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Conmemorar para no olvidar

Noticia

Autor

Laura Cerón

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

28 May 2018


Conmemorar para no olvidar

Desde hace varias décadas en Colombia los sobrevivientes del conflicto han convertido su dolor en lucha contra el olvido. Muchas de ellas se han organizado para exigir justicia, verdad y reparación en un grito unísono.


Una de las acciones que hacen los sobrevivientes es recordar las fechas en las que ocurrieron masacres, desapariciones forzadas, secuestros o asesinatos selectivos –y cualquier hecho victimizante-. Así recuerdan lo que les pasó y comienzan a hablar, a buscar espacios para volver a reunir a la comunidad. A estos se les llaman actos conmemorativos y en ellos se busca reclamar ante la sociedad, muchas veces pasmada por la indiferencia, que la guerra no vuelva a tocar la puerta de ningún colombiano.

En Tumaco, por ejemplo, la Pastoral Social del municipio se reúne junto a las organizaciones de víctimas para conmemorar el asesinato de Yolanda Cerón, una lideresa que con su trabajo ayudó a que se les titularan tierras a miles de afrodescendientes e indígenas. Comunidades que llevaban décadas viviendo en el puerto. Yolanda se opuso a la entrada de grupos al margen de la ley y fue asesinada el 19 de septiembre.

Desde entonces, cada 19 de septiembre se conmemora este día. Para el 2017, la comunidad asistió a una eucaristía y con velas y flores adornaron un busto (de la estatua con la imagen de Yolanda) ubicado en el Parque Nariño, donde también se declamaron poemas y se cantaron canciones. La conmemoración con el paso de los años se transformó, y se convirtió, en un espacio en el que también se recuerda a otros líderes sociales que han muerto en Tumaco por defender a sus comunidades.

En Pueblorrico, Antioquia, cada 15 de agosto el pueblo se reúne para recordar la muerte de 6 niños que, caminando por la vereda La Pica, donde tenían una salida pedagógica, se encontraron con los disparos del Batallón de Infantería número 32 Pedro Justo Berrío, de la IV Brigada del Ejército. Durante varios años las familias, junto a los habitantes de Pueblorrico, han recorrido las calles del pueblo, han ofrecido misas y talleres a los niños y niñas del municipio y han pintado murales en memoria de los que ya no están.

 

 

 

 

 

 

 

 

Conmemoración de 2017 en homenaje a los 6 niños asesinados en Pueblorrico, Antioquia

“Que no se repita y que no se olvide. Que nadie más viva el dolor que nosotros vivimos y que ningún otro niño muera en una guerra injusta”, afirmó durante la conmemoración hecha en 2017 Gustavo Isaza, padre de Gustavo Isaza Carmona, uno de los niños que fue asesinado.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, desde el año 2014, ha acompañado más de 70 acciones conmemorativas realizadas en el país en las que han participado más de 10.200 personas. Ahora a este proyecto se le conoce como ConmemorAndo: acciones por la vida, y en él han participado más de 100 organizaciones de víctimas, organizaciones sociales y colectivos artísticos.

Para la realización de estos actos conmemorativos también se han sumado instituciones y aliados de la cooperación internacional que le han apostado a la construcción de memoria histórica en diferentes zonas del país: desde el Atlántico hasta el Valle del Cauca, de Nariño hasta Aguazul, Casanare.

Para este 2018, el CNMH a través de la Estrategia de Participación de Víctimas, acompañará 10 conmemoraciones. Cada acompañamiento sumará esfuerzos técnicos, logísticos y comunicativos entre las organizaciones de víctimas, la comunidad, las áreas misionales del CNMH y diferentes actores sociales con el fin de visibilizar las acciones ante la opinión pública. Cada una de ellas fue seleccionada bajo criterios de pluralidad en los territorios, poblaciones, hechos victimizantes, zonas priorizadas por el plan de desarrollo territorial (PDT), entre otros.

  1. Rescatando raíces de las cenizas de la guerra, en Mapiripán, Meta.
  2. Prohibido olvidar la masacre de los 12 jóvenes de Punta del Este, en Buenaventura, Valle del Cauca.
  3. Conmemoración de víctimas de Desaparición Forzada, en Charras, San José del Guaviare.
  4. Conmemoración de la masacre del Naya, Región del Naya, Cauca.
  5. Rastros del Indio Apolinar Jacanamijoy, en San José del Fragua, Caquetá.
  6. conmemoració Herederos de paz, en Juan Frío, Villa del Rosario, Norte de Santander.
  7. 10 años de los Falsos Positivos en Ocaña, Norte de Santander.
  8. Conmemoración Que florezca la memoria, en Segovia, Antioquia.
  9. Peregrinación Páramo de la Sarna, en Sogamoso, Boyacá.

Si desea conocer otras conmemoraciones que han sido acompañadas por el CNMH, lo invitamos a descargar el libro ‘ConmemorAndo: acciones por la vida’, que reúne más de 50 conmemoraciones realizadas a nivel nacional en un recorrido fotográfico que además reúne las descripciones de las conmemoraciones, testimonios y textos de las organizaciones de víctimas que han participado del proyecto.

 

Publicado en Noticias CNMH


Agenda Conmemorativa


Conmemorar para no olvidar

¿Dónde están los desaparecidos?

Noticia

Autor

Laura Cerón

Fotografía

Laura Cerón

Publicado

30 May 2018


¿Dónde están los desaparecidos?

La historia de la desaparición forzada en Colombia es muy larga y tiene raíces profundas en la historia. Al día de hoy es imposible calcular la cantidad exacta de personas cuyos cuerpos todavía no aparecen. Por todo lo demás es un dolor colectivo que recorre muchos pueblos, pues para muchas familias la incertidumbre de su paradero y el desconocimiento se volvió parte de la vida diaria. Ahora, con la firma del Acuerdo de Paz y la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD), revive una nueva esperanza de volverlos a encontrar.


