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‘La escuela es fundamental para que niños y niñas no se vinculen a la guerra’: José Luis Campo

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Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

11 Feb 2019


‘La escuela es fundamental para que niños y niñas no se vinculen a la guerra’: José Luis Campo

En el Día de las Manos Rojas, iniciativa mundial contra el reclutamiento forzado de menores, hablamos con el director de la asociación Benposta, quien advierte que este flagelo no es un tema del pasado. Campo señala, además, que “defender la escuela es defender la vida”.


Juan Pablo Esterilla

“La escuela es fundamental para que los niños y niñas no se vinculen a actores armados. Dejar la escuela es el indicador de riesgo más alto para ser víctima de reclutamiento forzado, o para sufrir explotación sexual o laboral”, dice José Luis Campo, director de Benposta: Nación de Muchachos Colombia, una asociación que lleva 40 años trabajando por la defensa y promoción de los derechos de niños, niñas y jóvenes. “Defender la escuela es defender la vida”, continúa José Luis en esta entrevista que le hicimos a propósito del Día Internacional de las Manos Rojas, una iniciativa contra el reclutamiento y utilización de niños, niñas y adolescentes en conflictos armados, que se celebra este 12 de febrero.

En 60 años de guerra en Colombia, 17.778 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados y utilizados por los grupos armados legales e ilegales, según el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del Centro Nacional de Memoria Histórica. El 25,89% corresponde a niñas y adolescentes mujeres, mientras que el 71,27% a niños y adolescentes hombres. El Observatorio estableció, además, que de ese total 4.857 pertenecieron a las guerrillas y 1.581 a los paramilitares.

Aunque gracias al acuerdo de paz entre la guerrilla de las FARC y el Gobierno cientos de niñas, niños y adolescentes dejaron de escribir sus historias de vida en la guerra, hoy el reclutamiento forzado de menores sigue siendo una realidad en Colombia. La Defensoría del Pueblo, la Fiscalía, y organizaciones de derechos humanos, vienen advirtiendo que la guerrilla del ELN es una de las principales amenazas para los menores de edad.

¿Qué explica que un niño, niña o adolescente termine en las filas de un grupo armado?

Quienes terminan haciendo parte de grupos armados son niños, niñas y adolescentes que tienen historias marcadas por la vulneración de derechos. ¿Qué manifiestan ellos? “Nosotros entramos a la guerra no porque quisiéramos, sino porque éramos victimas en nuestras familias y territorios”. Son víctimas de situaciones estructurales: pobreza, inequidad, falta de oportunidades…

Generalmente se cree que el reclutamiento es bajo la fuerza, pero en Colombia suele ser voluntario (por persuasión) y se ejerce casi como un grito de auxilio ante las condiciones de degradación, de abandono. El grupo armado se visualiza, en muchos casos, como un elemento de salvación. Por supuesto, luego los niños, niñas y adolescentes viven en la guerra situaciones que no imaginaban. Se dan cuenta de que se les vulneran sus derechos fundamentales y los obligan a asumir un rol de guerrero que no les corresponde.

En los últimos 15 años ustedes han trabajado por prevenir el reclutamiento forzado, y por construir “redes de entornos protectores”, en regiones como Buenaventura (Valle), Mesetas y Villavicencio (Meta), San José del Guaviare (Guaviare) y Catatumbo (Norte de Santander). En esos lugares, ¿el reclutamiento forzado sigue siendo una realidad latente para los niños, niñas y adolescentes?

Teníamos la confianza, como miembros de la Coalición contra la violencia de niños, niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia, que participó en la mesa de diálogos (de paz entre el Gobierno y las FARC), de que con la implementación llegaran las condiciones de bienestar que las comunidades de regiones apartadas del país han pedido durante años. En todas esas regiones lamentablemente no se ha dado lo que esperábamos. No hay oferta de salud, de educación, de cultura…

La realidad es que continúa fuerte la oferta de la guerra. Nunca habíamos visto en el Catatumbo, por ejemplo, tanto riesgo de reclutamiento en el sentido amplio de la palabra. Es decir, no solo entendiendo el reclutamiento como el ingreso formal del niño, sino también como su participación en el marco del conflicto bajo el control de un actor armado.

¿Por qué dice eso? ¿Qué está pasando en esos lugares?

Por ejemplo, la confrontación entre el ELN y el EPL ha desconocido escenarios protegidos. En febrero del año pasado la escuela de Filo Gringo, en el Catatumbo, estuvo entre fuego cruzado. A partir de ahí, con la Diócesis se señalizó el colegio como entorno protector con signos internacionales, banderas blancas. Defender la escuela es defender la vida.

También el año pasado en la comuna 12 de Buenaventura, en medio de una actividad cultural, hubo un enfrentamiento al lado de la escuela. Y la Secretaría de Educación de ese municipio, decretó en noviembre pasado el cierre de todos los colegios públicos por una semana. Es cierto que no hay ataques directos contra las escuelas, pero los contextos que se están dando hacen que haya altas probabilidades de deserción.

Finalmente, hay una dificultad en Teorama y San Calixto, Alto Catatumbo: las minas antipersona. En estas zonas los niños y niñas caminan en muchos casos más de una hora para acudir a la escuela, y para ellos está latente la posibilidad de encontrarse en el camino con grupos armados, o verse afectados por minas.

¿Qué balance puede hacer del programa de inserción social que propuso el acuerdo de paz para niños, niñas y adolescentes desvinculados de las FARC?

