Etiqueta: Paz

Teatro por la paz bajo amenaza

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

18 Dic 2014


Teatro por la paz bajo amenaza

El Centro Nacional de Memoria Histórica rechaza públicamente la amenaza que ha recibido Norma Rivera Salazar, Directora del Teatro por la Paz de Tumaco. La amenaza fue recibida el día 17 de diciembre por vía telefónica por parte de una persona que se identificó como Comandante Rubén de la Columna Móvil Daniel Aldana, según consta en el comunicado enviado por la Diócesis de Tumaco. (Leer comunicado de la diócesis de Tumaco)

Teatro por la Paz es un proyecto impulsado por la Diócesis de Tumaco y el Servicio Civil por la Paz de la Asociación de Cooperación para el Desarrollo (AGEH) de Alemania. Se trata de un proyecto que promueve la conformación de grupos parroquiales teatrales integrados por mujeres y jóvenes. Sus montajes y trabajos se basan en la defensa de la vida, la solidaridad, el respeto a la dignidad humana, la tolerancia y el compromiso social.

En palabras de Norma Rivera, “Queremos promover un pensamiento crítico y reflexivo sobre realidad que ayude a los integrantes a visualizar opciones de vida constructivas para ellos, sus familias y su entorno. Nuestra misión está basada en la promoción del trabajo teatral como un instrumento eficaz en la comprensión y búsqueda de alternativas a los problemas sociales e interpersonales de los integrantes de los grupos y, como consecuencia, de los espectadores”.

Esta iniciativa no solo ha participado en algunas de las acciones conmemorativas lideradas por el CNMH, sino que fue la obra que dio apertura a la exposición del Basta Ya!, hace parte del proyecto Alfabetizaciones Digitales, y fue una de las protagonista de Memoria en escena (obra teatral realizada en el marco del fortalecimiento a iniciativas de memoria del CNMH).

Es nuestro deber alzar la voz para proteger a los líderes que a través del arte resguardan a los jóvenes y a las mujeres de la guerra, ayudándoles a sanar sus heridas.

 


Amenazas, Arte, Comunidad, Cultura, Paz, Teatro, Tumaco

Solidaridad con Antonio Navarro Wolf

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

02 Feb 2015


Solidaridad con Antonio Navarro Wolf

“Como amigos, como ciudadanos y como admiradores de sus continuos aportes a la construcción de un nuevo país, hacemos nuestro su dolor”. Con estas palabras Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, expresó su solidaridad al Senador Antonio Navarro Wolf por la pérdida de su hijo Gabriel, en nombre de todo el equipo del CNMH.

 


CNMH, Dolor, Paz, Solidaridad

Acuerdos de la Verdad, ejemplo para la paz

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

10 Mar 2015


Acuerdos de la Verdad, ejemplo para la paz

Esfuerzo de Colombia por construir verdad, a través del Centro Nacional de Memoria Histórica, fue analizado por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref).


En el proceso de paz se necesitan mecanismos extrajudiciales que pueden aprovechar la experiencia de los Acuerdos de la Verdad (Ley 1424 de 2010), entre otros, que relacionan fórmulas judiciales y no judiciales  “de una manera coherente, estratégica y aplicable”.

Así lo destacó la investigadora Silke Pfeiffer en el artículo “La justicia transicional para combatientes en Colombia: una mirada desde la Ley 1424”, que fue publicado por el Centro Noruego de Recursos para la Construcción de Paz (Noref por sus siglas en Inglés) en su última edición, donde hace un análisis de la experiencia colombiana, a través de los Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, y destaca aportes de esta legislación sin antecedentes en el mundo.

En momentos en los que avanzan las negociaciones de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y se explora el camino con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las lecciones aprendidas con la aplicación de esta ley dan luces sobre los esfuerzos que en materia de justicia, verdad y reparación son viables de aplicar para impulsar procesos de reintegración.

En cumplimiento de esta ley, el Centro Nacional de Memoria Histórica, a través de su Dirección de Acuerdos de la Verdad, hizo una labor sistemática para desarrollar el Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad, el cual fue bien valorado por Pfeiffer en su artículo pues “se han hecho considerables progresos en resolver la situación legal de los excombatientes y recopilar testimonios que se sumarán a un mejor entendimiento de una dimensión clave del conflicto”.

Pfeiffer consideró que estos procesos se enfrentan a la necesidad de focalizar -desde el inicio- los responsables de graves crímenes y la creación de soluciones que equilibren las agendas de reintegración y de rendición de cuentas para prevenir el rearme y continuar con el avance de la reconciliación.