Según datos del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, entre 1958 y el 2017 existen 82.998 casos de personas desaparecidas registrados en el país. Esta cifra resulta difícil de imaginar en un Estado que tiene como bandera la democracia. A pesar de los esfuerzos que se han hecho por encontrarlos, como la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (CNBPD) creada en 2007 o el Decreto que reglamenta la Ley 1408 de 2010, estos han avanzado muy poco en materia de recuperación y dignificación de las víctimas y sus familias.

Ahora, con la creación de la UBPD se pone sobre la mesa una posibilidad real de hacer un trabajo conjunto entre las instituciones del Estado, las familias y los colectivos de derechos humanos que han trabajado de la mano de los familiares. Para varias organizaciones, el que Luz Marina Monzón esté a la cabeza representa una esperanza. “Nosotros la postulamos por su experticia en el tema”, aseguró Luz Mery Velásquez vocera de la mesa departamental de Antioquia de desaparición forzada. Sin embargo, todavía hay muchos retos por resolver antes de que entre en funcionamiento la Unidad.

Por un lado, está el reto de identificar los cuerpos que se han encontrado durante estos años y que están en custodia de la Fiscalía. “Durante estos años hemos vigilado y exigido a la Fiscalía que cumpla con algunos requisitos, como la entrega digna cuando Medicina Legal identifique los restos que han sido encontrados. La fiscalía tiene aproximadamente 3.300 cadáveres sin identificar. A la UBPD le estamos exigiendo que identifique estos cadáveres antes de seguir con las exhumaciones, pues no tiene sentido seguir exhumando sin antes identificar los que están en las bóvedas”, aseguró Luz Marina Hache, del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) Capítulo Bogotá.

Lo mismo ha sucedido con las experiencias que dejó la Comisión de Búsqueda, pues de 9.000 cuerpos encontrados, tan solo 611 han regresado a Antioquia, un departamento en el que se estima hay un número aproximado de 13.000 desaparecidos. Por otro lado está la propuesta de la representación regional de la UBPD, pues durante mucho tiempo los procesos de búsqueda de desaparecidos se han liderado desde Bogotá y esto ha se vuelto un “fortín burocrático”, como asegura Luz Marina Hache.

Otra de las recomendaciones que le hacen a la UBPD es que trabaje de la mano de las familias de las víctimas y de las organizaciones de Derechos Humanos, pues resulta imposible pensar la búsqueda de los desaparecidos sin el trabajo que desde hace décadas atrás vienen realizando. “No se pueden cometer los mismos errores que se hicieron al formular la Comisión, pues en la experiencia de justicia y paz se trabajó con base al victimario y no se obtuvo los logros esperados”, afirmó Luz Mery Velásquez.

Por encima de los retos que puedan llegar a presentarse una vez entre en marcha la UBPD para cientos de familias, la misma creación de este organismo representa una esperanza, pues “en un país donde siguen existiendo más de 80.000 personas desaparecidas la expectativa es que se cumpla con la búsqueda de los desaparecidos”, afirmó Luz Marina Hache.

Aunque el trabajo de la Unidad es inmenso, los resultados no solo dependen de esta institución pues la misma sociedad tiene el deber de reconocer la magnitud de este delito y la denuncia pública que se tiene que hacer frente a él. Como parte del reconocimiento que se hace a las víctimas y a sus familias, la última semana de mayo se conmemora la Semana Internacional del Detenido Desaparecido. Por esta razón en varias ciudades del país las organizaciones y mesas de víctimas se movilizan a través de distintos actos conmemorativos.

Eventos

En Bogotá

Plantón: ¿dónde están?
30 de mayo
5:00 p.m.
Carrera 7 con 26

En Medellín

Conmemoración Sembrando vida
Jueves 31 de mayo
9:00 a.m. -5:00 p.m.
Museo Casa de la Memoria

Publicado en Noticias CNMH



Conmemoraciones, Desaparición Forzada

¿Y dónde es el partido?

Noticia

Autor

Harold García

Fotografía

CNMH

Publicado

01 Jun 2018


¿Y dónde es el partido?

El próximo 5 de junio se estrena por Señal Colombia la serie documental “¿Y dónde es el partido?”, donde se relata las historias de ocho comunidades del país  y sus resistencias en la guerra a través del fútbol.


Juan Reyes hace lo posible por ir gran parte de la semana al barrio Miramar, en Buenaventura, donde se desempeña como profesor deportivo, una labor que, advierte, “puede minimizar la violencia”. Porque a los jóvenes “se les inculca principios, valores y amor al deporte, para que puedan tener una oportunidad más adelante por medio de la disciplina deportiva”. Este hombre afro y sonrisa ancha, que fue jugador profesional en los años 90, reconoce que la ciudad de Buenaventura, una de las más violentas en el país, se puede transformar al crear espacios deportivos dignos donde los jóvenes puedan practicar y fomentar sus capacidades. “Si no tenemos escenarios donde los niños, niñas y adolescentes puedan jugar fútbol es muy difícil”.

Y es que el barrio Miramar, como muchos otros en el país, le otorgó a un rectángulo improvisado lleno de arena y polvo el nombre de cancha. Allí los niños corren tras la pelota aprendiendo de la mano del profesor Reyes cosas como el compromiso, el compañerismo y la amistad, obvio sin dejar nunca de divertirse, porque el fútbol es diversión, así sea sobre un tierrero asfixiante. Pero no siempre ha sido solo esparcimiento, o negocio, también el fútbol es utilizado, así como lo hace Juan Reyes, en una herramienta de organización comunitaria. Y sino que lo diga la serie documental ¿Y dónde es el partido?, que se emitirá entre el 5 al 15 de junio, de martes a viernes con repetición del 18 al 27 de junio a las 8:30 p.m. por Señal Colombia. Una producción audiovisual sobre ocho comunidades del país, donde se relatan sus historias de supervivencia en la guerra a través del fútbol.

