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La palabra, el poder y la violencia

La palabra, el poder y la violencia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Feb 2016


La palabra, el poder y la violencia

Palabras de Gonzalo Sánchez, director del CNMH, a propósito de la conmemoración del día del periodista, este 9 de febrero

Reflexiones sobre la palabra de las víctimas, los perpetradores y los periodistas y académicos, con motivo del Informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, La palabra y el silencio: la violencia contra periodistas en Colombia (1977-2015).


Hemos entrado al reino de la palabra: ella está presente en las negociaciones de paz, en la voz de las víctimas, y desde ya reclama un lugar en la anunciada comisión de la verdad, y en el Museo de la Memoria…Todo nos conduce a la palabra y al relato. La historia de nuestro instante es narrada a través de la palabra.

La palabra y el lenguaje nos han permitido estar, ser y permanecer de múltiples formas. Ahora mismo nos permiten que Colombia sea una Ágora de innumerables voces.

Me centraré hoy en tres estilos de expresión y composición de la palabra: la palabra de las víctimas, la palabra de los perpetradores y la palabra de los periodistas y académicos. Hoy la palabra atraviesa todo la escena social y del conflicto. La palabra cuenta y está sometida a muchos usos y abusos.

Comenzaré por una palabra relevante que ha adquirido en nuestro contexto político un valor enorme, y que es uno de los hilos con los cuales hemos comenzado a tejer la memoria. Me refiero a la palabra de las víctimas.

En el tejido que construimos de memoria hemos experimentado y sentido el valor que la palabra tiene en las incansables búsquedas de las víctimas.

Las víctimas no solo quieren hablar hoy, sino que han empezado a hablar hace ya décadas. Ellas buscan que su voz se escuche, y que su palabra sea tenida en cuenta. En múltiples ocasiones, las víctimas han surgido a través de la palabra y sus relatos. Pero también a través de la palabra buscan cambiarle el sentido a su condición de víctimas.

Las víctimas se empoderan políticamente a través de la palabra y se convierten en protagonistas y sujetos de derechos. El poder que pretendieron arrebatarle sus victimarios, al infligirles dolor, lo han reconvertido en capacidad de enunciación de su reclamo y de sus propuestas de transformación y superación de la violencia.

Las víctimas son ellas mismas narradoras de lo que les pasó, de cómo ocurrieron los hechos, de quiénes estuvieron presentes, de quiénes las victimizaron y de qué ausencias les dejó la barbarie. Su palabra circula. Su gran inquietud es por tanto: ¿”y qué van a hacer con mi palabra”?

Con la palabra de las víctimas tejemos memoria, tejemos país y tejemos futuro.

En segundo lugar quisiera llamar la atención sobre otra palabra que ha tenido espacio en los escenarios judiciales, públicos y políticos de nuestro país. Sobre una palabra que nos ha revelado el horror, que nos ha mostrado la capacidad del ser humano de hacer daño, y que nos ha hecho evidente el por qué reclaman las víctimas y el por qué se conmueve la sociedad, aunque no con toda la fuerza debida.

Estoy hablando de la palabra del perpetrador. Esa palabra que ha servido, en ocasiones, para aceptar responsabilidad y para confesar, pero también en otras muchas para legitimar y ocultar las tropelías.

En cierta forma, y de manera paradójica, cuando se han logrado confesiones, a través de la palabra, los perpetradores han permitido que veamos en ellos, en su palabra, el rostro, el cuerpo y el dolor de las víctimas.

Hago alusión a la palabra de los perpetradores con matices. El horror que han generado es tal que frente a él enmudece con frecuencia la palabra. La palabra del perpetrador expresa muchas verdades mutiladas o justificaciones oprobiosas. Se hace evidente aquí la máxima tensión entre quién habla y de qué habla.

La palabra de los perpetradores ha tenido mucho espacio público en nuestro país. Un reclamo plenamente justificado del mundo de los derechos humanos fue que a estos se les daba más espacio que a las víctimas. Y es ahí donde tenemos que detenernos, y preguntarnos qué dicen los perpetradores y con qué intención. ¿Con intención de confesar y resarcir, o con la pretensión de encubrir y legitimar o minimizar las atrocidades cometidas?

Los perpetradores trastocan muchas veces la función de la palabra que es comunicar, por una modalidad de uso para ocultar, tergiversar y confundir.

Develar su palabra es una tarea del presente, y sobre todo es una tarea de la memoria. Los hilos con los que tejemos la memoria también deben elegir cuáles de las palabras de los perpetradores narrarán nuestra guerra. Y elegir ojalá aquellos hilos de la confesión que a gritos claman por la no repetición.

Con la palabra de los perpetradores develamos otros sentidos de la memoria, y también caminamos incómodamente el pasado.

Finalmente, aparece la palabra de los testigos, de los narradores, de quienes escuchan el dolor, la vida y la muerte de las víctimas y el discurso de los perpetradores.

Estoy invocando una tercera manifestación de la palabra. La palabra de quienes construyen relato, historia y conocimiento. Me aproximo aquí a la palabra de los periodistas, pero también a la palabra de los académicos.

La palabra del testigo, del periodista, no es la palabra como fuente. La fuente está en la escena de los hechos. La fuente está en la vida de los protagonistas. La palabra de los testigos, de los periodistas, puede asimilarse a caja de resonancia pública de lo acontecido.

Los periodistas son en efecto mediadores entre los protagonistas y la sociedad. Mediadores entre lo acontecido y lo relatado.

Es a través de ellos que la sociedad accede al lugar de los hechos, y según la narración puede ver lo acontecido, puede ver o no ver a los protagonistas, puede entender o no las escenas, puede recoger con su conocimiento hechos, emociones, sensaciones y tramas narrativas.

El relato periodístico, traducido en crónicas, ubica a estos testigos no solo como informantes sino también como intérpretes de contextos, y de muchas otras voces que son las que les sirven de fuente.

