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Nuevo Embajador de la Confederación Suiza visitó el CNMH

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Publicado

30 Ene 2015


Nuevo Embajador de la Confederación Suiza visitó el CNMH

El pasado martes 27 de enero, el Señor Kurt Kunz, Embajador de la Confederación Suiza en Colombia desde diciembre del año anterior, realizó una visita de cortesía al Director del CNMH. Durante el encuentro, el nuevo Embajador tuvo la oportunidad de conocer directamente el trabajo del CNMH y los antecedentes de la relación entre esta entidad y el Gobierno de su país, que se remontan al trabajo del Grupo de Memoria Histórica y que se han concentrado en el tratamiento del pasado. 

El Señor Kunz hace parte del servicio diplomático suizo desde 1989. Durante su carrera, ha trabajado en las Embajadas de su país en Austria, Brasil y España, y, en el campo multilateral, en la Organización para la Seguridad y la Cooperación de Europa -OSCE- y en la Organización del Tratado Atlántico Norte -OTAN-.

Esperamos que la misión del nuevo Embajador en Colombia sea fructífera y que podamos seguir trabajando conjuntamente por la construcción de una paz sostenible en Colombia. 

 


CNMH, Embajada Suiza

Solidaridad con Antonio Navarro Wolf

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CNMH

Publicado

02 Feb 2015


Solidaridad con Antonio Navarro Wolf

“Como amigos, como ciudadanos y como admiradores de sus continuos aportes a la construcción de un nuevo país, hacemos nuestro su dolor”. Con estas palabras Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, expresó su solidaridad al Senador Antonio Navarro Wolf por la pérdida de su hijo Gabriel, en nombre de todo el equipo del CNMH.

 


CNMH, Dolor, Paz, Solidaridad

Acuerdos de la Verdad, ejemplo para la paz

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Publicado

10 Mar 2015


Acuerdos de la Verdad, ejemplo para la paz

Esfuerzo de Colombia por construir verdad, a través del Centro Nacional de Memoria Histórica, fue analizado por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref).


En el proceso de paz se necesitan mecanismos extrajudiciales que pueden aprovechar la experiencia de los Acuerdos de la Verdad (Ley 1424 de 2010), entre otros, que relacionan fórmulas judiciales y no judiciales  “de una manera coherente, estratégica y aplicable”.

Así lo destacó la investigadora Silke Pfeiffer en el artículo “La justicia transicional para combatientes en Colombia: una mirada desde la Ley 1424”, que fue publicado por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref por sus siglas en Inglés) en su última edición, donde hace un análisis de la experiencia colombiana, a través de los Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, y destaca aportes de esta legislación sin antecedentes en el mundo.

En momentos en los que avanzan las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y se explora el camino con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las lecciones aprendidas con la aplicación de esta ley dan luces sobre los esfuerzos que en materia de justicia, verdad y reparación son viables de aplicar para impulsar procesos de reintegración.

En cumplimiento de esta ley, el Centro Nacional de Memoria Histórica, a través de su Dirección de Acuerdos de la Verdad, hizo una labor sistemática para desarrollar el Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad, el cual fue bien valorado por Pfeiffer en su artículo pues “se han hecho considerables progresos en resolver la situación legal de los excombatientes y recopilar testimonios que se sumarán a un mejor entendimiento de una dimensión clave del conflicto”.

Pfeiffer consideró que estos procesos se enfrentan a la necesidad de focalizar -desde el inicio- los responsables de graves crímenes y la creación de soluciones que equilibren las agendas de reintegración y de rendición de cuentas para prevenir el rearme y continuar con el avance de la reconciliación.

“Los esfuerzos en justicia, verdad y reintegración necesitan estar relacionados en un modo que sea coherente, estratégico y que se pueda implementar. Contrario con la desmovilización paramilitar, la actual agenda de negociación es suficientemente amplia para incorporar justicia y desarme, desmovilización y reintegración en una estrategia de construcción de paz comprensiva en la cual factores que desincentiven la desmovilización y la reintegración puedan ser evitados”, destaca la publicación.