Ha sido difícil el monitoreo al programa por compromisos de confidencialidad. No obstante, antes de que terminara el mandato de Santos, Paula Gaviria, entonces Consejera de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, presentó un informe en el que aseguró que el 80% de los desvinculados ya vivía con sus familias y comunidades. Para mí es problemático que al cabo de tres meses (que era el tiempo que había corrido cuando Gaviria hizo este anuncio) los niños, niñas y adolescentes ya hubieran dejado los centros transitorios, pues en muchos casos las condiciones estructurales de sus familias y entornos seguían siendo las mismas que los obligaron a salir. Es una revictimización porque están viviendo de nuevo con elementos expulsores. Generalmente sus familias no forman parte de su proyecto de vida.

Me da la impresión de que el Gobierno está trabajando mucho a través de procesos individuales de apoyo, pero no de acompañamiento integral y colectivo. No hay un acompañamiento fuerte para, por ejemplo, generar ingresos. Y eso afecta su proceso de construcción de proyecto de vida e implica un riesgo altísimo pues, repito, no están haciendo su proceso de inserción social en contextos de paz.

¿Usted cree que hoy existe más consciencia sobre la necesidad de prevenir el reclutamiento forzado?

Hoy en día hay una gran sensibilidad en las regiones sobre el tema de los derechos de niños y niñas. Hay una conciencia de que hay que recuperar la escuela como entorno protector, de que hay disminuir la deserción. Celebro las propuestas de acción colectiva, la construcción de capacidades locales que están haciendo los movimientos sociales en los territorios.

Me preocupa que en los medios de comunicación el tema esté enfocado en la responsabilidad de los comandantes guerrilleros, lo cual se entiende porque este es un delito no indultable. Pero creo que el tema debería discutirse más allá de la búsqueda por la judicialización de los responsables.

Descargue aquí el informe “Una guerra sin edad”.

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Adolescentes, Conflicto Armado, Guerra, Guerrillas, Manos Rojas, Niñas, Niños, Paramilitares, Reclutamiento forzado

¡Hoy celebramos la existencia de la radio!

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CNMH

Publicado

12 Feb 2019


¡Hoy celebramos la existencia de la radio!

En el Día Mundial de la Radio, que se celebra este 13 de febrero, queremos rendirle un homenaje a este hermoso medio de comunicación que les ha permitido a las comunidades (y a nosotros mismos) narrar sus memorias, tejer lazos, reconstruirse. Aquí les presentamos cinco iniciativas sonoras para entender y reconocer un poco más a este país.


“Que la opinión pública se entere y, por favor, soliciten por todos los medios de convicción necesarios que el fuego cese inmediatamente”. Miles de colombianos escucharon por radio esa frase. Fue el miércoles 6 de noviembre de 1985. El Palacio de Justicia, en Bogotá, estaba envuelto en fuego. La toma por parte de la guerrilla del M-19, y posterior retoma con rockets del Ejército, hacían de este lugar un infierno. La voz que clamaba detener los enfrentamientos era la del magistrado Alfonso Reyes Echandía. Estaba hablando en vivo en una transmisión exclusiva de Caracol Radio.

“Que el presidente de la república dé finalmente la orden de que cese el fuego inmediatamente”. Para ese momento la voz del funcionario sonaba entrecortada por el sonido, al fondo, de las balas, de las bombas. Colombia lo escuchó. La angustia, la muerte, la desesperación, el miedo. Ese hecho, doloroso, lo siguió el país minuto a minuto a través de la radio, mientras en la televisión se transmitía un partido de fútbol.

La Frecuencia Modulada (FM) ha sido una de los mayores testigos de nuestra historia. Periodistas y reporteros se han adentrado en lo más profundo del país para narrar las calamidades, pero también para darnos motivos para sonreír. El escritor y periodista Juan Gossaín dijo, en una entrevista a la Radio Nacional de Colombia, que tener periodistas en el lugar de los hechos y trasmitir sus reportes en vivo, representó uno de los puntos de inflexión en la historia de la radio colombiana.

“Anteriormente las noticias tenían unos horarios fijos, inamovibles; no estaba la instantaneidad que adquirió a partir de los 70 y 80, y no había participación periodística al aire. Los únicos que salían al aire eran los locutores: unas voces bellísimas, muy profesionales, muy apropiadas para ese trabajo, pero los periodistas no participaban. Luego los periodistas empezaron a participar con su propia voz y, lo que es más importante, desde el lugar de los hechos”, aseguró. Desde ese momento se convirtió en un medio indispensable para recoger la historia del país. Para contarnos. Para reconocernos. Para hacer memoria.

Y no solo nuestra historia como nación. La radio se volvió también el vehículo para que las comunidades contaran su propia realidad. Y para que reconstruyeran y reivindicaran su propia historia, maltratada y fracturada por el conflicto armado. Desde lo local se empezó a construir país, a construir una memoria colectiva. Y hoy queremos resaltar algunas de esas iniciativas:

