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Y Tumaco levantó su voz

Y Tumaco levantó su voz

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Dic 2015


Y Tumaco levantó su voz

En el marco de la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, se llevó a cabo en la Casa de la Cultura de Tumaco el lanzamiento del compilado musical y de poesía ¡Y yo levanto mi voz!, memorias de resistencia y paz en Tumaco, una narrativa sonora  que reúne y retrata diferentes acciones e iniciativas de memoria del Pacífico Sur.


El canto, la décima, las coplas y poemas son expresiones culturales tradicionales de la región del Pacífico colombiano; por medio de estas, hombres y mujeres de las zonas urbanas y rurales han narrado su vida cotidiana, los estragos de la guerra, así como sus sueños de paz y reconciliación.

Durante el 2015, el Centro Nacional de Memoria Histórica y la Diócesis de Tumaco llevaron a cabo una estrategia de fortalecimiento de los lenguajes y narrativas locales de estas y otras acciones e iniciativas de memoria del Pacífico Sur.

Uno de los resultados es el compilado musical y de poesía ¡Y yo levanto mi voz! Memorias de resistencia y paz en Tumaco, que recopila voces y memorias que presentan narrativas sonoras no solo de los efectos del conflicto armado (que se ha acentuado en la región en lo corrido de la última década), sino de las resistencias que han tenido lugar en la región del Pacífico nariñense durante los últimos años.

¨Hasta que yo me muera, no voy a dejar de seguir escribiendo mis poesías, no voy a dejar de darles un mensaje a través de ella. La idea es que sigamos tejiendo una red, cada día agarrando más peces, pero peces que traigan buena voluntad, respeto, honestidad, generen confianza, que haya ese ambiente de convivencia”, relata una de las poetas cuyas composiciones hacen parte del compilado.

Y yo levanto mi voz reúne versos, letras y composiciones de 6 poetas y 5 cantautores o agrupaciones musicales de la zona urbana y rural de Tumaco, que se posicionan como un esfuerzo que rompe el miedo, un documento contra el olvido, una voz en alto contra la indiferencia.

“Uno con la música puede expresar, puede sacar todo eso, decir lo que a uno le gusta pero también lo que no. También para dar a conocer a la gente lo que está pasando. O que las situaciones que hemos tenido que vivir –y hablo de las situaciones de violencia- a mucha gente no le ha tocado”, señala una de las cantautoras que conforman el compilado..

A su vez, este proyecto es una pieza en ese largo camino hacia la no repetición, al cual se suman poetas y músicos, de la mano de la Diócesis de Tumaco, en su persistente labor por la vida, la memoria y la paz en la región. Como relata uno de los poetas en sus versos:

“Hay mucho más que decir,
esto es sólo un pedacito,
de todo lo que ha pasado
en este largo conflicto”.

Les invitamos a conocer más del trabajo del CNMH en la región del Pacífico Sur durante el 2015 aquí y a conocer y difundir el compilado ¡Y yo levanto mi voz! Memorias de resistencia y paz en Tumaco aquí.  

 


Compilado musical y de poesía, Derechos Humanos, Pacífico, Tumaco

¿Violencia o Pride?

¿Violencia o Pride?

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

16 Dic 2015


¿Violencia o Pride?


CINE+MEMORIA despide el año con una gran invitación para todos los lectores y cinéfilos que nos siguieron durante este 2015.

Para esta última edición del año recomendamos dos películas que han recibido muy buenas críticas del público en festivales nacionales e internacionales al representar cada una, a su modo, los dilemas de la cotidianidad de las personas en medio de las injusticias y el conflicto: Violencia y Pride. ¿Quieren verlas?, sigan atentos a nuestras redes sociales para ganar pases dobles.

Violencia

La cuota colombiana viene con la película del director Jorge Forero, Violencia, la cual narra a través de tres historias y pocos diálogos la cotidianidad de la guerra en Colombia, sus formas y los tres actores que han tenido protagonismo en ella. Todo esto a través del secuestro, la desaparición forzada y la vida de un paramilitar.

También refleja esa naturalidad con la que la violencia permea todos los niveles y dimensiones de la vida de las personas y cómo muchas veces el tiempo pasa sin que nadie se cuestione sobre los hechos que suceden.

En palabras del director “toca las fibras más profundas de lo que somos y de cómo asumimos nuestra situación particular en una violencia tan extendida que pareciera que ya nos ha insensibilizado al dolor del otro”.

