Autor: CNMH

Maestras y maestros de 16 departamentos se reunieron en Nariño

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Publicado

28 Ago 2019


Maestras y maestros de 16 departamentos se reunieron en Nariño

Pasto y Samaniego fueron las sedes del IV Encuentro de la Red de Maestras y Maestros por la Memoria Histórica y la Paz de Colombia. Allí, cerca de cuarenta docentes se reunieron para intercambiar experiencias y conocimientos sobre cómo abordar la memoria histórica en las aulas de clases”.


La Red de Maestras y Maestros por la Memoria Histórica y la Paz de Colombia ratificó su compromiso de seguir trabajando unidos y aprendiendo juntos para que las niñas, niños y jóvenes colombianos en edad escolar reconozcan los hechos y actores del conflicto armado colombiano. Esto sucedió durante el IV encuentro de la Red, realizado en Pasto y Samaniego (Nariño) desde el miércoles 21 hasta el viernes 23 de agosto.

En el acto de apertura, realizado en la Gobernación de Nariño, el actual Secretario de Gobierno Departamental, Mario Viteri, resaltó la importancia de la Red, afirmando “que la escuela es y debe seguir siendo el escenario más pertinente para que las nuevas generaciones conozcan el horror que han tenido que vivir muchos de los territorios, especialmente los rurales, para que entiendan que esto no puede volver a suceder”.

Al Encuentro asistieron maestras y maestros procedentes de instituciones educativas de 16 departamentos, entre ellos Cauca, Arauca, La Guajira, Bolívar, Caquetá, Antioquia, Nariño y Huila. El evento fue liderado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y contó con el apoyo de la Gobernación de Nariño, la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), a través de su programa PROPAZ y el consorcio Ambero.

De acuerdo con Ehivar Enoc Bermúdez, docente procedente de Patía (Cauca), “este Encuentro era fundamental para la Red porque estamos en un momento delicado. Por un lado algunas zonas, especialmente alejadas de los cascos urbanos, vuelven a sentir el peso de la violencia y las escuelas y estudiantes vuelven a sentirse amenazadas por grupos armados, pero además nos hacía falta un espacio de encuentro para compartir experiencias y establecer compromisos que nos permitan seguir trabajando como red”.

María Andrea Rocha, quien lidera el equipo de Pedagogía CNMH, explicó que “este espacio era necesario para seguir afianzando liderazgos y que cada uno de los profesores cuente con herramientas para que al volver a su territorio pueda seguir impulsando el crecimiento de la Red”, y agregó que “la mayor preocupación de los docentes en este momento es cómo lograr que la Red sea autónoma y sostenible en el tiempo”.

En ese sentido, uno de los compromisos y resultados del Encuentro fue precisamente el diseño de planes de trabajo territoriales donde los docentes trazaron una línea de ruta en los que permitirá seguir avanzando. “Todos nos comprometimos a identificar actores estratégicos en cada territorio para hacer posibles los procesos de memoria desde las regiones. La idea es que en el mediano plazo, además de algunos apoyos del CNMH, podamos comenzar a sumar otros aliados para sacar adelante todo lo que nos hemos propuesto”, confirmó el docente de Puerto Berrío (Antioquia), Hugo Alonso Calderón.

Para esto, el Encuentro ofreció actividades y paneles, además de visitas a iniciativas del territorio, donde se presentaron ejemplos que ilustran cómo activar la Red en el nivel territorial y cómo establecer vínculos con actores estratégicos. En este caso, las maestras y maestros tuvieron la oportunidad de mostrar y conocer distintas iniciativas que sus pares han puesto en marcha.

Mario Viteri, Secretario de Gobierno de Nariño, hizo un llamado a todos los docentes y organizaciones territoriales para apoyar a la Red. Según dijo, “Es necesario reconocer nuestra historia para reconstruir a nuestra sociedad desde la resiliencia. Es necesario que los jóvenes conozcan lo que sucedió y lo debatan desde las aulas para que no se repita”.

Mónica Daniela Galeano, quien asistió al Encuentro desde Medellín, concluyó que “Es importante trabajar la memoria histórica desde las aulas porque tanto docentes como estudiantes debemos reconocernos como actores fundamentales de la construcción de paz. Reconocer los lugares, actos y violencias que hemos vivido nos permiten construir relatos comunes que nos lleven la comprensión de que esto no puede volver a pasar”.

Recuerdos desde mi Wayco

Como parte del IV Encuentro de la Red de Maestras y Maestros por la Memoria Histórica y la Paz de Colombia, los docentes hicieron una visita de campo al Museo Escolar Recuerdos de mi Wayco en la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta, de Samaniego, donde estudiantes y docentes trabajan de la mano y de manera interdisciplinar para investigar, preservar y aprender sobre los hechos sucedidos como parte del conflicto armado colombiano.

Según explicó Martha Andrade, docente de ciencias sociales responsable del Museo, “se trata de una iniciativa nacida desde 2016 que busca recuperar la memoria de las víctimas. Los estudiantes reciben formación sobre el contexto del conflicto armado y sobre herramientas como la realización de entrevistas y la investigación, guiones museográficos y realización de videos, y posteriormente salen a campo a trabajar con las víctimas para la elaboración de relatos y piezas que luego se incorporan al Museo”.

“Para mí ha sido importante participar del trabajo en el grupo del Museo porque he aprendido a conocer a mi municipio y su historia; además de mecanismos de empatía que nos ayuden a relacionarnos y emprender acciones en favor de las víctimas y su entorno”, expresó la estudiante de grado 11, Andrea Ramírez.

Según explicó Víctor Ávila, integrante del equipo de pedagogía CNMH y organizador del Encuentro, “este tipo de espacios son importantes porque los docentes se llevan una idea clara de acciones que pueden emprender en sus territorios. Es un ejercicio que les ayuda a inspirarse desde el ejemplo”.

Por su parte, la profesora Marcela Peña, de Isnos (Huila), concluyó que conocer estas iniciativas es la esencia de la Red: observar y ver lo que hacen los otros es una forma de recargamos de energías positivas y llevarnos nuevas propuestas para nuestros territorios y, sobre todo, para nuestros estudiantes”.