La autora del artículo explicó que la Ley 1424 fue la mejor opción encontrada para sacar del limbo jurídico en el que quedaron los combatientes no cubiertos por la Ley 975 (llamada ley de Justicia y paz). Sin embargo, advierte que desde su creación tiene problemas como la poca coordinación interinstitucional, la pérdida de la confianza generada por el cambio en las reglas que ha impactado el proceso de decir la verdad y la reintegración, “al tiempo que los procedimientos de la justicia ordinaria y de la transicional no están en sintonía”; problemas que deben ser superados con la creación de incentivos de reintegración apropiados y la defensa efectiva de los derechos de las víctimas.

 
 


Acuerdos a la verdad, CNMH, Noruega, Paz

Avanza la verdad no judicial en Colombia

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CNMH

Publicado

24 Mar 2015


Avanza la verdad no judicial en Colombia

Cerca de 5.000 desmovilizados han entregado su relato al Centro Nacional de Memoria Histórica para aportar a la verdad.


Los primeros informes se refieren a los bloques Cacique Nutibara, Bananero, Elmer Cárdenas, Calima y Tolima de las Auc.

Alrededor de cinco mil personas desmovilizadas de diferentes estructuras paramilitares, localizados en diferentes regiones del país, están ayudando a construir la verdad no judicial del conflicto armado con sus relatos.

Y es que este proceso muestra hoy avances gracias a la ejecución del Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad, creado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, que busca convertirse en un recurso reparador para las víctimas del conflicto y en fuente de conocimiento para la sociedad.

Así lo destacó el director de Acuerdos de la Verdad (DAV) del CNMH, Álvaro Villarraga, quien a propósito del Día Internacional del Derecho a la Verdad recordó que en Colombia avanza un proceso de reconstrucción de verdad histórica sin antecedentes en el mundo, que fue resaltado recientemente por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref por sus siglas en Inglés).

Las personas firmantes de los Acuerdos de la Verdad reciben la certificación por sus aportes. A la fecha se han expedido 1.400 certificaciones que están en proceso de entrega a través de las diferentes sedes regionales de la DAV.

El CNMH elaborará una serie de informes que darán cuenta de la actuación de las distintas estructuras paramilitares, las violaciones a los Derechos Humanos y todas las circunstancias que necesitan conocer las víctimas y la sociedad colombiana. Los primeros informes se refieren a los bloques Cacique Nutibara, Bananero, Elmer Cárdenas, Calima y Tolima de las Auc, así como una investigación de violencia sexual.

La información brindada por las personas desmovilizadas se contrastará con contribuciones voluntarias a partir del segundo semestre de este año. Es decir, las versiones de las víctimas, instituciones, academia, entre otros que consideren que pueden realizar un aporte efectivo a la construcción de la verdad histórica del conflicto.

En Europa destacan mecanismo de verdad colombiano

El mecanismo que incorpora las voces de diferentes actores fue destacado en el último informe del Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref por sus siglas en Inglés), por considerar que en el proceso de paz se necesitan mecanismos extrajudiciales que pueden aprovechar la experiencia del CNMH que relacionan fórmulas no judiciales  “de una manera coherente, estratégica y aplicable”.

De acuerdo con el artículo “La justicia transicional para combatientes en Colombia: una mirada desde la Ley 1424”, de la investigadora Silke Pfeiffer, la DAV hizo una labor sistemática para desarrollar el Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad, con el cual “se han hecho considerables progresos en resolver la situación legal de los excombatientes y recopilar testimonios que se sumarán a un mejor entendimiento de una dimensión clave del conflicto”.

Fecha ONU

El día Internacional del Derecho a la Verdad de Violaciones Graves de los DDHH, fue definido el 21 de diciembre de 2010 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, que proclamó el 24 de marzo como la fecha para promover la importancia del derecho a la verdad y a la justicia por parte de las víctimas; rendir tributo a quienes han dedicado su vida a la lucha por promover y proteger los derechos humanos, así como reconocer la labor y los valores de monseñor Óscar Arnulfo Romero, de El Salvador, quien se consagró activamente a la promoción y protección de los derechos humanos en su país.

¿Por qué es importante la verdad no judicial en la reconstrucción de memoria?



