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No más silencio ni impunidad frente a la violencia sexual

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

04 Jun 2015


No más silencio ni impunidad frente a la violencia sexual

Lulú tenía solo 10 años cuando tuvo conciencia de la guerra. Por esos días, en las montañas del oriente antioqueño, se empezaba a escuchar que los hombres del ELN estaban rondando y organizando reuniones con las juntas veredales. Su madre, una de las líderes de la región, asistió a algunas estas reuniones y Lulú la acompañaba a pesar de que no sabía de lo que hablaban. La guerra no era un tema de niños.

Pasaron los años – dos exactamente – los encuentros y las reuniones. En las absurdas lógicas de la guerra, Lulú se volvió “apta” y a sus 12 años fue obligada a incorporarse al grupo armado. Las ampollas en sus pies fueron las primeras marcas que dejó su paso por la guerrilla, pues sus botas no le servían y las largas caminatas sólo generaban más dolor y empeoraban sus heridas. Pasaron días, tal vez semanas -no lo recuerda muy bien- hasta que el grupo del cual ya hacía parte se detuvo en un campamento. “Por fin un descansó” pensó. Sin embargo, en ese lugar sería abusada sexualmente por el hombre que lideraba su frente, quien además la amenazó con hacerles daño a su mamá y a su hermano si contaba lo que pasó.

Los abusos continuaron día tras día. Cansada de su situación buscó ayuda en el mismo grupo y la consiguió en otro compañero de su frente guerrillero, quien a cambio de “favores sexuales” le facilitó la fuga. Nuevamente sus derechos y libertades como mujer fueron vulnerados. Sin embargo, pudo huir y llegar nuevamente a su casa, pero su felicidad solo duraría unas horas. Las Farc estaban en su vereda y su madre no quería verla nuevamente en un grupo armado.
Se desplazó a Medellín, una ciudad en la que sin oportunidades ni apoyo, tuvo que ejercer trabajo sexual desde los 13 años. Aún hoy siente rabia, dolor y una fuerte gastritis que la acompaña desde su paso por la guerrilla.

La historia de Lulú fue uno de los casos que se escucharon el pasado lunes 25 de mayo en Cartagena, en donde mujeres víctimas y representantes de varias organizaciones del país se reunieron para los Diálogos de la Memoria acerca de violencia sexual en el conflicto armado. “Yo fui violentada sexualmente y desplazada de Apartadó, y sé lo difícil que es hablar, dejar el temor. Pero estos encuentros ayudan para que las mujeres nos pellizquemos, tenemos que contar lo que nos pasó o nadie va conocer la historia y nadie va a hacer nada” expresó Luz Marina Roldán, Fiscal de AFROES, quien desde hace 3 años vive en Cartagena.

Y es que según datos del Registro Único de Víctimas -con corte al 1 mayo de 2015- en Colombia 10.042 personas han declarado ser víctimas de violencia de sexual en el conflicto armado. De esta cifra el 90%, es decir 8.996 casos, fueron denunciados por mujeres. De acuerdo con estas mismas estadísticas, Antioquia con 1.836, Nariño con 726 y Magdalena con 677, son las regiones donde más casos se han registrado.

“¿Qué es lo que más me sorprende? La resistencia de estas mujeres, eso es lo más admirable. Porque a veces la violación es peor que la misma muerte y aprender a vivir con ese recuerdo es muy duro.” Dice Dunia León de la Ruta Pacífica de las Mujeres en la regional Bolívar, quien al igual que Luz Marina, invita a denunciar y no guardar silencio para que continúe en impunidad.

Durante el encuentro, desde el CNMH se compartió con las 30 mujeres participantes los avances del informe que se adelanta desde el año pasado sobre la violencia sexual en el marco del conflicto armado. “Con este tema tenemos una deuda social. Debemos superar la idea de que la violencia sexual incumbe a las víctimas, actores armados y a quienes ejercen justicia, todos como sociedad debemos hablar, pensar y comprender para tomar medidas que permita pensar en la no repetición de estos hechos” expresó Rocío Martínez, investigadora principal del informe.

La violencia sexual es un tema del que en Colombia nos ha costado hablar, más en un contexto de conflicto armado, pero es gracias a estas mujeres y organizaciones que trabajamos para visibilizar sus testimonios, recuerdos y luchas, un reto que nos pone día a día un panorama distinto para acabar con la impunidad y el anonimato de las víctimas de violencia sexual.

 


Impunidad, No, silencio, Víctimas, Violencia Sexual

Gobierno y Farc acuerdan crear Comisión de la Verdad

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

EFE

Publicado

04 Jun 2015




Gobierno y Farc acuerdan crear Comisión de la Verdad

Con el fin de satisfacer el derecho de las víctimas a la verdad y de la sociedad a conocer los hechos del conflicto, el Gobierno Nacional y las Farc acordaron la creación de una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No repetición, un mecanismo independiente e imparcial, de carácter no judicial, que entraría en vigencia una vez firmado el acuerdo de paz.


El objetivo es contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido en el marco del conflicto armado, promover y contribuir al reconocimiento de las víctimas y la promoción de la convivencia en los territorios.

En el marco del proceso de negociación para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera las partes acordaron que la Comisión hará parte del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición.

“En este nuevo escenario será posible aportar a la construcción y preservación de la memoria histórica y lograr un entendimiento amplio de las múltiples dimensiones de la verdad del conflicto, incluyendo la dimensión histórica, de tal forma que no sólo se satisfaga el derecho a la verdad sino que también se contribuya a sentar las bases de la convivencia, la reconciliación, y la no repetición”, sostiene el comunicado.

Así fue anunciado al cierre del ciclo 37 de las conversaciones por los representantes de Cuba y Noruega, países garantes del proceso de paz, quienes explicaron que esta Comisión tendrá el deber de esclarecer los hechos relacionados con la vulneración de los derechos humanos y la complejidad de los contextos en los que se dieron.

Esta Comisión también estará encargada de crear espacios de dignificación para las víctimas del conflicto armado, así como de analizar el impacto social, los derechos económicos, sociales y políticos; especialmente en casos de poblaciones vulnerables, defensores de Derechos Humanos, indígenas, población LGBT, entre otros.

La Comisión que estará integrada por miembros de diferentes sectores de la sociedad y  si bien se trata de un mecanismo de verdad no judicial, sus resultados deberán ser verificados y no usados para fines procesales.