El testigo, el periodista, no es depositario de la verdad, pero tiene una inmensa responsabilidad frente a ella, frente a cómo contar y a cómo descifrar la palabra de los otros y las otras, víctimas o perpetradores.

El periodista no es sicólogo, sin embargo, tiene en sus manos recursos de poder para poner en la esfera pública historias que de otra manera pudieran quedar fácilmente reprimidas, en la ignorancia o el olvido.

La palabra del periodista se despliega en los escenarios de las luchas políticas, en los escenarios de la memoria. La palabra del periodista es otro de los hilos con los cuales tejemos memoria.

La narración periodística al igual que la de los académicos no es pasiva o neutra. Produce conocimiento e interpretación de múltiples realidades, y también trasluce preferencias.

Todas estas palabras y voces que he puesto de relieve en estas reflexiones, enfrentan hoy, en esa inmensa Ágora que es Colombia, en el espacio abierto de la negociación, un reto: sobrevivir a la guerra y convertir el silencio en grito contra la violencia…esta es la misión del momento: ser palabra para nombrar la devastación que ha dejado la guerra. Ser palabra de sobrevivientes en resistencia a la guerra, ser palabra para La Paz.

Con todo y se trata en Colombia no de la potencia de la palabra que habla, sino de la palabra silenciada a lo largo de más de tres décadas. Aquí, de alguna manera, nos ensordecen las voces de los silencios inducidos por las violencias cruzadas del país.

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Palabra, poder, Violencia

El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

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CNMH

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CNMH

Publicado

29 Ago 2015


El caso de Nydia Érika no puede volver a ocurrir

Este 30 de agosto se cumplen 28 años de la desaparición forzada de Nydia Érika bautista en Bogotá. Esa misma fecha, en la que se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, los familiares de Nydia Erika y de miles de desaparecidos más se reunirán en las principales plazas del país para pedir verdad y que estos crímenes no queden impunes.


Desde el CNMH hablamos con Janeth Bautista, su hermana, para hablar de la desaparición de Nydia, el camino recorrido para encontrarla, el exilio que sufrieron ella y su familia, y cómo después de tantos años aún busca justicia y verdad.

¿Han pasado 28 años de la desaparición de Nydia Érika Bautista, para las nuevas generaciones y quienes no conocen su historia, qué nos puede contar sobre ella?

“Nydia Érika bautista es mi hermana, la hermana mayor de una familia de seis hijos. Ella era socióloga y economista de la Universidad Nacional y la Universidad Central de Bogotá respectivamente, y también fue militante del M19. Fue madre de un niño que quedó huérfano a los 12 años, Erik Antonio. Desde muy temprana edad trabajó en proyectos sociales, con estudiantes de la Universidad Nacional, con quienes trabajó en varios proyectos en Bosa para la creación de escuelas y jardines para los niños menos favorecidos. Fue precisamente esa inclinación social la que la llevó a tomar la decisión, a mediados de los años 80, de ingresar al M19. Una decisión que le costó la libertad y la vida”.

¿Cómo fue la desaparición forzada de Nydia Érika bautista?

“Nydia primero fue detenida en la III Brigada de Cali en mayo de 1986, allí fue torturada y detenida arbitrariamente, aunque luego fue puesta en libertad. Un año después fue desaparecida definitivamente en Bogotá, en una operación entre la III y XX brigadas del ejército en Bogotá.

El último día que la vimos con vida fue en la primera comunión de nuestros niños, de su hijo y mi hija. Siendo alrededor de las 6:00 p.m., cuando acompañaba a una amiga que había asistido a la reunión a coger el bus, fue abordada por varios hombres que la subieron a la fuerza a un jeep. Desde ese entonces iniciamos la lucha por encontrarla, ese día cambió mi vida para siempre”.

¿Cómo fue la reacción de la familia ante este caso de desaparición forzada?

“Fue un despertar en el sentido más doloroso de la palabra. En esa época estaba de presidente Virgilio Barco y mi madre como nortesantandereana y mi padre como liberal, había votado por él para Presidente. Para ellos fue un duro golpe ver cómo durante ese gobierno sucedieran este tipo de crímenes que nunca se imaginaron.

La lucha empezó estrellándonos con esa realidad, de que las personas de la oposición política no tenían derecho a un juicio justo y por el contario empezó a aplicarse lo que ocurrió en otros países del Cono Sur como Argentina, Uruguay y Chile, de llevarse a los familiares bajo un camino de la niebla para que los familiares no supieran de ellos. Nosotros no supimos de la militancia de Nydia en el M19 hasta 1986, y confiábamos en que existiendo una democracia, si ella había cometido algún delito tuviera el derecho a ser llevada ante un juez para que mediante el debido proceso se hiciera un juicio y la sancionara con lo que correspondiera, nunca con la desaparición forzada.

Mi padre fue el más golpeado, lo recuerdo muy bien. Era liberal hasta los tuétanos, había sufrido la Violencia política en la época de Gaitán, y al saber lo que había sucedido lo primero que hizo fue ir a la sede del partido comunista, nunca fue comunista pero lo hizo como un acto de rebeldía”.

¿Cómo inicia el proceso de búsqueda?

“Salí con mi padre con una foto de Nydia y con una denuncia que nos ayudó a hacer Alirio Pedraza, quien también sería desaparecido. Salimos a la calle a repartir volantes, preguntando si alguien la había visto. Nos subimos a los buses, como lo hacen ahora los vendedores ambulantes, a pregunta por su paradero. Llegamos a brigadas, hospitales, morgues, fuimos a la Procuraduría, hablamos con el doctor Carlos Mauro Hoyos, asesinado en 1988, y llegamos hasta la Procuraduría Delegada para las Fuerzas Militares, en donde preguntaron a las brigadas militares pero no había razón de su paradero. Sin embargo, en este camino conocimos a otros familiares de desaparecidos, conocimos la organización ASFADDES y empezamos a ir a marchas y reuniones con la esperanza de poder tener una respuesta.