Acuerdos a la verdad, CNMH, Colombia

Seguimos haciendo la tarea

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dps.gov.co

Publicado

22 Abr 2015


Seguimos haciendo la tarea

Tal y como lo indica el documento Conpes 3654 de 2010, en que se exalta la importancia de la rendición de cuentas a la ciudadanía, el Centro Nacional de Memoria Histórica acudió el pasado viernes 10 de abril a Riohacha, La Guajira, a la cita con la comunidad y con las entidades del Sector de la Prosperidad Social como expresión de control social y de transparencia.


Las seis entidades del sector – DPS, el ICBF, la Unidad para las Víctimas, la Unidad para la Consolidación, el Centro de Memoria Histórica y la ANSPE- rindieron cuentas de su gestión durante el  2014.

Riohacha fue la anfitriona de este encuentro, se preparó para recibir a delegaciones de funcionarios de las diferentes entidades y por supuesto el pueblo guajiro fue testigo de lo que allí se hablaba.

Para el caso del  CNMH, se resaltó la gestión que desde la Dirección de Archivos se hace con el tratamiento de los archivos de derechos humanos y el centro de documentación con el que cuenta el Centro.

Para Natalia Vélez –quién hace parte del equipo del CNMH-  “estas jornadas son muy importantes porque permiten contarle a la sociedad en general los logros, los proyectos futuros y las acciones por mejor en el tema de la inclusión social”.

Una pregunta que llegó al CNMH a través de las redes sociales y que fue respondida, en la audiencia pública, por el asesor e investigador del Centro Andrés Suárez fue: ¿por qué hacer el Museo Nacional de la Memoria (MNM) en Bogotá? La respuesta consistió en contarle a la ciudadanía que el Museo será construido para el servicio de las víctimas y de la sociedad en general, que servirá como plataforma para promover iniciativas locales y regionales de memoria y además de esto el MNM estará ubicado estratégicamente en el eje de la memoria en Bogotá, donde varios proyectos sociales y urbanísticos convergen allí.

 


CNMH, Conpes, DPS, ICBF

Comunicado a la opinión pública

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CNMH

Publicado

30 Abr 2015


Comunicado a la opinión pública

El Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, rechaza el asalto a sus instalaciones, en la madrugada de este jueves, 30 de abril, por parte de delincuentes.

En el hecho, ocurrido a las 2 de la mañana, un hombre ingresó por el techo de la sede general del CNMH, y sustrajo cinco computadores personales y dos cámaras fotográficas.

En las instalaciones del CNMH hicieron presencia agentes de la Policía Nacional y del Cuerpo Técnico de la Fiscalía, quienes iniciaron la investigación sobre este hecho lamentable.

La primera hipótesis de las autoridades es que este robo habría sido cometido por delincuencia común.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, como entidad del Estado, reitera la necesidad de proteger y respetar el trabajo por la defensa de las víctimas del conflicto armado y por la preservación de la memoria histórica.

 


CNMH, Comunicado, Opinión

El ¡Basta ya! puede escucharse y leerse en braille

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CNMH

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CNMH

Publicado

07 May 2015


El ¡Basta ya! puede escucharse y leerse en braille

El pasado 4 de mayo, en el cierre de la vigésimo octava edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) presentó la línea de materiales accesibles. Una nueva colección para que personas con discapacidad visual puedan conocer la historia y memorias del conflicto armado colombiano.


Líderes de organizaciones que trabajan con personas en situación de discapacidad visual, representantes del Instituto Nacional para Ciegos (INCI), la Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC) y público que asistía al último día de la Filbo 2015 acompañaron la presentación de la serie radial “La vida cuenta” en braille y el informe “¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad” en braille, macrocaracteres y libro hablado.

“Para el CNMH es muy importante que todo el país conozca la historia del conflicto armado, por eso hoy presentamos esta línea de materiales accesibles. Además, empezamos a cerrar así una brecha inmensa que la sociedad ha tenido con las personas en situación de discapacidad” expresó Camila Media, Directora de Construcción de Memoria Histórica del CNMH, al iniciar el panel.

Carlos Parra, director del INCI y otro de los invitados a la mesa de presentación, también reconoció este avance: “es importante que el Estado colombiano piense en nuestra población y que podamos recorrer con nuestros dedos la historia del conflicto armado colombiano, pues muchas personas invidentes tienen en sus ojos la marca de la guerra”.

