Autor: CNMH

El renacer del Alto Naya

Noticia

Autor

Laura Cerón

Fotografía

Carlos Bravo

Publicado

24 Sep 2018


El renacer del Alto Naya

El 21 de abril de 2001 el Alto Naya vivió la tragedia que trae consigo una masacre paramilitar. El hecho rompió el tejido comunitario creado por los indígenas nasa, campesinos y afrodescendientes que compartían la vida y el trabajo del campo en la región. Este año, después de 17 años, en el mes de agosto, sus pobladores conmemoraron el hecho por primera vez en la vereda Río Mina, -lugar que concentró la violencia paramilitar-, para transformar el dolor en una herramienta colectiva contra el olvido y volver a cultivar sus sueños y esperanzas.


El Alto Naya nace imponente en las montañas de la cordillera occidental, entre los departamentos del Cauca y Valle del Cauca y se conecta con el río que lleva su mismo nombre. Antes del 2001, el Naya no conocía la guerra de frente, pero sí sus consecuencias. Desde 1950 recibió a varias familias de indígenas del pueblo Nasa que encontraron en sus tierras fértiles un lugar donde vivir después de la violencia bipartidista. A la parte baja del río, cerca de la desembocadura que termina en el océano pacífico llegaron pueblos afrodescendientes que buscaban refugio desde finales del siglo XVII a causa de la esclavitud. Campesinos, indígenas y afrodescendientes que trabajaban en la parte alta de la montaña andaban días enteros por sus laderas y filos, abriendo caminos para transportar víveres y herramientas hasta organizar los primeros caseríos, entre ellos La Playa, El Playón y Río Mina.

El pasado 3 de agosto, más de 300 personas decidieron volver a recorrer sus caminos para asistir a una fiesta por la memoria. Luego de 17 años, el Cabildo Playón Nasa Naya  organizó la primera conmemoración de la masacre en la vereda Río Mina, lugar que vivió la muerte de varios de sus pobladores el 21 de abril de 2001. Para la comunidad este acto de memoria fue motivo de alegría, pues sentían que estaban cumpliendo un sueño al dignificar el recuerdo de sus seres queridos y reivindicando su derecho a vivir en el territorio.

 

 

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    Durante la conmemoración, niños y niñas pintaron piedras con los nombres de las víctimas y las fechas de los asesinatos de la masacre en el Alto Naya que luego harían parte de un memorial que se construyó en Río Mina

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    La guardia indígena de la vereda Río Mina también la integran jóvenes afrodescendientes que habitan la región

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     Miembros de la guardia indígena de Caloto comparten sus conocimientos a los indígenas de la guardia indígena de El Playón durante la conmemoración.

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    Desde el retorno a Río, las mujeres han participado en la defensa del territorio desde espacios como la guardia indígena

 

¿Cómo entró la violencia al Alto Naya?

Los sueños de las familias que habitaron el Alto Naya con la esperanza de encontrar un lugar tranquilo para vivir se vieron interrumpidos con la llegada de la coca a la región. Según el Análisis de conflictividades y construcción de paz del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la bonanza cocalera que se dio desde la década de los 80 y se desplegó por el sur del país, convirtió las tierras nayeras en una fuente de disputa entre los actores armados. La primera entrada armada la hizo la guerrilla de las FARC y posteriormente el ELN, quienes controlaron la zona durante el periodo de mayor efervescencia.

Las históricas condiciones de exclusión y la creciente demanda de la coca atrajeron a muchas personas en busca de trabajo a la región; sus angostos senderos se transformaron en caminos de herradura por el que diariamente transitaban cientos de mulas para abastecer los caseríos.

Desde 1998, los indígenas nasa buscaron organizar un cabildo como un ejercicio propio y autónomo de gobernanza. Sin embargo, el control que establecieron los grupos armados en la región cobró la vida de varios dirigentes, entre ellos el primer gobernador del cabildo de La Playa, Elias Trochez, quien fue señalado de apoyar a los paramilitares y fue asesinado en el 2000 por el ELN. Para muchos la presencia de los grupos armados en la región siempre fue un motivo de discusión, “ahí comenzó el problema con los grupos armados porque decían que queríamos pasar por encima”, afirmó Alex.

La vida en el Naya sufrió un fuerte impacto con la masacre que llevó a cabo el Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en la región. “Era semana santa y en esa semana no enseñé. En mi escuela no había nadie, los niños ya estaban en su casa. Yo vivía en un caserío cerca y el martes nos avisaron que iban a entrar los paramilitares. Nos dio pánico y miedo porque no los había visto en mi territorio. Según lo que la gente decía era que iban acabando a todo el que se iban encontrando”, afirmó Alex Rodríguez* habitante de la región.

El resto es historia: las armas, las muertes, el dolor y la huída. Aunque esta cifra no está confirmada, los habitantes aseguran que el terror sembrado en Río Mina con la masacre de varios de sus pobladores llevó al desplazamiento de cerca de 3.000 personas a los municipios y ciudades cercanas.

El retorno

Durante los meses posteriores a ese 21 de abril de 2001, varios indígenas se desplazaron forzadamente a Santander de Quilichao, Timba, Buenos Aires y Jamundí. Sin embargo, muchos otros se negaron a abandonar sus tierras y decidieron regresar. Era eso o seguir viviendo en condiciones de pobreza.

Fue así como Río Mina poco a poco volvió a recuperar la vida que tenía antes. Sus habitantes decidieron hacerle frente a la guerra y organizar su territorio. Aunque desde el año 1998 habían formado el cabildo de El Playón, no fue sino hasta el año 2002 que este logro su reconocimiento por el Ministerio del Interior como parte de las múltiples luchas colectivas que emprendieron los indígenas del pueblo nasa. Con este reconocimiento la organización indígena iniciaría un camino para fortalecerse y hacer gobierno propio en el territorio.

