La escucha, un pilar fundamental del Centro Nacional de Memoria Histórica en su paso por la Feria del Libro de Pasto 2024
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CNMH
Acto de armonización durante el lanzamiento de la serie de pódcast, en Cumbal – Nariño. Fotografía: Simona Delgado
31 octubre 2023
Una iniciativa de memoria histórica, liderada por el Colectivo Chaskis y acompañada por el CNMH, presenta las afectaciones y victimizaciones que han vivido los resguardos indígenas allí asentados y cómo las han afrontado.
«Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, viento mi aliento, fuego mi espíritu
Vienen mis ancestros, vienen a cantar
Vienen mis ancestros, vienen a danzar
Dale medicina, la vida curar
Dale medicinas, su vida sanar».
Los pueblos indígenas del occidente del país deben sanar, deben hacerlo porque el conflicto armado se sintió con especial intensidad en esta región, donde históricamente han vivido los indígenas de los resguardos de Cumbal, Guachucal y Mallama en Nariño, y Kamëntsa-Biya en Sibundoy, en el Putumayo. Sus comunidades vieron transformar el sentido de su territorio con la llegada del conflicto armado, así como siglos antes lo hizo el desembarco de los españoles.
Así lo recuerda Mayra Alejandra Chindoy, una de las jóvenes del Colectivo Chaskis, quien lideró una iniciativa de memoria histórica, acompañada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH): «El pueblo Kamëntsa tuvo que adoptar muchas prácticas ajenas, como la religión, para sobrevivir. El pódcast comienza con esa historia de los mayores, con el dolor y la transformación de su territorio».
Conoce también sobre el pódcast sobre memorias y resistencias de los pueblos indígenas de Colombia.
El pódcast del que habla es Voces y memorias de la tierra. Son cinco historias radiales contadas por comuneros de los resguardos anteriormente mencionados, que permiten identificar las afectaciones y victimizaciones afrontadas por los indígenas cabëng, ingas y kamëntsas del Valle de Sibundoy.
El Colectivo Chaskis está conformado, además de Mayra Chindoy, por Carolina Ortega, Yorely Quiguantar, Camilo López y Janneth Taimal. Ellas y él han querido dejar constancia de lo vivido por varios pueblos originarios del occidente del país, y cada uno se dedicó a explorar una zona del Valle de Sibundoy para hacer preguntas, encontrar respuestas y hacer memoria.
#AEstaHora en #Cumbal iniciamos el lanzamiento del pódcast «Voces y Memorias de la Tierra». Historias contadas por comuneros de los resguardos indígenas de #Cumbal, #Guachucal, #Mallama en Nariño y Kamëntsa-Biya en Putumayo. pic.twitter.com/4Almn4fJlb
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) October 21, 2023
«El interés de hacer este pódcast es por lo que ha sucedido en Mallama a causa del conflicto armado. Me enfoqué en investigar, en hablar con la gente para hacer un homenaje y recordar», explicó Camilo López durante el lanzamiento de la serie sonora.
Esta región del Sibundoy fue epicentro de asesinatos a líderes de las comunidades, hubo presencia de cultivos de uso ilícito y diversos actores armados transitaron por los resguardos, lo que ha causado alteraciones a la vitalidad de los territorios indígenas. Son precisamente estos temas los que han tratado de ser develados y sanados, con ayuda del conocimiento de los mayores y las mayoras, a través de los episodios del pódcast.
«En el segundo capítulo explico cómo fue la lucha por sobrevivir y cuidar nuestras cosas: el ganado, los robos, lo que se tuvo que pasar para resistir y proteger lo nuestro. Es en ese contexto que llegan las guerrillas a adueñarse del territorio», sostiene Carolina Ortega, una de las investigadoras.
Los pueblos indígenas de la región deben seguir cargando con las huellas que el conflicto armado dejó a su paso. «Para nosotros es difícil pasar por los espacios pesados —en los que se ha derramado sangre por el conflicto armado— porque nos carga el cuerpo de enfermedades», aclara Yoreli Quiguantar, una antropóloga y lideresa que lleva varios años trabajando temas de memoria histórica en su territorio.
Todo esto hace parte de las violencias territoriales que se presentaron y se siguen presentando en Kindy Cocha, la laguna que irriga el Valle del Sibundoy, pues todas las decisiones que se toman para transformar la tierra a favor de la gente traen consecuencias para el buen vivir de todo aquello que hace parte de la Madre Tierra, según las creencias de los pueblos que habitan esta región.