  1. En 1994 un grupo de comunicadores sociales, maestros, líderes comunitarios y gestores culturales crearon el Colectivo de Comunicaciones en los Montes de María, un espacio de comunicación alternativa para construir “ciudadanía, participación e identidad”, como ellos dicen. Una radio de y para la comunidad, en una región donde los diferentes grupos armados generaron desplazamientos, masacres, dolor y desolación. Y, también, desarraigo y división. Pero eso es historia del pasado. En el presente, la comunidad de los Montes de María ha sacado adelante importantes procesos de reconocimiento y reencuentro. Y la radio ha sido clave en ese renacer.
  2. Este recorrido sonoro continúa en La India, Santander. Allí los jóvenes crearon el colectivo de difusión Radio Efecto Sonoro, un laboratorio de creación que recorre el río recogiendo voces y memorias. Gracias al “Balsófono” (un dispositivo para registrar los sonidos del río y amplificarlos)  hoy conocemos a profundidad la historia de una de las organizaciones más representativas de esta región: la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), que a finales de los años 80 se enfrentó a los actores armados para decirles que el suyo era un territorio de paz, que no involucraran a los pobladores en sus conflictos.
  3. En esta ruta sonora también queremos destacar el proyecto 1000 Voces, una iniciativa de la Ruta Pacífica de las Mujeres para amplificar los testimonios de mujeres víctimas de asesinatos, desaparición, violencia sexual, tortura, desplazamiento y reclutamiento. Un proyecto para que todos los colombianos puedan escuchar, de cerca, a mil mujeres que vieron su derecho a la vida amenazado por la guerra.
  4. La serie radial “Ojalá nos alcance la vida” recoge y hace visible la memoria de 15 personas mayores de 60 años, víctimas del conflicto armado. Este proyecto nació en el 2014, como una propuesta de la Corporación Asuntos Mayores (COASUMA) al Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). “Ojalá nos alcance la vida… para sembrar, argumentar y defender la paz”, dice uno de los protagonistas de este proyecto realizado con apoyo de periodistas en región y diferentes entidades internacionales.
  5. La quinta y última parada de este viaje sonoro es la serie radial: El Tigre, Memoria de un Pueblo Olvidado, que nos propone hacer una reflexión sobre la estigmatización: un fenómeno que ha cobrado muchas vidas en nuestro país. Al buscar “El Tigre, Putumayo” en Google Maps nos encontramos con una pequeña inspección sin registro fotográfico (en la visita virtual solo aparece una panadería). Sin embargo, en los anaqueles de historia del país, este lugar es reconocido por una cruenta masacre perpetrada por los paramilitares del Bloque Sur Putumayo en 1999, señalándolo de ser “un pueblo guerrillero”. Esta serie, que apoyó en CNMH, permitió que la memoria de las víctimas de esta masacre viajara por el espectro radioeléctrico, y llegara a diferentes lugares, reivindicando su vida y sus luchas por superar esa marca que la guerra les dejó.

Este año Naciones Unidas definió que el Día Mundial de la Radio, que se celebra este 13 de febrero, tendría el lema “Diálogo, tolerancia y paz”. Esas tres palabras hablan del poder de este medio en la actualidad, no solo como un escenario para narrar hechos noticiosos en tiempo real, sino como un espacio de sintonía con todas las voces y memorias. Por eso hoy celebramos su existencia.

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Historia, Memoria, Naciones Unidas, Palacio de Justicia, Radio

¡Bienvenidas y bienvenidos a nuestra XI Semana por la Memoria!

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CNMH

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CNMH

Publicado

31 Oct 2018


¡Bienvenidas y bienvenidos a nuestra XI Semana por la Memoria!

  • Del 1 al 23 de noviembre recorreremos diez municipios y ciudades del país, haciendo lanzamientos, conmemoraciones y jornadas culturales. Este año nuestro lema es “Un país que recuerda para transformarse”.
  • Presentaremos el primer informe de memoria de los diputados del Valle del Cauca, secuestrados y asesinados por las FARC. También lanzaremos un informe detallado sobre la historia del conflicto armado en el Catatumbo.
  • Lanzaremos el especial “Recorridos por los paisajes de la violencia”, que nos narra cómo los árboles, los ríos y las ruinas fueron testigos de la guerra. Y acompañaremos al pueblo arhuaco a presentar su archivo documental.
  • Además, conmemoraremos las masacres de Mitú y Segovia, y a las víctimas del conflicto armado de Ituango.

En noviembre la memoria recorrerá el país. Del 1 al 23 de este mes, estaremos en Bogotá, Cúcuta, Tibú, Cartagena, Cali, Ocaña, Ituango, Segovia, Pasto y Mitú, presentando nuevos informes y proyectos, celebrando conmemoraciones, y realizando actividades culturales y pedagógicas alrededor del lema “Un país que recuerda para transformarse”. 

El recorrido de esta XI Semana por la Memoria, comenzará en la capital del Vaupés, con la conmemoración de los 20 años de la toma de las FARC a Mitú. Esa fue la primera vez que esta guerrilla se apoderó de una ciudad capital del país. Durante 72 horas, cerca de 1.500 guerrilleros estuvieron combatiendo contra unos 11 policías. Este hecho, terminó con 56 muertos (46 combatientes y 10 civiles) y 61 secuestrados. Según el Observatorio de Memoria y Conflicto, del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), 1998 fue el año en que más tomas guerrilleras se presentaron en el país: 58 en total. De estas, 44 fueron responsabilidad de las FARC. 

La segunda parada será en Ituango (Antioquia), con la conmemoración “Cañoneros y cañoneras contra el olvido”. Los días 1 y 2 de noviembre, en Ituango, el Movimiento Ríos Vivos Antioquia, y las comunidades afectadas por el proyecto Hidroituango, conmemorarán a las víctimas del conflicto armado en esta región, y pedirán que se acelere la búsqueda de desaparecidos en laS zonas inundadas por la hidroeléctrica. Desde 1958 hasta la fecha, se presentaron 110 masacres y 2.435 personas desaparecidas en los 19 municipios afectados por Hidroituango. En este mismo departamento, el 11 de noviembre se conmemorarán los 30 años de la masacre de Segovia, perpetrada por el grupo paramilitar “Muerte a Revolucionarios del Nordeste”. Un total de 43 personas fueron asesinadas, y un centenar más resultaron heridas y desplazadas. 