Con el tiempo se unieron a los demás cabildos conformados en la región del Cauca y Valle del Cauca e hicieron parte de la Çxhab Wala Kiwe Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN). Día y noche vienen trabajando  para fortalecer su estructura organizativa, recuperar sus prácticas culturales, proyectarse políticamente y actuar de acuerdo a las necesidades de sus habitantes.

Uno de sus sueños es ampliar y fortalecer el proceso de guardia indígena, símbolo de resistencia pacífica entre las comunidades indígenas. En 2016, gracias al trabajo organizativo y con las ventajas que trajo la firma del acuerdo de paz se inició una escuela de liderazgo junto a los otros cabildos de la región para capacitar a la guardia indígena en esta zona del país, además de formarlos como mecanismo humanitario de control territorial, protección y convivencia.

“Ahora uno se siente más protegido por las organizaciones que hay, el cabildo ha sido lo mejor que ha podido pasar en estos momentos. Uno se siente bien con ellos, las Juntas de Acción Comunal también hacen un papel muy grande en la región. Antes no había organización, si hubiese habido esta organización todo hubiese sido muy diferente. Antes no había líderes que nos prepararan física y mentalmente para muchas cosas, no venían las entidades, nada. Uno acá no se daba cuenta de lo que pasaba en el mundo”, comentó Carmen Muñoz*, habitante del Naya.

Conmemorando la vida y los sueños del Naya

Durante tres días, el cabildo de El Playón organizó una serie de actos simbólicos que buscaban unir nuevamente a los nayeros y nayeras de la región. El hecho de convocar a los pobladores para recordar y sanar de forma colectiva se convirtió así en una estrategia la para la resistencia y pervivencia en el territorio.

En una ceremonia privada, los familiares de las víctimas recibieron unas mochilas tradicionales del pueblo nasa conocidas como cuetanderas y que son tejidas con lana de oveja. Las cuetanderas se ofrecieron como reconocimiento a los años de dolor, pero también como símbolo de la esperanza que representa el conocimiento ancestral y semilla de esperanza en el futuro.

“Conmemorar me parece muy bonito, muy importante porque le trae a uno recuerdos tristes pero uno se siente acompañado de que alguien está interesado en la región, podemos hablar con alguien que lo escucha. Uno sabe que la región del Naya la tienen en cuenta, no solamente para lo malo, no solamente decir que aquí hay mafia o guerrilla, no. Aquí vivimos seres humanos”, comentó Carmen.

Dentro de la conmemoración también se dieron espacios para dialogar y pensarse la región el Alto Naya. Uno en el que la economía cocalera, las intimidaciones a los líderes sociales y víctimas no hagan parte de su panorama social. Al contrario: que los niños y niñas tengan la posibilidad de crecer en un territorio autónomo y libre de violencia.

“El sueño mío a corto plazo es tener un colegio bueno, que desde el prejardín los niños aprendan la cultura naya, donde uno pueda decir ‘vea, este año salen 50 bachilleres del Naya’, que haya un enlace para que vayan a la universidad. Quisiera que la gente pensará diferente Quisiera que la juventud no sólo pensara en dinero. Mi sueño es que el Naya sea un lugar donde se respeta la cultura, las diferentes etnias, un lugar donde uno lucha por lo  que siente y anhela”, afirmó Fernando.

Con cantos, poesías, plantas medicinales y pinturas en piedras simbólicas, el pueblo nayero de Río Mina recordó por lo alto a sus víctimas. Con dolor, pero también con la esperanza de ver su pueblo fortalecido.

Publicado en Noticias CNMH



Guardia Indígena, Naya

Convocatoria: Encuentro nacional de experiencias educativas para la construcción de paz

Noticia

Autor

Daniel Sarmiento

Fotografía

Daniel Sarmiento

Publicado

27 Sep 2018


Convocatoria: Encuentro nacional de experiencias educativas para la construcción de paz

Entre el 17 y el 19 de octubre se realizará en Bogotá el encuentro “Memorias que transforman”, un espacio de diálogo e intercambio para docentes, estudiantes e investigadores de todo el país, que trabajan en temas de memoria y paz. Aquí le explicamos cómo participar.


El Equipo de Pedagogía del Centro Nacional de Memoria Histórica, la Red Nacional de Maestras y Maestros por la Memoria y la Paz, y la Red de Grupos Regionales de Memoria Histórica, convocan al evento”Memorias que transforman: encuentro nacional de redes y experiencias educativas para la construcción de paz”, que ocurrirá en Bogotá entre los días17, 18 y 19 de octubre.

Este encuentro tiene como objetivo propiciar un espacio de intercambio entre docentes, estudiantes e investigadores de todos los lugares de Colombia que trabajan memoria y paz, y aportar a la consolidación de un movimiento educativo que realice acciones de manera articulada en sus diferentes lugares de origen. 

Asimismo, en la jornada del día 19 de octubre, y como cierre de este encuentro, se realizará el lanzamiento de la tercera edición de la Caja de Herramientas “Un viaje por la memoria histórica, aprender la paz y desaprender la guerra”, conjunto de materiales pedagógicos que ofrece a maestros y maestras diversas rutas, ejemplos ilustrativos, fuentes y piezas comunicativas, para que puedan inspirar una discusión en el aula escolar sobre la memoria histórica del conflicto armado colombiano. 

Es muy importante que puedan acompañarnos, pues el evento será un espacio fundamental para fortalecer procesos de formación e investigación en colegios y universidades, que contribuyan a la formación de ciudadanos conscientes, críticos y empáticos frente al pasado reciente. Al inscribirse se generará automáticamente una carta de invitación solo haciendo clic en el siguiente enlace. Cupo limitado hasta completar aforo. Solo se inscriba si está seguro de que puede participar los tres dias.

Nota aclaratoria: El CNMH solo se hará cargo de los almuerzos y refrigerios durante las jornadas de trabajo previstas, los demás costos asociados a la participación del evento deben ser cubiertos por los participantes.

