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Publicado
14 agosto 2020
Pueblos indígenas, víctimas de violencias de larga duración
- El Centro Nacional de Memoria Histórica contextualiza la situación de violencia contra los pueblos indígenas a propósito de la conmemoración del Día Internacional de los pueblos indígenas.
- El asesinato selectivo ha sido el principal hecho victimizante contra estas comunidades, con un total de 2300 víctimas entre 1958 y 2019. La afectación del conflicto incluye a 736 líderes y autoridades indígenas.
El pasado 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, fecha instaurada por la Asamblea General de las Naciones Unidas durante el Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo (1995 – 2004) para alzar la voz por la preservación de las culturas indígenas del mundo y reconocer la afectación de sus comunidades por fenómenos como la pobreza, la exclusión, el despojo de tierras, la vulneración de sus derechos y la pérdida de sus tradiciones culturales.
Es por esto que el Observatorio de Memoria y Conflicto (OMC) del CNMH nos entrega las siguientes cifras que nos permiten analizar las formas de violencia contra los pueblos indígenas en el marco del conflicto armado.
Según los registros del OMC, entre 1958 y 2019 los pueblos indígenas han sido violentados con un total de 5011 víctimas durante el conflicto. El asesinato selectivo es el principal hecho victimizante, con un total de 2300 víctimas durante el periodo registrado.
“El que hace pocas décadas se hayan acuñado conceptos como ‘desplazamiento forzado’, ‘confinamiento’, ‘masacre’, ‘conflicto armado’, no significa que los hechos a que ellos se refieren no se vengan repitiendo de manera interrumpida en nuestras comunidades desde que llegaron los españoles. El conflicto armado no ha reemplazado esas otras violencias históricas, antes bien se ha superpuesto a ellas y las ha reforzado”. Plan de salvaguarda Pueblo Indígena Betoy (2013) pág. 15. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág 113.
La vulneración a la integridad política y organizativa de los pueblos indígenas durante el conflicto armado es uno de los daños más graves evidenciados. Entre las víctimas hay 736 líderes y autoridades indígenas (dirigentes, líderes comunitarios, militantes políticos, autoridades tradicionales, defensores de derechos humanos y concejales).
“Asesinar un payé, un jaibana o un the wala, secar una laguna o ubicar en sitios sagrados batallones o campamentos militares desequilibra y desarmoniza el corazón de los pueblos”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 114.
Violencia, paz y perpetradores
Durante el conflicto armado reciente (1958-2019) la violencia contra los pueblos indígenas en Colombia se intensificó entre 2000 y 2012. El mayor número de víctimas indígenas se registró en el año 2002 con 314 víctimas, año de la ruptura de los Diálogos de paz en El Caguán e inicio de la política de Seguridad Democrática, momento de auge de la guerra que impactó fuertemente en los territorios, lugares de la confrontación armada.
A partir de 2012 —año en que iniciaron las negociaciones de paz en La Habana— se marca un decrecimiento notable de los hechos de violencia contra la población indígena hasta llegar en 2019 a 16 víctimas.
“La década de los dos mil trajo consigo cambios en el panorama político nacional, a partir de la abierta decisión del gobierno de Andrés Pastrana de abandonar las negociaciones con las FARC en 2002, lo que redundó en la exacerbación de la violencia paramilitar” Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 343.
Los pueblos indígenas han sufrido las acciones violentas de parte de grupos guerrilleros, paramilitares, grupos posdesmovilización, grupos armados no identificados, desconocidos y agentes del Estado. La autonomía territorial de las comunidades indígenas ha sido uno de los factores determinantes en la victimización. Proyectos económicos en territorios sujetos a consulta previa, negocios extractivos legales e ilegales y el narcotráfico han motivado la disputa por el control territorial.
“Nosotros venimos sufriendo de una violencia terrible por parte del blanco en su rol de colono, de evangelizador, de terrateniente, de empresario o de actor armado, desde hace mucho tiempo antes de que aparecieran las guerrillas y los paramilitares contemporáneos. Esta historia encarna racismo, sed de riqueza, apropiación de territorios ancestrales, incomprensión a los indígenas, imposición de un modelo de desarrollo donde incomodamos”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 113.
El territorio como víctima
Los pueblos indígenas más afectados por el conflicto armado son los habitantes de las regiones Pacífico y Caribe, territorios de expansión de la violencia, de disputa por el control territorial entre grupos paramilitares, guerrillas y fuerzas del Estado en su tarea de ejercer el monopolio de la violencia en el territorio nacional, regiones donde se han desplegado de manera importante los negocios ilícitos del narcotráfico y la explotación minero-energética.
“En la comprensión del mundo capitalista la naturaleza es un objeto de producción de riqueza y la expulsión de los pueblos y comunidades que habitan esos lugares se vuelve una acción necesaria para consolidar proyectos económicos y políticos determinados. La existencia indígena se entiende como un obstáculo para la consolidación de esos proyectos o el mal llamado “desarrollo”, no solo por su presencia física en determinados lugares, sino fundamentalmente por la diferente comprensión que tienen de la relación que se establece con el entorno”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 135.
Los pueblos indígenas de la región Pacífico del país se sitúan como los mayormente afectados, en los departamentos de Cauca, Nariño, Chocó, con un total de 1922 víctimas. La cual también está ligada con el departamento del Putumayo como corredor del conflicto y del narcotráfico hacia el andén Pacífico, región importante de siembra de coca, explotación minera, rutas del narcotráfico y salida de droga hacia su comercialización internacional.
Los departamentos de La Guajira, Cesar, Córdoba y Antioquia, también protagonizan la mayor cantidad de víctimas de pueblos indígenas (1.427), región de corredor del narcotráfico, explotación minero-energética, petrolera y control paramilitar hacia el caribe colombiano. Ver: Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) Pp. 335.
“La violencia contra lo indígena se conecta con la existencia de intereses abiertamente opuestos a la conservación de los órdenes cosmogónicos propios en los territorios”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 115.
“La violencia de la guerra y el conflicto armado interrumpen, alteran y administran de forma obligada la vida, no solo la de los pueblos indígenas. (…) Existe una relación vital entre el territorio y los seres que lo habitan, que no está determinada por una superioridad natural de los seres humanos sobre los seres espirituales, sino que tanto los unos como los otros hacen parte de un tejido compartido, en Nasa Yuwe, umnisa, una Red Vital”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) pág. 108.
Los registros del Observatorio Memoria y Conflicto, evidencian que los pueblos indígenas mayormente afectados por el conflicto armado son los habitantes de las regiones del Pacífico (Paez/Nasa, Embera katío, Embera Chamí, Embera, Awá) y Caribe colombiano (Kankuamo, Wayu, Zenú).
Mujeres indígenas víctimas
Según las cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, 795 mujeres indígenas han sido victimizadas en medio del conflicto armado. Desde la colonia hasta nuestros días sobrevive una noción de lo femenino como elemento apropiable por parte de los hombres alzados en armas.
“La violencia del conflicto armado contra la mujer afecta el espíritu de la mujer y altera el ordenamiento ancestral. Configura una violación del todo, del origen y del orden de la vida y no puede comprenderse independientemente de las otras expresiones de la violencia”. Tiempos de vida y muerte. Informe Nacional de Pueblos Indígenas, ONIC – CNMH (2019) Pág.115.
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