Cali será escenario de dos de los principales eventos de la XI Semana por la Memoria. El 8 de noviembre se lanzará el especial web “Recorridos por los paisajes de la violencia” y el libro “Narrativas de la violencia a través del paisaje”, un proyecto que parte de la premisa de que los paisajes han sido víctimas y testigos de la violencia en Colombia, y que en ellos es posible hallar una valiosa herramienta para comprender lo ocurrido. Aquí, recorreremos las historias de los árboles, los cuerpos de agua, las ruinas, los puentes y los caminos de varios rincones del país, que fueron testigos de la guerra. 

Y, también en Cali, el 10 de noviembre se lanzará el primer informe de memoria histórica sobre los diputados del Valle del Cauca, secuestrados por las FARC el 11 de abril del 2002 y, posteriormente, asesinados (el único sobreviviente fue Sigifredo López). El libro “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”, reconstruye las vidas de las víctimas y el minuto a minuto de aquella toma. En este ejercicio de memoria colectiva, además, se coprodujeron con los familiares 16 cortos documentales que empezarán a emitirse desde este lanzamiento. 

Un día después, el 11 de noviembre, el pueblo arhuaco de la Sierra Nevada de Santa Marta presentará la primera fase de su archivo documental, que contiene sus memorias desde 1873 hasta la segunda mitad del siglo XX. Desde Nabusimake, la capital arhuaca, harán un recorrido por las memorias que contiene el primer gran archivo indígena de la Sierra: desde documentos del corregidor, de los curas capuchinos y de las autoridades indígenas; hasta aquellos que dan cuenta de su larga trayectoria en defensa de sus derechos. 

Una de las últimas paradas de este recorrido de la memoria por el país, será en Tibú y Ocaña (Norte de Santander), y en Bogotá, donde se lanzará el informe“Catatumbo: Memorias de vida y dignidad”, que reconstruye la violencia de larga duración que ha vivido esta región de Norte de Santander, desde la llegada de los españoles al territorio barí hasta la dominación de los grupos armados ilegales que persiste. Entre 1999 y 2006, con la llegada de tres estructuras paramilitares, la región vivió una violencia sin precedentes: casi 100 mil desplazados, 832 asesinatos selectivos y 599 muertos en masacres. 

La programación de la XI Semana por la Memoria, cuenta también con jornadas culturales y conversatorios. ¡Agéndate!

 

 

 

PARA MAYOR INFORMACIÓN:

Carolina Gutiérrez Torres
Jefe de prensa CNMH
Móvil: 313 766 7852
Correo Electrónico: carolina.gutierrez@https:https://centrodememoriahistorica.gov.co

 

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Semana por la Memoria


Semana por la Memoria

Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra

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CNMH

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CNMH

Publicado

02 Nov 2018


Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra

Como preámbulo al lanzamiento del corto documental de la Iniciativa de Memoria Histórica Nunca invisibles este próximo 15 de noviembre, publicamos hoy “Nunca invisibles: una iniciativa de memoria histórica de mujeres farianas”, el primero de cuatro textos que acercarán al lector a las historias de vidas y al proceso que viven las mujeres excombatientes y exclandestinas de las Farc en su tránsito a la vida en la legalidad. ¿Qué lugar han tenido las mujeres en la guerra?, ¿por qué se unieron a la guerrilla? o ¿cómo se vive el amor y la amistad en medio del riesgo constante a perder la vida o no volverse a encontrar? Son algunos de los interrogantes que se exploran en esta serie y en el documental.

En 2018 el Centro Nacional de Memoria Histórica, con el apoyo del gobierno de Canadá y el PNUD, priorizó a la iniciativa Nunca invisibles para prestar acompañamiento técnico y financiero para el desarrollo de este proceso de memoria de  un grupo de mujeres ex combatientes y ex clandestinas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), que busca reconstruir y resignificar, a través de un documental sus experiencias, miradas, vivencias e historias de vida personales y colectivas antes de ingresar a las filas de la guerrilla, durante su participación en este grupo armado y ahora de vuelta a la legalidad, tras el proceso de paz de La Habana.

Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra es una serie de cuatro crónicas escritas a partir de las experiencias de vida de mujeres excombatientes y exclandestinas de las Farc, que hace parte del proceso de la iniciativa de memoria histórica “Nunca invisibles”, priorizada y acompañada en 2018 por el CNMH con recursos del gobierno de Canadá a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Los contenidos son responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan las opiniones del CNMH, del gobierno de Canadá o del PNUD.

 

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Iniciativas de Memoria


Iniciativas de Memoria

¡Gracias a quienes creen y defienden la memoria!

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Maria Paula Durán

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Maria Paula Durán

Publicado

02 Nov 2018


¡Gracias a quienes creen y defienden la memoria!

  • Está a punto de cumplirse un ciclo en el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNHM), que durante una década estuvo bajo la dirección del profesor Gonzalo Sánchez Gómez.
  • En este momento de transición, organizaciones de víctimas, académicos e intelectuales del país y del mundo, columnistas y líderes de opinión, hicieron un llamado para que se proteja el legado del CNMH y se continúe con su misión, de reconstruir la memoria del conflicto y contribuir a la reparación de las víctimas.

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH)  se prepara para un cambio en su dirección. Después de diez años, nuestro director Gonzalo Sánchez Gómez está próximo a retirarse y el Gobierno Nacional tiene el reto de elegir un nuevo líder para la entidad, encargada de recuperar las memorias de lo ocurrido en el conflicto armado colombiano, y de contribuir a la reparación integral y el derecho a la verdad del que gozan las víctimas.

En las últimas semanas organizaciones nacionales e internacionales, periodistas y líderes de opinión, se han pronunciado frente a la transición que vivirá el Centro Nacional de Memoria Histórica, y han expresado la necesidad de que se conserve el legado de estos diez años de trabajo y se continúe con su misión. En esta década el Grupo de Memoria Histórica, que nació en el 2007 con la Ley de Justicia y Paz, y el CNMH, creado a través de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011), ha realizado 153 publicaciones; 80 de ellas corresponden a informes de esclarecimiento.