Pride: orgullo y esperanza

Esta película inglesa, la cual sobresale desde su reparto, se basa en la historia real de los hechos que tuvieron lugar en Gran Bretaña en el verano de 1984 durante la huelga del Sindicato Nacional de Mineros en su lucha por condiciones laborales justas. Durante esa época la comunidad LGBT luchaba contra la exclusión y el perjuicio que caía sobre ellos por parte de la sociedad, y en su camino de la defensa de los derechos humanos y reivindicaciones se unieron para ayudar a un pequeño sindicato de un pueblo Gales, quienes se debate entre recibir o no la ayuda monetaria de este pequeño grupo de gays y lesbianas.

Con ayuda de la comedia y el drama colectivo, Pride muestra un bello ejemplo de solidaridad entre comunidades que luchan por la vulneración de sus derechos, por la dignidad en sus vidas y por los ideales en los que se cree.

Las boletas las estaremos entregando a los seguidores de nuestras redes sociales para que nos acompañen en las siguientes funciones:

Viernes 18 de diciembre: VIOLENCIA 2:00 P.M.

PRIDE: ORGULLO Y ESPERANZA 8:00 P.M.  

Sábado 19 de diciembre: VIOLENCIA 2:30 P.M.

PRIDE: ORGULLO Y ESPERANZA 2:00 P.M.

Domingo 20 de diciembre: PRIDE: ORGULLO Y ESPERANZA 8:00 P.M.

Los ganadores deben reclamar su bono en las instalaciones del CNMH desde el jueves 17 de diciembre a las 9:00 a.m. hasta las 5:00 p.m. y el viernes 18 de 9:00 a.m. a 2:00 p.m. Es necesario que los ganadores lleguen media hora antes y con el bono reclamen la boleta en la taquilla de Cine Tonalá. Si no se presentan al tiempo previo establecido, no se mantendrá la reserva de su cupo.

 


Cine, Películas, Pride, Violencia

Una piedra más para “la piedra de San Lorenzo”

Una piedra más para “la piedra de San Lorenzo”

Autor

Carolina Giraldo, consultora CNMH y OIM y Tatiana Rodríguez Maldonado, de la Estrategia Nación Territorio del CNMH.

Fotografía

CNMH

Publicado

18 Dic 2015


Una piedra más para “la piedra de San Lorenzo”

El 2 de diciembre de 2015 en la vereda El Decio, de Samaniego, Nariño, se llevó a cabo el cierre del apoyo brindado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), USAID y OIM a la iniciativa de memoria histórica la Piedra de San Lorenzo.


San Lorenzo está enclavada en las montañas nariñenses a dos horas de la cabecera municipal de Samaniego, fue especialmente azotada por la violencia en el 2008. Procurando elaborar duelos por las serias heridas físicas y psicológicas que el conflicto armado había dejado en este territorio, la comunidad inició la construcción de un lugar de memoria, con el apoyo de la Pastoral Social del municipio – SEPASVI en cabeza de la hermana Yolanda Castillo y de las artistas Leidy Rodríguez y Magaly Salas.

Tras dos años de trabajo (entre 2008 y 2010), acompañamiento y concertación entre toda la comunidad, se comenzó la construcción de este lugar de memoria con el tallaje de su santo patrono, San Lorenzo, en una enorme piedra a la orilla del río Chaupiloma, junto con figuras alusivas a las víctimas de minas antipersonal.

El cambio más reciente se realizó en el presente año, gracias al apoyo que les brindó el CNMH, la USAID y la OIM. Además de fortalecer su proceso en clave de memoria histórica, se hicieron unas adecuaciones a los alrededores de la piedra, que consistieron en la señalización y la construcción de un camino andino que facilitó su acceso. Estas adecuaciones son apenas una piedra más en este lugar de memoria que la gente sueña con seguir haciendo crecer y dar a conocer a la región y al país.

Para hacer la entrega oficial de las adecuaciones se organizó una minga, en la que se contó con la participación de las Mujeres Mingueras de Paz, una representante de las mesa de participación de víctimas de Samaniego, la enlace de víctimas de la administración municipal, la directora de la Biblioteca de los Cocuyos, dos miembros del Centro de Memoria Histórica de Samaniego y la compañía de la hermana Yolanda Castillo, Magaly Salas y Leidy Rodríguez. La presencia de estas mujeres fue muy significativa para la comunidad pues, aunque ya no viven en el territorio, ellas acompañaron de manera muy especial a la gente durante una fuerte etapa del conflicto armado interno y son las gestoras del lugar de memoria.

