Autor: CNMH

Memoria de la infamia

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CNMH

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CNMH

Publicado

09 Oct 2017


Memoria de la infamia

Con un emotivo evento, donde el protagonismo fue para las familias de las víctimas de desaparición forzada, se llevó a cabo el lanzamiento del informe “Memoria de la infamia. Desaparición forzada en el Magdalena Medio”, el pasado 27 de septiembre en el auditorio Mario González de la Universidad Industrial de Santander, en Barrancabermeja.


Hace tres años que inició esta investigación, continuando con la línea de trabajo sobre la desaparición forzada en Colombia, que el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) presentó basado en la construcción de memoria histórica del delito en diez municipios de la región del Magdalena Medio, el cual gira en torno al testimonio de las familias víctimas en esta zona del país, con el fin de analizar y visibilizar casos de desaparición forzada que no son conocidos.

Silvia Monroy, encargada del hacer el acompañamiento técnico a las investigaciones del CNMH, fue la encargada de abrir la jornada. En su intervención señaló que con esta publicación se pretende  hacer un reconocimiento a las trayectorias de búsqueda marcadas por el “terror, el dolor, la crueldad, la sevicia, la impunidad”, pero también al amor infinito que ha impulsado esa constancia por encontrar a las personas desaparecidas.

 

“En este libro se clama por la sacralidad de la vida y bajo ese presupuesto incuestionable se insta a la sociedad y al Estado a continuar y mejorar la búsqueda, recuperación e identificación de las víctimas con todos los mecanismos técnicos y de comunicaciones que se deben mejorar e implementar; clama por la gestión interinstitucional y por un trabajo más consistente y continuo con las organizaciones locales; aboga por la comprensión local y regional de la comisión de este delito y por el diseño de estrategias de prevención, protección y acompañamiento sicosocial respecto a un flagelo que prevalece, a una infamia que no ha desaparecido”, añadió.

Posteriormente, Liz Arévalo y Andrés Prieto, relatores del informe, presentaron los mensajes más importantes que contiene esta publicación. Entre ellos, mencionaron: la desaparición forzada cambió la vida de las familias e irrumpió en su cotidianidad y en su mundo emocional; el apoyo de las organizaciones defensoras de derechos humanos, organizaciones campesinas, sociales y religiosas ha sido fundamental en medio de esta tragedia; la ausencia de justicia y la impunidad, sumada a la falta de atención médica y psicosocial llevan al estancamiento de aspectos de la vida y a la invisibilización del delito; hablar de lo que pasó y conocer la verdad es esencial para devolver a la familia su lenguaje, su identidad y su cronología. 

A continuación se dio inicio a un conversatorio moderado por Silvia Monroy en el que se conversó sobre la importancia de este informe y los retos para el país y las organizaciones. Allí Santiago Camargo, del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, afirmó que este informe sirve como referencia de una metodología de investigación efectiva, pues a partir de unos 128 casos se pudo analizar lo que pasó en toda la región, para detectar unos patrones y mostrar una realidad que se quiso ocultar. “Tenemos que seguir investigando y el convenio entre el CNMH y CREDHOS demuestra que es posible un trabajo entre región y nación”, añadió. Así mismo, dijo que es imperativo que las universidades incluyan en las carreras de psicología y trabajo social asignaturas de atención psicosocial a las víctimas de desaparición forzada.

Iván Madero, director de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), mencionó que este informe le da la oportunidad a las organizaciones sociales defensoras de derechos humanos de visibilizar su trabajo y añadió que uno de los mayores retos es la documentación de todos los casos para que se realicen los duelos de los familiares con el respectivo acompañamiento psicosocial. 

Al finalizar el conversatorio Liz Arévalo, tomó el micrófono y luego expresó que ante la infamia de este delito, está la belleza del amor demostrada en la persistencia de la búsqueda y el no olvido de las familias por sus seres queridos. Después de ello pidió a todos los presentes formar una comunidad de apoyo, e inmediatamente el ambiente en el auditorio cambió.

