Así fue el encuentro para víctimas del poder judicial en el Valle del Cauca
Cali, construcción de paz, Memoria, Poder judicial, Resistencia, Valle del Cauca, Víctimas
Escrito por comunicaciones cnmh en . Publicado en Noticia.
Cali, construcción de paz, Memoria, Poder judicial, Resistencia, Valle del Cauca, Víctimas
Escrito por comunicaciones cnmh en . Publicado en Noticia.
Cali, CNMH, Conmemoración, Día Internacional de los Museos, El Mochuelo, Mampuján, Medellín, Museo de la Memoria de Colombia, Museos, Nariño, Víctimas
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
Helena Hinestroza, cantora, poeta, sobreviviente de la guerra y fundadora del colectivo Mujeres Unidas por la Vida y la Paz del Territorio.
31 octubre 2023
Durante la Feria del Libro de Cali, las agrupaciones artísticas Mujeres Unidas por la Vida, La Múcura y Escuela Canalón hicieron vibrar al público con sus composiciones y cantos de resistencia, esperanza y dignidad. Aquí, un resumen de sus apuestas musicales.
Helena Hinestroza es de Timbiquí (Cauca), pero hace años vive en Cali, la ciudad adonde llegó desplazada por el conflicto armado y donde, junto a otras mujeres, fundó el colectivo Mujeres Unidas por la Vida y la Paz del Territorio, un espacio en el que confluyen cantadoras, alabadoras y percusionistas que, a través de las músicas tradicionales del litoral Pacífico, han alzado su voz para denunciar la guerra, pero también para hacer memoria, sanar sus dolores y, como dice Helena, aferrarse a la alegría de estar vivas y tener voz para cantarle al país y al mundo las historias del Pacífico.
«En la guerra sentí perder la voz.
Sentí que todo estaba oscuro a mi alrededor.
Me quedé en tinieblas llorando mi dolor.
Pero de esas tinieblas algo hermoso salió. Un día me senté a conversar conmigo.
Me dije: Dejé todo lo que había conseguido, pero lo que soy se ha venido conmigo.
Aquí tengo la herencia que me dejó mi abuela.
Los cantos iluminan de nuevo mi camino.
Mi abuela está conmigo.
Gracias, abuela, gracias le doy, por esta herencia que me dejó».
Todas las integrantes del colectivo son del litoral Pacífico y reivindican los cantos de sus abuelas.
Así canta Helena, quien, además de cantora, es poeta. Catorce mujeres más la rodean y acompañan en los coros. La voz —dicen— les sale de las entrañas. Cantan como les enseñaron sus abuelas. Le cantan a la tierra, al río y al mar. Les cantan a los vivos y a los muertos. Cantan para recordar sus días en el Pacífico y cantan para darle sentido a sus vidas en la ciudad. Cantan para denunciar a los violentos y al modelo económico que expolia sus tierras y comunidades. Pero también le cantan a la dulzura de sus tradiciones y a las bondades de sus costumbres. En el concierto que ofrecieron en el estand del Centro Nacional de Memoria Histórica, en la Feria del Libro de Cali, las Mujeres Unidas por la Vida deslumbraron con la fuerza de sus cantos, de sus tamboras y de su espíritu de resistencia hecho canción.
Jimena Almario, una de las integrantes de La Múcura. Es la compositora de la agrupación y, junto a Bonnie Devine, ha recorrido durante diez años Suramérica.
La Múcura es un dúo multinstrumentalista de nueva música social latinoamericana conformado por Jimena Almario y Bonnie Devine, dos vallecaucanas que viajan desde hace diez años por Suramérica escuchándola, conociéndola, aprendiendo a cantar y a sonar con ella y con su gran cordillera de los Andes.
Lee también: «Mi resistencia es con la palabra»: El legado de las letras en la Feria Internacional del Libro de Cali.
«Nos enfocamos en la relación que existe entre el arte y la transformación social para la vida digna, la tierra viva y el alma tranquila. Creamos música de amplias raíces suramericanas con conciencia social, ambiental, política y de género, y hacemos investigaciones cercanas para el empoderamiento, la participación y la propuesta», cuentan las artistas en su página web.
«Resistir con alegría
Porque elegir la vida es un gozo
Regalo precioso de nuestra ancestralidad
Para nuestra libertad, dignidad e identidad.
Sacudiremos el territorio con el arte encendido
Con los pasos liberatorios, la danza y la canción
Pintaremos de colores la ciudad
Ante la opresión de ese gris moribundo que nos impone el dolor
¡Que caigan los símbolos de la opresión!
¡Que caigan el patriarcado y la segregación!
Y se levanten la memoria y la restauración.
Somos bosque nativo, biodiverso y tropical
No somos monocultivo ni fáciles de dominar
Indomable libertad, tejiendo comunidad
Nuestros padres ganaron la guerra y nosotres ganamos la paz,
Somos resistencia, tenemos sabor, tenemos la fuerza, la magia y la unión.
¡Cali soberana!
Bonnie Devine, saxofonista, vocalista y multipercusionista de La Múcura.