 


Conflicto Armado, Darío Acevedo, Docentes, Escuelas, Maestras, Maestros, Memoria Histórica, Nariño

“Sin Tiempo para Olvidar”, la iniciativa que visibiliza a las personas mayores

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Juan Pablo Esterilla

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Juan Pablo Esterilla

Publicado

28 Ago 2019


“Sin Tiempo para Olvidar”, la iniciativa que visibiliza a las personas mayores

  • En el marco de la celebración internacional del mes por el reconocimiento de los derechos humanos de las personas mayores, el Centro Nacional de Memoria Histórica presentó el sitio web de Sin Tiempo para Olvidar, Memorias y Derechos de las Personas Mayores Víctimas del Conflicto Armado Colombiano en Barrancabermeja, una iniciativa de reconstrucción de memoria histórica liderada por la organización CORPOIDES en el departamento de Santander.
  • En ella, 24 personas mayores que residen en este municipio de Santander, describen hechos y contextos relacionados al conflicto, el mismo el cual han vivido en carne propia.
  • El cd de Sin Tiempo para Olvidar y su sitio web son los productos finales de esta iniciativa acompañada por el Enfoque Diferencial de Personas Mayores del CNMH. Los videoclips con sus respectivos perfiles, fotos y radiohistorias surgieron tras meses de jornadas de encuentro y entrevistas durante el 2018.

El público presente en la Cinemateca Distrital de Bogotá conoció este lunes 26 de agosto, las historias de doña Cleo, Eloisa Niño, Melida Silva, Wilson Suárez y Esterio Sarabia. Sus relatos, captados en pequeños cortos audiovisuales, son la muestra de que un grupo significativo de las personas mayores en Colombia, están teniendo una vejez y proceso de envejecimiento doloroso por culpa de diferentes manifestaciones de la violencia.

Según cifras del Registro Único de Víctimas, con corte reciente de junio, por lo menos 746.000, -el 8% del total de víctimas del conflicto armado- han sido personas mayores de 60 años. De estas personas, cerca del 70% ha sido víctima de desplazamiento forzado.

Y es que, durante el espacio, el cual contó con la presencia de Marlon Acuña, líder del Enfoque Diferencial de Personas Mayores del CNMH, y Paul Álzate, coordinador y realizador audiovisual de esta iniciativa de memoria histórica, recordaron la urgencia de garantizar que los relatos de estas personas mayores víctimas del conflicto armado en Colombia sean conocidos por las próximas generaciones.

  • “Ellos son la única fuente que nos pueden proveer ese conocimiento de lo que se vivía décadas atrás, su legado es muy importante”, Marlon Acuña. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

  • La reconstrucción del tejido social, los diálogos intergeneracionales y la construcción de paz son solicitudes expresadas por las personas mayores en Colombia. – Fotografía: Juan Pablo Esterilla/CNMH

Uno de los puntos en los que giró en torno el conversatorio, fue el proceso de metodología que debió seguirse para poder desarrollar un producto con unas piezas con un tiempo límite de duración.

“Ese fue un reto y aprendizaje muy bonito. Las personas mayores tienen mucho que contar, han vivido mucho y cuando les preguntábamos por el conflicto nos decían -qué tanto quiere que nos devolvamos en el tiempo ¿hasta los 40s?”, comentó Acuña.

Adicionalmente, se discutió sobre las dinámicas a las que se están enfrentando las personas mayores víctimas del conflicto armado en Colombia. Estas van desde la incertidumbre sobre el paradero de un familiar desaparecido hasta la inseguridad, frustración y miedo que genera un presente sin estabilidad económica y en el que con cierta frecuencia son excluidos.

Para Álzate, sufrir la violencia teniendo 60 años o más, implica una afectación mayor. “Si asesinan a la persona que les ayuda económicamente, aparece el abandono y si quien fallece es su pareja, la depresión también se presenta con facilidad”, agregó.

El espacio sirvió también para destacar los roles que las personas mayores han venido desempeñando para reconstruir no solo sus familias, sino también sus comunidades. A la función de ser los cuidadores de sus nietos, por ejemplo, se les suma las de crear espacios para contar historias, compartir con la comunidad, hacer incidencia y volverse gestoras de paz o memoria.

Los invitamos entonces a conocer Sin Tiempo para Olvidar, un sitio web cuyas voces reflejan las consecuencias de la violencia, así como los recursos para hacerle frente a la guerra durante su experiencia acumulada de vida.

 


Barrancabermeja, Desplazamiento, Memoria, Personas Mayores, Vejez, Violencia

Unidos contra la desaparición forzada

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Ángela María Forigua

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Ángela María Forigua

Publicado

29 Ago 2019


Unidos contra la desaparición forzada

El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. En el marco de esta fecha el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) realizará un conversatorio de sensibilización y un acto simbólico en Marsella (Risaralda), para hablar sobre esta atroz forma de violencia en el marco del conflicto armado del país.


Navegar el río Cauca desde el norte del departamento del Valle del Cauca al sur de Risaralda es descubrir las historias de cientos de personas que fueron arrojadas en sus aguas, muchas como forma de silenciamiento dentro de la guerra. Sucede en Marsella (Risaralda), municipio donde está uno de los cementerios con más personas no identificadas en Colombia. 

Y es que en este camposanto, a 2012, de los 482 cuerpos que se encontraban en este camposanto como N.N., el Instituto Nacional de Medicina Legal había logrado identificar 155, una labor admirable dentro las adversidades que existen en el país para desarrollar este trabajo, no solo por la falta de equipos, presupuesto y personal, sino porque en muchos lugares del país la presencia de grupos armados ilegales dificulta o impide aún más esta labor.

La de Marsella es reflejo de una problemática que como la de la desaparición forzada data de tiempo atrás y se extiende por varios territorios de Colombia. Según el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH, los grupos paramilitares fueron responsables del 32.66% de los casos registrados entre 1970 y el 2018 (un total de 26.284); las guerrillas, del 12,97% (10.441); los grupos posdesmovilización, del 3,15% (2.541) y los agentes del Estado, del 2.98% (2.401).

A este mapa debemos agregar las versiones de las diversas personas de los grupos armados, legales e ilegales, que con sus testimonios ayudan en la ubicación de zonas donde las víctimas eran enterradas o abandonadas, lugares del horror que hoy llaman al encuentro y la búsqueda solidaria. 

Esta forma de violencia ha reproducido el horror permanente de la guerra que se afianza con el sufrimiento extendido, que no encuentra sosiego hasta saber qué pasó con su ser querido, una realidad que nos convoca a seguir trabajando hasta encontrarlos, como reza el lema de todas las organizaciones de víctimas que luchan contra de la desaparición forzada. 

Para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, el Centro Nacional de Memoria Histórica realizará desde el jueves 29 de agosto, a partir de las 2:00 p.m., un homenaje a todos los colombianos que han sufrido por este flagelo. A las 7:00 p.m., en Marsella se llevará a cabo una velatón, que irá desde el Cementerio Municipal Jesús María Estrada hasta la Casa de la Cultura, en honor a los cuerpos que han sido rescatados del río Cauca y que fueron enterrados allí. 