 

 

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    Red Nacional de Maestros

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    Red Nacional de Maestros

Video Red Nacional de Maestras y Maestros por la Memoria y la Paz:

 

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Colegios, Educación, Maestros, Memoria, Paz, Universidades

Las voces de exiliados se escucharon en las ciudades y países fronterizos

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Autor

Ricardo Robayo

Fotografía

Ricardo Robayo

Publicado

28 Sep 2018


Las voces de exiliados se escucharon en las ciudades y países fronterizos

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), realizó durante el mes de septiembre cuatro socializaciones del informe “Exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras”. Cúcuta (Norte de Santander), Quito (Ecuador) y Ciudad de Panamá (Panamá), fueron las ciudades y países fronterizos donde se desarrollaron los eventos y que acogen a más del 80% de refugiados colombianos. También se presentó en Bogotá.


En el contexto del conflicto armado colombiano entre los años 2000 y 2012, cerca de 400 mil personas de nacionalidad colombiana se vieron forzadas a desplazarse más allá de los fronteras en búsqueda de seguridad, protección o refugio, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Pero estimaciones no oficiales hablan de una cifra mucho más alta.

En este link puede descarga el informe “Exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras”

El informe profundiza en tres casos relevantes: el del éxodo masivo de colombianos a través del Darién hacia Panamá (1996-2004); el del proceso de registro ampliado de refugiados colombianos en Ecuador (2008-2010); y el de las deportaciones y retornos masivos a Colombia desde Venezuela (2015). Estos casos tienen similitudes de estar invisibles, ser masivos, y tener su foco en territorios de frontera.

Con esa reflexión los investigadores del CNMH, Juan Pablo Luque y Randolf Laverde, dieron apertura a la presentación del informe de 388 páginas en el marco de la Fiesta del Libro de Cúcuta (FLIC), el pasado 4 de septiembre. Laverde durante su intervención afirmó: “La mayoría de víctimas exiliadas primero sufrieron las amenazas, los atentados, el asesinato, la persecución, el desplazamiento interno y luego se vieron forzados a cruzar las fronteras”.

Venezuela junto a Ecuador, acogen a la mayor población colombiana exiliada a causa del conflicto armado. En el último censo realizado en el territorio venezolano a comienzos del 2015, se registraron unos 720 mil colombianos refugiados o en situación similar al del refugiado. Pero la crisis entre los dos gobiernos y el cierre de la frontera, obligó a muchos de estos refugiados a retornar a Colombia, varios de ellos retornados forzadamente por la guardia venezolana.

“En Venezuela como exiliados colombianos nos recibieron bien. Luego del retorno forzado por las deportaciones en 2015, entendimos que ahora a nuestros hermanos venezolanos no se les debe cerrar la puerta, nosotros como exiliados sabemos que es llegar a una casa ajena”, cuenta Ana Teresa Castillo coordinadora de la Asociación DEREDEZ Víctimas de la Frontera.

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    Presentación del informe en la Fiesta del Libro de Cúcuta, 4 de septiembre de 2018.

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    Randolf Laverde investigador del CNMH durante la socialización del informe en Quito (Ecuador), 7 de septiembre de 2018.

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    Gonzalo Sánchez, Director del CNMH durante el lanzamiento del informe en Bogotá, 20 de septiembre de 2018. Foto: María Fernanda Arévalo/CNMH.

“Llegan niños no acompañados y madres cabeza de familia, padres, adultos mayores que vienen como colombianos aquí y quedan totalmente desamparados. Las autoridades ecuatorianas nos dicen: bueno, ¿y ustedes? ¿no tienen ni padre, ni madre ni patria?. Testimonio de una afrocolombiana exiliada en San Lorenzo (Ecuador).

Según ACNUR a comienzos de 2017, cada mes llegaban a Ecuador aproximadamente 418 colombianos en busca de protección internacional, a causa de la violencia en los departamentos colombianos de esa frontera. Hoy, habría más de 100 mil colombianos  refugiados o en condición similar en ese país.

“Hablamos de refugiados de hecho, es decir, personas que se marcharon pero no han sido reconocidas en otros países como refugiados. Por ello, damos cuenta de que no se ha contabilizado el real impacto del conflicto armado y por eso el informe es un primer paso para esclarecer la situación”, explicó Juan Pablo Luque, investigador del CNMH, durante la socialización con víctimas exiliadas, representantes de instituciones y academia el pasado 7 de septiembre, en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador.

Para las víctimas colombianas en el exterior, el informe es un aporte para visibilizar sus historias, como afirmó Feliz Caicedo: “Esta investigación nos recuerda lo que vivimos, lo que hemos pasado y el sufrimiento que hemos tenido en el exilio, y estas páginas van a contribuir a la memoria del país, somos parte de Colombia”.

¨Una noche los paramilitares se metieron a territorio panameño y quemaron casas y mataron a unas personas, empezaron a reclutar a los niños. Yo tenía dos hermanos menores que yo, entonces mi abuela nos dijo a la mañana siguiente que nos teníamos que ir porque esa noche iba a pasar algo malo¨, testimonio de una exiliada colombiana en Panamá.

Panamá, por su posición geográfica, es uno de los principales países receptores de colombianos con necesidad de protección internacional. A finales del 2016, había 2.350 personas colombianas refugiadas reconocidas en ese país, y aproximadamente otras 15 mil viviendo en situación similar a la de los refugiados, según estadísticas de la Oficina Nacional para la Atención de Refugiados (ONPAR) de Panamá.

“Esto es muy importante para nosotros porque de alguna manera es sentir que el Estado colombiano volteó sus ojos hacia nosotros, las víctimas refugiadas, estas memorias sigue tejiéndose para evitar que nos olviden”, reitera en sus palabras Lucila Galán, coordinadora de la organización S.O.S. Víctimas del Conflicto Armado Colombiano en Panamá (SOVIC), durante su intervención en el evento de socialización el pasado 12 de septiembre en la Universidad de Panamá.

Estas jornadas terminaron con el lanzamiento del informe en Bogotá, el pasado 20 de septiembre en elCentro Cultural Gabriel García Márquez, que contó con la intervención de varios colombianos exiliados de diferentes organizaciones que participaron en el proceso de investigación.