Este es un fragmento de la canción «Cali soberana» de La Múcura. Es una canción emblemática del paro nacional del 2019 y 2021, uno de cuyos epicentros fue la capital del Valle del Cauca. Las voces y la música de Bonnie y Jimena son contundentes pero dulces. Dicen verdades. Hablan de la guerra. De sus estragos. Sin embargo, con cada letra e interpretación reivindican la ternura, el amor y la comunión de la humanidad con la naturaleza, con la cordillera. Sus canciones son urdimbres de memoria, resistencias, caminos de exploración y juntanzas de comunidades y dignidades suramericanas. Con sus cantos se expande el poder sanador y transformador de su creatividad, que nos invita a hacer memoria para hacer conciencia de nuestro pasado y presente como sociedad, aunque también a pensar en una Colombia distinta donde podamos «elegir la vida» como forma de resistencia y donde sea posible vivir al lado de los ríos, con ellos, sin hacerles daño.
Te puede interesar: La memoria, la resistencia y la verdad: tres infaltables en la Feria Internacional del Libro de Cali.
Niños, niñas, adolescentes y adultos mayores de las comunas 13, 14, 15 y 21 de Cali y del municipio de Timbiquí (Cauca) confluyen y unen sus talentos y saberes musicales en la Fundación Escuela Canalón, un espacio de formación y transformación social que, al son de la enseñanza de la marimba, el cununo, el bombo, y los cantos y las danzas tradicionales del Pacífico, le apuesta «a forjar diálogos entre distintas sonoridades y establecer la conexión de los niños y adultos con la cultura del Pacífico sur».
Los niños y las niñas de la Escuela habitan las comunas 13, 14, 15 y 21 de Cali y del municipio de Timbiquí (Cauca).
En sus conciertos, los niños y las niñas de la Escuela Canalón interpretan bundes, arrullos y currulaos tradicionales, los mismos que cantan sus padres y que cantaban sus ancestros. «Valoramos la sabiduría de los músicos empíricos y de las cantoras. Somos un proceso de relevo generacional que busca mantener vivas nuestras prácticas culturales y nuestros ritmos tradicionales en los territorios de Cali y Timbiquí, donde somos constructores y constructoras de paz», cuentan los maestros de la Escuela cuando la presentan.
Su repertorio está hecho de bundes, currulaos y arrullos tradicionales del Pacífico.
Las músicas del Pacífico son mucho más que músicas. Son experiencias de resistencia y reivindicación de las historias y memorias afrocolombianas. Cuando tocan sus instrumentos y cantan sus canciones, cuando se forman con sus profesores y cuando se apropian del conocimiento de sus mayores, las niñas y los niños de la Escuela se conectan con saberes ancestrales y tejen relaciones sociales transformadoras que rompen los ciclos de violencia en los barrios de Cali y en Timbiquí.
acuerdos de paz, postconflicto, inversión, internacional
Cali, Escuela Canalón, Feria Internacional del Libro de Cali, FILCali, La Múcura, Mujeres Unidas por la Vida
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
Expresión artística en medio del taller «El sueño de los colibríes», organizado por la Dirección del Museo de Memoria del CNMH.
27 octubre 2023
Entre letras, tejidos, arte y música se llevó a cabo la Feria Internacional del Libro de Cali (FILCali) entre el 12 y el 22 de octubre. Las letras y sus diferentes formas de expresión y de dejar huella fueron las protagonistas.
«El cuerpo era la comunidad. La mente eran las personas y el espíritu, era la primera línea» expresó con emoción Diana Contreras, más conocida como Tokio, integrante de la primera línea, en medio del diálogo «Memorias sobre el estallido social en Cali». Se trató de una conversación que no solo revivió las memorias de aquellos que con pinceles, letras y música resistieron durante el estallido social de 2021 en el Valle del Cauca, sino que, además, pudieron compartir cómo la fuerza colectiva los hizo unirse en comunidad porque «algo afuera estaba pasando», algo que los transformó en sociedad y que los hizo reconocer que «hubo un estallido artístico que transformó la historia».
Diana Contreras, Tokio, durante el diálogo «Memorias sobre el estallido social en Cali» en el marco de la FILCali.
La protagonista fue la palabra y la memoria quedó fijada en las letras, aquellas que, cuando se leen en grupo, hacen aflorar emociones e historias guardadas en el interior. «Mi resistencia es con la palabra. Dicen que resistir es aguantar, pero para mí no es aguante, es vida», dijo en voz alta NarthyJulieth Vásquez, antes de comenzar a leer un fragmento del libro Ojalá nos alcance la vida, durante el espacio «Micrófono abierto: Leer la memoria», que organizó la Dirección de Archivo de los Derechos Humanos (DADH) del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Mientras se oía su voz, se vivió un espacio armónico, lleno de complicidad, en el que los asistentes compartieron de forma espontánea sus relatos más íntimos por medio de la música y la poesía.
«Mi resistencia es con la palabra. Dicen que resistir es aguantar, pero para mí, el estallido social se convirtió no en aguante, sino en vida». Narthy Julieth Vásquez, integrante de la DADH del #CNMH en medio del espacio «Micrófono abierto: Leer la memoria» en la @CaliFeriaLibro. pic.twitter.com/S5bsZQOgqZ
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) October 12, 2023
Muestra artística del Laboratorio Textil Itinerante y VincuHilarte.
