicemos  conjuntamente  entre  Gobernación,  Centro  de  Memoria  del Conflicto y Centro Nacional de Memoria Histórica alternativas que permitan la permanencia de dicho proyecto en el territorio. Cerrar este proyecto obstaculizaría los caminos para el esclarecimiento de los hechos violentos, la educación  en  el  respeto  de  los  derechos  humanos,  la  dignificación  de  las  voces  de  las  víctimas,  fracturando procesos que han contribuido directamente con la reparación integral planteados por la Ley 1448.

Cordialmente,

GONZALO SÁNCHEZ GÓMEZ

Director General

DIRECCIÓN GENERAL CENTRO DE MEMORIA HISTORICA

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Centro de Memoria


Centro de Memoria

Un aporte a la antropología forense

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Autor

Raúl Insuasty

Fotografía

Raúl Insuasty

Publicado

01 Feb 2017


Un aporte a la antropología forense

El libro “Patología y antropología forense de la muerte” se lanzó el pasado 29 de noviembre en el auditorio de la Universidad Antonio Nariño. Esta publicación se convierte en una referencia importante para todos los países donde se realizan procedimientos médico-legales para identificar cadáveres esqueletizados y restos humanos.


Que el lector no se perturbe con la imagen de la portada que lleva el libro, una pintura y composición digital del artista Raúl Insuasty, basada en la flor Antirrhinum Majus, que al marchitarse, las vainas de la semilla se asemejan a cráneos.

Esta publicación contiene temas relacionados con la investigación de las ciencias forenses en contextos de desastres masivos y la recuperación de la evidencia física, desde la ética, en una amplia variedad de situaciones. Sus artículos nacen de la labor desarrollada por 45 expertos de diferentes países y se convierte así en la primera bitácora de consulta sobre estos temas. 

Este texto examina a fondo los fenómenos de tortura y violencia sexual en cadáveres esqueletizados, así como los cuerpos afectados por explosivos. Incluye casos que permiten hacer una revisión de las cuestiones éticas a las que se enfrentan los antropólogos forenses como el hallazgo de fosas clandestinas y de restos de humanos en diferentes estados de preservación; y desarrolla la forma adecuada de cómo se debe comunicar a las familias y a las entidades de derecho sobre esos temas.

Durante el lanzamiento se puso de relieve la apremiante necesidad de invertir en el sector educativo para que los jóvenes que estudian medicina o ciencias forenses adquieran competencias para el posconflicto. También se resaltó la importancia de esta investigación como una apuesta más allá de los límites que fija la academia y la ley, pues hace aportes a la construcción de la paz del país.

Según César Sanabria, editor del libro y autor de algunos de sus artículos, “este libro invita a la reflexión porque el papel de la antropología es de gran ayuda en este momento de posconflicto” y añadió que “más de 10 años nos va a tomar encontrar esos 60 mil desaparecidos que anunció en una de sus publicaciones el Centro Nacional de Memoria Histórica”.

El evento también contó con un conversatorio, entre expertos forenses y familiares de peresonas que han sido desaparecidas forzadamente en el conflicto armado colombiano, tales como el Dr. Pedro Morales, patólogo forense; Dr. José Vicente Rodríguez, antropólogo forense; Juan Manuel Echavarría, artista e investigador independiente; el profesor César Muñoz, de ASFFADES, entre otros.

Helka Quevedo, antropóloga forense e investigadora del CNMH, también asistió al evento de lanzamiento, pues esta publicación es un importante aporte para la línea de investigación sobre antropología forense que adelanta el CNMH hace más de 3 años y cuya coordinadora es justamente esta profesional. Esta línea investigativa ya ha publicado un informe (Textos corporales de la crueldad) y un corto documental (Cuerpo 36).

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Universidad Antonio Nariño


Universidad Antonio Nariño

Colombia: heredera de la paz en 2017

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Mijaíl Gorbachov, premio Nobel de la Paz 1990

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Mijaíl Gorbachov, premio Nobel de la Paz 1990

Publicado

01 Feb 2017


Colombia: heredera de la paz en 2017

La herencia de la paz mundial llegará a Colombia el próximo 2 de febrero a través de la Cumbre Mundial de los Premios Nobel de Paz, en un momento histórico donde el país se la juega por lograr el fin de conflicto armado.


A pocos días de que en Bogotá aterricen más de 20 líderes mundiales galardonados con el Premio Nobel de Paz, como Rigoberta Menchú o Mijaíl Gorbachov, invitados a la XVI Cumbre Mundial de los Premios Nobel de Paz -que por primera vez se realizará en latinoamérica- el país vive momentos de expectativa al conocer la agenda completa de la mesa de negociación entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN, mientras al mismo tiempo se ven imágenes de tranquilidad en las zonas veredales de concentración de las FARC y se habla de la implementación de la Jurisdicción Especial para la Paz. Este gran reto para las instituciones del país, los partidos políticos y la sociedad en su conjunto, se hace mayor en momentos en que distintos líderes sociales vienen siendo perseguidos y asesinados en el país.