Finalmente, Lily Montes -subgerente de Radio de RTVC- destacó: “cerramos la Feria del Libro dejando una huella. Para nosotros es vital tejer lazos sociales y con estos productos hoy ofrecemos una oportunidad para que las personas con discapacidad visual conozcan las memorias de las víctimas del conflicto armado”.

Desde el CNMH continuamos trabajando para que el país conozca lo que nos ha sucedido por más de 50 años. Por eso luego de su presentación, empezaremos a distribuir estos materiales accesibles en la Red Nacional de Bibliotecas y en organizaciones que trabajen con personas con discapacidad visual a nivel nacional, para así llevar la memoria histórica a personas que por tener diferentes discapacidades físicas o sensoriales no han podido acceder a la historia del conflicto armado colombiano.

Escuche el programa de Conmemora Radio dedicado al trabajo del CNMH con personas en situación de discapacidad.

 

Escuche acá el libro hablado del informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad.

Publicado en Noticias CNMH



Basta Ya, Braille, CNMH, FILBo

El compromiso de la academia con las víctimas

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CNMH

Publicado

11 May 2015


El compromiso de la academia con las víctimas

La memoria histórica es el lugar desde el cual la academia puede cumplir su más profundo papel, permitirle a una sociedad ver más allá. Una academia que no es relevante, que no ayuda a pensar el país, su presente, su futuro y su pasado no tiene sentido.


El Centro Nacional de Memoria Histórica tiene una misión, pero él no va cumplir su tarea solo, el reto social de país tiene que ver no solo con el CNMH sino en cómo la academia se pone la camiseta de la memoria.

Es en este contexto que el CNMH y la Universidad de Los An­des elaboraron un proyecto para impulsar el surgimiento y la consolidación de los Grupos Regionales de Memoria Histórica (GRMH) que contó con el apoyo del United States Institute of Peace (USIP).

Este vídeo es el resultado del trabajo con los GRMH de la Universidad del Magdalena, la Universidad Tecno­lógica de Bolívar, con sede en Cartagena, la Universidad Mariana de Pasto y la Universidad Ponti­ficia Bolivariana, seccional Bucaramanga.

Cada grupo regional de memoria escogió un caso que ilustrara una dimensión del conflicto a nivel regional poco estudiada y visibilizada. El CNMH cumplió un papel de apo­yo y acompañó otras iniciativas que surgieron durante el proceso y que buscaban contribuir a la recomposición del tejido social y comunal de las víctimas.

Cada grupo redactó un informe sobre el caso investigado y elaboró un documental, como resultado del trabajo de campo, revisión de archivos y realización de talleres con las víctimas.

Estamos en una época donde un país puede escalar de nuevo hacia la resolución de la guerra y realmente desatar algunos de los nudos que han alimentado el conflicto armado por tanto tiempo. Y en esa coyuntura se critica la academia y las solidaridades vinculadas con las víctimas.

“El sueño de los Grupos Regionales de Memoria Histórica, con su semilla de comunidad, es que puede vincularse alrededor de una discusión y un debate que le apueste realmente a la salida democrática a estos años de horror”, explica María Emma Wills, coordinadora del proyecto.

Los retos que implica reproducir un pasado y múltiples pasados no es solo una memoria por escrito, es una memoria visual, auditiva. En ese sentido hay mucho por hacer.

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Educación, Memoria Histórica, Víctimas

III encuentro del CNMH con cooperación internacional

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CNMH

Publicado

14 May 2015


III encuentro del CNMH con cooperación internacional

Este miércoles se llevó a cabo el tercer encuentro del Centro Nacional de Memoria Histórica con los cooperantes internacionales. Estos encuentros son el espacio mediante el cual el CNMH le presenta a los cooperantes sus metas y objetivos para continuar el trabajo colaborativo.   


El evento fue convocado y dirigido por Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, y por Alejandro Gamboa, director de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional; y acompañado por Tatyana Orozco, directora del Departamento para la Prosperidad Social.

En el encuentro, Alejandro Gamboa resaltó cómo el Centro Nacional de Memoria Histórica hace parte de la estructura institucional del G8, un grupo de entidades estatales que no solo trabajan para construir la paz, sino que pueden “hacer un ejercicio de coordinación muy importante y dar señales de priorización claras a los cooperantes sobre la prioridad de la construcción de paz”.