Descargue aquí el comunicado completo.

 

Acuerdos de Paz, Comisión de la Verdad, Farc, Gobierno Nacional

“En mis sueños te espero cada día”

Noticia

Autor

Ayda María Martínez.

Fotografía

Ayda María Martínez.

Publicado

05 Jun 2015


“En mis sueños te espero cada día”

Con zapatos de las víctimas, familiares de personas desaparecidas forzadamente en Cali conmemoraron el Día Internacional de Detenido Desaparecido para recordar que ellos siguen dando pasos por la región.


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    Marlene García decidió hablar después de 15 años de silencio sobre la desaparición de su hijo Jairo Iván.

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    Moraima Otero sigue soñando con el regreso de su esposo, Gustavo Armel Ramírez.

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    Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua junto con una de las familiares que participa con frecuencia en la galería de la memoria todos los últimos viernes de cada mes.

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    Olivia Delgado sigue tocando las puertas de los medios de comunicación de Buenaventura en sus intentos por encontrar a su mamá y hermana.

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    Nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos”, Mireya, madre de Jason y Carlos Alberto.

Moraima Otero sigue soñando con el regreso de su esposo, Gustavo Armel Ramírez.

“Yo lo veía más delgado y acompañado de señores ancianos. Lo vi pero él no me respondió ni el saludo”. Para Moraima Otero, los sueños son el espacio en el que puede mantener la cotidianidad que se rompió el 12 de agosto de 2010. Ese día su esposo, Gustavo Armel Ramírez, un conductor de tractomula, desapreció en la ruta a Buenaventura con una carga de café que apareció intacta días después en una bodega de Cali y el automotor en un sitio entre Media Canoa y Picapiedra, pero de su esposo no se ha sabido nada. Desde ese día Moraima no ha cesado la búsqueda, ni en sus propios sueños.

“No sé qué me querrá decir, pero estoy aquí en la lucha por nuestros desparecidos. Hay muchas víctimas que se guardan su dolor y no denuncian. No podemos dejar a nuestros seres queridos desparecidos eternamente. Tenemos que luchar por el derecho de ellos de tener descanso y el de sus familias a tener un sitio dónde ir a llorar su ausencia”, medita Moraima al recordar su sueño más reciente con Gustavo. Mientras tanto mantiene su trabajo con la Fundación Nidia Erika Bautista para ayudar a otros que, como ella, están unidos por el mismo dolor.

Moraima fue una de las víctimas que participó en los eventos de conmemoración de la semana del detenido desaparecido el viernes 29 de mayo en la ciudad de Cali. Ese día, familiares de víctimas de desaparición forzada del departamento del Valle se reunieron desde la mañana para realizar una jornada especial en honor de sus familiares en la plazoleta de San Francisco. Si bien todos los últimos viernes de cada mes hacen la “Galería de la memoria Tiberio Fernández Mafla” en la que los caleños ven los carteles de las víctimas de desaparición forzada en el pasillo a lo largo de la iglesia, el viernes anterior contaron con la compañía de familiares provenientes de Buenaventura, Restrepo, El Zarzal y otros municipios del Valle del Cauca.

 

Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua junto con una de las familiares que participa con frecuencia en la galería de la memoria todos los últimos viernes de cada mes.

Y es que desde la desaparición de la ambientalista caleña, Sandra Viviana Cuéllar, el fenómeno de la desaparición forzada en el departamento es un motivo para llamar la atención de la sociedad. Desde esa fecha y de manera muy espontánea, los familiares de víctimas de desaparición forzada se dan cita en la plazoleta de San Francisco para recordar a sus seres queridos. A sabiendas que no mueren, mientras no los olviden.

Es en ese momento en el que nace la “Galería de la Memoria Tiberio Fernández Mafla”, impulsada por la Fundación Guagua, como una manera de visibilizar a las víctimas de crímenes de Estado y de mostrar la solidaridad con las familias de la región.

Delia Caicedo, directora de la Fundación Guagua recordó que a esta actividad se suma el “Carnaval por la vida, contra la desaparición forzada” con la idea de que “los desaparecidos nos duelan a todos”. Por ello, el plantón de cada último viernes de mes que recuerda que las víctimas de este delito de lesa humanidad supera la cifra de 3.400 personas sólo en Cali, que se suman a los más de 45 mil colombianos reconocidos como víctimas de este delito según el MOVICE.
“El problema no es de cifras, sino del impacto humano, del daño a las familias. Cuando se desaparece el sustento, el cambio de roles, las enfermedades a partir del dolor. Ningún ser humano está preparado para un crimen de lesa humanidad como la desaparición forzada. Es romper un ciclo, es el ritual que no se ha hecho a su ser querido, es el desconsuelo porque no lo encuentra y que quiere encontrarlo ya”, expresa Delia.

 

Olivia Delgado sigue tocando las puertas de los medios de comunicación de Buenaventura en sus intentos por encontrar a su mamá y hermana.

“Si están vivas que aparezcan y si están muertas también”

Las historias y modalidades son tan diversas como cada uno de los 45 mil desaparecidos que le duelen a Colombia. Para Olivia Delgado Angulo la desaparición de su mamá y su hermana, María Ángela y Luz Ángela Angulo, respectivamente, el 3 de junio del 2011, no sólo la invade de tristeza en su vida cotidiana, sino de enfermedades en sus articulaciones, riñones, pero sobre todo en su corazón. En Buenaventura no hay medio de comunicación que no la reconozca en su labor de búsqueda pues hasta allá ha llegado tratando de encontrarlas.

“Sigo guardando las esperanzas. Si están vivas que aparezcan y si están muertas también. Cada día que pasa es un dolor que no termina. Mucha gente me dice que las ha visto pero ya no le creo a la gente que lo dice. Espero encontrarlas ojalá vivas a las dos. Sueño con ese momento. Me da mucha tristeza, lloro, es duro”.

Nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos”, Mireya, madre de Jason y Carlos Alberto.

Olivia está unida a Mireya Ortiz a través de ese hilo indetectable y delicado del destino que las puso en el mismo lugar, alrededor de tragedias similares. En Buenaventura dos hijos de Mireya desaparecieron en diferentes momentos. Su hijo mayor Jason en 1987 a los 7 años. 25 años después el mismo fenómeno tocaría la puerta de su casa con la desaparición de su hijo Carlos Alberto, quien tenía 21 años.

