32 años del Palacio de Justicia
Noticia
Autor
Ricardo Robayo
Fotografía
Ricardo Robayo
Publicado
14 Nov 2017
32 años del Palacio de Justicia
Se cumplieron 32 años de la toma, por parte del M-19, y retoma, por la Fuerza Pública, del Palacio de Justicia el pasado 6 de noviembre y hasta el momento muchas incógnitas se han resuelto mientras otras salen a la luz.
En los últimos años se ha demostrado que hubo irregularidades en la entrega de los cuerpos de varias de las víctimas fatales que dejó el holocausto, puesto que las familias que creían haber encontrado a sus seres queridos, han descubierto que los restos no corresponden y se enfrentan al temor de no encontrar a sus familiares. A su vez, consideran que estas fueron acciones deliberadas con el fin de responderle a ciertas familias, pero dejando once desaparecidos.
Pilar Navarrete, Gabriel Andrade y Alexandra Sandoval comparten una historia similar relacionada a las irregularidades por las que el Estado ha tenido que responder. El esposo de Pilar, Héctor Jaime Beltrán, estuvo desaparecido 32 años desde ese trágico 6 de noviembre de 1985, hasta que recientemente la exhumación de los que se suponía eran los restos del magistrado Julio César Andrade, padre de Gabriel, dieron positivo para Beltrán, convirtiendo al magistrado en una víctima de desaparición forzada.
Por su parte, el magistrado Emiro Sandoval, padre de Alexandra Sandoval, corrió con la misma suerte, antes de este hecho ya se habían identificado fallas en las necropsias de muchos cuerpos y gracias a la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Estado tuvo la obligación de dar respuesta a las familias de los desaparecidos. Esto hizo que en 2015 se exhumara el cuerpo del magistrado auxiliar Emiro Sandoval y se permitiera reconocer que los restos no solo no correspondían con los del funcionario, sino que en su tumba estaban los cuerpos de tres personas, que al día de hoy no han sido identificadas. En este caso en particular, pudo hallarse el cuerpo de Sandoval en la fosa común del Cementerio del Sur, lugar en el que también se encontraron los restos de Lucy Amparo Oviedo, quien trabajaba en la cafetería del Palacio de Justicia.
¿Qué ha pasado?
Con respecto a Héctor Jaime Beltrán, o “Jimmy” como lo llama Pilar Navarrete, su caso pasa de ser una desaparición forzada a un asesinato. A pesar de la larga lucha que ha tenido que soportar esta mujer, siente que no es momento para dejar de insistir por la verdad, ya que aún se desconocen los hechos que terminaron con la vida de su esposo y el porqué de las irregularidades en la entrega de los cuerpos.
A su vez, Gabriel Andrade, que para el día de la toma tenía solo 17 años, ha sido un proceso difícil para él y su familia darse cuenta que su padre ahora es víctima de desaparición forzada. En este caso el tratamiento es diferente. Aunque las víctimas afirman que la intención del Fiscal actual va por buen camino, Andrade no cree posible que se llegue a identificar a su padre, por las irregularidades que han existido alrededor del caso; para él una cosa es cierta, espera que los implicados asuman su responsabilidad y otorguen verdad al proceso.
Sobre perdón y reparación, tanto Alexandra Sandoval, como Pilar Navarrete y Gabriel Andrade, consideran que no se puede exigir perdón, menos cuando nadie ha asumido su responsabilidad. Solo esperan que el caso avance y las víctimas que, como ellos, han pasado momentos difíciles, puedan saber exactamente qué pasó y cómo pasó. En el caso de Sandoval, tenía solo tres años cuando su padre desapareció, lo que le quitó la oportunidad de crecer sin él, pero a la vez de apoyar los procesos de justicia al permitir que se exhumaran los restos de su padre. Son personajes que para la época atravesaban momentos muy distintos en sus vidas, como madre y esposa, como hijo adolescente y como una niña que tuvo que crecer en medio del conflicto.
“Una decisión clasista”
A raíz de los acontecimientos de los últimos años, las familias han empezado a cuestionar las irregularidades en la entrega de los cuerpos y el por qué a algunas familias sí y otras no. Tras encontrar el cuerpo de Héctor Jaime Beltrán y reconocer al magistrado Julio César Andrade como desaparecido, como pasó también con Emiro Sandoval, las víctimas se preguntan si fue una decisión deliberada conceder una especie de tranquilidad a unas víctimas y a otras no.
Publicado en Noticias CNMH