El evento incluyó un acto litúrgico dirigido por la hermana Yolanda en la iglesia de El Decio, el coro de los niños de la vereda que cantaron “Ataque de risa”, de Andrea Echeverri y la proyección de dos videos con los que la comunidad evocó el proceso de tallaje de la piedra y cómo enfrentaron los embates de la guerra, recordando el acompañamiento incondicional de estas grandiosas mujeres y de tantos profesionales comprometidos de SEPASVI que han estado a su lado incluso en tiempos de confinamiento por las minas antipersonal. Luego, en peregrinación, invitados y comunidad caminaron hasta la piedra de San Lorenzo para inaugurar el camino y ver cómo habían quedado las señales que entre todos diseñaron. Recorriendo el sendero se revivieron las tristezas y las alegrías; recorriendo el sendero recordaron a tantos familiares, vecinos y amigos que ya no están, pero cuya memoria no solamente está en la piedra, sino que también está tallada en todos sus corazones.

 


OIM, Samaniego, San Lorenzo, USAID

Un reconocimiento que tocó corazones

Un reconocimiento que tocó corazones

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

18 Dic 2015


Un reconocimiento que tocó corazones


Pocos colombianos saben que un día después de que Fabiola Lalinde fuera notificada de la inclusión de su archivo en el Registro de Memoria del Mundo de la Unesco, tuvo que ser hospitalizada por una falla cardiaca. Fabiola, de 79 años, pasó más de una semana en una clínica en Bogotá,  lejos de su Medellín, digiriendo la noticia, tratando de procesar la emoción de que uno los máximos organismos de la educación en el mundo haya decidido proteger el archivo de la madre de un desaparecido por el Estado colombiano.

Apenas hasta el pasado 16 de diciembre, cuando se hizo la entrega oficial del certificado de reconocimiento, Saadia Sánchez Vegas, directora de la oficina de la Unesco para Colombia, supo del incidente, y frente a esto no pudo dejar de opinar: “es de las pocas veces que escucho que un corazón no haya resistido una emoción positiva, cómo será lo que esto habrá puesto de vida en ella”.

Y es que como lo expresó Gonzalo Sánchez Gómez, director general del CNMH, el recibir el certificado, “este no solo tiene un sentido muy político, sino que también toca vidas, toca familias, toca corazones”.

La entrega del certificado al CNMH, entidad que tiene en custodia el archivo de Fabiola y que lo postuló ante la Unesco, se dio dos días después de que la mesa de negociaciones de La Habana diera a conocer el acuerdo parcial alcanzado sobre el tema de las víctimas. Allí se reconoció particularmente a las víctimas de desaparición forzada con la creación de una comisión de búsqueda.

Fabiola Lalinde es una de las víctimas más emblemáticas de este atroz crimen, no solo porque Luis Fernando Lalinde Lalinde, su hijo, fue el primer desaparecido reconocido por la Comisión Interamericana de Justicia, sino porque ella y su familia han dedicado más de treinta años de su vida a la recuperación de la memoria de su hijo. Para el momento en que ella inició su búsqueda, la desaparición forzada no estaba tipificada como delito en Colombia, así que ella abrió camino en un país que no tenía especialistas forenses que pudieran ayudarla a encontrar los restos de su hijo, en el que las víctimas no recibían atención psicosocial y donde no existía lo que ahora llamamos memoria histórica.

Con su lucha consiguió obtener verdad, el Ejército tuvo que reconocer su responsabilidad en la desaparición de Luis Fernando, aunque todavía no ha conseguido justicia, ninguna persona ha sido aprehendida por esta desaparición y ella todavía, 31 años después, no ha recibido la indemnización por los perjuicios económicos que este crimen le trajo a su familia. Para Fabiola esto implicó ser víctima de múltiples persecuciones, que la llevaron incluso a estar injustamente encarcelada acusada de narcotráfico. Tuvo que dejar de trabajar, perdió la casa en la que vivía y en este momento atraviesa serias dificultades económicas.  

De allí que la directora de la Unesco destacara la necesidad de reconocer su experiencia. “Con el registro en el programa de Memoria del Mundo, la memoria de doña Fabiola no solo será más  perdurable, sino que saldrá de su intimidad para ser memoria de la humanidad, nunca más será olvido”.   