El siguiente día, 30 de agosto, se exaltará el trabajo de la comunidad de la vereda Beltrán entorno al esclarecimiento, con un evento simbólico desde las 9:00 a.m. 

Unidos contra la desaparición forzada

Lugar: Marsella, Risaralda
Día 01: 29 de agosto

Conversatorio de sensibilización y conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas en el municipio
Hora: 2:00 p.m.
Evento cerrado

Velatón
Desde el Cementerio Municipal Jesús María Estrada hasta la Casa de la Cultura, en honor a los cuerpos que han sido rescatados del río Cauca y enterrados en Marsella.
Hora: 6:30 p.m. 
Lugar: Cementerio Municipal Jesús María Estrada


Día 02: 30 de agosto

Conmemoración en Beltrán, Risaralda, por las víctimas de desaparición forzada y exaltar el trabajo de la comunidad de la vereda Beltrán entorno al esclarecimiento de este hecho victimizante
Hora: 9:00 a.m.
Lugar: Beltrán, Risaralda


Más información:

Ángela María Forigua
angela.forigua@cnmh.gov.co

 


Conmemoración, Desaparición Forzada, Marsella

El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Museo de la Memoria fueron creados por la Ley de Víctimas 1448 de 2011, expedida por el Congreso de la República

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Juan Sebastián Sanabria

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Juan Sebastián Sanabria

Publicado

29 Ago 2019


El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Museo de la Memoria fueron creados por la Ley de Víctimas 1448 de 2011, expedida por el Congreso de la República

Esta ley fue reglamentada por el Presidente de la República, a través del decreto 4803 de 2011. Ambas disposiciones en las que se apoyan nuestros proyectos y acciones misionales se refieren con claridad a la recuperación, preservación y divulgación de las memorias de las víctimas del conflicto armado interno. 

El Congreso de la República, por medio de la ley 1979 del 25 de julio del 2019, estipula en sus artículo 9° que “el CNMH… dispondrá de un espacio físico de museo de memoria destinado a exponer al público las historias de vida de las víctimas de la fuerza pública, exaltando particularmente sus acciones valerosas, sus sacrificios y contribución al bienestar familiar”

A este respecto, la Dirección general del CNMH, comprometida siempre con el cumplimiento de leyes y decretos, manifiesta que son las autoridades legalmente establecidas las que se deben pronunciar sobre la coherencia o colisión entre varias disposiciones sobre un mismo asunto.

 


Centro Nacional de Memoria Histórica, Darío Acevedo Carmona, Museo de Memoria de Colombia

Los museos y las universidades nunca olvidamos a los desaparecidos

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CNMH

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CNMH

Publicado

29 Ago 2019


Los museos y las universidades nunca olvidamos a los desaparecidos

19 universidades y museos de todo el país se unen a la campaña del Museo de Memoria de Colombia para honrar la memoria de los 83 mil desaparecidos, víctimas del conflicto armado.


En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada,  Museo de Memoria de Colombia, del Centro Nacional de Memoria Histórica, lidera una campaña junto a 19 museos y universidades de todo el país para reafirmar el compromiso con la memoria de las más de 83 mil víctimas de este delito que ha dejado el conflicto armado.

Esta semana, algunas de las principales instituciones culturales y académicas de Bogotá, Medellín, Cali, Barrancabermeja, Florencia, Buenaventura, Barranquilla, Villavicencio, Cartagena y Tumaco exhiben pendones en las fachadas de sus sedes que recuerdan la magnitud de la desaparición forzada en el país y hacen énfasis en que cada víctima es una persona con una historia y una familia.

La visibilización y el acto conmemorativo incluye una serie de actividades académicas, ejercicios de reflexión con las comunidades y una estrategia conjunta en redes sociales que busca sensibilizar a la ciudadanía, aportar a un mayor conocimiento sobre la problemática y generar empatía con las personas que han sufrido y sufren por este flagelo.

Desde el Centro Nacional de Memoria Histórica seguiremos contribuyendo a la investigación de las causas e impactos. Así lo hemos hecho con investigaciones como “Hasta encontrarlos; “El drama de la desaparición forzada en Colombia”, “Memoria de la infamia. “Desaparición forzada en el Magdalena Medio”, “Caquetá. Una autopsia sobre la desaparición forzada”, “Desaparición Forzada. Balance de la contribución del CNMH al esclarecimiento histórico”, entre otros.

¿Por qué los museos y universidades nunca debemos olvidar a los desaparecidos? Los invitamos a reflexionar y comentar en nuestras redes sociales con la etiqueta #DesapariciónForzada.

Aliados:

Barrancabermeja:
Organización Femenina Popular

Barranquilla:
Universidad del Norte

Bogotá:
Museo de Arte Moderno de Bogotá
Museo de Memoria de Colombia
Museo Nacional
Universidad de los Andes
Universidad Distrital
Universidad Externado de Colombia
Universidad Nacional

Buenaventura:
Casa Taller Buenaventura

Cali:
Pontificia Universidad Javeriana

Cartagena:
Museo de Arte Moderno de Cartagena

Florencia:
Museo de Caquetá

Medellín:
Museo de Antioquia
Universidad EAFIT
Museo de Arte Moderno de Medellín
Museo Universitario de la Universidad de Antioquia

Tumaco:
Casa de la Memoria de Tumaco

Villavicencio:
Teatro la Vorágine

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    Casa de la Memoria y los Derechos Humanos de las Mujeres (Barrancabermeja)

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    Universidad Distrital (Bogotá)

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    Casa de la Memoria de Tumaco

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    Museo Nacional (Bogotá)

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    Teatro La Vorágine de Villavicencio

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    Museo de Arte Moderno de Bogotá

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    Universidad EAFIT (Medellín)

  •  

     

     

     

     

     

    Universidad Javeriana (Cali)

Publicado en Noticias CNMH



Desaparecidos, Desaparición Forzada, Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, Museos, Universidades

La memoria, un lugar de encuentro y reflexión‬‬‬‬‬ en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín

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Autor

Juan Sebastián Sanabria

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Juan Sebastián Sanabria

Publicado

02 Sep 2019


La memoria, un lugar de encuentro y reflexión‬‬‬‬‬ en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín

El Centro Nacional de Memoria Histórica y el Museo Casa de la Memoria presentan su programación artística, cultural y académica para la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, entre el 6 y el 15 de septiembre.


El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y el Museo Casa de la Memoria participarán en la 13ª edición de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que estará en el Jardín Botánico entre el 6 y 15 de septiembre. La memoria, un lugar de encuentro y reflexión es el eje que articula la programación este año.