Ella es consciente que los actores armados han hecho presencia en diferentes momentos de la historia de Buenaventura, pero que sus hijos han sido víctimas del mismo delito. “Uno no puede decir quién fue, pero están las dudas. Es algo que le queda en la vida una zozobra que nunca puede descansar el corazón, pero nunca terminaré de luchar hasta no saber la verdad, hasta no tener sus restos. No pierdo la esperanza”.

Es el mismo caso de Sandra Milena Millán, que no cesa la búsqueda de su hermano Fernando Millán, desde aquel 21 de septiembre de 2010 cuando él salió a sus labores cotidianas de ganadería hacia la vereda de Río Bravo en el municipio de Restrepo, Valle. No volvió, aunque se conocieron llamadas de extorsión a la familia de Guillermo Bedoya con quien iba su hermano.

“En este momento no importa quién fue sino lo que hicieron con mi hermano. Llevo 5 años en una búsqueda incansable. Hay una madre clamando su presencia y lo peor es que no hay respuestas. Parece que al país no le interesara este fenómeno. Es muy difícil  buscar a un desaparecido, mantiene uno en un paseo institucional y no pasa nada”.

Marlene García decidió hablar después de 15 años de silencio sobre la desaparición de su hijo Jairo Iván.

El peor aliado es el silencio

Marlene García, tras la desaparición de su hijo el 16 de mayo de 1997, dejó que el silencio la inundara. Ella guardó por mucho tiempo la historia de Jairo Iván Hurtado, un fiscal sin rostro al servicio de la Fiscalía que estaba en riesgo por una investigación de corrupción. Él lo sabía y había preparado a su madre para un desenlace fatal. Se lo llevaron de la calle 47 en el barrio Salonia de Cali. Lo bajaron de un taxi y se llevaron al conductor también. Los dos desaparecieron.

“Él me preparó mucho, me dijo que si me pasaba algo no fuera a investigar porque me matarían. Pero siéntase orgullosa de tener un hijo verraco como yo que no se torció por ninguna plata. Estuve mucho tiempo callada por miedo, pero el dolor y saber que fue una persona que lo hizo todo con honestidad, no me dejaron quedar callada. A los 15 años de su desaparición dije voy a denunciar el caso. No voy a conseguir nada es solo visibilizar. Sólo quiero la verdad y que se reconozca que él si trabajo allí porque el sistema lo desapareció”.

La desaparición forzada no sabe de edad, género o momento. Es un delito que se sigue registrando a pesar de estar más visibilizado. Alexandra Herrera desapareció junto a su hija Luisa Fernanda Gómez el 26 de octubre del año pasado, su hermano Augusto Herrera, llegó con este caso para unirse al grupo de familiares de persisten en luchar por encontrar sus seres queridos. “Van 7 meses y no hemos tenido ningún resultado. Con derechos de petición queremos saber de resultados de la investigación. Se perdieron dos seres humanos y es como si se hubiera perdido cualquier cosa. Es muy duro llegar a la casa de los padres sin ninguna respuesta. Ver a los viejitos llorando a toda hora, no es vida. Solo pedimos que el caso no quede en el archivo y en la impunidad”, dice Augusto.

Olivia, Moraima, Delia, Mireya, Marlene y Augusto están unidos por ese lazo del destino que seguramente se extiende a toda la sociedad, la que también llora a sus desaparecidos porque finalmente, todos fueron puestos en el mismo sitio y alrededor de la misma tragedia. Ellos no paran su búsqueda, ni pierden las esperanzas. Tanto, que ni en sus sueños los dejan de buscar. La diferencia que sólo encuentran lo que esperan en sus sueños, porque es allí donde los ven un día tocar a la puerta de sus casas y estar de regreso al seno de sus familias.

 


Cali, Desaparición Forzada, Testimonios, Víctimas

“No hay arquitectura sin memoria”

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

08 Jun 2015


“No hay arquitectura sin memoria”

Un edificio de memoria ha de ser memorable y para serlo debe conjugar su capacidad de disponerse para ser descubierto, no debe avasallar con su presencia y debe invitar a sus visitantes a descubrir a “despertar la intriga suficiente para adentrarse en sus umbrales y aventurarse en su recorrido”. Así lo considera Sergio Trujillo Jaramillo, coordinador del concurso Arquitectónico del Museo Nacional de la Memoria en la Sociedad Colombiana de Arquitectos y experimentado arquitecto con amplia experiencia en concursos públicos, arte y museos.


El grupo de comunicaciones del Centro Nacional de Memoria Histórica habló  con el experto quien se encargó de liderar la audiencia de aclaración de este concurso que en palabras del mismo Trujillo, se trata de un hecho paradigmático para el sector, para la ciudad y para misma historia de Colombia.

¿Qué expectativas tiene de este Concurso?

Se trata de una convocatoria pública paradigmática, tanto para el mundo disciplinar que gira en torno a la arquitectura y a la ciudad, como para la historia misma del país, si entendemos plenamente el momento histórico, luego de largas décadas de conflicto armado y el sentido que adquiere el museo como espacio que convoca miradas, palabras y emociones en torno a aconteceres que aunque pasados, anticipan los riesgos y desafíos a futuro.

La Sociedad Colombiana de Arquitectos ha realizado concursos muy importantes en todo el país. ¿Nos puede comentar sobre una experiencia similar?

La Sociedad Colombiana de Arquitectos se ha constituido a lo largos muchos años en una institucionalidad catalizadora de las convocatorias públicas relacionadas con los más significativos eventos que afectan la arquitectura y el urbanismo de las ciudades colombianas. Una tradición consolidada que además de elevar el nivel profesional promedio de las ejecuciones arquitectónicas, han sido confrontaciones abiertas, transparentes y caracterizadas por la excelencia, que son, hace ya tiempo un referente continental y que hoy nos permiten en el país, no sin severas excepciones, contar con edificios, equipamientos y conjuntos urbanísticos como aeropuertos, centros administrativos, sistemas de movilidad, sedes ministeriales, conjuntos habitacionales, colegios, espacios públicos o parques, entre muchos otros, seleccionados a través de concursos públicos, controvertibles o no, pero distantes siempre de otorgamientos arbitrarios o procesos ensombrecidos por asomos de corrupción.

¿Cuál cree usted que debería ser la premisa de diseño a tener en cuenta por los participantes?