Para el coordinador del informe, Juan Manuel Zarama, el propósito de esta investigación no es instituirse como la “Biblia del exilio” sino contribuir al esclarecimiento de las situaciones y experiencias que han afrontado miles de personas que se han visto forzadas a salir de Colombia como consecuencia del conflicto armado.

El exilio permanece aún invisibilizado y es una de las grandes deudas en el esclarecimiento de la verdad del conflicto armado, dado que son pocas las iniciativas que buscan esclarecer la lógica detrás de esta forma de violencia. El informe también destaca que además de obligar a salir del país a dirigentes sociales y políticos, la guerra expulsó masivamente a integrantes de comunidades étnicas y campesinas comprometidos con la defensa de sus territorios.

El informe “Exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras” es fruto de un diálogo participativo e incluyente, que se ha nutrido de los aportes de las víctimas que se encuentran en el exterior y de otras que han retornado.

Publicado en Noticias CNMH



ACNUR, Exilio, Informes

¿Qué están haciendo las Iniciativas de Memoria en 2018?

Noticia

Autor

Daniel Valencia

Fotografía

Juan Sebastián CNMH

Publicado

28 Sep 2018


¿Qué están haciendo las Iniciativas de Memoria en 2018?

25 iniciativas de memoria, priorizadas en 2018 por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), iniciaron desde principios del año un camino con sus procesos y apuestas para la construcción de la memoria y el trabajo con víctimas del conflicto. Acá les contamos que están haciendo estas iniciativas de memoria.


Estos proyectos son la representación de las memorias diversas y la pluralidad de voces que existe en el país: Nariño, Bogotá, Valle del Cauca, Santander, Norte de Santander, Antioquia, Putumayo, La Guajira, Chocó, Boyacá, Tolima, Arauca, Cauca y Magdalena  han venido trabajando este año desde sus experiencias para visibilizar sus procesos de resistencia frente al conflicto.

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     Las 25 iniciativas de memoria junto con los representantes de cooperación internacional y el Grupo de Apoyo a Iniciativas de Memoria dialogan e intercambian saludos y experiencias.

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    Holmes Niscué, líder de la iniciativa de memoria “26 de agosto: del silencio al camino de la resistencia Inkal Awá. Holmes era además educador y lider indígena Nasa-Awá. Fue asesinado en agosto de este año en Nariño.

Algunos de los líderes sociales que han sido gestores de las iniciativas no han escapado a la violencia, que contra ellos ha venido incrementando en los últimos meses. Con dolor e indignación recibimos la noticia de que Holmes Alberto Niscué, indígena Nasa-Awá y gestor de memoria, educador y líder del pueblo Awá, fue asesinado el pasado 19 de agosto de 2018. Lo mismo sucedió con dos personas pertenecientes Movimiento Ríos Vivos Antioquia este año y la organización en general está siendo amenazada por actores armados ilegales en el territorio. Con este video queremos recordar y hacer un pequeño homenaje a nuestro amigo Holmes Niscué y a los líderes asesinados en el país.

Las iniciativas de memoria nos cuentan sobre sus proyectos de construcción de memoria.

El Primer Encuentro Nacional de Iniciativas de Memoria 2018 se realizó con la ayuda y los recursos del Centro Nacional de Memoria Histórica, Cooperación alemana, Banco KFW, el gobierno de Canadá, PNUD, USAID, ACDI/VOCA, MSI, Chemonics y Unicef.

Publicado en Noticias CNMH



Holmes Alberto Niscué, Iniciativas de Memoria

Ataques a políticos reviven heridas del conflicto armado

Noticia

Autor

Facebook Live

Fotografía

Facebook Live

Publicado

20 Mar 2018


Ataques a políticos reviven heridas del conflicto armado

Escucha el más reciente programa de CONMEMORA RADIO donde analizamos los ataques contra candidatos al Congreso y la Presidencia. 


Los primeros meses de 2018 han estado movidos por una intensa agenda política: elecciones al Congreso, consultas presidenciales de izquierda y derecha, y la campaña presidencial. La intensa polarización ha derivado en ataques contra varios candidatos, que reabre aquella herida de los años 80 y 90 cuando, en un ambiente de crispación y debilidad institucional, fueron asesinados dos candidatos presidenciales de la Unión Patriótica (UP): Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, ocho congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y más de cuatro mil militantes de esta corriente política. También viene a la memoria los magnicidios de Carlos Pizarro, Luis Carlos Galán Sarmiento y Álvaro Gómez Hurtado. Y en la historia más reciente la masacre de los diputados del Valle del Cauca a manos de la guerrilla de las FARC. (Puede leer: “Hacer la guerra y matar la política. Líderes asesinados en el Norte de Santander”).

 

Lastimosamente el día de ayer, la camioneta de mi campaña recibió dos disparos de pistola neumática, mientras se encontraba estacionada en el centro de Bogotá.

!NO NOS VAMOS A DEJAR INTIMIDAR! Es el momento que todos estemos unidos y miremos hacia la misma dirección. pic.twitter.com/y6MDGJm3Pv

— Jorge Cortés – Cámara por Bogotá CD 117 (@JorgeCortesAlv) 10 de marzo de 2018


Recordar estos hechos es un campanazo de alerta para que la actual polarización no derive en casos lamentables. En días pasados los candidatos presidenciales Rodrigo Londoño y Gustavo Petro, en Armenia y Cúcuta, fueron atacados. Por otro lado Jorge Cortés, quien aspiraba a la Cámara por Bogotá, denunció que le dispararon a un carro de su campaña”. 

También se presentó en Popayán un ataque contra el senador Álvaro Uribe Vélez donde varias personas lanzaron objetos a la caravana en la que se movilizaba el candidato presidencial Iván Duque. Y el sábado 3 de marzo, en el municipio de Segovia, Antioquia, una explosión afectó la presentación de Olga Suárez, candidata al Senado, y Horacio Gallón, a la Cámara por Antioquia, ambos del Partido Conservador. (Puede leer: “Silenciar la Democracia. Las Masacres de Remedios y Segovia”)

¿Cómo sacar la violencia de la política?