Desde el 2015, el CNMH y el Museo Casa de la Memoria han compartido una agenda académica y cultural de memoria histórica con diversos actores y escenarios para visibilizar los procesos, los avances de las investigaciones y las iniciativas de las organizaciones de víctimas.

La Fiesta del Libro invita este año, con el tema de “Expedicionarios”, a “mantener el asombro, agudizar los sentidos y abrir la mente y corazón a cada experiencia”. En sintonía con lo anterior, el CNMH y el Museo Casa de la Memoria buscan motivar en los asistentes una reflexión sobre el conflicto armado, comprendiendo que la verdad sobre este no es absoluta, y que es necesario poner en diálogo actores, experiencias y miradas distintas.

Las víctimas, que son la razón de ser del CNMH, serán las protagonistas del stand y de la programación que tendrá lugar en él. La conversación girará alrededor de sus experiencias en el conflicto armado y de las iniciativas de resiliencia que agencian desde sus territorios, transformando sus proyectos personales y comunitarios para exigir verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Estas son algunas de las preguntas que guiarán los conversatorios de la agenda:

  • ¿Cómo hemos hecho memoria de las dictaduras y conflictos armados en Latinoamérica?
  • ¿Qué está pasando en los territorios indígenas? 
  • ¿Qué sabemos del fenómeno paramilitar en Colombia? 
  • ¿Cómo hacer memoria con víctimas de violencia sexual? 
  • ¿Cómo construimos memoria desde la diversidad?
  • ¿Cuál es la verdad del Bloque Mineros de las AUC?
  • ¿Cómo narrar las memorias para el recuerdo y la posteridad? 
  • ¿Cómo entendemos el Derecho Internacional Humanitario en el conflicto armado colombiano?

La programación cerrará con una conversación especial el domingo 15 de septiembre, de 1:00 p.m. a 3:00 p.m., en el Auditorio del Parque Explora.  Allí participarán el director del CNMH, Darío Acevedo, el comisionado de la verdad Saúl Franco y la directora del Museo Casa de la Memoria, Cathalina Sánchez, quienes conversaran con la periodista Ana Cristina Restrepo sobre la urgencia de hacer memoria de la violencia que ha vivido el país, los límites entre la memoria y la verdad, y la forma en que este trabajo dignifica a las víctimas.

Descargue la programación completa

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Centro Nacional de Memoria Histórica, Expedicionarios, Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, Memoria, Verdad

“Continuaremos trabajando con todas las víctimas que ha dejado el conflicto armado”

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Alex Castellanos

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Alex Castellanos

Publicado

05 Sep 2019


“Continuaremos trabajando con todas las víctimas que ha dejado el conflicto armado”

Giovana Pérez Zapata, la nueva directora de Construcción de la Memoria, una de las líneas de trabajo en las que se divide el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), es comunicadora social y administradora de negocios. Nació en Medellín, Antioquia, y cuenta con un vasto recorrido en trabajos de construcción de paz y derechos humanos. En una entrevista profundizó sobre los desafíos que tiene la dirección a su cargo y los procesos que se vienen desarrollando dentro de la institución.


¿Qué significa para usted este nuevo reto profesional, ser nombrada como directora de Construcción de Memoria del CNMH?

Trabajar en procesos de memoria y de atención a víctimas requiere de quiénes nos dedicamos a ello una decisión personal que va más allá del ámbito profesional o laboral, ya que en definitiva la mayoría de personas que trabajamos en estos temas lo hacemos por vocación y porque creemos que desde nuestro quehacer podemos aportar a procesos de transformación social. En este sentido, asumir la dirección de Construcción de Memoria del CNMH, implica un compromiso aún mayor con el país y con los procesos de Memoria.

Asumir la responsabilidad de liderar el equipo que desde el Centro se encarga de realizar las investigaciones a través de las cuales se reconstruye la historia del conflicto armado; apoyar y visibilizar diferentes Iniciativas de Memoria provenientes de personas o colectivos que vienen trabajando ampliamente en ello; y apoyar con procesos de memoria, a través de la Estrategia de Reparaciones, a víctimas del conflicto armado; implica no sólo poner al servicio del CNMH y del país todos los conocimientos y experiencia profesional acumulada, sino además tener la capacidad de leer el contexto actual y hacer los ajustes necesarios para continuar cumpliendo con nuestro mandato misional en la coyuntura actual.

¿En qué se va a enfocar la misión de la dirección de Construcción de la Memoria en estos años que vienen?

Es necesario partir del momento en que se encuentra el Centro. Estamos a dos años de que se termine la vigencia inicial de la Ley 1448 -Ley de Víctimas y restitución de Tierras-, ley a partir de la cual se creó el CNMH. Con ello me refiero a que si bien, de manera personal creo que la ley se va a prorrogar, es muy posible que esta prórroga no se haga exactamente en los mismos términos en que se encuentra la ley ahora. Creo que habrá un proceso de revisión, análisis y ajuste no sólo de las medidas consideradas en la ley, sino además de la institucionalidad creada para dar respuesta a dicha ley.

En este sentido, pase lo que pase en junio de 2021, sí considero que en Centro y en especial la Dirección de Construcción de la Memoria Histórica (DCMH) se debe centrar en esta fecha como un punto clave de lo desarrollado durante los 10 años de creación del Centro. Así el foco será continuar desarrollando los procesos que nos competen por mandato misional, al tiempo que se realizan procesos de revisión, sistematización y análisis internos que nos permitan tener un balance claro de lo llevado a cabo durante todo este tiempo.

¿Cómo y quiénes van a construir en esa misión?

En el momento la DCMH tiene un equipo humano conocedor de su trabajo y con amplia experiencia en sus respectivos procesos, ellos son los principales aliados a la hora de llevar a cabo los retos por venir; igualmente existen unos procesos de articulación claves al interior del Centro con las otras direcciones, que son fundamentales para nosotros, obviamente bajo los lineamientos dictados por nuestro director General Darío Acevedo.

Ahora, es claro que la DCMH así como el Centro en general fue creado por y para dar respuesta a unas necesidades en materia de memoria histórica que tiene el país y de manera específica las más de 8 millones de víctimas que hay en Colombia, por ello, son ellas con quiénes se continuará trabajando, así como las diferentes instituciones públicas y privadas que tengan interés en realizar procesos de memoria plurales, diversos e incluyentes.

¿Qué historias se van a relatar en la DCMH?