Las personas invitadas al evento subieron a la tarima, sostuvieron en alto los nombres de sus familiares desaparecidos y gritaron sus nombres, uno a uno. ¡Miguel Alfonso Díaz Martínez!… ¡Pedro Cárdenas Peña! Fueron 128 nombres los que retumbaron en el auditorio, 128 personas de las que se desconoce su paradero y detrás de las que hay una familia esperando conocer su paradero y saber la verdad. Acto seguido, Liz pasó el micrófono al público, y a través de distintas voces, se empezó a oír un mismo sentir: rechazo a la infamia, disculpas por la indiferencia, reivindicar la vida.

Para finalizar, algunos de los familiares que estaban en la tarima tomaron el micrófono para decir que no debemos callar, que debemos comprometernos con la memoria de nuestros desaparecidos y que la sociedad necesita una transformación y esa transformación depende de nosotros. “No estamos acá para multiplicar el dolor, no deseamos que nadie viva lo que vivimos”.

Y así, con un nudo en la garganta y con el corazón conmovido, los asistentes a este evento salieron por la puerta con el compromiso de iniciar esa transformación.

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Memoria


Memoria

Teatro: arte sanador para las víctimas

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CNMH

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CNMH

Publicado

09 Oct 2017


Teatro: arte sanador para las víctimas

Barcelona será el escenario de la fase dos de la iniciativa de memoria MUJER-ERES: el teatro como arte sanador, organizado por La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas en España. 


Del 17 al 20 de octubre de 2017 se realizarán talleres artísticos que tienen como objetivo construir la memoria colectiva, a través de las artes escénicas para romper el silencio y visibilizar las realidades e historias de vida de las mujeres en condición de exilio y refugio. 

La Colectiva de Mujeres Refugiadas, Exiliadas y Migradas en España es una organización creada por diversas mujeres colombianas. Algunas de ellas son exiliadas o refugiadas por ejercer su trabajo de activismo en la defensa de los derechos humanos y la construcción de paz en Colombia, quienes se vieron obligadas forzadamente a dejar el país. 

35 mujeres se darán cita en Barcelona para continuar su trabajo de construcción de memoria en donde aplicarán diversas metodologías para fortalecer la comprensión de la relación entre el cuerpo y la memoria, desde la perspectiva de las mujeres frente la experiencia del exilio. Las líneas de trabajo de los talleres, que se desarrollarán a puerta cerrada en un ejercicio interno de la organización, se enfocaran entorno a la recolección de historias de vida de mujeres víctimas del conflicto armado, para su puesta en escena como dramaturgia de la memoria con enfoque de género. 

Estos talleres son la continuidad de un trabajo realizado en 2016. Este Colectivo de mujeres, con el apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), se reunió para construir un performance basado en la memoria de las integrantes de la organización, dignificar y mitigar las vulneraciones sufridas por la mujeres a causa de la violencia. La acción artística se presentó en Barcelona ese año, en Casa Amèrica Catalunya, y permitió visibilizar el exilio de las colombianas en España. 

Esta fase de la iniciativa MUJER-ERES: el teatro como arte sanador cuenta con el apoyo del CNMH, la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) y la Corporación Opción Legal (COL), en el marco del acuerdo de colaboración para desarrollar el proyecto: Fortalecimiento a la participación de las víctimas, Agenda Exilio e iniciativas de memoria con enfoque étnico y de género del Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia. 

Día: Del 17 al 20 de octubre 
Lugar: Espai Memorial Democràtic 
Carrer del Peu de la Creu, 4, 08001 Barcelona, España. 
Hora: 14:00 

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Teatro, Víctimas

Medellín Basta Ya, un reconocimiento a la resistencia

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Maria Paula Durán

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Maria Paula Durán

Publicado

09 Oct 2017


Medellín Basta Ya, un reconocimiento a la resistencia

“Si bien los 80 fue una época fuerte de ruido y de furia, como dice Faulkner, Medellín se jodió bastante antes”, explicó el relator Jorge Alberto Giraldo durante el conversatorio del lanzamiento del Basta Ya en Medellín. 


Con más de un centenar de personas en cola para ingresar al auditorio, el lanzamiento del informe Medellín, Memorias de una guerra urbana, acogió el pasado 14 de septiembre a 600 personas en el auditorio del Centro Cultural Moravia. Los asistentes representaron, sin proponérselo, los rostros de la violencia de esta ciudad: diversidad, pluralidad. Había hombres, mujeres y jóvenes de diferentes edades, etnia y lugar de procedencia. Había personas en situación de discapacidad, víctimas del conflicto, estudiantes, miembros de la fuerza pública, líderes y lideresas de organizaciones sociales, y defensores de los derechos humanos.