Decenas de mensajes de apoyo al CNMH, han circulado por medios de comunicación y redes sociales, firmados por asociaciones como la Red Colombiana de Lugares de Memoria y la Mesa por la Verdad; líderes de las víctimas como Leyner Palacios y las madres de Soacha; congresistas como Aída Avella, Ángela María Robledo y María José Pizarro; columnistas como León Valencia, Santiago Gamboa, Ricardo Silva, Rafael Orduz, Mauricio Albarracín,  Yolanda Reyes, Nicolás Rodríguez, Carlos Cortés, María Jimena Duzán y Daniel Samper Ospina; caricaturistas como Chócolo y Matador; y académicos e intelectuales internacionales.

¡A todas y todos ellos, nuestro más profundo agradecimiento!

Estos fueron algunos de estos llamados:

  1. Proponen conformar un “bloque social y político” para defender el Centro de Memoria
  2. Perder la memoria
  3. Nombrar la memoria
  4. Reescribamos nuestra historia
  5. La memoria en su laberinto
  6. Incertidumbre
  7. ¿Qué país queremos?
  8. Por el ojo de la chapa
  9. Sanidad
  10. Más sectores sociales y académicos rechazan aspiración de Mario Pacheco al CNMH
  11. Intelectuales de Francia piden mantener perfil del Centro de Memoria
  12. Académicos internacionales rechazan nombramiento de director del CNMH
  13. Gracias a Gonzalo Sánchez y al CNMH
  14. ¿El negacionismo como directriz del Centro de Memoria Histórica?
  15. Académicos internacionales abogan por el Centro de Memoria Histórica
  16. Memoria amenazada
  17. La mala hora de la memoria histórica
  18. El deber de la memoria debe preservarse

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CNMH, Gonzalo Sánchez, Memoria, Reparación, Víctimas

Si los ríos y los árboles hablaran, ¿qué nos contarían sobre la guerra?

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María Luisa Moreno Rodríguez

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María Luisa Moreno Rodríguez

Publicado

03 Nov 2018


Si los ríos y los árboles hablaran, ¿qué nos contarían sobre la guerra?

  • En la vereda Las Brisas de San Juan Nepomuceno, Bolívar, un árbol de tamarindo que era el lugar de encuentro y descanso de la comunidad, fue elegido por los paramilitares para masacrar a doce campesinos. Este es uno de los paisajes de la guerra que hizo parte de los recorridos realizados por un equipo de investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica.
  • Los paisajes contienen historias que relatan o callan la memoria del conflicto armado. Esto aparece reflejado en el libro “Narrativas de la guerra a través del paisaje” y el especial web “Recorridos por los paisajes de la violencia en Colombia” que dan cuenta de los relatos alrededor de los árboles, los cuerpos de agua, las ruinas, los puentes y los caminos de varios rincones del país. El lanzamiento de estos productos tendrá lugar el 8 de noviembre en la ciudad de Cali.

En un pulso constante entre el recuerdo y el olvido, los antiguos campamentos de la guerrilla de las FARC negocian su supervivencia ante el avance de la naturaleza que día a día busca echar raíces sobre las ruinas que nos recuerdan un proceso de paz fallido. Actualmente, las antiguas moradas de alias “Joaquín Gómez”, “Adán Izquierdo” y el “Mono Jojoy” son espacios abandonados que si bien parecen silenciosos, contienen múltiples huellas del paso de la guerra por el territorio colombiano. 

Este es uno de los 12 escenarios por los que transita el proyecto “Recorridos por los paisajes de la violencia en Colombia”, una investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) que aborda la construcción de la memoria a partir de los relatos alrededor de los cuerpos de agua, las ruinas, los puentes, los caminos y los árboles de varias regiones del país. Otro ejemplo de este trabajo lo encontramos en la vereda Las Brisas de San Juan Nepomuceno (Bolívar), donde el árbol de tamarindo, que suponía un lugar de encuentro, descanso, intercambio de productos, fiesta y juego para la comunidad, fue el lugar que el Bloque Héroes de los Montes de María eligió para torturar y masacrar a doce campesinos de la zona acusados de hacer parte de las filas de la insurgencia. 

Árbol de tamarindo, vereda Las Brisas del municipio de San Juan Nepomuceno (Bolívar), 2016. – Fotografía: Javier Díaz Melo para el CNMH. 

Los resultados de este proceso serán socializados el 8 de noviembre de 2018 en la ciudad de Cali, mediante el lanzamiento del especial web “Recorridos por los paisajes de la violencia en Colombia” y del libro “Narrativas de la guerra a través del paisaje”. Con estos insumos el CNMH espera mostrar, a partir de imágenes, ilustraciones, sonidos, videos, cartografías y relatos, que los paisajes han sido víctimas y testigos de la violencia en Colombia y que en ellos es posible hallar una valiosa herramienta para comprender los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado, dignificar a las víctimas y poner en marcha medidas de reparación que tengan en cuenta las condiciones diferenciales de cada población y territorio.

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Cali, Semana por la Memoria

Conmemoración de la masacre de Segovia, ¿quién tiene la verdad 30 años después?

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CNMH

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CNMH

Publicado

06 Nov 2018


Conmemoración de la masacre de Segovia, ¿quién tiene la verdad 30 años después?

La conmemoración por los 30 años de la masacre de Segovia, Antioquia, rendirá homenaje a las 46 víctimas que dejó la incursión paramilitar perpetrada el 11 de noviembre de 1988. Sus participantes harán un recorrido histórico por los lugares donde fueron asesinadas.