«Las resistencias cotidianas son aquellas pequeñas cosas que, sin que nos demos cuenta, tejen la vida, las tareas creativas que dan sentido a la rutina diaria, las que nos ayudan a preservar la memoria», dicen las palabras bordadas en una pieza textil expuesta en la Feria Internacional del Libro de Cali (FILCali) por el Laboratorio Textil Itinerante y VincuHilarte, un grupo de mujeres paisas que tienen en común la pasión de sanar y dejar su legado por medio del tejido.
Sus manos, bordadoras de telas de colores vivos y rebosantes de sensibilidad para enseñar, estuvieron presentes en el estand del CNMH. Durante cinco días llevaron diferentes invitados con quienes instauraron un espacio de diálogo en torno a sus experiencias de vida con el tejido. Una práctica que cobra especial sentido cuando se transforma el dolor vivido mediante una expresión de arte llena de memoria.
Asistentes tejen el mural textil Tejer memorias. Hilar historias.
El grupo de tejedoras invitó a los asistentes a que entre todos construyeran el mural textil Tejer memorias. Hilar historias, en el que, para lograr el tejido, varias parejas tenían que entablar una acción colaborativa. Esta práctica representa el sentido de la unión en medio de la «ancestralidad textilera», como ellas la definen.
«Los colibríes sueñan con que un día todo sea mejor. Por eso invitan a los habitantes de su pueblo a unir sus voces para que las langostas dejen sus corazas y se unan en un mismo canto de vida y armonía». Este fue un fragmento leído del libro Mi voz es tu voz, la escucho, la siento y la cuento, en el taller «El sueño de los colibríes», actividad realizada por la Dirección de Museo de Memoria del CNMH en el marco de la FILCali.
«Los colibríes sueñan con que un día todo sea mejor. Por eso invitan a otros a unir sus voces para que las langostas dejen sus corazas y se unan en un mismo canto de vida»; este es un fragmento leído en medio del taller «El sueño de los colibríes» del #CNMH en la @CaliFeriaLibro. pic.twitter.com/sZOsuemmyO
— Centro Nacional de Memoria Histórica (@CentroMemoriaH) October 15, 2023
El taller invitó a los niños y las niñas a soñar, a pensar en un deseo colectivo que pueda materializarse con el aporte de cada uno. Para el CNMH, este sueño se relaciona con la construcción del Museo de Memoria de Colombia, un lugar que recogerá las memorias de las víctimas de todo el territorio del país. Por ello, el taller «El sueño de los colibríes» también hizo una invitación para recoger todas las muestras artísticas que sirven de inspiración en el proceso de elaboración del museo, pensando en un proceso creativo en conjunto en el que las víctimas sean las protagonistas, pues «El territorio habla y el centro escucha».
Durante el desarrollo del taller «El sueño de los colibríes», organizado por la Dirección de Museo de Memoria del CNMH.
acuerdos de paz, postconflicto, inversión, internacional
Buenaventura, Cali, Feria Internacional del Libro de Cali, FILCali, Museo de Memoria de Colombia, Valle del Cauca
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
Orlando Cajamarca, director del Teatro Esquina Latina. Foto: Cortesía Jair Cerón
12 julio 2023
Como parte de la celebración de las cinco décadas de la compañía teatral, se realizó el lanzamiento de la multimedia «Jóvenes, teatro y comunidad», resultado de una iniciativa de memoria que acompañó el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).
En el tradicional barrio San Fernando, de Cali, hay una edificación de tres pisos que se confunde con una casa convencional. Pero no es una casa cualquiera. Allí hay una cofradía que desde hace 50 años le infunde vitalidad a la escena cultural de la capital del Valle del Cauca. Es la sede del Teatro Esquina Latina, una de las compañías teatrales más importantes de Colombia, que germinó tras las reuniones informales de un grupo de estudiantes de la Universidad del Valle. «Queríamos simple y llanamente compartir nuestro tiempo libre como una actividad extracurricular», recuerda Orlando Cajamarca, su fundador y director.
Dada la nostalgia de una universidad que se había ido al barrio Meléndez —y que dejaba acá «el mosto de lo que había sido»—, y la efervescencia de un movimiento cultural continental que cuestionaba el establecimiento, Esquina Latina se convirtió en un grupo representativo que buscó hacer teatro y elevar la práctica académica. «Durante muchos años fuimos el resultado de la mezcla de Los Beatles y del Che Guevara de la época. La tempestad política de los setenta, esa convulsión en el Cono Sur, las dictaduras, la canción protesta, el rock and roll, el hipismo y la apertura… Todo era parte de la formación del momento y empezamos a querer interpretar esa letra muerta que decía que las artes tenían que estar en los sectores culturales», rememora Cajamarca.
Conoce más sobre los lugares de memoria histórica de Cali
Con ese ímpetu juvenil, que durante 25 años los mantuvo y los hizo pensar en el compromiso con la teatralidad y el espíritu del momento, los miembros de Esquina Latina se plantearon comenzar a vincularse con los sectores populares de Cali. Así, en la década de los ochenta empezó la relación con sectores como Aguablanca o Terrón Colorado, adonde llegaron actores y actrices con sociodramas. «Pero nos dimos cuenta de que la gente, más que les lleváramos cosas, querían era hacer teatro». La estimulación directa llegó con el programa «Jóvenes, teatro y comunidad».
El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), a través de su Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica, acompañó a los animadores teatrales del programa «Jóvenes, teatro y comunidad» a contar estas dos décadas y media de trabajo mediante diferentes formatos y a verterlos en una multimedia que lleva el mismo nombre.