Ante estos alarmantes sucesos en CONMEMORA RADIO, espacio radial del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) emitido por Radio Nacional de Colombia, se realizó un dialogo entre Gloria Restrepo y Vladimir Melo investigadores  del CNMH, sobre dos casos específicos de violencia política que han enlutado a Colombia: el exterminio de la UP, basados en la historia de Segovia y Remedios, y la masacre de los diputados del Valle del Cauca.

Dos casos que evidencian la necesidad de poner fin al conflicto armado y tramitar las diferencias políticas por la vía democrática. Los invitamos a escuchar el programa a través de Sound Cloud o TuneIn Radio, donde los invitados explicaron ¿por qué es tan recurrente en nuestro país la violencia política?, ¿quiénes han sido los responsables de estos hechos?, ¿cómo la ciudadanía debe llamar al respeto por la vida y la tolerancia en el debate político?, ¿cuál es la responsabilidad del Estado?

Publicado en Noticias CNMH



Conmemora Radio, Líderes asesinados, Violencia política

Los archivos clandestinos del M-19 en Caquetá

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Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

22 Mar 2018


Los archivos clandestinos del M-19 en Caquetá

Hace una década, William Wilches decidió acompañar en su recorrido, de entereza y vitalidad, a las familias de distintos líderes campesinos, indígenas y políticos asesinados de Caquetá. En un cuaderno de unas escasas 100 hojas se propuso escribir los recuerdos de aquellos relatos que le contaban estas personas. Registraba desde la fecha de nacimiento del difunto, hasta los sueños y metas que tenían en vida. Las 100 hojas no bastaron.


Isabel Valdés para el CNMH 

Pronto no fue sólo un cuaderno, sino varios los que contenían los datos, los gustos, las historias de decenas de víctimas del conflicto armado en el departamento. Además, los testimonios entregados por los familiares no solo fueron palabras escritas, sino también objetos representativos: una máquina de escribir, un radio, una cachucha. Todos, elementos que mantenían viva la memoria de un familiar o amigo.

En aquél momento la labor de William apenas comenzaba. En ese trasegar de memoria histórica, conoció a alias ‘Roberto’, Pablo Beltrán Polanía, diputado y excomandante del M-19, quien le contó muchas historias sobre este grupo guerrillero, desde el inicio de las operaciones, pasando por el proceso de la toma de Florencia, el 14 de marzo de 1984, y de otras poblaciones, hasta el asalto a algunos bancos.

Si bien el M-19 era una guerrilla urbana que operaba esencialmente en Bogotá y otras ciudades principales del país, fue en Caquetá que nació su estructura militar. Personajes públicos como docentes y comerciantes hicieron parte de sus filas, incluyendo a Pablo Beltrán Polanía. Este le explicó a William Wilches que una vez firmado el acuerdo de paz, algunos integrantes comenzaron a construir un archivo, sobre el cual la Corporación Andaki, conformada por algunos desmovilizados, era la propietaria. William y Pablo tardaron tres años en convencerlos de donar el archivo que se encontraba abandonado.

57 cajas con más de cinco mil documentos componen este fondo de archivos que recopilan la historia del M-19 desde su creación en 1974, hace 44 años, hasta la posteriorfirma del acuerdo de paz y su disolución. La mayoría de esta información fue emitida en la clandestinidad y contiene actas de reunión y de acercamiento con autoridades locales y nacionales, comunicados de prensa, piezas de difusión de su pensamiento político emitidas de manera periódica, boletines, documentos de análisis político y académico, comunicaciones internas oficiales y personales entre los miembros de la organización, como la carta de Carlos Pizarro a su hija.

Aquí un extracto:

 

También incluye entrevistas a miembros de la guerrilla, como Álvaro Fayad; crónicas periodísticas; reportajes y artículos noticiosos que se publicaron en diferentes medios de comunicación escritos en el marco de las actividades ilegales y proselitistas desarrolladas por esta organización, como la agencia de prensa Oiga Hermano.

La lucha armada del M-19 se desenvolvió después de los años 70 de diversas maneras, caracterizada por hechos de impacto simbólico como las tomas de la embajada de República Dominicana en 1980, así como el robo de armas del Cantón Norte en Bogotá en 1978. La vida y desmovilización de este grupo guerrillero en 1990 marcaron hitos políticos como los procesos posteriores de participación política de su partido y de muchos de sus líderes en otros movimientos y partidos políticos. (Puede leer: “15 lecciones del proceso de paz con el M19”)

Hoy en día, el fondo “Corporación para el Fomento de la Investigación y el Desarrollo Comunitario – Museo Caquetá”, que recoge la historia del M-19, puede consultarse físicamente en las instalaciones del Museo Caquetá o bien sea digitalmente por medio de nuestro Archivo Virtual de Derechos Humanos, Memoria Histórica y Conflicto Armado: www.archivodelosddhh.gov.co

Publicado en Noticias CNMH



Archivos, Caquetá, M19

4 vidas, el documental

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

02 Abr 2018


4 vidas, el documental

Las memorias y luchas de Dolly Riofrío, de Ipiales, Katherine Vargas, de Putumayo, Cristal Naomi de Tumaco, y Santina Román, de Pasto, son las protagonistas de esta historia que visibiliza las violencias que han sufrido las personas de sectores LGBT por razones de género en medio de la guerra.