De la misma manera, Gonzalo Sánchez destacó que “es muy importante que se reconozca un trabajo construido desde el corazón por una víctima en la coyuntura presente, aquí hay un mensaje muy grande de respaldo a las víctimas. Ellas van a tener que seguir enfrentando muchas dificultades en lo que se viene del proceso de paz, y este reconocimiento es poner una estrellita más a su lucha. Porque este proceso necesita y va a necesitar de mucha ayuda”.

Descargar el certificado del Programa Memoria del Mundo de la Unesco.

Vea aquí el video de Saadia Sánchez Vegas, directora de la Oficina de UNESCO en Quito y Representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, hablando sobre la importancia de que este archivo esté registrado el programa de Memoria del Mundo.

Publicado en Noticias CNMH



reconocimiento, Registro de Memoria del Mundo, Unesco

Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Autor

Gonzalo Sánchez

Fotografía

elespectador.com

Publicado

28 Dic 2015


Yo estuve en… El acto de reconocimiento de las Farc ante víctimas de Bojayá

Gonzalo Sánchez fue uno de los pocos invitados a la ceremonia en la que el jefe guerrillero “Pastor Alape” se disculpó con los habitantes del pueblo chocoano por el cilindro bomba que acabó con la vida de 79 personas, en mayo de 2002.


Texto publicado en elespectador.com

El acuerdo sobre víctimas del Gobierno y las Farc, revelado el 15 de diciembre en La Habana, Cuba, deja ver no sólo que la paz está más cerca, sino también que las víctimas han logrado con su reclamo tener un lugar central dentro del proceso de paz en Colombia, y sobre todo que las negociaciones mismas han transformado a los protagonistas de la mesa.

Pero dicho consenso en torno al tema de las víctimas tiene su antesala en Bojayá, Chocó. En el antiguo pueblo de Bellavista, a orillas del río Atrato.

En Bellavista viejo, el 6 de diciembre, domingo, a un costado de la iglesia, bajo el sol y en sillas plásticas blancas, se ubicaron más de 600 víctimas de frente a una delegación de las Farc. Esperaban escuchar el reconocimiento de un crimen que los marcó para siempre, entre miradas fijas, con lágrimas algunos y en medio de la solemnidad, todos, observaban a la insurgencia dar la cara. Las víctimas habían ido a La Habana, ahora La Habana venía a las víctimas.

Las víctimas fueron llegando en lanchas a Bellavista, que hoy está prácticamente deshabitado, luego de que en 2002 las Farc lanzaran dos pipetas de gas en contra de los paramilitares que utilizaron a la población como escudo. Las pipetas, un arma prohibida y de difícil dirección, cayeron dentro de la iglesia, en la cual murieron aproximadamente 79 personas civiles y 100 más resultaron heridas. Los familiares de las personas muertas y los heridos fueron recuperándose poco a poco, con el transcurrir de los años.

Bojayá puso al descubierto todas las perversiones de la guerra. Mostró hasta dónde la confrontación invocada en defensa de las comunidades terminaba haciéndoles daño, destruyéndolas, provocándoles muerte, dolor, crueldad y desesperanza. Y precisamente todo el impacto de la guerra cayó sobre los más débiles: niños y ancianos. Con Bojayá, la guerra en Colombia se quedó sin argumentos.

Al mismo tiempo, Bojayá nos señaló que la masacre es una expresión de la violencia, pero no la única, y la violencia no se circunscribe sólo a una fecha, a un lugar o a unas víctimas. La responsabilidad por la masacre es distinta a la responsabilidad más general por la violencia en la región.

Desde el 18 de diciembre de 2014, luego de la primera visita de las víctimas de Bojayá a La Habana, ellas comenzaron un proceso y un trabajo de día a día basado en el reclamo de sus derechos, en la consulta a las comunidades de la región y en la posibilidad del perdón. De esta forma, desde Bojayá, nos ofrecieron a todos en Colombia una profunda lección de pedagogía social que potenció su significado en el contexto de las negociaciones.

La ceremonia del 6 de diciembre, con una obra de teatro juvenil y la voz de las víctimas, solemne y austera, enfrentó a la insurgencia a sus propias víctimas, y a las delegaciones de la comunidad afectada hasta hoy por la guerra, les permitió reclamar en su territorio explícitamente: nunca más aquí. La escena, en síntesis, permitió ver frente a frente el disminuido poder de un guerrero y el poder moral de una víctima.