Medellín fue, hasta hace tan solo un par de décadas, una de las ciudades más violentas del país que aún hoy sigue generando múltiples movimientos y respuestas. Su particularidad: todos los perpetradores confluyeron en el mismo espacio. Narcos, sectores de la fuerza pública, grupos guerrilleros y grupos delincuenciales participaron y se proliferaron en el territorio, generando escasez para albergarlos a todos, propiciando luchas entre ellos. Fue el “periodo del gran desorden”. El informe calcula que hubo en total 132.529 personas reconocidas como víctimas del conflicto, dentro de las cuales 106.916 son desplazados, 19.832 fueron víctimas de asesinatos selectivos, 2.784 de desapariciones forzadas y 1.175 víctimas de 221 masacres. 

“Todos hicieron de todo”, afirmó Manuel Alberto Alonso, uno de los relatores del informe, en su intervención del conversatorio. Las cifras son impresionantes y nos dan una dimensión general de la violencia, pero también hay subregistros que permiten pensar que la dinámica de la violencia fue aún más fuerte. En Medellín la guerra no pasó de largo, fueron muchos los espacios donde las probabilidades de encontrarse con la violencia fueron muy altas. Sus habitantes la banalizaron, convivieron con ella, existen pruebas de despliegues de retaliación, pero también existen pruebas de superación y de resurgimiento.

“Este informe es un acto de reconocimiento pero también una empresa de resignificación”, explicó Gonzalo Sánchez, director general del Centro Nacional de Memoria Histórica, pues Medellín se ha recuperado de la violencia a través de una red solidaria, de lugares de memoria, del trabajo creativo de las organizaciones y de funcionarios ejemplares. Se trata de reconocer la guerra y la violencia en la urbe, pero también las luchas silenciosas y los actos heroicos de las organizaciones sociales y sus líderes.

Medellín, Memorias de una guerra urbana es un texto que compila testimonios de distintas voces y sentidos. Es un relato cuya intención fue ser lo más plural posible para que, como dijo Marta Villa, Directora de la Corporación Región y relatora del informe, escuchemos “las voces de personas que sin ser víctimas directas, tenían un relato que contar”. Nadie se siente al margen de la historia; el miedo, el encierro y la desconfianza fueron el impacto de la guerra en la memoria colectiva. 

Al son del grupo musical Son Batá, de la comuna 13, quienes llevan 12 años realizando trabajo social comunitario, culminó este lanzamiento, y al ritmo de la canción “Pa’ los que luchan a diario”, los asistentes se despidieron del evento llevándose una copia en físico del informe.

Conozca el informe “Medellín: memorias de una guerra urbana”.

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Resistencia


Resistencia

“Voces incómodas”: Un homenaje a las víctimas LGBT en Chaparral

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Autor

Jairo G. Sarmiento Sotelo

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CNMH

Publicado

23 Ago 2018


“Voces incómodas”: Un homenaje a las víctimas LGBT en Chaparral

A las 10 de la mañana del 2 de mayo de 2002, un cilindro-bomba lanzado por
la antigua guerrilla de las Farc perforó el techo de la iglesia San Pablo
Apóstol, en Bojayá. En el lugar se refugiaban centenares de personas. El
resultado: 79 fallecidas (48 de ellos niños y niñas), alrededor de 100
lesionados, el desplazamiento de 1.744 familias y grandes fracturas sociales.

El pasado 16 de agosto finalizó la quinta edición del Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos, una actividad que en seis ciudades reunió 60 películas, 30 invitados y más de 10.000 asistentes. En la semana que duró el festival se realizaron distintas muestras culturales como: conciertos, talleres y exposiciones que buscaban complementar la proyección de los largometrajes y atraer más personas al festival.

Para el cierre del festival se presentó el cortometraje “Voces incómodas” acompañado por una charla titulada “La comunidad LGBT como sujeto de reparación colectiva”, donde se discutió acerca de los derechos del sector LGBT, muchos de ellos vulnerados durante el conflicto armado.