Por: Daniel Valencia para el CNMH

La violencia sexual es, quizás, el crimen más olvidado y silenciado entre los hechos ocurridos durante el conflicto armado colombiano. Sin embargo, el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), contabiliza más de 15.000 personas víctimas de delitos contra la libertad y la integridad sexual en el marco del conflicto armado, sin contar el subregistro y los casos no reportados. (Puede leer: “La guerra inscrita en el cuerpo. Informe nacional sobre violencia sexual en el conflicto armado”)

4 vidas, el documental” nace como una iniciativa audiovisual de la Corporación ÁGORA Club – “Organización de Derechos Humanos”, producida con apoyo del Gobierno de Canadá y el Programa Reintegración y Prevención del Reclutamiento de la Organización Internacional para las Migraciones (Programa RPR/OIM) y el CNMH, con la cual se busca brindar una herramienta para abordar el tema LGBT desde la óptica de aquellas personas que por causa de su orientación sexual o de su identidad de género, sufrieron los rigores de esa violencia sin sentido que como país nos ha afectado por más de 50 años. (Puede leer: “Aniquilar la diferencia”)

Esta pieza comunicativa no se detiene solamente en ver a sus protagonistas como víctimas, sino además nos muestra cómo estas cuatro personas han logrado salir adelante, tomar las riendas de sus vidas y convertirse en lideresas de sus grupos poblacionales, siendo ahora referentes en la causa social en búsqueda del reconocimiento y reivindicación de sus derechos.

De acuerdo con el informe del CNMH “La guerra inscrita en el cuerpo. Informe nacional sobreviolencia sexual en el conflicto armado”,la violencia sexual ha operado como una herramienta eminentemente comunicativa que le envía a la población y a la víctima un mensaje sobre quién manda en un territorio; el cuerpo ha servido para descifrar entre líneas eso que los actores armados quieren comunicarse unos a otros, a los pobladores y a sus víctimas. 

Justamente por esto la importancia de una inciativa de memoria que reivindica la resistencia y la visibilidad que han padecido estas víctimas y que a través de este documental procura contrarestar el olvido y la indiferencia.

Sobre la iniciativa de memoria

Corporación AGORA Club – “Organización de Derechos Humanos”, es el nombre adoptado por un colectivo de personas interesadas en el trabajo en pro de la construcción de la “ciudadanía LGBTI” en el municipio de Pasto y en el departamento de Nariño, conformado por jóvenes convencidos que la construcción de una nueva sociedad es posible.

Como ellos mismos lo expresan, la corporación cuenta ya con 15 años de experiencia, que les han proporcionado lograr un reconocimiento nacional e internacional. “Actualmente hacemos parte de la Red Latinoamericana de oenegés de Derechos Humanos, ente que agrupa más de 78 organizaciones dedicadas al trabajo en favor de distintas comunidades en los países de la américa hispana”, manifiestan.

Puede conocer más acerca de esta iniciativa en: http://agoraclubpasto.blogspot.com.co/p/quienes-somos.html

Publicado en Noticias CNMH



Iniciativas, LGBTI, Nariño

Las tres estaciones del Semanario Voz

Noticia

Autor

Isabel Valdés Valdés

Fotografía

Isabel Valdés

Publicado

05 Abr 2018


Las tres estaciones del Semanario Voz

El principal medio de comunicación del Partido Comunista en Colombia, es uno de los actores que se ha sumado al Pacto por la Memoria. Conozca la historia de este periódico, especializado en cubrir las diferentes manifestaciones sociales del país y los diversos procesos de paz en Colombia, que pronto se podrá consultar en el Archivo Virtual de los Derechos Humanos y Memoria Histórica.


Por: Juan Camilo Gallego Castro para el CNMH

semanarioLa dictadura de Gustavo Rojas Pinilla terminó el 10 de mayo de 1957. Con su salida fueron derogados todos sus decretos, entre ellos el que hacía ilegal el Partido Comunista. Dos meses después, el 20 de julio de 1957, el Partido Comunista de Colombia puso en circulación la primera edición del periódico Voz de la Democracia. Esto respondía a una razón fundamental: necesitaban un medio de comunicación abierto y legal.

Carlos Lozano, hoy director del Semanario Voz, recuerda que “no existía la persecución sistemática, pero el Partido tampoco estaba avalado legalmente para poder actuar. Por eso se utilizó la figura del periódico, para crear ese espacio político para trabajar”.

Entonces abrieron oficinas, nombraron un director y un equipo de redacción. Sin embargo en 1964, en el segundo gobierno del Frente Nacional, con Guillermo León Valencia en la presidencia, se rumoraban los ataques a Marquetalia y las llamadas “repúblicas independientes” en el marco del Plan Lazo, diseñado por los Estados Unidos para combatir el comunismo en América Latina.

Como Voz de la Democracia dio a conocer el Plan Lazo e hizo la denuncia de los ataques a las regiones agrarias el gobierno decretó su cierre. No obstante, en el seno del Partido Comunista ya habían previsto esa posibilidad.

La segunda estación

Una semana después del cierre, en las calles circuló un “nuevo” periódico: ‘La Voz Proletaria’. Cambiaron el nombre y el director, pero se trataba del mismo periódico con un diseño similar. En esta segunda estación el periódico se nutrió de la lucha social. Según su director, cubrieron desde la huelga más pequeña hasta la más notoria.

Este no sería el único cambio de nombre que tendría este medio de comunicación, en los años ochenta Manuel Cepeda, el director del periódico, propuso un debate en el interior del Partido. “Bueno —dijo— Voz Proletaria ya cumplió su ciclo, el país ha cambiado, es más urbano. El nombre de Voz Proletaria limita para llegar a otros sectores que no son obreros”. Así fue como a partir de 1983 que pasó a llamarse Semanario Voz. Tres años después Manuel Cepeda se retiró de la dirección y su lugar lo ocupó Carlos Lozano.

“Nunca me imaginé que fuera a ser director del periódico por tantos años. No se me pasó por la cabeza. Fue muy sorpresivo”, dice Lozano. Esa época coincidió con la aparición de la Unión Patriótica. Fue tanta su influencia que en las regiones aparecieron Voz Urabá, Voz de Antioquia, Voz del Valle, Voz de la Costa Caribe.