Esa cultura de pasarela y de levedad, de valores éticos y artísticos ausentes de espesor, de arquitecturas sin tiempo ni lugar, pueden constituirse en el mayor equívoco a enfrentar en un edificio que como el Museo Nacional de Memoria, demanda profundos valores éticos, estéticos y políticos. Es entender la sutil, pero definitiva diferencia entre un ubicuo centro comercial y un edificio que logre contrarrestar con emoción y convicción, la corrosiva proclividad humana por preferir el olvido a la memoria.

¿Cómo se diseña un lugar para acoger las memorias del conflicto armado y que al mismo tiempo sea reparador?

El desafío de los arquitectos ante un edificio de semejante envergadura conceptual, no puede provenir solamente de soluciones técnicas acertadas, del cumplimiento de los requerimientos funcionales o de las disposiciones urbanísticas. La dura pepita de la belleza, dicen algunos. Ello empieza con el arduo y profundo acto de cargar de sentido el espacio y el lugar, a punta de la mezcla inasible de reflexión y emoción, de sensibilidad y razón, de paciencia y sutileza para labrar los recintos para el encantamiento.

¿Cuál es su posición frente a la relación entre arquitectura y memoria?

No hay arquitectura sin memoria. La arquitectura y la ciudad son las evidencias contundentes de la materialización de la memoria del hombre para convivir ante la naturaleza. Toda vivencia espacial es modelada por el recuerdo y su potencia como hecho de cultura, reside justamente en su arbitraria e ininterrumpida capacidad de filtrar experiencias decantadas en la tradición, única condición que nos permite como especie imaginar un futuro previsible y posible.

¿Cuál puede ser el papel de los arquitectos en la construcción de la paz?

No puede ser otro que el ahondamiento consciente y colectivo de los atributos estructurales que históricamente ha sedimentado los valores de la arquitectura como disciplina, aquellos que asumen los productos artísticos como agentes liberadores de la condición humana, o que privilegian la generosidad como condición que reconoce la potencia enorme de la arquitectura para elevar el nivel de vida de la gente, si ella es ejercida con fina sensibilidad frente a las comunidades, el entorno edificado y la naturaleza.

¿Cuáles son las ventajas de hacer un concurso público en donde las propuestas serán anónimas para el jurado?

El resguardo de la identidad de autor en convocatorias públicas aleja las probabilidades de ejercer criterios prejuiciados en los procesos de selección. El uso y el destino de los grandes equipamientos colectivos, como es el Museo Nacional de la Memoria, tienen que incorporar mecanismos democráticos para su selección como una simple, pero definitiva contrapartida natural. Menos veces de lo que suele ser previsible, arquitectos y firmas consagradas ofrecen las opciones más interesantes o ventajosas en los concursos. Más veces de lo que puede ser comprensible, el jurado se ampara en la fama de reconocidos concursantes para liberar su juicio de eventuales polémicas.

Los jurados son los arquitectos Willy Drews, Clemencia Escallón, Mauricio Pinilla, Efraín Riaño y el brasilero Mario Figueroa. ¿Qué opinión le merece este panel?

No me asiste duda que se trata de un equipo profesional experimentado, solvente y con el suficiente espesor intelectual y ético para comprender plenamente el sentido peculiar del edificio, circunstancia que reduce eventuales riesgos de superficialidad o banalidad que en no pocas ocasiones y con no poca razón, han desatado agudas polémicas entre los arquitectos.

El Museo Nacional de la Memoria tendrá un fuerte componente de diseño urbano en tanto que involucra espacialmente la Plaza de la Democracia, la escultura Ala Solar, el Eje de la Memoria y la Paz, y el panorama hacia los cerros orientales. ¿Qué especificidades a nivel urbano o territorial considera usted que deben tener en cuenta los proponentes?

Los museos han trascendido del escaparate al evento, de la observación pasiva e inerte al acontecimiento. Si bien ello congrega actividades colectivas de una diversidad antes insospechada, el envés riesgoso del fenómeno reside en que la superficialidad erosione cierta dosis de sacralidad que resulta sana de preservar en el museo contemporáneo. Tal como se solicita en la convocatoria, se trata de un museo activo y abierto, que congregue en torno suyo, actividades y eventos de muy diversa naturaleza y procedencia, que califique el lugar y expanda hacia el espacio público y los edificios que lo circundan, su labor regenerativa, sentido colectivo y valor simbólico.

Algunos arquitectos señalan que este es un concurso particularmente complejo porque hay elementos antagónicos a nivel conceptual, por ejemplo mantener una escala humana y hacer un diseño monumental. ¿Qué consejo puede dar sobre este aspecto?

El sentido monumental de los edificios especiales ha sido uno de los valores tradicionales más cuestionados desde el advenimiento de la modernidad en arquitectura. Otrora asociados a las condiciones de estilo, grandeza o excepcionalidad, la monumentalidad contemporánea tiende a una “horizontalización” de sus atributos plásticos y compositivos, en aras de ocupar espacios de resonancia social cada vez más amplios que logren contrarrestar,  con veracidad, los preocupantes procesos de levedad generalizada en la cultura de masas. La noción de escala humana resulta entonces replanteada, en tanto que el contrapunto antes premeditado entre el hombre y el edificio, es desplazado hacia inéditas formas e interioridades, un descubrir el museo a través del acopio sucesivo de experiencias que se suscitan con su recorrido.

¿Cómo se imagina arquitectónicamente el Museo Nacional de la Memoria?

Un edificio de memoria ha de ser memorable. Para serlo, ha de conjugar atributos como su capacidad de disponerse para ser descubierto, a cambio de imponerse a su lugar de emplazamiento. Un museo que no parezca que lo es, si serlo se análoga con su gran dimensión, su hermetismo, a su capacidad de diferenciarse del contexto y menos aún, si lo avasalla con su presencia. Un edificio invitante, sereno y amable con el hombre del común, capaz de despertar la intriga suficiente para adentrarse en sus umbrales y aventurarse en su recorrido. Espacios que se entrelacen con el espacio exterior y la vegetación para ofrecer al visitante suficientes pausas y reposos que inviten a la reflexión y a la pausada asimilación de la experiencia museística.  Que sea fiel a la tradición material de la ciudad, a la peculiaridad de su luz y a la escala del lugar, sin por ello renunciar a los más lúcidos aportes arquitectónicos contemporáneos. Un museo para vivir y ser vivido, que pueda ser revisitado de muchas maneras y por muchos motivos y sobre todo, capaz en su continente y su contenido, de labrar en nosotros el suficiente antídoto contra la desventura de la amnesia colectiva.