No sólo desde la DCMH sino desde el Centro queremos relatar las historias de hombres y mujeres que si bien han sufrido el conflicto armado de este país con todos los horrores que ello ha conllevado, en ellas queremos resaltar sobretodo, la dimensión humana de estas personas y las capacidades y posibilidades que han tenido las víctimas de este país de sobreponerse, de ser resilientes y de salir adelante, de generar procesos sociales y de generar aportes para la construcción de país.

¿Qué ha pasado con el trabajo de la anterior administración?

El trabajo de la administración anterior es y seguirá siendo un insumo fundamental para lo que falta por desarrollar desde la DCMH hacia el futuro. Las investigaciones que estaban en curso, así como los procesos de apoyo a Iniciativas de Memoria y la Estrategia de Reparaciones, se continúan llevando a cabo, ningún proceso que estuviera en curso se ha parado, todo lo contrario, continuamos trabajando para terminar investigaciones como el “Basta Ya Montes de María”; en noviembre haremos el lanzamiento del “Informe Nacional de Pueblos Indígenas”, por mencionar sólo dos trabajos iniciados por la administración anterior y los que continuamos desarrollando, igualmente continuamos realizado divulgación y entrega del material desarrollado anteriormente.

Es importante aclarar que si bien las perspectivas de trabajo y los enfoques de la administración anterior y esta puedan ser distintos, ello no implica ni partir de cero ni desconocer o descalificar el trabajo anteriormente realizado, todo lo contrario, somos conscientes del largo camino recorrido por la DCMH a partir de ello y de las experiencias anteriores. Estamos haciendo análisis y ajustes que nos permitan continuar cumpliendo con nuestro mandato misional y legal.

En esta travesía contra el olvido, ¿qué ganamos como país con la construcción de memoria?

Bien es sabido que la memoria tiene muchos usos, sin embargo desde mi perspectiva, la construcción de memoria se nos vuelve fundamental como sociedad en la medida que nos permite reconocernos a nosotros mismos, a través del reconocimiento del otro y de la comprensión de que esto que está pasado no nos puede seguir pasando y que por tanto es necesario tomar acciones de manera conjunta.

¿Cómo construir memorias que no sean vengativas y que aporten al esclarecimiento y la reconciliación?

La memoria tiene muchos usos, sin embargo la manera en que contamos esas memorias, los relatos que priorizamos hace la diferencia. Desde el Centro las memorias buscan aportar al esclarecimiento y situarse desde el lugar de quiénes vivieron los hechos para resaltar el lugar de las víctimas, aquí no buscamos hacer señalamientos ni generar mayores divisiones ni odios, buscamos desde nuestros relatos que nos encontremos en nuestro lado humano y que nos permitamos reflexionar de manera individual y colectiva para buscar salida a este conflicto.

¿Qué implica construir memoria en la actual coyuntura del país?

En la coyuntura actual del país la labor de construir memoria cobra aún más relevancia, toda vez que nos permite tener más elementos de análisis para entender una realidad compleja e intrincada en la que hay más zonas grises que blancas o negras. Con los procesos de construcción de memoria no buscamos crear un relato único y oficial, sino por el contrario tener una pluralidad de voces, relatos y miradas que nos permitan una exploración más profunda y reconocimiento de nosotros mismos como sociedad y como país.

¿Cómo construir la memoria de los excombatientes? ¿Cómo se va a construir la memoria de las Farc a partir del acuerdo? ¿O ese es trabajo de la Comisión de la Verdad?

Podría decirse que en el país, en procesos de construcción de memoria como aporte a los derechos a la verdad y a la reparación integral de las víctimas en el marco de procesos de Justicia Transicional, tenemos dos grandes conjuntos institucionales: de un lado la institucionalidad derivada de la Ley 1448 de 2011 –Ley de Víctimas y Restitución de Tierras- conocida como el Sistema Nacional de Atención Y Reparación Integral a Víctimas, del cual hace parte el CNMH, y de otro lado el Sistema Integral de Verdad, Justicia Reparación y No Repetición, derivado del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, del que hacen parte la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, Convivencia y la No Repetición; Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado; y  la Jurisdicción Especial para la Paz.

Ahora, cada una de las instituciones que hacen parte de los diferentes sistemas, tienen sus propios objetivos misionales, estructuras, metodologías y enfoques entre otros; sin embargo todas estas instituciones somos complementarias por lo que ahora el reto tiene más que ver con cómo nos apoyamos y generamos procesos de intercambio de información que redunden en beneficios y eficiencias institucionales para el país.

En ese sentido, ¿puede existir confrontación de verdades o de Memorias?

Claro que sí, hablar de memorias es hablar de perspectivas, puntos de vista, subjetividades, es entender que no existe un relato único, ni una historia oficial ni unificada. A eso nos enfrentamos cuando nos adentramos en el terreno de la memoria o de las memorias, aquí es importante hacer una distinción entre verdad judicial o administrativa que busca esclarecer condiciones de tiempo, modo y lugar; y procesos de memoria donde se busca relatar cómo esas personas vivieron esas condiciones objetivas.

 


Comisión de la Verdad, Construcción de la Memoria Histórica, Darío Acevedo, Giovana Pérez, Justicia transicional, Ley de Víctimas

Editorial: Palabras sobre convenio Colciencias – CNMH

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Autor

Daniel Sarmiento

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Daniel Sarmiento

Publicado

04 Sep 2019


Editorial: Palabras sobre convenio Colciencias – CNMH

En nombre del CNMH presento un cordial saludo a…… y a todos los presentes que nos honran con su presencia.

Antes de referirme al contenido e importancia del convenio que presentamos ante la opinión pública quiero dedicar unos minutos a un problema que interesa a la sociedad colombiana y del que se derivan, en medio de grandes equívocos, muchos desacuerdos, expectativas razonables o infundadas, inquietudes a granel y hasta miedos. Se trata del tema de la verdad histórica sobre el llamado conflicto armado interno que ha afectado el país desde hace más de cinco décadas.

Un tema sobre el que ha brillado más el debate político e ideológico que la controversia y la discusión académica y científica. Quizás algunos de ustedes piensen que tienen claridad frente al tema, que la verdad es algo que existe previamente a la actividad investigativa, que lo que hace falta es averiguar dónde está, descubrirla y hacerla visible.

Me ubico en el campo de los que miramos el problema con más inquietudes que certidumbres, de los que nos hacemos preguntas como ¿qué es, en qué consiste y cómo se alcanza la verdad? Y en aras de simplificar pienso que a diferencia de la vivencia religiosa en el que la verdad es un dogma incuestionable, una creencia esencial, y del uso político de la noción que da lugar p.e. a crear la ilusión de que la verdad nos hace libres, hay que acotar el terreno a dos tipos de verdad que están más al alcance, no obstante su naturaleza diversa, de llegar a conclusiones corroborables o constatables: la verdad jurídica y la verdad interpretativa.