A los tres años de buscarla, un suboficial del Ejército se acercó a la Procuraduría a confesar varios crímenes que había cometido la brigada, entre ellos el de mi hermana. Así fue como el doctor Jaime Córdoba Triviño, en esa época procurador de Derechos Humanos, nos informó que era posible que Nydia estuviera enterrada en Guayabetal, Cundinamarca, de acuerdo a la información que habían entregado, y efectivamente, la oficina de investigaciones especiales de la Procuraduría hizo la exhumación y allí encontramos a Nydia Érika. A pesar de que la entregaron en una bolsa de basura, pudimos despedirnos y darle cristiana sepultura”.

¿Qué significó para ustedes poder encontrarla?

“Fue un hallazgo muy importante para nosotros y para el país, porque en esa época era difícil encontrar desaparecidos. Eso provocó una ola de solidaridad dentro del movimiento de derechos humanos en Colombia. Estuvimos muy acompañados por ong, otros familiares, y en ellos nació la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos.

Sin embargo también empezaron las amenazas y la persecución, una situación que nos llevó al exilio en 1997”.

¿Por qué toman la decisión de exiliarse?

“Nuestro exilio se empezó a marcar desde el 30 de agosto de 1995, fecha en la que se exilió el Procurador Delegado para Derechos Humanos, Hernando Valencia Villa, quien falló en contra de cuatro suboficiales destituyéndolos de la Brigada XX del Ejército incluyendo al General Álvaro Velandia Hurtado. A raíz de esa decisión tuvo que salir del país pues la cúpula militar le puso varias denuncias y lo tildó de simpatizante del terrorismo.

En 1997 también aumentaron las amenazas contra nosotros y decidimos exiliarnos. Mi caso fue bastante difícil pues estaba embarazada, sin embargo, pude salir del país y viví 10 años en el exilio. Una década en la que pude trabajar para Amnistía Internacional en Londres, también hice varias investigaciones sobre la violencia contra la mujer en Juárez y en Guatemala, y desde el exilio seguíamos luchando en el caso de Nydia Érika. En Colombia el caso paso a la justicia penal militar y mi hermana Rocío siguió al frente de todo. Después de 10 años decidí regresar al país, pues el exilio es estar muerto en vida”.

¿Qué pasó con los implicados en el caso de la desaparición de Nydia Érika?

Primero fue una lucha para quitarle el caso a la justicia penal militar y llevarlo a la justicia ordinaria, pues ellos querían que entregáramos los restos de Nydia para un examen de ADN, sosteniendo que eso era un montaje y que los restos exhumados no correspondían a mi hermana. Nosotros hicimos objeción de conciencia y no quisimos entregar el sitio donde estaba Nydia. El día de la audiencia, los compañeros de la Comisión Colombiana de Juristas, que eran los representantes legales del caso, interpusieron una tutela para que se suspendiera la diligencia militar y en ese momento también llegó un fax al juzgado de la Corte ordenando suspender la diligencia. De ahí en adelante la Corte decidió que el caso pasara a la justicia ordinaria y la exhumación finalmente se hizo por orden de la Unidad de Derechos Humanos. Entregamos el sitio y un año después salió la identificación con un 99.78% de identidad positiva de Nydia Érika. A pesar de las pruebas, el caso precluyó por dudas sobre la responsabilidad de los militares quedando en la impunidad hasta el día de hoy. Finalmente, el año pasado en vista de que los culpables siguen libres, interpusimos una acción de revisión y lo presentamos a la Corte Suprema de Justicia, pero aún no hemos obtenido respuesta.

¿Cómo van a conmemorar este 30 de agosto, Día Internacional del Detenido Desaparecido?

“Este año la conmemoración empezó desde el 27 de agosto, inició con un desayuno con varias embajadas, agencias de cooperación internacional y organizaciones de desaparecidos de varias regiones del país, un encuentro para denunciar la situación y plantear nuestras propuestas para la mesa de diálogos de paz porque creemos que la búsqueda de los desaparecidos debe tener relevancia en este proceso.

Además, el 30 vamos a realizar una galería de la memoria en la Plaza de Bolívar con los familiares del Palacio de Justicia, Familiares Colombia, MOVICE, las Madres de Soacha y otras organizaciones. También como organización vamos a tener una reunión con la Unidad de Víctimas para hablar de reparación, verdad y justicia, además, vamos a socializar cómo van los procesos penales de nuestros familiares. Finalmente, tendremos un taller sobre comisión de la verdad y justicia transicional. Sin embargo, el 30 de agosto es un día para que la sociedad se movilice y se conmueva con los 45 mil desaparecidos que hay en el país”.

Perfiles contra el olvido: Fundación Nydia Erika Bautista

 

Publicado en Noticias CNMH



Mujer, Nydia Érika, Testimonios, Víctimas

Museos Escolares comparte su experiencia con las Américas

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CNMH

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CNMH

Publicado

02 Sep 2015


Museos Escolares comparte su experiencia con las Américas

Desde de hoy y hasta el próximo 4 de septiembre se desarrollará en Buenos Aires, Argentina, “El Museo Reimaginado”,encuentro internacional al que asisten Museos Escolares de la Memoria y el Museo Nacional de la Memoria para compartir sus experiencias y aprender de otros procesos en América.


Este evento, organizado por Fundación TyPA y la American Alliance of Museums, realizado por primera vez en América Latina, reúne alrededor de 400 profesionales de museos de todo el continente y será una plataforma para poner en escena las mejores metodologías, ideas innovadoras, enfoques creativos, y respuestas exitosas a problemas comunes en el campo de los museos.