Aquí los televidentes encontrarán en estas ocho historias soluciones alegres, porque el fútbol es felicidad, a problemas insolubles en la cotidianidad de las regiones: problemas de salud, falta de carreteras, exigencias de vías públicas, educación y justicia. Redimir las ausencias que les ha dejado el conflicto armado por medio de la organización social, que se ve catapultada en escenarios de integración como el fútbol, una adicción, patear la pelota como niños, que los ha llevado a construir procesos de concertación y unión.

Ocho capítulos conmovedores donde se ven las fortalezas de los sobrevivientes al conflicto armado por medio de un deporte tan popular como el fútbol. Hay dos capítulos de comunidades indígenas (Atshintujkua de la Sierra Nevada de Santa Marta y Bocas del Yí en Vaupés); dos de mujeres (Corocito en Arauca y Buenaventura); otro de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare (ATCC), comunidad ganadora del Premio Nobel Alternativo de Paz en 1990; uno de un árbitro en El Tambo (Cauca); y otro sobre la Fuerza Pública en Bogotá. Un recorrido geográfico a través de la importancia del fútbol para hacerle frente a la violencia. 

Ni el fútbol se salvó de la guerra

A pesar que el mundo cada cuatro años, por esta época, entra en la fiesta del fútbol a causa del Mundial, en estos territorios el fútbol nunca deja de ser un motor de empuje en la resolución de los problemas, pero también ha sido un punto de ataque por parte de los grupos armados. Por ejemplo en Corocito (Arauca) la guerra llegó vestida de infamia la noche del 8 de febrero de 2003. Los paramilitares del Bloque Vencedores de Arauca, al mando de alias el ‘Cantante’ y ‘Cero Tres’, se tomaron el pueblo y –amenazando, golpeando sembrando miedo- desplazaron a la comunidad dejando a su paso 12 personas asesinadas, entre los que se encontraban, en su mayoría, integrantes del equipo de fútbol de Corocito. “La idea era clara: fragmentar la comunidad y acabar con lo que más nos unía”, dicen los sobrevivientes que retornaron de nuevo a sus tierras.  

Algo parecido, desgraciadamente, sucedió con 12 jóvenes en Punta del Este, Buenaventura, a pocos metros del barrio Miramar. Una masacre que enlutó a la comunidad el 19 de abril de 2005. Los muchachos fueron engañados para jugar un partido de fútbol, por el que le pagarían 200 mil pesos a cada uno, pero en vez de encontrar un balón para patear y divertirse, hallaron la muerte. Según un vídeo de la Fundación Rostros & Huellas, “esta masacre fue llevada a cabo por estructuras de la estrategia militar encubierta de tipo paramilitar cuando se aplicaba la política de Seguridad Democrática”. 

Los indígenas de Bocas de Yí, en Vaupés, también se vieron afectados. Su comunidad era un lugar de paso constante por parte de la guerilla de las Farc. Así aprovecharon su poder violento para reclutar a los jóvenes de la zona, lo que, de paso, generó que se creara el estigma de que esa comunidad indígena era afín al grupo armado.

Tal vez la guerra ha sacado los momentos más degradantes de nuestra historia. Masacres, violaciones a los derechos humanos, desapasiones forzadas, secuestros, niños que han dejado su infancia por empuñar armas. Pero tanto dolor y resistencia impulsó a comunidades como la ATCC en La India (Santander) a promover la paz, a dejar a los civiles fuera de la guerra: “Ni con ustedes, ni con ellos; nosotros solos”, es el lema que han difundido desde el 24 de mayo de 1987, que se reunieron con la guerrilla de las Farc, con el objetivo de dejarles claro que ellos no harían parte de su guerra. Acto que después repitieron con los paramilitares al igual que con el Ejército Nacional. Esta gesta los llevó a recibir el Premio Nobel de Paz Alternativo en 1990. 

Algo en común que tienen estas cuatro regiones del país es que han encontrado en el fútbol la manera de afrontar las dificultades que impuso la guerra. Se han reunido alrededor del balón para fortalecer sus organizaciones sociales y para solucionar las indiferencias porque siempre será mejor que lleguen balones para divertirse que armas para matarnos. Y esto es lo que veremos este año en la serie documental ¿Y dónde es el partido?

“Llegar a esta zona cargado de balones no cargado de armas, si yo pongo a escoger a los jóvenes ellos van a escoger el balón”, concluye Juan Reyes.

Publicado en Noticias CNMH



ATCC, Buenaventura, Cine, Fútbol

“Evitamos que se instalara el silencio”

Noticia

Autor

Juan Camilo Gallego Castr

Fotografía

Isabel Valdés

Publicado

06 Jun 2018


“Evitamos que se instalara el silencio”

En más de 25 años la Corporación Avre hizo acompañamiento psicosocial a víctimas de la violencia en Colombia. Las 2.443 publicaciones que conforman el acumulado de su trabajo y su experiencia los donaron al Centro Nacional de Memoria Histórica, revalidando su compromiso con el Pacto por la Memoria.


Con todo lo que sucede en este país: muertes selectivas y la violencia sociopolítica, ¿cómo impacta todo en la salud mental de las personas y las familias? Era la inquietud de la profesora y médica psiquiatra Bertha Lucía Castaño. En 1992 invitó a otros colegas del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Nacional y así fue como crearon la Corporación Avre (Apoyo a Víctima de Violencia Socio Política Pro – Recuperación Emocional). “Fue la primera ONG que buscó entender el impacto de la violencia sociopolítica desde la salud mental”, dice Marcela Salazar Posada, quien fuera su directora por cinco años.