 


Arquitectura, Memoria

Día de la mujer

8M: un día para dignificar la labor de las lideresas sociales y defensoras de Derechos Humanos en Colombia

Autor

CNMH

Fotografías

CNMH

Publicado

8 Mar 2020


8M: un día para dignificar la labor de las lideresas sociales y defensoras de Derechos Humanos en Colombia

En el Día Internacional de la Mujer, el CNMH reafirma su compromiso con las mujeres y organizaciones sociales que adelantan procesos de reconstrucción de memoria histórica con enfoque de género.

Ser mujer y defensora de derechos humanos es difícil en muchas comunidades de Colombia. Muchas de ellas se enfrentan a la inequidad y discriminación causadas por el machismo y una estructura patriarcal que todavía permea muchos niveles de la cotidianidad. Y en un país que lleva décadas en conflicto armado, las defensoras de derechos humanos están expuestas a mayores probabilidades de ser víctimas de violencias que van desde el desplazamiento forzado hasta distintas formas de violencia sexual.

Las cifras del Registro Único de Víctimas, a corte de enero del 2020, indican que más de 4 millones de mujeres han sido desplazadas, más de 28 mil han sido víctimas de violencia sexual, más de 450 mil han sido amenazadas y más de 4 mil han sido torturadas. Además, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, desde el año 2016 han sido asesinadas al menos 36 lideresas sociales y defensoras de derechos humanos en Colombia.

Este 8 de marzo, el Centro Nacional de Memoria Histórica se une a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, una fecha para visibilizar las luchas e iniciativas que lasdefensoras de derechos humanos han liderado en sus territorios. A pesar de los retos para su seguridad, ellas continúan exigiendo sus derechos y los de miles de mujeres que son víctimas de condiciones sociales desiguales y distintas formas de violencia.

En cada región de Colombia hay mujeres que se organizan para enfrentar la violencia y el machismo, para proteger los cuerpos de agua y los bosques, para dar oportunidades de educación y recreación a niños y niñas, para exigir que se sepa la verdad sobre sus familiares asesinados o desaparecidos por actores armados, para preservar sus tradiciones y prácticas culturales. Esa labor, que debería ser exaltada, las ha puesto en mayores condiciones de vulnerabilidad.

Consciente de los riesgos que enfrentan hoy en día las lideresas sociales y defensoras en Colombia, el CNMH se vinculó con el Programa Integral de Garantías para las Mujeres Lideresas y Defensoras de Derechos Humanos, que busca abordar estas violencias a partir de tres estrategias: prevención, protección y garantías de no repetición. Para garantizar la no repetición es clave reconstruir, preservar y divulgar la memoria histórica de lo ocurrido, con énfasis en el reconocimiento del trabajo comunitario desarrollado por las mujeres en territorios con presencia de actores armados.

Este año, como parte de los compromisos asumidos con ese programa, el equipo del Enfoque de Género del CNMH acompañará tres iniciativas de memoria histórica con diversos sectores de mujeres. Una de ellas será con lideresas sociales y defensoras de derechos humanos en varios territorios del país. Otra será con mujeres indígenas víctimas de desplazamiento forzado. Y una más visibilizará la situación de derechos de mujeres afrocolombianas e indígenas víctimas del conflicto armado con orientaciones sexuales e identidades de género no heteronormativas.

Además, el Enfoque de Género del CNMH trabaja en una publicación que integra crónicas de mujeres afrocolombianas víctimas de violencia sexual y en una cartilla para abordar las violencias basadas en género en ambientes escolares. También tiene una línea de trabajo encaminada a incluir las voces de mujeres lideresas sociales y defensoras en el guión museografico y la programación cultural del Museo de Memoria de Colombia.

Continuar haciendo memoria histórica con perspectiva de género es urgente y necesario. En palabras de María Elvira Solís, lideresa de la Asociación Casa Cultural El Chontaduro en Cali: “Es bueno conocer el trabajo que hacen las mujeres por sus comunidades para perder el miedo que nos ha marcado de por vida. Nosotras hemos sido el botín de guerra, pero trabajamos desde el amor, desde la justicia, desde la solidaridad y la hermandad”.


acuerdos de paz, postconflicto, inversión, internacional


Concejo, Conflicto, Memoria, Rivera

Tocando la marea

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

César Romero

Publicado

09 Jun 2015


Tocando la marea

Este jueves 11 de junio se presentará en Bogotá la obra de teatro “Tocando la marea”, del semillero teatral por la vida de Buenaventura. Puesta escénica basada en las ideas centrales del informe de Investigación del Centro Nacional de Memoria Histórica “Buenaventura un puerto: sin comunidad”. 


Fecha: jueves 11 de junio de 2015

Lugar: Corporación Colombiana de Teatro en la calle 12 No. 2 – 65, Bogotá D.C.

Hora: 7:00 p.m.

A través del lenguaje teatral, imágenes, cantos y movimientos, esta obra muestra la proliferación de los grupos armados ilegales y su disputa por el control del puerto, las modalidades de victimización, la constitución de casas y esteros donde se desaparecen o arrojan los cuerpos de las personas asesinadas; pero también la importancia de las acciones de resistencia pacífica de la comunidad.

“Tocando la marea” es el resultado de la apuesta del CNMH para fortalecer las prácticas artísticas y culturales de memoria histórica con el semillero teatral por la vida de Buenaventura. Gracias a la labor de la organización Fundescodes y Cepac se recrean los testimonios del informe, como memoria viva que da cuenta de las narrativas propias de la cultura del pacífico en relación a las afectaciones por el conflicto armado y las propuestas de resistencias de sus comunidades. 

Con Juana Salgado, artista escénica del Centro Nacional de Memoria, hablamos sobre la obra: 

¿Por qué afrontar la violencia de Buenaventura desde las tablas?

“Posibilitó muchos diálogos y encuentros, aunque lo importante es el proceso de formación y no el producto. La obra es la acción visible de este proceso dramatúrgico de investigación-creación que cumple con la necesidad de visibilizar la crisis humanitaria y la problemática en la región, se escoge este lenguaje teatral porque apela a la vida, a una poética que llega a los sentidos dado que el teatro es un testimonio vivo que posibilita decir lo indecible, todo de lo que no se puede hablar en el puerto”.