Luego Tatyana Orozco propuso analizar en conjunto la hoja de ruta que han trazado las instituciones y sus cooperantes, sobre la construcción de la memoria histórica en el país. “Sabemos que estamos en un momento histórico, único, y que tenemos que utilizar todos los recursos para poder lograr la paz estable y duradera”. Finalmente, resaltó cómo la comunidad internacional ha sido fundamental en la elaboración de proyectos, políticas públicas e iniciativas que contribuyen a la construcción de la reconciliación en Colombia.

Gonzalo Sánchez habló de tres ejes centrales de la cooperación internacional: el museo y los lugares de memoria, los temas de esclarecimiento histórico y la territorialización de la memoria. A pesar de la importancia de cada eje, el énfasis se puso en el Museo Nacional de la Memoria como respuesta del Estado en su deber con las víctimas del conflicto y de toda la sociedad.

María Emma Wills, asesora del CNMH y miembro de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas de la Habana, planteó que la memoria histórica sí es pertinente al ser una plataforma de ciudadanía capaz de dignificar y humanizar a las víctimas para que puedan reclamar todos sus derechos.

 


CNMH, Cooperación Internacional, Encuentro, internacional

“Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en su búsqueda de la verdad”

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César Romero para el CNMH

Publicado

29 May 2015


“Nuestro compromiso es acompañar a las víctimas en su búsqueda de la verdad”

El jueves 28 de mayo, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez, fue presentado el informe Textos corporales de la crueldad. Gonzalo Sánchez, director general del Centro Nacional de Memoria Histórica, fue el encargado de darle apertura a este sentido evento en el que organizaciones, víctimas y el público asistente reflexionaron y recordaron a las miles de víctimas de desaparición forzada en Colombia. A continuación compartimos sus palabras:

“Hoy vamos a hablar aquí en Bogotá de una historia dolorosa pero poco conocida. Debemos hacerla pública, para cumplir con el compromiso que tiene el CNMH y el compromiso que tenemos como sociedad con todas las víctimas, y muy especialmente con aquellas que fueron las más duramente golpeadas, pero que han sido las menos visibilizadas y reconocidas. Con este informe titulado Textos corporales de la crueldad: memoria histórica y antropología forense, pretendemos romper el silencio sobre uno de los muchos crímenes que afectaron a la población caqueteña, hace ya 13 años.

El informe es un ejercicio de memoria histórica que tiene como escenario la Inspección de Puerto Torres, perteneciente al municipio de Belén de los Andaquíes  . No obstante, estas páginas esclarecen una historia atroz: la que subyace a la muerte, el rastreo y la exhumación de 36 cuerpos hallados por el CTI de la Fiscalía  en 2001 en Puerto Torres,. Y relata las acciones del Frente Sur Andaquíes del Bloque Central Bolívar de las Autodefensas Unidas de Colombia, que se instaló en el año 2000 en medio de una población con poco más de 500 habitantes para crear allí lo que por su estructura y funcionamiento puede ser designado como una “escuela de la muerte”: un lugar cuya existencia estuvo atada a otros modos de violencia no menos infames: el confinamiento y amedrentamiento de la población, la tortura, el asesinato y la desaparición forzada de personas.

Durante el proceso de paz del presidente Pastrana, al tiempo que se abrió una “zona de despeje” que para muchos entregó el norte del Caquetá al control de la guerrilla durante las negociaciones, el sur del Departamento fue literalmente “tomado” por el paramilitarismo, por varios frentes cuyos miembros provenían de Urabá y de otras regiones del norte del país. De tal manera, la región sufrió una nueva Conquista, que la dividió en dos, sin que se produjera un enfrentamiento directo entre ese norte “despejado” para la guerrilla y ese sur “tomado” por el paramilitarismo, sino a través de la población civil, que en medio de tan peligroso escenario fue duramente estigmatizada y victimizada, como le ha sucedido a tantas otras poblaciones en medio de la guerra.