Esquina Latina llegó a los sectores populares presentando el teatro como una alternativa, como una opción de vida. «No hemos pretendido hacer teatro profesional, sino de aliento social; que el teatro sea un compañero para que chicos, chicas y adultos se apropien de esta herramienta de vida, para la creación de una ciudadanía pensante», explica Cajamarca. Paulatinamente se fue creando y consolidando una red de teatro que se ha expandido a las comunas 1, 13, 14, 15, 18 y 20 de Cali; a los municipios de Candelaria, Florida y Pradera, del sur del Valle del Cauca, y a los municipios de Buenos Aires, Corinto, Miranda y Puerto Tejada, en el norte del Cauca.
La metodología fue más o menos así: de estos lugares provenían los animadores teatrales de Esquina Latina, una suerte de líderes sectoriales que, a su vez, empezaron a liderar el proceso de «Jóvenes, teatro y comunidad» en sus lugares de origen. Ellos y ellas han pensado y aplicado diferentes metodologías participativas desde los doce grupos teatrales de base, conformados por 500 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y algunos adultos, para promover proyectos de vida ligados al arte, la resistencia cultural, la construcción de paz y la reflexión de sus contextos, y así posibilitar una mirada al pasado desde la luz de la memoria crítica.
Ellos y ellas han salido a las calles de sus comunas y municipios para hacer memoria y mapear lugares representativos por medio de mapas parlantes y andantes, colchas de retazos e historias de vida. Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que levantaron estas cartografías han vivido violencias desde el conflicto armado, como la amenaza constante de reclutamiento y el desplazamiento forzado, y otras que se exacerbaron luego del estallido social, como la estigmatización.
A través de relatos escritos, pódcast, fotografías, mapas, videos y docudramas, los nuevos artistas reflexionan en la multimedia sobre la importancia del quehacer artístico, los impactos de la guerra, otras violencias en el territorio, los lugares y recorridos con memoria que han identificado y el plan de replicabilidad que se han propuesto para seguir promoviendo, desde un proceso cultural comunitario, la memoria histórica desde y para los territorios.
Lo anterior se relaciona profundamente con las nuevas apuestas del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y del Gobierno del cambio, como lo señaló Yuranni Forero, coordinadora de la Estrategia de Iniciativas de Memoria Histórica del CNMH, en el lanzamiento de la multimedia «Jóvenes, teatro y comunidad»: «Tenemos dos grandes desafíos: la transversalización y la territorialización; que el CNMH esté en contacto permanente con el territorio. Tenemos un eslogan-mandato: el territorio habla y el centro escucha. Hay que hacer un trabajo conjunto con las comunidades, hay que seguir fortaleciendo los procesos que se gestan en los territorios. El CNMH tiene que abocarse, desde sus diferentes instancias, a trabajar de manera conjunta para dar respuestas pertinentes y oportunas a las peticiones que nos hacen las comunidades».
Desde el 2020, en plena pandemia, el CNMH ha acompañado a los animadores teatrales y gestores de memoria de Esquina Latina por medio de una metodología pensada y aplicada desde la virtualidad, y mediante el uso de cajas de herramientas viajeras para consolidar la multimedia.
En el marco del lanzamiento de la iniciativa de memoria histórica «Jóvenes, teatro y comunidad», la Alcaldía de Cali, por medio de la Casa de las Memorias del Conflicto y la Reconciliación, le entregó a Esquina Latina el reconocimiento como lugar de memoria de Cali «por su valioso aporte a la construcción de la memoria histórica de las comunidades del oriente y la ladera de la ciudad», como lo mencionó Lida Tascón Bejarano, coordinadora de dicha Casa.
«A partir de su apuesta escénica, [Esquina Latina] aporta a la construcción de nuevos imaginarios de país, de sentidos de vida esperanzadores y espacios de memoria de procesos comunitarios», dijo Tascón. Y agregó: «el aporte de Esquina Latina a la memoria de las comunidades lo convierte en un lugar de memoria porque, además de contribuir a una dimensión espacial que tiene una relación directa con el territorio, involucra una dimensión simbólica y pública para sensibilizar, desde el arte, a la sociedad en general».
acuerdos de paz, postconflicto, inversión, internacional
Artistas, Cali, CNMH, construcción de paz, Esquina Latina, lugar de memoria, Memoria, Teatro, Universidad del Valle.
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
Ayda María Martínez.
Ayda María Martínez.
05 Jun 2015
Con zapatos de las víctimas, familiares de personas desaparecidas forzadamente en Cali conmemoraron el Día Internacional de Detenido Desaparecido para recordar que ellos siguen dando pasos por la región.
Marlene García decidió hablar después de 15 años de silencio sobre la desaparición de su hijo Jairo Iván.
Moraima Otero sigue soñando con el regreso de su esposo, Gustavo Armel Ramírez.
Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua junto con una de las familiares que participa con frecuencia en la galería de la memoria todos los últimos viernes de cada mes.
Olivia Delgado sigue tocando las puertas de los medios de comunicación de Buenaventura en sus intentos por encontrar a su mamá y hermana.
Nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos”, Mireya, madre de Jason y Carlos Alberto.
Moraima Otero sigue soñando con el regreso de su esposo, Gustavo Armel Ramírez.