En un principio, Bertha Lucía Castaño buscó al jesuita Francisco de Roux, entonces director del Centro de Investigación y Educación Popular (Cinep), para que les ayudara a buscar recursos para financiar a Avre. De Holanda llegó el primer apoyo y a partir de ahí la Corporación creció e involucró a otros profesionales, pues entendieron que debían integrar la acción social y política.

De esta manera la profesora Lola Cendales se vinculó con Avre. Venía de la educación popular, comprometida con los sectores más excluidos. “Avre se plantea lo comunitario. Así fue la formación de terapeutas populares. Vi que había una veta importante, pasamos de la atención profesional a que fueran las comunidades quienes acompañaran. Se trataba del reconocimiento de las capacidades del otro”, recuerda.

Durante mucho tiempo Vicky Villegas trabajó con Medicina Legal. Allí coincidió con la profesora Castaño y luego se vinculó con Avre, en donde integraron la psicología forense a su quehacer. Con esta línea lograron que muchas víctimas ganaran procesos judiciales relacionados con sus familiares.

Para el momento de su creación la Corporación Avre tenía una apuesta innovadora, de preocuparse por lo subjetivo. Si en un principio se encargaban de contener y resistir, luego vieron la posibilidad de que las víctimas fueran protagonistas y recobraran su estatus de ciudadanos y se sobrepusieran a su dolor.

“Aprendimos de la estrategia psicosocial del cono sur”, agrega Dora Lucía Lancheros, representante legal de Avre. Y añade: “nuestro paquete pedagógico lo adaptaron en Guatemala para formar promotores en las comunidades indígenas. Estas producciones fueron hechas desde adentro, valorábamos la mirada crítica, pues nos ubicamos en un lugar de intercambio de conocimiento”. Sabían que la capacidad debía instalarse en las comunidades. Alcanzaron a tener un cubrimiento nacional e incidieron en política pública y en la creación de estrategias de atención como Entrelazando, de la Unidad de Víctimas, a través de su paquete pedagógico, un acumulado que ya cumple 25 años.

Avre hoy está en proceso de cierre, por eso el 28 de mayo firmaron un acta de donación de sus archivos con el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Se trata de 2.443 títulos de publicaciones especializadas en atención psicosocial a víctimas, así como de un archivo compuesto por 998 documentos, entre los que se cuentan libros, revistas, casetes, entre otros. Dice el psicólogo Paul Stucky que “Avre ha sido muy rigurosa con su documentación. Les estamos entregando algo muy valioso para nosotros”. Esta es su forma de vincularse al Pacto por la Memoria.

Durante la firma, Ana Margoth Guerrero, directora del Archivo de Derechos Humanos del CNMH, expresó que con estos nuevos archivos donados por Avre se está pensando en las futuras generaciones, para que nuestros hijos y nietos puedan mirar lo que pasó, la historia de este país”.

En ese sentido, concluye Marcela Salazar Posada, “es un momento de confianza saber que ponemos nuestros archivos en buenas manos. Queremos que sepan que somos un grupo de personas y voluntarios unidos por una sociedad en paz. Que sepan que no fuimos indiferentes, que evitamos que se instalara el silencio, que nuestros archivos no pasaron al olvido”.

Publicado en Noticias CNMH



Archivos, AVRE

Memoria en AM y FM

Noticia

Autor

María Paula Durán

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

08 Jun 2018


Memoria en AM y FM

La oralidad es, y seguirá siendo, una parte muy importante en la forma en cómo transmitimos conocimientos, sentimientos, tradiciones, historias y, por supuesto, memoria. ¿Quién no recuerda con especial cariño una anécdota, una historia o un saber compartido por sus abuelos, sus padres o profesores a través la palabra hablada?


En Colombia, donde aun existe una brecha digital amplia e, incluso más que el internet, muchas veces en zonas rurales y apartadas ni siquiera hay recepción de televisión, la radio sigue siendo el medio de comunicación masiva más importante o aún el único posible para informarse y transmitir información. También en las ciudades la radio continúa teniendo un alto consumo en todos los sectores de la sociedad. Tomando esto como base y aprovechando nuestra tradición oral como cultura, varias iniciativas de memoria han usado la radio como su plataforma de expresión con el ánimo de llegar a un público amplio más allá de los centros urbanos y que las memorias que han reconstruido se escuchen en los pueblos, en las montañas, en las sierras, en las selvas y en todos los rincones donde la frecuencia y la amplitud modulada lleguen.

Les invitamos a escuchar dos ejemplos de las iniciativas que han hecho de la palabra y de los sonidos su vehículo para la memoria:

  • Ojalá nos alcance la vida / Corporación de Asuntos Mayores y CNMH con apoyo de OIM y USAID:

“Ojalá nos alcance la vida… para sembrar, argumentar y defender la paz”. Estas historias de vida se refieren al dolor, a la fortaleza y a la esperanza de personas mayores víctimas del conflicto armado en Colombia.

  • Reparaciones y territorio de paz / Una serie radial realizada por organizaciones sociales de Buenaventura – Grupo de comunicaciones por la defensa del territorio Palafitos y Arambé Grupo de ayuda comunitaria.

Las organizaciones sociales de Buenaventura reconstruyen su memoria y hacen comunicación para el desarrollo, en la construcción un territorio libre de violencia y lleno de oportunidades. Testimonios de las víctimas y voces de jóvenes hablando de memoria y procesos comunitarios de paz.

