- Con apoyo del Centro Nacional de Memoria Histórica, el Foro Internacional de Víctimas y Tabula RaSa NYC Theater llevará acabo un espacio artístico que busca contribuir a la construcción de la memoria y al relato de colombianos víctimas que se encuentran en el exterior, una propuesta de reparación y una iniciativa de retorno por expresar lo vivido. Tendrá una función especial el próximo 28 de octubre a las 10 a.m. por el Facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica.
- “En el ojo de la aguja” es una obra teatral escrita por Ramiro Antonio Sandoval con la colaboración de Johanna Bock y es un espacio artístico promovido por la comunidad de exiliados colombianos que busca contribuir a la construcción de la memoria y a la visibilización de los relatos de las víctimas en el exterior.
Una luz diagonal se abre camino dentro del espacio; tres personajes, sus sombras, caminan entre la penumbra cargando objetos indefinidos, cosas que han venido acumulando durante mucho tiempo. Sus desplazamientos sugieren el cansancio de un largo camino, del destierro. Una voz al fondo va relatando sus movimientos, de los espacios que se dejaron, de los nuevos recorridos que no buscaron, de la oscuridad, del fango y de los lugares donde se detuvieron en busca de refugio.
Son ellos la Señorita Tik y los Señores Tak y Toe. Ellos son en sí mismos la representación de millones de colombianos, y ciudadanos del mundo, víctimas de múltiples violencias.
Y es que detrás de una exiliada o un exiliado —y frente a ellos— hay demasiadas historias. Su destino es difuso: no son de allá -donde llegaron-, pero sí de acá, el lugar que aman, del que les tocó huir. Con un pasado sobre la espalda que ha puesto en juego su vida, recorren una cultura diferente cada día.
¿Qué lleva a una persona exiliada a seguir luchando por su país, ese mismo que un día le dio la espalda?
Para Ramiro Sandoval director artístico de Tabula RaSa Theater (fundación que trabaja con el FIV en New York) desmitificar el sueño americano es uno de los objetivos que busca alcanzar la obra. Añade que cada actor, cada actriz y las personas que han estado detrás de la obra, son víctimas del conflicto armado, exiliadas por diferentes razones: “desde las violaciones sistemáticas de Derechos Humanos hasta la violencia sexual e intrafamiliar; violentadas por tener diferentes orientaciones sexuales o por ejercer un liderazgo social”.
“No estamos acá porque lo hayamos buscado, nos empujaron a salir del país”, enfatiza Ingrid García, representante del Foro Internacional de Víctimas (FIV).
Esta organización de víctimas tiene representación en 23 países y se creó en 2013 como una herramienta ciudadana de las personas migrantes y exiliadas que componen la diáspora colombiana para exigir ser voz y parte del acuerdo de paz que se llevó a cabo entre la guerrilla de las Farc y el gobierno nacional. “Siempre hemos sido invisibilizados, porque se ha tenido el pensamiento que salimos por el sueño americano y no que nos desprendieron de nuestros sueños en Colombia”, complementa Ingrid.
“En el contexto del conflicto armado y la violencia sociopolítica, cientos de miles de personas, grupos y comunidades se han visto forzadas a migrar de Colombia en busca de seguridad, protección o refugio más allá de las fronteras. Quienes se han visto obligados a salir del país, a diferencia de aquellos que han permanecido en el territorio nacional, han vivido sus pérdidas, sus daños y sus incertidumbres desde el exilio”, explica el informe Memorias del exilio colombiano: huellas del conflicto armado más allá de las fronteras, del Centro Nacional de Memoria Histórica.
Estas personas, además de abandonar su hogar y sus actividades económicas, han tenido que huir de su país dejando atrás sus costumbres y sus formas de vida en Colombia. Como experiencia única, el FIV abrió la oportunidad de conocer testimonios acompañados de tristeza, dolor o rabia por parte de las víctimas de las violencias fuera del país, donde se escuchan voces que reclaman: “sin paz social no habrá paz armada, en Colombia históricamente diferentes grupos buscan una excusa para tomar las armas”, “no puede haber víctimas de primera y segunda categoría”, “deseo volver a Colombia”, “tranquilidad a cambio de soledad”, “Colombia no puede estar condenada a la violencia eterna”.
Desde esta óptica, el FIV ha trabajado en diferentes frentes para que se reconozcan los derechos de las personas en el exilio. Así entra el lenguaje artístico para hablar más allá de los rótulos y encasillamientos de las personas, para humanizar desde las emociones, para expresar de una forma poética el dolor, los sufrimientos, pero también las alegrías.
Para Ramiro, el acto teatral se levanta como una segura y poderosa herramienta en el proceso de sanación por medio de la representación, del reflejo de las situaciones más escabrosas y de reflexión: “el teatro reclama el papel de la memoria en el tejido social como un imperativo para el restablecimiento de la dignidad robada por el silencio y el olvido intencionales”, sostiene.
“En el ojo de la aguja”, obra poética teatral de creación colectiva escrita por Ramiro con la colaboración de Johanna Bock, es un espacio artístico promovido por la comunidad de exiliados colombianos que busca contribuir a la construcción de la memoria y al relato de las víctimas en el exterior, pero a la vez es una propuesta de reparación y una iniciativa de retorno por expresar lo vivido.
“Uno aparte de traer lo que uno tiene como experiencia, lo que uno viene recogiendo de lo vivido: lo bueno, lo malo, lo difícil, lo peor, lo mejor; lo va guardando en unos bolsillos, que en el momento en que uno se enfrenta a un personaje empieza a sacar como un mago esas cositas de los bolsillos y a ponerlas para lo que uno necesita mostrar, son cosas muy personales”, dice Klara Lopera, quien representa al Señor Tak en la obra; alguien porfiado, antipático, práctico, escéptico, que dice frases como: “¿Te crees libre? Cada vez menos, amigo mío. Uno no puede llamarse libre por fuera de su especie”.
Este tipo de diálogos se hacen constantes en la narrativa de la obra, jugando con metáforas y analogías para cautivar al espectador. La iniciativa marca un precedente significativo en las maneras de contar el conflicto en medio de la pandemia, y el Centro Nacional de Memoria Histórica, por medio de la Estrategia de Apoyo a Iniciativas de Memoria, ofreció acompañamiento para que las voces de las víctimas en el exterior tengan eco en Colombia y en sus países de refugio.
Por ello, este miércoles 28 de octubre a las 10:00 am (hora de Colombia) los invitamos a que conozcan la obra de teatro “En el ojo de la aguja” en presentación virtual por el Facebook live del Centro Nacional de Memoria Histórica.