Solo en latinoaméricana hay seis premios nobel de paz, el presidente Juan Manuel Santos fue el último latinoamericano en ganar este reconocimiento. El Comité Noruego le concedió el premio Nobel de Paz 2016 “por sus esfuerzos por acabar con el conflicto armado con la guerrilla de las FARC, que lleva 52 años en Colombia”. Y a este logro hay que agregarle el esfuerzo por iniciar unos diálogos de paz con la guerrilla del ELN, tras cuatro años de conversaciones exploratorias.

La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz llega a Colombia en un momento donde se respira esperanza por el esfuerzo que hace el país de ponerle fin al conflicto armado. Se acerca el silencio total de los fusiles de dos de las guerrillas más antiguas del continente y la sociedad colombiana debe prepararse para una “etapa de transformación”, como lo dijo Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador del Gobierno, al cierre del acuerdo con las FARC en La Habana. “La mejor forma de ganarle a la guerra fue sentarnos a hablar de paz”, expresó de la Calle.

Expertos como María Emma Wills, asesora de la dirección general del Centro Nacional de Memoria Histórica, expresó que la importancia de lo que está sucediendo en Colombia “radica en la profundización democrática, ya que el acuerdo con las FARC, y el que se adelanta con el ELN, no le concierne únicamente a esas guerrillas y al Gobierno, sino que también tiene que ver con la manera como los colombianos y colombianas resolvemos los conflictos”.

Desde 1999 se viene realizando la Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz, un evento reconocido internacionalmente como el más importante en el campo de construcción de la paz. El evento es organizado por la Cámara de Comercio de Bogotá y Corferias será el epicentro para esta reunión mundial que se llevará a cabo hasta el 4 de febrero. Allí se congregarán laureados del Premio Nobel de Paz, líderes, organizaciones, estudiantes, víctimas y docentes universitarios de todo el mundo.

El centro Nacional de Memoria Histórica estará presente en esta XVI edición de la Cumbre, gracias al apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) operado por ACDI/VOCA, a través de diferentes actividades que expresan la contribución de la memoria histórica a la paz y la reconciliación nacional.

CNMH en La Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz

Lugar: Stand 67 del pabellón “Zona de experiencia: Construyendo caminos para la paz” (Pabellones del 10 al 16).

Del 2 al 4 de Febrero

  • Exposición “Transitions”. Esta exhibición recoge tres modalidades de violencia: desplazamiento, desaparición forzada y reclutamiento de menores en Colombia, Bosnia y Herzegovina, la República Democrática del Congo y Estados Unidos de América. “Transitions” contará con guías y actividades pedagógicas.

 

  • de Febrero en la Zona Picnic

 

  • 1:00 p.m. – 2:00 p.m. Presentación de la agrupación Pacific Soul y Uraba Conexion

Estas dos agrupaciones hacen parte del copilado “Tocó Cantar. Una travesía contra el olvido”, del Centro Nacional de Memoria Histórica, que reconoce el trabajo de compositores locales y regionales de canciones relacionadas con la memoria del conflicto armado, que se gestan a lo largo del territorio nacional y que describen las múltiples realidades de las comunidades, así como sus procesos de reflexión, acción creativa y de resistencia pacífica.

Pacific Soul

Víctor Hugo Rodríguez es un músico nacido en Guapi, Cauca, en donde ganó varios concursos en su carrera inicial como solista. Trabajó un tiempo en Cali y finalmente llega a Bogotá para participar como cantante de varias agrupaciones. Después de esa etapa fue corista de Maía y produjo su primer trabajo discográfico el cual lo llevó a participar en el concurso “La Voz Colombia”, donde tuvo una actuación destacada, logrando un reconocimiento a nivel nacional y convirtiéndose en una de las figuras más importantes de Guapi y el Pacífico Colombiano. Pacific Soul es el nuevo sonido de Víctor Hugo donde reúne la marimba, la tradición y alegría de la música del pacifico colombiano, con la fuerza y la cadencia del soul y el funk desarrollados por la comunidad afro en las décadas 60´s y 70´s en norteamérica. Víctor Hugo fue ganador de la II Convocatoria Nacional de Propuesta Artísticas y Culturales de Memoria 2014, adelantada por la Dirección del Museo Nacional de la Memoria, del Centro Nacional de Memoria Histórica, en la Línea Expresiones Musicales/ Reconocimiento a la Canción de Memoria que dio origen al compilado musical “Tocó cantar. Travesía contra el olvido”, en la cual se encuentra la canción Enamorado de ti (Pacífico Gran Comarca). https://soundcloud.com/memoriahistorica/4-paci-fico-gran-comarca