“Los esfuerzos en justicia, verdad y reintegración necesitan estar relacionados en un modo que sea coherente, estratégico y que se pueda implementar. Contrario con la desmovilización paramilitar, la actual agenda de negociación es suficientemente amplia para incorporar justicia y desarme, desmovilización y reintegración en una estrategia de construcción de paz comprensiva en la cual factores que desincentiven la desmovilización y la reintegración puedan ser evitados”, destaca la publicación.

La autora del artículo explicó que la Ley 1424 fue la mejor opción encontrada para sacar del limbo jurídico en el que quedaron los combatientes no cubiertos por la Ley 975 (llamada ley de Justicia y paz). Sin embargo, advierte que desde su creación tiene problemas como la poca coordinación interinstitucional, la pérdida de la confianza generada por el cambio en las reglas que ha impactado el proceso de decir la verdad y la reintegración, “al tiempo que los procedimientos de la justicia ordinaria y de la transicional no están en sintonía”; problemas que deben ser superados con la creación de incentivos de reintegración apropiados y la defensa efectiva de los derechos de las víctimas.

 
 


Acuerdos a la verdad, CNMH, Noruega, Paz

Foro por el Eje de la Memoria en Bogotá

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Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

06 Abr 2015


Foro por el Eje de la Memoria en Bogotá

Este viernes 10 de abril se realizará el foro feria, un espacio de intercambio y diálogo de las iniciativas artísticas y culturales desarrolladas por organizaciones sociales, ciudadanos, artistas y víctimas para aportar a una cultura de paz que interpele a la sociedad. La cita es desde las 8:30 a.m. en el Centro de Memoria Paz y Reconciliación.

El foro feria hace parte de la programación de la Cumbre de Arte y Cultura para la Paz. En el encuentro se podrán conocer más de sesenta iniciativas de memorias locales y nacionales, que trabajan para dignificar y enaltecer los procesos de resistencia en medio del conflicto armado.

Este evento, organizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, el Centro Distrital de Memoria, Paz y Reconciliación y la Secretaría de Cultura de Bogotá, contará con una nutrida programación simultanea de presentaciones de artes escénicas, talleres, acciones colaborativas in situ, muestra audiovisuales y programación musical; será una maratón que promoverá la proliferación de más memorias a través del arte y la cultura.

El Foro Feria será la primera actividad, un día después de su presentación pública, del Eje de la Paz y la Memoria, ya que este evento fue diseñado para cumplir a cabalidad el propósito por el cual se crea este proyecto urbanístico: defender, proteger y promover los derechos humanos, reconocer la dignidad y el restablecimiento de los derechos, pero además para motivar la superación de la segregación propia del sector de las artes y cultural, para que este campo se le garanticen todas las condiciones para que exista un verdadero acceso plural e incluyente de la memoria.

Los invitamos a participar en esta iniciativa artística y cultural el próximo 10 de abril, de 8:30 am a 5:00 pm, en la carrera 19B # 24-82. 

Vea la programación completa del Foro Feria aquí.

 


Bogotá, Foro, Memoria Histórica, Paz, Territorio

Gobierno y Farc logran acuerdo sobre víctimas

Gobierno y Farc logran acuerdo sobre víctimas

Autor

Álvaro Villarraga

Fotografía

Oficina del Alto Comisionado para la Paz – República de Colombia

Publicado

15 Dic 2015


Gobierno y Farc logran acuerdo sobre víctimas


El Gobierno Nacional y las Farc han conseguido un nuevo acuerdo parcial, en este caso sobre el tema Víctimas de la agenda, de manera que solo resta conseguir otro acuerdo, el Fin del Conflicto, y luego proceder a la suscripción del Acuerdo General de Paz y someterlo a la refrendación que se convenga. Este acuerdo sobre víctimas cobra especial importancia por los diversos compromisos que contiene, todos ellos articulados en el denominado sistema de verdad, justicia, reparación de las víctimas y garantías de no repetición.

El contenido del acuerdo sobre Víctimas hace referencia al reconocimiento y el compromiso con sus derechos, con la no impunidad, con las formas de justicia transicional y las garantías de no repetición que sean compatibles con sus derechos. Incluye una comisión de búsqueda de las víctimas de desaparición forzada. Una circunscripción nueva en el ámbito de la justicia denominada Jurisdicción Especial de Paz al que habrán de concurrir responsables de graves violaciones desde todos los actores, armados y no armados, comprometidos en el conflicto; una fórmula de amnistía e indulto para exguerrilleros acogidos al acuerdo de paz, siempre y cuando no tengan responsabilidades con graves violaciones. 