Martha Nubia Bello, directora Técnica de la Dirección de Museo del Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, hará una ponencia en este encuentro en la mesa de diálogo titulada “La atrocidad y los museos: las representaciones de la violencia y la memoria”, que contará con la participación de Florencia Battiti (curadora del Parque de la Memoria en Argentina), Roberto Fuentes (coordinador del Parque por la Paz Villa Grimaldi en Chile), Alice Greenwald (directora del Museo y Memorial del Septiembre 11 en Nueva York) y Denise Ledgard (Directora del proyecto Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social -LUM- en Perú).

Dentro de la presentación de mejores experiencias en prácticas museológicas se encuentra Museos Escolares de la Memoria (MEMO) [Conocer el proyecto de MEMO] , proyecto premiado por el CNMH  a través de la II Convocatoria Nacional de Propuestas Artísticas y Culturales de Memoria 2014.

MEMO es un proceso expositivo construido con estudiantes de dos instituciones de Bogotá: el colegio Los Nogales y La Giralda, a quienes se les propuso investigar e identificar en su entorno objetos de memoria de las víctimas del conflicto con el propósito de reconocerlas y reconstruir sus historias de vida a través de ellos.

La selección del proyecto por parte de los organizadores llega después del lanzamiento de su exposición “Relatos de Memoria, Reconstrucción de un futuro para la paz” y su itinerancia en la Feria del Libro de Bogotá en 2015.

Según el equipo del proyecto la selección obedece a la interacción que la propuesta genera con el público que la visita, a su diseño dinámico y al uso que hace de nuevas tecnologías (como dispositivos electrónicos y pantallas táctiles).

MEMO le brinda la oportunidad al visitante de verse inmerso en la tesis del proyecto: “Todos somos víctimas y Todos podemos hacer memoria”. Así el proyecto habilita dos entornos creativos y de participación: una estación para escribir nuestra propia historia y una estación para enviarle mensajes a las víctimas cuya historia está expuesta en la muestra.

Arturo Charria, coordinador de MEMO, cree que la participación del proyecto en El Museo Reimaginado se destaca por múltiples razones, siendo la principal, el haberse concebido en el corazón de un aula de clase:

¨El trabajo realizado entre estudiantes del Colegio Los Nogales y La Giralda. Dos colegios con grandes diferencias socioeconómicas, que lograron juntarse en la construcción de un proyecto común. El proyecto plantea por un lado, cómo abordar temas relacionados con la memoria, el conflicto y la paz en el aula de clase; por otro lado, nos preocupamos por reflexionar cómo estos aprendizajes son significativos para los estudiantes (que les generen pensamiento crítico) y, por último, como aquello que se produjo en el aula de clase puede ser un contenido que va más allá de una nota o resultado académico, sino que es un aporte para la memoria y la paz del país.

Durante el evento, MEMO también participará en “En Escena”, espacio diseñado por los organizadores para mostrar experiencias innovadoras en el campo del museo; donde el proyecto se destaca por su aporte en la generación de conocimiento alternativo sobre cómo desde el colegio se pueden construir contenidos, no sólo consumirlos.

Adicionalmente su participación incluye la socialización de la nueva fase del proyecto: la presentación de una interfaz más incluyente a través de la narración y transcripción en Braille de algunas de las historias.

 


Latinoamérica, Museo, Niños y Niñas

Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

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CNMH

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CNMH

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Acuerdos de la Verdad en más regiones del país

Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica extiende su atención a personas desmovilizadas y víctimas ubicadas en Barrancabermeja, Sincelejo, Necoclí, Yopal y Cartagena.


Con el fin de agilizar en diferentes regiones del país el proceso de recolección por medio de los aportes efectivos de contribución a la verdad por parte de personas desmovilizadas, así como las contribuciones voluntarias, la Dirección de Acuerdos de la Verdad (DAV) del Centro Nacional de Memoria Histórica, abrió a partir de este año nuevas sedes en Barrancabermeja y Sincelejo al igual que satélites en Cartagena, Yopal y Necoclí.

Se trata de nuevos escenarios en donde más de 1.500 personas desmovilizadas de las AUC, cobijadas por la Ley 1424 de 2010, podrán participar para cumplir con su compromiso de contribuir a la construcción de verdad no judicial en el país, para garantizar el derecho de las víctimas y la sociedad civil a saber los hechos del conflicto.

La sede regional Barrancabermeja es el resultado del traslado de la sede de Bucaramanga, donde se espera que acudan las personas desmovilizadas especialmente del Bloque Central Bolívar (BCB) y de otras estructuras del Magdalena Medio. En Bucaramanga funcionará una oficina del Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

En Sincelejo la DAV llega a atender a las personas desmovilizadas principalmente de los bloques Héroes de Montes de María, Mineros, Catatumbo y BCB; mientras que en Necoclí se atenderán especialmente personas que alguna vez estuvieron vinculadas con el Bloque Elmer Cárdenas. En Arauca se espera conocer verdades de quienes estuvieron vinculados a los bloques Centauros y Arauca.

A la fecha, la DAV ha certificado 3.000 firmantes de Acuerdos de la Verdad y recibido 5.800 relatos de personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010. Alrededor de 14 mil personas desmovilizadas, que firmaron Acuerdos de la Verdad con el gobierno, se consideran aptas para la realización de aportes efectivos para garantizar la verdad histórica del conflicto armado en temas como la conformación de los grupos paramilitares y su participación en ellos; así como los hechos y actuaciones que conozcan por haber pertenecido a esas organizaciones. Se trata de personas desmovilizadas que no están cubiertas por la Ley de Justicia y Paz y que están pendientes de resolver su situación jurídica.