Bojayá es un hito en la construcción de paz. Las víctimas lograron una aceptación de responsabilidad por parte de los perpetradores y en su propio pueblo, en el lugar del oprobio, las víctimas prepararon el escenario largamente. Con sentido de proceso, no de coyuntura. Con sentido de reconciliación, no de retaliación.

El modo como se estructuró y formalizó el encuentro del 6 de diciembre envió un mensaje profundo para los próximos actos de reconocimiento de responsabilidades que la territorialización de la convivencia seguirá demandando.

La comunidad de Bojayá les enseñó al país y a este proceso de paz que las tareas son de larga duración, en su gestación y en su continuidad. Que en actos de esta naturaleza no sólo la insurgencia (en este caso), o quien sea en otros, debe responder a las exigencias de las víctimas, sino que la reparación y la reconciliación sólo son posibles si hay respuesta efectiva a dichas exigencias, y no instrumentalización de sus expectativas.

Las víctimas de Bojayá nos mostraron lo que significa construir tejido de garantías para las comunidades y proyectaron tareas y exigencias concretas al Estado, a la insurgencia y a la sociedad.

Las víctimas nos están enseñando, y nos dicen hoy, después de Bojayá y del acuerdo de La Habana: la reconciliación es un acto que debe comprometer a todos para que la paz sea un proceso sin retorno.

Director del Centro Nacional de Memoria Histórica

 


Bojayá, Farc, Paz, Víctimas

Un documento obligatorio para los negociadores en La Habana

Un documento obligatorio para los negociadores en La Habana

Residente de la comunidad de Tanguí se desplaza para regresar a su casa después de tres meses de vivir en una escuela pública en la ciudad de Quibdó.

Autor

CNMH

Fotografía

Juan Arredondo, 2014

Publicado

31 Dic 2015


Un documento obligatorio para los negociadores en La Habana

Así lo aseguró Maicol Martínez Vásquez, representante de las víctimas de desplazamiento forzado ante la Mesa Nacional de Víctimas, a propósito del lanzamiento del informe “Una nación desplazada”, del Centro Nacional de Memoria Histórica.


Son cuatro tomos que componen esta serie que retrata el drama que viven más de 6 millones de personas que están en condición de desplazamiento por el conflicto armado.

¿Cuál es la importancia de este informe para las víctimas?

Realmente nosotros celebramos con júbilo que este hecho se esté dando, una memoria desde la cual todos los colombianos, desde el conocimiento del conflicto y desde el material recopilado, es y será la verdadera reparación. Hemos visto que las dinámicas del conflicto se han dado de diferentes formas, y los victimarios han desplazadoy utilizado el conflicto para desarraigar al pueblo. Con estos documentos vamos a poder garantizar que no haya una repetición, porque cuando uno se adentra en estos documentos se da cuenta que no solamente las personas de estratos bajos, de estratos medios, sino también los estratos altos sufrieron una gran cantidad de hechos a causa de este conflicto.

En esa memoria suya, personal, ¿qué le sucedió?

Nosotros con mi familia sufrimos un desarraigo en 1998, un grupo armado nos sacó de nuestra finca en el sur del Tolima. Después de varios secuestros y varias extorciones a mi madre y varios integrantes de la familia, nos vimos en la obligación de dejar nuestras tierras, dejar lo que sabíamos hacer, desplazarnos a una ciudad a escondernos por razones de seguridad y luchar por subsistir.

¿Cómo han sido estos 17 años fuera de su territorio?

Lo primero es que legas a un sitio donde las personas que no conoces están en la misma situación que la tuya, o simplemente no han podido hacer algo mejor en temas de restablecimientos económico, porque tu empiezas desde cero, es supremamente difícil y más en una ciudad como Bogotá, que el que no la conoce se lo come. Pero igual el ser humano se adapta a las circunstancias y trata de sobrevivir. Pero volver a comenzar, que tus hijos no crezcan bajo las costumbres, bajo todo ese tema cultural que le da identidad al ser humano, es muy difícil porque te lo quitaron.

¿El colombiano es indiferente con las víctimas?, en este caso, ¿Los colombianos son indiferentes con los desplazados?