El jefe de la delegación gubernamental, Humberto de La Calle declaró que con la consolidación de este nuevo acuerdo se evidencia que “la paz es posible” y que es la hora de creer en este proceso. Explicó que es la primera vez en el mundo que un acuerdo de paz entre un Estado y fuerzas insurgentes incluye compromisos mutuos de reconocimiento de responsabilidades y de reparación de las víctimas causadas. Sustentó que se trata de un acuerdo en justicia transicional genuino con los derechos de las víctimas y con la necesidad de la no impunidad, y que el Gobierno continuará con actuaciones en consecuencia a favor de las víctimas.

Por su parte, el jefe de la delegación de las Farc, “Iván Márquez”, expresó que los mecanismos de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición comprometen responsabilidades de todas las personas participantes y responsables en el conflicto. Destacó el enfoque de justicia restaurativa conseguido, la verdad como condición necesaria para conseguir la reconciliación y el que por primera vez en un acuerdo de paz, en Colombia, se crean mecanismos para que todas las víctimas puedan presentar acusaciones y esperar resultados en la justicia.

En lo referido a la verdad, el esclarecimiento y la memoria histórica, este acuerdo entrega al país importantes elementos: La contribución de la Comisión Histórica del Conflicto y las Víctimas, que entrega insumos de interpretación y discusión sobre el origen, dinámicas e impactos del conflicto armado de varias décadas sobre la sociedad. Propone la creación de una Comisión de la Verdad, la Convivencia y las Garantías de no repetición, que una vez definida su composición trabajará durante tres años para entregar un informe general y sus consiguientes recomendaciones, con apoyo en audiencias públicas y en la sistematización de una amplia información acopiada. Y todo el sistema de mecanismos judiciales, no judiciales y las medidas de reparación, está a la vez cruzado transversalmente con el compromiso de aporte a la verdad, en beneficio del propósito general de la paz y del logro de condiciones para la reconciliación.

Descargar acuerdo de víctimas – índice punto 5

Descargar acuerdo de víctimas –  punto 5

Informe de la Comision Histórica del Conflicto Víctimas – La Habana, febrero, 2015

Palabras de las víctimas

Publicado en Noticias CNMH



Acuerdo, Conflicto, Farc, Gobierno, Paz, Víctimas

Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Autor

Gonzalo Sánchez

Fotografía

elespectador.com

Publicado

28 Dic 2015


Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Gonzalo Sánchez fue uno de los pocos invitados a la ceremonia en la que el jefe guerrillero “Pastor Alape” se disculpó con los habitantes del pueblo chocoano por el cilindro bomba que acabó con la vida de 79 personas, en mayo de 2002.


Texto publicado en elespectador.com

El acuerdo sobre víctimas del Gobierno y las Farc, revelado el 15 de diciembre en La Habana, Cuba, deja ver no sólo que la paz está más cerca, sino también que las víctimas han logrado con su reclamo tener un lugar central dentro del proceso de paz en Colombia, y sobre todo que las negociaciones mismas han transformado a los protagonistas de la mesa.

Pero dicho consenso en torno al tema de las víctimas tiene su antesala en Bojayá, Chocó. En el antiguo pueblo de Bellavista, a orillas del río Atrato.

En Bellavista viejo, el 6 de diciembre, domingo, a un costado de la iglesia, bajo el sol y en sillas plásticas blancas, se ubicaron más de 600 víctimas de frente a una delegación de las Farc. Esperaban escuchar el reconocimiento de un crimen que los marcó para siempre, entre miradas fijas, con lágrimas algunos y en medio de la solemnidad, todos, observaban a la insurgencia dar la cara. Las víctimas habían ido a La Habana, ahora La Habana venía a las víctimas.

Las víctimas fueron llegando en lanchas a Bellavista, que hoy está prácticamente deshabitado, luego de que en 2002 las Farc lanzaran dos pipetas de gas en contra de los paramilitares que utilizaron a la población como escudo. Las pipetas, un arma prohibida y de difícil dirección, cayeron dentro de la iglesia, en la cual murieron aproximadamente 79 personas civiles y 100 más resultaron heridas. Los familiares de las personas muertas y los heridos fueron recuperándose poco a poco, con el transcurrir de los años.