Este mecanismo no judicial de contribución a la verdad permitirá a las personas desmovilizadas obtener una certificación por aportes al esclarecimiento de graves violaciones a los Derechos Humanos siempre y cuando hagan aportes efectivos a la memoria histórica, completar su proceso de reintegración a la sociedad colombiana y gozar de la libertad. Estos hallazgos se complementan con las Contribuciones Voluntarias que hagan distintos sectores de la sociedad, en especial de las víctimas.  

 


Acuerdos de la Verdad, Colombia, desmovilizados, Paz

Certificado a la verdad, ahora en línea

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Autor

CNMH

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CNMH

Publicado

02 Sep 2015


Certificado a la verdad, ahora en línea

Certificación de Contribución a la Verdad podrá ser publicada y descargada a través de la página web del Centro Nacional de Memoria Histórica. Más de cuatro mil quinientas certificaciones ya fueron emitidas por la Dirección de Acuerdos de la Verdad.


Certificado a la verdad se podrá notificar por aviso en línea 

La DAV (Dirección de Acuerdos de la Verdad) del CNMH (Centro Nacional de Memoria Histórica) ahora cuenta con una nueva herramienta para notificar las certificaciones de contribución a la verdad y a la memoria histórica a las personas desmovilizadas cobijadas por la Ley 1424 de 2010, que atendieron el llamado a participar en el Mecanismo No Judicial.

Las personas que no puedan ser notificadas por los medios tradicionales podrán culminar su procedimiento administrativo al ser notificadas mediante la publicación del aviso en la página web del Centro Nacional de Memoria Histórica, contribuyendo a que quede en firme la decisión adoptada sobre el aporte a la garantía del derecho a la verdad, la satisfacción y las garantías de no repetición de las víctimas.

Se ha dispuesto un aplicativo web en la página www.centrodememoriahistorica.gov.co en la cual el Aviso de Notificación, junto con copia de la Certificación, permanecerá publicado y por tanto disponible para su descarga durante cinco (5) días hábiles. Una vez concluido ese tiempo se podrá acceder a un informe del estado de notificación.

El CNMH ha logrado unir esfuerzos para desarrollar una herramienta tecnológica que esté en consonancia con el mandato de protección a las personas entrevistadas según el artículo 6 del Decreto 2244 de 2011.

De igual manera, el CNMH entregará copia de la certificación a la Alta Consejería para la Reintegración (ACR) para dar trámite ante las entidades correspondientes. Es importante que las personas pendientes de recibir esta certificación atiendan los tiempos de publicación para que en caso de que la persona notificada estime que es necesario presentar los recursos de ley contra el acto administrativo plasmado en la certificación, pueda hacerlo.

A la fecha se han expedido más de 4.500 certificaciones, de las cuales ya se han notificado personalmente  2.984 en todas las sedes regionales de la DAV.

A través de este Mecanismo no Judicial de Contribución a la Verdad, la Dirección de Acuerdos de la Verdad ha tomado más de 5.800 relatos, los cuales se analizan y sistematizan con el fin de producir una serie de informes que buscan dar cuenta de la realidad, de lo que fue la actuación de las distintas estructuras paramilitares, los hechos de violencia perpetrados por estas, las violaciones a los derechos humanos y todas las circunstancias que necesitan conocer las víctimas y la sociedad colombiana en general.

Para el próximo año se esperan los informes de estructuras como Bloque Tolima, Bloque Calima y Bloque Cacique Nutibara, Bloque Metro y Bloque Héroes de Granada.

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El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) pone a disposición de quienes se han acercado al Mecanismo No Judicial de Contribución a la Verdad y han brindado su relato a través de la Dirección de Acuerdos de la Verdad, las certificaciones por su aporte a la verdad y a la memoria histórica.

El CNMH cuenta con diversos mecanismos para notificar sus decisiones.  Lo invitamos a acercarse a la Sede Regional donde fue atendido para que actualice sus datos y así poder ser llamado posteriormente para adelantar la notificación personal o a acceder a la plataforma electrónica para ver el estado de su proceso de notificación.

[Ingresa y consulta el certificado]

Para más información en todo el país: 

PBX: (571) 796 5060

Publicado en Noticias CNMH



Certificado, DAV, Verdad

La ciudad de los fotógrafos

La ciudad de los fotógrafos

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

11 Feb 2016


La ciudad de los fotógrafos

Esta semana se conmemoró en Colombia el día del periodista. Hubo conferencias al respecto, lanzamientos de informes, como el de la Fundación Para la Libertad de Prensa (Flip), que dan cuenta de cuan difícil es esta profesión en un país como Colombia: asesinatos, amenazas, censuras, autocensuras, condiciones laborales deplorables y mucho más. Por eso Colombia escogió el nueve de febrero como la fecha para honrar la labor de muchos comunicadores que trabajan, y viven, con la convicción de mostrar las realidades más profundas de nuestro país.

Por esto nuestra recomendación de la semana en CINE + MEMORIA va de la mano del derecho a la información y la libertad de expresión en época de conflictos. Y es que en “La ciudad de los fotógrafos”, documental chileno, se muestra cómo un grupo de reporteros gráficos registraron visualmente las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Este film dirigido por Sebastián Moreno, da cuenta de la importancia que tiene el testimonio gráfico para el registro de la historia, pues las imágenes tomadas por estos fotógrafos fueron fundamentales para iniciar procesos judiciales contra la dictadura chilena, convirtiéndose en archivos documentales de la memoria reflejando la barbarie de las torturas, la represión y la desaparición forzada de la época. “Fui el fotógrafo de los perdedores y de los muertos”, relata uno de varios fotógrafos que llegaron a concluir que el arma utilizada para enfrentar a la dictadura, era su cámara. La sensibilidad.

Muchos periodistas en Colombia, al igual que sucedió en Chile, han sufrido amenazas, exilios y hasta asesinatos en búsqueda de las historias del conflicto armado del país. “La ciudad de los fotógrafos” es un documental imperdible para quienes dudan de la importancia de los periodistas en contextos de conflicto, en donde, a manera de heroísmo, estos fotógrafos resistieron a la dictadura para denunciarla. Su trabajo no ha terminado, pues siguen buscando entre sus fotografías a muchos de los desaparecidos y así “…de alguna manera, devolverlos a la vida”.