¿Qué es lo particular de esta obra?

“Es una producción única en varios aspectos: los actores son naturales de Buenaventura, la dramaturgia fue construida colectivamente, se tejió el texto a partir del informe el cual es dinamizado con los relatos de vida de los participantes del semillero, tiene muchos testimonios únicos y particulares suministrados por los actores que han crecido en barrios de baja mar azotados por el conflicto, además aparece una familia nueva en el pacífico que es el semillero”.

¿Se puede decir que la obra es una traducción del informe?

“No, para nada, no es una traducción de un lenguaje a otro, pero sí toma como punto detonador las ideas fuerzas del informe y de ahí surge un sin fin de imágenes que se dinamizan con las vivencias de los integrantes del semillero. Incluso en la obra se verán cosas que no se encuentran en las páginas del informe”.

¿Qué se verá en la obra que no está en el informe?

“El informe contiene información muy importante para entender las dinámicas del conflicto en el puerto, las cifras, impactos y daños pero detrás de esos conceptos están los proyectos de vida; la obra explora el cuerpo como archivo vivo de lo sucedido en Buenaventura, justamente hace aparecer el rostro de la gente, sus sentimientos, miedos y sueños, ellos son un espejo de los olvidados que son la gran mayoría de los bonaverenses”.

¿Cuál es su balance al trabajar con el semillero de teatro de Buenaventura?

“El balance es positivo, el semillero de teatro por la vida pasó de ser una acción artística a una iniciativa autónoma porque tomó vida propia, no solo se instalaron capacidades en las herramientas teatrales, también se empoderó a la comunidad, se reconstruyeron confianzas y se estrecharon lazos de hermandad y solidaridad”.  

 
Publicado en Noticias CNMH


Arte, Buenaventura, Música

Con luz de esperanza se lanzó el informe de Buenaventura

Noticia

Autor

Tatiana Peláez

Fotografía

César Romero

Publicado

09 Jun 2015


Con luz de esperanza se lanzó el informe de Buenaventura

Buenaventura amaneció sin luz el domingo 31 de mayo. Las Farc habían derribado la torre 17 que proveía de este servicio a la ciudad. El daño no era irreparable, pero sí llevaría cerca de tres días restaurar la energía. En la ciudad, de fondo, se oía el sonido de los motores de las plantas eléctricas, constante, ensordecedor.


Al ritmo de tambores más de 200 personas se unieron al coro “Todo el pueblo ay que ore”, y se dio inicio, a las 2:30 p.m. del 2 de junio, de la eucaristía presidida por monseñor Héctor Epalza en la Catedral de Buenaventura. En este acto litúrgico, con baile y música del Pacífico, Monseñor habló sobre cómo Buenaventura se ha convertido en un escenario de la barbarie contra la vida humana y resaltó cómo la comunidad continúa rechazando la cultura de la muerte.

Al finalizar la eucaristía, el Centro Nacional de Memoria Histórica entregó unas placas conmemorativas, en reconocimiento por su labor y su resistencia, a las organizaciones sociales de esta ciudad del Pacífico.

Al salir de la Catedral los asistentes marcharon a la plazoleta del CAN. Allí, las organizaciones Entretejiendo Voces y Madres por la Vida los esperaban con su plantón en honor a los desaparecidos de Buenaventura. Con fotografías, flores, velas y una canción que repetía “Tan solo la voz de un ángel nos da la consolación”, se exigió verdad, justicia y reparación.

“Buenaventura: un puerto sin comunidad”

Al finalizar el acto simbólico, las personas marcharon al auditorio de Confamar. La apertura del evento estuvo a cargo de Gonzalo Sánchez, Director del CNMH, quien reconoció la resistencia de la comunidad ante los hechos violentos y la grave situación humanitaria en la que viven, y aprovechó el espacio para hacer un llamado a romper con la indiferencia, no solo de las personas, sino de las instituciones estatales.

Constanza Millán, coordinadora de la investigación, agradeció a todas las personas y organizaciones sociales que ayudaron en la construcción del informe. Posteriormente, destacó los principales hallazgos de la investigación, como que la espiral de la violencia ascendió después de la desmovilización del Bloque Calima.

Monseñor Héctor Epalza, por su parte, mencionó que el título de esta publicación es desconcertante pero revela, de verdad, la situación que vive Buenaventura. “Buenaventura: un puerto sin comunidad no es una exageración, es una impresionante realidad que necesita atención afectiva y efectiva”, recalcó.

Pero quizá el momento más emotivo se vivió cuando Danelly Estupiñán, lideresa de la comunidad e integrante de la Minga por la Memoria, tomó el micrófono. Con el respaldo de todos los asistentes que la seguían detenidamente, y que en sus pausas la respaldaban con gritos de júbilo y porras, aseguró que los hijos e hijas de Buenaventura se niegan arrancar de su memoria todos los hechos violentos y violaciones a los derechos humanos ocurridos contra la población. Asimismo, mencionó que la estrategia de expansión portuaria es un generador de violencia en Buenaventura y que el informe hace parte de las pruebas que les permitirán lograr el acceso a la justicia. “Nosotros somos los dueños de esta tierra pues nuestros ancestros nos la han dejado”, mencionó.

Al terminar su discurso, una ola de esperanza, unión y fraternidad inundó el auditorio.

Fue entonces cuando Gonzalo Sánchez subió de nuevo al escenario para entregar unas placas conmemorativas a los líderes de la comunidad que se han destacado por su labor en la defensa de los derechos humanos.

Entrega de los archivos

Luego Gonzalo Sánchez entregó los archivos de Manuel Bedoya y Temístocles Machado a la comunidad de Buenaventura. Estos archivos dan cuenta de cómo era esta ciudad portuaria antes de que empezara el conflicto armado, cómo éste se fue intensificando con el paso de los años y de qué manera la comunidad ha resistido. Los archivos ya pueden ser consultados en Fundescodes y en el centro de documentación del CNMH.

Además, el Director del CNMH anunció el inicio de la intervención de uno de los fondos documentales más importantes, el de Narcilo Romero, que reúne las luchas sindicalistas de Colpuertos.