 

Y como un plus les invitamos a conocer más sobre el trabajo con iniciativas de memoria y escuchar los programas radiales realizados en 2018 sobre este tema en CONMEMORA RADIO

Iniciativas de Memoria Histórica

 

Historias para transformar el país

 

Personas mayores víctimas del conflicto

 

La crisis no conocida de Hidroituango

 

Publicado en Noticias CNMH



Iniciativas, Radio

Rechazo a ataques contra Chaparral diverso

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

12 Jun 2018


Rechazo a ataques contra Chaparral diverso

Un mural de memoria sobre las víctimas trans del municipio de Chaparral, Tolima, fue borrado por personas desconocidas, y, en su lugar, se hizo una inscripción que dice “HP”. El CNMH rechaza este tipo de violencias contra personas víctimas de sectores LGBT.


La Asociación Chaparral Dirversa, como representante de víctimas del conflicto armado, ha desarrollado acciones de memoria y de incidencia en la esfera pública. Su trabajo ha sido acompañado, en diversos momentos, por instituciones y organizaciones como el Centro Nacional de Memoria Histórica, USAID, la Gobernación del Tolima, la Asociación Yapawaira, Santamaría Fundación, Colombia Diversa y ACDI-VOCA.

El CNMH acompañó a la Asociación como parte de las Iniciativas de Memoria Histórica, un proceso apoyado, también, por ACDI-VOCA. La iniciativa tuvo como objetivo reconstruir memoria sobre el “Reinado Trans del Río Tuluní”, en el municipio del departamento del Tolima. El proceso de memoria histórica se llevó a cabo durante 2017, desarrollando acciones en torno a la incidencia y visibilización que la organización hace en pro de sus derechos. También, se trabajó una posibilidad para entablar un diálogo con entidades sobre la reparación colectiva de los sectores LGBT del municipio.

En 2018 la profesora Alanis Bello, de la mano con la Licenciatura de Educación Comunitaria dela Universidad Pedagógica, ha dado continuidad a este proceso de memoria, donde buscan ser reconocidos como sujetos de reparación colectiva. El mural que fue borrado, hace parte de ese reconocimiento y los hechos, según la profesora se desarrollaron de la siguiente manera:

  • El mural fue gestado como una forma de apoyo de la Licenciatura en Educación Comunitaria de la Universidad Pedagógica Nacional, al proceso de reconocimiento como sujeto de reparación colectiva que actualmente adelanta la Asociación Chaparral Diversa LGBTI.
  • La Universidad solicitó un permiso a la alcaldía de Chaparral para hacer el mural (también adjunto). Este permiso fue otorgado, no sin dilaciones, el día 18 de mayo de 2018 (adjunta la autorización). Ese mismo día se hizo el mural junto a los miembros de la Asociación y algunos docentes y estudiantes de la licenciatura. El mural buscó conmemorar a las víctimas de sectores LGBT del conflicto armado en el sur del Tolima, al igual que la resistencia del reinado Trans del río Tuluní.
  • Los materiales, la mano de obra y el diseño del mural corrieron por cuenta de la Universidad Pedagógica, y, como institución, nos resulta muy desconcertante que la alcaldía de Chaparral no nos haya brindado seguridad y acompañamiento logístico para realizar el mural. Asimismo, en la fecha en que se construyó este vehículo de memoria, la Alcaldía inauguraba una calle aledaña, justo al lado del espacio donde se ubicó el mural. En esa ocasión los funcionarios del municipio no se acercaron al mural y tampoco hicieron un proceso de sensibilización con la comunidad o la junta de acción local. Lo único que profirieron en acto público, fue decir que había “personas extravagantes que ponían muchos inconvenientes para la gestión municipal”.
  • Según la Asociación Chaparral Diversa, luego de construido el mural, la Alcaldía no procuró una jornada de información, sensibilización y diálogo con la comunidad del barrio Versalles, donde se ubicó la pieza, tampoco brindó garantías de seguridad y logísticas para la realización del mural, ni para su conservación. Incluso, el mural se hizo en la pared del Colegio Público Gabriela Mistral, institución donde tampoco se hizo una jornada de sensibilización a la comunidad educativa para promover el respeto a las víctimas de los sectores LGBT, ni a sus memorias. Creemos firmemente que la Alcaldía incurrió en una falta al artículo 2.4.4.1.4 del Decreto 410 del 2018, que estipula que es responsabilidad de las alcaldías y gobernaciones promover entornos no discriminatorios en contra de las personas de los sectores LGBT.
  • El mural fue borrado la semana del 21 de mayo. Además de las dificultades con el gobierno local, el temor por la presencia de actores armados, es muy grave que la comunidad, respaldada por una inacción de la Alcaldía promueva acciones de odio que van en contra de los sectores LGBT y las víctimas del conflicto armado. Esta borradura representa un duro golpe para el proceso de visibilización de las víctimas de los sectores LGBT de Chaparral, ya que se sienten amenazadas y acorraladas por este ultraje a su memoria, además que sienten la falta de apoyo institucional (de la Alcaldía) y de la comunidad de Chaparral.
  • En este momento, la Asociación decidió detener sus acciones políticas en el territorio porque sienten que no hay garantías de seguridad ni respeto para seguir adelante, según afirma, William Álvarez, presidente de la Asociación. La Asociación está aterrorizada porque, como ya han sido víctimas de los actores armados, no descartan que la borradura del mural haya sido promovida, ya sea por la comunidad, los actores armados que hacen presencia en el territorio o la delincuencia común.

El CNMH se une a las voces de rechazo en torno a este tipo de hechos, que constituyen una violencia en contra de los sectores sociales LGBT, sus procesos de memoria y resistencia pacífica. 

(Vea aquí el comunicado enviado por la Asociación Chaparral Diversa al CNMH). 