Por lo tanto, «este es un trabajo investigativo que lleva más de un año, en el que no solo hemos trabajado con el territorio, sino con nuestras familias. Dedicamos el episodio final a los jóvenes que salen a diario de Cumbal, del territorio del suroccidente, por la falta de oportunidades y la llegada de los armados», afirma Janneth Taimal. Muchos jóvenes de este resguardo han tenido que afrontar la vida al salir de sus hogares hacia cultivos de coca en Nariño, Putumayo y Cauca: su única posibilidad de sustento.
Los resguardos de Cumbal, Guachucal, Mallama y Kamëntsa-Biya van sanando. Sus ríos, sus aguas y sus tierras tienen que curarse mientras se siembran otras memorias y suenan otras voces. Los ancestros llegan a cantar y a danzar, como dice la canción, para que el territorio que han habitado siempre renazca una y otra vez, lleno de vitalidad.
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CNMH
Ellas y ellos son los integrantes del Comité de Impulso de San José de Albán, protagonistas de este libro.
13 octubre 2023
En la séptima versión de esta feria, el CNMH realizó el lanzamiento de un libro hecho por la comunidad de uno de los municipios más afectados por la guerra en el oriente de Nariño.
Nota: Este texto contiene fragmentos del fotolibro Un viaje por nuestra historia. Memorias visuales de la comunidad de Albán, Nariño, que puedes consultar aquí.
En la Cordillera Centro Oriental, en el departamento de Nariño, delimitado al norte con los municipios de San Bernardo y San Pedro de Cartago, al sur y oriente con el Tablón de Gómez, y al occidente con Arboleda, se encuentra ubicado el municipio de Albán. Un territorio de tradición y vocación campesina en el que sus habitantes trabajan una gran diversidad de cultivos como yuca, maíz, mandarina, naranja, fríjol, arveja, entre otros.
El sustento principal de los habitantes de Albán se basa en el cultivo y la cosecha de café, alrededor del cual no solo gira gran parte de la economía del municipio, sino también aspectos sociales y culturales de la población. El café representa gran parte de la identidad de los albanitas y es un símbolo de unión en la comunidad.
En Albán se cultiva uno de los mejores cafés del mundo.
Aunque Albán se destaca en el país y en el mundo por su vocación agrícola, por la fuerza de sus comunidades campesinas, por la fertilidad de las tierras y por la calidad de sus cafés especiales, el municipio también es recordado por haber sido fuertemente afectado en el marco del conflicto armado interno. Desde principios de la década de los noventa, los y las pobladoras vivieron la llegada de las antiguas FARC-EP a sus territorios, y entre 1999 y 2002 vivieron de manera intensa la guerra, debido a las incursiones guerrilleras que tuvieron lugar en San José (cabecera del municipio) y cuyo objetivo fue atacar la estación de policía del pueblo, que se encontraba en la plaza principal, uno de los lugares más concurridos por la comunidad.
El municipio de Albán tiene una posición estratégica que conecta los departamentos de Cauca y Putumayo. Los municipios vecinos también la tienen, pero Albán fue el que más sufrió los impactos del conflicto.
Entre 1999 y 2002, San José vivió cuatro ataques guerrilleros contra la estación de policía: el 27 de agosto de 1999, el 12 de diciembre de 2000, el 8 y 9 de octubre de 2001, y el 13 y 14 de enero de 2002. Además de la pérdida de bienes públicos y privados, la muerte de habitantes y de policías, así como el incontable número de personas heridas, estos ataques llevaron a que la población viviera bajo un estado de intranquilidad constante. El miedo se tradujo en la pérdida de ciertas prácticas comunitarias y sociales por el desuso de los espacios públicos como la plaza principal, en la que se dejaron de realizar el mercado campesino y los encuentros deportivos de fútbol y chaza.
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Debido a los hechos ocurridos en el marco del conflicto armado interno, la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) reconoció a la comunidad de Albán como sujeto de reparación colectiva y formuló un plan integral de reparación para el municipio. El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) estuvo a cargo de una de las medidas contempladas en el plan, que consistió en «construir iniciativas de memoria histórica que impliquen procesos de formación de derechos humanos y derecho internacional humanitario».