“Tocando la marea”

30 artistas del Semillero Teatral por la Vida entraron a escena para mostrar que la memoria está viva y que el arte es una posibilidad más para hacerle frente a la violencia. Después de un año de proceso, esta obra teatral expuso los planteamientos centrales del informe. Una prueba más de la capacidad que tienen las comunidades, y en especial los jóvenes, para entender su realidad, denunciar, resistir y reinterpretar sus vivencias a través de diferentes medios.

A las 7:00 p.m. y luego de una jornada extenuante, los asistentes recibieron el informe y partieron a sus hogares en medio de una oscuridad abrumadora, pero con una luz en sus ojos que ni el apagón más extenso logró opacar.



Buenaventura, Esperanza, Informes

Todo listo para la peregrinación a Trujillo

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

CNMH

Publicado

13 Jun 2015


Todo listo para la peregrinación a Trujillo

Con una conmemoración de los 25 años del comienzo de la masacre de Trujillo, y la celebración de los 20 años de la Asociación de familiares de víctimas (Afavit), este sábado los trujillenses realizarán su peregrinación anual.


Como cada año, se espera la llegada de cientos de peregrinos de todos los lugares del país, que expresarán su solidaridad con esta población del norte de Valle del Cauca, donde tuvo lugar lo que se conoció como la masacre de Trujillo. Esta consistió en una serie de desapariciones forzadas, torturas, detenciones arbitrarias y homicidios que fueron perpetrados por una alianza temporal entre narcotraficantes, paramilitares y agentes del Estado, y que dejó casi 400 víctimas.

Este año, el evento empezará con una procesión llamada ‘Recorriendo el Camino de Memoria y Resistencia’ que estará dirigida por la artista Yorlady Ruiz y el Grupo infantil Jimmy García Peña. Luego se llevará a cabo una eucaristía donde se recordará a los mártires de esta masacre y donde las matriarcas y patriarcas de Afavit realizarán un altar artístico.

En las horas de la tarde se hará un reconocimiento a los fundadores e impulsores de Afavit, organización que ha sido reconocida en múltiples ocasiones nacional e internacionalmente. En 2013 recibieron el Premio Nacional a la defensa de los Derechos Humanos y en 2011 fueron reconocidos en la misma materia por el Ayuntamiento de Siero (España). Así mismo, lograron que el libro ‘Tiberio vive hoy. Testimonios de la vida de un mártir’, escrito a mano por los trujillenses, ingresara en el registro de Memoria del Mundo de la Unesco.

El evento también será la oportunidad para que la Dirección de los Derechos Humanos del Centro Nacional de Memoria Histórica haga la entrega oficial del archivo de Afavit, el cual fue intervenido entre 2014 y 2015 y del que ya hay una copia disponible para consulta.

La peregrinación terminará con múltiples manifestaciones artísticas, entre ellas la Exposición “Que piedra” del artista Rodrigo Grajales.

 


Masacre, Peregrinación, Trujillo, Víctimas

No hay que tenerle miedo a la verdad

Noticia

Autor

Sergio Jaramillo – Alto Comisionado para la Paz

Fotografía

Sitio web del Alto Comisionado para la Paz

Publicado

15 Jun 2015


No hay que tenerle miedo a la verdad

“Verdad, convivencia y no repetición: esas tres palabras resumen el propósito de la Comisión que la semana pasada acordamos en La Habana”.

La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición “hará parte del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición que se ha de acordar en la Mesa para satisfacer los derechos de las víctimas, terminar el conflicto y alcanzar la paz”, como establecimos el Gobierno y las FARC, y por tanto es sólo una pieza de un sistema en construcción. Pero es un buen comienzo. Nada nos han pedido las víctimas con tanto fervor como eso: conocer la verdad.

Verdad significa en primer lugar esclarecimiento. Es mucho lo que ya sabemos en Colombia, pero aún hay temas que permanecen en la penumbra. Entre otros porque las víctimas no han encontrado condiciones para poder hablar (caso de la violencia sexual), o porque los responsables aún no han hablado.

Pero el esclarecimiento tiene que ir más allá. Por eso el mandato de la Comisión indica que se debe mostrar el impacto del conflicto sobre las poblaciones más vulnerables y más golpeadas por cincuenta años de guerra. ¿Cómo fueron afectados las mujeres y los niños; los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes; los sindicalistas y los periodistas;  o los ganaderos y los agricultores? Esas son las preguntas que hay que contestar.

Otro capítulo es el esclarecimiento del impacto del conflicto sobre la democracia. Las cifras del Centro de Memoria Histórica señalan que en los últimos treinta años fueron asesinados 175 alcaldes y 543 concejales. Ninguna democracia puede funcionar en el nivel local con esa marea de violencia Eso es lo que la Comisión tendrá que explicar, para que no vuelva a pasar.

Verdad significa también reconocimiento. Primero, el reconocimiento de las víctimas. Un país en el que más de seis millones de víctimas son vistas con indiferencia es un país en el que cuecen el resentimiento y la indignación. La Comisión tendrá que abrir espacios para que las víctimas hablen y sean reconocidas como lo que son, ciudadanos que vieron sus derechos vulnerados. 

Segundo, el reconocimiento de responsabilidad. En la medida en que cada quien que tuvo responsabilidad en el conflicto dé un paso adelante, ofrezca explicaciones y pida perdón, en esa medida la verdad no será solo conocida, sino aceptada por toda la sociedad.
Y con eso pasamos al segundo propósito de la Comisión: la convivencia. La Comisión tendrá que organizar audiencias en los territorios en las que la combinación de los testimonios de las víctimas, los reconocimientos voluntarios de responsabilidad y la participación de diferentes sectores de la sociedad no solo esclarezcan lo que pasó, sino también rompan las desconfianzas, recompongan las relaciones y fortalezcan el Estado de derecho. De eso se trata la convivencia: de reconocer el pasado para trabajar conjuntamente hacia un futuro común. Y por eso la Comisión tiende un puente entre la justicia y la paz.

¿Cómo poner en marcha programas de desarrollo rural integral en regiones como el Urabá, el sur de Córdoba, Cauca, Arauca o el Caquetá si no se abren espacios para restablecer la confianza entre quienes juntos tendrán que construir la paz?
Por supuesto que, para que se conozca toda la verdad, esos reconocimientos de responsabilidad no pueden dar pie a investigaciones judiciales y por eso, entre otras razones, la Comisión será un organismo estrictamente extrajudicial. Tiene razón el ex presidente Gaviria cuando dice que el proceso de paz no puede dejar vivos “muchos rezagos y conflictos insolutos de la guerra”. Esos conflictos se resolverán en los espacios que cree la Comisión.