En Puerto Torres —uno de los lugares afectados por la violencia paramilitar que se desencadenó en ese entonces en el sur del Caquetá—, toda la población fue vulnerada por parte de los paramilitares del Frente Sur Andaquíes. La suya fue una incursión prolongada que, en contra de lo aducido por este actor armado en otros territorios del país, no estuvo asociada a la expulsión de otro actor armado preestablecido o al previo señalamiento de sus habitantes como colaboradores de la guerrilla, sino al aprovechamiento de la condición marginal de este pueblo en la guerra para instalar con libertad oprobiosos mecanismos de terror. El confinamiento y el silencio impuestos a los habitantes de Puerto Torres, la convivencia forzada en sus casas con los verdugos, el desfile de la muerte por sus calles, la profanación de la escuela que de espacio de enseñanza ciudadana fue convertida en una escuela de la crueldad y la conversión en calabozo de la casa cural, son solo algunos de los hechos que dan cuenta de la violencia cotidiana sufrida por los belemitas de esta zona, en donde un pequeño caserío terminó “convertido en un gran cementerio con iglesia, escuela y campo de fútbol”, como lo refiere la investigadora Helka Quevedo, relatora de este informe.

La deshumanización, en un contexto de guerra degradada, llegó a extremos casi inimaginables en Puerto Torres, tanto por el carácter despiadado de los perpetradores como por el daño infligido a las víctimas. Allí, la tortura y la desaparición forzada fueron convertidas en rutina por parte de los emisarios de la muerte.

El perfil y el talante del victimario se revelaron en esta investigación, y de qué manera, en los cuerpos mismos de sus víctimas. La violencia ejecutada con crueldad y sevicia dejó huellas indelebles sobre los cuerpos o lo que quedó de ellos. Pero en este caso no solo hablaron los cuerpos. También la figura del victimario fue escuchada directamente en esta investigación, en la medida en que contribuyó a reconstruir, a partir de su propio conocimiento, el mapa de las atrocidades cometidas. Es uno de esos pocos casos de colaboración efectiva en el esclarecimiento por parte de los perpetradores.

Los 36 cuerpos exhumados en 2001 corresponden a 36 personas desaparecidas, de las cuales solo se han podido identificar plenamente 9. Lo que nos lleva a indagar acerca del significado de la desaparición forzada, ese reto enorme de vivir a la espera de respuestas, o a vivir en una altísima proporción de casos sin respuestas.

En primer lugar, hay que decir que la desaparición forzada es un evento con resonancias comunitarias: los amigos, los parientes, los vecinos… todo el mundo termina afectado. Obliga a las personas del entorno familiar a cambiar sus proyectos de vida. La desaparición forzada, pudiera decirse, es una especie de herida abierta en la sociedad, en la familia, en los círculos sociales, políticos y culturales de los sobrevivientes.

En segundo lugar, y por más doloroso que sea reconocerlo, la desaparición forzada dificulta la construcción de empatías sociales. La sociedad reacciona con cierta diligencia frente a la certeza, pero no frente a la incertidumbre. El desaparecido es socialmente una categoría difícil de precisar. Se configura como un no lugar: no está entre los vivos, no está entre los muertos. ¿Qué es entonces para la sociedad un desaparecido? El desaparecido es un sujeto “puesto bajo sospecha”. Para muchísimas de las personas que no han vivido el conflicto armado, que lo observan desde la distancia, el desaparecido es alguien que huye, es alguien que se esconde, o es alguien que abandona su hogar. Es una figura cercana a la del ilegal… No se inscribe claramente en el horizonte de las víctimas, puesto que carece de los criterios usuales de reconocimiento de una víctima; a saber: la materialidad del cadáver y la evidencia de una acción violenta cometida contra él.

Sin embargo, a partir de múltiples experiencias internacionales se ha podido establecer “la triple condición que implica la categoría desaparecido: la falta de un cuerpo, la falta de un momento de duelo y la de una sepultura” (Ludmila Da silva, “Sin cuerpo, sin tumba. Memorias sobre una muerte inconclusa”). Por años se extiende el dolor en el círculo cercano de la víctima, que espera, busca, espera, busca… (Ludmila Da Silva). La indeterminación dificulta la elaboración y el cierre del duelo.

En este contexto, el acompañamiento de la memoria se propone romper esa imagen distorsionada e interpelar a la sociedad o a la institucionalidad ausente o cómplice a hacerse cargo de su responsabilidad y solidaridad con quienes a menudo quedan solos en su ansiedad y su sufrimiento.