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Chaparral, LGBTI

Víctimas en el exterior dialogan en Barcelona

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

14 Jun 2018


Víctimas en el exterior dialogan en Barcelona

III Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria: ¨Segunda y Tercera Generación del Exilio Colombiano¨, entre los días 26 y 29 de junio de 2018 en la ciudad de Barcelona, Cataluña (España).


El conflicto armado colombiano ha llevado a más de 6 millones de colombianos a dejar sus territorios para huir de la violencia. De estos, más de 400.000 personas han sido forzadas a cruzar las fronteras de Colombia para salvaguardar sus vidas. Muchas de ellas salieron con su núcleo familiar, según el Informe Tendencias 2016 de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados-ACNUR. Pero estimaciones no oficiales hablan de una cifra mucho más alta. 

Dentro de estos núcleos familiares se encuentran niñas, niños y jóvenes que han tenido que crecer entre dos culturas, dos tierras y dos tiempos. Han vivido el destierro y el desarraigo de manera diferente a sus padres, marcando su trayectoria de vida. 

Con el objetivo de posicionar los relatos de esta población en Colombia y en los países de acogida, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD), el Gobierno de Cataluña y la Corporación Opción Legal realizarán el III Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria: ¨Segunda y Tercera Generación del Exilio Colombiano¨, entre los días 26 y 29 de junio de 2018 en la ciudad de Barcelona, Cataluña (España). 

El III Encuentro Internacional de Experiencias de Memoria: Segunda y Tercera Generación del Exilio Colombiano tiene el propósito de propiciar un espacio para la construcción de la memoria colectiva a partir del diálogo, el intercambio y la reflexión sobre la experiencia del destierro y desarraigo en las segundas y tercera generaciones, y fortalecer las víctimas en el exterior y sus organizaciones en nuevas formas y lenguajes de la memoria. 

Teniendo en cuenta la metodología planteada para el Encuentro, se llevarán a cabo jornadas cerradas de trabajo con representantes de organizaciones de víctimas colombianas que se encuentran en el exterior. Se propone identificar las apuestas y los retos, así como las iniciativas de resiliencia y los aportes a la construcción de paz de las segundas y terceras generaciones. 

Para mayor información:

Joaquín Franco
Agenda Exilio del CNMH
Correo Electrónico: joaquin.franco@centrodememoriahistorica.gov.co
Móvil: (+57) 321 269 3798

Ricardo Robayo Vallejo
Enlace de comunicaciones Agenda Exilio del CNMH
Correo Electrónico: vocesdelexilio@centrodememoriahistorica.gov.co
Móvil: (+57) 318 326 5154

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Barcelona, Víctimas

De Guatemala para Colombia

Noticia

Autor

Juan Camilo Gallego Castro

Fotografía

Hacemos memoria

Publicado

18 Jun 2018


De Guatemala para Colombia

Los archivos de la antigua policía del país centroamericano han servido como elementos de prueba en diversos procesos judiciales, relacionados con graves violaciones de los derechos humanos. Experiencias que aportan al caso colombiano.


En 1996 se creó en Guatemala la Comisión para el Esclarecimiento Histórico, luego del proceso de paz. En ese contexto la antigua Policía Nacional, responsable de graves violaciones de derechos humanos, ocultó los documentos de su archivo para evitar que la Comisión accediera a ellos.

Gustavo Meoño, hoy director del Archivo Histórico de la Policía Nacional de Guatemala, recuerda que en el 2005 se halló de manera casual el archivo, compuesto por alrededor de seis mil metros lineales, con un total de 60 millones de folios, en los cuales estaba condensada la historia de esa institución desde 1881 hasta 1997, cuando se disolvió la antigua policía y se creó la actual Policía Nacional Civil.

“Estos documentos los hemos convertido en un archivo estabilizado, no hay un solo documento abandonado, tirado. Todos los documentos tienen, por lo menos, un proceso básico de identificación, de limpieza, de conservación”, agrega Meoño, uno de los invitados de la segunda conferencia virtual de la ‘Formación Virtual en Protección, Conformación, Acceso y Uso Social de Archivos de Derechos Humanos y Memoria Histórica’, en la que se capacitan 25 líderes y lideresas de organizaciones sociales y de víctimas del país.

Lo primero que hicieron en Guatemala fue aplicar procesos archivísticos de conservación, identificación y certeza del principio de procedencia, aplicado para entender a qué parte de la estructura policiaca pertenecían los documentos. Luego de esto continuaron con la digitalización de los archivos, para proteger los originales. En 13 años han digitalizado una tercera parte, pues se trata de un archivo de grandes proporciones.

Agrega Meoño que “en la experiencia de Guatemala nos dimos cuenta muy pronto que no es suficiente con dar acceso a la información, porque muchas veces, principalmente los fiscales del ministerio público, los abogados, no tienen un conocimiento de los archivos ni tienen una costumbre y práctica de trabajar directamente con documentos de archivo.” En ese caso la mirada del archivero ha sido muy importante, pues entendieron que podían hacer un análisis documental y aportar en los procesos judiciales. En la actualidad han aportado documentos que se han utilizado por fiscales como elementos de prueba en 14 procesos.

“Esta es la razón de poner énfasis en el análisis documental y el peritaje técnico, porque hemos podido notar una diferencia, un salto verdadero en cuanto al aprovechamiento que hay de los documentos”, concluye.