Todo esto deberá contribuir a la no repetición, que es el propósito además de todos los acuerdos de La Habana: terminar el conflicto y hacer las transformaciones necesarias para que no se repita. Por eso, varios expertos internacionales han celebrado el Acuerdo sobre la Comisión: no solo porque refleja –dicen– las mejores prácticas internacionales, sino por este enfoque práctico y concreto en la convivencia y la no repetición.

No así el Procurador Alejandro Ordóñez, quien en una columna reciente en El Tiempo lanza toda suerte de críticas a la Comisión, en un ejercicio que no deja de sorprender porque nada tiene que ver con la función constitucional del Procurador General de la Nación. Algunas críticas se deben, sin duda, a simples descuidos en la lectura, como por ejemplo decir que las recomendaciones de la Comisión serán vinculantes, cuando el texto del Acuerdo en ninguna parte lo dice. Por el contrario, la posición del Gobierno siempre ha sido que no lo pueden ser, porque una comisión de la verdad no es un órgano legislativo.

El Procurador en su exaltación no ahorra improperios. Dice, por ejemplo, que los miembros de la reciente Comisión Histórica –un esfuerzo de naturaleza muy distinta a esta Comisión–  “obedeció a un guión predeterminado que responsabiliza al Estado de la violencia”. ¿A quién se le ocurre que unos distinguidos profesores de la Universidad de los Andes, la Universidad Nacional, la Universidad del Rosario, EAFIT, el EHESS de París, “obedecieron a un guión predeterminado”? Uno puede no estar de acuerdo con ellos, pero tampoco hay necesidad de insultarlos.

El problema principal, sin embargo, no es de forma y estilo. Es de fondo y tiene dos partes. Primero, el Procurador pone en duda la imparcialidad de la futura Comisión con el argumento de que las FARC van a “imponer” su voluntad en la selección de los comisionados. Por el contrario, el Acuerdo dice que los comisionados podrán ser postulados por diferentes sectores de la sociedad en un proceso amplio y pluralista. Y serán seleccionados, sobre la base de criterios como “la idoneidad ética, la imparcialidad, la independencia, entre otros”, por un comité de escogencia de 9 miembros, 6 de los cuales serán escogidos “de común acuerdo” por el Gobierno y las FARC (no tres seleccionados por el Gobierno y tres por las FARC, como algunos han supuesto); 3 más serán delegados de organizaciones que se acuerden en la Mesa. Es decir, si el Gobierno considera que cualquiera de los nombres no ofrece garantías a los colombianos, no lo va a acordar. Así que en ningún caso las FARC van a “imponer” su voluntad.

Segundo, el Procurador insiste en que la Comisión buscará “imponer una verdad oficial que reconoce que la responsabilidad es de toda la sociedad y el Estado. Se quiere culpar a todos para exculpar a las FARC”. Falso. En el Acuerdo las FARC se comprometen “a contribuir decididamente en el proceso de esclarecimiento de la verdad y a reconocer sus respectivas responsabilidades ante la Comisión”. Y si bien el futuro tratamiento penal que reciban las FARC no hace parte de este Acuerdo, no hay ninguna posibilidad de que obtengan algún beneficio penal si no cumplen de manera plena con este compromiso.

Otra cosa es que la Comisión oiga también a agentes del Estado y a otros quienes hayan participado de manera directa o indirecta en el conflicto, y asigne responsabilidades colectivas. El derecho a la verdad lo tienen todas las víctimas, como debería reconocer la Procuraduría.

Aquí no hay que confundirse. El hecho de que la Comisión oiga a todas las víctimas no quiere decir que nos estemos “igualando”: las instituciones del Estado seguirán siendo lo que son, las legítimas portadoras de las armas con un amplio apoyo en la población. Simplemente, cada quien tendrá que responder por lo que hizo, dentro de su propia condición. Los actos recientes de terrorismo de las FARC no hacen sino añadir al largo catálogo de atrocidades por el que tendrán que rendir cuentas.

De lo que se trata al final es de asumir| las propias responsabilidades, como lo hizo el presidente Juan Manuel Santos ante la Corte Constitucional, para sobre esa base reconocer lo que nunca deberá volver a pasar y así sentar las bases de la convivencia y la no repetición. Esa es la decisión que nos llevará a la paz. No hay que tenerle miedo a la verdad.

 


Comisión de la Verdad, Justicia y Paz

En Medellín: #Yohablodelosdesaparecidos

Noticia

Autor

CNMH

Fotografía

Juliana Duque Patiño

Publicado

15 Jun 2015


En Medellín: #Yohablodelosdesaparecidos

Antioquia y su ciudad capital también tuvieron un capítulo dentro de la Semana contra la Desaparición Forzada del 2015. Varias organizaciones conformadas por familiares de víctimas de este flagelo se encontraron en el Parque de los Deseos, el pasado 29 de mayo, para rendir un homenaje a la memoria de sus seres queridos desaparecidos y hacer pública su intensión de no descansar hasta encontrarlos o tener noticias de ellos.


 Asfaddes Medellín, Movice, Familiares Colombia y las Madres de la Candelaria (línea fundadora) plantaron retablos y carteles con fotografías de sus desaparecidos, los iluminaron y acompañaron con velones y crisantemos blancos. El número de desaparecidos forzadamente en Colombia, según las estadísticas de estas organizaciones, asciende a 45.000.

La jornada estuvo acompañada por varios artistas locales: músicos y cuenteros, por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Antioquia y concluyó con la proyección de dos cortos documentales sobre los desaparecidos de esta ciudad.

El programa de Agenda Conmemorativa del CNMH, que cuenta con el apoyo de USAID y la OIM, brindó todo su respaldo a las víctimas organizadoras de éste y otros eventos que se llevaron a cabo en Medellín durante la semana de la desaparición forzada del mes de mayo.

La siguiente es una galería de imágenes de la conmovedora jornada que vivieron, junto a los familiares de desaparecidos forzadamente, quienes visitaron el Parque de los Deseos aquella tarde. 

Publicado en Noticias CNMH



Antioquia, Desaparición Forzada, Medellín

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