Conoce los procesos de resistencia de la comunidad de Saravena
Así, el 11 de septiembre de 2020, la Estrategia de Reparaciones del CNMH concertó con el Comité de Impulso de San José de Albán el desarrollo de un ejercicio de memoria histórica que diera lugar a un libro de fotografía.
Los ataques guerrilleros en Albán ocurrieron en su cabecera municipal, lo que limitó el uso de los espacios públicos por parte de sus habitantes.
Este libro —que fue relanzado durante la Temporada de Letras de Ipiales este año— recoge las memorias del municipio a partir de un relato visual y desde la voz de las y los albanitas. Fueron ellos y ellas las encargadas de decidir cómo se haría el libro y qué temas abordaría, así como de acompañar las entrevistas y los recorridos por el municipio. Las fotografías contenidas en el libro transportan al lector por la historia de Albán y le permiten conocer la vida del municipio antes de los ataques guerrilleros, lo que sucedió durante los mismos y la manera en que la comunidad se ha recuperado después de ellos. Lo anterior porque la comunidad identificó un quiebre en su historia tras los hechos ocurridos durante la guerra.
Con la riqueza de sus tierras y la decisión de seguir viviendo sus vidas como campesinos y campesinas, la comunidad de Albán renace en medio de las montañas nariñenses.
Las fotografías del libro buscan hacer evidentes no solo las ausencias, sino también la fortaleza y unión que han permitido que estas familias afronten estas situaciones y sentimientos. Los abrazos, la cercanía y el contacto entre los miembros de la familia evidencian también la resistencia y el amor con que se afronta el dolor. Varias personas entrevistadas se preguntaban una y otra vez, sin esperar respuesta: ¿esto cómo se borra? La apuesta de este libro de fotografía es justamente la de no olvidar. Y no únicamente haciendo referencia a la importancia de reconocer los impactos que la comunidad vivió en el marco del conflicto armado, sino también reconociendo quiénes son los y las albanitas, de dónde vienen y la manera en que, unidos, han logrado reafirmar que su municipio es mucho más de lo que sucedió durante el conflicto armado interno.
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CNMH
Las jornadas de socialización y devolución del Informe Nacional de Pueblos Indígenas fueron espacios para la reflexión de las comunidades indígenas sobre la historia de conflicto armado vivida por los pueblos, en medio de la crisis que se vive por el covid-19 y la persistencia de la violencia en sus territorios.
10 diciembre 2020
Comunidades indígenas habitantes de los territorios de Tolima, Amazonas y Nariño participaron de las tres primeras jornadas de socialización y devolución del Informe Nacional de Pueblos Indígenas Tiempos de Vida y Muerte: Memorias y Luchas de los Pueblos Indígenas en Colombia. Estos encuentros se programaron en cumplimiento del compromiso asumido por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) con las comunidades que aportaron en la construcción del informe, así como con la reparación integral de los daños sufridos por los pueblos indígenas durante el conflicto armado.
Representantes del Equipo del Enfoque Étnico del CNMH y de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) compartieron el contenido de la publicación, su estructura y las experiencias de su construcción con las comunidades de los resguardos indígenas de Paso Ancho (en Ortega, Tolima), Santa Sofía (en Leticia, Amazonas) y Pialipí Pueblo Viejo (en Ricaurte, Nariño), poblaciones que acogieron estos encuentros los días 6, 11 y 19 de noviembre.
Estas jornadas de socialización y devolución incluyeron muestras culturales propias de las comunidades, la presentación del informe y sus contenidos y mesas de trabajo temáticas junto con las autoridades indígenas y representantes de sus organizaciones comunitarias.
La publicación de Tiempos de Vida y Muerte: Memorias y Luchas de los Pueblos Indígenas en Colombia, representa el primer informe nacional de pueblos indígenas en el país. La investigación, que abordaron el CNMH y la ONIC, contó con la participación de los 115 pueblos indígenas que sobreviven en Colombia. La amenaza del exterminio, latente para 70 pueblos indígenas por cuenta de la violencia en sus territorios, el despojo, los proyectos extractivos de recursos naturales y la progresiva afectación a su cultura, es una de sus principales revelaciones para la toma de conciencia sobre la situación de estas comunidades.
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CNMH
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19 Nov 2014
El pasado 14 de noviembre el pueblo Awá de Nariño organizó una minga para devolver a la madre tierra a los 11 indígenas miembros del Resguardo Tortugaña Telembí que fueron masacrados por la guerrilla de las FARC en febrero de 2009. Aquellas mingas, promovidas tradicionalmente para regar el maíz, trochar potreros y sembrar caña, fueron transformadas para responder a la violencia y al conflicto armado y continuar con los procesos organizativos de resistencia y defensa del territorio.