Además de Gustavo Meoño, en la conferencia virtual también participaron Dora Lancheros, de la Corporación Avre; y Diego Galindo, de la Comisión Colombiana de Juristas. De esta manera finalizó el segundo de los cuatro módulos que compone esta Formación en la que líderes y lideresas de departamentos como Antioquia, Cesar, Cundinamarca, Risaralda, Chocó y Nariño se capacitan con el apoyo del Gobierno de Canadá, el Pnud y la Dirección de Archivo del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Publicado en Noticias CNMH


Archivos


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Memoria en la Asamblea del Valle

Noticia

Autor

Ivan Sierra

Fotografía

Ivan Sierra

Publicado

20 Jun 2018


Memoria en la Asamblea del Valle

Colombia ha vivido momentos muy álgidos de dolor en medio del conflicto armado. Uno de ellos es el secuestro y posterior asesinato de los 11 diputados del Valle, quienes fueron retenidos durante 5 años por la guerrilla de las Farc. Ahora, en el décimo primer aniversario de esta conmemoración y en medio de un proceso de paz, las familias recuperan la memoria de sus familiares a través de sus perfiles biográficos.


El secuestro ha sido uno de los mecanismos más usados en el país como herramienta de prolongación de la guerra. Esta práctica se empezó a generalizar desde la década del 70 y según datos del Observatorio Nacional de Memoria y Conflicto (ONMC) entre los años 1970 y 2016 fueron secuestradas 39.281 personas.

En el caso de la Asamblea del Valle, la compleja discusión legal muestra que lo sucedido el 11 de abril de 2002 puede entenderse como “toma de rehenes”, la cual ocurre en el marco del conflicto armado y  priva a una persona de su libertad, condicionándola a la satisfacción de exigencias formuladas por la otra parte.

17 personas fueron sacadas de la Asamblea bajo el engaño de una supuesta amenaza de bomba. En el operativo murieron el subintendente Carlos Alberto Cendales, el conductor Walter López y el camarógrafo Héctor Sandoval de la cadena RCN.

Para muchos este era un desastre anunciado. Meses antes los diputados habían manifestado sus inquietudes en materia de seguridad, pues como muchos políticos del país se sentían bajo amenaza ante la advertencia de las FARC de “retener” políticos para lograr un intercambio con sus guerrilleros presos.

Fue así como el 11 de abril inició un doble cautiverio. Por un lado para los 12 diputados que durante 5 años caminaron por Buenaventura y Argelia en el Valle del Cauca; López de Micay y El Tambo en el Cauca y Leyva, El Charco e Iscuandé en Nariño, territorios que durante muchos años estuvieron en disputa de múltiples actores armados.

Por otro lado está  el cautiverio emocional de 12 familias que buscaron la liberación de sus seres queridos. En esa época la única forma de comunicarse era con pruebas de supervivencia o mensajes en programas radiales. Tan solo recibieron 7 pruebas de supervivencia y sus sentimientos y cotidianidades los mandaban a través de programas como “Voces del Secuestro” y emisoras como “La Carrilera” y la Cadena Radio Súper.

A pesar de las diferencias políticas, las familias de los diputados se unieron a la lucha de cientos de familiares de secuestrados que buscaron un acercamiento entre el gobierno de Álvaro Uribe y las FARC. Sin embargo, ni el dolor de las familias, ni la diplomacia internacional lograron convencer a las partes de llegar a un acuerdo especial para la liberación de los secuestrados.

La experiencia del secuestro a nivel nacional deshumanizó aún más el conflicto armado colombiano. Para Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), esta modalidad de violencia se convirtió en el signo de la degradación de la guerra. El secuestro de los 12 diputados se constituyó como una de las violaciones  más graves al Derecho Internacional Humanitario en el país.

Del secuestro al asesinato

El 23 de junio de 2007, las FARC firmaron un comunicado del Comando Conjunto de Occidente en donde se informó a la opinión pública que el 18 de junio de 2007, 11, de los 12, diputados murieron en un fuego cruzado y que uno, Sigifredo López, sobrevivió. Fue así como desde el 29 de junio empezó la lucha de las familias por recuperar los cuerpos de los diputados. Sin embargo solo hasta el domingo 9 de septiembre sus cuerpos llegaron hasta la ciudad de Cali a través de un protocolo liderado por la Cruz Roja.

Para los familiares de un secuestrado enterarse que este murió en cautiverio es muy difícil.  Según la Fundación País Libre “al saber que la persona murió, la sorpresa y la incredulidad invade a los dolientes pues no están preparados para afrontar ese nuevo golpe. Sienten que no es justo que luego de sufrir el horrible proceso del secuestro tengan que enfrentar ahora un momento aún más difícil”.

Para el año 2016, en medio de los diálogos entre el Gobierno y las FARC, Jorge Torres alias ‘Pablo Catatumbo’ habló frente a los familiares de los diputados en un acto temprano de reconocimiento de responsabilidades: “En nombre de las FARC, y de su Delegación de Paz, queremos expresar nuestro más sincero y público reconocimiento de responsabilidad y pedir perdón a las víctimas y familiares de los 11 diputados del Valle del Cauca, los cuales se encontraban retenidos y bajo responsabilidad de nuestra organización […] Sea esta la ocasión para rendir un tributo que honre la verdad y la dignidad de las víctimas, pero que también nos ayude a superar el odio y la venganza como forma de solución a nuestros conflictos”.

Ahora, a pesar de que las familias han asumido el proceso de perdón de forma individual, el acuerdo de paz abre la posibilidad de conocer la verdad sobre los hechos y resolver las preguntas que se acumularon durante los 5 años del cautiverio.

Entre tanto, las familias de los once diputados secuestrados y asesinados por las FARC: Juan Carlos Narváez, Ramiro Echeverry, Jairo Hoyos, Alberto Quintero, Rufino Varela, Nacianceno Orozco, Héctor Fabio Arismendi, Edison Pérez, Francisco Giraldo, Carlos Alberto Barragán y Carlos Alberto Charry, de Sigifredo López, único diputado sobreviviente de los hechos, y también del subintendente Carlos Alberto Cendales, el conductor Walter López y el camarógrafo Héctor Sandoval trabajan en la  construcción de sus perfiles biográficos como proceso de memoria.