Carlos Lozano, director del Semanario Voz

 

La tercera estación

Lo que se vino fue más difícil. Primero, la crisis del socialismo. La Unión Soviética no volvió a enviar el papel para el periódico, lo que supuso la quiebra de la imprenta del partido; segundo, perdieron el edificio en el que funcionaban; y tercero, el genocidio de la Unión Patriótica, que también cobró la vida de Manuel Cepeda, ex director de Voz, el 9 de agosto de 1994.

Las más de 55 mil páginas en 2.798 ediciones que componen el archivo del Semanario Voz entre 1957 y 2017, de la que hoy la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), tiene una copia junto a las caricaturas publicadas por Calarcá, son una muestra no solo del cubrimiento de los diálogos de paz, en el que se especializó Voz, sino del genocidio de la Unión Patriótica.

En la actualidad el Semanario Voz circula cada semana con 30 mil ejemplares y lo escriben cinco periodistas. En los últimos años se dedicaron a cubrir el proceso de paz. ¿Ahora qué sigue? Esto dice Carlos Lozano: “Tenemos que mirar otros desafíos. Uno de ellos es la unidad de la izquierda. Para nosotros el acuerdo de paz no solo es el fin del conflicto, sino que también abre la posibilidad de trabajar por cambios más significativos. Hay que sumar, esa es una de las batallas”.

 

Publicado en Noticias CNMH



Archivos, Partido Comunista, Semanario Voz

Sensibilización contra las Minas Antipersonal

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Autor

Daniel Sarmiento

Fotografía

Daniel Sarmiento

Publicado

11 Abr 2018


Sensibilización contra las Minas Antipersonal

El pasado 4 de abril se conmemoró el “Día Internacional de Sensibilización contra las Minas Antipersonal”, por esta razón, y a raíz de su constante lucha, es importante resaltar el papel de las víctimas que han sufrido las consecuencias del uso de estos artefactos dentro del conflicto armado.


Por: Alejandra Uscategui para el CNMH

En el marco de la conmemoración a nivel nacional, el presidente Juan Manuel Santos declaró 37 municipios libres de sospecha de Minas Antipersonal en el departamento de Guainía, lo que deja, a la fecha, 225 municipios sin sospecha de estos artefactos, gracias a las acciones que se adelantan a través del desminado humanitario. Así mismo, es importante señalar que el 2017 fue el primer año en que no se registró en el país instalación de Minas Antipersonal, según el reporte del Monitor Internacional de Minas Antipersonal.

Colombia es un país que ha sido afectado por el uso de Minas Antipersonal durante más de dos décadas como estrategia militar de los grupos al margen de la ley, principalmente para proteger territorios estratégicos y cultivos ilícitos. Hasta el año 2014, el país ocupó el segundo puesto en número de víctimas por estos artefactos, después de Afganistán. Sin embargo, gracias a las labores de desminado humanitario, que se han incrementado a raíz del Acuerdo de Paz con las FARC, han disminuido el número de víctimas, pasando de 1.232 en el año 2006 a 39 en el año 2017, según datos de la Dirección para la Acción Integral Contra las Minas Antipersonal.

“Ya después ellos mismos (los grupos guerrilleros) hacían reuniones que decían que tenían que utilizar eso aunque sea por defensa de ellos mismos, pero en realidad no lo ponen por defensa de ellos mismos, en realidad donde ellos estén en una zona cocalera, las minas son para uno (…) para matarlo a uno y encima le dicen que es para defenderlo a uno”. Relata un sobreviviente de Mina Antipersonal, en el informe nacional “La Guerra Escondida” del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), que ha contribuido al reconocimiento de las víctimas de este flagelo, al igual que el libro “Esa mina llevaba mi nombre” del año 2016.

Es importante reconocer el papel que juegan las más de 11.000 víctimas de Minas Antipersonal en el país: hombres, mujeres, niños y niñas que siguen luchando por sus sueños sin importar las adversidades que han tenido que afrontar en el marco del conflicto armado. Como relata uno de ellos en su testimonio para el informe nacional, “(…) usted siente que el resto del mundo se para, usted siente que el resto del mundo se paraliza y usted es el único que está dando una vuelta que es en cámara lenta. Cuando usted cae otra vez vuelve como a la realidad, entonces yo caí en el mismo hueco que dejó la mina y ahí quedé.”

Es de gran relevancia tener conciencia sobre la problemática que afronta el país desde hace más de dos décadas, el reconocimiento a las víctimas y la necesidad de frenar la instalación de estos artefactos, que nunca descansan y pueden durar hasta 50 años activos. Adicionalmente, esta conciencia se debe expandir hacia una comprensión distinta de las personas con discapacidad. Reconociéndolas como sujetos de derechos, brindando todas las oportunidades para el despliegue de sus capacidades y su participación equitativa en la sociedad. Lo anterior con el objetivo de que el próximo año se celebre el “Día Internacional de Sensibilización contra las Minas Antipersonal”, con cero víctimas por estos artefactos en Colombia.

Publicado en Noticias CNMH


Minas Antipersonales


Minas Antipersonales

Con los Pueblos indígenas y sus luchas

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Autor

César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

12 Abr 2018


Con los Pueblos indígenas y sus luchas

A propósito del 9 de abril, día de la memoria y la solidaridad con las víctimas del conflicto armado, el programa del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Conmemora Radio, dedicó su pasada emisión a reflexionar en torno a las implicaciones diferenciales que tiene el asesinato a líderes y lideresas indígenas en la presente coyuntura.


Por: Equipo Redacción CNMH

Entre 1959 y 2017, según cifras del Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, fueron asesinados 615 autoridades y líderes indígenas. Mientras que de 2016 a 2017, también el Observatorio, reportó 24 muertes de personas indígenas. Por su parte, el conteo de la ONIC, desde el inicio del proceso de paz, 2012 a la fecha, asegura que van 48 personas indígenas que han perdido la vida a consecuencia de su liderazgo dentro de las comunidades, mientras que otras 133 han sido amenazadas. Su muerte, además de afectar profundamente los procesos de defensa de los derechos, que ellos y ellas apalancaban, supone unas rupturas de tejidos y relaciones dentro de las cosmovisiones propias de los pueblos.