(Como lo ha dicho Sylvia Karl en “Rehumanizing the Disappeared”): En los discursos y prácticas de la desaparición forzada todavía predomina, más que una memoria colectiva o nacional, una contramemoria: la negación. De ahí que los objetos, las huellas, las pancartas, las fotos con los rostros de los desaparecidos, las siembras de árboles… cobren tanta importancia como elementos de recomposición de la identidad perdida o suspendida. El clamor por la verdad y la memoria, por la rehumanización, es la exigencia más vigorosa de esta forma de victimización. Cremar, enterrar, despedir, son rituales social y psicológicamente necesarios en la narrativa de los sobrevivientes.

La desaparición forzada es un crimen de lesa humanidad muy asociado a las dictaduras; por eso, en un país como Colombia —internacionalmente identificado como país de democracia— ha sido muy difícil visibilizarlo, pese a que su grado de ocurrencia y magnitud es totalmente comparable con esas experiencias extremas.

Por otro lado, la presencia cotidiana de los actores armados o de actores sociales o políticos involucrados en la violencia, y las tensiones comunitarias, son factores que inciden en la posibilidad de romper o no el silencio. El miedo a la violencia reiterada genera autocensura. El escenario regional tiende, por tanto, a ser mucho más limitante sobre la acción y la palabra que el espacio nacional, en el cual se encuentran variados recursos de conocimiento, de contactos y apoyos legales o políticos, incluso internacionales. El lanzamiento del informe en Florencia y Puerto Torres nos mostró lo importante que es para los familiares poder compartir las emociones y sentir el apoyo de organizaciones o instituciones de otras regiones. Una de las familias comentó allí: “nos sorprendió que hubiera gente de otros lugares que sin conocernos se interesara por nosotros, por nuestro dolor”.

El propósito del CNMH al hacer la triple presentación pública de este informe,  en Florencia,  en Puerto Torres, y hoy en Bogotá, responde al anhelo de fortalecer la capacidad de denuncia de la población que se ha visto afectada por el conflicto armado en la dimensión de la desaparición forzada de personas, y un intento por recuperar los lazos sociales e institucionales trastocados por la violencia y la indiferencia. Frente al silencio forzado, la recuperación de las condiciones para el ejercicio de la palabra es una tarea ineludible de dignificación comunitaria. Volver a hablar o comenzar a hablar es un derecho que todos debemos contribuir a proteger.

Los japoneses tienen la bella y elocuente costumbre de reparar con oro sus cerámicas rotas, resaltando con ello que la historia de los objetos queridos no es algo que se pretenda ocultar sino resaltar. A semejanza de esa práctica, el ejercicio de memoria realizado en Puerto Torres a través de la investigación forense no desaparece ni oculta las heridas sufridas por su población, aquellas que convirtieron a esa inspección en un sitio fantasmal y en un cementerio clandestino, sino que, por el contrario, la memoria de las exhumaciones reconstruye las heridas, las relieva en su sanación como una muestra de resiliencia: esa capacidad que tienen los seres humanos de recuperarse y hacerse más fuertes tras los quebrantos sufridos.

Las exhumaciones realizadas en Puerto Torres han tenido una fuerza desencadenante de investigación y esclarecimiento insospechada. Las instituciones y organizaciones aquí presentes dan cuenta de ello.  Se trata de una reconstrucción forense que irradia en el campo judicial, en el de los derechos humanos y en el personal. De hecho, las exhumaciones allí realizadas han sido una oportunidad para desenterrar la violencia y brindarles a sus víctimas la verdad que intentó ser ocultada por los perpetradores; una oportunidad para encontrar la identidad y con ello la historia de los restos inertes; una oportunidad para exhumar a esos seres humanos y darles una sepultura más digna. Las exhumaciones han sido, en ese sentido, una oportunidad para las familias de mitigar el dolor. Lo que sucedió en Puerto Torres sucedió en otros muchos sitios de Colombia que también están en la búsqueda de su cuerpo 36. Nuestro compromiso aquí y allá es acompañar a las víctimas en su dolor, en su coraje y en su búsqueda de la verdad que hoy todavía permanece enterrada.”

Gonzalo Sánchez Gómez

Publicado en Noticias CNMH



CNMH, Verdad, Víctimas

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