Publicado en Cine + memoria



censura, Colombia, Conmemoración, Día del periodista, libertad de prensa

Rechazamos feminicidio en Buenaventura

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

© Juan Arredondo.

Publicado

02 Sep 2015


Rechazamos feminicidio en Buenaventura

El pasado 16 de agosto fue asesinada y violentada sexualmente Sandra Patricia Angulo, familiar de una integrante de la Red Mariposas de Alas Nuevas, una organización que lucha contra las violencias hacia las mujeres en Buenaventura.


En un comunicado, la Red denunció que Sandra fue atacada con machetes en el sector del Dagua y  “fue cazada por 5 hombres, que  se unieron para degradarla, para hacerla sufrir, para, según ellos, darle un escarmiento”.

logo mariposaSandra tenía 27 años y era madre de una niña de 13 años, y de dos niños, de diez y cinco años. Sus parientes la recuerdan como una mujer alegre, perteneciente a una familia de cinco hermanas y quien trabajaba en casas de familia o vendiendo rifas en el barrio San Francisco de Asís.

Con esta muerte ya son tres feminicidios los que han tenido lugar en Buenaventura este año, por lo que la Red de Mariposas exige a la Fiscalía que este hecho sea investigado y que se haga justicia. El año pasado se registraron 180 feminicidios en todo el país, según datos de la consejería presidencial para la Equidad de la Mujer.

Los hechos

Las primeras indagaciones indican que Sandra se había ido a bailar al Dagua, un balneario de Buenaventura, el domingo 16 de agosto. Cuando ya se iba a regresar, junto a dos amigas, le pidieron a un mototaxista que las llevara, él llevó primero a dos y después volvió por Sandra. Al parecer, cuando regresó, ya Sandra estaba siendo atacada cerca de una discoteca.

La familia indica que el examen forense del cuerpo de Sandra demuestra que fue violada por cinco hombres, su cara fue golpeada y sus piernas fueron descoyuntadas. En sus uñas se encontraron rastros de un fuerte forcejeo.  

La red de mariposas

Este caso es visibilizado por la Red Mariposas de Alas Nuevas, un conjunto de organizaciones de mujeres que el año pasado recibieron el Premio Nansen de la Agencia para los Refugiados (Acnur). Ellas trabajan para reconstruir el tejido social de Buenaventura y sus alrededores mediante la recuperación de los valores ancestrales de las comunidades negras. Otra de las acciones que desempeñan esta organización es la de ayudar a las familias de los jóvenes asesinados o desaparecidos a elaborar su duelo, mediante el desarrollo de rituales de luto como las novenas y los alabaos.

El principal objetivo de la Red es lograr que las mujeres de Buenaventura puedan vivir una vida sin violencia, y para eso promueven encuentros que ellas llaman ‘lunadas’, donde quieren revivir el comadrazgo y la solidaridad entre las mujeres. “Aquí nos hemos convertido en hermanas, lo que le hicieron a Sandra, me lo hicieron a mí, porque se lo hicieron a una familiar de una mujer de la Red”, explica una de ellas.

Lea el comunicado completo acá.

 


Buenaventura, Feminicidio, Mujeres, Víctimas

20 años después de la masacre de El Aracatazo

Noticia

Autor

Juliana Patiño
Periodista del CNMHa

Fotografía

CNMH

Publicado

03 Sep 2015


20 años después de la masacre de El Aracatazo

20 personas fueron asesinadas por los paramilitares en la cantina El Aracatazo de Chigorodó, Antioquia, durante una celebración popular hace 20 años. Sus dolientes no solo han permanecido excluidos a la reparación colectiva, sino que varios han sido revictimizados. El pasado 22 de agosto se llevó a cabo un evento conmemorativo que evidenció el dolor latente de las víctimas y el único apoyo real que reciben: el que se ofrecen entre ellas mismas.


El llanto y el temblor de las manos no le permitieron escribir el mensaje en el globo inflado de helio.  Me pasó el marcador y me pidió que escribiera por ella: “Hijo querido, usted siempre fue tan bueno conmigo, siempre juicioso, siempre obediente. Quiero que sepa que no he podido olvidarlo. Que Dios tenga misericordia y le perdone lo malo que haya hecho. Yo no tengo ni una queja suya. Atentamente: su mamá, María Rosalba López”. Luego sujetó el lazo blanco que ataba el globo y se unió al grupo que había escrito otros 19 mensajes para cada una de las víctimas mortales de la masacre de El Aracatazo. A la cuenta de tres todos soltamos los globos al cielo con deseos impresos por el descanso de sus almas. Nos quedamos observando en silencio cómo se elevaban hacia el arcoíris que se proyectaba alrededor del sol.

María Rosalba López parió catorce hijos, la guerra le ha quitado seis. Hace apenas un mes y medio entraron hombres encapuchados a su casa y se le llevaron a otro. El día de los globos, María Rosalba estaba allí en el Parque Educativo de Chigorodó, Antioquia, para conmemorar a Jorge González López, el hijo que le mataron los paramilitares en la masacre de El Aracatazo, hace 20 años.

Jorge y otras 19 personas fueron asesinadas con tiros de gracia la noche del 12 de agosto de 1995 en la cantina El Aracatazo, del barrio El Bosque en Chigorodó, por los paramilitares Dalson López Simanca y José Luis Conrado Pérez, por orden de Ever Veloza García, alias ”HH”, exjefe del Bloque Bananero. A su vez, “HH” aseguró que estaba cumpliendo órdenes de Carlos Castaño.