“Yo lo veía más delgado y acompañado de señores ancianos. Lo vi pero él no me respondió ni el saludo”. Para Moraima Otero, los sueños son el espacio en el que puede mantener la cotidianidad que se rompió el 12 de agosto de 2010. Ese día su esposo, Gustavo Armel Ramírez, un conductor de tractomula, desapreció en la ruta a Buenaventura con una carga de café que apareció intacta días después en una bodega de Cali y el automotor en un sitio entre Media Canoa y Picapiedra, pero de su esposo no se ha sabido nada. Desde ese día Moraima no ha cesado la búsqueda, ni en sus propios sueños.
“No sé qué me querrá decir, pero estoy aquí en la lucha por nuestros desparecidos. Hay muchas víctimas que se guardan su dolor y no denuncian. No podemos dejar a nuestros seres queridos desparecidos eternamente. Tenemos que luchar por el derecho de ellos de tener descanso y el de sus familias a tener un sitio dónde ir a llorar su ausencia”, medita Moraima al recordar su sueño más reciente con Gustavo. Mientras tanto mantiene su trabajo con la Fundación Nidia Erika Bautista para ayudar a otros que, como ella, están unidos por el mismo dolor.
Moraima fue una de las víctimas que participó en los eventos de conmemoración de la semana del detenido desaparecido el viernes 29 de mayo en la ciudad de Cali. Ese día, familiares de víctimas de desaparición forzada del departamento del Valle se reunieron desde la mañana para realizar una jornada especial en honor de sus familiares en la plazoleta de San Francisco. Si bien todos los últimos viernes de cada mes hacen la “Galería de la memoria Tiberio Fernández Mafla” en la que los caleños ven los carteles de las víctimas de desaparición forzada en el pasillo a lo largo de la iglesia, el viernes anterior contaron con la compañía de familiares provenientes de Buenaventura, Restrepo, El Zarzal y otros municipios del Valle del Cauca.
Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua junto con una de las familiares que participa con frecuencia en la galería de la memoria todos los últimos viernes de cada mes.
Y es que desde la desaparición de la ambientalista caleña, Sandra Viviana Cuéllar, el fenómeno de la desaparición forzada en el departamento es un motivo para llamar la atención de la sociedad. Desde esa fecha y de manera muy espontánea, los familiares de víctimas de desaparición forzada se dan cita en la plazoleta de San Francisco para recordar a sus seres queridos. A sabiendas que no mueren, mientras no los olviden.
Es en ese momento en el que nace la “Galería de la Memoria Tiberio Fernández Mafla”, impulsada por la Fundación Guagua, como una manera de visibilizar a las víctimas de crímenes de Estado y de mostrar la solidaridad con las familias de la región.
Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua recordó que a esta actividad se suma el “Carnaval por la vida, contra la desaparición forzada” con la idea de que “los desaparecidos nos duelan a todos”. Por ello, el plantón de cada último viernes de mes que recuerda que las víctimas de este delito de lesa humanidad supera la cifra de 3.400 personas sólo en Cali, que se suman a los más de 45 mil colombianos reconocidos como víctimas de este delito según el MOVICE.
“El problema no es de cifras, sino del impacto humano, del daño a las familias. Cuando se desaparece el sustento, el cambio de roles, las enfermedades a partir del dolor. Ningún ser humano está preparado para un crimen de lesa humanidad como la desaparición forzada. Es romper un ciclo, es el ritual que no se ha hecho a su ser querido, es el desconsuelo porque no lo encuentra y que quiere encontrarlo ya”, expresa Delia.
Olivia Delgado sigue tocando las puertas de los medios de comunicación de Buenaventura en sus intentos por encontrar a su mamá y hermana.
Las historias y modalidades son tan diversas como cada uno de los 45 mil desaparecidos que le duelen a Colombia. Para Olivia Delgado Angulo la desaparición de su mamá y su hermana, María Ángela y Luz Ángela Angulo, respectivamente, el 3 de junio del 2011, no sólo la invade de tristeza en su vida cotidiana, sino de enfermedades en sus articulaciones, riñones, pero sobre todo en su corazón. En Buenaventura no hay medio de comunicación que no la reconozca en su labor de búsqueda pues hasta allá ha llegado tratando de encontrarlas.
“Sigo guardando las esperanzas. Si están vivas que aparezcan y si están muertas también. Cada día que pasa es un dolor que no termina. Mucha gente me dice que las ha visto pero ya no le creo a la gente que lo dice. Espero encontrarlas ojalá vivas a las dos. Sueño con ese momento. Me da mucha tristeza, lloro, es duro”.
Nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos”, Mireya, madre de Jason y Carlos Alberto.
Olivia está unida a Mireya Ortiz a través de ese hilo indetectable y delicado del destino que las puso en el mismo lugar, alrededor de tragedias similares. En Buenaventura dos hijos de Mireya desaparecieron en diferentes momentos. Su hijo mayor Jason en 1987 a los 7 años. 25 años después el mismo fenómeno tocaría la puerta de su casa con la desaparición de su hijo Carlos Alberto, quien tenía 21 años.
Ella es consciente que los actores armados han hecho presencia en diferentes momentos de la historia de Buenaventura, pero que sus hijos han sido víctimas del mismo delito. “Uno no puede decir quién fue, pero están las dudas. Es algo que le queda en la vida una zozobra que nunca puede descansar el corazón, pero nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos. No pierdo la esperanza”.