“Voces incómodas” se realizó como un homenaje a Danna Mendez, mujer trans, y a las más de diez personas asesinadas en Chaparral por su orientación sexual durante los últimos quince años. Este cortometraje, realizado por la Asociación Chaparral LGBT Diversa, muestra la persecución de la que ha sido víctima este sector de la sociedad colombiana, pero, de forma humana, resalta la importancia de garantizar la igualdad de derechos de todos los ciudadanos sin importar su orientación sexual. De igual manera se maneja el tema de la dificultad que tiene una persona LGBT para recuperarse después de un hecho victimizante.

En Colombia existen 1.462 víctimas LGBT del conflicto según el Registro Único Nacional de Víctimas, mientras que 405 personas fueron asesinadas entre 2012 y 2015 a causa de su orientación sexual según el Informe de violencia hacia personas LGBT de Colombia Diversa. Estas cifras van más allá de ser unos simples números, son historias y proyectos de vida destruidos por la discriminación y la violencia, que de vez en cuando conmueven a un país que, en ocasiones, ha decidido darles la espalda.

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Chaparral, Enfoque género, LGBTI

La Forense y el Cuerpo 29

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CNMH

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CNMH

Publicado

10 Oct 2017


La Forense y el Cuerpo 29

La obra está inspirada en la antropóloga forense Helka Alejandra Quevedo, líder de la línea de antropología forense del Centro Nacional de Memoria Histórica.


Oscuridad. Silencio. Una voz femenina dice que la mujer recogida en una mesa está durmiendo, está perdida, está angustiada. Agregará luego que esa mujer es una forense y que a continuación se despertará confundida. En efecto, se levanta descalza y empieza a caminar, confusa, angustiada. La voz femenina le pregunta qué hace, a qué se dedica, a quién está buscando. La forense toma unas pastillas y así lo hará varias veces durante los 52 minutos que demora la obra de teatro Cuerpo 29, producida por la compañía La Navaja de Ockham, basada en el documental Cuerpo 36, del Centro Nacional de Memoria Histórica.

La obra está inspirada en la antropóloga forense Helka Alejandra Quevedo, una de las personas que lideró en el 2002 la exhumación de 36 cuerpos en el corregimiento Puerto Torres en el municipio Belén de los Andaquíes de Caquetá. El último cuerpo, el 36, hoy está perdido en algún lugar del cementerio de Florencia.

 

Si bien la obra Cuerpo 29 toma como base la historia real de las personas desaparecidas y asesinadas por miembros del Frente Sur Andaquíes del Bloque Central Bolívar de las AUC, también se aleja de la realidad para recrear la vida durante la investigación de una forense llamada Lucía. El escenario es la biblioteca del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá. Los espectadores se ubican en los alrededores y en el medio hay cinco mesas. En cada una hay una lámpara. La obra se debate entre las luces y las sombras, el silencio y el ruido extenuantes de un helicóptero, de la angustia y del desespero de la forense por encontrar el cuerpo 29, el último de los exhumados en un pueblo cualquiera del país. La voz femenina le habla todo el tiempo y luego se sabrá que es la voz de sus pensamientos, la voz de su mente, la que le recuerda a la Lucía de carne y hueso que no puede parar, que tiene que trabajar, que tiene que encontrar el último cuerpo al que llama Benito, como su mascota, para no decirle fríamente “cuerpo 29”.

En las mesas se recrea el pasado, las historias que dan contexto judicial a la búsqueda de los desaparecidos y la identificación de los cuerpos. En una de ellas la voz construye con piezas de madera una escuela similar a la de Puerto Torres: la capilla, los salones de clase, el árbol de mango; en otra recrea la relación de Lucía con su mascota. De repente hay nuevos mundos, nuevos escenarios. Vidas paralelas. La voz es el hilo conductor del relato y Lucía se encarga de seguirlo.

Cuerpo 29 es una obra en construcción que se presentó los días 2 y 3 de octubre el Centro de Memoria Paz y Reconciliación para que los espectadores fueran partícipes y dieran sus aportes para mejorar esta obra premiada por Idartes con una beca de la creación para grupos de teatro de mediana trayectoria.