La primera nos remite a la constatación de hechos verificables, individualizables, en los que es factible establecer la certeza de hecho o acontecimiento anormal y que este tuvo lugar en un determinado momento, lugar, modalidad y tiempo que, a través de la investigación penal, forense, etc., da elementos a un juez o jurado para determinar la culpabilidad o la inocencia de alguien. La naturaleza de esta verdad es que tiende a cerrar el campo a la especulación, a buscar un cierre en cuanto no da lugar a grandes especulaciones o controversias de corte científico. Rehacer lo factual, es decir, lo ocurrido, lo más cerca posible a como en realidad ocurrió y concretar responsabilidades individuales está en el centro del interés de la justicia.

La verdad interpretativa es hija de las nociones y las instituciones propias del mundo científico, es aquella que es fruto de ejercicios de investigación que se proyecta más allá de la realidad factual sin despreciar los hechos constitutivos de un fenómeno o situación sobre la cual se interviene con el fin de hacerlo inteligible. Por lo mismo, no asume la verdad como algo que subyace en el hecho o en lo fáctico sino que considera esos hechos como ingrediente de la ensaladera de objetos que han de ser tenidos en cuenta en el análisis o estudio. Es decir, la verdad es el fruto de una construcción en el marco de un proceso de intervención intelectual en el que se parte del planteamiento de sombras, dudas e inquietudes para formular hipótesis que han de ser abordadas por estudiosos calificados y reconocidos.

La verdad histórica de corte interpretativo no es algo así como un tesoro escondido o un secreto por descubrir, es ajena al mundo de las creencias, al de la fe, al de las opiniones librescas, al dogma preestablecido, a las visiones de cierre que dan por resuelto toda inquietud, pregunta o debate.

La verdad histórica en sentido moderno, profesional y disciplinalmente, consiste en el estudio sistemático de un problema o fenómeno teniendo en cuenta un amplio universo de diversas fuentes de información, de hechos, de tiempos, sustentada en búsqueda de archivos, en lecturas de coetáneos testigos privilegiados de su tiempo, en balances de lo que se ha publicado, en principios establecidos por comunidades académicas reconocidas, en metodologías de amplio uso, desde las cuales el investigador individual o en equipo logra llegar a conclusiones que tienen la naturaleza de ser abiertas a la consideración y evaluación por pares partícipes de esas comunidades.

De modo que la verdad en este sentido no es pues algo definitivo, sino que se entiende como un conocimiento acumulado desde el esfuerzo de los investigadores profesionales. Que el producto quede abierto a la constatación y que pueda ser contrastable no va en detrimento de la creación de certezas colectivas, de puntos de inflexión que constituyen el acervo de cada disciplina, algo así como axiomas derivados de consensos amplios después de haber experimentado en la metodología de ensayo y error.

Sobre esta noción de verdad histórica interpretativa podríamos extendernos mucho más, y es deseable que esto ocurra en el mundo académico no tanto para llegar a una definición satisfactoria y unánime sobre la verdad, más sí para evitar caer en visiones prejuiciadas o en equívocos que conducen a falseamientos con graves consecuencias.

Pero, debo al menos justificar el porqué de unas cuantas de las muchas divagaciones que se me ocurren en relación con el reto misional que nos señala la ley 1448 de víctimas. Por dicha ley y por los debates políticos cubiertos con gran despliegue por los medios, los colombianos están expectantes y esperanzados con la búsqueda de la verdad sobre lo que nos ocurrió durante el conflicto armado que, supuestamente concluyó, según el expresidente Juan Manuel Santos con el acuerdo de paz que firmó con la guerrilla de las Farc.

De ahí nació una nueva entidad, la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, ya en marcha y dirigida por el sacerdote jesuíta Francisco de Roux. Esfuerzos diversos de entidades e instituciones que trabajan sobre un tema común desde lenguajes y enfoques que no convergen o no se identifican. De todo este enredo lo que me queda claro es que no tenemos claridad acerca de lo que estamos tratando de establecer, construir o descubrir.

Pretenderé entonces explicar, muy sucintamente, qué es lo que desde el CNMH entidad que dirijo y en alianza con Colciencias, nos proponemos hacer bajo la sombra de este convenio que hoy presentamos.

Es, digámoslo así, la primera fase de una idea que rondaba en mis pensamientos desde antes de asumir el cargo, construir con Colciencias, el ente encargado de modelar, dirigir y estimular la investigación científica en Colombia desde hace décadas, un convenio a través del cual se pueda convocar a los miembros de la comunidad académica para que aporten sus estudios y proyectos a que exista un mayor y más variado universo de conocimientos sobre el llamado conflicto armado interno y por ende a una mejor comprensión de lo ocurrido.

Esa aspiración parte de reconocer que el esfuerzo del equipo de dirección del CNMH es insuficiente para ser tenido visto como el autor de la verdad hallada o al fin revelada. Las investigaciones que se tradujeron en resonantes publicaciones como el Basta Ya, título más apropiado para la experiencia de confrontación armada en el marco de dictaduras y de políticas oficiales de terror y exterminio, fueron adelantadas por un pequeño grupo de intelectuales que no representan el amplio espectro de investigadores nacionales.

A los investigadores que no fueron convocados ni tenidos en cuenta es a los que hoy empezaremos a convocar para que participen de la convocatoria que iniciaremos dentro de pocos días. Y entonces queremos responder a la pregunta natural por el qué es lo que buscamos con este convenio en el que el CNMH aporta 5.600 millones de pesos, Colciencias su plataforma y su experticia, además de la vinculación de jóvenes investigadores.  Ahí tienen ustedes un primer acierto, desligar la investigación como responsabilidad de una entidad que no tenía ni tiene el músculo ni la preparación ni el dominio de las herramientas para impulsar la investigación en términos acordes con las exigencias del mundo académico, y optar por una alianza con quien sí sabe de ello, Colciencias.

En segundo lugar, las investigaciones que se desarrollen en este contexto tendrán una transparencia a toda prueba porque la plataforma de conciencia es prenda de garantía de no intervención de intereses ideológicos, políticos o religiosos en la selección y desarrollo de los proyectos. En tercer lugar, habrá reales garantías para que los resultados de esas investigaciones gocen de credibilidad y sean reconocidas por los pares respectivos. En cuarto lugar, daremos lugar a una atmósfera de apertura del problema y a que se entienda que el tema de la memoria histórica y de la verdad interpretativa o conocimiento científico no está resuelto y que quizás, tal como ha ocurrido con numerosos eventos del pasado de la humanidad, la controversia y las dudas nos persigan por muchísimos años.