Es el mismo caso de Sandra Milena Millán, que no cesa la búsqueda de su hermano Fernando Millán, desde aquel 21 de septiembre de 2010 cuando él salió a sus labores cotidianas de ganadería hacia la vereda de Río Bravo en el municipio de Restrepo, Valle. No volvió, aunque se conocieron llamadas de extorsión a la familia de Guillermo Bedoya con quien iba su hermano.
“En este momento no importa quién fue sino lo que hicieron con mi hermano. Llevo 5 años en una búsqueda incansable. Hay una madre clamando su presencia y lo peor es que no hay respuestas. Parece que al país no le interesara este fenómeno. Es muy difícil buscar a un desaparecido, mantiene uno en un paseo institucional y no pasa nada”.
Marlene García decidió hablar después de 15 años de silencio sobre la desaparición de su hijo Jairo Iván.
Marlene García, tras la desaparición de su hijo el 16 de mayo de 1997, dejó que el silencio la inundara. Ella guardó por mucho tiempo la historia de Jairo Iván Hurtado, un fiscal sin rostro al servicio de la Fiscalía que estaba en riesgo por una investigación de corrupción. Él lo sabía y había preparado a su madre para un desenlace fatal. Se lo llevaron de la calle 47 en el barrio Salonia de Cali. Lo bajaron de un taxi y se llevaron al conductor también. Los dos desaparecieron.
“Él me preparó mucho, me dijo que si me pasaba algo no fuera a investigar porque me matarían. Pero siéntase orgullosa de tener un hijo verraco como yo que no se torció por ninguna plata. Estuve mucho tiempo callada por miedo, pero el dolor y saber que fue una persona que lo hizo todo con honestidad, no me dejaron quedar callada. A los 15 años de su desaparición dije voy a denunciar el caso. No voy a conseguir nada es solo visibilizar. Sólo quiero la verdad y que se reconozca que él si trabajo allí porque el sistema lo desapareció”.
La desaparición forzada no sabe de edad, género o momento. Es un delito que se sigue registrando a pesar de estar más visibilizado. Alexandra Herrera desapareció junto a su hija Luisa Fernanda Gómez el 26 de octubre del año pasado, su hermano Augusto Herrera, llegó con este caso para unirse al grupo de familiares de persisten en luchar por encontrar sus seres queridos. “Van 7 meses y no hemos tenido ningún resultado. Con derechos de petición queremos saber de resultados de la investigación. Se perdieron dos seres humanos y es como si se hubiera perdido cualquier cosa. Es muy duro llegar a la casa de los padres sin ninguna respuesta. Ver a los viejitos llorando a toda hora, no es vida. Solo pedimos que el caso no quede en el archivo y en la impunidad”, dice Augusto.
Olivia, Moraima, Delia, Mireya, Marlene y Augusto están unidos por ese lazo del destino que seguramente se extiende a toda la sociedad, la que también llora a sus desaparecidos porque finalmente, todos fueron puestos en el mismo sitio y alrededor de la misma tragedia. Ellos no paran su búsqueda, ni pierden las esperanzas. Tanto, que ni en sus sueños los dejan de buscar. La diferencia que sólo encuentran lo que esperan en sus sueños, porque es allí donde los ven un día tocar a la puerta de sus casas y estar de regreso al seno de sus familias.
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
CNMH
28 Jul 2017
Obra de teatro sobre líderes asesinados se estrenará en Cali
Seis obras de teatro que hacen memoria y denuncian la violencia que han sufrido cientos de líderes sociales se presentarán en el Teatro Jorge Isaacs de Cali el lunes 31 de julio. Entrada libre.
Una de las principales apuestas del Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) es el acompañamiento a iniciativas artísticas y culturales de memoria y construcción de paz. Hemos apoyado procesos que vienen desde organizaciones de víctimas, organizaciones sociales y sociedad civil en todo el país. Parte de ese apoyo se ha traducido en una gran programación de eventos —exposiciones, ciclos de cine, talleres de lectura, obras de teatro, performances, conciertos, conversatorios— que este año recorren distintos escenarios de Bogotá, Medellín y Cali.
De ahí nació el proyecto Monólogos teatrales sobre líderes y lideresas sociales del Valle del Cauca, que venimos trabajando desde mayo con el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) capítulo Valle. El resultado ha sido una puesta teatral donde se representarán seis perfiles e historias de vida de defensores de derechos humanos del departamento: ambientalistas, estudiantes, políticos, defensores de derechos humanos. Así, se busca hacer eco de los cientos de líderes que han sido callados con violencia y reflexionar sobre la impunidad y el abandono que normalmente sufren las víctimas de estos crímenes.
El 31 de julio de 1999 fue la primera arremetida de las AUC en el Valle del Cauca. Los paramilitares entraron por la zona rural de Tuluá y mataron a dos personas. Desde ese día han sido cientos los muertos y miles los desplazados en el departamento. Esa fecha se convirtió en un espacio de memoria, denuncia y demandas de justicia por parte de los vallecaucanos.
La idea de hacer segmentos teatrales es agregarle un componente artístico a la memoria, buscar formas alternativas de denunciar y dar a conocer lo sucedido. Las obras se construyeron de forma participativa entre familiares de líderes asesinados y cuatro colectivos teatrales caleños: La Máscara, Laboractores, Sopa de piedras y la Facultad de Artes Escénicas de la Universidad del Valle. Cada colectivo escuchó las historias contadas por las familias y las interpretó a su manera: hay música, títeres, conversaciones, monólogos, audios de archivo, rituales.