Para Katalina Moskowictz, docente en el área de dirección escénica de la Universidad Distrital y directora de la Compañía, el documental Cuerpo 36 le llamó la atención porque cuenta una historia desde el punto de vista del funcionario y no de las víctimas o victimarios, como lo han hecho el grueso de narraciones sobre el conflicto armado. Luego de hablar con el dramaturgo Erik Leyton, iniciaron un proceso de documentación a partir del informe del CNMH Textos corporales de la crueldad, de Cuerpo 36 y otros videos sobre el trabajo de Helka Alejandra Quevedo.

Dice Quevedo, líder de la Línea de Antropología Forense del CNMH, que “la obra refleja el  trabajo y la frustración de muchos investigadores y forenses al no encontrar lo que una vez se tuvo en las manos: un cuerpo, la historia de una persona desaparecida”, es decir, y regresando a la vida real, no encontrar de nuevo el cuerpo 36 que ya había exhumado en Puerto Torres y no identificar aún quiénes eran los cuerpos que no regresan a sus familiares. En conclusión, es la muestra de la “impotencia absoluta”, insiste Quevedo, de aportar a la búsqueda de los desaparecidos y saber que el trabajo es lento, arduo, difícil.

Cuerpo 29 es la historia de la angustia, de la búsqueda.

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Forense


Forense

Entrega de los premios Josué Giraldo Cardona versión 2017

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CNMH

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CNMH

Publicado

11 Oct 2017


“Memorias que renacen del municipio de Carepa”

Estos premios nacen a través de una orden de la Sección Tercera del Consejo de Estado en la sentencia del 26 de junio de 2014 por el asesinato de Josué Giraldo Cardona. Su primera entrega se realizará el viernes 13 de octubre en Villavicencio.

El próximo viernes 13 de octubre se conmemoran 21 años desde que Josué Giraldo Cardona, presidente del Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta y líder de la Unión Patriótica, recibió varios impactos de bala que acabaron con su vida. El Consejo de Estado mediante una sentencia del 26 de junio de 2014 condenó a la Policía Nacional y al Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) por las graves irregularidades que permitieron que se diera el crimen de lesa humanidad de este líder colombiano. Sin embargo, a pesar de este fallo, aún no pesan condenas sobre los autores materiales e intelectuales de los hechos.

Es así como a partir de 2016, y por cuatro años más, se realiza el Concurso para reconocer públicamente a organizaciones o personas, que por su trabajo y actividad contribuyan de forma sobresaliente a la defensa de los derechos humanos, y a estudiantes que habiendo escrito una tesis sobre la Unión Patriótica y Derechos Humanos y aspiren a una beca para cursar un programa de maestría o doctorado en cualquier universidad pública del país.

Este año premiamos el trabajo de una estudiante de la Universidad Pedagógica y al Servicio de Pastoral Social de la Diócesis de Granada, a través de la primera versión del Concurso Josué Giraldo. Ambos trabajos reafirman una memoria que es complemento y no substituto de la justicia pero que la apoya y la fortalece. También, que las decisiones acerca de lo que recordamos y lo qué olvidamos son determinantes para la manera como formamos a nuestros jóvenes y, posteriormente, a nuestra sociedad. Que una coalición de fuerzas entre la iglesia, partidos políticos alternativos, campesinos, trabajadores, sindicatos, indígenas, entre otros, como el Comité Cívico por los Derechos Humanos del Meta, es la apuesta más valiente por el respeto a la vida en el país y en los Llanos Orientales.

Una de sus frases más recordadas por quienes conocieron y trabajaron con Josué es: “Debemos cortarle las alas a la impunidad para que sea la vida la que vuele”. Amigos, familiares y personas que de alguna manera conocieron su legado se reunirán el próximo viernes 13 de octubre alrededor de la memoria de Josué como una manera de recobrar las alas que él le daba al trabajo por los derechos humanos y por la vida digna. Para recordarlo como persona, como padre, como amigo pero también a recordar su lucha, sus valores y su valentía 

Lugar: Hotel Palma Real de Villavicencio

Hora: 8:30 a.m. 

Día: Viernes 13 de octubre 

Entrada libre 

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Giraldo Cardona


Giraldo Cardona

Música y memoria en la Feria del Libro de Cali

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César Romero

Fotografía

César Romero

Publicado

18 Oct 2017


Música y memoria en la Feria del Libro de Cali

En la carpa del CNMH se presentará la exposición “Tocó cantar. Travesía contra el olvido”, que cuenta cómo artistas de varias regiones del país le han cantado a la resistencia.