Queremos actuar con responsabilidad sin eludir la misión que no es otra que la de contribuir al esclarecimiento y a la comprensión de lo vivido, y pienso que el camino por el que hemos optado, singularizado en este convenio, es el más acertado y el que más confianza nos puede proporcionar.

El gran tema que ilumina este convenio marco es el relativo al impulso de la investigación sobre el conflicto armado y su relación con las memorias de las víctimas y otros problemas y fenómenos derivados y conectados con las violencias políticas como el narcotráfico, la evolución del estado, la afectación de la economía, los derechos humanos y el DIH, los daños al medio ambiente, etc. Financiaremos 15 proyectos entre los grupos de investigación reconocidos y clasificados por Colciencias adscritos todas las universidades públicas y privadas, así como a los centros de investigación independientes.

Cabe aclarar por parte del CNMH que no renunciamos a realizar convenios con universidades, centros de investigación y grupos de investigación reconocidos sobre problemas similares de carácter comprehensivo y que reconocemos que otras entidades, públicas y privadas avancen por sus propios medios en el estudio sistemático de problemas relativos al conflicto armado y a las violencias políticas.

Hay quienes miran el país con interés y deseos de cooperación desde afuera y también los colombianos que esperan tener a la mano mejores herramientas para comprender los problemas del pasado inmediato, y para responder a esas expectativas, nosotros, Colciencias y el CNMH convocamos a los grupos de investigación del área de las ciencias sociales y humanas para que participen de esta convocatoria.

Muchas gracias.

Rubén Darío Acevedo Carmona
Bogotá, D.C. 27 de agosto de 2019

 


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Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

Noticia

Autor

Silsa Arias

Fotografía

Silsa Arias

Publicado

05 Sep 2019


Esneda Saavedra, la única gobernadora de los seis resguardos Yukpa de la Serranía del Perijá

Hablamos con Esneda Saavedra Restrepo, lideresa Yupka y única mujer que es cabilda gobernadora de uno de los seis resguardos indígenas de este pueblo establecido en la Serranía del Perijá, Cesar. La Ley de Origen, las luchas y resistencias por el territorio, las violencias y la paz, fueron algunos de los puntos que desarrolló.


* La historia de Esneda Saavedra y el Pueblo Yukpa hacen parte del Informe Nacional de Memoria Histórica de los Pueblos Indígenas en Colombia. La publicación es un trabajo entre la Organización Nacional Indígena de Colombia y el Centro Nacional de Memoria Histórica.

¿Cuál es la memoria viva del pueblo Yukpa?

Para nosotros la memoria del pueblo Yukpa son todas estas historias que nos hacen ser lo que somos. Las historias de otros pueblos son escritas, las nuestras las tenemos en nuestra memoria; como las historias de nuestras lenguas, nuestra cultura, la historia de nuestra espiritualidad, incluso la historia de cada artesanía. Para nosotros esas son las memorias. Otras son las de los sitios sagrados donde se rinden homenajes o donde hacemos nuestros rituales que tienen más de dos mil años y que son sitios que ahorita están todavía en manos de colonos, pero que ya hemos recuperado la mayor parte.

¿Qué rol ocupan las mujeres del pueblo Yukpa?

Las mujeres tenemos el carácter, hablamos fuerte, como se dice en la Costa, sin tener pelos en la lengua. No nos da miedo enfrentar situaciones siempre y cuando sea por el bien de nuestro pueblo. La mujer es la persona que ayuda a buscar la paz, a buscar la armonía; es la mujer la que lleva ese sentido. Así pues, los hombres con sus flechas y nosotras con la palabra, logramos sacar a la guerrilla de nuestro territorio, sacamos el paramilitarismo de nuestro territorio, y por eso hoy no estamos tan afectados por los grupos armados. Los Yukpas decíamos, o decimos, mejor: “si el paramilitarismo tiene un carácter, el pueblo Yukpa tiene un carácter más fuerte que ellos’, ‘si la guerrilla tiene un carácter fuerte, nosotros también lo tenemos”.

¿Cuándo llegaron los grupos armados a sus territorios?

Bueno ¿cuándo empezaron a llegar los grupos armados a nuestro territorio? Con la colonización, después de la colonización llegó la bonanza marimbera, detrás de la bonanza marimbera llegaron los grupos armados y el narcotráfico. Respecto a los grupos armados primero llegaron las FARC, después llegó el ELN y después llegó el paramilitarismo. Quisieron reclutar jóvenes, pero nuestras autoridades tampoco dejaron, nos llevamos a los jóvenes a realizar trabajos tradicionales y  sacamos a la guerrilla de nuestro territorio.

¿Cómo han logrado sobrevivir?

Hemos tenido violencias dentro de nuestro territorio desde hace quinientos años con la colonización. Aún un pueblo guerrero como lo es el nuestro, sufrió el despojo territorial. Cuando nuestros ancestros se dieron cuenta de eso, con esa resistencia, la de las flechas como símbolo de guerreros, fue con lo que se defendió a nuestro territorio.

Fuimos despojados de la parte plana y eso fue una historia muy triste porque nos quitaron lo que hoy son los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz. Nosotros veníamos colindando con el pueblo Ette Enaka y los cuatro pueblos de la Serranía de la Sierra Nevada de Santa Marta, el pueblo Arhuaco, Kankuamo, Kogui y Wiwa.

Por la Ley de Origen -desde la creación-, nuestro Dios Aponto nos ubicó de esa manera, en la Serranía. Es ahí donde está nuestra historia, nuestra existencia, nuestra vida como pueblo Yukpa, la historia del pueblo Yukpa está en la Serranía del Perijá y por eso nos sentimos amos de ella. Hemos venido defendiendos de la colonización a nuestro territorio y creo que es esa la resistencia, esa fuerza de guerrero con la que nos hemos mantenido ahí, ese carácter del ser Yukpa, un carácter muy fuerte que sobrevive con nuestro territorio, nuestra cultura, nuestra lengua y lo más importante, la espiritualidad.

¿Cómo se construye esa espiritualidad?

A cada miembro de mi pueblo se le hace un ritual; el arma de la mujer es diferente, como te das cuenta a mí no me vas a ver con una paletilla porque no, no es para la mujer. Cada que nace un niño se le hace un ritual para que tenga esa fuerza, ese carácter y ese poder de defender su territorio. Al niño hay que bailarlo, llevarlo a coger avispas. Ese ritual se le hace por tres días, son día y noche preparando al niño; en esos tres días se hace una chicha fuerte, el primero que la prueba es el niño o la niña y luego se les pinta en la cara un tigre porque vemos que es un animal muy fuerte, el rey de la naturaleza, del campo, del bosque.