Perrin Capón, del colectivo Sopa de piedras, explica por ejemplo que hicieron uno de los monólogos con teatro de títeres porque: “Creíamos que no podíamos representar a esas personas que no conocimos y que desaparecieron, sino que con los títeres podíamos dar una presencia cercana a lo que los familiares nos contaron”.
“…Por algo sería” es resistencia, lucha, grito de justicia, dolor y esperanza por los defensores y defensoras de derechos humanos víctimas del conflicto social, político, económico y armado que ha vivido el Valle del Cauca. Es también homenaje, celebración, reivindicación, canto y una voz que anima a quienes continúan trabajando por un cambio de país.
La cita es en el Teatro Jorge Isaacs de Cali (carrera 3 #12-28), el próximo lunes 31 de julio a las 6:30 p.m.
La entrada es libre.
Publicado en Noticias CNMH
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
CNMH
20 Sep 2017
Cali: sede del diálogo sobre literatura y memoria
Entre el 28 y el 29 de septiembre, con invitados internacionales y experiencias de comunidades en Colombia, se abrirá el debate sobre el papel de la lectura en la construcción de paz.
El jueves 28 y el viernes 29 de septiembre, en el Centro Cultural Comfandi de Cali, se hará el IV Encuentro Internacional de Bibliotecas “Cultura de paz, palabra y memoria”. El eje del evento, que apoya el Centro Nacional de Memoria Histórica, será el diálogo sobre la función de la cultura, las bibliotecas y otras formas de fomentar la lectura para construir paz y memoria.
Durante esos dos días se cruzarán en Cali representantes de centros de memoria y bibliotecas de nueve países, como la Red de Bibliotecas de Barcelona, el Fondo de Cultura Económica de México, Litword de New York, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile y el Museo Nacional de la Memoria de Colombia, que hace parte del CNMH.
El jueves 28, a las 4:30 p.m., será el conversatorio “La literatura y la paz”, donde dos representantes de comunidades colombianas que han resistido al conflicto hablarán de la experiencia de contar sus historias a través de la literatura. Ellos son Rafael Gustavo Posso, de los Montes de María, con el libro “Del ñame espino al calabazo”, que narra anécdotas de los habitantes de Las Brisas y Tabaco, y Luis Fernando López, de Córdoba, con “Narrativas de vida y memoria”, que reconstruye historias de líderes en medio del conflicto. Los dos proyectos fueron apoyados por el equipo del Museo Nacional de la Memoria. Rafael y Luis Fernando hablarán en ese espacio con Pilar Lozano, periodista y escritora de literatura infantil.
En el evento, que organizan la Alcaldía de Cali, la secretaría de Cultura, la secretaría de Paz y Cultura Ciudadana, la Red de Bibliotecas Públicas y la Fundación Bibliotec, también tendrán ponencias María Emma Wills, del Centro Nacional de Memoria Histórica, Soledad Ríos de los Reyes, del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, y Jacqueline Morales, de la Red de Memoria Histórica de El Salvador.
En el marco de este evento, entre el 25 de septiembre y el 15 de octubre, también en el Centro Cultural Comfandi, se abrirá al público la exposición Volver la mirada, una galería fotográfica que se encarga de mostrar cómo los niños, niñas y adolescentes han sufrido y resistido la guerra. La cara triste de un niño, zapatos abandonados, el reencuentro de una madre con su hijo, jóvenes encapuchados con armas largas colgadas al hombro. Las imágenes que recorren la exposición son duras y necesarias. Volver la mirada confronta sus espectadores, desde niños hasta adultos, y los invita a preguntarse qué tiene que ver con ellos la infancia en la guerra: si acaso como sociedad lo permitimos, si entendemos bien cómo y por qué ocurrió, cómo evitar que esto no vuelva a suceder.
La entrada a todos los eventos es gratuita y será certificada. Las inscripciones se hacen a través del formulario que aparece en la página www.fundacionbibliotec.org.
Publicado en Noticias CNMH
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
CNMH
07 Nov 2017
Primer Plano: conversación sobre cine y memoria en Cali
Lugar: Universidad del Valle – Meléndez,
Auditorio Luis Ángel Zapata, Biblioteca Central
Fecha: miércoles 8 de noviembre de 2017
Hora: 2:30 p.m. a 4:00 p.m.
Entrada Libre
El próximo 8 de noviembre, como parte de la programación del noveno Festival Internacional de Cine de Cali, se llevará a cabo el último Primer Plano de 2017. Esta vez la conversación será sobre la relación entre cine y memoria.
Primer Plano es un espacio de diálogo creado por el Museo Nacional de la Memoria del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH). Buscamos profundizar la relación del arte con la memoria histórica en el contexto de conflicto armado en Colombia y el proceso de construcción de paz que vive el país.
Cada conversatorio reúne a representantes destacados en distintos campos del arte para que expongan y debatan sus planteamientos sobre los retos que hoy les plantea el contexto colombiano a los procesos de creación. Este año, Primer Plano estuvo en Bogotá hablando sobre teatro, y en Medellín, con una conversación sobre artes plásticas.