Bojayá puso al descubierto todas las perversiones de la guerra. Mostró hasta dónde la confrontación invocada en defensa de las comunidades terminaba haciéndoles daño, destruyéndolas, provocándoles muerte, dolor, crueldad y desesperanza. Y precisamente todo el impacto de la guerra cayó sobre los más débiles: niños y ancianos. Con Bojayá, la guerra en Colombia se quedó sin argumentos.

Al mismo tiempo, Bojayá nos señaló que la masacre es una expresión de la violencia, pero no la única, y la violencia no se circunscribe sólo a una fecha, a un lugar o a unas víctimas. La responsabilidad por la masacre es distinta a la responsabilidad más general por la violencia en la región.

Desde el 18 de diciembre de 2014, luego de la primera visita de las víctimas de Bojayá a La Habana, ellas comenzaron un proceso y un trabajo de día a día basado en el reclamo de sus derechos, en la consulta a las comunidades de la región y en la posibilidad del perdón. De esta forma, desde Bojayá, nos ofrecieron a todos en Colombia una profunda lección de pedagogía social que potenció su significado en el contexto de las negociaciones.

La ceremonia del 6 de diciembre, con una obra de teatro juvenil y la voz de las víctimas, solemne y austera, enfrentó a la insurgencia a sus propias víctimas, y a las delegaciones de la comunidad afectada hasta hoy por la guerra, les permitió reclamar en su territorio explícitamente: nunca más aquí. La escena, en síntesis, permitió ver frente a frente el disminuido poder de un guerrero y el poder moral de una víctima.

Bojayá es un hito en la construcción de paz. Las víctimas lograron una aceptación de responsabilidad por parte de los perpetradores y en su propio pueblo, en el lugar del oprobio, las víctimas prepararon el escenario largamente. Con sentido de proceso, no de coyuntura. Con sentido de reconciliación, no de retaliación.

El modo como se estructuró y formalizó el encuentro del 6 de diciembre envió un mensaje profundo para los próximos actos de reconocimiento de responsabilidades que la territorialización de la convivencia seguirá demandando.

La comunidad de Bojayá les enseñó al país y a este proceso de paz que las tareas son de larga duración, en su gestación y en su continuidad. Que en actos de esta naturaleza no sólo la insurgencia (en este caso), o quien sea en otros, debe responder a las exigencias de las víctimas, sino que la reparación y la reconciliación sólo son posibles si hay respuesta efectiva a dichas exigencias, y no instrumentalización de sus expectativas.

Las víctimas de Bojayá nos mostraron lo que significa construir tejido de garantías para las comunidades y proyectaron tareas y exigencias concretas al Estado, a la insurgencia y a la sociedad.

Las víctimas nos están enseñando, y nos dicen hoy, después de Bojayá y del acuerdo de La Habana: la reconciliación es un acto que debe comprometer a todos para que la paz sea un proceso sin retorno.

Director del Centro Nacional de Memoria Histórica

 


Bojayá, Farc, Paz, Víctimas

Cinco puntos claves que debes saber sobre el Museo Nacional de la Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero

Publicado

12 Abr 2015


Cinco puntos claves que debes saber sobre el Museo Nacional de la Memoria

Es común que se asocie a los museos con espacios estáticos, apagados, poco útiles, reservados para intelectuales o un púbico especializado. Y eso es justamente lo que no será el Museo Nacional de la Memoria.


 Del Oro, de la Moneda, de cera o de un artista, museos hay muchos que preservan en el tiempo algo que es preciado por su valor y que merece ser expuesto y recordado. Lo cierto es que además de esto, el Museo de la Memoria albergará no solo objetos y visitantes, sino también sus historias, sus recuerdos y sus propuestas.

Un espacio dedicado al conocimiento de la historia reciente, que procura la apropiación social del tema del conflicto interno e invita a la reconciliación, se hace imprescindible en una sociedad que se escandaliza y critica con dureza cuando en otros países ocurren hechos violentos, pero que muchas veces  calla o ignora la tragedia que ha sucedido en el propio.

Aquí les presentamos cinco puntos clave sobre el Museo Nacional de la Memoria:

1 – Salda una deuda histórica: luego de más de medio siglo de conflicto, hay una deuda pendiente del Estado y la sociedad colombiana con las víctimas del conflicto armado. Cumple con una función reparadora y tiene como propósito fundamental dignificar a las víctimas, promoviendo su reconocimiento, el reconocimiento de sus memorias y de sus historias.