En este marco, y como apoyo pedagógico a la exposición ¡Ñambi y Telembí viven! Tejiendo Memoria y Resistencia Awá, el próximo viernes 21 de noviembre a las 2:00 pm se desarrollará un conversatorio perteneciente al Diálogo de la Memoria que tiene como fin profundizar sobre los significados e importancia de la Minga, así como estrechar los lazos de reflexión entre las comunidades del Pueblo Awá y la población citadina. Este conversatorio es organizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, el Centro de Memoria Paz y Reconciliación y el Resguardo Awá UNIPA.
Allí se hablará de Wamkiy Katri, un término de la comunidad Awá que se refiere a trabajar en unidad, es decir a través de mingas comunitarias. El uso tradicional de esta práctica ancestral está estrechamente ligado con las relaciones de solidaridad, conocimiento y colaboración que se gestan al interior de los pueblos indígenas así como con los contextos en los cuales se desarrollan sus luchas históricas de supervivencia.
Fecha: viernes 21 de noviembre
Hora: 2:00 pm
Lugar: Bogotá. Centro de Memoria Paz y Reconciliación (Carrera 19b #24-86).
Participantes: Rider Pay, líder del pueblo Awá del Resguardo Tortugaña – Telembí, municipio de Barbacoas, Nariño en conversación con Camila Orjuela investigadora del equipo de enfoque diferencial del CNMH.
Entrada libre
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30 Oct 2015
Pasto se prepara para recibir entre el 4 y 6 de noviembre más de 13 iniciativas de memoria del conflicto armado de todos los rincones del departamento de Nariño. Durante 3 días las iniciativas compartirán, en la Semana Itinerante de la Memoria, sus saberes, experiencias y resistencias
El 5 de noviembre, a través de la danza, el canto, el teatro, las instalaciones artísticas, el tejido, la poesía y las galerías de la memoria, los habitantes de Pasto podrán compartir con gestores de la memoria que trabajan desde los lugares afectados por el conflicto armado como Tumaco, Ipiales, Samaniego y Barbacoas. Lugares que pese a la violencia han encontrado en las expresiones artísticas una forma de interpelar a la sociedad para que se conmueva y entienda la importancia de defender la vida y la dignidad de las víctimas.
La Semana Itinerante de la Memoria de Nariño también contará con una programación académica que incluye el panel “Discapacidad y conflicto: La memoria es un derecho de todos y todas” que se realizará el 5 de noviembre a las 8:00 a.m. y el foro “Desafíos para la construcción de paz en el territorio” que se realizará el 6 de noviembre de 2:00pm a 6:00 p.m. Todos estos eventos se realizarán en el Museo Casa Taminango (Calle 13 no.27-67).
El Teatro por la Paz de Tumaco, la Casa de la Memoria del Pacifico Nariñense, la Diócesis de Tumaco, la Asociación de Mujeres Indígenas Emprendedoras de la vereda Boyera, el Resguardo Tortugaña Telembi, el teatro La Guagua, Movice, Amvidenar, Avides, entre otros, serán algunas de las iniciativas que estarán presentes en el encuentro.
La Semana Itinerante de la Memoria de Nariño es organizada por la Mesa Departamental de Víctimas de Nariño, la Gobernación de Nariño, el Centro Nacional de Memoria Histórica y apoyada por La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Se expondrán los resultados de la investigación sobre minas antipersonal en Samaniego realizado por el grupo regional de memoria de la Universidad Mariana. Igualmente se presentará la línea de publicaciones para personas con discapacidad visual del CNMH.
¡El Museo Casa Taminango se vestirá todo el día de memoria! La jornada tendrá presentaciones artísticas, obras de teatro y una muestra de exposiciones de todos los rincones de Nariño.
El panel contará con la participación de María Emma Wills Obregón, asesora de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH); Johannes Langer, profesor de la Universidad San Buenaventura e investigador del proyecto “Get the truth out of truth commissions” de las Universidades San Buenaventura y Javeriana; y Gabriel Bisbicus, Ex Presidente de la UNIPA y Ex Gobernador del Resguardo Indígena Awa del Gran Sábalo.