Muchas veces tú escuchas en otros escenarios e incluso en conversaciones informales que con las víctimas aparte del tema del abandono del Estado, la principal deuda que hay es la deuda social. Es la deuda de esa indiferencia, porque cuando muchas personas dicen: ‘es que todos somos víctimas, todos los 47 millones de colombianos’, sí, pero los 47 millones tuvieron un porcentaje de su población, que hoy en día está alrededor de los siete millones y medio con los cuales fueron indiferentes. Eso es una deuda social que Colombia debe empezar a pagarnos a las víctimas. Los colombianos se deben apropiar de estas memorias, como las de este informe. 

¿Usted cree que este informe cumple en algo las necesidades de las personas desplazadas?, ¿Qué le agregaría o qué le quitaría a ese informe?

Nosotros lo hemos estado leyendo, no todo porque es muy extenso. Nosotros no le quitaríamos absolutamente nada. Si nosotros analizamos el documento, vemos que es un trabajo realizado a conciencia y apoteósico, es una gran investigación científica, es un trabajo cercano a las víctimas que toca las cifras.

Sí, pero cómo hacer con las personas que no saben leer, este es un informe de casi mil páginas, ¿cómo lograr difundirlo de manera masiva?

Eso es un tema pedagógico, también está la animación “Pueblo sin tierra” basada en este informe. Y dentro de todo esto los profesionales que conocen del tema seguramente que conocen muchas herramientas para lograr este objetivo. El llamado es que no lo dejen de hacer, que sigan buscando esas herramientas, porque nos dan una esperanza para que la sociedad se reivindique con nosotros desde el punto de vista de la indiferencia.

En este momento se está negociando con las Farc un proceso de paz, grupo armado que ha sido causante de un porcentaje alto de desplazamiento en el país, ¿Qué pasa en este proceso de paz con el desplazamiento?

Nosotros como víctimas queremos participar de estos diálogos de una manera más activa. Los representantes de las instituciones del Estado están diciendo siempre que: “las víctimas son las que legitiman el proceso de paz”, y si nosotros legitimamos el proceso de paz, ¿por qué no estamos allá?, entonces es un proceso ilegítimo. Nosotros somos los encargados de hablar sobre perdón, olvido, y muchos temas más.

No queremos hablar de cifras, de números, pero ¿cómo le damos rostro a más de seis millones de desplazados?

Es divulgar historias, divulguemos las entrañas del conflicto. De qué manera se dio, cuáles fueron las dinámicas y cuáles fueron los verdaderos motores para que los diferentes grupos armados de esta guerra pudieran cometer tantos delitos, con una mirada indiferente no solo del Estado sino de la sociedad. Esa debería ser la columna vertebral. Los negociadores en La Habana deben leer este informe, es un deber histórico y parte del verdadero arrepentimiento, es un compromiso, y es parte también del aporte integral a las víctimas, leer y apropiarse de estos documentos. 

Descargar toda la serie de informes sobre desplazamiento forzado, Una nación desplazada.
 


Desplazados, Farc, Habana, Informe, Negociadores, Víctimas

“Mientras los grupos nos azotan, los niños bailan”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

09 Abr 2015


“Mientras los grupos nos azotan, los niños bailan”

Magüi Payán es un municipio internado al sur del Pacífico, en el departamento de Nariño. Allí a pesar de las difíciles circunstancias planteadas por el conflicto armado, la extrema pobreza y un nivel de desplazamiento que hoy tiene a dos mil personas provenientes de la zona rural en el casco urbano, sus habitantes siempre tienen una sonrisa para ofrecer.

Esa actitud de los habitantes de esta región siempre ha sido el motivo que inspira a Juan Angulo, un artista que ha participado activamente en las actividades del Centro Nacional de Memoria Histórica en la región y que hoy estuvo en primera fila como parte de los invitados especiales al lanzamiento oficial del Museo Nacional de la Memoria.

Él llegó con un regalo especial para Juan Manuel Santos, “el gesto del currulao”, un cuadro de formato medio, que a través de la técnica de espátula y óleos de colores cálidos, muestra a una bailarina tradicional de la región del Pacífico, en medio de un escenario donde se difuminan los hechos de violencia que los azotan.

“En estas pinturas están todos los golpes que han recibido nuestros mayores, reflejados en nuestros niños y en nuestra gente, que a pesar de tantas dificultades y aislamiento, están sonriendo siempre. Mientras los grupos nos azotan, los niños bailan”, aseguró que este tipo de expresiones podrán ser conocidas por todos los colombianos, pues el Museo Nacional de la Memoria tendrá un espacio para darlas a conocer.