Una de las apuestas más fuertes del Museo Nacional de la Memoria, mientras se construye su edificio sobre la calle 26 en Bogotá, ha sido la presencia territorial. Durante los últimos años se han apoyado iniciativas de memoria de todo el país. Este año, con la intención de descentralizar los espacios donde se exponen esos proyectos, que van desde exposiciones y ciclos de cine hasta conciertos y obras de teatro, se sumaron líneasdeprogramación artística y cultural constante en Cali, Medellín y algunas localidades periféricas de Bogotá.

Siguiendo ese objetivo, el Museo hará presencia en la Feria del Libro de Cali, entre el 12 y el 22 de octubre en el Bulevar del Río.

La programación del Museo estará en el stand del Centro Nacional de Memoria Histórica. Ese espacio será dedicado a “Tocó cantar. Travesía contra el olvido”. “Tocó cantar” es un proyecto musical que reconoce el trabajo de compositores locales y regionales de canciones relacionadas con la memoria del conflicto armado. 45 artistas de regiones de todo el país produjeron junto al CNMH letras y sonidos atravesados por sus experiencias y las de sus pueblos.

La exposición retrata parte de ese proceso, que busca aportar a la comprensión de las múltiples realidades de las comunidades así como sus procesos de reflexión, acción  creativa y de resistencia pacífica. “Tocó Cantar” varía en géneros y en mensajes. Va de la música llanera al rock, del hip hop a la música andina. Las canciones denuncian contextos violentos, trasladan a paisajes poco conocidos, tienen mensajes políticos alrededor de la cultura y el territorio.

El sábado 21 de octubre, durante el último fin de semana de la Feria, habrá de conciertos de algunos de los artistas que participaron en el proyecto, como Marcando Territorios y Óscar Javier Martínez, ambos músicos urbanos de Buenaventura. El evento será a las 12:30 p.m. en el auditorio Cien años de soledad.

 

La entrada a todos los eventos de la Feria es libre.

Acá puede conocer más sobre el proyecto “Tocó cantar”: http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/proyecto-toco-cantar
Acá encuentran la programación completa de la Feria del Libro: https://issuu.com/califerialibro/docs/programaci__n_feria_internacional_d

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Entreacto: festival de teatro sobre memoria en Bogotá, Medellín y Cali

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Publicado

19 Oct 2017


Entreacto: festival de teatro sobre memoria en Bogotá, Medellín y Cali

La primera edición del Festival Entreacto: memorias vivas en escena propone una reflexión sobre los alcances del teatro en la construcción de paz y memoria.


En julio pasado, con el teatro Jorge Isaacs de Cali a reventar, el Museo Nacional de la Memoria presentó un compilado de obras de corta duración llamado “Por algo sería”. Durante varios meses, el equipo del Museo, cuatro colectivos teatrales caleños y decenas de familiares de víctimas de crímenes de Estado asociados al Movice trabajaron juntos para adaptar historias reales de hijos desaparecidos, de ambientalistas asesinados, de líderes amenazados.

Las historias se transformaron en presentaciones musicales, monólogos, títeres, rituales y conversaciones. Fue una prueba de que en el teatro hay una alternativa amplia, compleja y llena de matices, que puede aportar a la construcción y difusión de la memoria del conflicto. En esa misma línea, el Museo presenta el Festival Entreacto, una apuesta por reunir y poner a dialogar voces que desde distintos rincones del país, e incluso del continente, han trabajado la relación entre teatro y memoria.

El objetivo del festival es mostrar y discutir los aportes que el teatro colombiano ha hecho para la construcción de la memoria histórica, la paz y la defensa de los derechos humanos. Y está dirigido a públicos universitarios, organizaciones sociales, víctimas, artistas y personas de diferentes espacios públicos urbanos.

Durante una semana, entre el 23 y el 29 de octubre, Entreacto estará en Bogotá, Medellín y Cali. Se presentarán obras en sala, como “Donde se descomponen las colas de los burros”, que cuenta la historia de un joven que se resiste a ser desaparecido, o “Tocando la marea”, que atraviesa problemas como la violencia y la privatización del puerto en Buenaventura. También habrá obras de calle, como “Objetando”, que hace una crítica a las lógicas bajo las que funcionan los ejércitos, o “Manos a la obra”, que habla de los impactos de la guerra en población LGBTI.