Para conmemorar los 20 años de este episodio, la Mesa Municipal de Víctimas de Chigorodó preparó un evento con el apoyo del  Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH, USAID y OIM. Fue una jornada de reflexión, de alivio simbólico y de mensajes de solidaridad para los dolientes. Hubo pendones y telares con los nombres y fotografías de las 20 víctimas mortales de la masacre, velas y flores con las que los asistentes elaboraron un mandala que representaba el apoyo y la energía que se dan entre las víctimas. Los asistentes expresaran su mensaje de solidaridad, y se preparó la construcción de un jardín de la memoria en el mismo parque que albergó el evento, donde cada víctima de la masacre tendrá una planta que aluda a su memoria.

María Aydé Cortés, representante de la Mesa y de la Asociación de Víctimas de Chigorodó (ASOVICHI) fue el artífice de todo el evento; trabaja con persistencia y mucha paciencia en temas de memoria y reparación simbólica para que las víctimas de su municipio elaboren los duelos necesarios y se fortalezcan como sujetos civiles y políticos, que reclamen y demanden la verdad y la reparación que merecen.

La mayoría de los dolientes directos de la masacre también estuvieron ausentes. Ángela Salazar, amiga de María Aydé e integrante de la Iniciativa de Mujeres por la Paz, comentó que las madres y dolientes de los asesinados en el Aracatazo nunca han recibido atención psicosocial, mucho menos reparación colectiva y que no han trascendido su dolor, al punto de no tener la fortaleza para presentarse en eventos públicos como esta conmemoración. María Rosalba apoyó esta opinión. Ella nunca ha recibido atención de ningún tipo y reconoce que asistir a las conmemoraciones públicas la hace sentirse menos sola pero también le despierta muchos recuerdos dolorosos.

El Centro Nacional de Memoria Histórica, USAID y OIM insiste en que los actos conmemorativos son escenarios para el reencuentro entre miembros de comunidades que han sufrido rupturas, pero también son momentos idóneos para que las víctimas reiteren sus reclamos y demandas al Estado y los representantes de las instituciones se encuentren de frente con los sujetos a quienes deben reparar.

Según las víctimas ningún funcionario de la Alcaldía Municipal de Chigorodó ni de la regional Urabá de la Unidad de Víctimas asistió a los actos del día de los globos, pero decenas de víctimas de otros hechos violentos de municipios vecinos rodearon, abrazaron y ofrecieron todo su apoyo a María Rosalba y a las otras tres mujeres, familiares de los jóvenes asesinados en El Aracatazo. Al final de la jornada, deshicieron el mandala y llenaron de margaritas y claveles rosados y amarillos las manos temblorosas de las cuatro mujeres.

El Aracatazo fue solo el comienzo de una serie de masacres de grandes dimensiones en Urabá.

El 29 de agosto​ de ese mismo año miembros del frente quinto de las Farc asesinaron a 16 personas buscando tomar represalias contra exintegrantes del Epl; esta fue la masacre de Los Kunas, porque así se llamaba la finca  donde ocurrió, en el corregimiento de Zungo, en Carepa.

Después, el 14 de septiembre en el municipio de Turbo, siete simpatizantes de la Unión Patriótica fueron asesinadas por las Accu. Y, seis días después, las Farc volvieron a arremeter en contra de desmovilizados del Epl en Apartadó. En dos meses, más de 60 personas murieron en Urabá, convirtiendo a la región en uno de las más violentas del país en 1995.

 


El Aracatazo, Masacre, Paramilitares

Niños en el frente de batalla

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Sep 2015


Niños en el frente de batalla

“Yo soy la razón de la destrucción del futuro de mis hijos”, dice uno de los líderes de las fuerzas opositoras al gobierno de Bashar al-Assad en la ciudad de Aleppo, al noroeste de Siria.


“Niños en el frente de batalla”, dirigido por Marcel Mettelsiefen, es un documental que muestra una de las guerras más crudas del mundo actual, la de Siria, a través de los ojos de los niños que tienen que vivir en medio de ella. La película gira alrededor de dos historias: una familia en pleno frente de batalla y un niño que lidera, con sus canciones, las manifestaciones pacíficas que se hacen contra el régimen en el centro de la ciudad.

La familia decidió quedarse en Aleppo acompañando la lucha del papá, uno de los máximos líderes opositores. Sus cuatro hijos, tres niñas y un niño, reparten su tiempo en clases improvisadas de lectura que dicta la hermana mayor de 11 años; inspecciones ocasionales a casas abandonadas; y, además, en la construcción de municiones para la guerra. No hay tiempo para jugar, aunque para ellos, como para cualquier niño, la vida no deja de ser un juego.

El otro protagonista tiene 13 años y Mettelsiefen lo describe como el Justin Bieber sirio. “Un día él dijo que le dolía la cabeza y no iba a cantar. Se canceló la manifestación”, dijo el director. Por ser una figura pública vivía amenazado por las fuerzas oficiales, y por extremistas islámicos que se aprovecharon de la situación en Siria para imponer sus reglas. Varias veces se salvó de morir en medio de bombardeos en los lugares públicos donde se presentaba.

Los cinco protagonistas de “Niños en el frente de batalla”, a pesar de su corta edad, tienen una postura política muy fuerte. La guerra los ha obligado a vivir en la ironía de compartir su inocencia mientras se convierten en adultos para sobrevivir. Ellos, que ven la muerte de frente, saben que no están viviendo una vida normal, pero que es el precio que tienen que pagar por el amor a su pueblo. Sin embargo, cuenta el director, después de haber grabado el documental la situación en Siria se complicó y tuvieron que salir exiliados. No ganaron la guerra; perdieron su infancia.