La pintura en el rostro se asume por ellos como la responsabilidad que tienen por defender la naturaleza, las aves, los animales, el territorio y todo lo que hay en ella. La pintura quiere decir que el pueblo Yukpa hace parte de la naturaleza, somos una cadena con la naturaleza, convivimos con todo lo que hay en ella.

¿Le caminan a la paz?

El pueblo Yukpa estuvo de acuerdo con el proceso de paz porque a pesar de que somos un pueblo guerrero, siempre le hemos aportado al proceso de paz, no le buscamos problemas a ningún otro grupo social si no nos afectan. Nosotros hemos aportado a la paz porque no tenemos compañeros ni en la guerrilla ni en el ejército, solamente tenemos compañeros Yukpa aportando al proceso organizativo, en el proceso de la lucha y en esos compañeros que son guardias líderes, que son compañeros que trabajan en la guardia indígena.

* Los seis resguardos del pueblo son el Sokorpa, Yukpa, Iroka, Menco, El Pozo, Caño Padilla y el Rosal; todos ubicados en los municipios de Becerril, Codazzi y La Paz.

 


Cesar, Indígena, Mujer, Paz, Yukpa

Un solo desaparecido debería bastar para conmover

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Autor

Diana Gamba

Fotografía

Diana Gamba

Publicado

05 Sep 2019


Un solo desaparecido debería bastar para conmover

Con una asistencia de más de 50 personas en la vereda Beltrán, de Marsella (Risaralda), tuvo lugar, el pasado 30 de agosto, la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas.


A dos horas de Pereira se encuentra la vereda Beltrán en Marsella. Este lugar fue durante años el reflejo del dolor de la violencia al ser el portador de centenares de cuerpos que bajaban por las aguas del río Cauca, a causa del conflicto en el Norte del Valle.

En este municipio, con uno de los cementerios de personas no identificadas más grande de Colombia, se realizó un evento conmemorativo  del Día Internacional de Desapariciones Forzadas, al que asistieron organizaciones de víctimas y representantes de la Unidad de Víctimas, la Fiscalía, Medicina Legal, Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas e integrantes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

Compartimos estas palabras de Sebastián Londoño, Asesor técnico de la Dirección General del Centro Nacional de Memoria Histórica, pronunciadas ese día en la conmemoración.

“Gran parte de lo que motiva este encuentro remite a la desolación y no permite escapar, sin inmensos esfuerzos, a la devastación que han imprimido las violencias. Hoy, en la rivera del Cauca, nos enfrentamos a las reflexiones que obligan un conflicto armado de larga duración, cuya complejidad se explica, entre otros, por los vínculos con fenómenos ligados a la delincuencia organizada y las economías criminales.

Por esta vía, se presenta entonces ante nosotros un repertorio de violencias que se mezclan y se funden en una complejidad que no pocas veces abruma y desalienta. Con todo y lo importante que son, no es este el momento, y mucho menos el lugar, para hablar de cifras y enunciar la dimensión cuantitativa del fenómeno. Por lo que significa para sus familias, para todo aquel que los piensa, que los busca, que no ha podido hacer el duelo, por las formas en que impacta sus entornos, y por la intención de invisibilización y desconocimiento que representa y constituye la Desaparición Forzada, un solo desaparecido debería bastar para conmover y, sobre todo, movilizar a la humanidad.

Como si la gravedad de la práctica y sus efectos sobre las víctimas –directas e indirectas-, comunidades y su entorno no bastara, y como si la naturaleza misma de la Desaparición Forzada, con sus intencionalidades de castigo, producción de terror y ocultamiento no fuera suficiente, vale la pena entonces recordar e insistir en que se trata también de un crimen de lesa humanidad.

En términos de caracterización, aproximarse al fenómeno de la Desaparición Forzada de Personas implica verse abocado también al esfuerzo por identificar a los ejecutores. Superando su origen histórico –en principio ligado a prácticas de actores estatales-, la Desaparición Forzada, muy infortunadamente, se ha hecho parte del repertorio de actores armados ilegales muy diversos.

Esto hace que la labor de esclarecimiento se torne aún más difícil en un contexto particularmente complejo como el nuestro, y del cual el caso que hoy nos convoca es fiel reflejo, donde hay fronteras difusas por medio de las cuales se verifican tránsitos entre el conflicto armado y la criminalidad organizada y el narcotráfico.

Pero es justo allí, ante lo desolador que se nos presenta el panorama, que sin pensarlo y contra los pronósticos más probables, nos sobrecogen las iniciativas humanitarias de gentes como las de las poblaciones rivereñas del Cauca, habitantes como los de Beltrán y Municipios como Marsella. Y es en este sentido que también la otra gran parte de lo que motiva este encuentro no es desoladora.

Como en el fragmento del cuento “El ahogado más hermoso del mundo” de García Márquez (que retoma la Universidad Santo Tomás en el documental Ríos de vida, santuarios de la memoria, pero en plural, pues no se trató de uno, sino de muchos, casi incontables para la memoria de quienes los acogieron: “No tuvieron que limpiarles las caras para saber que eran unos muertos ajenos”. Y así, en semejante dimensión, es que esta grandeza debe ser exaltada, y reivindicado el papel de estos hombres, mujeres, niñas y niños magníficos, que se reconocen en la humanidad de quienes buscan a sus seres queridos y que, aun sabiendo que venían de río arriba, no por ello renunciaron a lo que asumieron como un mandato ordenado por la más irresistible humanidad porque, como también se lee en el cuento, en algún sentido “a última hora les dolió devolverlo huérfano a las aguas, […] así que a través de él todos los habitantes del pueblo terminaron por ser parientes entre sí”.

Con los costos personales y emocionales que no son  posible evitar frente a esta atroz, aunque silenciosa práctica, o, mejor, atroz justamente por el silencio y ocultamiento que la envuelve, asumieron la labor de visibilización, como un contra hecho a la invisibilización que subyace y es connatural a la desaparición forzada.

Por esto, y por haber cargado y cargar aún con un peso que corresponde también y en parte a la sociedad, aprovecho por medio de estas líneas para nombrar su gesta, para tratar de poner en palabras lo que a las palabras les es difícil reflejar, y para decirles, en nombre de muchos, de muchos que no están acá y de muchos más que ni siquiera conocen ni podrán ustedes conocer, porque espero que sean gentes de todo el mundo que yo tampoco conozco, y no necesito conocer: gracias, millones y millones de gracias”.

 


Conmemoración, Desaparición Forzada, Marsella, Risaralda

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