Además, habrá talleres de formación: uno, en Bogotá, a cargo de Martín Erazo, un dramaturgo chileno que hace más de veinte años fundó el colectivo La Patogallina, en él se han abordado temas relacionados con las memorias de la dictadura de ese país. En el taller de Erazo se trabajará teoría y práctica sobre teatro de calle. Otro, en Cali, a cargo de Genny Cuervo, del colectivo teatral Laboractores, donde los asistentes aprenderán técnicas de creación a partir de elementos biográficos, históricos y de memoria.

En las tres ciudades se harán conversatorios relacionados con los temas del festival. En Bogotá estarán Martín Erazo y Hernando Parra, fundador del teatro R101, comparando las experiencias de Colombia y Chile. En Medellín estarán Juan Álvaro Romero, que trabaja temas artísticos en la comuna 8, Jorge Iván Grisales, dramaturgo, y las Madres de la Candelaria, que trabajan alrededor de la desaparición forzada. En Cali, finalmente, estarán Uldi Teresa Jiménez, magistrada de la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, y Mary Cruz Cruel, directora de Teatro por la Paz, hablando del teatro como medida de reparación simbólica. La entrada a todas las obras y los conversatorios es libre.

El taller de Laboractores en Cali tiene cupos abiertos, previa inscripción en este link: http://bit.ly/2xR5JNL

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Festival


Festival

El CNMH se suma al duelo nacional por asesinato del líder Jefferson Arévalo

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CNMH

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CNMH

Publicado

23 Ago 2018


El CNMH se suma al duelo nacional por asesinato del líder Jefferson Arévalo

 

Este jueves fue encontrado el cuerpo sin vida del dirigente de la Unión Patriótica en el Meta, dos días después de ser raptado por hombres armados. Además, rechazamos el ataque a su esposa y lideresa Gladys Tirado, quien se encuentra en estado crítico.


El Centro Nacional de Memoria Histórica lamenta profundamente el asesinato del líder de la Unión Patriótica en el Meta Jefferson Arévalo Robayo, y el ataque en este mismo hecho a su esposa y lideresa Gladys Tirado. Arévalo fue encontrado por campesinos zona rural del municipio de Puerto Rico, Meta, dos días después de ser raptado por hombres armados que irrumpieron en su finca, en la vereda El Danubio.

El CNMH se conduele con las familias de Jefferson y Gladys, y ofrece su respaldo incondicional a la Corporación Reiniciar, de la que él hacía parte. Rechazamos el ataque a personas como Jefferson y Gradys, cuyo trabajo es indispensables para ofrecer un mejor vivir a sus comunidades.

La Corporación Reiniciar capítulo Meta, pide que las autoridades correspondientes “investiguen rápido para establecer los responsables del hecho”, y denuncian que su trabajo de búsqueda fue insuficiente, pues el cuerpo fue hallado por campesinos de la región.

Gladys Tirado fue gravemente herida en el mismo hecho y sigue en estado crítico. “Esas agresiones contra las mujeres tienen un impacto diferente… (Buscan) acallar sus voces de una manera brutal”. Y aseguraron que ellos y los familiares de Jefferson y Gladys “continuamos al frente para demostrar que tenemos mucha resiliencia”.

Jefferson Andrés Arévalo Robayo era hijo de Luz Marina Robayo, lideresa de la Unión Patriótica asesinada en el Castillo (Meta) en 2003. El martes, quince años después, hacia las 10:00 am, Jefferson fue raptado por hombres armados. Mientras su esposa, Gladys Tirado, fue atacada con arma blanca.

Jefferson hacía parte de la Corporación Reiniciar capítulo Meta, con quién el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) ha venido trabajando para el cumplimiento de una sentencia del Consejo de Estado en el caso de Josué Giraldo, líder de la UP asesinado en 1996.

Reiteramos nuestro compromiso con la construcción de una memoria que dignifique el buen nombre de todos los líderes sociales que han sido víctimas del conflicto armado y abogamos por una amplia movilización institucional y social en torno a la defensa de la vida, las libertades y el pluralismo político.