2 – Cumple una función esclarecedora: la sociedad requiere saber cuál es la dimensión de la guerra que ha vivido el país, cuáles son sus causas, los responsables, los cambios que ha sufrido el conflicto a lo largo de su duración, es decir, construir un relato que permita entender qué ha pasado y por qué.

3 – Fomenta la diversidad y pluralidad de las voces: a través del diálogo y la participación de los diferentes sectores de la sociedad desde todas las regiones y ciudades, busca ser una plataforma para la construcción en común de la memoria, donde confluyen iniciativas artísticas, sociales, académicas, pedagógicas y de reflexión y se comparten los diferentes relatos y experiencias.

4 – Visibiliza el relato de la paz: al tiempo que hay violencia también hay iniciativas de paz. Paralelo al dolor y la guerra, las víctimas y diversos sectores de la sociedad han promovido iniciativas de memoria y apuestas para construir la paz y resistir a la guerra. Es tiempo de valorar y visibilizar esa resistencia que han hecho indígenas, afrodescendientes, mujeres, habitantes de las regiones apartadas y que el país no conoce.

5 – ¿Por qué en Bogotá?: en su objetivo de ser un centro de integración y reconciliación, el museo  funcionará como una red y un lugar de diálogo y sensibilización para que haya reconciliación y no repetición de los hechos violentos. Por eso se plantea ser un lugar para la reflexión, la creación y divulgación, de modo que lo sucedido en las regiones sea conocido en todo el país y, para eso, Bogotá es un escenario ideal por su centralidad y por la importancia que tiene para la construcción de la opinión pública.

El Museo Nacional de la Memoria es la cristalización de un proceso de construcción de memoria histórica que ya había dado un primer gran paso con el informe ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad, pero que no termina ahí, sino al contrario, inicia una nueva etapa, esta vez con mayor protagonismo y participación de la sociedad.

“Nosotros no vamos a ser portadores de una verdad, no va a haber una verdad oficial, el museo tiene que ser un espacio donde se pongan en diálogo distintas versiones e interpretaciones, y que los colombianos entendamos que ese diálogo es necesario”, asegura Martha Nubia Bello, de la Dirección de Museo Nacional de la Memoria.

De acuerdo con la académica e investigadora, el mayor reto es que sea un lugar en el que las víctimas se sientan representadas, pero a la vez reparadas.

 


Museo Nacional de la Memoria, Paz

El recuerdo que sana en Pueblo Bello

Noticia

Autor

Jorge Iván Posada
Jefe de prensa del CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

21 Abr 2015


El recuerdo que sana en Pueblo Bello

Pueblo Bello, corregimiento de Turbo,  quiere recordar a sus paisanos —hijos, esposos, abuelos, primos— que las autodefensas, en esa entonces al mando de Fidel Castaño, sacaron a la fuerza de sus casas y los desaparecieron.


Eso fue el 14 de enero de 1990. Los 60 “Tangueros”, armados, llegaron a este pueblito del Urabá antioqueño y juntaron en la plaza, a empujones y patadas, a 43 personas.

Fidel Castaño quería “ajustar” unas 43 vacas, que había perdido, por hombres. Entonces los paras se llevaron a las 43 personas en un camión hacia una finca de Córdoba; allá los torturaron.  [Ver: En Pueblo Bello cambiaron vacas por gente]

Según el reporte oficial, desde entonces solo se han encontrado los restos de siete hombres, después de una exhumación que hizo la Fiscalía en la finca Las Tangas en Valencia, Córdoba.

Y es que en esos días empezaron los paramilitares con la práctica, que se les volvió costumbre, de llegar a pequeños poblados en el norte del país; con lista en mano reunían en las canchas o en las plazas a sus futuras víctimas, delante de toda la población, para que no quedara duda que ellos eran los dueños de la vida y podían pegar, torturar, matar, desaparecer, y con total impunidad.

Así acabaron con la sonrisa caribe de 43 hombres, que no olvidan sus familias y amigos y que los inspira a reconstruir lo destrozado por los paras.

Aquí quieren que se recuerde la tragedia pero que se diga que esta gente —4 mil personas que viven en las 24 veredas del corregimiento—  es campesina, luchadora, que resiste, que canta, que baila, que trabaja de sol a sol y que anhela, de verdad, un nuevo Pueblo Bello. Así lo volvieron a pedir el pasado 14 de enero al conmemorar los 25 años de la masacre.