Ante esta preocupante situación, Oscar Montero, indígena del Pueblo Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta, manifestó que “en Colombia habitan 102 pueblos indígenas, de los cuales 36 están catalogados o determinados por parte de la Corte Constitucional como Pueblos indígenas en vía de extinción física y cultural a causas del conflicto armado”. Y, complementó, “las sistematicidad de asesinatos a líderes indígenas no obedece únicamente a un tema de coyuntura y es un tema que se ha mantenido siempre”.

Preocupante resulta analizar cuáles son los departamentos donde más se han presentado casos contra los pueblos indígenas, sobresaliendo Nariño, Cauca y Chocó. Territorios que se ven afectados, no solo por los asesinatos de sus autoridades, sino que se producen a la par de otros hechos victimizantes como desplazamientos masivos forzosos, confinamiento, reclutamiento forzado y atentados. Todo esto pone en evidencia una grave situación humanitaria que padecen varias comunidades y pueblos indígenas en Colombia.

Las organizaciones indígenas y sociales, así como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se han manifestado respecto a la vulnerabilidad en la que históricamente han estado los pueblos indígenas, al no ser garantizados sus derechos, y cómo esta situación se ve reflejada en los actuales asesinatos y amenazas a los líderes y las lideresas que defienden los derechos de los pueblos.

 

La principal problemática que vive actualmente el acuerdo de paz, entre el Gobierno y las FARC, se vive con los crímenes contra líderes sociales en el país. Más de 400 defensores de derechos humanos han sido asesinados entre 2013 y 2018 según el Informe Anual del Programa Somos Defensores, titulado ‘Una piedra en el zapato’, que denuncia la grave situación que están viviendo en las regiones del país los defensores de derechos humanos. “Si bien es de suma importancia —dice la investigación— reconocer que el silencio de los fusiles trajo consigo que tuviéramos la tasa de homicidios más baja en los últimos 30 años (24 por cada 100 mil habitantes), esta tasa de homicidio se disparó de manera focalizada en los defensores y defensoras de DD.HH”.

Según el informe, los homicidios contra este grupo de la población se elevaron de 78 casos en 2013, a 55 casos en 2014, 63 casos en 2015, 80 en 2016, 106 en 2017 y en 2018 se han presentado 18 líderes asesinados sólo en los primeros 31 días del año.

Llamando la atención sobre este tema, no repetir nuestro pasado y proteger el presente, ‘Una piedra en el zapato’ coloca el dedo en la llaga sobre tres puntos esenciales para blindar a nuestros defensores de derechos humanos.

El primero es que sin lugar a dudas esta sigue siendo una profesión de alto riesgo en Colombia. “El ejercicio de estos activistas y líderes se considera ‘un estorbo’ en los territorios para quienes tienen intereses de poder en los mismos y ven en los defensores un potencial peligroso para sus objetivos”, explica el informe. Son personas que están relacionadas con la defensa de la tierra y el territorio, con enfoques étnicos y poblacionales: campesinos, indígenas, afrodescendientes o Juntas de Acción Comunal de zonas rurales en departamentos como Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Norte de Santander, Córdoba, Chocó y Cesar, donde ha existido históricamente presencia de grupos armados ilegales. “Igualmente estas zonas corresponden a escenarios donde se desarrollan operaciones militares del Estado colombiano correspondientes al ‘copamiento’ de zonas ex–FARC”, dice ‘Una piedra en el zapato’.

El segundo punto en el que llama la atención el informe tiene que ver con la implementación del Acuerdo de paz. Allí se enumera de forma categórica algunos de los obstáculos que ha sufrido en su camino este Proceso, pero que de alguna manera se han logrado sortear. Por ejemplo los cambios jurídicos realizados por el Fast Track, la constitución e implementación de la Justicia Especial de Paz (JEP), los problemas de la sustitución de cultivos uso ilícito, la restitución de tierras, la amenaza constante contra el nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, las disidencias de las FARC y los nuevos grupos que generan conflictividades.

Asimismo la investigación establece que es necesario aprovechar que el Acuerdo brinda una serie de herramientas que deben ser aplicadas para la protección de los líderes sociales. Las principales son: Unidad Especial de Investigación; Comisión de Nacional de Garantías de Seguridad y el Programa Integral de Seguridad.

La intención del Programa Somos Defensores en su investigación es analizar todas las aristas de este flagelo. A partir de ellos realza un tercer punto donde analizan el papel que han jugado todas las instituciones del gobierno para velar por el bienestar de los líderes sociales, desde la Fiscalía, pasando por el Ministerio del Interior, la Unidad Nacional de Protección, la Procuraduría, hasta la Defensoría del Pueblo.  

Una deuda pendiente con los líderes sociales

La realidad es que el camino a una construcción de paz, debe centrarse en la protección de aquellos territorios que siempre han estado en el olvido. Es muy difícil que la paz sobreviva con el asesinato sistemático de los líderes y lideresas sociales. Los territorios están a merced de poderes locales que buscan controlarlos a toda costa y su mayor objetivo es silenciar a quienes los protegen.

En el programa de radio se abordaron las causas y las consecuencias de estas amenazas, que en los pueblos indígenas afecta su gobernabilidad, autonomía e incluso pervivencia. También, se habló de la forma como las personas de los pueblos indígenas comprenden estas dinámicas del conflicto, no como una parte de la terminación del mismo, sino como un continuo de violencia que tiene sus primeras manifestaciones en la conquista, y que ha variado a lo largo del tiempo, pero que sigue teniendo de fondo raíces de discriminación y falta de acceso a derechos fundamentales.

Les invitamos a escuchar esta emisión de Conmemora Radio, que contó con las voces de dos líderes Nasa y Awá, en el territorio, y tuvo como invitado a Oscar Montero, Indígena Kankuamo que trabaja para la Consejería de Derechos Humanos de la ONIC y Oscar Pedraza, investigador del CNMH.

 

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