Urabá Conexion

Es un grupo musical Colombiano que nace en la zona de Urabá, Antioquia, en enero de 2012, con una amplia trayectoria musical, logrando una fusión perfecta entre los ritmos tradicionales de la costa norte como el bullerengue y la cumbia, con los beats, las mezclas, armonías y sonidos propios de la música urbana (hip hop, champeta y ritmos afrocaribeños). Este grupo nació de la idea de un proyecto de gestión cultural que Juan Nativo, como productor y director, quería crear con el objetivo de reunir varios artistas de la región y mostrar toda la cultura, la gastronomía y la biodiversidad que tiene su región natal.

En sus cinco años de trayectoria Urabá Conexion ha ganado importantes premios: Altavoz Antioquia 2013, Festival Joven Urabá un Mar de Oportunidades, Festival Golondrina de Plata 2014, La Noche en Blanco Academia de artes Guerrero. La agrupación fue ganadora además de la II Convocatoria Nacional de Propuesta Artísticas y Culturales de Memoria 2014, adelantada por la Dirección del Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica, en la línea Expresiones Musicales/ Reconocimiento a la Canción de Memoria que dio origen al compilado musical “Tocó cantar. Travesía contra el olvido”, en la cual se encuentra la canción Quiero regresar, del compositor Jorge Eliécer Chica Parra https://soundcloud.com/memoriahistorica/urab-conexi-n-quiero-regresar

                 4 de febrero. 3:40 p.m. ─ 5:10 p.m. Conversatorio: Personas Mayores como constructores de paz en Colombia

Entrada gratuita previa inscripción en el siguiente link: http://www.bogota-nobelpeacesummit.com/index.php/es/evento/registro

Publicado en Noticias CNMH


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Paz en Colombia, un modelo para el mundo

Noticia

Autor

María Durán

Fotografía

María Durán

Publicado

06 Feb 2017


Paz en Colombia, un modelo para el mundo

Los galardonados con el Premio Nobel de la Paz, reunidos en Bogotá, resaltaron el acuerdo de paz con las FARC y lo ven como ejemplo para resolver otras guerras en el mundo.


Los laureados que participaron de la XVI Cumbre de Premios Nobel de Paz, realizada entre el 2 al 4 de febrero en Bogotá, expresaron que en el actual acuerdo de paz entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno, se estudiaron y tuvieron en cuenta las experiencias positivas y negativas de otros procesos. “La negociación partió de un postulado fundamental: el centro de la solución del conflicto es la reivindicación y garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. Se logró un modelo innovador de justicia transicional que, al tiempo que respeta los estándares internacionales, busca alcanzar el máximo de justicia sin sacrificar la paz. El proceso se realizó en un ambiente de discreción, paciencia y seriedad, con comunicados periódicos a los medios de comunicación, evitando la presión de producir una noticia o un resultado cada día”, explicaron en un comunicado de prensa.

 

En el comunicado le hicieron un llamado a la comunidad internacional para que, así como rodeó el proceso de paz de Colombia, acompañe y respalde ahora su implementación. “Esta incluye la garantía de la presencia del Estado y sus servicios en las zonas más afectadas por el conflicto; el desminado del territorio; la puesta en marcha del sistema de justicia transicional; programas de desarrollo rural, de sustitución de cultivos ilícitos y de reparación a las víctimas; el combate a la violencia generada por bandas criminales, como las integradas por antiguos paramilitares, y la reincorporación de los exguerrilleros a la vida civil, incluida la participación en política de las FARC, una vez cumplido su desarme”.

 

De igual manera le agradecieron a los colombianos por el apoyo realizado en la XVI Cumbre de Premios Nobel de Paz: “nos encontramos también aquí para compartir con el pueblo colombiano nuestras propias experiencias en la construcción de la paz y para buscar un consenso sobre los principios fundamentales que deben orientar los caminos que llevan a ella”.

El CNMH hizo parte de este importante espacio a través de diversas actividades alrededor de la memoria, como lo fueron Danza por la Paz y la presentación de dos agrupaciones de música, Pacific Soul y Urabá Conexión, que hacen parte del copilado “Tocó Cantar. Una travesía contra el olvido”.

Además se realizó la exposición “Transitions”, una exhibición que recoge tres modalidades de violencia: desplazamiento, desaparición forzada y reclutamiento de menores en Colombia, Bosnia y Herzegovina, la República Democrática del Congo y Estados Unidos de América.

Publicado en Noticias CNMH


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