Hay mucho por hacer, pese a lo ordenado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, pero la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la Gobernación de Antioquia y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), se están poniendo al día con este poblado.

Remanso de paz

Del acompañamiento a las familias víctimas y el mantenimiento de la vía, la Gobernación de Antioquia pasó a la construcción del centro social Remanso de Paz. El  26 de enero pasado fue inaugurado para que “la gente se reencuentre y vuelva la esperanza a Pueblo Bello”, según explicó Santiago Londoño, secretario de Gobierno del departamento.  

Y eso es precisamente también lo que busca Pueblo Bello: que el país sepa que aquí se acepta con dignidad que están marcados por la guerra pero que trabajan, todos los días, para que sea referente de resistencia, reconciliación y de una posible paz.

Entonces el pasado 17 de abril, cuando llegaron a Pueblo Bello el gobernador Sergio Fajardo y Gonzalo Sánchez, director del CNMH, la comunidad les enseñó que para llegar a esa paz primero hay que recordar a sus seres queridos, reencontrarse, empezar a soñar el futuro y trabajar por él.

Eso fue lo que dijo Beatriz Elena Jaramillo, al mostrar el mural de la memoria: retazos de tela con todos los nombres de los desaparecidos y asesinados entre 1990 y 2005.

Se lo repitió al Gobernador, al Director del CNMH, al comandante de la VII División, general Leonardo Pinto, y a las demás autoridades que visitaron el corregimiento el pasado viernes.  

“Aquí vivimos la zozobra y la muerte pero queremos que recuerden también que estas personas que ya no están con nosotros eran alegres, que tenían sus animalitos, su familia y sus cultivos. Ese es el mensaje que le entregamos al Gobernador para que todo el país lo sepa”, dijo Beatriz Elena Jaramillo quien padeció “la triste época de la violencia donde las personas dormían en el monte y se desmayaban cuando veían un hombre armado”.

Mensaje que compartió Manuel Dolores López, que perdió a su hermano Miguel López en la noche de ese 14 de enero de 1990. El mismo que en el mural de la memoria señaló con orgullo el retazo de tela donde está tejido el nombre de Miguel con la frase: “vivirás por siempre en nuestros corazones”.   

El convenio

Este mural es una iniciativa de memoria que el CNMH apoyará y fortalecerá gracias al convenio que ese mismo día suscribió con la Gobernación de Antioquia: Pueblo Bello será el punto de partida de un trabajo más grande que se hará gracias a este acuerdo.

“En el marco de la Ley de Víctimas se suscribe este convenio que tiene como objetivo fortalecer los procesos de reconstrucción de memoria histórica en el departamento, a partir de distintas líneas de acción y actividades encaminadas a la formación de distintos públicos, como funcionarios y víctimas, en la recuperación de archivos, el fortalecimiento del lugar de memoria de Pueblo Bello y diferentes actividades de comunicación como una edición especial de la revista Conmemora”, explicó Nathalie Méndez, coordinadora de la Estrategia Nación – Territorio del CNMH, quien estuvo en Pueblo Bello la semana pasada.

Y es que según Gonzalo Sánchez, el convenio ratifica la intención del CNMH de trabajar con los entes territoriales para fortalecer la memoria histórica de las regiones, la memoria como “un vehículo para el esclarecimiento de los hechos violentos, la dignificación de las voces de las víctimas y la construcción de una paz sostenible en los territorios”.

Y más en Antioquia “que es un punto de referencia para el esclarecimiento de la historia de violencia del país. Prueba de ello han sido los cuatro informes de reconstrucción del conflicto que hemos hecho en el departamento”, reiteró el Director del CNMH.

 


Antioquia, Paz, pueblo, Turbo

Otro hito del proceso de paz

Otro hito del proceso de paz

Autor

Jorge Iván Posada

Fotografía

CNMH

Publicado

19 Ene 2016


Otro hito del proceso de paz

Con la decisión del Gobierno y de las Farc, de crear un mecanismo de monitoreo y verificación del eventual acuerdo del cese el fuego bilateral, ambas delegación dieron otro paso decisivo para lograr el fin del conflicto armado.


Los negociadores oficiales y de la guerrilla, a través del comunicado número 65, indicaron que dicho mecanismo tripartito será verificado por una misión política de las Naciones Unidas (ONU) e integrada por observadores de los países miembros de la Comunidad de estados de Latinoamérica y del Caribe (Celac).