El “Gesto del currulao” busca mostrar las formas de resistencias pacíficas de los habitantes de la región, sin olvidar que la alegría de sus habitantes oculta el hambre, las dificultades y la falta de oportunidades para los campesinos, agregó Juan, quien aspira a que su obra entre a formar parte de la colección de obras de artistas colombianos que se exhiben en las paredes del Palacio de Nariño.

“Quiero que a través de mi obra, los colombianos vean la belleza natural de mi región, pero también los hechos de la violencia. Quiero que todos puedan ir algún día a estas tierras, a pesar de que se demoren tres días para llegar. Estoy seguro que la persona que lo conozca, no querrá salir de allá” 

 


Arte, Grupos Armados, Magüi Payán, Niños y Niñas, Pacífico

Resumen fotográfico de presentación del #MuseodelaMemoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

María Paula Durán

Publicado

09 Abr 2015


Resumen fotográfico de presentación del #MuseodelaMemoria

Este 9 de abril, en la calle 26 con calle 34, se hizo el lanzamiento oficial del predio donde se construirá el Museo Nacional de la Memoria. Aquí, un resumen fotográfico del importante evento:

Publicado en Noticias CNMH



9 de Abril, Fotografía, Memoria Histórica, Museos de Memoria

Cinco puntos claves que debes saber sobre el Museo Nacional de la Memoria

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero

Publicado

12 Abr 2015


Cinco puntos claves que debes saber sobre el Museo Nacional de la Memoria

Es común que se asocie a los museos con espacios estáticos, apagados, poco útiles, reservados para intelectuales o un púbico especializado. Y eso es justamente lo que no será el Museo Nacional de la Memoria.


 Del Oro, de la Moneda, de cera o de un artista, museos hay muchos que preservan en el tiempo algo que es preciado por su valor y que merece ser expuesto y recordado. Lo cierto es que además de esto, el Museo de la Memoria albergará no solo objetos y visitantes, sino también sus historias, sus recuerdos y sus propuestas.

Un espacio dedicado al conocimiento de la historia reciente, que procura la apropiación social del tema del conflicto interno e invita a la reconciliación, se hace imprescindible en una sociedad que se escandaliza y critica con dureza cuando en otros países ocurren hechos violentos, pero que muchas veces  calla o ignora la tragedia que ha sucedido en el propio.

Aquí les presentamos cinco puntos clave sobre el Museo Nacional de la Memoria:

1 – Salda una deuda histórica: luego de más de medio siglo de conflicto, hay una deuda pendiente del Estado y la sociedad colombiana con las víctimas del conflicto armado. Cumple con una función reparadora y tiene como propósito fundamental dignificar a las víctimas, promoviendo su reconocimiento, el reconocimiento de sus memorias y de sus historias.

2 – Cumple una función esclarecedora: la sociedad requiere saber cuál es la dimensión de la guerra que ha vivido el país, cuáles son sus causas, los responsables, los cambios que ha sufrido el conflicto a lo largo de su duración, es decir, construir un relato que permita entender qué ha pasado y por qué.

3 – Fomenta la diversidad y pluralidad de las voces: a través del diálogo y la participación de los diferentes sectores de la sociedad desde todas las regiones y ciudades, busca ser una plataforma para la construcción en común de la memoria, donde confluyen iniciativas artísticas, sociales, académicas, pedagógicas y de reflexión y se comparten los diferentes relatos y experiencias.

4 – Visibiliza el relato de la paz: al tiempo que hay violencia también hay iniciativas de paz. Paralelo al dolor y la guerra, las víctimas y diversos sectores de la sociedad han promovido iniciativas de memoria y apuestas para construir la paz y resistir a la guerra. Es tiempo de valorar y visibilizar esa resistencia que han hecho indígenas, afrodescendientes, mujeres, habitantes de las regiones apartadas y que el país no conoce.

5 – ¿Por qué en Bogotá?: en su objetivo de ser un centro de integración y reconciliación, el museo  funcionará como una red y un lugar de diálogo y sensibilización para que haya reconciliación y no repetición de los hechos violentos. Por eso se plantea ser un lugar para la reflexión, la creación y divulgación, de modo que lo sucedido en las regiones sea conocido en todo el país y, para eso, Bogotá es un escenario ideal por su centralidad y por la importancia que tiene para la construcción de la opinión pública.