Para las familias y las organizaciones sociales, la verdad frente a los hechos ocurridos en 1988 es fundamental para alcanzar una transición hacia la paz en el municipio.

Según el informe del CNMH, Silenciar la democracia: Las masacres de Remedios y Segovia (1982-1997), en el Alto nordeste antioqueño se registraron 32 masacres entre 1982 y 2002.

El próximo 11 de noviembre se llevará a cabo la conmemoración “La verdad, un camino hacia la reconciliación. Nunca más una masacre en Segovia”. Esta acción simbólica, organizada por los familiares de las víctimas, las organizaciones sociales y la administración municipal, busca interpelar a la sociedad frente al asesinato de 46 personas ocurrido el 11 de noviembre de 1988.

La conmemoración iniciará con una eucaristía por el barrio La Madre en Segovia y sus participantes harán un recorrido histórico por las paradas en lugares donde fueron asesinadas las víctimas. En la plaza central también se hará una jornada contra el olvido que incluye la instalación de un foro, actos culturales y simbólicos.

Hace 30 años, los sueños por un cambio alternativo en el municipio de Segovia fueron interrumpidos por la violencia paramilitar. Los conflictos sociales producidos por el auge del oro a principios de los años 80 en la región, además de su acelerado crecimiento demográfico, derivaron en un movimiento social liderado por los sindicatos de la región.

Desde 1986, con la apertura electoral fruto de la descentralización política del Estado, varios de estos movimientos sindicales, sociales y campesinos se unieron al partido de la Unión Patriótica (UP) transformándose en actores determinantes del proceso electoral y la protesta social. El partido de la UP logró ganar las alcaldías de Apartadó, Mutatá, Remedios, Yondó y Segovia en el departamento de Antioquia. Sin embargo, esto también les llevó a convertirse en blanco particular del escalamiento de la violencia del conflicto armado.

Desde que la UP alcanzó 6 de las 10 curules en los respectivos concejos municipales de Segovia y Remedios a sus habitantes los tildaron de guerrilleros y comunistas. El punto más álgido de la violencia llegó el 11 de noviembre de 1988, cuando una alianza criminal entre miembros de la Fuerza Pública, paramilitares del Magdalena Medio y políticos regionales bajo el nombre de “Muerte a Revolucionarios del Nordeste” (MRN) asesinó a 46 personas y según la comunidad dejó sesenta personas heridas y familias desplazadas incluyendo a la Alcaldesa de la UP en ese entonces, Rita Ivonne Tobón Areiza, quien se encuentra en el exilio.

Por estos hechos, la Corte Suprema de Justicia condenó a 30 años de prisión al ex representante a la Cámara por el Partido Liberal, César Pérez, quien se alió con miembros del Batallón Bomboná y del comando de Policía de Segovia, así como con los paramilitares Fidel Castaño y Henry Pérez, este último ex jefe de las Autodefensas de Puerto Boyacá, para cometer esta masacre luego de que su partido perdiera las elecciones del 86. En su momento fue condenado Fidel Castaño como determinador y 2 civiles y 5 miembros de las Fuerza Pública por su participación en la planeación y ejecución de las amenazas y la masacre.

A pesar del dolor que han dejado las heridas de la guerra, durante los últimos 8 años, la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño (CAHUCOPANA) y la Corporación Reiniciar vienen impulsando anualmente la conmemoración de este hecho, con el objetivo de seguir exigiendo la verdad sobre lo sucedido, para que así haya justicia, reparación y garantías de no repetición.

“Queremos un municipio donde se respete la vida de aquel que piensa diferente, donde los campesinos y campesinas no sean estigmatizados, donde los líderes, lideresas y los defensores de derechos humanos puedan caminar libremente sin temor alguno”- Líder de Segovia.

Fecha: 11 de noviembre de 2018
Hora: 09:00 a.m.
Lugar: Barrio La Madre
Segovia, Antioquia

 

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Conmemoraciones, Masacre, Segovia, Semana por la Memoria, Víctimas

Segunda parte – De las mujeres y el amor en medio de la guerra

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

09 Nov 2018


Segunda parte – De las mujeres y el amor en medio de la guerra

¿Estaba permitido amar en medio de la guerra? ¿Como se vivían las relaciones humanas sentimentales bajo la constante presión de moverse de un campamento a otro? ¿Cuántas historias de amor y amistad quedaron perdidas en la selva?


Preparando el lanzamiento del corto documental Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra, este próximo 15 de noviembre a las 6:00 p.m. en el auditorio del Museo Nacional en Bogotá y el 17 de noviembre en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorproación Antonio Nariño, en Iconoczo Tolima, publicamos hoy la segunda entrega de la serie de cuatro textos sobre Nunca invisibles, la iniciativa de memoria de mujeres excombatientes y exclandestinas de las Farc.

En 2018 el Centro Nacional de Memoria Histórica, con el apoyo del gobierno de Canadá y el PNUD, priorizó a la iniciativa Nunca invisibles para prestar acompañamiento técnico y financiero para el desarrollo de este proceso de memoria de  un grupo de mujeres ex combatientes y ex clandestinas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), que busca reconstruir y resignificar, a través de un documental sus experiencias, miradas, vivencias e historias de vida personales y colectivas antes de ingresar a las filas de la guerrilla, durante su participación en este grupo armado y ahora de vuelta a la legalidad, tras el proceso de paz de La Habana.