“Hemos decidido crear un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación del acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de las armas, que genere confianza y de garantías para su cumplimiento, conformado por el Gobierno de Colombia, por las FARC-EP y por un componente internacional, quien preside y  coordina el mecanismo en todas sus instancias, dirime controversias, realiza recomendaciones y presenta informes,  y que iniciará sus labores una vez se haya llegado a ese acuerdo. Respecto a la  dejación de las armas el mismo componente internacional la verificará en los términos y con las debidas garantías que se establecerán en los protocolos del acuerdo”.

Tanto el Gobierno como las Farc le solicitaron a la ONU la creación desde ya de dicha misión política, que tendría un periodo de 12 meses de funcionamiento, prorrogables.

A propósito, Humberto de la Calle, jefe negociador del Gobierno, indicó que dicho acuerdo “es una muestra de la decisión política que acompaña al Gobierno y a las Farc de terminar de verdad este conflicto… Lo de hoy no es sólo el inicio de un trámite internacional, es una inequívoca muestra del deseo de finalizar la confrontación”.

A su vez las Farc afirmaron que “constituye una fuerte señal y una feliz premonición de que el proceso de paz de Colombia se encamina inexorablemente hacia la terminación del más largo conflicto del continente”.

La meta para la terminación del conflicto armado con las Farc sigue siendo el 23 de marzo; es difícil llegar a feliz término en esa fecha pero ambas delegaciones caminan, a paso firme, para lograrlo en el primer semestre de 2016. 

Los 13 hitos de los diálogos

  1. Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, del 26 de agosto de 2012.
  2. Acuerdo: política de desarrollo agrario integral, del 26 de mayo de 2013 (primer punto de la agenda).
  3. Acuerdo: participación política, del 6 de noviembre de 2013 (segundo punto de la agenda).
  4. Acuerdo: solución al problema de las drogas ilícitas del 16 de mayo de 2014 (cuarto punto de la agenda)
  5. Declaración de principios para la discusión del punto 5 de la agenda: Víctimas (10 principios, se crean las comisiones de fin del conflicto y género y la comisión histórica del conflicto y sus víctimas), 7 de junio de 2014.
  6. Informe de la comisión histórica del conflicto y sus víctimas, 10 de febrero de 2015.
  7. Acuerdo sobre desminado, 7 de marzo de 2015.
  8. Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no repetición, 4 de junio de 2015.
  9. Acuerdo de justicia (punto de Víctimas, quinto en la agenda), del 23 de septiembre de 2015.
  10. Medidas inmediatas de construcción de confianza que contribuya a la búsqueda, ubicación, identificación y entrega digna de restos de personas dadas por desaparecidas en contexto y en razón del conflicto armado, del 17 de octubre de 2015.
  11. Acto de reconocimiento de responsabilidad y petición de perdón de las Farc a las víctimas de Bojayá, 6 de diciembre de 2015.
  12. Acuerdo sobre las Víctimas del Conflicto: “Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición”, incluyendo la Jurisdicción Especial para la Paz; y Compromiso sobre Derechos Humanos, del 15 de diciembre de 2015.
  13. Creación de un mecanismo tripartito de monitoreo y verificación del acuerdo sobre el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo y la dejación de las armas, del 19 de enero de 2016.
 


Acuerdo, Conflicto Armado, Farc, Gobierno, Paz

Pizarro descansa en un monumento por la paz

Noticia

Autor

Harold García

Fotografía

César Romero para el CNMH

Publicado

27 Abr 2015


Pizarro descansa en un monumento por la paz

 

El hombre, de unos 60 años, sobresalía entre la gente a pesar de su poca estatura, algo lo hacía grande: tenía una bandera inmensa -cualquiera allí presente desearía cargarla- que ondeaba de lado a lado como las olas del mar, iba y venía al ritmo suave de la brisa bogotana. Los colores rojo, blanco y azul, con la escritura M19 en el centro, flotaban en el cielo el pasado 26 de abril en el Cementerio Central de Bogotá. Todos los asistentes a la inhumación de un “héroe”, Carlos Pizarro Leongómez, como lo llamó el senador Antonio Navarro, eran simpatizantes de este grupo guerrillero que le apostó a la paz.