LUGAR: Museo Casa Taminango (Calle 13 no.27-67). Abierto al público.
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Carolina Moreno
Carolina Moreno
18 Oct 2016
Se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia
En Samaniego (Nariño), la Escuela Itinerante: Memoria, Reconciliación y Territorio construyó un mural en homenaje a las víctimas del conflicto armado del municipio.
Se va la luz en Samaniego, y de pronto, los últimos rayos del sol de la tarde que delinean las montañas, son los únicos que iluminan el pueblo. El silencio se apodera rápidamente de las calles. No sale nadie. Yineth cuenta que hace años, cada vez que se iba la luz, había un enfrentamiento entre el Ejército y alguna de las dos guerrillas que hacen presencia en el municipio. “Por eso nadie quiere salir”.
Quizá por ese miedo, quizá por indiferencia, a la inauguración del mural de la memoria asistieron pocas personas. Eso no amilanó a los participantes, incluida Nidia Diela y Andrea Alejandra, su hija. “Mañana todo el mundo va a ver el muro y lo que dice”, explica Nidia. Mientras escribe el nombre de su hermano en el mural, cuenta que Juan Pablo trabajaba y estudiaba el bachillerato nocturno en el Simón Bolívar, cuando lo mataron. Tenía 20 años. Era el primero de la familia que había podido ir al colegio porque los demás debieron dedicarse a “trabajar bajo el sol y el agua”. Para ellas, el mural es una posibilidad de que la comunidad de Samaniego sepa que su hermano fue víctima del conflicto armado.
Este es el segundo mural de la memoria que se construye en Samaniego. El primero, que se hizo en la Semana por la Paz en 2013, está ubicado en la zona rural, a cinco minutos en la carretera que conduce a Túquerres. Este 2016, la Escuela Itinerante Memoria, reconciliación y territorio – MERETE, decidió construir el segundo mural en el casco urbano, para tener mayor impacto sobre la cotidianidad de la población samanieguense.
La escuela de MERETE es una iniciativa que concentra sus esfuerzos en recuperar la memoria y fortalecer la identidad de las comunidades, para propiciar la reconciliación de las comunidades entre sí, y con sus territorios. Trabajan en las veredas de Alto Pascual, Alto Cartagena y El Vergel, y en los municipios de Llanada y Andes Soto Mayor.
Para Yineth Adrade, gestora de memoria, “la escuela itinerante crea los espacios seguros en que se puede hablar alto de las memorias y empezar el largo proceso de superar la legítima ira que, si se deja sofocada, puede envenenar todas las posibilidades de futuro. En espacios seguros, la confianza que ha sido disuelta, la dignidad que ha sido negada y arrebatada, tiene posibilidades de renacer”.
En el mural se reúne la memoria cultural de la población nariñense, a través del tejido tradicional en guanga que realiza una mujer de la vereda Doña Ana. En el telar se entretejen imágenes de mujeres de la escuela de memoria víctimas del conflicto armado. Una de ellas nos enseña la fotografía de su desaparecido. Durante la inauguración, la escuela MERETE invitó a los asistentes a poner velas en homenaje a las víctimas, y a escribir sus nombres sobre las hojas del árbol de la memoria.
“A mí no me interesa que me den plata por mi hermano, ni vengar la muerte de él porque no vamos a perder más vidas, lo que queremos es ganarlas –dice Nidia Daniela-. A mí lo que me interesa es que la gente sepa, que no sea insensible”.
“La indiferencia es la que nos mata –concluye el padre Yhon Fredy Bolívar—, eso es lo que más nos duele, que mucha gente esté tranquila sin pensar en toda la sangre que se ha derramado en este país. No es justo que la gente muera en nuestras calles y nuestros campos, de hambre, como no es justo que una persona le quite la vida a otra porque hay víctimas de muchas clases en nuestro país. Todos de alguna manera hemos sido víctimas y tenemos que unirnos, sentir el dolor del otro, hacernos parte de la familia humana, y sentir que todos aquellos que sufren son humanos y que no podemos cruzarnos de brazos, no podemos quedarnos callados, tenemos que alzar la voz”.
La mañana siguiente, los transeúntes notaron la nueva presencia del mural. Se detuvieron a leer los nombres en las hojas, y la leyenda de José Saramago: “Hay que transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia”.
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Centro Nacional de Memoria Histórica
Sede principal
Dirección: Carrera 7 No 32-42 Pisos 30 y 31