Nunca invisibles: mujeres farianas, adiós a la guerra es una serie de cuatro crónicas escritas a partir de las experiencias de vida de mujeres excombatientes y exclandestinas de las Farc, que hace parte del proceso de la iniciativa de memoria histórica “Nunca invisibles”, priorizada y acompañada en 2018 por el CNMH con recursos del gobierno de Canadá a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD. Los contenidos son responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan las opiniones del CNMH, del gobierno de Canadá o del PNUD.

 

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Iniciativas de Memoria


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Lecciones de una activista introvertida: una entrevista a la inglesa Sarah Corbett

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Craftivist Collective – Flickr

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Craftivist Collective – Flickr

Publicado

14 Feb 2019


Lecciones de una activista introvertida: una entrevista a la inglesa Sarah Corbett

  • Una de las invitadas al Hay Festival Cartagena, y creadora del colectivo “Craftivism”, nos contó cómo el arte y las manualidades son su herramienta más poderosa en la defensa de los derechos humanos.
  • En uno de sus proyectos escondió rollos de papel en tiendas de ropa de grandes marcas, con el mensaje: “Si somos lo que vestimos, ¿no deberíamos tratar de estar seguros de que nuestra ropa esté hecha por trabajadores bien pagados y tratados dignamente?”.

La inglesa Sarah Corbett, fundadora del colectivo Craftivism (una fusión de las palabras craft: arte u oficio y activism: activismo), tiene tatuadas unas tijeras que le cubren el antebrazo izquierdo casi por completo. “Son mi herramienta para hacer cambios”, dice. Luego enseña el brazo completo y se ven dibujados, también, un carrete de hilo, un metro de modistería, un trozo de lana… Esos son los instrumentos con los que Sarah trabaja para defender, reclamar y reivindicar los derechos humanos. El suyo -explica- es un activismo tranquilo que utiliza las artes y las manualidades para despertar la curiosidad de la gente, para generarle preguntas, para confrontarla “amablemente” y lograr que empaticen con sus causas.

Por ejemplo: uno de sus proyectos más célebres consistió en repartir pequeños rollos de papel, en tiendas de ropa de grandes marcas, con el mensaje: “Por favor, ábreme”. Los rollos, amarrados con cintas de colores, estaban acomodados en los bolsillos de chaquetas, pantalones y abrigos, de marcas acusadas de explotación laboral. Al abrir los rollos se leía el siguiente mensaje: “La ropa hace a la persona. Esa es una gran responsabilidad, ¿verdad? Si somos lo que vestimos, ¿no deberíamos tratar de estar seguros de que nuestra ropa esté hecha por trabajadores bien pagados y tratados dignamente?”. De este estilo son todas sus intervenciones, que buscan rechazar la violencia, defender los derechos de quienes padecen enfermedades mentales, reivindicar los derechos laborales…

  • Proyecto en contra de la explotación laboral en la industria de la moda: en estos rollos de papel, se hizo un llamado al comprador para reflexionar sobre el origen de las prendas.

  • “Puedes decir cuál es la condición de un país, al mirar el estado de sus mujeres”, mensaje de una campaña contra la violencia de género.

  • Sarah Corbett creció en una familia de activistas en Liverpool, Reino Unido. Desde niña, estuvo inmersa en protestas en defensa de los derechos humanos.

Sarah Corbett fue una de las invitadas al Hay Festival Cartagena (celebrado del 31 de enero al 3 de febrero), con el apoyo del British Council. En su libro How to be a craftivist: the art of gentle protest cuenta cómo las personas tímidas e introvertidas, como ella, pueden convertirse en activistas sin necesidad de levantar la voz ni el dedo acusador.

En Colombia el activismo está muy estigmatizado; incluso hay quienes se refieren a los activistas como terroristas o delincuentes, logrando desviar el debate de las causas que están defendiendo. ¿Cómo romper ese estigma?

Mi apuesta (el craftivism) es por una protesta tranquila, amable, que intenta atraer a gente que no está de acuerdo con el activismo violento, confrontativo. Es mi manera de mostrar que el activismo no solo puede ser ruidoso, agresivo, violento. Tu puedes hacer activismo desde la calma, el respeto; abriendo conversaciones con personas que no están de acuerdo contigo, argumentando esas diferencias, yendo a la raíz de los problemas.

El activismo que yo hago es pausado, tiene un proceso de pensamiento. Y siempre es respetuoso. En mi colectivo hay personas tímidas, introvertidas, silenciosas, que realmente quieren trabajar por generar un cambio, pero no ven en la protesta agresiva una manera de hacerlo. Yo creo que el  craftivism es una manera de romper ese estigma.

Uno de sus proyectos más publicitados ocurrió en tiendas de ropa de grandes marcas relacionadas, desde hace mucho tiempo, con prácticas de abuso y explotación laboral. Si ya el mundo conocen denuncias e investigaciones sobre esos abusos, si ya se han hecho todo tipo de protestas en contra de estas marcas y la situación sigue igual, ¿cómo puede generar un cambio un gesto tan sencillo como poner en los bolsillos de chaquetas o abrigos, un rollo de papel confrontando a la gente sobre el consumo de estas tipo prendas?

Este tipo de trabajo toma tiempo y no hay técnicas para garantizar una respuesta rápida. Además, debe ser un trabajo combinado con otro tipo de estrategias: hacer lobby con las grandes compañías y con los políticos, trabajar con los usuarios hasta que decidan cambiar sus hábitos. Mi propuesta no pretende hacer sentir mal al comprador o señalarlo, sino estimularlo para despertarle la curiosidad.

Son mensajes pensados desde la sicología y la sostenibilidad: preguntas abiertas, mensajes positivos y hasta poéticos, que generan recordación. Además, estéticamente, son mensajes bellos que atraen a la gente. Con este proyecto, además, llegamos a medios de comunicación de todo el mundo, y a través de ellos también estábamos entregando nuestro mensaje. Si lo haces estratégicamente, de una forma que no es agresiva, que no excluye a la gente, que no los hace sentirse culpables, vas a animarlos a sumarse, a hacer parte de tu causa.