Pizarro es un apellido que se ha transformado en símbolo de resistencia, lucha y paz. Ese es el apellido de María José, la hija menor de Carlos, el hombre que hace 25 años, como jefe del M19, decidió dejar las armas para firmar el primer proceso exitoso de paz en Colombia. Sin embargo, 40 días después, y siendo candidato presidencial, fue asesinado: “no podemos tener control sobre cada uno de los millones de colombianos”, explicó en su momento el presidente Virgilio Barco al referirse que el entonces candidato presidencial por la Alianza Democrática M19, debió prestar más atención a las noticias del país y no salir a las calles arriesgando su vida. 

El pasado domingo 26 de abril, a las 12:20 p.m., María José Pizarro entró al Cementerio Central con su hermana María del Mar, cargaban un ataúd pequeño de color oscuro. Llevaban blusas blancas, jeans y caminaron con firmeza. Un cordón de seguridad les permitía moverse entre la gente, unas 300 personas que gritaban “Pizarro presente, presente, presente”. Hace 25 años fueron miles los que llegaron hasta aquí, llenos de rabia y dolor por la muerte del líder político. 

María José recuerda que el día más horrible de su vida fue cuando mataron a su padre; ella era una niña que lloraba desconsolada frente al féretro, sentía que le arrancaban su vida. “No me atrevo a dejarlo ir”, expresa en su película “Pizarro”, al hablar sobre la fuerte unión que existe entre los dos. 

María José llegó del exilio decidida a encontrar la verdad acerca del asesinato de su padre. Por eso el año pasado se realizó la exhumación del cadáver de Carlos Pizarro con apoyo de la Fiscalía, a la espera de que avance la investigación ya que el caso se encuentra en total impunidad; y pese a que fue declarado crimen de lesa humanidad aún no existe alguien juzgado. 

El dictamen de la Fiscalía arrojó inconsistencias graves en el asesinato del sicario del padre de María José, a quien también se le practicó la necropsia. El estudio fortalece las declaraciones de los testigos quienes afirman que Gerardo Gutiérrez, el sicario, después de arremeter contra Pizarro se rindió y tras estar detenido en el piso del avión, uno de los escoltas del DAS le disparó al joven desarmado.

“En el infinito también existiremos”

María José se acercó al micrófono sobre una tarima instalada en el cementerio, dio las gracias a los presentes recordándoles, al igual que su padre, que no acepta otro camino que el de la paz: “un camino con verdad, justicia, una paz en la que los colombianos puedan ser partícipes directos del futuro que se quiere en el país, de la sociedad que queremos para nuestros hijos”, dijo con voz pausada. 

Y es que en el emotivo sepelio de Carlos Pizarro, se recordaron los nombres de decenas de hombres y mujeres asesinados y desaparecidos a lo largo del conflicto armado. Nombres de colombianos, historias que no se olvidan. “El cambio está en manos de ustedes muchachos, que los sueños de millones de colombianos sean realidad”, recalcó el senador Antonio Navarro, antes de que empezara el acto conmemorativo a cargo de Agroarte, un colectivo juvenil que vino desde Medellín para acompañar a la familia Pizarro. 

Ellos hablaron desde las plantas de la memoria, hablaron de la muerte a través de la vida, de una planta que representa las personas, “esas que han caído a lo largo de estas violencias”. Esa fue la reflexión de Aka, líder de este grupo, en ese espacio para encontrase a través de la historia para entender que en un cementerio no hay buenos ni malos: “solo personas habitando y construyendo la historia, un espacio de dialogo y unión”, expresó Wilmar Botina, integrante de Agroarte. 

En este acto simbólico apoyado por la Unidad de Víctimas, Centro de Memoria Paz y Reconciliación, La Fiscalia y el Centro Nacional de Memoria Histórica, se reconstruyó la tumba de Carlos Pizarro, ahora con baldosas verdes y oscuras en forma de pirámide, decorada alrededor con más de 10 plantas sembradas por Agroarte que representan diferentes víctimas del conflicto, un monumento a la paz y a la vida. “Así se merece que sea la tumba del precursor de la paz contemporánea en América latina”, dijo Navarro, quien no dudó en hacer un llamado al gobierno de Juan Manuel Santos, al recordarle que “cumpla el compromiso de hacer un monumento a la paz de Colombia con el acero de las armas del M-19”.

Antes de salir del cementerio, el viejo que ondeaba la bandera grande del M19 se despidió con abrazos de un par de compañeros, otros viejos que no olvidan a Pizarro y la apuesta de paz del eme, como María José, que tampoco olvida, que busca la verdad, la justicia, y que se preserve la lucha que dio su padre por la reconciliación de los colombianos

 


Monumento, Paz, Pizarro

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