A través de la narración de sus historias de vida, las familias encuentran la humanidad perdida en medio de la guerra, visibilizan sus duelos y luchas por la vida privada y sus apuestas públicas durante esos años de secuestro. “Con la creación de los perfiles, que se materializarán a través de un informe y una serie documental, también se busca generar empatía con una sociedad que desde la estigmatización y el desconocimiento ha justificado los actos de la guerra. Se espera que los perfiles biográficos no dejen tranquilo al lector, sino que permitan un encuentro con el otro, consigo mismo y con la forma en que la guerra se ha inscrito en su propia biografía”, dice Gloria Restrepo investigadora del CNMH.

Publicado en Noticias CNMH



Conmemoraciones, Diputados del Valle, Reparaciones, Secuestro

Informe Hacia el fin del conflicto

Noticia

Autor

Reina Lucía Valencia

Fotografía

Juan Alberto Gómez Duque

Publicado

25 Jun 2018


Informe Hacia el fin del conflicto

Hacia el fin del conflicto, experiencias de desarme, desmovilización y paso de excombatientes a la vida civil en Colombia’ es una publicación resumida del informe ‘Desmovilización y Reintegración Paramilitar, Panorama Posacuerdos con las AUC’, escrito por Álvaro Villarraga Sarmiento, quien dirige la Dirección de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica. El texto analiza las experiencias históricas recientes en Colombia sobre desarme, desmovilización y reintegración de excombatientes a la vida civil. Actualmente, este análisis cobra importancia por el proceso de implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC y por la expectativa existente de lograr un acuerdo de paz con el ELN, lo que llevaría de manera general al fin del conflicto armado.


Este estudio encontró que Colombia resulta ser el país del mundo con mayor tiempo (35 años ininterrumpidos), experiencias (14) y programas (9) de reintegración de excombatientes aplicados con secuencia o simultaneidad, de acuerdo con varias modalidades: amnistías y pactos de paz con las guerrillas nacionales casos M19 y EPL o de milicias insurgentes regionales como PRT, MAQL, CRS, MP, MIR, COAR; indulto y reintegración individual de personas desertoras o marginadas de las guerrillas y de pequeñas fracciones guerrilleras regionales casos ERP y ERG, entre otras; y desmovilización y sometimiento a la justicia de los paramilitares. El caso de los paramilitares no fue técnicamente un “acuerdo de paz” entre partes en guerra, sino un acuerdo para la desmovilización, desarme y acogimiento a la justicia de sus estructuras armadas, dada la relación histórica que tuvieron con la contrainsurgencia estatal.

El informe también se ocupó de seguir el rastro a los grupos armados sucesores del paramilitarismo que persistieron o se rearmaron, con particular asociación con economías ilegales y establece que una parte de los integrantes de las AUC lideró después de 2006 su emergencia y estructuración. Igualmente, hace referencia a los operativos y campañas de la fuerza pública y los organismos de seguridad en contra de los grupos posdesmovilización de las AUC, pero concluye que no logran contrarrestar la existencia e incluso la expansión de este fenómeno y que estos grupos son considerados la principal causa de graves violaciones de los derechos humanos en la última década.

El texto concluye que en Colombia, durante los últimos nueve gobiernos, se registra el desarrollo de políticas públicas, instrumentos legales, destinación de recursos, institucionalidad y entes responsables y especializados, para la reincorporación de excombatientes a la vida civil. Esta experiencia denota avances significativos en determinadas coyunturas, especialmente con los pactos de paz entre el Estado –a través de sus gobiernos nacionales – con guerrillas y milicias insurgentes, a la vez que resultados parciales y dinámicas contradictorias en el proceso de sometimiento a la justicia realizado con estructuras paramilitares. En todo caso, pone de presente las ambivalencias, continuidades y rupturas entre la guerra y la paz, de manera que en Colombia a diferencia de otros países con conflictos bélicos internos no se produjo una solución global y simultánea con todas las insurgencias y contrainsurgencias, sino procesos distintos, progresivos, con distancias de décadas.

Igualmente, el informe señala los aspectos críticos de los procesos de desarme, desmovilización y reintegración, algunos de ellos son: 1) El débil marco de garantías de seguridad para la población amnistiada e indultada de las guerrillas. En los noventa, de aproximadamente 5.500 excombatientes acogidos a pactos de paz, aproximadamente un millar fue víctima de homicidio o desaparición forzada por parte de otros actores estatales o irregulares del conflicto. 2) Debilidades notables en las demoras y deficiencias estatales y gubernamentales en muchas de las gestiones y proyectos de los programas de reintegración. 3) Limitaciones notorias referidas al marginamiento de parte importante de la población desmovilizadas de las AUC, reincidencia al paramilitarismo o delincuencial, escasos resultados de empleabilidad y proyectos productivos y deficiencias en la conclusión pronta del proceso de reintegración.

El libro finaliza con recomendaciones dirigidas al Gobierno nacional, a todos los órganos del Estado, a las autoridades territoriales, a la fuerza pública, al Ministerio Público, a los entes de investigación y justicia y a la comunidad internacional, entre otros actores. Recomienda al Gobierno nacional, desarrollar una política nacional de paz permanente, participativa y sostenible, que se comprometa con la superación de la inequidad y la exclusión social; con la recuperación de la vigencia del orden constitucional y del control territorial de forma integral; con la vigencia efectiva del ejercicio de los derechos y garantías fundamentales; y con el fin del conflicto armado y la superación de la violencia sociopolítica, de las mafias y redes delincuenciales que prolongan escenarios de ilegalidad y violencia y de las expresiones vigentes del fenómeno paramilitar.

Publicado en Noticias CNMH



Acuerdos de la Verdad, Desmovilización, Informes

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