Generalmente el activismo está relacionado con alzar la voz y el suyo, en cambio, es un activismo que utiliza las manos como principal herramienta. ¿Por qué para usted son más poderosas las manos que la voz?

Yo no los pondría a competir. Creo que necesitamos recurrir a todas las estrategias. Hoy sabemos que gritar y reaccionar de una manera violenta no cambia las mentes. Es muy posible que ni siquiera te escuchen, así estén de acuerdo contigo. No tiene sentido comunicarnos con gritos, o decirle a alguien “tienes que hacer esto”, porque no va a ser tan efectivo. En cambio si le damos elementos a la gente para que cambie sus ideas o sus acciones, hay un efecto a más largo plazo. Si les dices: “¿tu crees que si haces esto puede ser beneficioso o puedes beneficiar a alguien? O ¿qué tal si haces esto, qué piensas?”. Eso es más impactante. Cuando somos agresivos y bullosos la gente se siente presionada y lejana a ti. Mucha gente se siente frustrada con el activismo porque no los escuchamos, porque no empatizamos con ellos, porque no tratamos de entender cómo se sienten. Necesitamos ser más maduros y respetuosos para ser más efectivos.

Usted misma dice que el craftivism no fue una creación suya, que hay mucha gente que viene trabajando en este tipo de activismo… ¿Quienes son esas personas que la inspiran a usted?

Muchas. Yo leo mucho sobre psicología, neurociencia y ciencias del comportamiento. Brené Brown (El poder de ser vulnerable) es una de mis heroínas. He leído todos sus libros. Ahora estoy leyendo a Rutger Bregman (Utopía para realistas). Pero tengo que decir que mis activistas favoritos son Mandela, Martin Luther King, Gandhi y Eleanor Roosevelt. Ella es una de mis mayores referentes.

Uno de los principales proyectos del Centro Nacional de Memoria Histórica, es el Museo de la Memoria Histórica de Colombia, que está en proceso de construcción. ¿Qué objeto no podría faltar en un museo de memoria de su vida?

Para mí las tijeras son muy importantes, son mi logo. Por eso las tengo tatuadas. Yo colecciono tijeras porque, metafóricamente, son mi manera de darle forma al futuro y hacer parte del cambio. En ese museo de la memoria de mi vida tendría que haber unas bonitas tijeras. Tengo un par de mi abuela que significan mucho para mi. Son mi herramienta para hacer cambios.



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Nuestras publicaciones ya están en más de 600 bibliotecas del país

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CNMH

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CNMH

Publicado

15 Feb 2019


Nuestras publicaciones ya están en más de 600 bibliotecas del país

En el 2017 el Centro Nacional de Memoria Histórica creó la estrategia Bibliotecas con Memoria para ampliar el acceso a sus publicaciones. Nuestros informes y productos están en 16 departamentos.


Hoy, cerca de 600 bibliotecas públicas, privadas, escolares y universitarias de 16 departamentos del país, cuentan con una colección de libros sobre la memoria histórica del conflicto armado colombiano. Este es el resultado de la estrategia Bibliotecas con Memoria, que creamos en el 2017 con el objetivo de aumentar el acceso a nuestras publicaciones, especialmente en los territorios más alejados y afectados por la guerra.

“Se trata de una estrategia de divulgación y difusión para que la memoria histórica del conflicto armado se convierta en un bien público y de acceso para todo el país”, explicó el coordinador de Bibliotecas con Memoria, Jadín Samit Vergara. Esta estrategia es, además, un mecanismo de reparación simbólica para las víctimas y la sociedad en general.

Las regiones con más bibliotecas dotadas con colecciones de libros, videos, series radiales y herramientas multimedia del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) son Nariño, con 65 bibliotecas públicas municipales; Bogotá y Cundinamarca, con 33 bibliotecas y centros de documentación; Atlántico con 27; Valle del Cauca con 20; La Guajira con 14 y Cartagena con 16 bibliotecas universitarias.

Dos de los grandes logros de esta estrategia en el 2018 fueron llevar la colección completa del CNMH a la sede Bogotá de la Universidad Nacional, y la inclusión de nuestro material en los catálogos de las 18 sedes de la Universidad Cooperativa de Colombia en todo el país. Este año tenemos el reto de actualizar las colecciones de las instituciones de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y de la Red Cultural del Banco de la República. Además, se realizarán eventos de entrega de libros a bibliotecas de La Guajira, Arauca, Caquetá, el Eje Cafetero, Antioquia, Córdoba y Chocó.

“Los municipios y regiones más apartadas del país somos quienes más hemos sufrido el conflicto armado y por eso es importante que nuestros estudiantes, padres de familia y docentes accedan a la memoria histórica”, dijo la profesora Martha Andrade, de la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta de Samaniego (Nariño). Además, señaló que “desde que recibimos la colección de libros del CNMH hemos iniciado una serie de talleres, jornadas académicas y trabajos audiovisuales, hechos por nuestros estudiantes con teléfonos, para que toda la comunidad entienda que la violencia y la guerra no pueden volver a repetirse”.

Todas las publicaciones y contenidos sonoros y audiovisuales del CNMH están disponibles, para su libre descarga, en la web www.centrodememoriahistorica.gov.co/informes

Para más información:

Jadín Samit Vergara, coordinador de la estrategia Bibliotecas con Memoria
Teléfono: (+57) 317 647 0810
Email: bibliomemorias@https:https://centrodememoriahistorica.gov.co

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