En 2017, quien conduce las conversaciones es Sandro Romero Rey, autor, escritor y dramaturgo caleño, director del programa de Artes Escénicas de la ASAB en Bogotá.
Primer Plano: cine busca abrir la discusión sobre la representación audiovisual en el terreno de la memoria. Nos interesa abordar temas que van desde la dimensión ética y estética de las imágenes que narran el conflicto armado hasta las formas de generar compromiso político por parte del espectador, pasando por los dilemas alrededor de las narrativas periodísticas y su posible incidencia en las dinámicas de violencia y construcción de paz.
Los invitados a esta conversación son Guillermo Pérez La Rotta, filósofo y documentalista interesado en la identidad latinoamericana, y Manuel Silva Rodríguez, docente e investigador de temas relacionados con el cine, la estética y la literatura.
Para aportar más elementos a la conversación, se proyectará el corto documental “La última trinchera”, de Ramón Campos Iriarte, que explora las razones, preocupaciones y contradicciones del ELN, la última guerrilla que sigue en armas en el continente y con quien el Gobierno colombiano adelanta un proceso de diálogos que logre la dejación de sus armas.
Publicado en Noticias CNMH
Escrito por CNMH en . Publicado en sin categoria.
CNMH
CNMH
22 Nov 2018
Presentación en Bogotá de: “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”
“Somos la unidad antiexplosivos del Batallón Primero Numancia (del Ejército). Por favor, damas y caballeros, desalojen los edificios para, así mismo, desactivar las bombas. Tomemos la dirección hacia el parque de la Gobernación (del Valle). Para los diputados hay un vehículo especial”. Utilizando este discurso, y vestidos con uniformes de la Fuerza Pública, el 11 de abril del 2002 un grupo de guerrilleros de las FARC ingresó a la Asamblea del Valle, en pleno corazón de Cali, y secuestró a doce diputados; en esta incursión murió el subintendente Carlos Alberto Cendales, quien vigilaba el edificio, y un conductor y un camarógrafo de RCN, que estaban cubriendo el hecho. Cinco años después, once de los diputados fueron asesinados en cautiverio.
“Este libro es un grito de defensa de la dignidad humana desde el dolor de las familias de los diputados del Valle del Cauca y desde el corazón de todos los impactados por uno de los hechos más desgarradores del conflicto armado colombiano”:
Francisco de Roux, Presidente de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad
El CNMH presentará el próximo 23 de noviembre, en Bogotá, el primer ejercicio de memoria histórica sobre este hecho. “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”, es el nombre de este libro en el que los familiares de las víctimas, de la mano de investigadores del CNMH, reconstruyeron la memoria de sus seres queridos: de los 11 diputados asesinados en cautiverio el 2007 por las FARC (Alberto Quintero, Carlos Alberto Barragán, Carlos Alberto Charry, Edison Pérez, Francisco Javier Giraldo, Héctor Fabio Arizmendi, Jairo Javier Hoyos, Juan Carlos Narváez, Nacianceno Orozco, Ramiro Echeverry y Rufino Varela), del único sobreviviente de este hecho (Sigifredo López), y de las otras tres personas que murieron el día del secuestro (Carlos Alberto Cendales, Walter López y Héctor Sandoval)
Este libro, como explica Gloria Restrepo, investigadora del CNMH, “es una creación participativa; es un conjunto de narraciones de familiares y amigos que desde la nostalgia reconstruyen las vidas de sus seres queridos ”. El texto transita por los testimonios de dolor de amigos y familiares, por el nuevo sentido que cobró sus vidas, por los desafíos que ha representado la búsqueda de la justicia y verdad, y por el acto de reconciliación que protagonizaron en el 2016, cuando las FARC les pidieron perdón por esta masacre.
En “El caso de la Asamblea del Valle: tragedia y reconciliación”, está también su lucha por elevar este caso a un asunto de Gobierno y de país. Ellos fueron algunos de los abanderados de la propuesta de un acuerdo humanitario, que mantuviera viva la esperanza de la liberación de sus familiares, y lideraron innumerables movilizaciones ciudadanas con ese fin. En todos los escenarios, los familiares de los diputados siempre hicieron una invitación generosa a la reconciliación, y llevaron el reclamo interpelante de uno de los secuestrados: “no sé quiénes son más infames, si los que nos secuestran o los que nos olvidan”, dijo en cautiverio el diputado Juan Carlos Narváez.
“Durante el cautiverio de mi padre, las FARC también secuestraron nuestras vidas. Nuestros días cambiaron radicalmente. Mi madre siempre esperaba una llamada para reunirnos, para el acuerdo humanitario, o una llamada de mi papá”.
Diana Echeverry, hija del diputado Ramiro Echeverry
Este libro es, también, un homenaje a la valentía de ellos, los sobrevivientes. Es una oportunidad de dignificar sus relatos, y de reconocer sus luchas y sus apuestas por el perdón, la resiliencia y la construcción de futuro.
Este proceso de memoria histórica incluyó también la coproducción, con las familias, de 16 cortos documentales sobre las vidas de cada una de las víctimas. Además, se diseñó una galería que estará expuesta en la Asamblea del Valle desde el 10 de diciembre de 2018.
Publicado en Noticias CNMH
Centro Nacional de Memoria Histórica
Sede principal
Dirección: Carrera 7 No 32-42 Pisos 30 y 31