En Colombia los niños también han tenido mucho que contar en décadas de conflicto armado. Algunas propuestas cinematográficas tratan directamente este tema, como: “Los colores de la montaña” de Carlos César Arbeláez y el documental animado “Pequeñas voces” de Jairo Carrillo y Óscar Andrade. “Niños en el frente de batalla” se estará presentando el domingo 13 de septiembre en el estand de la Memoria de la Fiesta del libro y la cultura de Medellín, gracias al festival Ambulante. (Ver programación)

 

 

Publicado en Cine + memoria



Cine+Memoria, Guerra, Niños y Niñas

Medellín ¡Basta ya! finaliza su primera fase

Medellín ¡Basta ya! finaliza su primera fase

Autor

Sandra Riveros, periodista del CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

12 Feb 2016


Medellín ¡Basta ya! finaliza su primera fase

Desde julio de 2015 se viene trabajando en el informe investigativo “Medellín ¡Basta ya!” el cual involucra a la población del territorio urbano como muestra de que la ciudad no está exenta de la guerra. Otro objetivo de este trabajo es que el reconocimiento y la construcción de memoria a través de diferentes narrativas y relatos permitan garantizar la no repetición de la violencia.


Teniendo en cuenta los avances que de la primera fase de investigación del proyecto, que finalizó en diciembre de 2015, lo que viene para 2016 es la sistematización, codificación, análisis y consolidación de la información que se recogió.

Camila Medina, directora de Construcción de la Memoria Histórica del CNMH, hace un balance positivo del desarrollo de “Medellín ¡Basta ya!” en cuanto a la recepción de la población desde su lanzamiento. “Lo que tuvimos el año pasado fue una acogida muy grande de distintos sectores y actores de la ciudad, reaccionando y participando activamente en los talleres de memoria, en los espacios convocados y en los diálogos ciudadanos”.

Gracias al interés de las organizaciones de víctimas y sociales, la Alcaldía de Medellín, Corporación Región y el Centro Nacional de Memoria Histórica, empezó la reconstrucción de la memoria histórica en la ciudad.

Y es que Medellín ha sufrido las consecuencias de la violencia por parte de diferentes actores armados y a través de este informe se podrá reconocer que no solo el territorio rural ha sido afectado por el conflicto, sino que la ciudad también ha sido víctima de actos violentos, un aporte significativo para la reparación integral, la justicia y las garantías de no repetición.

En esta primera fase se realizaron 20 talleres de memoria con diferentes poblaciones (víctimas, funcionarios públicos, maestros, periodistas, adultos, jóvenes) en los que se pudo establecer los imaginarios y los lugares de miedo reconocidos por ellos como espacios significativos por estar marcados con hechos de violencia. Asimismo, se realizaron 13 grupos focales dirigidos a sectores más específicos de la población como sindicalistas, grupos de derechos humanos, de la rama judicial, entidades y personas relacionadas con el desarrollo de políticas públicas, víctimas de secuestro, personas desmovilizadas, Ejército, Policía, entre otros.

Desde el lanzamiento del proyecto en julio de 2015 en el Museo Casa de la Memoria en Medellín, el proceso de investigación ha tenido importantes avances.

  • En primer lugar, se ha hecho la revisión del estado y la viabilidad de las fuentes bibliográficas y se han buscado nuevas fuentes importantes para la consolidación de los datos de la investigación. Entre ellas hay algunas versiones libres de jefes paramilitares, versiones y archivos de fuentes organizacionales y sociales.
  • En segundo lugar, se trabajó en una tarea que se había planteado sobre la construcción y revisión de los archivos de prensa. Se pudo consolidar una base de prensa de 2.048 registros de diferentes medios periodísticos.  Con el fin de dar cuenta de los artículos, cubrimientos e historias que han hecho los medios de comunicación en cuanto a los actos violentos ocurridos en Medellín entre 1980 y 2013.
  • Por último, se avanzó en el trabajo de campo en Medellín, que consistió en hacer las preguntas de qué pasó, cómo pasó, por qué pasó y cuándo pasó a diferentes grupos sociales con el fin de recoger los hechos más significativos.

Paralelo a ello y como parte de la estrategia comunicativa y de divulgación, se realizaron también diálogos ciudadanos que consistieron en 15 conversatorios dirigidos a la sociedad en los que se pudiera evidenciar de qué manera los ha marcado la violencia y poder hacer un recorrido por toda la ciudad identificando estas situaciones.

También se ideó una estrategia para que los ciudadanos pudieran contar sus historias de hechos específicos por medio de cartas que hacían llegar en físico o a través de una aplicación creada en el sitio web del ¡Basta Ya! Gracias a esto se logró recoger alrededor de 350 cartas.

Además, bajo la dirección de Natalia Botero, experta en álbumes de memoria, se realizó la construcción de relatos por medio de dibujos fotográficos que permitieron innovar en la manera en la que se cuentan las experiencias de violencia.

Otro evento importante de participación y divulgación del proyecto fue la realización de talleres de stop motion con jóvenes estudiantes. Allí los jóvenes pudieron contar desde su perspectiva, a través de videos, temas de violencia que identificaron en la ciudad.

Camila Medina afirma que es muy importante continuar con el convenio interadministrativo que se estableció con la Alcaldía de Medellín, Corporación Región y el Ministerio del Interior para el desarrollo de este proyecto, además de contar con el apoyo del Museo Casa de la Memoria de Medellín que es la casa del ¡Basta Ya!

Dentro de la segunda etapa que inició este 2016 se profundizará más en los casos que la ciudad ha identificado y reconocido como hechos y lugares emblemáticos marcados por la violencia. Es el caso de las bombas de La Macarena, del Parque Lleras, los asesinatos a líderes políticos, el asesinato de Héctor Abad Gómez, entre otros que destaca Marta Villa, coordinadora general del proyecto y directora de la Corporación Región.

Se espera que el consolidado final de toda la investigación se entregue en el último trimestre del presente año y la publicación del informe se haga pública en 2017.

 


ciudad, Medellín, Memoria, reconstrucción, Violencia

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