El Museo Nacional de la Memoria es la cristalización de un proceso de construcción de memoria histórica que ya había dado un primer gran paso con el informe ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad, pero que no termina ahí, sino al contrario, inicia una nueva etapa, esta vez con mayor protagonismo y participación de la sociedad.

“Nosotros no vamos a ser portadores de una verdad, no va a haber una verdad oficial, el museo tiene que ser un espacio donde se pongan en diálogo distintas versiones e interpretaciones, y que los colombianos entendamos que ese diálogo es necesario”, asegura Martha Nubia Bello, de la Dirección de Museo Nacional de la Memoria.

De acuerdo con la académica e investigadora, el mayor reto es que sea un lugar en el que las víctimas se sientan representadas, pero a la vez reparadas.

 


Museo Nacional de la Memoria, Paz

San Onofre conmemora a las víctimas de las Auc

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Departamento de Sucre, años 70. Archivo Nacional de DD.HH (CNMH). Colección Edelmira Pérez

Publicado

13 Abr 2015


San Onofre conmemora a las víctimas de las Auc

Después del dominio paramilitar en la década del 90 y comienzos de este siglo, la comunidad de San Onofre, Sucre, se sumió en el silencio. Solo hasta hace tres años desenterraron el valor para reencontrarse entre vecinos y reunirse a recordar y a conmemorar a los familiares y amigos que no sobrevivieron a esos años de opresión. Este jueves, 16 de abril, es la fecha elegida por la comunidad para hacer memoria y sembrar nuevas semillas sin miedo.


En los años 90 los paramilitares fueros los dueños y señores de San Onofre, Sucre, y sus veredas aledañas. No había otra opción de justicia o de orden social diferentes a los que los hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia imponían a fuerza y fuego. Alrededor, en el área de los Montes de María, cometieron más de 40 masacres. Las lógicas eran simples: si no gustabas de los paras te mataban, te desaparecían y te desterraban, si gustabas de ellos, a la larga, también hacían lo que querían contigo, tu familia y tus vecinos.

Rodrigo Mercado Pelufo, alias “Cadena”, fue uno de los jefes paramilitares que estableció un orden social a su antojo entre los habitantes de San Onofre. La gente debía comportarse y relacionarse entre ellos como él lo exigía: regulaban la vida afectiva y sexual de las personas, especialmente de las mujeres, quienes fueron discriminadas, menospreciadas y abusadas. Desaparecieron hombres y mujeres por ser señalados de drogadictos, prostitutas o ladrones.

Las mujeres fueron, quizás, las más golpeadas. Según las “normas sociales” de los paramilitares, ellas no podían reunirse, conformar grupos o socializar. Las personas Lgtbi también fueron sometidas al escarnio público. La comunidad lleva grabada en su memoria escenas de humillación y dolor como aquel campeonato de boxeo al que fueron forzados varios homosexuales del municipio para entretener a los paramilitares, o reinados de belleza, donde niñas, menores de edad, eran forzadas a desfilar ante ellos en vestido de baño.

Las cosas empezaron a cambiar desde la desmovilización de las Auc, pero sólo hasta hace tres años la comunidad recuperó el valor necesario para reunirse, reencontrarse con sus vecinos de las veredas, recordar aquellos años de opresión y conmemorar a quienes no sobrevivieron.

Para este 2015, San Onofre volverá a congregarse en la cabecera municipal y a compartir un día de recuerdos y homenajes a sus familiares asesinados y desaparecidos. Las actividades programadas se llevarán a cabo gracias al apoyo de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

Agenda III Conmemoración a las Víctimas de San Onofre

Bajo la coordinación de la Mesa Municipal de Víctimas, este jueves 16 de abril, los habitantes del casco urbano y de las veredas de San Onofre participarán de una jornada que contará con:

Saludos y mensajes de diferentes actores de la sociedad civil, una ceremonia religiosa de acción de gracias, rendición de cuentas por parte de la Mesa de Víctimas a la comunidad, la presentación artística de un grupo folclórico de la región, un acto simbólico que comprenderá la realización de una pintura de gran formato en tela con la ayuda de todos los asistentes, y un almuerzo comunitario para cerrar la jornada.

El transporte para los habitantes de las veredas será provisto por la organización del evento.

 


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