 


Líderes Sociales, Meta, UP

Lanzamiento informe Caquetá: Una autopsia sobre la desaparición forzada

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Isabel Valdés

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Isabel Valdés

Publicado

27 Ago 2018


Lanzamiento informe Caquetá: Una autopsia sobre la desaparición forzada

 

En el Día Internacional de la Desaparición Forzada, que se conmemora el 30 de agosto, el CNMH presenta un informe que constata la complejidad y dificultad del proceso de búsqueda de personas desaparecidas, a través del seguimiento de varios casos en Caquetá. El conflicto armado en Colombia dejó 80.514 desaparecidos.


caqueta desaparicion forzadaTito Martínez desapareció cinco veces. La primera, hace 17 años, cuando un grupo de autodefensas lo torturó y le quitó la vida junto a otras 13 personas en Albania, Caquetá. Era un joven de 20 años y, a pesar de que su madre lo identificó en un video de una diligencia de exhumación, pasaron 15 años antes de que su familia pudiera recuperar el cuerpo. Ella había muerto para entonces. Esos años que pasó en un cementerio, sin que su familia pudiera recuperarlo, fue su segunda pero no última desaparición. Tito, como tantos otros, se desvaneció por tercera vez en la estructura institucional colombiana.

El sinnúmero de normas y protocolos del sistema han permitido avances en la búsqueda, recuperación, identificación, reparación e investigación judicial, pero también pueden convertirse en un obstáculo y laberinto burocrático. Así sucedió con Tito, cuyo nombre -al igual que su cuerpo- desapareció en el sistema institucional.  La cuarta vendría con la falta de reconocimiento y reparación por parte de los actores involucrados: Tito fue reconocido tardíamente en el sistema de reparación integral, su nombre está en proceso de ser reconocido por los perpetradores y también está en marcha que la Fiscalía lo presente ante los Tribunales de Justicia y Paz.

¿Cuántos Titos hay en Colombia? Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), la guerra en el país dejó, entre 1958 y julio del 2018, un total de 80.514 desaparecidos y de esos, 70.587 siguen sin aparecer. ¿Ellos también, como Tito, han desaparecido cinco veces? El CNMH presenta el informe “Caquetá: una autopsia sobre la desaparición forzada”, una radiografía que muestra por qué un desaparecido es un desgarro en el tejido social, y que describe los retos y desafíos de las instituciones que enfrentan las desapariciones, y la dificultad de articular los procesos de búsqueda, identificación y entrega.

Este informe también destaca cómo una ley transicional puede usarse a favor de encontrar a las personas desaparecidas; expone cómo una entidad articuladora puede sumar y construir para encontrar a las personas desaparecidas en Colombia; y plantea que la reparación necesita una solidaridad efectiva de las instituciones y requiere que las personas afectadas, en lugar de silencio y confusión, sean escuchadas y reciban respuestas claras.

“El objetivo es poner a disposición de las instituciones y de la sociedad una herramienta, que permita comprender la dificultad del sistema institucional y así  identificar las fallas en los sistemas de registro, análisis y la búsqueda de los desaparecidos, para que podamos tratar a las familias de las personas desaparecidas con respeto y garantizando su Derecho a Saber”, explica Helka Quevedo, relatora del informe e investigadora del CNMH, quien reconoce la complejidad de la problemática de la desaparición.

En el camino de esta investigación, que comenzó en el 2013, fue posible aportar e incidir en la recuperación e identificación de 13 de los 14 desaparecidos en Albania, Caquetá, en el 2001. “La presencia de un tercero o instigador, en este caso el CNMH, permitió reconstruir lo hechos, de la mano de sus protagonistas. Hablaron los cuerpos, las familias, la comunidad, los funcionarios, los perpetradores, los expedientes y el territorio”, explica la investigadora.

Mientras tanto, la familia de Tito Martínez lucha contra la quinta desaparición de su ser querido: el olvido y la indiferencia de la sociedad. Es por ello que en su nombre, sus hermanos sembraron un árbol y fijaron una placa en un Bosque de Paz, ubicado en Bogotá. Esa es su manera de resistir a tantos años de silencio y espera.

<< Descargue el informe, “Caquetá: Una autopsia sobre la desaparición forzada” >>

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Bosques de Paz, Desaparición Forzada. Caquetá, Justicia transicional

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